Hola de new… bueno, por fin San Valentín, que además coincide con Carnaval y con un Harry pletórico porque no ha perdido a su niño rubio… ¿Qué pasar�?... Lo leeréis más a bajo. Antes de nada. Estoy agotada, así que no voy a repasar el capítulo, perdonadme los posibles fallos y repeticiones que haya cometido, pero sé que lo estáis esperando y… Bueno. La escena del restaurante la escuché (a escondidas) a unos amigos de mi madre una noche de esas de confesiones, así que es verídica, espero haberla reflejado bien. El motivo de la apuesta no es el mismo, claro… Espero que a ninguno de los protagonistas originales les de por leer esto, o soy escritora muerta. Jajajajajaja.

Este capítulo va dedicado a ARTEMISA, por valiente y porque se lo merece. Y a JULIASAKURA, que también se lo ha ganado por persistente. Espero que os guste.

Yo no os conozco, así que tal vez meta la pata cuando os describa con vuestra snitch, así que perdón por las posibles meteduras de pata.

Besos

Serendipity Miembro de las Órdenes Siriusana, Draconiana y Severusiana.

- Capítulo 12: La snitch de Draco -

-Hola Harry… me alegra verte. Estos días de reclusión han sido un verdadero aburrimiento – Dijo Anthony desperezándose.

-Ya bueno… yo no he estado castigado, no estaba en el comedor cuando la batalla.

¡Qué suerte¿Y qué has hecho? – Le dejó un hueco a su lado para que se sentase.

-Pensar en nosotros.

-Ah, ya te has decidido… ¿ves? Te dije que todo pasaría… el sábado nos lo vamos a pasar…

-Anthony… quiero que terminemos.

¿Cómo! – Harry se quitó el anillo y se lo acercó.

-Lo que oíste… no quiero seguir contigo… Me lo he pasado muy bien y… he aprendido mucho de ti… pero amo a otra persona… y quiero darla una oportunidad.

-Eso es imposible… - Dijo con tranquilidad – Tú estás loco por mí. Me estás gastando una broma.

-No. Te lo digo en serio… - Anthony sonrió y al ir a coger el anillo agarró a Harry de la muñeca atrayéndole a él.

-Escúchame bien, Harry. Malfoy te usará y te tirará como un pañuelo de papel. Entonces… cuando vuelvas arrastrándote a mí…

-Aunque me use como lo has hecho tú… jamás volveré contigo… y menos me arrastraré… - Harry se soltó con brusquedad. Le miró con desprecio y se alejó.

-NO TE ENGAÑES – Gritó Goldstein – TU ERES MÍO… VOLVERÁS.

-Antes muerto – Susurró el moreno alejándose más en dirección al castillo.

Draco lo observaba todo desde lejos, quería asegurarse de que no pasara nada. Ron y Hermione estaban un poco más atrás con Pansy y Blaise… esperando sin decir nada. A la señal del rubio, cada uno se fue por su lado… Era viernes y todo estaba bien.

O-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

-Estás preciosa – Dijo galantemente Draco

-Gracias – Artemisa sonrió con franqueza. Se había recogido la melena rubia en una bonita trenza adornada con cuerdecitas de colores mezcladas entre sus cabellos, y un maquillaje discreto que resaltaba el verde de sus ojos. Vaqueros que resaltaban el largo de sus piernas (estaba cansada de la falda del uniforme) y un jersey de tonos verdes con escote.

¿A dónde prefieres ir a comer?

-Pues… había preparado un picnic, pero hace demasiado frío… no sé en qué estaba pensando – Dijo la golpeadora de Hufflepuff señalando la cesta de comida. Draco se quedó un momento pensativo.

-Ya tengo la solución. Ven, vamos al aula de Firenze… a él no le importar�, y además le he visto salir. Nadie nos molestará. – Cogió con una mano la cesta y con otra la mano de la chica y se dirigió hacia el aula.

Harry se los cruzó por el camino. Estuvo a tentado de seguirles, pero pensó que eso no era lo justo, así que continuó su camino hacia las mazmorras. Pansy y Hermione, que ya habían firmado una nueva tregua entre ellas, estaban diseñando los trajes para Draco y para él, y querían hacer las pruebas correspondientes.

Una vez en el aula, sacaron las cosas del picnic y se sentaron mirando el paisaje que la magia creaba en esa aula.

-La ventaja es que aquí no tendremos que echar el hechizo antihormigas – Bromeó la chica.

-Si, esto nos va a ahorrar muchos problemas.

¿Sabes? De cerca y a solas no pareces tan presuntuoso. – Draco la miró extrañado.

-Si soy un presuntuoso ¿por qué querías comer conmigo hoy? – Ella sonrió con tristeza y miró para otro lado. Draco le acercó los emparedados de pollo. – Come. Están buenos – Sonrió a la chica que se relajó y cogió uno.

-Es curioso… ahora todas andan locas por Potter. Yo sigo pensando que tú eres muchísimo más guapo…

-Es normal. Él ha estado emparejado y fuera de su alcance. Me tienes que decir como haces estos emparedados… están de vicio – Y cogió otro glotonamente – O… ¿los has encargado en las cocinas?

-No, son míos… Y tú me tienes que explicar como eres capaz de comer emparedados, tumbado bocabajo y apoyado sobre los codos… te van a sentar mal.

El resto del almuerzo trascurrió de forma tranquila, contando pequeñas anécdotas de las clases y hablando de trivialidades. Artemisa era hija de muggles, así que tuvo que responder a todo un interrogatorio sobre programas de televisión, cine y música… que Draco sabía que existían, pero que sus padres jamás permitieron en su educación.

Llegadas las 4 de la tarde, Draco decidió dar por terminada su cita, había quedado con Pansy y Hermione para probarse por última vez su disfraz.

-Me lo he pasado muy bien contigo, pero tengo que irme ya… tengo que preparar unas cosillas.

-Claro, lo comprendo… esto… tengo algo para ti, por San Valentín – Se puso a buscar en la cesta del picnic.

-No hacía falta, de verdad. Ya has hecho bastante.

-No eres como aparentas… pareces odioso, pero… - Extendió un pequeño paquetito hacia él.

-Silencio, es un secreto… no se lo cuentes a nadie – Bromeó – No tienes que regalarme nada, en serio – Dijo rehusándolo.

-Cógelo – Hizo el gesto de insistir.

-Artemisa, yo…

-Tienes pareja, lo sé. Lo comenta todo el colegio.

¿Si?

-Sí, no te has liado con casi nadie últimamente, y salvo el día del partido, estás muy tranquilo… Todos nos preguntamos quién es.

-En realidad lo estamos intentando y… aún no queremos que se sepa.

-Ella es afortunada… o él. Ábrelo.

Draco desenvolvió el pequeño paquete, ante él apareció una snitch brillante y con un fino repujado que dibujaba dragones volando y echando fuego. En pequeño, ponía 'Artemisa'

-Es muy hermosa.

-Gracias, me costó mucho elegirla… siento que no puedas corresponderme. – La chica le miró a los ojos con auténtica pena dibujada en ellos.

-Yo… - Artemisa se acercó con agilidad y depositó un beso en los labios de Draco, que no hizo nada por apartarla.

-Adiós – Y dándose la vuelta, salió corriendo del aula.

Cuando llegó a la pocioteca, aún llevaba la snitch en la mano. Harry le miró en silencio pero no dijo nada.

-Harry, deja ya esos botes. Tienes que irte que vamos a probar a Draco su disfraz… y tiene que ser una sorpresa como el tuyo – Dijo Pansy

-Ya me voy – Se acercó para darle un beso – Supongo que soy afortunado – Le dijo al oído.

-No, el afortunado soy yo, y no me había dado cuenta – Dijo respondiendo a su beso y abrazándole por la cintura.

¿Tengo motivos para ponerme celoso? – Dijo apoyándose en su pecho.

-Ninguno… absolutamente ninguno.

-Bonita snitch Draco – Comentó Ron cogiéndosela de la mano. ¿Qué cuerpo se le queda a uno cuando alguien le regala una?

-Extraño. Harry, tienes que irte.

-Pues suéltame.

-Estáis muy melosos ¿no? – Dijo Blaise con ironía.

Harry se soltó del abrazo con un nuevo beso. Se despidió. Se verían en el despacho de artes oscuras por la noche, ya disfrazados.

o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Harry se miraba en el espejo del despacho, sin estar muy seguro del resultado. Le habían hecho un disfraz de dios Baco, basado en el del cuadro de Velásquez "La fragua de Vulcano". Una corona de parra en la cabeza y una larga toga, que ellas habían cambiado el color original por un verde oscuro que resaltaba más el tono de piel y los ojos del moreno, sujeta en su hombro izquierdo y que sin embargo a penas le tapaba el pecho. Al menos las sandalias eran muy cómodas.

-Deja ya de mirarte con esa cara… estás imponente – Dijo Draco desde atrás.

¿Té gusta? – Al darse la vuelta, vio a Draco vestido con lo que parecía una minifalda azul, un peto con un águila labrada, unas muñequeras de cuero, un casco de guerrero, una espada, las sandalias parecidas a las que llevaba y una capa roja – Creo que no voy a llegar al restaurante… me gustan tus piernas.

-Yo soy Marte… dios de la guerra ¿y tú?

-Baco… ¿Sabes de qué soy dios? – Sonrió con picardía.

-Draco se aproximó a él y lo abrazó para besarlo… al notar la piel del pecho de Harry se le empezó a erizar la suya… Durante el beso, estuvo a punto de mandar la cena al diablo, cuando Harry no le permitió separarse y le guió la mano hacia uno de sus pezones que ya estaba erecto. A penas reunió fuerzas para romper el contacto con el moreno.

-Harry por favor… tenemos que estar en el restaurante en 15 minutos.

-Tiempo de sobra – Dijo acercándose ¿No eras tú el que presumía de los polvos rápidos entre clases? – Volvió a besarle.

-Harry… - El beso se hacía más profundo y exigente… El moreno estaba completamente decidido. – Harry no… - Pero Harry soltó el enganche de su hombro, haciendo que todo el disfraz cayese al suelo – Tú lo has querido.

Draco empujó a Harry hacia la mesa y le puso de espaldas. El moreno estaba completamente excitado, y le suplicaba que entrase ya, aunque no le hizo caso y le preparó un poco primero. Luego le separó las piernas bien, apoyó su mano en el cuello del moreno para que se mantuviera inclinado, y levantándose la falda y bajando su tanga (especial para la noche), entró de un solo empuje. Él también estaba más que excitado, así que no tuvieron que esperar mucho para el primer orgasmo de la noche.

Descansaron unos segundos, y Harry se colocó rápidamente su disfraz de nuevo.

¿No llevas ropa interior?

-Esta noche ¿para qué? – Dijo el moreno sonriendo – Tú tampoco deberías… pero bueno, ya la perderás por ahí. ¿Nos vamos?

¡Harry! – Draco se acercó dándole una palmada en el culo – Creo que esas dos no podían haberte elegido un disfraz mejor… - Le abrazó por detrás y sacó la snitch de Filch.

¿Otra snitch?

-Esta es de Filch

¿Te ha regalado Filch…?

-No, jajajajaja, es… – Pasó el dedo por la torre Eifel

¡Un traslator! – Exclamó el moreno abriendo los ojos – Estamos en París… estamos en la torre Eifel. – Harry miraba a su alrededor maravillado…

-Ajá.

-Oh, esto es precioso… es maravilloso… es… es… gracias, gracias, gracias – Los ojos verdes de Harry estaban completamente abiertos, mientras corría de un lado a otro mirando la ciudad que estaba bellamente iluminada bajo sus pies.

-Ven, vamos al restaurante – El Gryffindor se acercó obediente y le dio un fuerte beso. Luego le siguió hasta el restaurante.

El maître, que reconoció al rubio nada más entrar, les colocó en un lugar apartado e íntimo, con vistas al Sena. Les dio la carta y les explicó las sugerencias del día. Harry miraba todo con asombro y felicidad, y como no entendía nada de francés, dejó que Draco se encargara de los menús.

La cena trascurría entre risas y bromas. El vino empezó a hacer un poco de efecto y comenzaron a contarse secretos…

-No voy a dejarte hacer esa locura

-Draco… - Se quejó Harry – Tú lo harías por Snape.

-Pero… ¿quieres entrar al ministerio y buscar la snitch que Black llevaba la noche que murieron tus padres?

-Sip.

-Ni hablar, no te dejaré.

-Lo tengo todo planeado.

-Pero no sabes dónde está esa snitch.

-Haré un hechizo localizador.

-No, no irás, es una locura.

¿Draco?

¿Sí?

¿Cómo haces para mantener siempre la cara de que no pasa nada?

-Entrenamiento

¿Y eres capaz de mantenerla en cualquier situación?

-Por supuesto – Dijo mirándole con cara de 'soy un Malfoy'

-Te apuesto lo que quieras a que te hago perder la compostura.

-Harry, no seas crío.

-Venga… si ganas, haré lo que tú dices y me olvidaré de la snitch de Remus… pero si gano, tú me ayudarás a recuperarla. – Draco dudó unos minutos… no podía hacerle un hechizo… las cosquillas no le hacían efecto, y tampoco el dolor…. Lo tenía muy entrenado.

-De acuerdo, así te olvidarás de esa estúpida idea.

Harry puso cara de victoria. Cuando vio que todos los camareros estaban ocupados y nadie les miraba, levantó las faldillas de la mesa y con un gesto ágil, se metió debajo. Draco abrió desmesuradamente los ojos, atragantándose con el trago que acababa de tomar, con eso no había contado.

Notó como las manos de Harry recorrían sus muslos despacio, metiéndose bajo la falda.

-Harry, por favor… sal de ahí.

-No.

-Harry… no…

-Relájate o perderás la apuesta.

-Vale, has ganado, pero no sigas… esto está lleno de gente…

Pero el Gryffindor no le hizo caso. Comenzó por besar entre los muslos del rubio, y luego subió hasta el tanga. Pasó su lengua por encima, y sonrió cuando escuchó al camarero preguntar a Draco si quería más vino, y como este contestaba aún con tranquilidad que trajera otra botella. Notó como el rubio se tensaba cuando liberaba su erección y sin mucho preámbulo la metía en su boca comenzando a masajearla con la lengua. Draco consiguió mantener la compostura, pero la sonrisa de su cara era imposible de borrar. Harry le dio un pequeño respiro, soltándole para besar otras zonas cercanas, pero estaba demasiado excitado, así que metió una mano bajo la mesa para enredar sus dedos en los cabellos de Harry e indicarle que necesitaba que terminase su trabajo. El moreno lo entendió a la primera y volvió a apoderarse del pene de Draco. Notó como el rubio se aproximaba al orgasmo y frenó el ritmo, solo para hacerle sufrir un poco más. Draco empezaba a perder el dominio y escondió la cara entre las manos. Justo antes de llegar, el camarero apareció con la nueva botella. Draco hizo que bebía para no llamar la atención, y justo cuando descorchaban champagne en una mesa cercanaél se vino en la boca del moreno, otra vez con la cara tapada entre sus manos.

Harry se limpió con una servilleta y salió de debajo de la mesa. Nadie lo vio. Bebió un sorbo de vino y miró divertido, como Draco se recuperaba.

-He ganado.

-Esto me lo vas a pagar caro… - Dijo arrastrando las sílabas y mirándole con falso odio

¿No te gustó? – Preguntó con cara de ángel. – Mira ahí vienen los postres. – Draco bebió otro trago para terminar de recomponerse.

-No vuelvo a apostar contigo… en lo que me queda de vida – Al mirarse, ambos se echaron a reír.

La cena terminó y decidieron dar un paseo por la ciudad… La gente iba disfrazada de cosas muy ingeniosas, y aunque la temperatura bajaba de los 0º C., nadie parecía tener frío.

-Será mejor que regresemos, entre los besos que me das cada vez que algo te emociona, y las ganas que tengo que quitarme este disfraz…

-Tengo una idea… - Los ojos de Harry comenzaron a brillar.

-Empiezo a temerte, Harry.

-Por qué no lo hacemos de una forma original… en una cama. – Draco se echó a reír.

-Harry… ¿Cómo vamos a conseguir una cama en Hogwarts?

-No, allí no, aquí. Tengo dinero muggle… y aun no te he regalado nada. Mañana es domingo, ya buscaremos la forma de que no nos pillen así por el castillo… ¿qué dices?

-Que tienes libras y aquí se paga con euros… además somos menores y… se van a preocupar si el niño dorado no está en su cama por la mañana. – Harry puso cara de decepción – Harry… escucha, si eres capaz de hacer aparecer una bañera en el despacho… una cama no creo que sea mucho problema ¿verdad? – Harry sonrió y se abrazó para besarlo. Draco aprovechó para pasar el dedo por la torre Eifel de la snitch.

Cuando se vio de nuevo en Hogwarts, Harry no pudo evitar suspirar con pena. Por unos momentos se había sentido libre, pero Draco tenía razón…

¿Tú tenías euros?

-Sí claro, pagué la cena.

-Podías…

-No, no podía… tal vez para la próxima escapada… no sé… a un sitio romántico… el caribe… el mediterráneo… ¿vale? Dónde sepan que estamos para que nos busquen si hace falta.

-Siempre estoy vigilado – Harry se separó de Draco y avanzó hacia la librería… buscando un tomo en especial. – Seguro que saben que estamos liados… dónde, cómo y cuándo nos vemos… Todo. Me siento como… no sé… - Cogió el libro que buscaba y empezó a mirar en el índice. – Como si fuera un animal criado en cautividad en un zoológico… a la vista de todos.

-Eso que dices es muy triste… seguro que no te controlan tanto ¿qué buscas?

-Una cama. ¿Me das un masaje? Me noto un poco dolorido… debe da haber sido cuando me he metido debajo de la mesa del restaurante.

-Por supuesto… solo que los míos no son tan exóticos, sonrió… Estoy pensando… en realidad te están protegiendo.

-Pues… me gustaría que no me protegieran tanto y me contaran más… me dan la información más medida que… ¡Aquí la tengo! – Sacó la varita y apuntando al sof�, formuló el hechizo trasformándolo en cama – Soy un genio.

-Lo eres… eres poderoso… y listo… te conoces mi biblioteca casi tan bien como yo, por lo que veo.

-He pasado muchas horas aquí, viendo como estudiabas – Sonrió ¿Masaje? – Y se desabrochó de nuevo el hombro dejando caer su túnica.

Draco le observó en silencio… el moreno estaba más delgado cada vez… pero más fibroso… Se quitó la ropa despacio, dejando que Harry le mirase como él le había mirado unos segundos antes, y con un giro de muñeca, su varita hizo aparecer el aceite de masaje.

¿Manzana?

-Ya que es el día de los dioses… caigamos en tentación… yo soy la serpiente, así que tú serás la manzana.

Calentó entre sus manos el aceite y comenzó a extenderlo por la espalda de Harry. Los hombros, el cuello, la columna… siguió bajando despacio. Untó con un poco de aceite el agujero de Harry, y lo recorrió con su lengua… El Gryffindor se reía con suavidad… sabía que el rubio tramaba algo, pero no lograba descubrir el qué.

¿Has estado alguna vez en un trío? – Preguntó el rubio.

-Sí, una… mi primera vez… - Draco le miró un poco sorprendido

¡Chico! Qué estreno.

-Fue con…

-Mejor no quiero saberlo ahora… ni nunca. He pensado que no voy a compartirte con otro, ni con otra… pero… sí con esto. – Harry se giró un poco y vio un pene de goma en la mano de Draco.

¿De dónde has sacado eso?

-De una tienda muggle.

-Pero las pilas no funcionan aquí.

-Veo que sabes lo que es. Las pilas muggles no… pero este vibrador está trucado.

-Si… pero… ¿qué tiene que ver con un trío?

Draco solo sonrió. Volvió a mojar sus manos con el aceite, y también el vibrador. Colocó a Harry a cuatro patas y se puso debajo. Comenzó a prepararlo con tranquilidad, jugando con la lengua y la creciente excitación del moreno, pero sin llegar a introducirla del todo en la boca. Cuando creyó que ya era el momento, sustituyó sus dedos por el vibrador, introduciéndolo despacio. Harry echó su cabeza para atrás… en ese momento comenzó a notar como Draco activaba el aparato y comenzaba a jugar con él. En cuanto dominó la postura, su boca se apoderó de la erección del moreno, que se encontró inundado por todas las sensaciones que le estaban invadiendo. Quería corresponder a Draco, pero los gemidos y el placer a penas le dejaban pensar… y mucho menos dominar su cuerpo como poder hacer algo más que gemir y pedir más. Hizo un gran esfuerzo y resistió como hacía mucho que no lo hacía, antes de dejarse ir. En ese momento, Draco salió de debajo del moreno y le dejó caer sobre la cama disfrutando del orgasmo. Sacó el vibrador y lo depositó sobre las sábanas.

Harry estaba en los últimos espasmos cuando Draco se introdujo en él, abrazándole por detrás. El moreno no se resistió… al contrario, dejó que el rubio disfrutase. Poco a poco su cuerpo comenzó a reaccionar de nuevo. Draco le pellizcaba los pezones y le besaba y mordisqueaba el cuello mientras empujaba con una deliberada lentitud.

-Draco…

-Es mi venganza… por todo lo que me has obligado a sentir esta noche – Harry sonrió.

Draco fue acelerando el ritmo, y a medida que Harry se iba excitando, iba acercando su mano derecha hacia su excitación, hasta llegar a masturbarle al ritmo de sus embates. De las gargantas de ambos comenzaron a salir gemidos mezclados con toda clase de incoherencias y medias frases, hasta que por fin, y casi a la vez, ambos lograron su tercer orgasmo de la noche…

-No me dejes nunca… - Draco le besaba en el cuello, en el nacimiento del pelo, mientras ambos descansaban apenas tapados por una sábana.

-No lo haré… no podría.

-Creo que…

¿Qué? – Se desplazó hasta la oreja, mordisqueando su lóbulo.

-Que… te quiero. – Draco se paró en seco, haciendo que Harry abriese los ojos para mirarle con algo de miedo.

¿Crees que me quieres? Yo no tengo dudas… sé desde hace tiempo que te quiero – Harry volvió a cerrar los ojos sonriendo, recibiendo a los pocos segundos un profundo beso, y notando como Draco le intentaba girar para ponerle boca arriba.

Continuará…

Respuestas a los comentarios:

JuliaSakura – Sí, es cierto, está muy machacado… Espero que te haya gustado el capítulo que te he dedicado. Un Beso. S.

Cerdo Volador – Sí, tienen que aprender… además… el disgusto trajo agradables consecuencias. Besos. S.

Asíl Black – Gracias por salvar mi cerebro… y aún me estoy riendo de tu comentario. La verdad es que es el más original y agradecido que nunca he recibido. Gracias a ti por todo. S.

Rhalkha – Muchas gracias. Poca gente ve que Harry es el resultado de lo que ha vivido, pero es que es difícil ser el niño de oro. Tu comentario me ha gustado mucho. Gracias de nuevo. S.

Diabolik – No te quejes que tu Draco está pletórico de felicidad, pero están en medio de una guerra, así que… Besos. S

Natalita – Pues como ves… le ha plantado. Pero eso no va a detener al Ravenclaw, no creas… Muchos besos y gracias. S.

Ayda Merodeadora – Pues de nada… me alegró mucho saber que te había gustado, todo lo que sea por leeros felices . Por cierto, en slasheaven me han preguntado si eras española, no sé por qué, aunque lo he preguntado… ya te contaré. Besos. S.

Yumeko ¿Me estoy pasando de empalagosa? Ummmm bueno, es una historia de amor… pero no me gustaría que te diera una subida de azúcar y acabases en el hospital o algo así por mi culpa, jajajajajaja. Muchas gracias por lo de buena escritora… la verdad es que disfruto mucho haciéndolo, y si encima gusta… mejor. Pero hay verdaderos genios por ahí escribiendo fics… entre los que no creo que esté yo todavía, aunque es mi meta. Un abrazo y gracias de nuevo. S.

Mercy4ever – Mezcla de idiomas, jajajajajaja. Te digo lo mismo que a Yumeko. Muchas gracias, y cuidado con empacharse… jajajajaja.

OlgaxTomFelton1 – Gracias a ti por darme la idea de los disfraces… por cierto, yo fui de bruja ¿tu te disfrazaste de algo? Besos. S.

Chiquinkirá y Sabry – Pues si, la snitch de Draco, pero no como pensabais ¿verdad, que conste que os lo insinué… Besos. S.