NIGHT2: BETWEEN FRIENDS

James despertó en medio de tal calidez y somnolencia que no abrió los ojos, esperando así volver a dormirse... La suave respiración de alguien choco contra su nuca alborotándole aun más los cabellos y haciéndolo estremecerse levemente, mas aquel movimiento ocasionó que los brazos que lo sujetaban por la cintura lo pegaran mas hacia el cuerpo que dormía a su lado... Estaba apunto de volver a quedarse dormido cuando se percato de lo extraño que aquello parecía, sobre todo cuando se suponía que debía estar durmiendo solo en el suelo...

Abrió los ojos lentamente, acostumbrándolos poco a poco a la brillante luz del día, mas cuando los abrió completamente y se percato de que la persona que lo abrazaba era Sirius, el corazón comenzó a latirle tan rápido que creyó que eso despertaría a su amigo... Rojo como un tomate, trato de separarse procurando no moverse fuerte para evitar lastimarlo, pero con aquello solo consiguió que Sirius lo aferrara más decididamente hacia él, tal como hiciera un niño chiquito con su peluche favorito...

Al sentir el cuerpo de su amigo tan cercas del suyo, James olvido por completo la herida de este y se apresuro a separarse tan rápido, que termino cayendo de la cama con un ruido sordo...

Sirius abrió los ojos con pereza mientras buscaba lo que le había despertado, para lo cual solo tuvo que percatarse de la falta de su amigo en la cama.

- ¿Qué haces ahí abajo, Prongs? – le pregunto mirándolo desde el borde de la cama con una dulce sonrisa divertida.

- Nada – se apresuro a responder James sin mirarlo mientras se sobaba la nuca sentado sobre el suelo de madera.

- ¿Qué sucedió, James! – pregunto la dulce voz de una mujer desde el piso de abajo, e inmediatamente Sirius supo de quién se trataba: Era la voz de la madre de James...

- ¡Nada, todo esta bien! – se apresuro a responder James alzando la voz lo suficiente como para asegurarse de que su madre lo escuchara.

- ¡Esta bien, pero apresúrate a bajar que el desayuno ya casi esta listo! – le indico la voz de su madre desde el piso inferior.

- ¡Si! – y tras responder, se levanto y contemplo detenidamente a Sirius por primera vez.

La verdad era que durante la noche el labio se había desinflamado un poco, pero no lo suficiente como para evitar llamar la atención. Se mordió el labio inferior en un gesto pensativo...

- ¿Qué? – le pregunto Sirius algo incomodo ante la mirada de su amigo.

- Solo pensaba... Olvídalo. Espérame aquí – y sin darle tiempo a que protestara, salió de la habitación cerrando la puerta tras él.

Sirius permaneció contemplando la puerta unos segundos antes de apartar la vista y mirar la habitación. Sonrió divertido al ver la escoba de su amigo recargada en un estante lleno de diferentes libros sobre Quidditch, varios de los cuales, él mismo le había regalado.

Se levanto de la cama y se dirigió hacia la escoba; Sabia que a James le fascinaba todo lo relacionado con aquel deporte mágico, y debía admitir que era muy bueno en ello, inclusive jugaba como Buscador del equipo de Gryffindor.


- Buenos días James – le saludo su madre sonriéndole tiernamente desde la barrita de la cocina cuando lo vio aparecer en el quicio del comedor. Era una mujer hermosísima y joven; Su cabello era marrón y sus ojos castaños al igual que los de su hijo.

- Buenos días – respondió James echando un vistazo al comedor.

El comedor y la cocina estaban pegados y eran amplios. En el centro del comedor había una mesa con 3 sillas y platos de diferentes guisos que su madre acababa de preparar.

- ¿Ya se fe mi papa? – pregunto mientras veía a su madre apuntar con la varita a 3 vasos que volaron y se posaron con delicadeza sobre la mesa.

- No, esta arriba arreglándose – le respondió saliendo de la cocina y acercándose a su hijo - ¿No te cambiaras antes de desayunar? – le pregunto al verlo que aun traía puesto el pijama.

- ¿Eh¡Ah! Si, si claro – respondió James y se dio media vuelta dispuesto a salir del comedor, mas se detuvo con una idea en la cabeza - ¿Sabes? Creo que necesitaras agregar otro lugar... – y sin dar tiempo para que su madre lo interrogara, desapareció de su vista lo más rápido que le fue posible.

Tras meditar un poco las palabras de su hijo, Joan suspiro y apunto la varita hacia la mesa. Las sillas se juntaron un poco más y una nueva apareció ocupando el cuarto lugar de la mesa.

- No me asombra que sea su padre: Se parecen tanto... – murmuro con una risita divertida mientras señalaba a la cocina y un vaso y un plato ingresaban volando para posarse delante de la nueva silla sobre la mesa.


- ¡Vaya¿A que se debe que madrugaste el día de hoy, James? – le pregunto su padre a modo de saludo cuando lo vio detenerse en la entrada del cuarto, mientras le sonreía divertido desde el espejo de cuerpo completo en donde se encontraba amarrándose la corbata de un elegante traje de vestir negro.

- Buenos días papa – respondió James sonriéndole alegre. Su padre era un hombre alto y de semblante maduro, pero sin duda alguna también alegre; Su cabello era negro como el de James, pero sus ojos eran azules.

- ¿Como me veo? – le pregunto cuando termino de acomodarse la corbata mientras se volteaba y extendía los brazos a ambos costados para que su hijo pudiera verlo.

- Bien – le respondió James sonriendo divertido mientras le hacia un gesto de aprobación con el pulgar, sin embargo dudo un poco al recordar el por qué se encontraba ahí.

- ¿Sucede algo, James? – le pregunto su padre al verlo inseguro, mientras tomaba la capa negra que se encontraba sobre la cama.

- No, es solo que me preguntaba... ¿Te acuerdas de Sirius? –

- ¿El hijo de la familia Black¿Tu mejor amigo en Hogwarts? – inquirió su padre mirándolo con las cejas alzadas.

- Si, ese – respondió James sonriendo.

- Como no voy a recordarlo si siempre que te castigan es por que hicieron alguna travesura juntos – le dijo dirigiéndole un gesto de advertencia. James sonrió incomodo – Además, no dejas de hablar de él – añadió volviéndose nuevamente al espejo para acomodarse el cuello del saco.

- Si bueno... – James miro al suelo por que se había puesto rojo y no quería que su padre se percatara de eso – Me preguntaba si... Bueno, si puede pasar el resto de las vacaciones aquí con nosotros – su padre lo miro de reojo a través del espejo.

- ¿Sus padres ya le dieron permiso? – pregunto volviendo toda su atención a la tarea de acomodar el cuello de su saco, o por lo menos eso aparentaba.

- Bueno... – James desvió la mirada hacia la ventana en busca de alguna respuesta creíble; Sabia que si decía que los padres de Sirius le habían dado permiso no le creería, sobre todo por que la familia Black estaba de parte de Voldemort en sus ideales de la purificación de sangre, y los Potter por el contrario formaban parte de la Orden del Fénix, una fuerza opositora, eso sin mencionar que su padre era Auror...

Pese a todo aquello, resultaba curioso ver que aun que durante generaciones los Black pertenecieron a la casa Slytherin, Sirius fue el único que salió en otra casa (Gryffindor para ser mas exactos), eso sin mencionar su aversión a las artes oscuras, simplemente detestaba a su familia...

- Jakes se molestara – James parpadeo confuso y miro a su padre, el cual le devolvía la mirada desde el espejo – Sabes lo que opina sobre su amistad contigo... –

- A su padre no le importa lo que le pase a Sirius, solo le importa mantener su reputación de "Pureblood" – murmuro encogiéndose de hombros. Aquel tema siempre resultaba bastante delicado y a veces incomodo de tratar.

- Pero si entera de que esta con nosotros, puede obligarlo a regresar a su casa – repuso su padre volviéndose por fin para contemplarlo.

- No lo hará, no quiere saber nada de él... – su padre le dirigió una mirada indagadora al volverse para verlo de frente – Llego anoche y estaba lastimado, parecía que lo hubieran golpeado... – agrego con un hilo de voz, pero su padre capto sus palabras perfectamente.

- Sabes que no puedo hacer nada en ese aspecto James, además, su padre es un representante del Ministerio de Magia de Francia que se esta quedando aquí en Londres – le recordó su padre.

- Lo se – respondió James con tristeza.

- Escucha James, sabes que no nos molesta la presencia de tu amigo en la casa ni mucho menos, Sirius es tan bien recibido aquí como cualquiera de tus otros dos amigos, pero si quiere quedarse, deberá dejar que tu mama le revise las heridas – James se imagino la cara que Sirius pondría al enterarse de la condición que su padre había puesto: Lo mas seguro era que quisiera irse inmediatamente...

- ¿Entonces puede quedarse? – pregunto.

- Claro – le respondió su padre sonriéndole – Pero seria bueno que le dijeras a tu amigo que no tiene por que meterse por la ventana de tu cuarto, no nos hubiera molestado si usaba la puerta –

- Se lo diré – dijo James sonriendo.

- Por cierto, a tu mama le agradará saber que sucedió con algunas vendas que desaparecieron anoche... – le dijo dirigiéndole una mirada cómplice. James asintió sonriendo y devolviendo la mirada.

- ¡Que tarde es! – exclamo de pronto al ver su reloj de bolsillo – Ya no me queda tiempo para desayunar; Será mejor que me vaya. Y no olvides en lo que quedamos... – le recordó antes de salir de la habitación apresuradamente hacia las escaleras.

James asintió sonriendo mientras lo veía alejarse.


La puerta se abrió y James ingreso a la habitación pensativo.

¿Qué sucede? – le pregunto Sirius que lo observaba con curiosidad desde la cama y con la escoba de su amigo en sus manos.

James lo miro detenidamente durante algunos segundos antes de responder.

- Bueno, la buena noticia es que podrás quedarte – le dijo por fin mirándolo aun pensativo.

- ¿Y cual es la mala? – le pregunto suponiendo que si había una noticia buena, logia era que también debía haber una mala.

James volvió a contemplarlo detenidamente, pero antes de contestar aparto la mirada de su amigo y la poso en el suelo, no por que le incomodara responder la pregunta mirándolo, si no por que de alguna forma aquellos ojos grises habían llamado su total atención...

- Mi papa ya sabe que estas lastimado e insistió en que mi mama te revisara – dijo por fin tras un suspiro.

- ¿Qué! – salto Sirius asustado y nada contento, pero al levantarse tan rápido, solo consiguió lastimarse el abdomen que había dejado de dolerle.

- ¡Demonios Sirius, no hagas eso! – le espeto James acercándose hasta él para ayudarlo – Aun estas lastimado – Sirius le dirigió una mirada de reproche.

- No era necesario que se lo comentaras a tu papa –

- Lo siento... – se disculpo James después de ayudarlo a sentarse nuevamente en la cama.

Era sincero y Sirius lo sabía por la expresión arrepentida que reflejaban aquellos expresivos ojos castaños. Maldijo a sus adentros por no poder enfadarse con James.

- Ya no importa – le aseguro encogiéndose de hombros – De todas formas te debo el hecho de que me dejes quedarme en tu casa –

- No digas eso Sirius, aquí siempre serás bien recibido – le respondió James sonriéndole alegre.

Sirius le devolvió la sonrisa.


- ¿Quieres ir a ver a Moony? – pregunto James cuando descendió al suelo sobre su escoba, después de dar algunas vueltas en el patio trasero.

Por obvias razones Sirius había tenido que quedarse en tierra firme, aun que eso no le hizo mucha gracia, pues aun que no formaba parte del equipo de Quidditch de Gryffindor como James, siempre había gustado de jugar ese deporte y volar sobre las escobas...

- ¿Vive por aquí cercas? – pregunto mirando a su amigo desmontar.

- Eh... No – respondió James pensativo – Pero se en donde vive y pensé que podríamos ir a visitarlo – Sirius le dirigió una mirada reprobatoria, pero al ver la sonrisa de James, no pudo menos que sonreírle.

- ¿Te dejaran? – pregunto.

- Por supuesto, es mas, hoy en la noche hablo con mis papas y si nos dejan ir, nos comunicamos a casa de Moony – le respondió sonriéndole.

- James, Sirius, vengan a cenar – les aviso la madre de James asomándose por el portón que daba al patio trasero.

- ¡Ya vamos! – respondió James mirando a su madre que volvía a meterse a la casa – Bueno, vamos a cenar y después les digo – y tras ayudar a Sirius a ponerse de pie, ambos entraron a la casa.


Yupi, por fin esta listo el seundo capitulo!

Jeje, espero no haberlos hecho esperar demaciado, tuve algunas cosas que hacer y eso causo que el capitulo se retrasara un poco...

Como ya RsMoony les dijo, este sera un Finc compartido y estaremos alternandonos los capitulos, asi que este quedo a mi cargo, espero que les halla gustado n.n

Gracias Sayuri por dejarnos tu opinion n.n

Ok RsMoony, es tu turno, asi que comienza a escribir el tercer capitulo que ya quiero ver como queda! n.n