Volviendo a descubrirte, sufriendo y... ¿amándote?
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Aviso: Los personajes no me pertenecen, son de J. K. Rowling.
Capitulo VII
-Hermione...
La joven tragaba sus lágrimas mientras preparaba las maletas. June, con el niño en brazos, iba tras ella por la habitación. El chiquitín decía tercamente:
-No me gusta ese "hombre"... ¿Quién es mamá?
-Calla mi vida...
-Hermione...
Ella miró a June con desesperación.
-Tengo que ir June, no tengo otra opción, tanto que hemos cambiado de un barrio a otro, huyendo de algo que nos asustaba a ambas, y de pronto, cuando menos lo esperábamos...
-Calmese Hermione. Ante todo tiene que recuperar su sangre fría.
Hermione sonrió amargamente. Ya no volvería a ser la joven alegre que llegaba a su casa todos los sabados cargada de chucherías. Y además... además... No pudo evitar un estremecimiento. Horrorizada, ocultó su rostro entre las manos. June se acercó a ella, alarmada:
-Hermione.
La joven reaccionó. Miró a June como si fuera un muerto, después esbozó una sonrisa.
-Antes -dijo en voz baja. -era más valiente. Ahora me he vuelto de una sensibilidad ridícula.
-No Hermione, lo que pasa es que antes no temía. Ahora... tampoco teme por usted, pero si por su hijito.
-No puedes acompañarme June. Él... lo ha prohibido.
Hasta ese momento, la criada se había mantenido casi tranquila. Al oír a la joven la miró espantada.
-Tengo... que separarme de ustedes -susurró, confundida. -¿No podré volver a verlos Hermione?
Lloraba en silencio. Thomas le tomó el rostro con sus manitas y la miró asustado.
-¿Lloras June? ¿Por qué lloras?
Hermione se acercó a ellos y los abrazó a los dos. Ella antes no era así. Ahora todo la conmovía, todo la sacudía, todo la estremecía. Su sensibilidad había subido de tal modo, que a veces ella misma se encontraba ridícula.
Hubiera querido ser valiente y altiva, como lo era antes, cuando se casó con él. Poder huir, ser dueña de si, despreciarlo. Todo había cambiado debido a su hijo, que estaba segura que él se lo quitaría si ella no obedecía a sus exigencias.
¿Y que importaba ella, despues de todo, comparada con su hijo? ¿No era una madre con el deber de sacrificar todo por él? Inesperadamente, renació en ella una fuerza interior extraña. Se llenó de valor y se separó de June.
-Hermione -susurró la criada. -Hermione, pídale que me permita ir con ustedes...
-No puedo pedírselo June -respondió tristemente. -pero si puedo pedirte yo a tí que te traslades a Dover, una vez que hayas cerrado la casa y cancelado el contrato. No se lo que ocurrirá allí... -añadió. -Ni siquiera sé si podré tenerte cerca. Pero al menos... podré verte de vez en cuando. Mi marido es muy rico -dijo, con una mueca de asco. -Tendré dinero. Estoy segura de que eso no me faltará. Ocuparás un departamente no lejos de mi casa y yo te lo pagaré.
-¡Oh Hermione!
-Es lo único que puedo hacer June. Si a ti te importa estar cerca nuestro, tanto o más me interesa a mi. Y como ahora no puedo detenerme porque él nos espera, viste a Thom, que yo volveré a hablar con él.
Cerró la maleta. Tenía poco equipaje. Los muebles no eran suyos, ni ninguno de los utensillos de la casa, ya que siempre, por temor a verse obligada a huir, alquiló los departamentos completos.
Atravesó el corto pasillo y entro en la sala que era dormitorio y también cuarto de juegos del niño. Lo vió allí, de pie en mitad de la habitación. Quiz más cansada su mirada, pero siempre él, poderoso, valiente, dominador, posesivo.
Al sentir la puerta, apenas giró. La miró de arriba a abajo de aquel modo tentado y preguntó:
-¿Lista?
-Si. Quisiera llevarme a June.
-No se quién es June -contestó despectivo.
-La criada.
-No -rotundo. -No.
-Estuvo a mi lado desde que Thomas nació...
Por toda respuesta, mirándola fijamente, dijo:
-Tiene un nombre horrible. ¿Por qué le has puesto ese nombre? Mi primogénito, si lo es, y con un nombre horrible...
-Era de mi abuelo, que fue una gran persona y a mi parecer el nombre es muy lindo.
Draco se alzó de hombros.
-No lo he conocido -dijo, orgulloso. -Ni me hubiera interesado conocerlo. Conocí a tu padre y fue más que suficiente. -y con una repulsiva sonrisa, añadió: -Es cierto. Aún no has preguntado por él.
-No creo que lo hayas hecho gerente de tus negocios.
-Por supuesto que no.
-Ni que la cura de desintoxicación diera grandes resultados.
-Se cortó la yugular con el mayor descaro -comentó, cruel. -Le di sepultura. Fue lo único que pude hacer por él.
Hermione no había querido a su padre, pero aún así sintió horror. Lo miró fijamente y dijo acusadora:
-No me extrañaría que lo indujeras a eso.
-Traté de hacer de él un hombre sensato. Como he tratado de hacer de tí una buena esposa. Lo siento, son rebeldes por naturaleza. ¿Donde está ese niño? -preguntó sin dejar de hablar.
En aquel momento, June apareció en la puerta con Thomas en brazos.
-Busca al niño -ordenó. -y vamos.
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Se diría que lo tenía todo preparado. Tras un viaje casi silencioso, pues sólo de vez en cuando hacía un comentario que no admitía réplica, llegaron a la mansión. Y allí los recibió una mujer entrada en años, vestida de blanco, muy bien peinada, de notable humanidad, que se hizo cargo del niño. Hermione lo retuvo contra sí, temiendo que se lo arrebataran. Thomas se aferró al cuello de su madre dando gritos. Draco no se apiadó.
-Entregale al niño -dijo suavemente, con una suavidad que no la engañó. -Martha se ocupará de él. Ha criado ya varios chiquillos, es su trabajo.
Ella no podía permitir que otra persona cuidara de su hijo, aterrada lo apretó contra sí, pero Martha se lo quitó de los brazos con mucho cuidado. Thomas se revolvió inquieto en sus brazos.
-No "quero", no "quero". Mamá, mamita...
Draco se acercó a él y lo miró fijamente.
-Callate muchacho, los hombres no lloran.
Thomas como si nada, seguía gritando. De repente un jarron que estaba en una mesita cercana a ellos, estalló en mil pedazos, el niño estaba furioso y aterrado. Si Hermione o Draco hubieran podido ver sus rostros en ese momento se hubieran reconocido inmediatamente, pero tan rápido como la sospresa apareció en sus caras, ambos la hicieron desaparecer en un segundo.
Ante los gritos del niño y la explosión del jarrón, varios criados aparecieron asustados. Al ver a Hermione con el niño se quedaron un tanto suspensos. ¿Volvía la bonita señora? ¿Qué les estaba haciendo el señor?
Martha se alejó con el niño con la mayor tranquilidad, al parecer, indiferente a los gritos del pequeño. Hermione dio una paso adelante, pero Draco se le interpuso.
-Déjalo -dijo entre dientes. -No se lo van a comer. Harán de él un hombre. Tú lo hubieras hecho un sentimental sensiblero.
-Es mi hijo.
-Y mío, segun tú.
Ella lo miró fieramente. Con rabia, apenas sin abrir los labios exclamó:
-Eres un malvado.
-De acuerdo. Nunca tuve fama de blando ni romántico. Vamos a comer, date un baño primero, vienes cansada. Tus habitaciones son las mismas que ocupaste hace cuatro años. Espero que esta vez que habitúes a ellas -se dirigió a la puerta. -¡Ah! -exclamó deteniéndose y volviéndose hacia ella con lentitud. -Recuerda: no hagas escenas. No me gustaría en absoluto tener que llamarte la atención delante de los criados. Pero si haces estupideces por tu sentimentalismo de madre, me veré obligado a ponerte en ridículo. Ya me conoces. Creo que no tengo necesidad de decirte que esto no es una falsa advertencia.
No contestó. Como una autómata, empezó a subir la escalera, pero a mitad de ella se detuvo y bajó corriendo al cuarto donde supuso que estaría su hijo.
Quedó estática. La habitación del niño era como un cuento de hadas. Vio a Thomas, ya callado, jugando con un enorme caballo de peluche. A Martha, que preparaba la comida en una pequeña cocina colocada en el otro extremo de la habitación. No tuvo valor para dar un paso. Paralizada allí, giró la vista a su alrededor. Era una habitación enorme dividida por los mismos muebles. Había una sala de juegos, con todos los juguetes que puede imaginar el niño más exigente. Dos camitas paralelas al otro lado, separadas de la sala por un juego de sofá curvo que daba casi toda la vuelta a la habitación. En el ángulo opuesto, una mesada blanca con su cocina, platos, tazas... y no lejos, separado por un biombo, un baño de un azul muy pálido, con todos los utensillos del mismo. En la parte derecha, una pequeña librería, butacas blancas muy bajas y un sofá azul pastel, una mesa en el centro y una alfombra muy gruesa cubriendo todo el suelo.
¿Qué derecho tenía ella a perturbar la paz de su hijo? Estaba rodeado de todas las comodidades que ella nunca pudo darle. Se preguntó asombrada si su marido había preparado todo aquello.
La respuesta pareció llegar inesperadamente.
Lo sintió tras ella, sus pasos al llegar, su respiración acompasada, su loción. Dió la vuelta y se encontró con su mirada aguda y penetrante.
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-Lo hice antes de marchar -explicó con la mayor naturalidad, caminando al lado de ella que se dirigía a su habitación muy despacion, subiendo las escaleras. -Supe que tenías un hijo. Eras mi esposa... El niño llevaba mi apellido...
-Te gozas en humillarme.
-¿Por la duda que tengo respecto a mi paternidad?
Lo miró con rabia.
-Te odio mucho.
-Nos pagamos en la misma moneda, con la única diferencia que tu eres mujer, bella y joven. Y yo soy hombre, necesito sentimientos fuertes para notarlos. Y no olvides que prefiero odio a indiferencia. Tú nunca podrás sentir esto último por mi -añadió cruelmente. -Eres mujer, como ya te he dicho, y por mucho que te reprimas nunca podrás olvidar que perdiste tu inocencia junto a mí. Si aún te queda algo, vas a perderlo enseguida.
-No habrá ninguna diferencia en nuestras relaciones -dijo cortante.
-Lo se. Me lo imagino, dada la clase de mujer que eres. Me gustas así -abrió la puerta y añadió: -Pasa, estamos en nuestra habitación. Supongo que este lugar te hará recordar algo.
Entro y miró alrededor aún sin proponérselo. Si, no decía algo, sino mucho. El suelo, las paredes, la gran cama, los armarios, la lámpara... Nada había cambiado. Durante mucho tiempo, todo aquella masa de objetos íntimos la siguieron por todas partes, horrorizada. No creyó volver a sentir aquel olor suave de hombre ni aquella brisa que entraba por el ventanal abierto. Y lo sentía. Todo volvía a ser como antes...
Hasta la proximidad de Draco, turbándola, empequeñeciéndola...
Sintió su respiración muy cerca y de repente los brazos masculinos atrapando su cintura.
-Te odiaré mientras viva -dijo en un gemido.
El rió. Rió sobre su boca. La besó como un hambriento. Tanto tiempo deseando aquel instante, ¡tanto tiempo! No era hombre que se doblegara, era uno apasionado y posesivo. Jamás se reprimió.
La dobló contra sí. Encontró los labios apretados violentamente. Forcejeó sin alarma. Suavemente. Ya sabia que en aquel terreno Hermione era dura, tanto como un peñasco. Pero no le serviría de nada.
-Cuanto más lejos te sienta -dijo él con fiereza. -Más deseo despiertas en mi. No lo olvides.
Ella no luchó. Adoptó la misma postura de cuatro años antes, adivinando, instintivamente que eso era lo que más lo hería. En efecto. Al sentir su docilidad, o por lo menos su flaccidez, emitió una sorda exclamación y la tiró sobre la cama. Mirándola muy de cerca murmuró:
-Recuerda que nunca te pediré nada. Lo tomaré.
-No creo que eso te de satisfacción.
-Eres ilusa.
-Nunca sabras realmente como soy.
-Lo he sabido cuando pretendí, sólo por conocerte mejor, arrebatarte a tu hijo.
Ella no contestó.
-Entonces saltaste como una leona. Nunca -rió sobre sus labios, perdiendo sus manos en su cuerpo. -pensé en apoderarme sólo del niño. Tu dolor menguaría algún día. No. Necesitaba tenerte así, humillada, vencida. Y te garantizo que sentirás mis besos y los desearás en silencio, y te reprimirás, porque nunca podrás decírmelo. Tu orgullo de mujer te lo impedirá. Pero eso no importa. Nada importa excepto que te tengo en mis brazos, que puedo hacer contigo lo que quiera, que voy a hacer de ti una mujer más. Y esa sensibilidad tuya, esa que doblegas, se morderá sola, porque nunca podrás compartirla conmigo.
La besaba. Ella parecía una masa informe. Nadie diría que estaba muriendo por dentro. ¡Oh, no! Su orgullo de mujer herido, la mantenía firme, pero mustia, como si no le interesaran en absoluto los besos de aquel hombre que era su marido, y la poseía como si fuera una prostituta.
-Nunca olvidarás -exclamó el con voz ronca. -que me has abandonado. Eso yo tampoco podré olvidarlo. Será como una penitencia para ti este castigo que yo te tenía reservado. No me amarás nunca, no importa. No soy hombre sentimental. Pero me tendrás siempre aquí, junto a tí, y será como si te arrancaran las entrañas cada vez que te posea.
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Alex empujó la puerta y entró.
-Buenos días.
-Hola -replicó Draco sin levantar los ojos de los documentos que leía.
-Ya se que estuviste de viaje.
-Si. -y seguía pendiente de los documentos. Pasaba las hojas.
Alex no se dio por vencido, lo conocía, ya sabía que Draco no quería hablar esa mañana. Pero aún así se quedo.
-¿Donde has ido?
Draco levantó un instante sus ojos y lo miró con furia.
-¿También tengo que decírtelo?
-No, por supuesto. Espero que no te haya molestado mi curiosidad.
-Me ha molestado. -y sin esperar respuesta, agregó mostrando los documentos. -Es un presupuesto absurdo. No estoy de acuerdo.
Alex ni siquiera los miró.
-¿Viste a tu esposa? -preguntó.
Draco no se inmutó, con la mayor sencillez dijo:
-Está en casa. Fui a buscarla.
Alex dio un salto en el sillón y se qued mirando a su amigo, asombrado:
-Y lo dices así...
-¿Cómo quieres que te lo diga? ¿Dando gritos?
-¿Y el... niño?
-Es mi hijo.
-Nunca lo dude, Draco.
-Por si lo dudas. Es un auténtico hijo mío. -y soberbio, añadió. -Hermione no es capaz de engañar a una mosca, voy conociéndola bien.
-No te entiendo.
-Yo si. -y mostró de nuevo los documentos. -Esto es una barbaridad, ¿quién lo hizo?
-El Señor Smith.
-Tenía que ser... Es una estupidez, por ese dinero no se hace un edificio de veinte pisos, sinó una vereda. Dile que venga. O no, será mejor que lo llame Fabrizzio.
-Oye Draco...
-Decías...
-Hermione
-Está en casa.
-Pero... ¿vino porque quería o la presionaste?
-No, no hubiera venido conmigo por su gusto aunque estuviera muriéndose de hambre. Pero vino. Eso es lo único que me importa.
-Asi no se puede vivir, Draco.
-¿Como?
Alex se desconcertó.
-Obligando. El matrimonio...
-Ya se lo que es el matrimonio -cortó con su brutal sinceridad. -Estoy casado, y aunque no lo estuviera, lo sabría igual. Por supuesto -añadió cruel -mi matrimonio no se parece al tuyo. Yo no amo a mi mujer como tú -diciendo esto último se quedó pensando si no mentía.
-Te prohíbo...
-Igualmente digo -rezongó Draco. -Vete Alex, tengo mucho que hacer. Si no quieres que me meta en tu vida, no te metas en la mía. ¿Está bien claro? Ve a ver a Hermione si lo deseas, no le falta nada, es la de siempre. Bella como una diosa, fría como un témpano, indiferente como una mosca. Ya se ablandará, ya aprenderá. No conoce a los hombres aún, irá conociéndolos...
-Draco...
-¿Algo más?
-Si. Eres un monstruo.
-Nunca podré ser un cobarde como tú.
-Te prohíbo...
-La ley del Talión... Ojo por ojo... (N/A: supongo que la conocen... ojo x ojo, diente x diente)
-Te aseguro...
-Vete Alex. Seguro que tienes el estar lleno de clientes. Mira esta lista, ¿ves?. En cualquier otra ocasión, todos estos departamentos ya se hubieran vendido. ¿Qué has hecho en mi ausencia?
Alex se desconcertó, en su mente, tuvo que reconocer que no se parecía a Draco para vender. Éste vendía lo mismo un palacio que un sótano y lo extraño era que apenas si se preocupaba por eso. Él en cambio, se desesperaba y conseguía muy pocos triunfos. Los había con suerte. Draco era uno de ellos. Quizá para lo único que el rubio no había tenido suerte era para el matrimonio, pero terminaría teniéndola, seguro. Draco no era un hombre que las mujeres ignoraran, él dejaba huellas.
-No es posible vender en dos días una lista semejante de edificios.
-Te estoy hablando de departamentos concretamente -rezongó.
-Que forman varios edificios.
-Eran para vender por unidades...
-Como si fueran bizcochos... -protestó Alex.
Draco se alzó de hombros. Una vez más había desviado la mente de su amigo del asunto de su matrimonio, que era lo que quería. Sonrió, nadie escapaba de sus tretas. Ella sí, ella era inconmovible. Pero ya dejaría de serlo...
-Supongo -volvió a decir Alex mientras se ponía de pie. -que podremos visitar a Hermione.
-Cuando quieran.
-¿Qué tal el niño?
-Alex -gritó exasperado. -¿A qué venimos a la oficina? ¿A hablar de asuntos personales o de negocios?
-Hombre...
-Vete Alex, haz lo que tengas que hacer. Visiten a Hermione cuando quieran, pero nada de comentarios. El pasado ha muerto, nace un presente.
-¿Bueno o malo?
Draco levantó los ojos, descargó un puñetazo sobre la mesa y exclamó fuera de sí.
-¡Que te parta un rayo, maldito sentimental!
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Wenas!!! ¿Cómo andan? Yo de diez, super tranqui pero terminando mis vacaciones de invierno... snif... jeje, xro bueno, hay que seguir...jeje =P. Otra novedad que les tengo... se acerca el final de este fic... mmm, serán unos 3 ó 4, como mucho, 5 chapts más y se acaba...
Nuevamente tenemos a Draki demasiado cruel... =P pero bueno, no falta demasiado para que se saque esa careta de piedra que lo cubre entero... tranki chicas, que el fic conmigo es imposible que termine mal... =P jeje.
Bueno, ahora... a responder reviews!!!
Hitomi: jeje =P perdería la gracia el fic si te respondiera a tus preguntas =P mejor seguí esperando, que tanto no falta para que tengas las respuestas... Espero que te haya gustado el chapt, besos!
Taeko: Wolas! Respecto a lo de Harry... ¿pensas que va a volver al mundo muggle dp de terminar Hogwarts? yo no =P jeje, sobre Thomas... mmm, no se, ¿a vos que te parece? ¿Brujo o Squib? =P jaja, no te preocupes x las preguntas, no me molestan. Bueno, espero que te haya gustado el chapt, petons! ens veiem! =P
Leirenek: Holas! aki ta la continuacion, espero que te haya gustado, besos!
kisuna: Hola linda! ¿todo bien? Espero que si, je, aki traje el sgte chapt, espero que te haya gustado y xfas actualiza tu fic!!! Besos!
Elanor Black: Holas! aki está la continuacion, pero Draki nuevamente esta frio... ya se ablandara... =P jaja, espero que te haya gustado el chapt, besos!
Mary: Ey deja de morderte las uñas que es mala costumbre! =P jeje, no, mentira, haz lo que quieras... jaja, aki esta el sgte chapt asi dejas descansar un poquito a esas pobres uñas... =P espero que te haya gustado, besos!
andy potter: Hola! Aki hay un pokito mas del fic, espero que te haya gustado, besos!
Hermy Black: Hola! Que bueno que te hayan gustado mis tres fics XD! Jeje, y sobre tu opinión de Draki... mmm, me parece que no estás tan equivocada... ya lo veremos... Espero que te haya gustado el chapt, besos!
Listo, esos son todos, ahora la propa... =P
De mi manis Flor Malfoy:
# Descubriendo el pasado y el amor: http : www . fanfiction . net / s / 1829959 / 1 /
# Gracias por destrozar mi vida: http : www . fanfiction . net / s / 1854986 / 1 /
De mi amiga Hitomi:
# La hija de Lord Voldemort:http : www . fanfiction . net / s / 1858730 / 1 /
# El despertar: http : www . fanfiction . net / s / 1922299 / 1 /
y de mi amiga Taeko:
# Secretos de Secretos: http : www . fanfiction . net / s / 1942289 / 1 /
# Dos enemigos y un amor: http : www . fanfiction . net / s / 1940565 / 1 /
Ah! y en mi perfil hay otros dos fics míos, están invitados a leerlos tb.
Les dejo mi mail para lo que quieran, pero no manden virus! natty (guión bajo) malfoy (arroba) (va todo junto) =P
Eso es todo por hoy.
Hasta la próxima!
Besotes, nos vemos!
-o0o-o0o-o0o- Natty Malfoy!!! -o0o-o0o-o0o-
