Muchas gracias por vuestro apoyo, la verdad es que luego me sentí como una llorona, pero… Sigo castigada, supongo que mi madre tiene razón, las cosas se hablan pero no se gritan, después de todo, el comportarme así dio una imagen equivocada que puede hacer más mal que bien. No me encuentro muy bien, parece que la gripe me está atrapando, así que perdonad, pero no me encuentro con fuerzas para repasar el capítulo.
Se lo dedico a NIMA por su paciencia conmigo y mi corrector de ortografía que la cambia hasta el nick, a MERCHE y OLGAXTOMFELTOM1 porque saben que de primera mano lo intransigentes que son algunos… cabeza-cubos.
Por lo demás… todo como siempre. Me refiero al disclamer y las comillas...
Un beso…
Serendipity – Miembro de las Ordenes Siriusana y Draconiana.
--- Capítulo 4: La snitch de Sirius ---
-Creo que ambos conocemos la respuesta a esa pregunta- Respondió volviéndose para mirarlo.- Y los dos sabemos que no vas a ser infiel a tu pareja, así que ahórrate el teatro porque no voy a caer por segunda vez en el mismo truco.
-Ya lo suponía, pero tenía que intentarlo – Sonrió con tristeza mirando hacia una de las paredes. – Creo que… lo mejor será que me vaya ya…
-Sí, será lo mejor. ¿Ibas a lanzarme otro tragababosas?
-No, un mocomurciélagos.
-Aj, no, aún lo recuerdo de Ginny el curso pasado. Fue asqueroso.
-Jajajajaja, me lo perdí. Yo estaba en el bosque para… - El recuerdo de esa noche les golpeó dejándoles sin habla.
-Fue una mala noche para los dos. Tú perdiste a Sirius y yo a mi padre.
-Te queda la esperanza de que escape.
-Sí, tal vez. – El silencio se volvió a adueñar de la estancia.
Harry se había quedado quieto, de pie, y parecía perdido en sus pensamientos, ya que su mirada se perdía en algún lugar de la alfombra. Draco le observó con detenimiento, sus ojos se habían tornado oscuros y un extraño aire de desolación y tristeza parecía rodearlo. Algo le impulsó hacia él y le obligó a acercarse. Puso con suavidad una mano en su mejilla y le miró con dulzura.
-Sonríe – Le dijo el rubio.
-¿Qué?
-Sonríe. Es uno de tus puntos fuertes. Tu sonrisa y tus ojos. – Harry sonrió con cierta tristeza.
-Eso está mejor… Iluminas la sala con tu sonrisa. – Sus ojos se clavaron en la cara del rubio, que a escasos centímetros de él estaba concentrado en sus labios. Draco se acercó muy despacio, y sin soltarlo, se los acarició con los suyos. A penas un leve toque y se separó.
-Solo por esta noche – Se dijo Harry pensando en voz alta. Draco le miró interrogativamente mientras él cogía la mano que el rubio aun mantenía en su rostro y la llevaba a sus labios. – No sé por qué, pero te necesito esta noche.
En ese momento Draco lo entendió. Durante esa noche no existiría el mundo fuera de esa sala. Esta vez, cuando acercó sus labios a los del moreno, los encontró entreabiertos, esperándole.
En medio del profundo beso, Harry la abrazó con desesperación, como un naufrago se agarra a los restos de una barca en el océano. Draco se vio invadido por las caricias de Harry, que se movía con velocidad por todo el cuerpo del rubio. Jamás nadie le había quitado la camisa tan deprisa, y ya estaba atacando la cremallera de sus pantalones. Así que, recopilando fuerzas de no sabía donde, se apartó del moreno. Harry le miró con sorpresa y una negra sospecha cruzó su mente.
-Pensé que…
-Lo sé – Contestó el rubio manteniendo con su brazo estirado la distancia entre ambos – Y no te equivocaste.
-Hazme el amor – Susurró alejando los nubarrones de su cabeza.
-Tenemos toda la noche, y más tiempo si quieres ¿a qué viene tanta prisa? – El moreno no le contestó – Es la única condición que te pongo.
-Yo… - Draco puso su dedo sobre los labios de Harry obligándole a callar.
El moreno sujetó la mano por la muñeca y comenzó a lamer los dedos, sin apartar la mirada de los ojos grises del Slytherin. Draco sonrió y le dejó continuar, la imagen era muy erótica, y quería conservarla así en su memoria. La mano de Harry comenzó a deslizarse por el brazo hasta llegar al cuello del rubio, y sujetándose a él, se acercó abandonando la mano por la boca. Esta vez el beso no fue tan desesperado, fue mucho más lento… y con él cedió el control sobre la situación. Draco notó su abandono, y lo aprovechó. Rompió el beso, y con lentitud fue deshaciéndose de la molesta ropa del moreno. El jersey, la camisa. Intercalaban fugaces besos, que Harry le reclamaba con ansiedad, a la vez que intentaba mantener las manos sobre el pecho de Draco que tuvo que volver a parar ante la nueva aceleración del moreno.
-Los polvos rápidos, son para los cambios de clase – Dijo con cierto tono de regañina.
-Eso es imposible – Dijo Harry convencido, sorprendiéndose ante el gesto de duda interrogativa que tenía la cara de Draco - ¿O no?
-Pues… - "Tendría que ser delito que un hombre con tan buen gusto y tanta suerte, no sepa aprovechar lo que tiene… "Pensó, disgustado por lo mal que Anthony disfrutaba de su tesoro. – Deja que continúe mi trabajo – Dijo sonriendo para salir del paso.
Harry posó sus manos en los hombros desnudos Draco, ya que éste no le permitía todavía bajarle los pantalones. Dejó que le empujara hacia la chimenea y allí se tumbaron sobre la mullida alfombra. Draco le sujetó los brazos contra el suelo, mientras con su boca recorría el pecho de Harry, haciendo dibujos con la punta de su lengua. Descubrió que al moreno le excitaba sobremanera la zona del ombligo, así que se entretuvo, arrancando gemidos descontrolados del moreno, que le miraba con atención, entrecerrando de cuando en cuando sus ojos. Al llegar al pantalón, se entretuvo en besar la más que notable erección del Gryffindor, pero al descubrir que los pantalones de Harry eran de botones y no de cremallera, tuvo que cambiar de planes y soltarle las manos. El moreno se volvió a mostrar inquieto, pero él mismo se controló, y dejó que Draco se deshiciera de la ropa que le quedaba. Se quejó entre jadeos, cuando en vez de prestar atención a su erección, el rubio se dedicó a besarle los muslos, pero el placer que le proporcionaba la lengua que se hacía esperar, le hizo desistir de pedir otra cosa. Al final, con las manos enredadas entre el cabello del rubio, le guió despacio hasta donde él quería. Draco sonrió y le dio un beso en la punta del glande, antes de apropiarse de todo con glotonería. Harry comenzó a gemir con fuerza, y abrazó con sus piernas el cuerpo del rubio, que además, estaba de nuevo jugueteando con sus pezones. Intentó resistir, intentó todas las formas que conocía para aguantar, pero fue un fracaso, en menos que se dice quidditch, Harry se corrió en la boca del rubio diciendo su nombre.
Draco abrió sorprendido los ojos, y casi se atragantó, cuando escuchó su nombre en los labios de Harry. Algo le volvió a empujar hacia la boca del moreno, que se rindió ante él sin condiciones, mientras aún disfrutaba de las últimas sacudidas del orgasmo.
Mientras Harry se recuperaba un poco, Draco había decidido entretenerse dándole pequeños besos por el cuello.
-Había oído que eras un buen amante… y tenían razón.
-Todo en esta vida tiene su arte. Soy bueno en las cosas que me gustan… De todas formas, eres fácil de excitar.
-Oh, no. – Dijo Harry moviéndose para colocarse encima – No lo soy. Soy más bien… frío. – Draco volvió a poner su cara de "¡anda ya!" mientras el moreno comenzaba a desabrocharle, por fin, los pantalones.
-Tal vez no deberías ir tan deprisa. Te gusta jugar… lo haces con casi todo. Juegas en pociones, en quidditch, conmigo cuando me vas a hechizar… juegas con los demás, al ajedrez, con la comida... De una forma sutil, sí, pero te va el juego. No entiendo como justo en el mejor momento para jugar, no lo haces. Además… deberías de dejar de ser tan suspicaz y dejar que de vez en cuando, alguien juegue contigo.
-Te pareceré poco peón de ajedrez…
-No eres el peón, eres el rey, a ver si de una vez te das cuenta, si caes tú se acabó el juego. Y me refería a sexo. – Harry se puso de nuevo a su altura y le miró. – No eres una puta que tenga que calentar al otro y luego abrirse de piernas pensando en el color del techo… así no se excita casi nadie… A mí me gusta que mi pareja disfrute… pero también le pido, no, le exijo que me haga disfrutar a mí… Por ciero… - Alzó una ceja mirando al moreno, que con una sonrisa se acercó para besarle.
-Juego… vale, lo he entendido.
Draco suspiró y cerró los ojos cuando notó el calido aliento de su compañero recorriendo su oreja izquierda y bajando por su cuello. Le trajo a la memoria la noche del tragababosas, e instintivamente se abrazó a Harry y le besó para romper con ese recuerdo. Comenzó a acariciarle la espalda, mientras el moreno llevaba su mano libre hacia la entrepierna, por fin libre, de Draco. Le acarició con un dedo, haciendo que el rubio sonriera dentro del beso. Harry hizo un recorrido muy parecido por el pecho del rubio, al que este había realizado antes en él, pero se entretuvo más en los pezones asegurándose de dejarlos bien duros. Aún su mano acariciaba la erección de su amante sin llegar a masturbarlo. Bajo despacio por el vientre y apoyó la cabeza en él, mirando su mano subir y bajar por el miembro de su amante, y por fin escuchó el deseado gemido. Sabía que acababa de tomar el control.
-¿Vas a hacerme el amor? – Preguntó sugerentemente, dando un golpecito con su lengua a la punta de Draco y comenzando a acariciar es escroto.
-Voy a hacer lo que tú me pidas – Susurró totalmente excitado el rubio.
-¿Y gritarás mi nombre? – Dando otro golpecito
-Y gritaré tu nombre. – "¿Cuál otro si no?" Pensó.
Harry se colocó a cuatro patas encima de Draco, para hacer tranquilamente su tarea, y facilitar al rubio el acceso para prepararlo. Por unos minutos, Draco ni se movió, disfrutando de las sensaciones que le estaban produciendo la lengua y la garganta del Gryffindor. Luego, lentamente, se estiró para coger su varita del suelo, y conjurar un bote pequeño de color azul. Untó sus dedos en la sustancia que había dentro del bote y comenzó a preparar a Harry. Le notó estremecerse ante la intrusión, pero ni por un momento dejó de jugar con Draco. Cuando le cabían ya tres dedos y le consideró preparado, levantó la cabeza atrapando con su boca, de nuevo el pene de Harry, que paró muy sorprendido. Su erección reapareció con rapidez. El rubio sacó sus dedos y tras un último lengüetazo, salió ágilmente de debajo de Harry y se colocó detrás. Entró con suavidad, dando tiempo al moreno para que se fuese acostumbrando, cosa que hizo con rapidez y comenzó a moverse. Draco le frenó de nuevo el ritmo, acariciándole la espalda de cuando en cuando. La situación se tornó más intensa y Harry volvió a gemir su nombre pidiendo más. No se hizo de rogar, y con una mano comenzó a masturbarlo, al mismo ritmo que él llevaba. Esta vez no se controló, sabía que el Gryffindor no podría, así que cuando notó que su mano se calentaba con el líquido de este, pegó un par de sacudidas fuertes, y diciendo su nombre, se dejó caer sobre él.
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Eran las 6 o las 7 de la mañana, y después de la alfombra, habían probado el sofá, la mesa grande, el pasillo, el baño, y finalmente la cama. Draco estaba boca arriba, mirando el techo de su cama, mientras Harry apoyaba la cabeza en su pecho y dejaba que el rubio le acariciara el pelo.
-Me va a ser difícil olvidar esta noche.
-No es verdad… la olvidarás… ¿Se lo vas a contar? – Preguntó.
-Aún no lo sé. No soy capaz de explicármelo a mí mismo… así que no sé cómo se lo voy a explicar a él.
-¿Le amas o le necesitas?
-¿Qué diferencia hay?
-Mucha, Harry, mucha.
-¿Quién te regaló esa snitch? – Dijo señalando la que estaba sobre la mesita.
-Severus… ¡no! No pienses nada raro, es solo que… todo el mundo tiene una y… bueno, tú ya has regalado una… y… me la regaló para cuando encontrase a alguien especial.
-¿Él tiene una?
-Sí, se la regaló su mujer. Es viudo… ¿Y Sirius, tenía una?
-Sí, fue… Remus… por lo visto… Estaban celebrando una victoria de quidditch sobre Hufflepuff y en medio de la fiesta, y aunque Sirius se lo estaba montando con dos chicas, creo, pidió la snitch a mi padre, y se la dio.
-¿En serio? ¿Delante de tanta gente?
-Sí. Por lo visto todo el mundo alucinó. Nadie sabía de la homosexualidad de Remus.
-Tiene que ser duro reconocer a una persona que jamás te corresponderá, lo que sientes por ella. Yo sé que no tendría valor.
-Oh, bueno, la verdad es que Sirius sí le correspondió, aunque no esa noche. – Levantó la cabeza y miró a los ojos grises de Draco que aún le seguía acariciando el pelo. – Tengo que irme ya.
-Nadie va a entrar aquí, puedes quedarte… - Harry posó dulcemente los labios en los suyos, haciéndole callar.
-Draco, por favor… no me lo hagas más difícil. Esto tiene que acabar aquí y ahora. Y jamás se repetirá. – Dijo dándole la espalda y levantándose de la cama.
-No serías el primero que tiene amantes... – Sugirió sin mostrar la desesperación que comenzaba a adueñarse de él en ese momento.
-Yo no podría, además… está Anthony, él no se merece que le haga esto. – Salió por la puerta de la habitación hacia la sala y su ropa.
Draco se envolvió en la sábana y salió tras él. Le vio vestirse despacio, y recoger su varita. Ya en la puerta se giró hacia el rubio y le sonrió con dulzura.
-Pelear contigo ahora ya no va a ser lo mismo.
-Tal vez sea hora de dejar de pelear.
-Victoria – La puerta de Slytherin se abrió tras él – No te extrañe si estos días…
-Por favor Potter… nos estamos poniendo melodramáticos por un buen polvo – Dijo intentando ayudar a Harry a irse.
-Malfoy – Inclinó ligeramente la cabeza en señal de saludo, y dando media vuelta se fue.
Draco, aún envuelto en la sábana, se sentó en el sillón y escondió la cabeza entre las manos. No escuchó como la puerta de Slytherin se abría de nuevo, pero sí a su padrino.
-En todos los años que llevo en este colegio, nunca vi u oí que un Gryffindor hubiera entrado en Slytherin, y menos pasado una noche completa – Draco levantó la cabeza hacia Severus – Espero que sepas lo que haces, Draco.
-No, padrino, ya no lo sé.
Continuará…
Respuestas a los comentarios:
JuliaSakura - ¿En serio creíste que Draco llegaría a tanto? No sé. Lo bueno es que hasta él se dio cuenta de que su "maldad" tiene un límite. Gracias por tu comentario. S.
Ayda Merodeadora – Espero que ya estés mejor, ahora la que empieza a estar poxa soy yo. Jajajaja. Gracias por tu apoyo. S.
Arla17- Gracias. ¿En serio sigues creyendo que Draco es tan malo?... Tranquila, hasta ahora he acabado todas las historias que he comenzado, y pienso seguir haciéndolo. S.
Sak il Blak – Reléete el final, la pregunta era si seguía o no. Recuerda que Draco le sujeta la mano. Me castigaron por las formas, no por el contenido. Ya ves, es que mi vida es un poco anómala. Besos. S.
Cerdo Volador – (Mira que me hace gracia tu nick) Gracias por todo. S.
Luna- tejedora – No, por favor. No quiero matar a nadie con mis histórias, jajajaja, si lo hago ¿quién las leería? Lo de la ortografía… es que soy una perfeccionista, y eso me pierde, no puedo evitarlo. Y gracias por tu apoyo, yo no leí ninguna incoherencia. S
Merche – No es esa una buena novia para Minerva, demasiado loca, jajajaja. Yo no me veo capaz de llegar a dar un bofetón a nadie, pero sí que hay gente que en fin… Bueno, espero que te haya gustado la dedicatoria y el capítulo. Un besazo. S.
GaBo0 – Espero que ya te hayas puesto al día. Tranquilo, que Harry no es tan tonto. S.
