Disclaimer: la mayoría de los personajes pertenecen a J.K. Rowling, algunos
otros como Eric son míos.
N/A: Bueno no creo que haga falta que advierta que esto es slash, no? Ya se habrán enterado leyendo los otros dos capítulos. Me gustaron muchos los reviews!!!!!! Muchas gracias a todos los que dejaron, y a los que no, pero lo leyeron.
| BAILE DE DISFRACES |
Capítulo Tercero
Ya había terminado de corregir la mayoría de los exámenes, así que guardé mis cosas en el maletín que estaba ampliado mágicamente por dentro, y me coloqué el abrigo. Salí de mi despacho y bajé las escaleras. El castillo era muy grande, pero ya lo conocía casi a la perfección, aunque admito que me costó bastante ambientarme. En la Academia Durmstrang no separaban a los alumnos por Casas, sino por los cursos, era como si hubieran siete Casas con treinta y cinco alumnos en cada una, aunque por dormitorio dormían sólo cinco, algo como Hogwarts. Lo bueno era que no tenía la obligación de quedarme todo el jodido año, como el castillo no estaba muy lejos de Hogsmeade, y había un autobús que iba directo a Hogsmeade y tenía paradas en distintas partes del pueblo.
Los estudiantes tampoco tenían obligación de quedarse, así que algunos se iban por la tarde y volvían a la mañana, yo siempre me iba en el autobús con ellos. Como era época de exámenes la mayoría de los alumnos se había quedado a estudiar en el castillo, pero aún así siempre había alguno que se iba. Estaba seguro que si yo fuera a esa Academia, mi padre me hubiera obligado a regresar cada noche a mi casa. También si mi padre estuviera vivo aún no me habría permitido ser profesor, no él quería que fuera un Mortífago, sin importarle una verdadera mierda lo que yo quería o pensaba, me obligaba a hacer todo a su manera, por suerte cuando yo estaba en mi sexto curso él y otros cuantos de los dementes seguidores de ese jodido mago muerto desaparecieron de la faz de la Tierra. Habían querido en realidad acabar de una vez por todas con todos los muggles, pero uno de esos idiotas, Peter no se qué, había llevado un ingrediente equivocado para realizar el conjuro que necesitaba una poción, y encontraron muerte todos los que llevaban la Marca, incluso también los que habían huido lejos y en esos momentos vivían felices habiendo olvidado los días oscuros, y pensar que faltaban dos años para que yo también la tuviera. Bueno, luego de eso mi madre puede decirse que se volvió loca, siempre temiendo que mi padre volviera por ella, y decía que lo podía ver en sueños y al final se suicidó. Entonces quedé huérfano, al igual que Potter, en el último curso, de alguna manera era un alivio ya que ahora tenía completo control sobre mi vida y había heredado toda la fortuna de mis padres aunque no quise quedarme con la casa.
Siempre fui bueno en Pociones, fue por eso que decidí ser maestro aquí, sé que si alguno de mis antiguos compañeros me veía ahora se habría reído de mí, pero la verdad me habría importado verdaderamente una mierda, ahora era lo que quería ser, lo que siempre fui pero nunca lo saqué a flote. Ahora soy un poco más abierto, de vez en cuando voy al mundo muggle, Hogsmeade es genial, pero a veces me aburro solo, sigo viendo a Blaise y he hecho otros amigos, pero aún así prefiero alejarme algunas veces de todo esto y disfrutar de la vida, habían muchas cosas que me había estado perdiendo antes. Puedo decir que los muggles son algo extraños, pero también muy ingeniosos, hay cosas grandiosas en donde viven ellos y en varias ocasiones he viajado a otras partes muggles del mundo, a través de los polvos flu.
Siento que paran el Hogsmeade Direct que había andado solamente un metro. Un escalofrío me recorrió la espalda cuando sentí la voz de la persona que acababa de subir.
-¡Disculpe! No encontraba la salida.... -se disculpó. Me asomé disimuladamente, Harry Potter se encontraba pagando el boleto. Entré mi cabeza nuevamente y al ver que él se dirigía hacia aquí atrás a buscar un asiento me coloqué rápidamente la capucha y giré la cabeza hacia la ventanilla, luego me recosté usando los dos asientos, por si se le pasaba por la cabeza la idea de sentarse aquí. Lo sentí pasar, y en efecto al ver a un tipo aparentemente durmiendo sobre los dos asientos siguió pasó de largo. Se sentó dos lugares más atrás. Suspiré aliviado. Ni siquiera yo me entendía muy bien. Recuerdo como me sentía la última noche en Hogwarts, y al otro día no había podido quitarle la vista de encima. Al llegar a la estación me bajé apenas estacionó, ya que sentí que él y sus amigos también lo hacían, cuando bajé no lo encontré por ninguna parte, seguí buscándolo entre la multitud, empujando y apartando señoras y niños, necesitaba decirle algo, cualquier cosa, aunque estaba claro que no sería nada de "adiós" o "que andes bien" no, cualquier cosa, lo primero que pasara por mi cabeza. Pero no lo encontré. También me di cuenta que no tenía idea de cuál era la dirección que Harry había dicho a sus amigos, la había olvidado.
Pasé los siguientes días pensando en él, no me lo podía quitar de la cabeza, y saber que quizá nunca lo volvería a ver no era consuelo. Pasaron dos semanas y yo seguía igual. Pasaron algunos meses y decidí ponerle alto, ya incluso me avergonzaba de mi mismo, siempre de aquí para allá pensando en Potter, viviendo con la esperanza de volver a verlo. Y lo peor era que no sentía completamente atracción física por él, era algo más. Nunca había creído en el amor, por eso no estaba seguro de qué sentía, pero poco a poco lo fui olvidando, recordé que estaba vivo.
Y ahora volver a verlo, no sé aún por qué reaccioné así cuando lo vi, quizá fue mi orgullo, o simplemente no quería que él sintiera que yo era una meta fácil, no lo sé. Estoy seguro que mi actitud muy fría para con él, no sé si lo herí, cosa que no creo, pero simplemente no quería verlo, tenía miedo de que me pasara lo mismo que antes.
Pasaron unos cuarenta minutos y yo seguía con la mente llena de pensamientos iguales a los de antes, hasta que llegamos a la primera parada que era en Diagon Alley, se bajaron varias personas, entre ellas Harry que por suerte no me vio. Miré por la ventanilla, allí estaba él acomodando la mochila en su hombro. Su mirada se conectó con la mía en ese momento, primero abrió grande la boca y luego los ojos entonces comenzó a gritar mi nombre, y al parecer bien fuerte, porque su voz me llegaba con claridad a pesar de tener la ventanilla cerrada. Me sorprendió mucho cuando el autobús arrancó y él comenzó a correr al lado de este gritándome. Sentí el impulso de bajarme, de volver hacia él pero luego otra cosa pasó por mi cabeza y simplemente lo saludé con mi mano, Potter siguió corriendo hasta que ya prácticamente no pudo más y sólo gritó por última vez mi nombre y esta vez parece que usó todo su aliento.
Giré mi cabeza de la ventanilla con fuerza y apreté los dientes.
"¿Por qué Potter había hecho eso?" pensé "Quizá es porque él se quedó sintiendo lo mismo que tú luego del baile de disfraces" dijo otra voz en algún rincón de mi mente "No..." me dije a mí mismo "No seas ridículo Draco ¿Acaso no viste cómo te llamaba? Tendrías que haberte bajado" "¡Claro que no! ¡No tenía por qué bajarme, yo no siento nada por Harry Potter!" me dije, intentando convencerme "¿A no?" "Cállate"
Llegué por fin a Fôret Alley, y allí me bajé del autobús y entré en mi casa. Esta se encontraba justo al lado del bosque por el cuál el Callejón llevaba ese nombre. Entré, me sentía muy cómodo allí adentro, el espacio era suficiente para mí, era bastante amplia aunque no demasiado y tenía dos pisos y yo la había decorado a mi gusto, algunas cosas eran muggles y las demás estilo mágico, el tamaño era perfecto para una persona. No sabía exactamente por qué pero me sentía bastante molesto, quizá me haría bien relajarme un poco.
**********
Ese día me levanté y noté que había algo distinto, no sabía exactamente qué, pero sentía la necesidad de algo. Lo medité un poco y me di cuenta. Quidditch. Eso era, necesitaba Quidditch para despejar un poco mi mente, además hacía mucho que no jugaba o por lo menos volaba una escoba.
Luego de cambiarme y desayunar, me dirigí a una pequeña habitación en donde guardaba cosas que ocupaban espacio y casi no usaba y allí saqué mi Nimbus 2001. Estaba cubierta de polvo, y la mayoría de las ramitas se encontraban dobladas o desgastadas, me dio lástima. Había ganado varios partidos con esa escoba, y aún recuerdo al cara que tenía Potter cuando me vio aparecer con ella..., pero luego él consiguió la Saeta de Fuego, esa si era una buena escoba...¿Potter? Hay a la mierda con Potter no quería pensar en él.
Saqué mi escoba y la envolví en un estuche largo. Luego me coloqué la capa porque hacía algo de frío y salí a la calle, estaba seguro de haber visto un local como el que necesitaba en el Callejón Diagon. Me dirigí hasta allá a pie. No tardé mucho en encontrar el lugar que andaba buscando, ya que tenía un cartel con una gran escoba que ocupaba la mayor parte de la vereda y se veía a lo lejos. Entré, como era sábado estaba repleto de gente. Me quedé viendo unas fotos de campeonatos de Quidditch que habían en una pared. En eso sentí que me posaban una mano en el hombro.
-Disculpe, ¿puedo ayudarlo? -preguntó
-Si, vengo a....¡Potter! ¿Qué haces aquí? -le pregunté al chico que me miraba con la boca increíblemente abierta.
-¡Yo trabajo aquí! ¿Qué haces tú aquí??? -me preguntó ya sin mostrar el tono respetuoso y amable de recién.
-¿Cómo que qué hago aquí? Vaya Potter, trabajas aquí y ni siquiera sabes a qué viene la gente? Me sorprende, pensé que eras más inteligente...
Harry hizo un gesto molesto y pareció respirar para calmarse.
-¿Qué quieres?
-Quiero ver algún equipo de mantenimiento para mi escoba -le respondí evitando mirarlo a los ojos verdes, que me inspeccionaban nerviosos.
-Está bien, sígueme -me ordenó, caminé tras él de mala gana, ya que por lo general no me gusta que me ordenen. Llegamos a una parte del negocio en donde había una pequeña mesa de mármol.
Yo saqué mi Nimbus 2001 del estuche y la coloqué allí, Harry la examinó un momento y luego se dirigió a una estantería y sacó una pequeña caja de madera.
-Este es uno de los mejores, hay otros más completos, pero tu escoba no necesita tanto. La has conservado en muy buen estado Draco, montas muy bien -esto último lo dijo perforándome con sus ojos.
-Malfoy para ti -le anuncié mientras abría la caja para ver los productos.
-¿Malfoy? Yo recuerdo que me dejaste gritar tu nombre cuando....-levanté mi rostro y mi mirada fue tan asesina y llena de amenaza que él bajó la vista intimidado.
-No sé de qué hablas -le respondí marcando cada palabra
-Oh, si sabes, tal vez no lo recuerdes como yo, pero sé que algo te debe haber quedado -insistió el chico.
-Si Potter, algo ha quedado, pero ya es cosa del pasado, será mejor que lo olvides
-No Draco, no lo voy a olvidar -me dijo buscando mis ojos.
-Entonces será problema tuyo, me llevo este
-Draco yo...
-Me llevo este -repetí -cóbramelo por favor, si es que no quieres regalármelo
Harry gruñó algo que yo no pude entender y se dirigió a la caja para cobrarme el equipo, luego se alejó a atender a otros clientes dejándome con la cajera, pero aún así pude sentir su mirada en mi nuca con fuerza.
-Si compra este equipo le reparamos su escoba en forma gratuita -me anunció la chica luego de recibir mi dinero.
-Me parece bien, ¿tengo que dejarla aquí?
-Si, se la enviaremos a su domicilio por sólo un galeón o puede venir a retirarla mañana -me dijo pestañeando seductivamente.
"Genial, otro perro en celo" pensé
Acepté y le escribí mi domicilio a la muchacha y luego caminé hacia la salida.
Me escondí sin dudarlo en un negocio de ahí cerca, Harry había salido del local y me buscaba impaciente con la mirada. Ese tipo estaba loco.
**********
Me acomodé mejor en el sillón, mientras leía mi revista. Ya se había ido el día completamente. Acababa de llegar del trabajo, ya había oscurecido casi por completo, aún así se alcanzaba a ver lo último que quedaba de la luz del sol, detrás de las montañas, por la ventana. Genial, me había levantado con el deseo de jugar Quidditch, y ahora no tenía ni siquiera mi escoba, no debería haber aceptado esa maldita promoción.
-Te vendría bien esto -me sugirió Eric, metiendo una taza de café bajo mi nariz, el aroma amargo de un café hecho a modo muggle era perfecto. Normalmente cuando yo estaba solo lo preparaba de manera mágica, para demorar menos, pero siempre que Eric venía me preparaba uno como a mí me gustaba. Tomé la taza y le di un sorbo, el delicioso sabor hizo que la mente se me despejara un poco. Claro que él no servía sólo para preparar café.
-Gracias, lo necesitaba, hoy tuve que tomarle examen a dos cursos -dije suspirando, mientras me sentaba como la gente el sillón.
-Me imagino, y como estamos en tiempo de evaluaciones, tengo todo el día a niños buscando libros para estudio.
Eric trabajaba en una pequeña biblioteca en mi barrio, nos habíamos conocido cuando yo comencé a ir a Durmstrang, y necesitaba libros para elaborar las tareas, y distintas necesidades que ahora tenía como profesor. Con el tiempo habíamos ido conociéndonos más, y nos hicimos buenos amigos, él pasaba muchas veces por mi casa, a la salida del trabajo. Y desde hacía unos cinco meses nos habíamos enrollado un poco, yo le había dado a entender que no quería nada emocional, así que simplemente éramos amigos y de vez en cuando nos echábamos un polvo. Casi podía reemplazar a Blaise con Eric. Mi antiguo 'amigo' se había ido a estudiar a Italia, sobre criaturas mágicas, regresaba a fin de año, pero estaba ausente desde que terminamos Hogwarts.
Aún así Eric no tenía nada que envidiarle a Blaise. Su cabello era rubio, pero un poco más oscuro que el mío y estaba formado por unos pequeños rizos, tenía unos ojos castaños muy expresivos, me encantaba siempre que me daba a entender algo sólo con su mirada, otra cosa que me encantaba de él eran sus labios, hacía mucho que no había probado unos labios como los de él, muy suaves al tacto y carnosos, adornados por una pequeña barba en su mentón que lo hacía ver muy masculino. Bueno, en fin, él me atraía bastante físicamente, pero era sólo eso, no nos involucrábamos emocionalmente.
-Oye Draco, debo llegar más temprano hoy a casa, irán a llevarme algo -me dijo
-Oh, ¿tan temprano? -me quejé
-Si, lo siento
-Está bien, entonces nos veremos mañana -lo saludé
-Suerte mañana con los niños -me dijo, y se acercó a mí y me dio un pequeño beso en los labios a manera de despedida. En ese momento tocaron el timbre.
-Oye Eric, abre tú que ya vas para la puerta.
Sentí el ruido que provenía del exterior cuando él salió.
-Vienen a traerte algo, lo haré pasar -me gritó el otro rubio antes de cerrar la puerta.
Dejé la revista y me puse de pie. Al llegar a la sala vi de quién se trataba.
-¡Potter! ¿Qué demonios haces en mi casa?? -casi le gritó, y por un momento me dio lástima la cara de chico regañado que puso.
-Sólo vine a traer tu estúpida escoba, Malfoy -me dijo gruñendo, aunque casi habría podido jurar que él no había querido decir eso.
-Oh...., lo siento, ¿cuánto és?
-Un galeón, simplemente por traerlo hasta aquí -me informó
-Está bien, sólo espérame que vaya a traer algo de dinero -le dijo, y me dirigí a mi habitación, Potter se había quedado husmeando todo lo que había en mi departamento con curiosidad.
-Toma -le dije colocando el galeón en su mano. Potter se quedó con la mano extendida y la moneda aún en ella, pero él no se movía, tenía sus ojos clavados en los míos. Una gota de sudor corrió por mi frente, me estaba poniendo nervioso, no sabía exactamente la razón, pero sé que eran esos ojos, parecían clavarse en mí y algunas de las cosas que pude leer en ellos fue el deseo, el arrepentimiento, la inseguridad.
-¿Su....sucede algo? -logré articular.
-No...es sólo que...nada, olvídalo. Supongo que debo irme.... -dijo algo melancólico, y se dio la vuelta.
-¡No! Es....espera, quédate un rato, toma un café -le ofrecí casi sorprendiéndome a mí mismo.
-¿Para qué? -cuestionó él
-No lo sé, ¿para qué se toma un café? Es un café...
-¿Quieres que me quede? -me preguntó él con una sonrisa casi diminuta dibujándose en sus labios.
-Me da lo mismo.... -respondí yo, no quería que pareciera muy interesado.
-¿En verdad quieres que me quede? -volvió a preguntar, esta vez su sonrisa fue un poco mayor.
-Si...bueno, si quieres... -titubeé
-Vaya, vaya, ¿quién lo diría? ¡Draco Malfoy rogándome para que me quede! -exclamó Harry ya definitivamente sonriendo.
-Si eso es un ruego para ti, es mejor que nunca seas un mendigo, Potter
-Jajaja, está bien, pero sólo un café, y si hay cena mejor -sugirió acomodándose con confianza en un sillón.
Le serví el café, aunque no lo había preparado yo, claro. Luego estuvimos hablando de cosas sin sentido, como lo que hacíamos de nuestras vidas, las cosas que habían sucedido, y yo le conté también lo que le pasó a mi padre, y que ahora me sentía más libre, era una persona casi totalmente diferente, ya que ahora era lo que yo quería ser no lo que estaba obligado a ser porque los demás me esperaran así. Me sentí algo raro al principio, hablando con Potter casi sin conocerlo siquiera, porque era verdad, siempre creí conocerlo al máximo pero ahora me daba cuenta que no tenía idea alguna de cómo era él. Pero algo si descubrí, bueno, en realidad no descubrí, peor me permití aceptar, que ese chico sentado enfrente mío de ojos verdes como las esmeraldas tenía realmente un gran corazón. Ahora hablábamos con más confianza, como si en realidad fuéramos amigos, era raro, pero también era muy reconfortante.
Y para hacerlo aún mejor, Harry no había ni mencionado la noche del baile.
-Vaya Draco, te veo distinto, ya se que has cambiado, estás más grande, pero es algo....diferente. Quiero decir, tu personalidad no es la misma, ahora te veo como una persona....
Yo levanté una ceja y estaba dispuesto a protestar cuando él habló para intentar arreglar la oración:
-¡No quise decir que antes no me parecías una persona? Es sólo que..., te veía distante, como si fuera muy difícil llegar a ti, como si no hubieran puertas para entrar
Por mi cabeza pasó "háblame en un idioma que entienda", pero no, me detuve a pensar las palabras que el chico que me acababa de decir.
-¿Y ahora? -finalmente articulé
-Bien, ahora como que eres más accesible, te abres más a las personas, pareces Draco Malfoy, pero a la vez eres como él mismo, pero cambiado, nuevo....algo así...
-Potter...
-Harry
-Haaaarry -dije marcando esta palabra - parece que ni tú entiendes lo que estás hablando, ¿otro sándwich?
-Ok, gracias
-¿Y cómo anda el Chico que Vivió en el amor? -se escapó de mi boca
-Pues...Tuve una novia por un año, pero me enteré un día que desde hacía unas semanas había estado pasando datos personales sobre mí a una revista, en donde trabajaba un cretino que era su novio, también!
-Jajaja, que zorr...digo, que mal, bueno no era la persona indicada para ti, debes seguir buscando -le sugerí, pero para mis adentros estaba a punto de quebrarme ¡Una novia! -¿Y nada de chicos?
-Nop, al parecer tú fuiste el único desde...ya sabes, lo que pasó el último día de Hogwarts... -noté complacido cómo se sonrojaba. -¿Y qué hay sobre ti?
-Pues..., nada formal como lo que tu tuviste, solo unos cientos de chicos interesados en diversión sólo por una noche...
-¡¿Qué?! -exclamó cubriéndome de migas del sándwich
-Era broma, bueno no del todo, es que en realidad he estado muy ocupado este tiempo, además no tenía ganas, no aún
-¿Y dime, ese chico que salió de aquí cuando llegué, era uno de los que mencionaste? -pareció ordenarme la respuesta Harry
-Es sólo un amigo -respondí vagamente, pero casi se oyó un titubeo en mi voz.
-¿Sólo eso? Porque yo recuerdo que decías lo mismo de Zabini y luego.....
-¡Está buen Potter! ¡Si, es como si reemplazara a Blaise! ¡me acuesto con él y todo! ¿Eso quería saber? Además, yo hablo si quiero, no sé quién te crees para ordenarme algo...
-¡Espera! ¡No te aceleres! ¡Era sólo una pregunta! Ya estás volviendo a ser el mismo Draco de antes...
-¡Ya deja de decir esas estupideces Potter! Yo soy el mismo Draco Malfoy de siempre, no he cambiado, y si tienes algún problema con mi forma de ser....
Hasta ahí hablé, porque luego las palabras no tuvieron lugar por donde salir, ya que otros labios sellaron los míos, haciendo presión. Una lengua tentativamente cálida y húmeda los lamió, y luego los separó, para entrar en mi boca. El tacto fue tan suave y exquisito que estuve a punto de responder a ese beso, pero me paré antes de hacerlo, separando nuestras bocas, nuestros labios, nuestros rostros, alejándome de ese aroma suave y fresco.
-¡¿Qué creías que hacías?! -le grité enojado
-Yo...lo, lo siento, necesitaba que te callaras -se defendió él
-¡Qué excusa tan estúpida! Mirá, mejor vete Potter, tengo sueño, mañana tengo que trabajar
-¡Trabajas en la tarde!
-¡Potter ya deja de jugar a que me conoces! -me tomé unos segundos para respirar e intentar controlarme -Mira Harry, tuve un mal día hoy, cambiado o no, sigo siendo Draco Malfoy y si no quieres salir lastimado mejor te aconsejo que te vayas ya
-No
-¿Por qué eres tan terco Potter?
-El amor hace tercas a las personas.... - fue su respuesta, y nuevamente su boca estuvo junto a la mía, pero esta vez no me había tomado tan de sorpresa, y ya estaba más calmado, y le respondí. Y responder a ese beso, fue tan extremadamente exquisito, probar esos labios, que desde hacía tanto tiempo tenía sed, no entendía por qué me había negado esto, será que yo también me estoy volviendo terco....
*****************
Ay ay ay, que me costó este capítulo, bueno, por fin lo terminé, la verdad no sé si quedo tan claro, espero que lo entiendan y que les guste, porfa dejen reviews, ah y les voy avisando que si el cap que sigue no es el último, es el penúltimo.
Un beso enorme!
Dark Spider Girl (Chabri)
N/A: Bueno no creo que haga falta que advierta que esto es slash, no? Ya se habrán enterado leyendo los otros dos capítulos. Me gustaron muchos los reviews!!!!!! Muchas gracias a todos los que dejaron, y a los que no, pero lo leyeron.
| BAILE DE DISFRACES |
Capítulo Tercero
Ya había terminado de corregir la mayoría de los exámenes, así que guardé mis cosas en el maletín que estaba ampliado mágicamente por dentro, y me coloqué el abrigo. Salí de mi despacho y bajé las escaleras. El castillo era muy grande, pero ya lo conocía casi a la perfección, aunque admito que me costó bastante ambientarme. En la Academia Durmstrang no separaban a los alumnos por Casas, sino por los cursos, era como si hubieran siete Casas con treinta y cinco alumnos en cada una, aunque por dormitorio dormían sólo cinco, algo como Hogwarts. Lo bueno era que no tenía la obligación de quedarme todo el jodido año, como el castillo no estaba muy lejos de Hogsmeade, y había un autobús que iba directo a Hogsmeade y tenía paradas en distintas partes del pueblo.
Los estudiantes tampoco tenían obligación de quedarse, así que algunos se iban por la tarde y volvían a la mañana, yo siempre me iba en el autobús con ellos. Como era época de exámenes la mayoría de los alumnos se había quedado a estudiar en el castillo, pero aún así siempre había alguno que se iba. Estaba seguro que si yo fuera a esa Academia, mi padre me hubiera obligado a regresar cada noche a mi casa. También si mi padre estuviera vivo aún no me habría permitido ser profesor, no él quería que fuera un Mortífago, sin importarle una verdadera mierda lo que yo quería o pensaba, me obligaba a hacer todo a su manera, por suerte cuando yo estaba en mi sexto curso él y otros cuantos de los dementes seguidores de ese jodido mago muerto desaparecieron de la faz de la Tierra. Habían querido en realidad acabar de una vez por todas con todos los muggles, pero uno de esos idiotas, Peter no se qué, había llevado un ingrediente equivocado para realizar el conjuro que necesitaba una poción, y encontraron muerte todos los que llevaban la Marca, incluso también los que habían huido lejos y en esos momentos vivían felices habiendo olvidado los días oscuros, y pensar que faltaban dos años para que yo también la tuviera. Bueno, luego de eso mi madre puede decirse que se volvió loca, siempre temiendo que mi padre volviera por ella, y decía que lo podía ver en sueños y al final se suicidó. Entonces quedé huérfano, al igual que Potter, en el último curso, de alguna manera era un alivio ya que ahora tenía completo control sobre mi vida y había heredado toda la fortuna de mis padres aunque no quise quedarme con la casa.
Siempre fui bueno en Pociones, fue por eso que decidí ser maestro aquí, sé que si alguno de mis antiguos compañeros me veía ahora se habría reído de mí, pero la verdad me habría importado verdaderamente una mierda, ahora era lo que quería ser, lo que siempre fui pero nunca lo saqué a flote. Ahora soy un poco más abierto, de vez en cuando voy al mundo muggle, Hogsmeade es genial, pero a veces me aburro solo, sigo viendo a Blaise y he hecho otros amigos, pero aún así prefiero alejarme algunas veces de todo esto y disfrutar de la vida, habían muchas cosas que me había estado perdiendo antes. Puedo decir que los muggles son algo extraños, pero también muy ingeniosos, hay cosas grandiosas en donde viven ellos y en varias ocasiones he viajado a otras partes muggles del mundo, a través de los polvos flu.
Siento que paran el Hogsmeade Direct que había andado solamente un metro. Un escalofrío me recorrió la espalda cuando sentí la voz de la persona que acababa de subir.
-¡Disculpe! No encontraba la salida.... -se disculpó. Me asomé disimuladamente, Harry Potter se encontraba pagando el boleto. Entré mi cabeza nuevamente y al ver que él se dirigía hacia aquí atrás a buscar un asiento me coloqué rápidamente la capucha y giré la cabeza hacia la ventanilla, luego me recosté usando los dos asientos, por si se le pasaba por la cabeza la idea de sentarse aquí. Lo sentí pasar, y en efecto al ver a un tipo aparentemente durmiendo sobre los dos asientos siguió pasó de largo. Se sentó dos lugares más atrás. Suspiré aliviado. Ni siquiera yo me entendía muy bien. Recuerdo como me sentía la última noche en Hogwarts, y al otro día no había podido quitarle la vista de encima. Al llegar a la estación me bajé apenas estacionó, ya que sentí que él y sus amigos también lo hacían, cuando bajé no lo encontré por ninguna parte, seguí buscándolo entre la multitud, empujando y apartando señoras y niños, necesitaba decirle algo, cualquier cosa, aunque estaba claro que no sería nada de "adiós" o "que andes bien" no, cualquier cosa, lo primero que pasara por mi cabeza. Pero no lo encontré. También me di cuenta que no tenía idea de cuál era la dirección que Harry había dicho a sus amigos, la había olvidado.
Pasé los siguientes días pensando en él, no me lo podía quitar de la cabeza, y saber que quizá nunca lo volvería a ver no era consuelo. Pasaron dos semanas y yo seguía igual. Pasaron algunos meses y decidí ponerle alto, ya incluso me avergonzaba de mi mismo, siempre de aquí para allá pensando en Potter, viviendo con la esperanza de volver a verlo. Y lo peor era que no sentía completamente atracción física por él, era algo más. Nunca había creído en el amor, por eso no estaba seguro de qué sentía, pero poco a poco lo fui olvidando, recordé que estaba vivo.
Y ahora volver a verlo, no sé aún por qué reaccioné así cuando lo vi, quizá fue mi orgullo, o simplemente no quería que él sintiera que yo era una meta fácil, no lo sé. Estoy seguro que mi actitud muy fría para con él, no sé si lo herí, cosa que no creo, pero simplemente no quería verlo, tenía miedo de que me pasara lo mismo que antes.
Pasaron unos cuarenta minutos y yo seguía con la mente llena de pensamientos iguales a los de antes, hasta que llegamos a la primera parada que era en Diagon Alley, se bajaron varias personas, entre ellas Harry que por suerte no me vio. Miré por la ventanilla, allí estaba él acomodando la mochila en su hombro. Su mirada se conectó con la mía en ese momento, primero abrió grande la boca y luego los ojos entonces comenzó a gritar mi nombre, y al parecer bien fuerte, porque su voz me llegaba con claridad a pesar de tener la ventanilla cerrada. Me sorprendió mucho cuando el autobús arrancó y él comenzó a correr al lado de este gritándome. Sentí el impulso de bajarme, de volver hacia él pero luego otra cosa pasó por mi cabeza y simplemente lo saludé con mi mano, Potter siguió corriendo hasta que ya prácticamente no pudo más y sólo gritó por última vez mi nombre y esta vez parece que usó todo su aliento.
Giré mi cabeza de la ventanilla con fuerza y apreté los dientes.
"¿Por qué Potter había hecho eso?" pensé "Quizá es porque él se quedó sintiendo lo mismo que tú luego del baile de disfraces" dijo otra voz en algún rincón de mi mente "No..." me dije a mí mismo "No seas ridículo Draco ¿Acaso no viste cómo te llamaba? Tendrías que haberte bajado" "¡Claro que no! ¡No tenía por qué bajarme, yo no siento nada por Harry Potter!" me dije, intentando convencerme "¿A no?" "Cállate"
Llegué por fin a Fôret Alley, y allí me bajé del autobús y entré en mi casa. Esta se encontraba justo al lado del bosque por el cuál el Callejón llevaba ese nombre. Entré, me sentía muy cómodo allí adentro, el espacio era suficiente para mí, era bastante amplia aunque no demasiado y tenía dos pisos y yo la había decorado a mi gusto, algunas cosas eran muggles y las demás estilo mágico, el tamaño era perfecto para una persona. No sabía exactamente por qué pero me sentía bastante molesto, quizá me haría bien relajarme un poco.
**********
Ese día me levanté y noté que había algo distinto, no sabía exactamente qué, pero sentía la necesidad de algo. Lo medité un poco y me di cuenta. Quidditch. Eso era, necesitaba Quidditch para despejar un poco mi mente, además hacía mucho que no jugaba o por lo menos volaba una escoba.
Luego de cambiarme y desayunar, me dirigí a una pequeña habitación en donde guardaba cosas que ocupaban espacio y casi no usaba y allí saqué mi Nimbus 2001. Estaba cubierta de polvo, y la mayoría de las ramitas se encontraban dobladas o desgastadas, me dio lástima. Había ganado varios partidos con esa escoba, y aún recuerdo al cara que tenía Potter cuando me vio aparecer con ella..., pero luego él consiguió la Saeta de Fuego, esa si era una buena escoba...¿Potter? Hay a la mierda con Potter no quería pensar en él.
Saqué mi escoba y la envolví en un estuche largo. Luego me coloqué la capa porque hacía algo de frío y salí a la calle, estaba seguro de haber visto un local como el que necesitaba en el Callejón Diagon. Me dirigí hasta allá a pie. No tardé mucho en encontrar el lugar que andaba buscando, ya que tenía un cartel con una gran escoba que ocupaba la mayor parte de la vereda y se veía a lo lejos. Entré, como era sábado estaba repleto de gente. Me quedé viendo unas fotos de campeonatos de Quidditch que habían en una pared. En eso sentí que me posaban una mano en el hombro.
-Disculpe, ¿puedo ayudarlo? -preguntó
-Si, vengo a....¡Potter! ¿Qué haces aquí? -le pregunté al chico que me miraba con la boca increíblemente abierta.
-¡Yo trabajo aquí! ¿Qué haces tú aquí??? -me preguntó ya sin mostrar el tono respetuoso y amable de recién.
-¿Cómo que qué hago aquí? Vaya Potter, trabajas aquí y ni siquiera sabes a qué viene la gente? Me sorprende, pensé que eras más inteligente...
Harry hizo un gesto molesto y pareció respirar para calmarse.
-¿Qué quieres?
-Quiero ver algún equipo de mantenimiento para mi escoba -le respondí evitando mirarlo a los ojos verdes, que me inspeccionaban nerviosos.
-Está bien, sígueme -me ordenó, caminé tras él de mala gana, ya que por lo general no me gusta que me ordenen. Llegamos a una parte del negocio en donde había una pequeña mesa de mármol.
Yo saqué mi Nimbus 2001 del estuche y la coloqué allí, Harry la examinó un momento y luego se dirigió a una estantería y sacó una pequeña caja de madera.
-Este es uno de los mejores, hay otros más completos, pero tu escoba no necesita tanto. La has conservado en muy buen estado Draco, montas muy bien -esto último lo dijo perforándome con sus ojos.
-Malfoy para ti -le anuncié mientras abría la caja para ver los productos.
-¿Malfoy? Yo recuerdo que me dejaste gritar tu nombre cuando....-levanté mi rostro y mi mirada fue tan asesina y llena de amenaza que él bajó la vista intimidado.
-No sé de qué hablas -le respondí marcando cada palabra
-Oh, si sabes, tal vez no lo recuerdes como yo, pero sé que algo te debe haber quedado -insistió el chico.
-Si Potter, algo ha quedado, pero ya es cosa del pasado, será mejor que lo olvides
-No Draco, no lo voy a olvidar -me dijo buscando mis ojos.
-Entonces será problema tuyo, me llevo este
-Draco yo...
-Me llevo este -repetí -cóbramelo por favor, si es que no quieres regalármelo
Harry gruñó algo que yo no pude entender y se dirigió a la caja para cobrarme el equipo, luego se alejó a atender a otros clientes dejándome con la cajera, pero aún así pude sentir su mirada en mi nuca con fuerza.
-Si compra este equipo le reparamos su escoba en forma gratuita -me anunció la chica luego de recibir mi dinero.
-Me parece bien, ¿tengo que dejarla aquí?
-Si, se la enviaremos a su domicilio por sólo un galeón o puede venir a retirarla mañana -me dijo pestañeando seductivamente.
"Genial, otro perro en celo" pensé
Acepté y le escribí mi domicilio a la muchacha y luego caminé hacia la salida.
Me escondí sin dudarlo en un negocio de ahí cerca, Harry había salido del local y me buscaba impaciente con la mirada. Ese tipo estaba loco.
**********
Me acomodé mejor en el sillón, mientras leía mi revista. Ya se había ido el día completamente. Acababa de llegar del trabajo, ya había oscurecido casi por completo, aún así se alcanzaba a ver lo último que quedaba de la luz del sol, detrás de las montañas, por la ventana. Genial, me había levantado con el deseo de jugar Quidditch, y ahora no tenía ni siquiera mi escoba, no debería haber aceptado esa maldita promoción.
-Te vendría bien esto -me sugirió Eric, metiendo una taza de café bajo mi nariz, el aroma amargo de un café hecho a modo muggle era perfecto. Normalmente cuando yo estaba solo lo preparaba de manera mágica, para demorar menos, pero siempre que Eric venía me preparaba uno como a mí me gustaba. Tomé la taza y le di un sorbo, el delicioso sabor hizo que la mente se me despejara un poco. Claro que él no servía sólo para preparar café.
-Gracias, lo necesitaba, hoy tuve que tomarle examen a dos cursos -dije suspirando, mientras me sentaba como la gente el sillón.
-Me imagino, y como estamos en tiempo de evaluaciones, tengo todo el día a niños buscando libros para estudio.
Eric trabajaba en una pequeña biblioteca en mi barrio, nos habíamos conocido cuando yo comencé a ir a Durmstrang, y necesitaba libros para elaborar las tareas, y distintas necesidades que ahora tenía como profesor. Con el tiempo habíamos ido conociéndonos más, y nos hicimos buenos amigos, él pasaba muchas veces por mi casa, a la salida del trabajo. Y desde hacía unos cinco meses nos habíamos enrollado un poco, yo le había dado a entender que no quería nada emocional, así que simplemente éramos amigos y de vez en cuando nos echábamos un polvo. Casi podía reemplazar a Blaise con Eric. Mi antiguo 'amigo' se había ido a estudiar a Italia, sobre criaturas mágicas, regresaba a fin de año, pero estaba ausente desde que terminamos Hogwarts.
Aún así Eric no tenía nada que envidiarle a Blaise. Su cabello era rubio, pero un poco más oscuro que el mío y estaba formado por unos pequeños rizos, tenía unos ojos castaños muy expresivos, me encantaba siempre que me daba a entender algo sólo con su mirada, otra cosa que me encantaba de él eran sus labios, hacía mucho que no había probado unos labios como los de él, muy suaves al tacto y carnosos, adornados por una pequeña barba en su mentón que lo hacía ver muy masculino. Bueno, en fin, él me atraía bastante físicamente, pero era sólo eso, no nos involucrábamos emocionalmente.
-Oye Draco, debo llegar más temprano hoy a casa, irán a llevarme algo -me dijo
-Oh, ¿tan temprano? -me quejé
-Si, lo siento
-Está bien, entonces nos veremos mañana -lo saludé
-Suerte mañana con los niños -me dijo, y se acercó a mí y me dio un pequeño beso en los labios a manera de despedida. En ese momento tocaron el timbre.
-Oye Eric, abre tú que ya vas para la puerta.
Sentí el ruido que provenía del exterior cuando él salió.
-Vienen a traerte algo, lo haré pasar -me gritó el otro rubio antes de cerrar la puerta.
Dejé la revista y me puse de pie. Al llegar a la sala vi de quién se trataba.
-¡Potter! ¿Qué demonios haces en mi casa?? -casi le gritó, y por un momento me dio lástima la cara de chico regañado que puso.
-Sólo vine a traer tu estúpida escoba, Malfoy -me dijo gruñendo, aunque casi habría podido jurar que él no había querido decir eso.
-Oh...., lo siento, ¿cuánto és?
-Un galeón, simplemente por traerlo hasta aquí -me informó
-Está bien, sólo espérame que vaya a traer algo de dinero -le dijo, y me dirigí a mi habitación, Potter se había quedado husmeando todo lo que había en mi departamento con curiosidad.
-Toma -le dije colocando el galeón en su mano. Potter se quedó con la mano extendida y la moneda aún en ella, pero él no se movía, tenía sus ojos clavados en los míos. Una gota de sudor corrió por mi frente, me estaba poniendo nervioso, no sabía exactamente la razón, pero sé que eran esos ojos, parecían clavarse en mí y algunas de las cosas que pude leer en ellos fue el deseo, el arrepentimiento, la inseguridad.
-¿Su....sucede algo? -logré articular.
-No...es sólo que...nada, olvídalo. Supongo que debo irme.... -dijo algo melancólico, y se dio la vuelta.
-¡No! Es....espera, quédate un rato, toma un café -le ofrecí casi sorprendiéndome a mí mismo.
-¿Para qué? -cuestionó él
-No lo sé, ¿para qué se toma un café? Es un café...
-¿Quieres que me quede? -me preguntó él con una sonrisa casi diminuta dibujándose en sus labios.
-Me da lo mismo.... -respondí yo, no quería que pareciera muy interesado.
-¿En verdad quieres que me quede? -volvió a preguntar, esta vez su sonrisa fue un poco mayor.
-Si...bueno, si quieres... -titubeé
-Vaya, vaya, ¿quién lo diría? ¡Draco Malfoy rogándome para que me quede! -exclamó Harry ya definitivamente sonriendo.
-Si eso es un ruego para ti, es mejor que nunca seas un mendigo, Potter
-Jajaja, está bien, pero sólo un café, y si hay cena mejor -sugirió acomodándose con confianza en un sillón.
Le serví el café, aunque no lo había preparado yo, claro. Luego estuvimos hablando de cosas sin sentido, como lo que hacíamos de nuestras vidas, las cosas que habían sucedido, y yo le conté también lo que le pasó a mi padre, y que ahora me sentía más libre, era una persona casi totalmente diferente, ya que ahora era lo que yo quería ser no lo que estaba obligado a ser porque los demás me esperaran así. Me sentí algo raro al principio, hablando con Potter casi sin conocerlo siquiera, porque era verdad, siempre creí conocerlo al máximo pero ahora me daba cuenta que no tenía idea alguna de cómo era él. Pero algo si descubrí, bueno, en realidad no descubrí, peor me permití aceptar, que ese chico sentado enfrente mío de ojos verdes como las esmeraldas tenía realmente un gran corazón. Ahora hablábamos con más confianza, como si en realidad fuéramos amigos, era raro, pero también era muy reconfortante.
Y para hacerlo aún mejor, Harry no había ni mencionado la noche del baile.
-Vaya Draco, te veo distinto, ya se que has cambiado, estás más grande, pero es algo....diferente. Quiero decir, tu personalidad no es la misma, ahora te veo como una persona....
Yo levanté una ceja y estaba dispuesto a protestar cuando él habló para intentar arreglar la oración:
-¡No quise decir que antes no me parecías una persona? Es sólo que..., te veía distante, como si fuera muy difícil llegar a ti, como si no hubieran puertas para entrar
Por mi cabeza pasó "háblame en un idioma que entienda", pero no, me detuve a pensar las palabras que el chico que me acababa de decir.
-¿Y ahora? -finalmente articulé
-Bien, ahora como que eres más accesible, te abres más a las personas, pareces Draco Malfoy, pero a la vez eres como él mismo, pero cambiado, nuevo....algo así...
-Potter...
-Harry
-Haaaarry -dije marcando esta palabra - parece que ni tú entiendes lo que estás hablando, ¿otro sándwich?
-Ok, gracias
-¿Y cómo anda el Chico que Vivió en el amor? -se escapó de mi boca
-Pues...Tuve una novia por un año, pero me enteré un día que desde hacía unas semanas había estado pasando datos personales sobre mí a una revista, en donde trabajaba un cretino que era su novio, también!
-Jajaja, que zorr...digo, que mal, bueno no era la persona indicada para ti, debes seguir buscando -le sugerí, pero para mis adentros estaba a punto de quebrarme ¡Una novia! -¿Y nada de chicos?
-Nop, al parecer tú fuiste el único desde...ya sabes, lo que pasó el último día de Hogwarts... -noté complacido cómo se sonrojaba. -¿Y qué hay sobre ti?
-Pues..., nada formal como lo que tu tuviste, solo unos cientos de chicos interesados en diversión sólo por una noche...
-¡¿Qué?! -exclamó cubriéndome de migas del sándwich
-Era broma, bueno no del todo, es que en realidad he estado muy ocupado este tiempo, además no tenía ganas, no aún
-¿Y dime, ese chico que salió de aquí cuando llegué, era uno de los que mencionaste? -pareció ordenarme la respuesta Harry
-Es sólo un amigo -respondí vagamente, pero casi se oyó un titubeo en mi voz.
-¿Sólo eso? Porque yo recuerdo que decías lo mismo de Zabini y luego.....
-¡Está buen Potter! ¡Si, es como si reemplazara a Blaise! ¡me acuesto con él y todo! ¿Eso quería saber? Además, yo hablo si quiero, no sé quién te crees para ordenarme algo...
-¡Espera! ¡No te aceleres! ¡Era sólo una pregunta! Ya estás volviendo a ser el mismo Draco de antes...
-¡Ya deja de decir esas estupideces Potter! Yo soy el mismo Draco Malfoy de siempre, no he cambiado, y si tienes algún problema con mi forma de ser....
Hasta ahí hablé, porque luego las palabras no tuvieron lugar por donde salir, ya que otros labios sellaron los míos, haciendo presión. Una lengua tentativamente cálida y húmeda los lamió, y luego los separó, para entrar en mi boca. El tacto fue tan suave y exquisito que estuve a punto de responder a ese beso, pero me paré antes de hacerlo, separando nuestras bocas, nuestros labios, nuestros rostros, alejándome de ese aroma suave y fresco.
-¡¿Qué creías que hacías?! -le grité enojado
-Yo...lo, lo siento, necesitaba que te callaras -se defendió él
-¡Qué excusa tan estúpida! Mirá, mejor vete Potter, tengo sueño, mañana tengo que trabajar
-¡Trabajas en la tarde!
-¡Potter ya deja de jugar a que me conoces! -me tomé unos segundos para respirar e intentar controlarme -Mira Harry, tuve un mal día hoy, cambiado o no, sigo siendo Draco Malfoy y si no quieres salir lastimado mejor te aconsejo que te vayas ya
-No
-¿Por qué eres tan terco Potter?
-El amor hace tercas a las personas.... - fue su respuesta, y nuevamente su boca estuvo junto a la mía, pero esta vez no me había tomado tan de sorpresa, y ya estaba más calmado, y le respondí. Y responder a ese beso, fue tan extremadamente exquisito, probar esos labios, que desde hacía tanto tiempo tenía sed, no entendía por qué me había negado esto, será que yo también me estoy volviendo terco....
*****************
Ay ay ay, que me costó este capítulo, bueno, por fin lo terminé, la verdad no sé si quedo tan claro, espero que lo entiendan y que les guste, porfa dejen reviews, ah y les voy avisando que si el cap que sigue no es el último, es el penúltimo.
Un beso enorme!
Dark Spider Girl (Chabri)
