Disclaimer: No, los personajes no son míos, y no escribo esto para ganar plata, sino para entretenerme cuando no hay nada que hacer en el feriado por la fundación de mi ciudad.

N/A: Hola! Bueno, sé que dije que tenía un cap único, pero me aburrí, y un review me dio una buena idea, así que la escribiré, ojalá sea de su agrado, porque ahora no estoy tan inspirada como lo estaba para escribir el otro cap.

|BAILE DE DISFRACES|

*Capítulo Segundo*

Había dicho que sólo sería esa noche, sólo una vez y nada más. Pero no podía. Desde el momento en que besé a Potter por primera vez, sentí una loca obsesión por él, por esos ojos, por esa piel, por los gemidos que salían de sus labios. Luego de poseerlo, coloqué en mi rostro esa estúpida máscara de frialdad de nuevo, y me alejé, como si todo hubiera terminado allí. Pero luego intenté seguir divirtiéndome, pero no lo logré me pasé cada segundo pensando en él, y no podía sacarlo de mi cabeza, que comenzó a dolerme hasta el punto de querer gritar. No bailé con nadie luego de eso, no hablé con nadie, no tomé nada, no me divertí, sólo me empeñé en intentar encontrarlo de nuevo, haciéndole caso a mi cuerpo que me pedía a gritos a Harry Potter, pero no lo volví a ver. Me dirigí a mi cuarto, pero no dormí hasta que los primeros rayos del sol iluminaron mi rostro, y comenzaron luego llegaron Zabini y los demás, que acababan de llegar de la fiesta. Mi cuerpo me pedía descansar, mis ojos clamaban por un pestañeo, o por que los cerrara, pero aunque hacía esto el sueño no acudía a mí, sólo la imagen de Potter viniéndose debajo mío, gimiendo mi nombre.

Cuando se hizo la hora de cenar, que los viejos habían postergado para que durmiéramos lo necesario como para recuperar fuerzas, yo seguía despierto, lo único que había hecho era mirar el techo, e intentar pensar en otra cosa que no fueran las imágenes que acudían a mi cabeza dolorida.

-Hola Draco...¿qué tienes? -preguntó la voz de Blaise, lo miré confundido -Te vez horrible, como si no hubieras dormido nada.

-Es que NO dormí nada -le corregí -No tenía sueño -agregué rápidamente antes que me preguntara por qué.

-¿Bajarás a cenar?

-Supongo -respondí, sabiendo que no tenía hambre, pero luego me iluminé, con la idea de ver a la persona que tanto alteraba mi razón en el comedor.

Me vestí y guardé todo lo mío en el baúl negro. Luego de eso estaría de vuelta en casa. Luego bajé con Blaise, Crabbe y Goyle. Ellos se la pasaron hablando de la noche anterior, pero yo permanecía en silencio. Todo era culpa de esa estúpida de gryffindor, si no me hubiera dado cuenta de quién era esa persona con la que yo estaba bailando quizá nunca me hubiera acostado con él, y ahora estaría de mejor humor y sin estas horrendas ojeras.

Al llegar me dirigí al asiento en el que acostumbraba a sentarme, al lado de Blaise.

-¡Oh, Draco! -dijo una voz chillona e insoportable, y luego unos brazos me rodearon desde atrás -¡No nos volveremos a ver! ¡Cuánto los siento! ¡te voy a extrañar tanto!

-¡Suéltame Pansy! -y la separé bruscamente de mí, esa tarada me enfermaba. -Si, qué lástima.

-¡Eres un grosero! -me dijo intentando parecer dolida y se alejó lo más que pudo de mí, sentándose en la otra punta de la mesa. Genial.

Entonces me acordé. Miré hacia la mesa de los leones. Oh, allí estaba él, hablando con sus dos estúpidos amigos. Cómo quisiera saber de qué están hablando. ¿Es habrá comentado algo de lo de anoche? De repente nuestras miradas se cruzaron, él me miraba intensamente, yo sentí el impulso de sonreír, y antes de darme cuenta lo estaba haciendo. Él me devolvió la sonrisa y luego se llevó a la boca una cuchara llena de cereales. La vació en su boca, y luego lamió sus labios para saborearlos provocativamente, una gota de leche que se escapó rebeldemente por la comisura de sus labios, este simple acto me pareció tan erótico. Desvié la mirada, no podía seguir mirándolo. ¿Por qué era tan sexy? Nunca antes hubiera pensado lo mismo, cómo me gustaría seguir mirándolo con odio como hacía antes, pero ahora no podía, aunque quería. Lo deseaba tanto. Y me daba cuenta que no sólo lo quería de una forma sexual, sino sentía la asquerosa tentación de tomarlo entre mis brazos, darle mi amor, mi cariño, mi protección. Nunca antes había sentido algo así hacia una persona que me atrajera. Necesitaba escuchar su voz, aunque fuera sólo una vez más, aunque fuera diciendo algo hiriente. Saqué mi varita del bolsillo, y murmuré algunas palabras apuntando sobre el salero que estaba al lado de Harry, y luego sobre el que tenía yo adelante. Lo tomé y me lo coloqué en el oído. Genial, podía oír lo que el trío dorado decía.

"-¿Y está en Hogsmeade?" -preguntó la sangre sucia.

-"Si, justo en el Callejón Diagon Alley" -dijo la inconfundible voz de Harry, sonreí.

-"Y lo mejor es que muy cerca del Caldero Chorreante" -dijo el Weasley . ¿De qué estaban hablando? Ni idea, había miles de cosas cerca del Caldero Chorreante.

-"¿Y cómo es la dirección?" -preguntó su amiga -"Dímela porque seguro me perderé allí"

-"Es un edificio que se llama Fridman, y el departamento es #31, en el 2° piso" -dijo la armoniosa voz de Harry, largué un suspiro involuntario. Me maldije, parecía una de esas estúpidas mocosas que suspiran por su 'príncipe azul'. ¿Qué era esa dirección? No tenía la menor idea, pero era conveniente memorizarla.

-"Sólo entra y pregunta por Harry Potter" -le recomendó el estúpido pelirrojo -"En la entrada te dirán en dónde es"

-"Ok, ok"

-"Ok, yo viviré unos años más en mi casa, en el mundo muggle durante un tiempo, ya veré luego lo que voy a hacer. Tu padre me prometió buscarme un lugar en el Ministerio que me vaya bien" -dijo la sangre sucia. Ahí estaba, estaban hablando de qué iban a hacer luego ahora en adelante, y seguro esa era la dirección de Harry ¡Genial!

Luego el estúpido viejo dio un discurso para despedirse de nosotros, cosa que ya había hecho ayer, y menos mal que ya se había entregado la copa de las casas, que la ganó Ravenclaw, y la del torneo de Quidditch, que fue para Slytherin. Bueno, en eso todos comenzaron a pararse de a poco, y se dirigieron hacia la puerta.

Corrí a internarme en el tumulto de gente, que salía por las grandes puertas. Si tenía suerte, podría encontrar una cabina para mí y Blaise solos, sin nadie más quién nos molestara. Sentí claramente cómo me tocaban el trasero. Odiaba cuando sucedía eso, las estúpidas sedientas de Hogwarts no tenían nada mejor que hacer en lo amontonamientos que tocarme el trasero. Me giré para insultarla, pero nadie de los que se encontraban detrás de mí tenía cara de haber sido. Me iba a volver a girar, cuando lo vi, eran esos los ojos verdes que no me habían dejado pegar un ojo, y ahora me miraban con picardía entre otros chicos. Al encontrarse con los míos, reflejaron embarazo, y sus mejillas se tornaron algo rosadas. Di vuelta la cabeza para que él no viera la sonrisa complacida en mi rostro. Se veía muy mono con esa timidez y rubor. Bueno, si él había sido el que me había tocado significaba que de alguna manera le atraigo, y eso es bueno ¿no? Además, esa sonrisita que me dedicó en el almuerzo, y la forma en la que comió los cereales, nadie come los cereales así, no soy estúpido. Pero el problema es que él no es completamente gay, lo sé, lo vi bailando con varias chicas, y lo estaba disfrutando, además prefirió irse con su compañera a que seguir bailando conmigo, y también pude ver cómo besó a la estúpida sangre sucia que anda con él. No, no creo estar en ventaja, pero igual no me rendiré. Entré por la puerta que estaba designada a los de 7° curso, y me encerré en el penúltimo compartimento. Sabía que Potter y sus amiguitos ocuparían el último, por eso elegí este, normalmente me sentaba en uno que estaba más adelante, cerca de los Slytherins, para poder divertirme en lo que dura el viaje. Pero ahora ni siquiera había traído a Blaise conmigo, no tenía ganas de hablar con nadie y conociéndolo como lo hago, sé que su lengua no puede quedarse callada dentro de su boca por mucho tiempo.

Pegué el oído a la pared. Ahí estaba la risa de Harry, casi me reí yo también. Casi era humillante mi estado, parecía una de esas niñas tontas que siempre suspiraba por mí cuando la miraba o pasaba a su lado. Me imagino como estará la pobre ahora, sabiendo que no me va a poder volver a ver, jejeje. No podía entender de qué estaban hablando, realmente no me importaba, sólo necesitaba sentir su voz, y su risa si era posible. Luego Harry dijo algo que yo no pude entender, y lo siguiente fue que sentí claramente la voz de Weasley que decía: "Ok, no hay problema", seguramente habían abierto la puerta, tal vez la sangre sucia iría un rato de visita a sus estúpidas amigas.

Me senté derecho, me estaba doliendo la columna por estar así de corvado. Cerré los ojos, imaginando allí la voz de Potter, y no sé qué fue lo que hice, porque su voz fue muy real. Si, dijo con toda la nitidez del mundo: "Descansando, Malfoy?". Sonreí.

-"Oye, estás despierto?" -esperen, la voz no sonaba en mi cabeza, sino al lado mío. Abrí los ojos, mi corazón dio un vuelco. Harry Potter estaba en la puerta de mi compartimento, y se sentó luego enfrente de mí.

-¡Potter! ¿Qué haces aquí?

-¿Qué? ¿Acaso quieres que me vaya? -me preguntó de forma muy sexy, y se inclinó un poco.

-Me da igual... -mentí vagamente.

-Entonces no te importará si me voy..... -comenzó Harry, y yo ya había abierto la boca para protestar cuando terminó la frase-pero no lo haré.

Luego se paró rápidamente y sin perder un segundo se sentó en mi falda, apoyando si frente sobre la mía. Podía sentir si cálido aliento sobre mis labios, y sus ojos verdes me penetraban hasta lo más profundo. Me besó, y no fue con violencia, sino con pasión, con una pasión que sólo aparece cuando has estado esperando el momento durante mucho tiempo. Yo le respondí de la misma manera. Sin separar nuestras bocas él corrió el cerrojo del compartimento con una mano, mientras que con la otra me desprendía la camisa.

Comenzó a besarme el pecho como si de eso dependiera su vida. Mis manos jugaban en su espalda, debajo de la tela que la cubría. Podía sentir mi erección latir contra la suya, y parte de su trasero. De repente comenzaron a golpear la puerta de mi compartimento.

-¡Draco! ¡Abre, soy yo! -exigió la voz de Blaise del otro lado.

-¡Que te jodan Blaise! -le grité, mientras besaba el cuello de Harry.

-¡Abre idiota! -me gritó molesto

-Cre...creo que debo irme -dijo Harry, parándose y arreglándose un poco la ropa.

-¡No! -le dije bajando la voz -¡No me puedes dejar así!

-¡Ron y Hermione me esperan! -dijo, y luego se Apareció en el compartimento de al lado, ya que este no tenía puesto el cerrojo.

Abrí la puerta disgustado. El chico de cabellos castaños entró por ella.

-¡Menos mal! -se quejó -¡Pensé que esa persona que estaba contigo nunca se iría!

-Hmmm, pero se fue por tu culpa, idiota -le respondí, sentándome nuevamente, y cerrando la puerta.

-Y vaya que parece que la estabas pasando bien -comentó descaradamente, fijando su vista en mi voluminosa entrepierna.

-Ni que lo digas -respondí con una sonrisa con el mismo descaro.

-Yo te puedo ayudar -sugirió Blaise con un ronroneo sexy, pasándose al asiento de enfrente.

***********************

-¡Harry! ¡Por fin llegas! ¿En donde estabas? -me recibió la voz de Hermione una vez en el compartimento.

-Nada, sólo fui un rato a hablar con Dean y Seamus -mentí

-¿Y qué cuentan? -preguntó Ron interesado.

-Pues...nada en particular, sólo fui a pedirles que me devolvieran algo -le dije, sentándome y cerrando las piernas con fuerza, no quería que se dieran cuenta de mi estado. Maldito sea Blaise Zabini, nunca puede quedarse quiero ese tipo. Pero mi suerte no estaba conmigo ese día, porque pude notar los ojos de Hermione posados con timidez en mi entrepierna. Luego me miró a los ojos y desvió la vista rápidamente.

Yo tomé una revista y la puse sobre mi regazo. Luego seguimos hablando sobre cualquier cosa, y Hermione a cada rato me dirigía miradas de reojo. Yo no pude hacer nada para mejorar mi estado, ya que sabiendo que Draco se encontraba en el compartimento de al lado. Además, mi mente comenzó a crear imágenes sobre lo que podría haber pasado si Zabini no hubiera llegado en ese momento a arruinarlo todo. Un suspiro sonoro y largo se escapó con rebeldía de mi garganta.

-¿Por quién suspiras, Harry? -me preguntó con interés mi amigo. Hermione me miró, ella siempre decía que un suspiro era un beso no dado, pero ahora seguro estaba pensando otra cosa.

-Por nadie Ron, sólo tengo sueño

-Si, seguuuuro -dijo con picardía.

El resto del viaje fue completamente normal, e incluso mi amiga habló más conmigo. No tardó mucho para que llegáramos a la estación. Una voz amplificada por el Sonorus anunció la llegada, y poco a poco se fue desocupando el tren por los estudiantes que felizmente bajaban. Yo estaba tan feliz como ellos. Pero cuando salí del compartimento, y observé el penúltimo, vacío, fue cuando entré en razón. No iba a volver a ver a Draco, y ni siquiera sabía nada de él, en dónde vivía qué iba a hacer nada. La verdad desde 1° siempre creí conocerlo a la perfección, pero ahora recién me daba cuenta que Draco Malfoy era una caja llena de misterios y sorpresas.

Bajé de la locomotora e intenté encontrarlo con la mirada, pero no lo logré, ya se había ido, y tal ve nunca volvería a verlo. Bueno, en fin, mi vida seguía. Me despedía de Ron y Ginny y algunos compañeros y chicos de otros cursos y casas. Luego me fui con Hermione, que iba a tomar un colectivo para llegar a su casa, y la parada quedaba a una cuadra del lugar muggle en donde se encontraba el Caldero Chorreante.

-Bueno Harry, hasta aquí llegamos -me anunció.

-Si, bueno, nos vemos entonces, que andes bien Hermione, cuídate -luego la abracé.

-No olvides llamarme por teléfono -me dijo

-No lo haré, bueno, nos vemos el sábado, adiós.

Luego entré en el edificio que parecía completamente abandonado a simple vista, entré y me dirigí al patio trasero, en donde abrí el muro, para entrar en el Callejón Diagon.

********************

Ya había pasado un año y dos mese desde que había vuelto de Hogwarts. Aún no tenía muy en claro lo que quería para mi futuro, por ahora me encargaba de vender accesorios en una tienda de Quidditch en el Callejón Diagon. Había traído a mi nuevo apartamento las pocas pertenencias que tenía en la casa de los Dursleys. La había pasado muy bien estos últimos días. Nunca me cansaba de descubrir cosas nuevas y geniales en Diagon Alley. Y era visitado constantemente por Ron y Hermione u otros amigos, o salía con ellos a divertirme por ahí. Ron aún vivía con su familia, recién a fin de año vendría a vivir conmigo. Hermione ahora trabajaba en el Ministerio, como investigadora sobre los Muggles, al igual que el padre de Ron, pero ella insistía en que dentro de poco entraría en un cargo más importante, aunque en ese le iba muy bien.

Hacía sólo unos días había comenzado a asistir a un curso de Defensa Contra Artes Oscuras para magos desde 17 en adelante. Era muy interesante, y casi no era costoso, se daba en el Instituto de Durmstrang. El castillo era bastante grande, y los primeros días me costó ubicarme, o encontrar la salida o el baño, y hoy era uno de ellos. Terminada la clase, había caminado un poco con los demás chicos que asistían también, me había hecho muy amigo de ellos, pero después me despedí, porque me entraron ganas de inspeccionar el castillo, que aún no terminaba de conocer.

Caminé por los amplios pasillos, el techo estaba altísimo, y el decorado parecía de la Edad Media. Muchos cuadros me saludaron, impresionados y con amabilidad. Pasé la biblioteca, ya la había conocido, era enorme, aunque no tenía tantos libros como Hogwarts. Seguí caminando y me topé con una puerta alta y tallada en piedra, que tenía unas letras escritas con rojo oscuro, en las cuales se leía "Potions Class". En ese momento, sonó la campana y las puertas de esa y las demás aulas se abrieron, dejando salir a los alumnos. Miré en el interior de un aula, seguramente Adivinación, porque estaba llena de bolas de cristal y cosas por el estilo, pero el ambiente no era tan pesado como en el aula en la que yo tomaba esa clase. Luego me giré para mirar el aula de pociones y me atropellé de frente con una persona que de allí salía, seguramente el profesor. Los dos tambaleamos, y él se agarró la nariz.

-¡Mira por dónde caminas! -me gruño, con una voz extrañamente familiar.

-¡Disculpe! ¡No fue mi intención! ¡En serio, lo sien.... - comencé a disculparme, pero me atraganté con mis palabras cuando el profesor de pociones se quitó la mano de la cara -¡MALFOY!

-¡¿Potter?! -exclamó el sorprendido y con confusión -¿Qué demonios haces aquí?

-¡Eso mismo te pregunto yo a ti!

-Pues..., yo soy el profesor de pociones aquí ahora -me respondió con orgullo sacando pecho.

-¿En serio? Jajajaja

-¿Qué es tan gracioso? -me preguntó enfadado.

-Nada, nada, es que nunca pensé..., olvídalo.

-¿Y tú que haces aquí? -insistió -¿Acaso no aprendiste nada en Hogwarts y vienes a aprender aquí?

-No, sólo vengo a tomar el curso de DCAO -le respondí. No podía explicarlo, ya sé que habíamos sido enemigos durante años, pero luego, las dos últimas noches que había pasado en Hogwarts había sido diferente. Y luego comencé a recordar cómo fue la última vez que nos habíamos visto.

-Harry yo...., todo este tiempo... -comenzó, y el brillo de superioridad que había habido minutos antes en sus ojos se apagó. Yo lo miré, esperando que terminara de hablar. Pero nunca pudo completar la frase, unos chicos de primero llegaron corriendo, hasta donde nosotros estábamos.

-¡Te dije que lo había visto aquí! -dijo uno entusiasmado.

-¡Harry Potter! -exclamó otro.

-¡Oigan chicos, miren, es Harry Potter! -llamó una niña y se acercaron más, creando un escándalo, como los pájaros cuando está anocheciendo.

-Chicos, chicos, dejen en paz al señor Potter, ya debe irse -les dijo Draco, y me sorprendió porque su tono para con ellos no era frío -¿Por qué no van afuera a jugar, el día está genial?

Los chicos tardaron un rato en irse.

-Potter, debo irme nos veremos otro día -me saludó Draco, y no había frialdad ninguna en su voz, pero parecía algo melancólica.

-Draco, por favor, ¿no puedo acompañarte un rato más? -exigí.

-¿Para qué?

-Pues...simplemente para hablar -dijo alzándome de hombros.

-¿Hablar sobre qué? Potter, no somos viejos amigos, y no vamos a celebrar nuestro reencuentro, ¿entiendes?

-Pero....

-Shhh, se me hace tarde, debo corregir exámenes -me dijo, y se perdió escaleras arriva.

Me quedé parado allí, sin atinar a hacer nada, hasta que me di cuenta que estaba totalmente perdido. Mientras caminaba mi mente se retorcía de preguntas. Malfoy tenía razón, nunca fuimos amigos, lo que pasó fue sólo una aventura de una noche, debía aceptarlo, no se volvería a repetir.

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N/A: Espero que les haya gustado!!!!!!!!!!! Dejen reviews!!!!! Esto no se termina acá, ok? Lo voy a seguir!! Perdón si tardé mucho, es que ahora me he vuelto medio poeta y escribo poco mis fics, pero ahora estoy de vacaciones, así que tal vez actualice esta o Dos en Uno pronto. Chauuuu

Dark Spider Girl