No suelo ser tan rápida, pero quiero aprovechar los días de vacaciones que me quedan, por si luego llegan tiempos de bajón.

Quienes me conocen saben que siempre suelo dedicar mis capítulos a la gente que me lee y que me deja comentarios, porque me gusta agradeceros vuestro esfuerzo y apoyo, vuestras ideas y también vuestras críticas siempre que sean constructivas. Así que para AYDA MERODEADORA. Gracias por inaugurar esta nueva historia. Las respuestas a los comentarios, al final del capítulo.

El disclamer es el mismo que en la introducción, y los pensamientos van entre "comillas".

Nos leemos pronto, gracias por todo.

Serendipity (Miembro de las Órdenes Draconiana y Siriusana)

--- Capítulo 1: La snitch de Severus.---

A penas se habían quedado 10 alumnos de entre las cuatro casas (1 Slytherin, 3 Gryffindor, 1 Ravenclaw y 5 Hufflepuff), así que no resultaba difícil perderse si uno quería.

Harry era el único mayor de 12 de su casa, así que McGonagall le encomendó las tareas de prefecto durante esas fiestas. Al salir de su despacho se cruzó con Draco, que volvía de entrenar al quidditch. Le miró con desconfianza, y como el rubio no le dijo nada, se limitó a pasar por su lado con la mano en la varita por si acaso. A Draco ya comenzaba a molestarle esta actitud hacia él así que girándose en medio del pasillo le preguntó con su típico arrastrar de sílabas:

-¿Por qué me temes, Potter? – Harry se dio la vuelta para mirarle, sin quitar la mano de su varita.

-No te temo, pero como eres lo más rastrero que conozco, prefiero no bajar la guardia. No me fío de una serpiente como tú.

-¿Piensas que voy a matarte? ¿Aquí, en Hogwarts? – El moreno no le respondió – Por si no te has dado cuenta… no tengo muchos sitios donde ir hasta mi mayoría de edad… No soy tan idiota de buscar que me expulsen.

-Eso sería una buena coartada… ya te imagino, poniendo cara de ángel y diciendo al estúpido de Funge 'Yo no fui, soy menor y no tengo otra casa hasta los 17. ¿No me creerá tan tonto?' – Imitando a la perfección el tono de voz del rubio.

-O sea, que me temes – Susurró para sí mientras se daba la vuelta y seguía su camino – Pues va a ser un problema para… - Se golpeó a sí mismo en la frente con la mano – Pero que estupideces pienso. – Harry le observó unos segundos alejarse por el pasillo. Siempre le habían gustado sus maneras aristócratas, era algo que Sirius también tenía.

Aunque tenía todo Slytherin para él solo, se dirigió hacia los baños de prefectos ya que eran más lujosos. Dijo la contraseña y entró, pero no estaba solo. En la bañera central estaba Cintia, prefecta de séptimo de Hufflepuff.

-¿Por qué no cerraste? – Dijo el rubio contrariado.

-Porque sabía que ibas a ser tú el que entrase. Te vi volviendo de tu entrenamiento.

Bueno, no era su chica favorita… pero una oportunidad así era algo que él no solía desaprovechar. Comenzó a quitarse la ropa despacio bajo la atenta mirada de la chica de la bañera. Antes de entrar y dejar su varita, con un sencillo hechizo, hizo que el agua comenzara a burbujear. Cintia comenzó a reír. No era una chica bonita, pero sí que era simpática, y lo más importante para Draco en estas ocasiones, es que era muy entregada.

La abrazó para atraerla hacia sí y besarla con más comodidad. Mientras ella con una mano guiaba al rubio hacia sus pechos, y con la otra comenzaba a masturbarlo. Draco se entretuvo en sus pechos un buen rato, mientras dejaba que una de sus manos jugase entre las piernas de la chica, que se abrieron ligeramente para recibir sus caricias. No estaba muy concentrado, porque cada vez que se relajaba, en su mente aparecían un par de ojos verdes que lo miraba a lo lejos. "Maldito Gryffindor, seguro que esto es un hechizo tuyo" pensó molesto. Sin más juego, abrió las piernas de la chica y se colocó entre ellas. Ella le miró sorprendida, esperaba un poco más, pero dejó de pensar en el momento en que sin aviso Draco penetró en ella. Contrariamente a lo que ambos habían supuesto, la fuerza de la entrada intensificó las sensaciones. Ella gemía sin control retorciéndose entre las manos de él, que hacía todo lo posible por no perderlo. A los pocos minutos, Cintia alcanzaba un potente orgasmo. Draco paró dejando que la chica saborease el momento, pero sin salirse de ella. Cuando empezó a recuperar su respiración normal, comenzó a empujar de nuevo lentamente volviendo a arrancar los gemidos de antes. En el segundo orgasmo Draco se dejó ir tras ella. Luego ambos descansaron fuera de bañera durante un rato, la chica reposaba sobre el vientre de él, que por unos instantes se quedó tranquilo sin pensar en nada ni nadie que estuviera fuera de ese sitio en ese momento. Ella se incorporó y le besó en los labios sonriendo:

-Eres de lo mejor, Draco. – Dijo ella estirando ya un brazo para coger su camisa.

-¿De lo mejor? Eh, me estás ofendiendo ¿quién es mejor que yo? – Dijo medio en broma medio en serio.

-Ummm, déjame pensar… tienes razón, de mis amantes eres el mejor.

-Así me gusta. – La besó y dejó que se alejara para terminar de vestirse.

-Bueno, tampoco tengo tantos… uno de cada casa.

-¿Sí? ¿y quiénes son, si puede saberse?

-No, no puede saberse – Contestó abrochándose los zapatos – Pero te daré una pista… Eres el único de sexto.

-Mala – Dijo bromeando – Ya me enteraré.

Se besaron de nuevo en la puerta, y la chica caminó por las escaleras sabiéndose observada por los ojos del rubio.

-Bonita no es, pero mueve el cuerpo como pocas. – Dijo para sí mismo.

-Sí, tiene gracia cuando anda. – Comentó Harry detrás del rubio sobresaltándole – La próxima vez, podíais echar un hechizo silenciador. Se ha enterado toda la escuela.

-¿Envidia, Potter?

-En ese campo… yo estoy muy satisfecho con lo que tengo Malfoy.

-¿En serio? Porque ahora estoy un poco cansado, pero si te apetece en otro momento… te muestro por qué gemía Cintia así.

-Snape me ha mandado a buscarte. – Contestó el moreno sin inmutarse.

-Estupendo, gracias – Dijo encaminándose hacia las mazmorras. A los pocos pasos se detuvo.- ¿Se puede saber qué haces?

-No te sigo, es que también quiere que esté yo.

-Vaya, Potter en las mazmorras a solas con dos Slytherin… ¿no te da miedo?

Harry no le contestó y siguió caminando, esta vez delante del rubio que iba sonriendo con malicia. Al llegar, Severus dejó los papeles con los que estaba.

-Bien, caballeros. Me alegro que por fin se hayan decidido a venir.

-¿Para qué me necesita, profesor Snape?

-Ah, Malfoy. Tengo un encargo especial de una poción que es imposible que la haga uno solo, así que quién mejor que mi mejor alumno para ayudarme… - Sonrió con suficiencia, recibiendo como respuesta otra sonrisa de su rubio ahijado. – Mientras tanto, señor Potter, usted terminará de cumplir el castigo por donde lo dejó ayer, aún quedan unos cuantos calderos que limpiar.

El moreno se fue hacia su rincón y se puso, en silencio a trabajar en su tarea. Por más comentarios desagradables que escuchó, no se giró ni un solo segundo, para disgusto de Draco que estaba viendo como se le escapaba la oportunidad de llamar su atención.

Un par de horas después, Harry se acercó hacia el profesor.

-Ya he terminado ¿puedo retirarme?

-Si Potter, puede… Ah, antes de que se me olvide – Harry se quedó parado en la puerta - McGonagall me ha dicho que durante las fiestas usted será el prefecto de Gryffindor.

-Así es.

-Ya, bueno, pues por norma está prohibido que las rondas se hagan a solas. Ravenclaw y Hufflepuff han decidido que harán sus guardias juntos, así que usted y el Señor Malfoy compartirán esta tarea estos días.

-Pero no puede ser – Dijo Draco, con falsa voz de asombro, adelantándose a la queja del moreno – Potter cree que quiero matarlo. – Severus estalló en una sonora carcajada.

-¿Está hablando en serio señor Malfoy?

-Si…

-¡No! Eso es una estupidez. Nos vemos después de la cena, Malfoy. – Dijo cerrando tras de sí la puerta, un poco más fuerte de lo que quería.

-¿En serio? – Volvió a preguntar el profesor, usando ya el tono familiar que reservaba para la intimidad.

-Creo que sí. Está siempre con la mano en la varita en cuanto que me acerco, y me maldice a la segunda frase, no espera ni el insulto.

-Cierto, está muy enfrentado a ti. Además, ese novio que tiene… Su padre sufrió tortura por los mortífagos unas cuantas veces.

-Así que está en el otro lado…

-Sí, están muy resentidos. Y tú eres hijo de mortífago y vas camino de serlo. Así que me supongo que si antes no te quería cerca, ahora influenciado por su chico…

-Bueno, pero yo aún no he decidido… ¿Va ahora el diente de dragón?

-Lo sé. No, aún no, después de que hierva 13 minutos… Me pregunto de qué depende esa decisión… - En ese momento le miró a los ojos. Draco no quiso mantener su mirada, no le gustaba mentir a quién probablemente era su único aliado en esos momentos, pero tampoco quería dar ninguna explicación. – O… ¿no será que estás esperando que ocurra algo que te haga cambiar de opinión?

-¿Algo como qué?

-No sé – Dijo encogiéndose de hombros – Algo… tal vez un milagro.

-No lo tengo muy claro, eso es todo. No es que no esté de acuerdo… con… bueno, no estoy de acuerdo con las formas. Mira mis padres… lo dieron todo por una causa que ahora les abandona a su suerte.

-Venga ya, Draco. Sabes que tu padre será liberado tarde o temprano. Vigila el extracto de mímulus, te estás quedando corto. Y tu madre no está en un 'exilio forzado', se fugó con el socio brasileño de tu padre.

-Vale, vale… pero matar a la gente a sangre fría… Además, aún no tengo que decidirlo ¿verdad?

-Cierto, aún tienes tiempo… Pero Draco… recuerda que estoy aquí decidas lo que decidas.

-Eres mortífago.

-Sí, pero hay gente en el otro lado que aún me deben favores. En estos tiempos difíciles, hay que tener amigos hasta en el infierno ¿me explico?

-Sí, te entendí… Gracias.

-Bueno, vete a cenar y regresa para ayudarme a terminar.

-Prefiero no ir al comedor… además luego tengo ronda con Potter.

-Lo que quieras… - Se concentró de nuevo en su tarea. Al rato, miró a su ahijado de nuevo - ¿Qué te preocupa, Draco?

-Una mirada. Creí ver una mirada… pero ahora no estoy seguro.

-¿Una mirada?

-Sí, creí que alguien me miraba con… no sé… de una forma muy especial, pero hoy… no sé, actúa tan normal que empiezo a pensar que fueron imaginaciones mías.

-A veces pasa…. Tenemos tantas ganas de que ocurra algo que si querer lo imaginamos.

-¿Y un hechizo?

-Coge la piedra verde brillante que tengo al lado de…ahí, si, esa. ¿Cambia de color? – Draco movió la cabeza negativamente – Pues entonces es que no te han hechizado. Haré que nos traigan unos emparedados antes de que Potter venga a buscarte para la ronda.

-De acuerdo. Esto… la snitch que hay en tu…

-Me la regaló mi mujer cuando me declaré a ella. Ella era buscadora.

-¿Aún la amas?

-Si, Draco. Todos los días pienso en ella. Anda, come algo. Algún día tú tendrás a quién regalarle una snitch.

-Mi padre solía decir que murió por un error.

-Si, no debía de estar allí… pero quiso darme una sorpresa… Come anda, no quiero hablar de eso ahora.

Cuando se quiso dar cuenta ya estaba de nuevo en el aula de pociones, esperando a Draco. Había intentado cambiar la guardia con los otros dos prefectos, pero no hubo manera de hacerlos cambiar de opinión… sabía que algo iba a pasar, estaba seguro, pero no había forma humana de evitarlo, así que respiró profundamente antes de llamar a la puerta. Todo empezó muy bien, recorrieron las mazmorras en silencio cada uno en sus pensamientos, hasta que Draco se dio cuenta de que Harry jugaba distraídamente con un anillo en su mano.

-¿Te lo regaló tu novio? – Preguntó señalando el anillo

-Si.

-¿Vais muy en serio?

-Si.

-No sé, no os veo juntos.

-Me importa un pimiento lo que tu veas o no.

-¿Por eso me mirabas ayer? – Harry paró en seco.

-Creo que el que miraba eras tú. Yo me limitaba a disfrutar.

-Pero te excitó. – Dijo el rubio sin perder la calma y sin parar de andar.

-A ti también.

-Sí, fue una experiencia nueva… Dime Potter ¿Siempre necesitas mirar a otros para excitarte con tu novio?

Harry dio un par de ágiles pasos, y en décimas de segundo, tenía a Draco contra una pared con su barita de pluma de fénix apuntando directamente a su cuello. El rubio, que sabía que el otro iba a reaccionar de esa manera tan típica, le sostuvo la mirada. Notó como al principio, el moreno, le miró unos instantes con furia, y luego como su mirada cambiaba de una forma que no sabía identificar. Draco desorientado por este cambio, vio con asombro como Harry apretaba más fuerte la varita contra su cuello a la vez que se acercaba a él cada vez más. Podía notar su respiración, como durante unos interminables segundos recorría su cuello rozándolo levemente con la punta de su nariz, respirando su aroma. Acercó todo su cuerpo al del rubio, haciéndolo estremecer. Sus labios rozaron los de Draco, que en un movimiento instintivo los abrió. Entonces, cerró los ojos y notó como Harry pronunciaba casi en su boca.

-Tragababosas.

Abrió los ojos con espanto, y mientras le venía la primera arcada, vio como el moreno se alejaba sin mirar atrás.

Continuará…

Ayda Merodeadora – Sí, los ojos de Harry tienen mucho poder sobre la gente, sobre todo sobre nuestro rubio. Gracias por todo y espero que te haya gustado la dedicatoria. S.

OlgaxTomFeltom1 – Nooo, un howler no por favor, jajajaja. Gracias por estar por aquí. S.

o0clomalfoy0o – Vaya peazo de nick… Espero que puedas ir diciéndome más cosas. Gracias. S.

Riku Lupin – Pues aún no pensé el final… pero a mí también me gustan los finales felices, bastante malo veo ya en el mundo real. Gracias. S.

gabiKinomoto – Jajajajaja, a mí también me asustaron los primeros que leí, pero luego una se envicia… Tus deseos son órdenes, Harry estará debajo en la mayor parte de los encuentros entre ambos (no en todos, creo), pero habrá que esperar, porque como bien dices, Harry ahora tiene otro dueño. Gracias. S.

Canuto-Frambueza – Gracias, gracias, gracias… Aún queda para que el chico dorado cambie de manos (entiéndase literalmente), pero paciencia, todo llega. S.

MMTXDMB - ¿Tu nick tiene algún significado? Es por simple curiosidad. Siento lo de los modismos, a mí me pasa a veces con los de otros países, pero es que los tengo tan asimilados que aunque intento hacer un español neutro no me sale. Pero traduzco cualquier duda que tengas. Gracias por tu comentario. S.

Catherine Mckinnon – Sí, alteró el hecho de que Harry tenga una pareja estable, pero… Así Draco se lo tiene que currar más. Me alegraría tener mucha audiencia, pero si no pasa, me conformo con la que tengo, que me suele mimar mucho, jajajaja. Gracias. S.

Tere Potter – Ahhhh, que alegría verte de nuevo. ¿Cómo te va todo?. Me alegra saber que te gustó el final. ¿Leíste ya 'El llavero de plata'? lo escribí para un concurso. Bueno, me alegra saber que estás de nuevo entre mis lectoras. Gracias mil. S.

Gabo0 – Pues sí que empiezo bien, metiendo la pata en el título, ya me vale, gracias, sólo tu me lo corregiste…. Que vergüenza. Gracias. S.