Hola de nuevo… mi capacidad creadora está un poco adormecida con los exámenes, lo siento… tengo muy claro lo que quiero poner, pero no sé si llego a ponerlo como debería… en este capítulo, Harry casi da un golpe de estado y se salva solo, así que tuve que parar un par de días, para reconducir la historia.
Paciencia a las que aún no han recibido su snitch, todas llegaran a su debido tiempo, es que me pedisteis muchas, y… claro…
Gracias por seguir leyéndome pese a los patinazos que estoy dando últimamente, intento corregir los errores que me decís, pero a veces me cuesta, así que seguid dándome ideas para mejorar.
En estas fechas que estamos, solo puedo dedicar el capítulo a las víctimas de la violencia, producto de la intolerancia y la ambición. El otro día me contaron que no sé que escritora decía que la mejor palabra era COMPASIÓN, porque su significado es el sentir lo que siente el otro, y que la gente ha matado por y con bellas palabras como justicia y libertad, pero que nadie mata por y con compasión. Estoy totalmente de acuerdo con ella, sea quién sea. También a las mujeres de este planeta, que ha sido nuestro día… que sería del mundo sin nosotras.
Un beso
Serendipity – M. O. Siriusana, Draconiana y Severusiana.
Capítulo 19: La snitch de Hagrid
'Querido hijo:
Creo que ya es momento que dejes de demorar tu acceso a nuestra comunidad, si es que piensas que sea Potter tu ofrenda. Has de darte prisa, ya que las cosas no funcionan como esperábamos. El que no debe ser nombrado, se está encariñando del traidor, y cada vez pasa más tiempo en sus habitaciones que atado como debería de ser. Y lo peor es que ya no permite a casi nadie que le toque. Le hace regalos de chucherías todas las mañanas y hoy le ha dejado salir a dar un corto paseo por los jardines. Sé que es pasajero, pero temo que anule la promesa que nos hizo sobre él.
Potter no habla y se pasa el día mirando al infinito, es como si realmente no estuviera aquí, cuando le sodomizo, ya que yo soy de los pocos privilegiados a los que todavía deja tocarlo, normalmente canta o habla solo, o cuenta pelusas, es como si no se enterara de nada. Sin embargo, acepta todo lo que viene del gran Lord con una sonrisa, aunque tampoco le he visto hablarle mucho, y normalmente también parece ausente en su presencia. Creíamos que estaba enloqueciendo, pero los guardias nocturnos, me han asegurado que por las noches no es así, más bien al contrario.
Así que habla con Severus y prepara tu salida de Hogwarts, la formación que te falte, te la daremos aquí.
Recibe un fuerte abrazo.
Tu padre
L .Malfoy'
Draco esta vez había aguantado sereno. Cuando hacía un rato, la lechuza había llegado y había reconocido el sello de su padre, casi se cae del asiento. Leyó nervioso el mensaje, mientras Severus se acercaba a él en el comedor. No articuló palabra cuando le dio el mensaje a su tutor, solo clavó la mirada en el profesor Lupin, que en silencio siguió la escena desde su sitio. El director Dumbledore, sin embargo, se había acercado por detrás.
El chico el listo… si tu mente no está con tu cuerpo…
¿Cuánto tiempo cree que podrá mantenerse así?
Poco, Severus, poco… tendremos que acelerar los planes. Reúne a los profesores. – Dijo saliendo del comedor, mientras el profesor de pociones se dirigía hacia su mesa con la carta en la mano.
Draco – Susurró Pansy con lástima – Caramelito… ¿Estás bien?
No, reunión en la pocioteca en una hora, se me acabó la paciencia, avisa a los Gryffindor.- Ordenó levantándose bruscamente y saliendo hacia el despacho de Artes Oscuras.
Llegó sin aliento y con las lágrimas recorriéndole la cara… Sabía que Harry no estaba de vacaciones, pero lo de la sodomía… lo de dormir con el Lord, era algo que no esperaba y que Severus había omitido contarle… Hasta Anthony, que estaba en la enfermería limpiándose de las drogas que le había dado su psicomaga, había callado esa información… o tal vez, él tampoco lo sabía. Necesitaba tranquilizarse para pensar con claridad.
Se tumbó en el sofá, y cuando quitó algo que le molestaba para acomodarse, se dio cuenta que era la bufanda de Harry. La llevó a su rostro y respiró en ella, aún conservaba su olor, la debió de olvidar el último día que estuvieron juntos…
Flash Back
Draco… ya está bien… me has quitado la ropa hoy al menos cinco veces, me voy a resfriar…
No seas tonto – Dijo comenzando a desvestirlo, mientras le empujaba dentro del despacho que era su escondite – Lo único que hemos hecho ha sido calentar motores. Ahora viene lo bueno…
No va a dar tiempo…
Nos queda una hora larga hasta que tenga que irme. Venga, prometo tratarte bien – Dijo poniendo cara de niño bueno y acercándose a darle un beso – Porfaaaaaaaaa.
Estoy agotado… - Draco le desabrochaba ya la corbata – Está bien, todo sea por que te tranquilices.
No mientas… estás tan deseoso como yo – Acariciaba el cuello del moreno con los labios y la punta de la lengua, dejando que sus manos le terminasen de quitar la camisa.
Harry temblaba ligeramente, en realidad el rubio estaba en lo cierto, y a él también le haría bien el pensar en algo que no fuera Lucius Malfoy. Se inclinó para atrapar los labios de Draco entre los suyos, y posteriormente profundizar el beso con la lengua. Draco estaba sonriendo, había ganado la batalla, así que acarició su lengua y dejó que el moreno le comenzara a quitar la ropa.
Al poco rato, los dos estaban desnudos, rodando sobre la alfombra de pelo que había frente a la chimenea, luchando por tener el control sobre el otro. Atrapó los dedos de Harry entre los suyos, y le dejó encima. Él le sonrió aceptando la regla que Draco acababa de imponer, y sin soltar sus manos, comenzó a recorrer su cuello despacio, con su lengua y sus labios… dejando una marca en la zona de la arteria yugular, que unos días después, el rubio acariciaría entre lágrimas abrazado a la bufanda olvidada del Gryffindor…
Siguió bajando despacio, notando entre sus piernas como ambas erecciones se despertaban mutuamente con sus roces. Draco gemía con suavidad sin pensar en nada que no fueran los labios o el cuerpo de su amante, que se movía con sensualidad encima de él, no había nada ni nadie fuera de esa habitación, ni tan siquiera tiempo o espacio. Al llegar a sus pezones, Harry notó como el rubio se estremecía y arqueaba un poco la espalda, en busca de su boca. No era fácil hacer perder el control al Slytherin, pero hacía tiempo que Harry sabía que solo con soplar suavemente sobre ellos, Draco estaba preparado para lo que fuese en caso de tener prisa, así que decidió hacerle sufrir un poco mientras él mantuviese el control. Lo que no sabía, es que él era el único que producía ese efecto en el rubio. Primero les rozó alternativamente con la punta de su lengua, como decidiendo por cual iba a empezar y miró hacia arriba, buscando los ojos grises de su amante y comprobando que él también era observado. Sin apartar la mirada, volvió a rozar con su lengua uno de los pezones, pero esta vez durante el tiempo necesario para que Draco cerrase los ojos y gimiera. Notó como se aferraba más fuerte a sus dedos, y sabiendo que iba por buen camino, le metió entero en su boca y comenzó a jugar con él… mordía, lamía y succionaba, volviendo loco al propietario. Cambió luego al otro que ya le estaba esperando e hizo lo mismo, pero esta vez, Draco no esperó tanto y con un poco de brusquedad, cambió las posturas, quedando él encima.
Hizo un recorrido muy parecido al anterior, solo que había ya soltado las manos de Harry, y dejaba que este le acariciara la espalda y los hombros. Él no le dejó ninguna marca duradera, ya tenía demasiadas, y tampoco se entretuvo tanto en los pezones con su lengua, aunque los mantenía erectos con sus dedos, mientras su lengua se entretenía en el ombligo. Después bajó sus manos estiradas, todo lo largo del torso del Gryffindor, acariciando todo lo que con ellas abarcaba a su paso. Se incorporó un poco para besarlo en la boca con deseo, y bajó a su erección, haciéndola suya con glotonería. Harry se retorcía de placer bajo él, y movía las caderas demandando mucho más. Notó como la sala comenzaba a oler a arándanos, y abriendo los ojos vio el bote de lubricante en las manos de Draco, que por un momento le había soltado. Él le sonrió y volvió a la erección de Harry que volvió a cerrar los ojos. Notó como la mano del rubio se acercaba a su objetivo con seguridad, y poco a poco introducía primero un dedo y luego otro, que movía dibujando círculos para relajarlo.
¿Qué postura prefieres? – Susurró jadeante.
El loto – contestó casi sin pensar el Gryffindor.
Draco se incorporó y se sentó con las piernas casi cruzadas, en el suelo sobre un cojín para estar mejor apoyado, mientras Harry se acercaba. Se sentó sobre él, rodeándole con sus piernas, cruzadas a su espalda, le abrazó y le besó con fuerza, permitiendo que el rubio le ayudara alzándole un poco, y frenando la entrada, para no hacerle daño. Una vez estuvo dentro, Draco le envolvió en su abrazo y ambos comenzaron a moverse con lentitud. El corto margen de movimiento de la postura, pero la fuerza del roce y la cercanía, hacían que fuese terriblemente sensual para ambos, provocándoles fuertes sensaciones y gemidos como respuesta. Draco le miraba a los ojos, entre beso y beso, jurándole entre ellos amor eterno, esta postura le ablandaba sobre manera, por eso le gustaba tanto a su amante, por eso y porque los orgasmos lentos que producía era terriblemente fuertes.
Harry se arqueó hacia atrás, con un ronco gemido, llegando al orgasmo, pero Draco le mantuvo cerca, obligándole a mantener el contacto. Esto y las contracciones del moreno, le llevaron a él al clímax, perdiendo fuerza en sus brazos y soltando a Harry.
Poco después le comenzaba a besar de nuevo en un nuevo abrazo, pero el moreno le soltó con suavidad.
Vas a llegar tarde a la cita con tu padre… mejor nos duchamos ya.
Jo – Se quejó imitando a un niño.
Prometo que esta noche te daré más – Y le besó con dulzura, sin saber que no podría cumplir su promesa.
Fin del Flash Back
Draco lloraba tumbado en el sillón, abrazado a la bufanda y sintiendo en su mano derecha el líquido caliente que su cuerpo había soltado al recordar a Harry.
O-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Harry paseaba cerca de la fuente central del jardín. Al otro lado de la cadena de su cuello estaba un disgustado Rob, al que no le gustaba tanto paseo. El Lord Oscuro, le vigilaba desde los ventanales de su despacho. El chico parecía melancólico, pero resistía. Había algo que le hacía querer seguir con vida, y aguantar todas las humillaciones que ya habrían provocado el suicidio en cualquier otro.
Realmente, tiene un motivo para continuar… pero no sé cual es.
Supongo que la testarudez típica de los de su casa, o la esperanza de que lo liberen – Contestó Lucius desde el sofá, con desagrado – Eso me lleva a…
¿Sí Lucius?
Señor, mi hijo ya tiene orden de venir para su iniciación, hoy o mañana recibiré su respuesta… supongo que…
No deberías de suponer nada… Lucius – Cortó secamente
Claro Señor, no señor – Contestó poniéndose tenso – pero el chico…
Tranquilo, todo a su debido tiempo… ¡Peter!
Sí, señor – El pequeño animago salió de detrás del otro sillón temblando
Tú conociste a sus padres… ¿Qué puede ser lo que le mantenga vivo?
Pues… - El amor, pensó, pero decidió cambiar la respuesta – Creo que Malfoy tiene razón, la cabezonería.
Es curioso, Peter, pero no te has acercado a él desde que está aquí – El Lord dejó de mirar por la ventana para mirar al traidor.
Y no lo haré, Lucius, no me trae gratos recuerdos, y no me divierten los jovencitos como a ti. – Contestó con desagrado. Ellos nunca se habían llevado bien.
Basta de tonterías – Cortó de nuevo el Lord – El chico es de mi uso exclusivo hasta que venga tu hijo, Lucius. Ni él ni nadie puede acercársele sin mi permiso – Dijo sentándose en la mesa de despacho frente a ellos - ¿Entendido? – Ambos asintieron ocultando el miedo que les producía – Bien, ahora informadme de asuntos más serios.
Harry miraba los peces que recorrían despacio el fondo de la fuente. Sabía que eran carpas porque Lord Voldemort se lo había contado por la noche. Ahora todas las noches, le lord oscuro le contaba alguna anécdota de la casa mientras descansaba en sus brazos, lo que le tenía terriblemente despistado. Sabía que el que no debe ser nombrado disfrutaba con él, y por eso cada vez estaba más en su cama que en cualquier otra, pero Harry sabía también que no podía saber que era amar, así que no entendía porqué ahora le contaba cosas como si fueran amantes, y le hacía pequeños regalos… bueno, lo de los regalos tenía más o menos claro que eran chantajes para que fuese obediente por las noches, pero… había algo que no le casaba. El Lord no cosía puntada sin hilo, así que estaba intentando conseguir algo de él… Rob tiró de la cadena de su cuello.
Vámonos ya. El Señor ha dicho que 15 minutos y ya debemos llevar 20.
Un poco más – Rogó.
No, hace demasiado frío. Este año la primavera se va a retrasar.
Pero si a penas estamos en marzo – Rob tiró de la cadena y comenzó a andar hacia la casa sin mirar a Harry – Aún tienes que desayunar, se ha hecho tarde.
No tengo hambre – Protestó. La verdad es que sí lo tenía, pero no tenía ganas de pagar por su desayuno.
Tonterías – Gruñó Rob
Arrastras casi, le llevó hasta la habitación blanca que normalmente ocupaba por el día, y ató el extremo de la cadena. Al menos, Harry podía ya disfrutar del paisaje, porque había recuperado sus gafas. Por primera vez desde que llegó, estaba enfadado. No quería chupar nada de ese viejo verde, y no lo haría. Después de todo, siempre cenaba con el Lord, así que podía aguantar hasta la cena. Sería una prueba… estaba cansado de obedecer, estaba claro que el Lord quería algo de él, pues bien, a ver que estaba preparado para dar a cambio. Rob entró en la habitación con una bandeja con leche y galletas.
No te traigo mucho, porque pronto será la comida.
No voy a desayunar, ya te lo dije.
¿Hoy estás muy protestón, no? – Harry le miró con desprecio y fue hacia la ventana. – El Lord ha ordenado llevarte a sus habitaciones…
¿Tan pronto? – Se volvió para mirarle.
Te instalarás allí… Mira chico – Rob le acercó la bandeja y le miró de una forma extraña - La verdad, estarás más tranquilo pero… Desayuna, cuando acabes estaré fuera.
Harry se quedó mirando el vaso de leche que humeaba. Estaba empezando a desesperarse. Severus no había vuelto con noticias de Draco como le había prometido "Tal vez me mintió"… La Orden no daba señales de vida… y el Lord le sacaba de ese agujero, y aún prefiriendo a las mujeres, no le había dejado solo ni una sola noche, y ahora le protegía del resto… Algo no iba como tenía que ir, al puzzle le faltaba una pieza.
Tomó la leche y todas las galletas, pensando… "Si al menos supiese qué está pasando fuera… Con Draco" Cerró los ojos con fuerza pensando en él, y hasta creyó ver borrosamente los escalones de las mazmorras y oír la voz de Pansy parloteando. Rob entró sacándole de sus pensamientos.
Es tarde y no quiero que me regañen por tu culpa – Harry se levantó despacio.
¡Draco! ¡Draco! ¿Te encuentras bien? Casi te caes por las escaleras – La Slytherin le sujetaba por el brazo.
Yo… Sí, si, estoy bien – Contestó el rubio algo confundido. – Un poco aturdido, eso es todo. Entremos…
Harry llegó de nuevo a las habitaciones del Lord. Allí nunca llevaba las cadenas, así que Rob le soltó. Sin cadenas y vestido, Harry se encontraba casi feliz. Empezó a dar vueltas por las distintas salas que había bajo la atenta mirada de su vigilante, nunca había podido verlo todo, y menos a la luz del día. Para su disgusto, solo había una cama, pero había una sala con un billar mágico y dardos… imitando un Púb. irlandés, también un baño enorme, un vestidor… una sala para reuniones pequeña, una galería con amplios ventanales y un recibidor que comunicaba todas estas estancias. La decoración era sobria en general pero con lo que costaba cada uno de los objetos que allí había, comería una familia entera al menos un año.
Cuando se acercó al terrario apareció Lord Voldemort, que despidió con un gesto a su vasallo. Harry le miró unos instantes y luego se volvió a fijar en el terrario.
Cuando despierte podrás hablar con ella. Ahora está descansando… por así decirlo.
¿Por qué me habéis traído?
¿No te gusta el cambio?
Aún no lo sé…
Malfoy a mandado llamar a su hijo… - Observó como el moreno se tensaba un poco – Así que pronto será su iniciación… Estoy pensando qué voy a hacer contigo – Apoyó sus manos sobre los hombros de Harry que le daba la espalda – ¿A ti se te ocurre algo? – Le susurró al oído.
Harry no contestó y se limitó a cerrar los ojos, mientras el hombre se abalanzaba sobre su cuello y sus manos le abrían la camisa rompiendo los botones. Sus caricias no eran suaves como otras veces, esta vez, el Lord no tenía la intención de provocar placer en el chico, pero tampoco dolor… Le apoyó contra el terrario y le rasgó los pantalones, introduciéndose rápidamente, causando que el Gryffindor, se mordiera los labios.
Cuando el adulto se hubo ido, Harry se dejó caer en la alfombra hecho un ovillo, ocultando sus lágrimas, no había podido evadirse a tiempo a otro mundo. Acababa de descubrir por sí solo algo… le quedaba poco tiempo.
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Y entonces… ¿qué propones? – Dijo Ron
Que lo hagamos por nuestra cuenta. – Contestó el rubio. Hermione y Ron se miraron con cara de consulta. Ron asintió y Hermione cogiendo aire comenzó.
Bien, Ron y yo ya lo habíamos pensado. Íbamos ha hacernos pasar por mortífagos gracias a la multijugos, y traer a Harry. Con vosotros será más sencillo, ya que a Draco lo están esperando según esa carta.
Pero que… y dime listilla, ¿cómo pensabais ir hasta allí? – Preguntó Pansy.
Pues eso es fácil, el profesor Snape tiene algún medio de llegar ¿no? – Los Slytherin la miraron sorprendidos – Además, tu padre vino a la casa de los gritos y se fue, con suerte ese traslator aun existe.
¿Cómo hemos podido…? Pero… ahora comprendo como os metíais en líos con facilidad
Pansy, tu especialidad son las parejas, y la mía los laberintos.
Además, se os olvida Harry – Continúo Ron – Es probablemente uno de los magos más poderosos que han pasado por aquí.
Si – continúo Draco mientras miraba pensativo – Tiene la mala costumbre de ocultar todos sus puntos fuertes… en realidad, si tuviera una varita a mano, ya habría escapado… Habrá que robar la suya del despacho del director… y a Severus la poción, sé que guarda hecha en sus habitaciones… y buscar ese traslator…
No hace falta – Continúo Hermione – Él vendrá a nosotros… tu padre vendrá a por ti ¿no?
Tengo una idea… yo me haré pasar por mi padre, le puedo imitar a la perfección. Blaise se hará pasar por mí, es el que mejor puede hacerlo…
No voy a dejar a Harry en manos de dos Slytherin – Comentó Ron serio.
No, claro… tú podrás ser…
Yo tampoco lo pensaba hacer, Ron – La voz de Remus sonó clara tras ellos.
Profesor Lupin…
¿En serio creíais que no sabíamos que tarde o temprano os tomaríais la justicia por vuestra cuenta? – Los chicos le miraron sorprendidos y avergonzados– Venga, que nos conocemos desde hace años…. – Remus se apoyó en el marco de la puerta. – Severus no te dejará, Draco, ni él ni el director.
Pero usted sí – Afirmó Pansy acercándose a él – Usted sí, porque usted también lo intentaría ¿no es cierto?
o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o
Albus Dumbledore caminaba pensativo hacia la cabaña de Hagrid, que rodeado de unos animales imposibles de identificar, preparaba triste la clase siguiente.
¿Cree que es lo mejor? Señor director. – Dijo el gigante al verle llegar.
No veo otra forma, estarán seguros, si no se dan cuenta, y no se enterarán.
Son unos críos – Dijo meneando la cabeza.
Sí, pero son tiempos difíciles… tranquilo, lo tengo todo planeado. Toma, guarda la varita de Harry, no quiero que caiga en malas manos. Los profesores Snape y Lupin les protegeran. – Hagrid cogió la varita y se introdujo en su cabaña.
No debería de confiar tanto en ellos. El profesor Snape solo mira por Malfoy, y Lupin… Remus Lupin es un merodeador, más silencioso que James o Sirius, pero uno de ellos al fin de alcabo. Tal vez se ponga de parte de los chicos.
No Hagrid, me avisará para evitar que hagan tonterías. De todas formas, más a mi favor – Dumbledore se sentó mientras Hagrid levantaba una de las losas del suelo – Es un especialista en preparar planes sin grietas… si me traiciona y les ayuda… - Se encogió de hombros – entonces tranquilo que todo saldrá bien.
El gigante dejó la varita junto con otros objetos de valor que guardaba en ese agujero. Papeles, fotografías y dos snitch. Una, se la regaló siendo aún estudiante (antes de la cámara secreta) una compañera de clase, Sese, que ahora se dedicaba a la cría de animales mágicos en un famoso espacio protegido por la comunidad mágica, cerca de Liverpool, y con la que todavía se carteaba. La otra, Nikka, una jugadora polaca a la que conoció viajando por el centro de Europa con la selección nacional de Reino Unido. Él era el 'ayudante de campo' por así llamarlo, llevaba el equipo y a los del equipo de un lado a otro, y ella… se rió tanto con sus bromas, que acabada la gira le envió la snitch del partido que había ganado Polonia a Italia.
Colocó de nuevo la losa en su lugar, y mirando al director le ofreció una taza de te que amablemente le aceptó
Continuará…
Gracias por leer… ¿Preferís las respuestas al principio del capítulo o al final?
Respuestas a vuestros comentarios:
Stiby – Ya se acerca la iniciación… bueno, la fecha… ya te queda menos. Un beso y gracias. S.
Lena-loves-MaLfOy – Haré lo que pueda, pero estoy de exámenes y de crisis personal, así que tranquilidad y paciencia con la autora. Gracias. S
Merche – Sí, creo que al final se liarán, pero no habrá trío, aunque… tal vez… Bill… me lo pensaré. Bienvenida de nuevo y gracias. S.
JuliaSakura- De nada, de nada, de nada… lo que pasa es que Anthony está demasiado enamorado, por eso fue fácil de engañar. Besos. S
Yumeko – No, no os podría dejar tiradas sin avisar. Muchas gracias por tu comentario, pero aunque Draco lo está pasando mal, Harry no está mucho mejor. Besos. S
Tohru y Kumagoro – Gracias, jajajaja, ya quedan solo 2 para los 200. La verdad es que me llamó la atención, pero no me atreví a dar pon sentado que eras la misma persona, como hay nombres que se repiten… Hasta pronto. S.
Cerdo Volador – Gracias por tus comentarios, por cierto… ¿me dijiste si te gustó tu snitch? No recuerdo, estoy algo despistadilla. Besos. S
Livia812 – Gracias, la verdad es que he sido un poco egoísta al aprovecharme de vosotros, todos tenemos idas y venidas y yo no tengo derecho a ser más víctima que nadie. Gracias también por tu consejo, tienes razón, me preocupo demasiado por vuestras opiniones, y a veces me fuerzo a escribir cosas… y no sale, claro. Intentaré ser un poco más independiente. Besos. S.
La Ale – Sí, me pongo triste de pensarlo, pero supongo que es ley de vida, si quiero ir a la uni. Jajajajaja, ¿Quieres regalar una snitch a Anthony? Aún estás a tiempo, y nadie me la ha pedido, después de todo es tu privilegio, eres la única defensora que ha tenido hasta ahora. Un abrazo. S
Diabolik – Gracias por tu comentario y por tus ánimos. S
MMTXDMB – Vale, escribiré tu snitch, pero no me has dicho a quién quieres regalarla, ¿lo elijo yo? S.
Asil Black – Bueno, pues… soy ambiciosa, pero no obligo, así que te dejo elegir a ti. Ponte dos corchitos en la nariz, no te me pierdas por ahí las neuronas. Besos y mejórate. S
