Estoy algo triste, así que solo un aviso, leed despacio el capítulo, porque es algo complicado.
Besos
Serendipity
Capítulo 17: La snitch de Tom -
Harry cayó de rodillas en un frío suelo de mármol… sabía perfectamente dónde estaba… y lo que había pasado. Estaba en el cuartel general de Voldemort, y Lucius le había entregado.
Cuando oyó un suave frufrú cerca, quiso levantarse, pero alguien le golpeó la espalda obligándole a seguir de rodillas.
Miren lo que cazó el gato… - Pero si es el gran Harry Potter. ¿Os costó mucho Lucius?
No, cayó en la trampa como un novato. Mi señor.
Así que tu hijo hizo un buen trabajo – Harry cerró los ojos. – Veo que la paciencia es una de sus virtudes, será un buen mortífago… Ummm – Dijo levantando la cara de Harry hacia él – Severus tenía razón… es muy atractivo. Esto no lo necesitarás más – Le quitó las gafas, y sintió como las rompía contra el suelo – No te mataré todavía, la guerra va a ser larga… Además… muchos de los que están aquí han sufrido por tu culpa, así que es hora de que les devuelvas el favor…
Harry apenas le escuchaba, en su cabeza había una lucha entre los hechos y el corazón, y según pasaban los segundos, la fría realidad de la traición de Draco, se iba apoderando de él.
Podéis hacer con él lo que queráis… Pero no le quiero ver ningún hueso roto, ninguna herida… Servirá para la iniciación de Draco Malfoy en la Orden, así que tiene que estar en buen estado para él. No habrá perdón para el que le maltrate más de lo necesario.
Alguien tiró de él hacia arriba, obligándolo a ponerse de pie, entre borroso supo que Lucius era el que estaba enfrente.
¿Qué se siente al saber que has sido traicionado por alguien a quién quieres? – Harry no respondió – Bien, mi hijo me dijo que disfrutó mucho contigo… vamos a averiguar por qué….
Al principio se resistió, se resistió hasta que el tercer mortífago entró en él… era una batalla perdida. Simplemente, alejó su mente de allí, y se dejó hacer… pensó en Draco, pero su mente le atrajo la imagen de verle feliz con su padre unas horas antes…
Estaba amaneciendo cuando le dejaron tranquilo en la cama de una habitación blanca, sin apenas adornos. Se acurrucó e intentó olvidar el dolor y dormir.
O-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
¿Cómo estÿ – Preguntó Pansy adelantándose al resto de los allí congregados.
Ha sufrido una fuerte crisis nerviosa, lo mejor es que descanse. Ahora duerme por las pociones – Contestó Poppy.
¿No podemos verle? – Dijo Nott
No… Cuando despierte, si se encuentra mejor os avisaré.
Pero… - Protestó alguien al fondo.
No hay peros que valgan, volved más tarde, a ver si tenéis suerte y se ha despertado ya. ¡Profesor Snape! Pase, por favor, le estaba esperando.
Una vez dentro, la enfermera cerró con llave, e impidió que Severus avanzara hacia Draco.
¿Qué pasa, Poppy?
No quiere ver a nadie…
¿No está dormido?
No, está más tranquilo, pero no quiere ver a nadie… salvo al Profesor Lupin… acabo de mandar a buscarlo.
Tonterías, soy su padrino – Y con agilidad se deshizo de la mujer y avanzó hacia donde suponía estaba Draco. Corrió las cortinas y allí le vio, mirando fijamente al techo. Sus ropas estaban esparcidas en una silla cercana, les había arrancado todos los símbolos de la casa Slytherin. – Draco… - En ese momento llamaron a la puerta y Poppy dejó entrar a Remus.
Hola – Saludó cansado pero intentando disimular su preocupación. Unos hinchados y ennegrecidos párpados, hacía que sus ojos resultasen más brillantes. Severus le miró unos instantes y luego se giró hacia su ahijado que seguía obstinadamente mirando al techo.
Escucha Draco, tú no tienes la culpa de lo que ha pasado. Sé que es muy duro… pero tienes que seguir adelante. Es tu padre… tu ídolo desde la infancia¿cómo no ibas a confiar en él, siendo lo único que te quedaba? – Severus se había inclinado para hablar con el chico – Ahora tenemos que…
¿Por qué voy a confiar en ti, si tú eres uno de ellos? – Ni tan siquiera le miró – Eres el mejor amigo de esa sabandija que creí era mi padre ¿por qué voy a creer que tú no estabas al tanto?
Porque es la verdad. Escucha, yo…
No quiero escucharte, y no quiero hablar más contigo ni con nadie que tenga relación con ellos. ¿La verdad? La verdad es que mi madre está muerta y Harry también.
Tus compañeros…
Hijos de mortífagos la mayoría de ellos… a saber cual fue el que me traicionó, probablemente todos.
No estás siendo justo, ellos y yo estamos preocupados por ti. – Draco le miró sin ninguna expresión en el rostro y luego miró hacia Remus.
¿Profesor Lupin? Podríamos hablar a solas, por favor. – Remus miró a Severus que con cara de disgustó se giró para salir de la enfermería. Lo que encontró tras la puerta, le sorprendió.
¿Así, que ustedes son los que están haciendo ricos a los gemelos Weasley? – Preguntó reconociendo en las manos de sus estudiantes los diferentes aparatos del Kitt de Espionaje que estaban comercializando sus ahora ex alumnos. ¿Y bien?
Draco tiene razón, todos les traicionamos, aunque no tuvimos esa intención – Dijo Nott – Yo le conté a mis padres muchas cosas de ellos.
Y yo – Dijeron Crabbe y Goyle.
Y yo… y yo… yo también – Afirmaron más alumnos.
Vayamos a la sala común a hablar de esto. – Miró a Ron y Hermione, que hacía un rato que estaban allí, un poco apartados – Esperen a Lupin y luego vayan a mi despacho ¿de acuerdo? – Ambos asintieron. Pero en cuanto los Slytherin salieron de su campo visual, llamaron a la puerta de la enfermería. Lupin les abrió y dejó que pasaran.
Les juro que yo no traicioné a Harry – Se apresuró a afirmar Draco, incorporándose en su cama. Ron y Hermione se miraron en silencio. – Me engaño… él me engañó – La desesperación volvía a adueñarse del rubio haciéndole un nudo en la garganta e impidiéndole hablar.
Eso lo sabemos – Dijo el lobo, agarrándole de los hombros y obligándole a tranquilizarse – No hace falta que lo repitas todo el tiempo. Escucha Draco, Severus tiene razón. Todos hubiésemos caído en esa trampa
No no debía… soy un Malfoy y un Slytherin… me educaron para ser el mejor, el más listo y el más rápido…
Fue tu maestro el que te traicionó – Hermione se había acercado – Escucha Draco… nosotros no te culpamos de lo que pasó – Ron meneó la cabeza afirmativamente, apoyando las palabras de su novia. Draco se tumbó pesadamente apretando con sus dedos el puente de la nariz mientras cerraba los ojos con fuerza.
Si necesitas un tiempo lejos de todo… yo te buscaré donde esconderte del mundo como me has pedido – Dijo el licántropo contestando a la petición que Draco le había hecho cuando se quedaron solos – Pero ¿por qué confías en mí?
Harry lo hacía… le debí de haber escuchado. Me lo dijo mucha veces, y yo le obligué a ir… ¡seré imbecil! – De sus ojos grises ahora abiertos, comenzaron a rodar unas lágrimas.
Antes tenemos que salvar a Harry – Afirmó Ron provocando la sorpresa de todos los presentes salvo Hermione.
Ron, pequeño – Poppy se levantó de su mesa avanzando hacia él – Harry ya no está… vivo, cuanto antes lo asumas… - La enfermera le agarraba cariñosamente del brazo, mientras Ron la miraba como a un extraterrestre.
No, está vivo… - Miró a Draco y a Remus – Mi madre tiene encendida una vela por cada uno de los que estamos fuera. Es una tradición… se supone que la llama solo se apaga si estás en casa o muerto, y la de Harry sigue encendida. En cuanto desapareció Harry mandé un mensaje a casa, y Fred me ha contestado hace unos minutos, él y George la traen para acá.
No es un sistema muy fiable, pero… Draco, vístete – Ordenó el profesor – Vosotros, id a por McGonagall y Snape, nos reuniremos todos en el despacho del director.
¿Snape? Profesor Lupin, él es…
Sé mejor que tú lo que él es, y créeme, si alguien está siendo traicionado por él no eres tú… Ahora lo entenderás. Date prisa.
El rubio se comenzó a vestir entre ilusionado y sorprendido, aunque el cansancio no le ayudaba a hacer bien las cosas. Poppy quiso recolocar las insignias de Slytherin de su uniforme, pero Draco no quería, así que tras un tira y afloja entre los dos y unas cuantas palabras que jamás nadie creyó que esa dulce mujer era capaz de pronunciar, lo consiguió.
Si eres un espía… ¿Por qué no estás ahora en el cuartel general viendo cómo está Harry? – Draco seguía enfadado y alterado. Estaban en el despacho del director, intentando explicarle que el único traidor había sido su padre.
Porque se supone que Dumbledore no me va a dejar salir con facilidad estando el colegio en situación de alerta. – Se intentó acercar de nuevo, pero el rubio volvió a cambiarse de sitio. Empezaba a parecer el juego de las sillas.
Draco – Remus le hablaba en tono calmado – Tu estado no nos ayuda en nada… si no te comportas como un adulto, te vas a la enfermería de nuevo.
Yo nunca te haría daño y lo sabes…
Claro, igual que mi padre sabe que eres su mejor amigo y que el que no debe ser nombrado, uno de sus hombres de confianza – Dijo con rencor
¡Draco! – Hermione se estaba quedando sin paciencia – Es lo que hay¿lo entiendes? El que importa es Harry, no tú, yo o Ron o el profesor Snape… importa Harry, así que relájate, necesitamos un plan.
Señorita Granger… creo que el señor Malfoy ya lo ha entendido – Dijo el director sentándose de nuevo en su sitio – Necesitamos obtener noticias del estado del chico.
Los compañeros del señor Malfoy – Dijo Severus mirándole con seriedad profesional – Están escribiendo a sus padres… Piensan que como fue a través de ellos que se supo todo, lo normal será mantener la relación inalterable para así poder obtener información. – Draco le miró sorprendido, sus compañeros le apoyaban.
Mis hermanos están a unas tres horas de camino, por ahora las lechuzas que llegan traen recado de que la vela sigue encendida.
Se me ha ocurrido… - Dijo despacio el director – que mañana, voy a enviarte, Severus, al ministerio con la excusa de entregar unos documentos… allí podrá saber si se sabe ya o no de la desaparición de Harry… aunque al no estar Funge aquí, es porque no se sabe nada, aun no lo han hecho público… Luego, puedes escaparte un par de horas a ver a tus amigos mortífagos…Si puedes ver al chico, intenta tranquilizarlo…
Yo quiero ir.
No señor Malfoy… a usted lo quiero aquí a resguardo… antes hay que saber que planes tiene su padre para usted. Granger y Weasley, serán los encargados de vigilarle.
O-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Harry despertó totalmente desorientado, y el no poder ver más allá de unos centímetros no le ayudaba demasiado. Notaba una presencia en la habitación, pero quien fuera, estaba escondido entre las sombras. Su estómago rugió con fuerza por el hambre, y al llevarse la mano al estómago, descubrió que solo llevaba puesta la camisa, así que un montón de horribles imágenes comenzaron a golpear su cerebro, desde la sonrisa de Draco cuando junto a su padre vio que había caído en la trampa hasta el dolor que aún le recorría las piernas. Quiso llorar, pero sus ojos le escocían y no permitían que saliese lágrima alguna, así que abrazó la almohada y se acurrucó a esperar lo que fuera que tuviese que ocurrir.
Alguien se sentó a su lado en la cama, sabía perfectamente quien era, pero no dijo nada, ni tan siquiera abrió los ojos. Sintió como una mano con los dedos finos y largos comenzaba a acariciar su cabeza.
Potter, sé que estás despierto. Abre los ojos, me gusta hablar con personas que me miran – Harry obedeció. Él estaba tan cerca que podía verlo con claridad. – Tienes unos preciosos ojos verdes… como los de tu madre, si no la recuerdo mal… Has dormido mucho rato, es casi la hora de cenar ¿tienes hambre? – Harry movió afirmativamente la cabeza – Lo suponía. Pediré algo de cena para los dos, pero mientras, ahí tienes un baño, date una ducha… también pediré unos pantalones y otra camisa… no te hace falta más.
Harry se incorporó despacio, quería taparse con la sábana, pero notó que Voldemort no se movía para dejar que la cogiera… también se dio cuenta que el baño no tenía puertas… debía de ser para tenerle controlado, así que con bastante vergüenza, se duchó bajo la atenta mirada de su captor. Al salir encontró un pantalón vaquero, una camiseta negra demasiado ajustada para su gusto y un tanga de hilo dental… Si los pantalones hubiesen sido de tela, hubiese pasado de esa ridícula ropa interior, pero el vaquero era demasiado tosco, así que se puso todo, sabiendo que probablemente no lo llevaría mucho rato puesto. Mientras él cenaba, el Lord, continuó mirándole desde la cama.
Eres realmente atractivo… no me suelo fijar en los hombres, pero en ti es difícil no hacerlo… eres de los pocos que ha llamado mi atención… ¿No dices nada? – Harry siguió comiendo todo lo tranquilo que podía. – Tengo una curiosidad, Harry¿puedo llamarte Harry, verdad? – El hombre se había puesto de pie y se acercaba al muchacho – ¿Se puede seguir amando a una persona que sabes que ha jugado contigo? – Casi se le cae la cuchara que llegaba a su boca, pero consiguió retenerla y continuó sin contestar – Yo no lo sé… la verdad es que nunca he amado a nadie, al menos que yo sepa… claro que a mí… a mí me han amado hasta enloquecer.
Entonces pregúntaselo a quienes traicionaste.
No puedo, tengo la costumbre de no dejar a mis amantes vivos cuando ya no me son útiles.
¿A mí también me vas a matar? Ayer dijiste…
No, tranquilo, perteneces al hijo de Malfoy. Para obtener la marca hay que matar a un sangre sucia o a un mestizo, tú eres el elegido para que él entre, se lo prometí a su padre.
Vaya, así que tienes palabra… - Harry miró a la figura borrosa que se acababa de sentar en la mesa, justo frente a él.
En estos pequeños detalles… siempre… no me respetarían si no les mimo como es debido. Esto me cuesta poco y quedo bien. Pero sigamos hablando de amor… ¿aún sientes algo por él?
Sí.
¿Y harías lo que fuera por él?
No, ya no…
El orgullo Gryffindor… sí. Yo tenía una… ¿cómo llamarla? Enamorada… era Hufflepuff y sangre sucia, y creía que podía acercarse a mí… eso fue hace… Uf, unos cincuenta años… ya había pasado lo de la cámara secreta… Bien, Calais Alcarin, que así se llamaba, creía que con su amor podría cambiarme… ¡qué ingenua! Hacía todo lo que la pedía, era muy bonita y trabajadora… hasta me regaló una snitch, era la guardiana creo… No te voy a aburrir con detalles, pero cuando salimos de la escuela, ya me había cansado de sus buenas intenciones, así que la envenené. Fui bueno… no quería que sufriera demasiado, después de todo, ella me fue fiel… fue sin quererlo la primera mortífaga de la historia.
Siento no estar aquí cuando hagas lo mismo con los Malfoy. – No vio como Lord Voldemort le miraba con cierta complacencia.
Vaya, vaya, vaya… pero si el chico de oro también odia… serías un buen aprendiz… eres poderoso…
Haré lo que me ordenes si me das a los Malfoy – El hombre se levantó despacio, considerando la oferta de Potter. Se puso tras él y le susurró al oído.
Tentador… pero no, ellos no pueden hacerme nada, tú eres peligroso ¿quién me asegura que después no irás por mí? Además… eres un mestizo… - Posó sus labios con suavidad sobre el cuello de Harry que sin quererlo se estremeció – Me da la sensación de que mis hombres no supieron disfrutar del regalo que les hice anoche.
Obligó al chico a ponerse de pie, y muy despacio le desabrochó la camisa paseando la punta de sus dedos sobre el pecho descubierto.
El mayor placer que te puede ofrecer tu mayor enemigo – Dijo pasando sus manos por los hombros y haciendo que cayese la camisa – es ver como pierde es control sobre sí mismo, y como se rinde ante ti por placer. En ese momento, puedes hacer lo que quieras… eres su dios.
Ni lo sueñes, Voldemort.
Soy un amante paciente… perderás el control, y luego serás mío.
Se lanzó sediento hacia el cuerpo del chico, que comenzó a reunir todas sus fuerzas, mientras su cabeza le trajo el recuerdo de Draco, su amado y odiado Draco, diciéndole palabras muy parecidas. Se rindió ante la evidencia, el rubio debió de ser un alumno aventajado. Consiguió resistir las caricias y los pellizcos, los lamentotes y las caricias, aunque sus pezones se rindieron con facilidad.
Con el paso del tiempo, yacía tumbado boca arriba en la cama, sin ropa, se había rendido… ¿de qué le iba a servir resistir? Gemía bajo las atenciones de su enemigo, que le mordisqueaba los pezones, mientras le masturbaba con firmeza, notó que iba a llegar, y notó que podía frenar todo aquello, pero no quiso, arqueó con fuerza la espalda y pasó el límite que hacía unos momentos se negaba a pasar… abrió los ojos y se derramó en la mano que le acariciaba, aunque no se permitió disfrutar… nunca más lo haría.
Voldemort rió satisfecho, él sí disfrutó…
Decididamente, no supieron aprovechar el regalo… Verte así es todo un regalo para los ojos… te vuelves más bello si cabe. – Harry solo le miró intentando recuperar la respiración, esa no había sido su intención – Bueno, ahora te toca trabajar a ti.
Y trabajó, toda la noche. El Lord apenas le toco y se tuvo que preparar él mismo, un par de veces… todo lo hizo él, y descubrió que su nuevo dueño era exigente, aunque no le tocase, tenía que llegar a la vez que él, si le hacía una felación, tenía que mirarlo a los ojos y tragarlo todo, no le permitía tocarse, salvo cuando le tenía empujando dentro… Pero al menos, no recibió golpes ni le hizo daño en ningún momento.
Al despertar por la mañana, le habían colocado la camiseta y el tanga, pero los pantalones habían desaparecido. Una cadena con una argolla le mantenían atado a unos dos metros de la cama por el cuello. Entró un hombre moreno al que no pudo reconocer.
Soy Rob, tu guardián. Estas son las normas. Sólo comerás o beberás si yo, o Mi Señor, te lo permitimos, si quieres ir al baño, me llamarás para que te vigile. No tienes nada más permitido. Tendrás que obedecer las órdenes de cualquier mortífago que venga, si no lo haces, te castigaré. ¿Lo entendiste?
Si… ¿Cómo le tengo que llamar?
Rob.
Rob… ¿Puedo ir al servicio?
Claro… pero antes – El claro sonido de una cremallera de pantalón bajándose llegó hasta los oídos del moreno. – Arrodíllate, pequeño.
O-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Severus entró en el salón, donde el Lord, leía con tranquilidad.
¡Severus! No te esperaba tan pronto
El viejo me mando al ministerio… podré estar aquí apenas una hora.
¿Cómo se ha tomado la desaparición del niño?
Creen que ya está muerto… ¿lo estàmi señor?
No, no… se lo reservo al hijo de Malfoy para su iniciación, fue un favor que me pidió su padre…
¿Iniciación?
Sí, pronto por lo que parece. Malfoy me dijo que el chaval lo está deseando. – Severus sonrío, mientras pensaba que algo no funcionaba como debía.
¿Puedo verle?
¿A quién?
Oh… pues a los dos… tal vez primero a Malfoy.
Claro… está en la sala de duelos… Daré órdenes para que luego te dejen estar con el chico, supongo que querrás… desquitarte… ¡Ah, no! Tú eres… hetero… bueno, pero te podrás burlar un rato.
Cuando salió de su breve charla con el padre de Draco, estaba casi convencido de que se había vuelto loco, no sabía que había traicionado a su hijo, y vivía en una especie de fantasía en la que Draco era casi un dios. Que Rob fuera el guardián del chico tampoco le hizo mucha gracia, y lo que vio cuando entró en la habitación le terminó por disgustar.
Harry – Dijo con cuidado. Pero el bulto que yacía bajo las sábanas se incorporó sobresaltado al reconocer su voz.
Profesor – Contestó algo azorado.
Escucha, Harry… estamos buscando una forma de… - El profesor se había acercado y sentado cerca del chico, pero cuando intentó acariciarle la cabeza para reconfortarlo, Harry involuntariamente, se apartó. – Tranquilo, muchacho, en poco tiempo estarás de nuevo en Hogwarts con tus amigos. Draco…
Él… ¿está satisfecho¿cuándo va a venir para terminar lo que empezó? Dígale que no tarde… no podré esperarle vivo mucho más tiempo y muerto no le sirvo.
Harry, Draco no es un mortífago ni quiere serlo, él no te traicionó.
¿Ah no? – Harry sonaba retador, pero las lágrimas que empezaban a correr su rostro le contradecían ¿Sigue en el colegio? Quiero que Ron le de mi snitch, la de mi familia… se la ha ganado a pulso.
¡Deja de decir estupideces! Él… espera, me dio una carta para ti. – El hombre rebuscó en sus bolsillos y sacó un pliego doblado, se lo alargó, pero se dio cuenta de que el moreno no podía leerlo – Espera, yo te lo leeré.
No… no la abra… él...
¿Cómo? – Preguntó asombrado
Déjeme ver qué pasó
¿Qué?… Espera ¿quieres que te deje entrar en mi mente para ver si lo que te digo de Draco es cierto?
Míreme… me he rendido… me he rendido porque creí que lo había perdido todo… Creí que él… Me dijeron que soy su…
Lo sé, lo sé – Susurró intentando calmarle – Lucius ha perdido el juicio, vive en un mundo que no es del todo real… Cree que Draco actuaba y que realmente te entregó, cuando en realidad, no se ha levantado hasta que supo que estabas vivo. Sé distinguir los sentimientos… él te ama.
Déjeme verlo… por favor. - Suplicó
Está bien…
Harry entró en la mente del hombre con miedo, si Draco le había traicionado, todo estaba perdido, pero si no… A los pocos minutos, lloraba en los brazos de su profesor, que le acunaba para intentar tranquilizarlo
Dígale que estoy muerto… dígaselo a todos… - Murmuraba entre sollozos.
Ya vuelves a decir tonterías…
Me rendí… no confié en él y me rendí… no confié en él – El moreno lloraba con más angustia cada vez. – No se merece esto… yo le traicioné a él… Por favor… dígales que estoy muerto.
No Harry, eso le mataría.
No lo entiende – Harry le miró a los ojos – Se arriesgará para salvarme… y yo no podré volver a mirarle a los ojos…
Harry, las cosas no son siempre lo que parecen… hay que tener fe y esperar… Te voy a contar un secreto. Este verano espero contraer matrimonio de nuevo.
¿Qué? No entiendo…
Espera, deja que te cuente. Remus…
Pero si usted le rechazó – Severus elevó las cejas mostrando su sorpresa – Fui a verle y sin querer oí una conversación…
Oh… ya, bueno… Remus me quiere, lo sé… pero no se puede entregar… aún tiene un muerto pegado a su alma.
Sirius…
Sí. Por eso le doy espacio… tiene que terminar esa historia y luego entregarse a mí… mis ansias precipitaron las cosas, pero me di cuenta tarde y tuve que ser un poco desleal con él… y ahora le debo una explicación… A lo que iba… Draco sabrá esperar a que limpies tu alma… te aseguro que prefiere que no le mires a los ojos pero estés a salvo, a que le diga que estás muerto. No lo soportaràse tirará desde la torre de astronomía… en la carta que no quieres que te lea lo dice bien claro…
¿Se quiere suicidar?
No sé lo que piensa… El mismo día os perdió a ti y a su madre, a los dos por culpa de su gran ídolo… ahora solo piensa en recuperarte vivo, recuperar tu confianza y tal vez vengarse de su padre. Me dio también esta pulsera para ti. Me dijo que tú lo entenderías, y que no te la quites nunca.
Se supone que evita que te sean infiel… ¡Oh! Yo le he traicionado y él sigue confiando en mí… - Harry comenzó a sollozar de nuevo.
No le has traicionado… Se me acaba el tiempo… por favor… resiste, de acuerdo – Severus se puso en pie dedicándole una última caricia en el pelo – Me llevo la carta, pero te la volveré a traer con unas gafas, no sea que el Lord te la descubra…
Ya, claro… vuelva pronto… ¡Profesor Snape! – Severus había abierto la puerta y la volvió a cerrar, dejando a Rob un poco mosqueado – Usted… la iniciación…
Lucero… Por aquél entonces, la sangre… ella se llamaba Lucero… digamos que se auto inmoló… Bueno – El tono solemne de Severus cambió a jocoso - la verdad es que trabajaba de forense en San Mugo y consiguió un cadáver con sus características, y ahora vive en San Francisco, escribe novelas románticas y firma como Cerdo Volador… Me regaló una snitch… estaba como una regadera… pero era un auténtico genio… y por lo que sé… creo que aún lo es. ¿Ves Harry? Las cosas no son siempre lo que parecen. – Abrió la puerta, y en voz alta para que Rob lo oyera, dijo – Ha sido un placer… volveré pronto… y guarde alguna lágrima para mi vuelta…
El cuidador de Harry, sonrió a Severus, creyendo que el profesor, se había ensañado con su alumno.
¿A que uno se siente bien? – Dijo cerrando la puerta y siguiendo unos pasos al profesor… - Si cierras los ojos, es igual que si te la chupara una mujer, no hay diferencia.
Rob – Severus giró un poco su cuerpo hacia él – Te aseguro que no es bueno cerrar los ojos ante él… aún es peligroso. Yo por si acaso los he mantenido muy abiertos – Sonrió con satisfacción al ver la cara asombrada del guardián… - No se lo digas a nadie, pero es lo mejor de trabajar con niños, algunos hacen cualquier cosa por evitar un castigo o subir nota, y yo soy un hombre viudo… - Con esta información, Voldemort no dudaría de él.
Continuará…
Respuestas a vuestros comentarios
JuliaSakura – Ups… por lo visto no descubriste dónde vivo, jajajaja, la verdad es que me fui de finde con los amigos, así que aunque vinieras, solo verías a mi madre con la pata escayolada. Espero que te haya gustado este capítulo. S.
Diabolik – Gracias, eres de las pocas críticas buenas que he recibido, a la gente no le gustó el capítulo. Un Beso. S.
Yumeco – Gracias, te digo lo mismo que a Diablolik… Y no te comas las uñas, que no alimentan y queda feo. o. S
Asil Black – Pues… la verdad es que aún quedan dos semanas para tu cita, así que tranquila… Jo, me encantó tu comentario, es de los más originales que recibo. Un Beso. S
Nevi; Nevichii-1220 – Tal vez acaben como pareja, y tal vez tu madre tenga razón al apagarte el ordenador a esas horas… todo es relativo. Un beso. S.
Ayda Merodeadora – Por pasos… ¿No quieres a Remus y a Sev juntos, uf… sois más de las que creía…las órdenes cada una tiene su página, la siriusana es http:groups. msn. com / pottercia / magiaencomunidad. mnsw- en ella viene la direccion de la de cornamenta que es la de James. La draconiana están en http:groups. msn. com / OrdenDraconiana / whatsnew. mnsw. Quita los espacios, espero que te sea útil. Besos. S.
Caroline Mcmanaman – Anthony reaparecerày enredos….Gracias por tu comentario, pero no puedo contarte más. S
Stiby – Sí algún comentario me dejaste, me suena. Gracias, en serio. S.
MMTXDMB- Gracias, y espero que algún día me descifres tu nick. S
Aryblack – Creo que Draco ahora si que ya lo sabe, su padre está podrido, pero ya tiene bastante como para darle golpes contra los muros. Gracias por animarte y dejarme un comentario. S
Cerdo Volador ¿Te gustó? Cambié un poco la idea original… Besos. S