Disclaimer: lo de siempre y para no variar, los personajes no son mios sino que pertenecen a J. K. Rowling y a la Warner no gano nada con esto y solo lo hago para divertirme.
SPOLIERS DEL LIBRO SEXTO
Laura no estaba aquella mañana en la casa, y los tres chicos se sorprendieron de encontrar no solo el desayuno en la mesa, sino tres grandes baúles con sus cosas en la entrada. Los tres desayunaron copiosamente, sobre todo Ron que disfrutaba de cada uno de los manjares que había en la mesa.
- ¿crees que nos podemos fiar de ella?- preguntó Hermione de repente.
- No lo sé, ella misma dijo que no y… es la mujer de Snape- la últimas palabras habían sido escupidas por Harry.
- Pegggo ella parerecce buegna.
- Ronald Weasly, traga antes de hablar, por favor- le corrigió Hermione- A mí me gusta, no sé porque pero me gusta, y hasta ahora nos ha tratado bien.
- Si pero puede ser una trampa, imaginaos por un momento a Snape entrando por la puerta y diciendo "cariño estoy en casa"- dijo Ron una vez se hubo tragado el bocado que tenía en la boca.
-Nunca fue un hombre muy dado a expresiones de cariño y la verdad nunca estuvo en esta casa- la voz de Laura resonó en todo el comedor.- Buenos días chicos, siento no haber podido desayunar con vosotros pero he tenido que atender algunos asuntos.
- Buenos días- contestaron los tres.
Ron estaba tan rojo como su pelo, y hundía su cara en el plato del desayuno. Harry y Hermione intentaban aguantar la risa.
- Perdone Sra. Snape- dijo Hermione.
-No, por favor, llámame Laura, creo que las formalidades sobran.- la respuesta de Laura fue tranquila, sosegada.
- ¿No eres una mortifaga?- preguntó Hermione ahora más tímidamente.
-No¿tengo pinta de una?
- Enséñanos tu brazo- le exigió Harry bruscamente.
- Te lo enseñaré- le respondió Laura mostrándole una suave piel blanca en su antebrazo.- Pero para futuros reconocimientos, te recuerdo que no todos los mortifagos están marcados ni todos los marcados son mortifagos.
- ¿Perdón?- preguntó Ron que se había perdido en la conversación.
- Ron, Voldemort tiene a gente sin la marca para que pase desapercibida y además hay gente con la marca que trabaja para nosotros.- le explicó Laura pacientemente.
-Si, como Severus Snape- interrumpió Harry.
- Si Harry como el profesor Snape- la voz de Laura volvió a sonar triste, como la noche anterior.
- Bien creo que han llegado vuestras cosas, y deberíais descansar, yo tendré que ausentarme, pero volveré a la noche para cenar, disponer de la casa como deseéis. – Laura ya se estaba levantando y poniéndose un sencillo jersey muggle.- Carlos y Fernando están en la casa, si necesitáis algo no dudéis en pedírselo, sino cualquiera de mis elfos domésticos os atenderán.
- ¿Son de fiar?- preguntó Harry abruptamente.
- ¿Carlos y Fernando? Si, Carlos fue mi profesor en Defensa contra las Artes Oscuras en mi último año en Hogwarts, y evidentemente solo duró un año en el puesto. Fernando era y es mi mejor amigo, un slytherin, pero mi mejor amigo- le explicó Laura.
-¿A que casa pertenecías?- dijo Ron que había estado muy callado la mayor parte de la conversación.
- A Gryffindor, evidentemente- Laura sonrió ante un comentario tan obvio.
-¿Y cómo acabaste casada con…?- Harry no pronunció el apellido simplemente se estremeció ante la sola posibilidad de nombrarlo.
-Eso es una larga historia. Ahora tengo que irme – Laura los saludó con la mano y salió por la puerta de la mansión.
Los tres chicos aún se quedaron un rato en el gran comedor, sentados, reposando el copioso desayuno que habían ingerido. Sorprendidos de todo lo que les estaba pasando, se dirigieron a conocer la casa y sus alrededores.
El día se pasó sin más complicaciones, se entretuvieron explorando la inmensa casa, el jardín y el extenso terreno que la rodeaba. La compañía de Carlos y Fernando se hizo agradable, y a lo largo de la tarde, incluso se permitieron el lujo de compartir risas en el sofá del gran comedor. Hacía menos de dos horas que había empezado a llover con insistencia, y los cinco se habían trasladado a dentro, agradeciendo el calor que el hogar les reportaba.
Poco antes de las nueve de la noche, la puerta de la entrada se abrió y por ella entró una mujer joven. Se despojó de su chubasquero mágicamente tratado para repeler el agua, y se dirigió al gran comedor.
- Buenas noches¿qué tal habéis pasado el día?- preguntó Laura alegremente.- Espero que bien. Voy un momento arriba y ya bajo ahora para cenar- dijo Laura saliendo ya por la puerta- Ah! Harry he conseguido un pensadero, te lo dejo en tu mesita de noche espero que esta noche si puedas descansar.
- Espera¿dónde lo has conseguido?- preguntó Carlos asombrado.
- Eso Carlos es secreto.
La cena trascurrió sin más sobresaltos y se entabló una charla agradable entre ellos. De algún modo Harry, Ron y Hermione estaban asumiendo la nueva situación y aunque no confiaran en Laura al cien por cien, estaban dispuestos a darle una oportunidad. Laura, por su parte no quería una confianza ciega de los tres jóvenes, sabía que debía ganarse su confianza poco a poco, y sobre todo debía ir preparándoles para lo que debía venir.
Laura había estado pensando muchas veces como enfrentar a Harry, como decirle todo lo que sabía sin dañarlo. Durante todo el mes que lo había estado observando, pensó cuanto debía decirle y cuanto no, de algún modo debía ser sincera con él, debía decirle todo lo que sabía, pero como era algo que la superaba en estos momentos. La cena finalizó poco después de las 23:00, los tres gryffindor se fueron gustosos a sus respectivos cuartos. Fernando y Carlos se despidieron de Laura, un abrazo y un ligero beso como tantas otras noches. Laura los vio salir y se preguntó si de nuevo los vería volver. No entró en la casa sino que se quedó en la entrada, sentada sobre las escaleras, abrazada a sus piernas.
- Buenas noches Harry¿no puedes dormir?- la pregunta sobresaltó a Harry que aún no había llegado a la puerta.
- ¿Cómo sabías que era yo?- le dijo Harry mientras se sentaba a su lado.
- Primero tus pasos no eran femeninos, ni de niño, con lo cual quedabais Ron y tú, y digamos que me arriesgué a pensar que Ron concilia mejor el sueño que tú- Laura lo miraba ahora intensamente.
-¿Se han ido?- preguntó Harry.
-Si, tienen trabajo, como todos en estos tiempos- Laura miraba ahora hacia el frente como perdida en sus pensamientos.
-¿Y los otros?.
-¿Los que intervinieron en la noche de tu cumpleaños?- Laura lo observó asentir en silencio-Uno está ingresado en San Mungo, parece ser que Beatrix fue más rápida que él, los otros están bien, con rasguños, magulladuras y algún que otro problema muscular debido a los cruciatus pero bien.
- ¿Y ella, Beatrix, ha muerto?- Harry hacía verdaderos esfuerzos para continuar preguntando.
- No, murió uno de los suyos, pero ella y el otro escaparon.
- ¿La matará Voldemort?
- No, no le conviene, supongo que estará desaparecida dos o tres meses, recuperándose de la tortura a la que será sometida pero Voldemort no la matará, no está como para desperdiciar mortifagos y Beatrix es de las mejores- Laura se estaba sincerando con Harry.
- ¿Por qué estás aquí¿Quién eres realmente¿Porqué me ayudas?.
- Muchas preguntas, Harry eres la esperanza del mundo mágico y la única forma de que seas capaz de vencer a tu némesis es estando preparado para enfrentarlo.- Laura le explicaba todo como si fuera un niño recibiendo una clase magistral.- Yo solo quiero ayudarte a conseguirlo.
-¿Cómo acabaste casada con Snape? No lo entiendo.
- Hay muchas cosas en esta vida que no entenderás, pero es complicado Harry aunque supongo que a lo largo del tiempo nos iremos conociendo mejor.
- No quiero volver a Hogwarts- le dijo Harry abruptamente.
- No vuelvas, la verdad es que creo que este año no van volver muchos alumnos. Puedes quedarte aquí y empezar tu entrenamiento, deberías mejorar en DCAO, en Oclumancia, en Legrimancia, e incluso en Pociones- Laura seguía hablando sin hacer caso a la mirada de sorpresa de Harry- Yo puedo ayudarte, sé algo de todo eso, realmente no soy ni mi marido ni Albus pero…, si todo va bien, tanto Fernando como Carlos podrán echarnos una mano.
- Espera, espera¿me vas a entrenar?- Harry preguntó sorprendido.
Laura no respondió directamente a aquella pregunta simplemente sonrió tímidamente. Se levantó indicándole a Harry que para ella la conversación ya había finalizado. Los dos ascendieron las escaleras hacia la primera planta, al llegar al rellano de las escaleras los dos se miraron fijamente y se despidieron. Laura se tiró en su cama, se preguntó si Harry estaría sacando sus pensamientos al pensadero aquella noche, tenía más suerte que ella. Laura cerró los ojos, esperando encontrarse con los recuerdos de siempre, pero esta vez la mente le pasó una mala jugada y Laura fue más haya en el tiempo.
Flash Back
Laura se vio a sí misma, recorriendo el gran pasillo del inmenso comedor de Hogwarts, era su primer día en el colegio. Estaba asustada, no conocía nada de aquel mundo nuevo al que había llegado y se sentía perdida, desorientada. Observó como los alumnos iban pasando uno a uno por un pequeño taburete y se ponían un sombrero sobre la cabeza, este gritaba un nombre, y Laura intentaba descifrar que se suponía que era. Por ahora sólo sabía que había cuatro posibilidades y que cada una de ellas te llevaba a una mesa distinta. De repente, la señora tan seria que estaba de pie al lado del taburete dijo su nombre, Laura avanzó temerosa hacía el mismo, y pudo observar como un anciano de sosegados ojos azules la miraba intensamente. Laura se sintió más tranquila, había algo en aquella mirada que la relajaba, sonrío dimidamente, y con fuerzas renovadas se sentó en el taburete. El sombrero no tardó ni dos segundos en chillar Gryffindor y Laura se vio a sí misma avanzando hacia una inmensa mesa donde un enorme grupo de chicos aplaudían, se giró ligeramente hacía el amable anciano que presidía la mesa y se sorprendió al encontrarlo sonriéndole y felicitándola con una ligera inclinación de cabeza.
Se sentó en la mesa de su casa, y tras recibir las felicitaciones su vista vagó por la inmensa mesa del profesorado, allí a la izquierda del director del colegio, se encontraba un hombre, con unos insondables ojos negros que la miraban intensamente. Laura se sintió desnuda e intimidada por esa mirada, pero de algún modo intuyó que esos ojos escondían misterios y calidez. Laura intentó esbozar una sonrisa, pero se encontró con que la mirada del hombre ya estaba fija en otro punto.
Fin Flash Back
Ahora dormida en su cama, Laura se preguntaba si el destino no le había jugado una mala pasada aquella noche en el colegio, si de algún modo este ya sabía que esos dos hombre marcarían su vida, y le estaba mostrando el camino que debía seguir. Poco antes del amanecer, abrió sus ojos, había dormido menos de cinco horas. Se levantó lentamente, y se dirigió a su escritorio. Allí escondida en el fondo, estaba una foto, dos personas miraban a la cámara sonrientes, Laura se giraba intentando evitar en medio de las risas un beso de su marido. Este le hacia cosquillas mientras coqueteaba quedamente con la cámara. Laura observó su piel blanca, y sus increíbles ojos negros. A veces tenía la sensación de estar mirando al verdadero Severus Snape. Su mente se perdió entonces en nuevos recuerdos, y se preguntó como a pesar de todo lo que había pasado podía seguir amando a Severus con esta intensidad.
Las cosas parecieron alcanzar un cierto equilibrio tras la noche de la mayoría de edad de Harry y aunque los mortifagos seguían matando y aterrorizando, había disminuido sus índices de crueldad. Laura, en sus discusiones nocturnas con Fernando y Carlos, apoyaba la idea de que los aurores y algunos magos de élite estaban realizando un gran trabajo, minando de algún modo las fuerzas oscuras. Además si todo estaba saliendo como ella pensaba, Voldemort no tenía a sus mejores mortifagos, Malfoy llevaba un año en Azkaban, Severus, asesino del mismísimo director de Hogwarts vivía oculto, y Beatrix habría sido castigada por su error la noche que Potter escapó.
Mientras tanto los tres chicos seguían un entrenamiento intensivo. Recibían lecciones básicas de todo lo que pudieran aprender, desde como crear una poción curativa con el menor número posible de ingredientes hasta repeler un hechizo oscuro. Todos demostraban una paciencia y una fuerza fuera de lo normal, aunque hay que reconocer, que los hechizos mentales y las clases de Oclumancia se le resistían bastante.
Harry llevaba la peor parte, y Laura lo entrenaba sobre todo para que cerrara su mente y controlara su ira. De algún modo incomprensible para ella, Potter tenía una habilidad especial para recordar hechizos y sobre todo para lanzarlos en el momento adecuado, su problema era una creciente ira que lo sacaba de sus casillas y lo convertía en vulnerable. Laura sabía que todo eso venía dado por sus sentimientos, y supo que de algún modo esa diferencia entre el amor que Harry era capaz de sentir y que Voldemort no, y que a la larga sería una baza importante en la Guerra.
Llevaban dos semanas juntos, no sólo entrenándose sino también conociéndose, los tres mostraban una agradable confianza al trabajar con Laura, e incluso con Fernando y Carlos. Pero Laura notaba que había momentos en que los tres susurraban por lo bajo, discutían acaloradamente y después se separaban meneando la cabeza. Por algún motivo Hermione no estaba de acuerdo con ellos, y eso estaba retrasando sus decisiones.
Laura los observó discutir de nuevo esa tarde, y sabía que el tiempo se le estaba agotando, en menos de dos semanas comenzaría el curso escolar en Hogwarts y aunque sabía la decisión de Harry a no volver al colegio, desconocía cual sería la decisión de sus dos amigos. Siguió observándolos desde la ventana de su habitación y antes de retirarse se dijo que quizás a pesar de todo esta noche no era tan mala noche.
Alrededor de las nueve Laura se dirigió al comedor, los tres jóvenes gryffindors la estaban esperando.
- Buenas noches chicos- saludó Laura- Tomad asiento, esta noche seremos menos para cenar.
-¿Por qué tantas ceremonias esta noche?- le preguntó Harry suspicazmente.
-Por qué creo que esta noche puede ser importante- Laura se servía parte de la cena en su plato- Creo que nuestra conversación de hoy puede resultar muy relevante.
-¿Y sobre quieres hablar?- Harry preguntó sorprendido.
- Creo que es hora que hablemos de los Horcruxes.
Los tres jóvenes se quedaron en silencio, mirándose alternativamente entre ellos y a Laura. Todos querían saber quien era el traidor, porque eso era lo que pensaba Harry, uno de ellos lo había descubierto. Su ira volvió a aflorar, la sensación de no poder volver a confiar en la gente que creía que estaba de su parte. Cerró los ojos fuertemente como Laura le decía que hiciera cuando no podía más. Cuando abrió los ojos se encontró con tres pares de ojos que lo miraban asustados.
- Nadie te traicionó- Laura miraba fijamente a Harry- Te he leído la mente- respondió a la mirada de sorpresa de Harry- Cuando te cabreas o algo de supera te vuelves vulnerable y dejas tu mente totalmente a merced de quien quiera entrar en ella.
Harry la miraba ahora buscando una explicación a sus dudas, se suponía que era un secreto, un secreto que compartían Albus y él.
-Harry- la voz de Laura le sonó distante- Me lo contó Albus.
Las cuatro últimas palabras cayeron como un jarro de agua fría sobre Harry y sin poder contener las lágrimas salió corriendo del comedor.
Reviews:
Replika: gracias por tu review, me alegra mucho que te sorprendiera con el parentesco de esa mujer con Severus y espero seguir sorprendiendote en los siguientes capítulos.
Crissy: a tu pregunta es un Laura/Severus, aunque espero que te guste igual, el Hermione/Severus aún está en fase de producción.
