Capitulo 2: Niños llorando. (Crying Boys) (泣かれた少年) (Nakareta Shounen)

Era de noche, una de esas típicas noches sin luna, sin estrellas, una noche fría, en la que cualquiera desearía estar entre los cálidos brazos de la persona amada, acurrucándose en su pecho, oyendo los suaves latidos de su corazón; pero para mi, todo eso era imposible.

Después de haber llorado por algunos minutos, me pare y me dirigí al diminuto baño de mi camarote, prendí las luces y contemple mi rostro frente al espejo; no tengo remedio aun en medio de una depresión no dejo de ser un narcisista; lo que llamo mi atención fueron mis ojos, normalmente son de un color verde intenso, pero ahora ese verde estaba combinado con un rojo intenso, y estaban tan hinchados que era un milagro que pudiera abrirlos; mi cabello; del cual la mayoría del tiempo estoy orgulloso de el; era una maraña de grasosos mechones grises, y que decir de mi cara, normalmente tan blanca como una hoja de papel, ahora estaba roja y abotagada; llorar si que causa estragos en mi.

Decidí bañarme, así por lo menos sentiría la suave caricia del agua tibia, y me quitaría todo este pesado sudor que empapa mi cuerpo , me distraería un poco; el agua siempre ha aliviado, aunque sea un poco, mis pesares; tal vez por eso decidí escapar en barco, y no en avión, o en tren; el agua, en especial el mar, siempre logra calmarme, y esta vez esperaba que no fuera diferente.

Después de bañarme decidí tratar de dormir de nuevo, no tenia caso mantenerme en vela, Honooki no llegaría nadando a este barco, desesperado por decirme que no puede vivir sin mi; así que me resigne a tratar de olvidar todo lo que deje atrás, en especial a Honooki; me hinque a los pies de mi cama y rece, pidiendo por la salud de mi familia, mis amigos, y la de Honooki; no creo en una religión en particular, pero eso no significa que no deba rezar por la gente que quiero, que amo; después de eso, me acosté, cobijado por las mullidas sabanas y cobijas de "mi" cama, y por fin después de un rato tratando de encontrar la posición mas cómoda me quede dormido, por lo menos por unas 2 o 3 horas, hasta que un ruido me despertó; era un ruido muy familiar para mi, eran sollozos, pero de donde, de quien, me senté en la cama buscando el lugar de donde provenían los sollozos, después de que mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, pude ver de donde venían los sollozos, venían de una esquina de mi camarote, enfocando mas mi vista pude darme cuenta que en esa esquina había 2 niños, si 2 niños aproximadamente de 12 años; uno el que estaba recargado sobre la esquina, tenia el cabello café castaño todo revuelto y como tratando de evitar que ese cabello se enmarañara mas, sobre su cabello estaba una cinta azul marino, y sobre la cinta unos goggles; sus ojos eran de un café intenso, muy similares a los de Honooki, y su piel era morena, ligeramente rojiza; el estaba sujetando fuertemente, tal vez posesivamente, incluso amorosamente, a el otro niño, el tenia un cabello perfectamente peinado, contrastando con el cabello "rebelde" del otro niño, su color era de un rubio, entre amarillo y dorado; y sus ojos eran de un azul tan hermoso como el cielo y tan frió e indiferente como el mar; el era el que estaba llorando, recostado suavemente en el pecho del niño moreno. No sabia que hacer así que con la voz mas suave y silenciosa que tenia, les pregunte¿quiénes son?; esperando no asustarlos y que me respondiera, no volví a decir una palabra mas, y ellos no hablaron tampoco, así nos quedamos en silencio por unos momentos.