NIGHT FOUR: THE MARAUDERS
- James, Sirius, ya levántense – les apremio Joan desde el otro lado de la puerta mientras unos leves golpecitos en la misma resonaban en la tranquila penumbra de la habitación.
James abrió los ojos adormilado y con pereza estiro la mano a la mesita de noche en busca de sus lentes; Todavía se sentía cansado y quería seguir durmiendo, pero su cansancio tenía una razón: La noche anterior, él y Sirius se la habían pasado jugando hasta muy altas horas de la madrugada con el ajedrez mágico y la baraja explosiva, y quizás no hubiese parado de no ser por que su madre los interrumpió obligándolos a acostarse.
Sonrió al recordar eso, mas al voltear a ver el despertador, su sonrisa se borro de inmediato¡¡Apenas eran las 8:00 de la mañana!
- No puede ser – murmuro mientras se volví a acostar en su cama dispuesto a dormir de nuevo¿Por qué su mama los quería despertar tan temprano? Ella mejor que nadie sabia que no habían dormido mas que 5 horas por que ayer se habían dormido a las 3:00 de la madrugada...
- ¡James! – esta vez aquella era la voz de su padre y no la de su madre – Tu madre dice que deben levantarse si quieren que tengamos tiempo para comprar todas las cosas que van a necesitar este año; Las lechuzas con las cartas de Hogwarts acaban de llegar hace unos minutos –
- Será mejor que nos levantemos – opino la voz adormilada de Sirius, quien seguía recostado en la cama plegable, demasiado cansado para levantarse por cuenta propia aparentemente.
- Si, creo que – corroboro James levantándose muy a su pesar.
Los padres de James ya se encontraban sentados a la mesa listos para comer, mas parecía que los esperaban a ellos para comenzar.
- ¡Por fin bajan¡Por poco y pensé que tendría que subir por ustedes! – les reprendió Joan con tono reprobatorio y el ceño ligeramente fruncido.
- Lo siento mama – se apresuro a disculparse James sonriéndole inocentemente. Joan forzó aquel gesto para mantenerlo, pero suspiro y termino sonriéndole con aquella dulzura que la caracterizaba.
- Apresúrense a comer para que podamos irnos cuanto antes – les apremio con un tono de voz mas relajado y cálido.
James se apresuro a sentarse seguido de Sirius, quien lo miraba sin poder ocultar su asombro: Estaba seguro de que la madre de éste los castigaría, pues en verdad parecía molesta, mas solo basto que James se disculpara sonriendo de aquélla manera tan encantadora como solo él sabia, para que el coraje de su madre se esfumara de inmediato. Sonrió divertido, al menos ahora sabia que no era el único incapaz de enojarse con James.
- Por cierto Sirius, llego una carta para ti – le aviso Joan sonriéndole mientras le entregaba un sobre.
James se movió sobre su asiento para inclinarse hacía Sirius y poder leer el nombre de quien había mandado la carta.
- Es de mi tío Alphard – murmuro Sirius asombrado.
- ¡Ábrela! – le apremio James emocionado. Conocía al tío de Sirius y era en realidad, uno de los pocos parientes que le caían bien.
- Coman primero – los interrumpió el padre de James mirándoles significativamente.
- Si, lo sentimos – respondió James acomodándose sobre su silla para comenzar a comer de los deliciosos platillos que le rodeaban.
Sirius guardo la carta en el bolsillo de pantalón y se dispuso a comer.
Una hora después, los Potter y Sirius ingresaron al Caldero Chorreante.
- Papa¿Podemos ir a dar una vuelta por ahí? – preguntó James sonriendo sin poder ocultar la emoción que lo embargaba al estar ahí.
- Esta bien – accedió su padre sonriendo – Pero dentro de dos horas van a probarse las túnicas nuevas; Tu madre y yo estaremos esperándolos –
- Hay estaremos dentro de dos horas – convino James y se alejo hacía la entrada del Callejos Diagon seguido de Sirius, quien también estaba emocionado por estar ahí, había muchas cosas que quería ver y comprar.
Al poco rato, ambos se abrían paso entre la gente con el único objetivo de llegas hasta la tienda de Artículos para Deportes Mágicos.
- ¡Cuidado! – exclamo un chico de cabellos rubios y fríos ojos grises empujando a James molesto, pues éste en su carrera por llegar a la tienda, le había golpeado con el codo sin darse cuenta.
- Lo siento, yo... ¡Ah, veo que solo eres tu – dijo con indiferencia cuando se percato de quien era la persona con quien había chocado.
- La próxima vez fíjate por donde vas Potter¿O acaso ya ni esos horribles lentes te ayudan a ver? – se mofo mirándolo con aquella despectiva altanería tan propias de él – Por poco y ensucias mis ropas – agrego mientras se sacudía con un gesto de asco.
- Oh, por eso no te preocupes Malfoy, se ensuciaron en el mismo instante en que te las pusiste – respondió mirándole con aquel desprecio que se profesaban desde siempre.
- Vaya, pero si es Malfoy¿Andas perdido? – ambos se voltearon y vieron a Sirius que acababa de llegar, pues se había regresado al no ver a James a su lado.
- ¡Sirius! – exclamo como si en verdad le causara una gran sorpresa verle ahí – Creí que no tendrías el valor para salir a la calle después de que tu familia te corriera, pero ya veo que me he equivocado – los ojos de Sirius destellaron amenazantes mientras gruñía furioso.
- Eso es por que no soy una sabandija cobarde como tu – le respondió intentando controlarse, cosa que en verdad le resultaba difícil.
Lucius sonrió divertido y miro a James.
- Y por lo que puedo ver no aprendes¿Verdad, Sirius, aparte de que tu familia te a despojado de todo lo que poseías, aun así tienes el descaro de ir a buscar la ayuda de familia como los Potter... – no tuvo tiempo de hacer ni decir nada mas, pues en aquel instante James se le lanzo encima y comenzó a golpearlo.
Por algunos instantes Sirius estuvo tentado a ayudar a su amigo y golpear a Lucius, pero la gente comenzaba a acercarse atraída por el ruido de ambos chicos que peleaban.
- ¡Suéltalo, Prongs! – le pidió Sirius intentando alejarlo de su presa, mas James no tenía pensado soltar tan fácilmente a Lucius, aun que sea por esta vez lo mandaría a casa con algunas heridas que de seguro pasarían a herir su asqueroso orgullo, además, iba ganando, Lucius apenas y podía meter las manos para defenderse.
Con algunos forcejeos mas, Sirius logro separar a James de un gimiente Lucius que se retorcía en el suelo del dolor.
- ¡Suéltame! – exclamo James que aun tenía fuerzas para seguir golpeando a cierto rubio engreído de ojos grises - ¡Le voy a enseñar! –
- No hay necesidad de eso Prongs, el idiota ni siquiera puede levantarse – objetó Sirius sujetándolo con mas firmeza por la cintura, cosa que hizo que ambos cuerpos se pegaran mas. Ante aquel acto, James se olvido por completo de la pelea y sintió como su rostro se ponía completamente rojo.
- ¡Eres un imbécil, Potter – bramo Lucius cuando por fin pudo ponerse de pie con los ojos llorosos a causa del dolor – ¡Solo tu podías rebajarte a usas esas estúpidas costumbres Muggle¡Magos de Sangre Pura como tu y ese idiota de Sirius son los que le dan mal prestigio a el resto de nosotros! –
- ¡Si no cierras la boca te la cerrare yo, pero a golpes como hace rato! – le advirtió James mirándolo furioso, mas no intento soltarse de Sirius, su cercanía le turbaba si, pero no podía negar que sentir sus brazos alrededor de su cintura le causaban una placentera sensación.
Lucius pareció calibrar la situación y entonces dio media vuelta y se marcho echando pestes.
- Se ha enojado – comento Sirius divertido mientras lo soltaba.
- Se lo merecía – sentenció James extrañando el agarre de aquellos brazos.
- ¿Te lastimo? – le pregunto Sirius tocándole la mejilla en busca de alguna herida.
- No... – se apresuro a decir mientras se alejaba de contacto de las suaves manos de Sirius, pues la cara se le había puesto completamente roja – Estoy bien... –
- No seas necio y déjame ver – le atajó Sirius sujetándolo del brazo mientras que con la mano libre lo sujetaba por la barbilla para obligarle a mirarle.
James sintió un agradable escalofrió al contacto de la yema de los dedos de Sirius sobre su mejilla, al tiempo que se perdía en aquélla mirada gris que tanto le fascinaba.
- ¿Estas bien, Prongs? – pregunto Sirius al ver que este le miraba fijamente - ¿Prongs? –
- ¿Eh! Si, estoy bien – respondió apartando la mirada avergonzado.
- ¿Seguro? – pregunto sonriéndole divertido mientras buscaba sus ojos.
- si claro – volvió a responder evitando volver a topar con aquéllos ojos grises.
- Se nota que no pueden estar sin ocasionar problemas un solo segundo – comento una voz divertida a espaldas de Sirius.
- ¡Moony! – exclamo James sorprendido.
- ¿Qué haces aquí? – pregunto Sirius.
- Vine con mis padres a comprar los útiles y decidí dar un paseo en dirección de donde venia Malfoy – comento como si tratara del clima o algo sin importancia.
James y Sirius sonrieron.
- ¿Qué tal se veía? – le pregunto James con divertida curiosidad.
- Oh, se veía tan arrogante como siempre, a excepción de que tenía un ojo hinchado y del labio le salía sangre – respondió Lupin sin darle mayor importancia. James y Sirius estallaron en carcajadas - ¿Qué sucedió? –
- Digamos que ahora si tendrá una buena excusa para lavar su ropa – dijo James cuando hubo controlado su risa.
- Si, iba muy sucio y furioso – comento Lupin sonriendo levemente a ambos chicos que le miraban divertidos.
La siguiente media hora se la pasaron caminando de tienda a tienda viendo las nuevas cosas que habían llegado y platicando de lo que harían cuando regresaran a Hogwarts.
- Miren quien esta ahí – dijo Sirius señalando divertido a un joven con movimientos torpes que chocaba contra toda la gente que pasaba a su lado diciéndole lo torpe que era al no fijarse, a lo que el respondí a con un tímido "Lo siento" sin dejar de mirar sobre su hombro con nerviosismo.
- Es Wormtail – dijo James sonriendo divertido antes de llamar la atención del joven y torpe mago - ¡Ey, Wormtail, aquí estamos! –
Al verlos, Peter sonrió aliviado y se apresuro a llegar hasta donde se encontraban.
- Hola chicos – saludo mirándolos aun nervioso.
- Hola Wormtail¿Qué haces? – pregunto James mirándolo divertido y a la vez curioso.
- Vine con mis papas a comprar las cosas que necesitare este año – respondió mirando nerviosamente sobre su hombro.
- ¿Qué sucede, Wormtail? – le pregunto Sirius escrutador.
- ¿Qué? No, nada, no sucede nada – respondió sonriendo en un fallido acto por ocultar la verdad.
- ¿Qué hiciste ahora? – pregunto James con mayor curiosidad.
- Yo... Nada, no hice nada – Sirius le dirigió una mirada significativa a Remus y James que se la devolvieron; Obviamente no le creían, pero le harían pensar lo contrario para que lo creyera, entonces quizás le preguntarían sutilmente, y como era costumbre, terminaría soltando todo.
A veces resultaba ventajoso, pero otras veces no tanto, por eso James y Sirius lo mantenían al marguen de las bromas y pleitos que tenían, no querían mas problemas de los que ya tendrían si los llegaban a descubrir, ya no decir si los descubría por que él habría la boca.
- ¿A dónde quieren ir? – pregunto James sonriente.
- ¿Qué les parece si vamos hacía allá? – propuso Peter señalando el lado opuesto del que venia.
- No, yo quiero ir para allá – contradijo Sirius señalando el lugar de donde Peter había venido. Este se puso nervioso.
- Todavía tenemos tiempo – comento James consultando su reloj de bolsillo.
- Pues andando – apremio Sirius poniéndose en marcha mientras los otros tres le seguían, aun que a James le pareció que en cualquier momento Peter saldría corriendo presa del pánico, pues se retorcía las manos sumamente nervioso.
Al poco tiempo Sirius se detuvo con una amplia sonrisa en su rostro.
- ¿Qué sucede, Padfoot? – pregunto James al verlo detenerse tan súbitamente.
- Miren quien esta ahí – les dijo señalando hacía una de las tiendas. James y Remus dirigieron sus miradas a donde Sirius señalaba, mientras que por su parte Peter se escondía detrás de James sin poder ocultar su miedo.
- Es Quejicus – dijo James sonriendo divertido cuando vio a Snape que entraba a la tienda señalada.
- Chicos, ya se metieron en un lió con Malfoy y... –
- No te preocupes Moony – le interrumpió Sirius con tono altanero – Tendremos todo el año para eso, solo quería saber que era lo que esta queriendo evitar Wormtail –
- A el todo lo pone nervioso – se burlo James sin poder evitarlo. Peter se puso rojo de vergüenza.
- Entonces es mejor irnos antes de que nos vea – propuso Remus aliviado de no tener que seguirles el juego a sus amigos, al final Sirius tenía razón, tendrían todo el año para molestarlo, y si tenía un poco de suerte, podría librarse de inmiscuirse en eso.
James y Sirius entraron corriendo a la tienda de túnicas, se les había hecho algo tarde.
- Espero que estén consientes de que les dijimos que en dos horas y legan media hora tarde – les amonesto el padre de James mirándoles molesto.
- Lo siento papa, es que cuando nos dimos cuenta de la hora nos encontrábamos lejos del lugar – dijo James a modo de disculpa. Sirius permaneció en silencio mirando el suelo avergonzado.
- Será mejor que vayan a donde esta tu mama – dijo dirigiéndose a James tras un suspiro y con un tono de voz mas relajado, comprobando nuevamente la teoría de Sirius: Sus padres tampoco eran capaces de molestarse con su amigo.
James asintió y ambos se alejaron a donde la mama de este primero se encontraba esperándoles para que les tomaran medidas.
Aquella noche al terminar de cenar, James y Sirius subieron al cuarto dispuestos a descansar, pues el día había sido mas excitante de lo que ambos habían pensado.
- Vaya, ahora si estoy cansado – dijo James mientras se tendía en la cama boca abajo con los ojos cerrados, permitiéndole al cuerpo descansar del agitado día que habían tenido.
- Yo también – admitió Sirius sacando del closet la cama plegable.
Cuando termino de acomodar la cama plegable, se percato de que James llevaba buen rato sin hacer ruido, cosa rara en él, así que se acerco a la cama y lo vio que dormía profundamente presa del cansancio, seguramente la pelea con Malfoy lo había cansado mas de lo que admitiría.
- Tonto, te quedaste dormido con los lentes puestos – le susurro con ternura mientras con mucho cuidado le quitaba los lentes. Lo cubrió con las sabanas y permaneció contemplándolo antes de apagar la luz y acostarse sobre la cama plegable dispuesto a dormirse.
- Sirius no me digas tonto... – escucho a James murmurar entre sueños, cosa que ocasiono que una sonrisa divertida asomara sus labios.
- Buenas noches, Prongs – murmuro antes de cerrar los ojos dispuesto a dormirse.
Hola!
Por fin acabo n.n
Lamento mucho si he tardado mas de lo debido, intentare que no vuelva a suceder u.u
Espero que este capitulo halla sido de su agrado n.n
Lilit Yuu
