Nihao-ha! n.n siro q todos esten bien x ahí y q c esten bañando todos los dias n.n (n o pregunten -.-UUU)
Primero que nada, gracias a todos los que dejaron reviews n.n
Je, también disculpas por la tardanza, jojo, pero pasaba por crisis aguda de desinspiracion xp (ya me salió q esa palabra no existe XD) me doy cuenta que me he tardado varios meses :s q clase de escritora soy T-T no sólo en este fic, sino en varios T-T me van a colgar T-T
UUhh… Pues ya no se me ocurre qué más puedo decir, sólo desearles suerte a todos n.n (xq, aun no lo descubro, jeje)
Dedicado a mi one-san Rika-chan nOn espero q leas este capi y q t guste.
2 cap. Desvarío
El cabello rubio cubría parte de la cara de su esposa. Lo retiró con delicadeza para observarla… para admirarla a plenitud. Y siguió observándola hasta que el despertador se hizo presente, retumbando en los oídos de las personas que habitaban la habitación. (N.A: Redundante, ne?)
Yoh se levantó, a regañadientes y bostezando.
.-Yoh…
.-Buen día, preciosa.
Ella sonrió y atrajo a su esposo hacia ella.
.-cárgame…
Yoh rió y la tomo en brazos.
.-Debo alistarme. Tengo que trabajar –dijo Yoh dejándola de nuevo en la cama.
.-Hm… Está bien.. –dijo ella, aún somnolienta -. Que tengas un buen día.
Tamao estaba fuera de la habitación, enferma de terror. ¿Por quñe diablos había hecho aquella llamada?
.-Buen día Tamao –la pobre pelirrosa dio un grito de sobresalto que espantó a Yoh. Se quedaron mirándose por unos segundos.
.-Perdone usted, señor Yoh.
.-Je je, no hay nada que perdonar, Tamao. Últimamente estás muy pensativa –dijo Yoh sonriendo -. ¡Diablos! –dijo viendo su reloj -. ¡Oh no! ¡Debía llegar antes! ¡Adios Tamao!
.-Oh… ¡Señor Yoh, su desayuno!
.-¡Ahh! –Yoh cogió una tostada en la boca y se despidió de Tamao con un gesto.
La chica suspiró y las ganas de deshacerse de Anna reaparecieron.
.-Él debería… besarme a mí… -dijo con furia -. Lo que hago está bien... Está bien...
Anna salió de la habitación y vio a Tamao un poco ida, con una sonrisa torcida., Decidió que llamaría al psicólogo. La pobre tenía ya varios días así.
.-¿Tamao?... Tamao... Tamao... ¡Tamao! -la pelirosa reaccionó sobresaltada y volteó a ver los ojos negros de la rubia.
.-Señorita Anna... Lo lamento... Estaba pensando en otra cosa y...
.-Tienes que estar más atenta a las cosas, Tamao -dijo Anna con seriedad -. ¿Y Hanna?
.-E-en el comedor...
Anna salió y bajó las escaleras.
Tamao la miró con intenso odio. Si ella fuera la esposa del señor Yoh no se atrevería a hablarle de esa manera.
Tamao bajó las escaleras con lentitud y se quedó observando la manera en que Anna se comportaba con su hijo. Era dulce, pero igualmente estricta. Cariñosa, pero recta... Ella era perfecta. Su mirada se tornó muy muy muy fría. Volteó a mirarla e hizo una mueca de miedo.
.-¿Qué sucede, Hanna?
.-Mami... Tamao nos está mirando feo...
Anna volteó, pero ya Tamao había advertido el peligro y su expresión volvió a se de total ingenuidad e inocencia.
.-Hanna, termina tu desayuno -dijo Anna, sin dejar de mirar sospechosamente a la pelirosa.
Tamao trató de tranquilizarse, o sus planes se irían directo al caño. Anna la seguía mirando. Talvez no era nada. Decidió no pensar más en ello e ir a la terraza a tomar un té luego de despedir a Hanna.
Se acercaba el mediodía, cuando Anna salía de su habitación, vestida con un pantalón negro tipo pescador y una blusa también negra, manga larga, hacia sus clases de diseño, y cuando estaba a punto de sacar su coche, la sorprendieron dos bocinazos del coche de su marido.
.-¿A dónde piensa ir mi preciosa esposa? –preguntó Yoh sonriendo, abriéndole la puerta del otro lado.
.-Yoh, sabes perfectamente que tengo clases ahora.
.-Hum… Pero es un poco sospechoso. ¿No irás simplemente a verte con el profesor?
Anna soltó una risa escéptica.
.-Lo pensaría mil veces antes de meterme con alguien como Lyzerg –dijo levantando una ceja.
Yoh sonrió también.
.-Vamos a recoger a Hanna y luego nos iremos los tres a pasear por ahí.
.-Uh… ¡pasó algo? –preguntó Anna entrando en el coche y cerrando la puerta.
.-Algo muy importante, por eso llevaré a mi esposa y a mi hijo a almorzar, ¡qué le parece?
.-Creo que su esposa no podrá ir –dijo Anna abriendo la ventana unos centímetros, para no ahogarse, pero tampoco para despeinarse -. Pero si no le molesta yo iré en su lugar.
.-¿Es eso una proposición? –preguntó Yoh.
.-Hm… podría ser…
Así eran los días de aquellos dos. Se pasaban los días disfrutando de una felicidad que erradicaba principalmente en su perfecta relación y su manera de entenderse y de darle importancia a cosas francamente insignificantes.
La mano de Anna reposaba solitaria a su costado, mientras ella miraba por la ventana y se acomodaba perfectos los lentes oscuros, de sol. Yoh la adoraba así, siempre linda, siempre perfecta, siempre aparentando frialdad.
Semáforo rojo. Yoh aprovechó el momento para posar su mano sobre la de Anna, gesto que fue correspondido cuando ella entrelazó sus manos con las de él.
Semáforo verde. Yoh soltó con delicadeza la mano de su esposa y volvió a tomar el rumbo hacia el colegio de su hijo.
Estacionó el carro y, cuando ya todos estaban saliendo, Yoh divisó una cabeza de cabellos rubios, como los de su esposa y levantó la mano en forma de saludo. Una sonrisa iluminó el rostro del pequeño niño, que se apresuraba a decirle a su profesora que no iría en movilidad, ¡su papá había venido a recogerlo! ¡Con su mamá también!
Era realmente conmovedor aquel cuadro que formaban los tres. Realmente una familia feliz.
.-Sí, pero… ¿por cuánto tiempo? –Murmuró Hao Asakura, botando el humo de su cigarrillo, mientras los veía marcharse desde su coche, un deportivo negro, como los lentes que llevaba en ese momento -. Disfruta de tu esposa ahora que puedes, Yoh. Ahora… que puedes.
Hao puso en marcha su coche y desapareció rápidamente. Buscó su celular y telefoneó a la chica pelirosa. Esa sí que era tonta, pero útil ahora.
.-Preciosa Tamao –saludó, atrevido, casanova, mujeriego.
La chica se sobresaltó al oir la voz de Hao.
.-No vayas a olvidarte de nuestro pequeño acuerdo –dijo Hao en un tono dulce y amenazador -. O encontrarán tus huesos repartidos en diferentes partes de Tokio.
Tamao replicó asustada que por nada del mundo haría eso, que todo marchaba pefectamente y que dentro de dos días él tendría lo que quería… Y ella también.
Nada de esto podían imaginarse los tres Asakura que marchaban en aquel Mercedes plateado, que parecía un bólido ahora. Hanna, en medio de ambos y Anna, ya rendida al dejarse despeinar por el viento que jugaba graciosamente con su cabellera dorada, regalando amor a su hijo, rodeándolo con un brazo y besando su cabeza, al tiempo que su mirada se desviaba a su esposo, que, como siempre, con una sonrisa, tarareaba alguna canción mientras se dirigía a algún lujoso restaurant para el almuerzo.
.-¿A cuál quieres ir, Hanna?
El pequeño sólo sonrió, como diciendo 'cualquiera que ustedes deseen está bien'.
Se detuvieron en uno que adoraban los esposos. Servían la mejor comida oriental y a Hanna le encantaría.
Ahora bien, cuando ya habían terminado de almorzar y estaban por la sobre mesa, Yoh pidió la atención de los otros dos.
.-A ver qué les parece –dijo sonriendo -.El aquí presente es ahora dueño de la más importante empresa de Electrónica y Sistemas del Norte de Europa –dijo sonriendo -. Y nuevo gerente de una aquí en Tokio.
Hanna dio un silbido para celebrarlo y Anna miró admirada a su esposo. Lo amó tanto en ese momento, sonriente, importante y a la vez sencillo, acariciando la cabeza de su hijo. Lo amó tanto en ese instante…
.-Tamao, por favor, prepárale un baño a Hanna –ordenó Anna una vez que habían regresado. Tamao recibió la orden muerta de terror. La psicosis la estaba matando.
.-Sí señora –dijo rápidamente y corrió al baño a preparar la bañera para Hanna.
Yoh y Anna intercambiaron miradas de sorpresa, mientras Hanna declaraba que no tenía tareas y que luego iría a jugar un poco al jardín.
.-Por Dios, por Dios… ¿En qué lío me estoy metiendo? –se preguntó Tamao, cuando, temblorosamente, metió tres dedos para asegurarse que el agua estaba a buena temperatura para bañar a Hanna.
Anna la contemplaba desde la puerta, La verdad es que Tamao venía comportándose muy extraño desde la noche anterior. ¿qué le pasaba?
Pero dos manos sobre sus hombros hicieron que olvidara aquello y que recurriera a la necesidad de amar a su esposo lo más pronto posible, de llenarlo de besos, de ternura.
Y algo también debió notar Yoh, porque tomó a Anna de la mano y bajó las escaleras hasta llegar al salón.
.-¿Sucede algo?
.-Es Tamao –respondió Yoh -. Creo que está muy estresada o algo. Se comporta de manera extraña y siempre se sobresalta. Debe tener algún problema, se exalta por todo.
Anna asintió.
.-Talvez deberíamos liquidarla y dejar que busque otra clase de trabajo…
.-¡Pero no tiene a dónde ir! –exclamó Anna, ingenua, cándida.
Yoh sonrió y la tomó de las manos.
.-De acuerdo entonces –dijo -. Dejaremos que se le pase y que vuelva a su estado normal.
Pobre familia Asakura, tan feliz en aquel momento. Tan dueños del mundo. Tan familia de fotografía.
Tamao los miraba desde el pie de las escaleras. Sus deseos de separarlos renacían. Ella sería la señora Asakura. Sólo ella.
Y el señor Hao la ayudaría. Y así ella podría ser feliz como nunca lo había sido.
Sonrió con crueldad. El día siguiente habría una importante reunión en la casa. Los demás empelados ya se estaban encargando de todo. Ella lo arreglaría todo. Sí, ella se encargaría personalmente de hacer desaparecer a Anna Kyouyama.
Ke tal? n.n espero que les haya gustado. Y si esta muy corto, perdon, jeje. n.nUu
Bueno, ya me retiro, espero sus reviews x favor!
