Si el tiempo lo permite, me voy fuera este finde, así que la semana que viene tardaré en publicar. Lo siento, por eso me he metido caña con este capítulo.
Si alguien quiere regalar alguna snitch… que me diga a quién (y no todas a Harry o a Draco) y a ver que sale… es un experimento que quiero hacer, a ver que sale,jajajajaja.
Bueno, dedico este capítulo a AZALEA por dejarme esos comentarios con tanto ímpetu, y a CHIQUINKIRA Y SABRI, por ser el primer comentario doble que recibo, me hizo mucha gracia.
Bueno, para quienes leyeseis "El llavero de Plata", os diré que no ganó el concurso de la Orden Draconiana, al principio me dio pena, pero la verdad es que el que ganó era mi favorito, yo lo hubiera votado de haber podido, así que felicidades desde aquí a DIMALFOY.
Bueno, ya sabéis lo que sigue… los comentarios donde siempre….etc..
Un beso
Serendipity. Miembro de las Órdenes Draconiana y Siriusana.
--- Capítulo 8: La snitch de Dumbledore -
-Llegas tarde – Dijo Draco sin levantar la vista de su libro.
-No iba a venir
-¿Y por qué lo has hecho entonces?
-¿Por qué me hiciste el trabajo? – Harry estaba de pie frente a él
-Ya te lo dije… alguien tiene que cuidar de ti.
-Mírame al menos – Draco levantó la cabeza sorprendido.
-Parece que te has animado…
-¿Por qué lo has dicho? ¿Por qué dijiste que fuiste tú?
-¿Acaso no es verdad? – El rubio levantó una ceja.
-Qué quieres de mí – Harry apoyó ambas manos en los reposabrazos del sillón en el que estaba el Slytherin, y se acercó peligrosamente.
-Muchas cosas, supongo que todo – Contestó sin pestañear.
-No es cierto… he intentado seducirte y tú me has alejado – Afirmó separándose un poco y relajando el tono de voz.
-No soy el postre de nadie. Al contrario que tú, yo tengo cierta autoestima. Me rebajo hasta cierto punto, tengo un límite de amor propio.
-Creo que lo mejor será que nos mantengamos alejados… Te agradezco lo del trabajo y todo eso… pero prefiero que te alejes de mí.
-No creo que pueda, tenemos un arduo trabajo para el resto del curso.
-Me refiero a fuera de las clases.
-Vienes porque quieres, que yo sepa no te obligo.
-Bien, pues que sepas que ya no voy a volver.
-Harry… no te pongas melodramático – Dijo dejando el libro y levantándose.
-No lo entiendes, no me entiendes… En el fondo sois iguales… me oís porque os interesa que yo no me disguste, pero no me escucháis. Lo único que queréis es ponerme como trofeo en un expositor.
-Eso no es cierto, lo sabes. Escucha… - Le intentó coger el brazo pero el Gryffindor se alejó.
-No. No quiero que me convenzas de algo que luego seguro que me hace sufrir… escucha, he hablado con Ron y Hermione… ambos piensan que Anthony solo que quiere por interés, yo creo que igual que tú. De los dos… él es el menos malo.
-Harry, no es así… ¿Por qué él es el menos malo?
-Nadie de su entorno me quiere muerto…
-Entiendo.
-Es mi decisión. Respétala por favor. - Draco se quedó mirándole en silencio. Cuando Harry iba ya por el pasillo, se asomó y le dijo:
-¿Por qué lo haces? Podrías tener a quien quisieses…
-Si me hubieses escuchado lo sabrías.
-Eres el rey, no el peón. Recuérdalo.
-El rey es el más débil, por eso el resto de fichas se sacrifican para protegerle. – Y se adentró en la oscuridad, dejando al rubio pensativo en la puerta.
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El profesor les guió por los oscuros pasillos de las mazmorras. Era una zona que ninguno de los tres alumnos había visitado antes, tal vez porque durante años debía de haber desaparecido para luego reaparecer. El movimiento de las salas del castillo que tanto gustaba a su director, volvía loco a más de un estudiante y a casi todos los profesores.
-Lumus – Dijo el profesor al entrar por una gruesa puerta de madera.
Ante los estudiantes empezaron a encenderse cientos de antorchas, dejando ante sus ojos, la inmensa imagen de una sala casi tan grande como la biblioteca llena de estanterías de hasta 3 o 4 metros por encima de las cabezas de los estudiantes.
-Esto es inmenso – Exclamó Hermione emocionada – Pero no acabaremos nunca…
-No se preocupe señorita Granger, aún estará aquí el año que viene. Bien, esto es lo que quiero que hagan… Revisar los botes… tirar los que estén en mal estado y re-etiquetar los que aún se puedan usar. En esas cajas – Señaló unas cajas de madera que estaban en una esquina cercana a la puerta – Tirarán la basura, los elfos se encargarán después. Esa pequeña la puede usar el señor Potter para traerme aquellos botes que no sepan lo que contienen… Allí les he dejado tinta, pluma, pergaminos y etiquetas y las escaleras para llegar a los estantes más altos… al final de cada día me entregarán un listado de las nuevas etiquetas y haré un pequeño control al señor Potter para asegurarme de que aprende de ustedes ¿Alguna duda?
-Por ahora no – Comentó Draco mirando a Harry de reojo, que hoy no tenía cara de buenos amigos.
-Bien, podrán descansar cuando quieran, pero si veo que no cunden en su trabajo les eliminaré sus privilegios. ¿Entendido?
-Sí señor – Dijeron los tres. Y sin apenas mirarlos, Severus se dirigió a la puerta y salió de la sala.
-Bueno… ¿Cómo nos organizamos? – Preguntó Hermione completamente angustiada. Draco la miró y llevándose dos dedos a la boca, emitió un sonoro silbido. A los pocos segundos otro silbido le respondió y la puerta se abrió de nuevo, dejando entrar a Ron con Crookshanks en brazos, Pansy y Blaise. – Pero…
-Tranquila cariño – Dijo Ron soltando al medio gato – Pansy me propuso venir a ayudaros y me pareció buena idea, así podemos estar más rato juntos, y podréis acabar antes… aunque por lo que veo ni un ejército acabaría nunca aquí. Snape está…
-Ejem, ejem – Los Slytherin le miraban amenazantes.
-¿Por qué no se lo dijisteis a Anthony? – Se quejó Harry.
-Se lo dije – Contestó el pelirrojo – Pero contestó que hoy estaba muy ocupado, que tal vez se pase a echar una mano por la tarde. – Draco y Pansy sonrieron disimuladamente mientras el moreno no podía disimular su desilusión. Solo hacía un día que habían hecho las paces y ya le dejaba en la estacada.
-Bien, el plan es el siguiente – Comenzó el rubio – Pansy y Blaise pueden ir por delante, y eliminando los botes en mal estado con el hechizo 'Caduco caput', Yo iré por un lado de la estantería y tu Hermione ¿te puedo tutear? – La castaña asintió todavía asombrada – Por el otro lado. Ron y Harry tomaran los apuntes de las etiquetas. Como a Harry le van a examinar, que se turne, un rato estará conmigo y el otro contigo. Intentaremos ir a la par por si hay algo curioso que mostrarle o por si uno de los dos tiene alguna duda. ¿Qué os parece?
-¿Y si viene Snape? Si les pilla…
-Tranquila cariño, por eso me traje a Crookshanks, él nos avisará si viene alguien no deseado.
-Entonces… comencemos. Harry, tú conmigo. ¿Qué lado de la estantería prefieres Hermione? – Sonrió pícaramente
-Da lo mismo… - La chica le miraba como si estuviese viendo a un fantasma pero intentando disimular.
-¿Por qué contigo y no con ella? – Se quejó el moreno.
-¿Has dormido mal, Harry? Vaya rato que llevas, déjame con mi novia un rato, luego cambiamos.
Los seis chicos se pusieron manos a la obra. Eligieron la estantería más lejana a la puerta. Y cada uno comenzó con su tarea asignada. Draco, ignorando la mirada de enfado de Harry, le iba explicando ingrediente por ingrediente, desde las cualidades genéricas para su identificación, hasta sus diferentes usos. De vez en cuando, dudaba y preguntaba a la Gryffindor a través de la estantería. Cuando ninguno de los dos daba con ello, lo aparecían en la caja de las dudas. Hermione también se animó a consultar, y a mostrar botes curiosos a Harry y Ron. Afortunadamente, Blaise y Pansy, eliminaban muchos de los botes, facilitándoles el camino y al ir más rápidos, se paraban de cuando en cuando para contar cualquier cosa trivial y aligerar el ambiente.
-¡Cielos! - Exclamó la chica mirando atentamente el bote que tenía en su mano – No puede ser. ¡Draco!
-Dime – Contestó asomando por un hueco entre los botes.
-Creo que son colas de erumpent – Afirmó pasándole el bote al rubio a través de la estantería.
-Sí, lo son, son muy peligrosas, y hay muy pocos magos que puedan usarlas. – Después de mirarlas con atención le devolvió el bote a la chica.
-Material comercial de clase B – Comentó Blaise – Muy caro.
-Nunca las había visto, ni tan siquiera en las tiendas – Dijo alegre Hermione.
-Tal vez eso sea porque no vas a las tiendas adecuadas – Respondió Draco – No me malinterpretes, pero en las islas es difícil encontrar algunas cosas… hay que viajar África por ellas.
Crookshanks maulló de repente, dejándolos a todos petrificados en el sitio. Harry dejó lo que tenía en las manos y se asomó entre las estanterías en dirección a la puerta.
-¿Dobby?
-Señor Potter. El director Dumbledore me envía con este tentempié para todos. Me dijo que los seis tendrían que descansar a media mañana… y que les avise de que no lleguen tarde a la comida.
-¿Los seis? – Hermione había ido detrás de Harry – Somos tres – Dobby sonrió y se encogió de hombros sin decir nada.
-El viejo está en todo… no sé como lo hace – Comentó Malfoy sobresaltando al pobre elfo ante su repentina aparición.
-Ejem, ejem – Esta vez eran los Gryffindor los que avisaban del peligro.
Harry le dio las gracias al elfo antes de que desapareciese, y todos aprovecharon para beber un poco de zumo y comer unos cuantos pasteles.
-Me pregunto… ¿Dumbledore tendrá hijos o nietos? No sé, alguna familia a parte de su hermano. – Harry en realidad pensaba en alto cuando dijo esto.
-Sí, tiene un hijo, pero nadie sabe dónde se encuentra. La única vez que oí hablar de él decían que estaba en el amazonas investigando las propiedades curativas de no sé que planta… y… ¡ay! – Pansy suspiró – lo siento pero no recuerdo… ¡a sí! Se había casado con un brujo de una de esas tribus de allá.
-¿Dónde lo oíste? – Preguntó Ron
-En la peluquería, ¿dónde si no?
-No sé, no me imagino al director enamorado llevando flores a una chica – El pelirrojo sonreía intentando imaginarlo.
-Pues tal vez lo estuvo o tal vez no, pero de él seguro que se enamoraron, porque tiene una snitch en su despacho – Dijo Hermione mirando disgustada a su novio que tenía la cara llena de merengue.
-Fue una americana. – Pansy demostraba que su fuerte era la prensa rosa - Todo un escándalo en su época. La selección nacional de Argentina creo, vinieron a jugar un amistoso y a recorrer Europa para mejorar su juego y… esta chica, que era una sagre suc… - Miró a Hermione, y sonriendo corrigió – hija de muggles se quedó prendada de nuestro director y se quedó en Inglaterra. Obviamente, les cerraron muchas puertas, pero al final se casaron. Creo que ella murió envenenada o asfixiada… ¡no! Murió atropellada por un tranvía muggle. Un desgraciado accidente, era sorda de nacimiento y no lo oyó acercarse.
-Me estoy dando cuenta, cariño, que tienes razón. Tu futuro es el periodismo.
-Gracias caramelito. – Le dio un suave beso.
-Creo que ya hemos descansado bastante – Dijo el rubio levantándose. - ¿Ron vienes conmigo? Sería bueno para Harry que ahora le indicase Hermione. – Ron asintió en silencio. No quería que se le notase mucho, pero se lo estaba pasando más entretenido de lo que esperaba.
Hermione llevó un pastelito de fresa a Crookshanks y le acarició un ratito entre las orejas en agradecimiento por su labor. El gato se relamió contento.
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Sentados en el gran comedor, Ron describía cómo Draco había tenido que meter el dedo en un bote que parecía contener alguna serie de excrementos, y como había tenido que hacer aparecer un hechizo perfumador para que el rubio no se mareara.
Los tres reían ante la situación mientras comían. Harry ya se había pasado a dejar la caja de dudas en el despacho de Snape, y luego pasaría a recogerla antes de volver a la 'pocioteca' que era como los seis habían bautizado a esa sala.
Los Slytherin también reían y brindaban, pero no por eso, sino porque el plan de Pansy estaba dando resultado. Hermione comenzaba a respetarlos, y Ron olvidaba a ratos quienes eran y se relajaba. Y sólo en una mañana… tras varios días, las serpientes preveían la rendición total de los Gryffindor y tendrían su apoyo incondicional.
Anthony llegó tarde a la comida, así que Harry pudo ir a acompañarlo mientras comía ya que él había terminado.
-¿Por qué no viniste? Nos lo hemos pasado bien
-Venga ya, ¿con tres Slytherin y Hermione?
-Es mi amiga… no empieces.
-Tenía que entrenar, el 7 de febrero jugamos contra Slytherin. Voy a hacer que esa sabandija muerda el polvo.
-Pero si tú no eres buscador.
-Sí, ¿no te lo había dicho? Cho está muy deprimida porque la ha dejado Michael, así que yo ocupo su puesto dentro de 1 semana.
-Malfoy es muy bueno.
-Va, no tanto. Tú le ganas siempre.
-Es que yo también soy bueno – Anthony le miró de reojo y siguió comiendo - ¿Vas a venir esta tarde?
-No sé… en serio. ¿Quieres que vaya? Es que estoy cansado y hoy es sábado… Tengo una idea… ¿qué te parece si me quedo y preparo una noche romántica, eh?
-No sé, me siento un poco solo…
-Venga, va, no seas tonto – Le dijo cariñosamente poniendo una mano sobre su rodilla – Hace mucho que no tenemos una noche así. Nos vendrá bien… te noto un poco tenso. Además llevaré aceite de melocotón, siempre te gustó darme masajes cerca de la hoguera.
-Si claro… pero voy a estar cansado, por una vez podía ser al revés… no sé… jugar un poco… ya sabes…
-No se me da bien y lo sabes, no soy buen masajista. Además ya sabes que no me gustan las cosas raras en el sexo. Si estás cansado esta noche… escucharemos música… no sé, lo decidiremos después de cenar. Le diré a Dobby que prepare algo especial.
-Ya veremos… pero… no vayas al aula del ala sur… mejor elige alguna que esté en una torre… - Harry se quedó en silencio mirándole… sin querer miró hacia Slytherin en donde Draco hablaba con Nott tranquilamente… - Anthony… mejor no. No prepares nada.
-¿Por qué? Si no me cuesta…
-No. Estoy… confuso… creo que necesito estar alejado de ti un tiempo.
-¿Qué? – Dejó caer ruidosamente los cubiertos atrayendo sobre ellos la atención de los que aún quedaban en el comedor - ¿ME ESTÁS DEJANDO?
-No, no por favor… siéntate… no te estoy dejando, solo que… creo que… no lo tengo claro… necesito un poco de tiempo para poner mis ideas en orden… Siéntate por favor – Ron y Hermione les miraban preocupados, mientras Pansy saboreaba su tercer postre de chocolate con extrema felicidad.
-ERES INCREIBLE, HARRY – Anthony comenzó a gesticular exageradamente – PRIMERO ME PONES LOS CUERNOS Y CUANDO TE PERDONO Y TE PROPONGO UNA NOCHE ROMÁNTICA VAS Y ME DICES QUE ESTÁS CONFUSO…
-Señor Goldstein, señor Potter… este no es el sitio indicado para estas discusiones – Dijo a su lado la profesora McGonagall.
-Lo siento profesora – Dijo Harry levantándose todo sonrojado – No volverá a ocurrir.
-Puedes jurar que no – Siseó Anthony – Quieres tiempo… pues de acuerdo, tienes un mes…¡Ah! Y no esperes nada para el 14 de febrero. – Saludó con la cabeza a la profesora y salió del comedor.
-Señor Potter…
-Lo siento profesora McGonagall, de verdad que lo siento – Ron y Hermione habían llegado a su lado.
-Bien, será mejor que se vaya. – Dijo dirigiéndose de nuevo a la mesa de profesores, dónde Severus le miraba serio y Hagrid preocupado.
-¿Sabes Harry? – Le dijo Cho parándole al final de la mesa de Ravenclaw – Te mereces algo mejor.
Continuará…
Respuestas a los comentarios:
JuliaSakura - ¿Te refieres a por qué lo hizo público? Pues por fastidiar a Anthony. Gracias por tu comentario. S.
Tomoe69 – Pues…Harry sabía que Draco le echaría la bronca, porque ya le había tirado alguna que otra indirecta, y no quería más. Y Anthony, le tiene como un objeto decorativo. Besos. S.
Diabolik – Bueno, ya has visto la reacción de Harry… si que se ha molestado pero Draco volverá a convencerle. Gracias como siempre. S.
Chiquinquirá y Sabri – Espero que os guste la dedicatoria. Un abrazo y gracias. S.
Iva girl – Al final no me pusiste la página donde mirar la información, me quedé alucinada leyéndolo… Muchas gracias. S.
Ayda merodeadora – Jajajajaja, más vale tarde que nunca. Muchas gracias preciosa. Un beso. S.
Asil Black – Si, es cierto, me faltan un montón de snitch… uf, vaya tarea me queda. Jajajajaja. Un abrazo y gracias por tu comentario. S.
