Los personajes no son míos, y no gano nada con esto... lo hago para divertirme y divertir a los que me leen.
Contiene spoliers del sexto libro
Los chicos seguían encerrados en la casa, añorando continuamente la libertad de la que se habían visto privados a lo largo de este año. Ron intentaba ser el mismo, pero la muerte de su hermano estaba aún demasiado reciente para conseguirlo. Hermione se convirtió en su mayor apoyo en estos momentos y Harry tenía la sensación de sobrar en algunos instantes.
Aquella tarde paseó con sus amigos por el jardín pero pronto se disculpó, entendía que querían estar solos y aunque no se lo decían supo leer en sus miradas que buscaban algún momento de intimidad. Harry subió las escaleras que lo llevaban a la planta superior y una vez allí se dirigió hacia la biblioteca. Había recorrido varias veces las grandes estanterías y más de una vez había encontrado libros interesantes. Abrió la puerta lentamente y se sorprendió de encontrar a Laura sentada en uno de los sofás. Disimuladamente realizó una observación de la zona preguntándose si acabaría de llegar o llevaba allí toda la tarde.
Laura por su parte lo miraba divertida, observando como el joven miraba a su alrededor extrañado.
-Buenas tardes Harry- le dijo cerrando el libro que estaba leyendo.
- Hola- le saludó el joven disimulando el escrutinio al que había sometido la biblioteca.
- ¿Sucede algo?- le preguntó Laura sonriendo.
- No, nada es sólo...
- que no esperabas encontrarme aquí- concluyó por él la joven.
Harry la miró asustado preguntándose si ella había podido adivinar las numerosas charlas que sus ausencias había producido en los jóvenes. Laura miró distraídamente el reloj que adornaba la amplia chimenea.
- Las seis de la tarde, sí creo que normalmente no estoy aquí a estas horas- dijo Laura sonriéndole.
- Tenías que pensar que tarde o temprano nos daríamos de cuenta de tus ausencias- se defendió Harry ahora sabiendo lo que realmente sabía Laura.
-Y supongo que Hermione fue la primera en hacerlo.
Harry no respondió simplemente agachó la cabeza en señal de asentimiento y sonrío. Laura le restó importancia al asunto y como si nunca hubieran estado hablando de ello cambió de conversación.
- ¿Ron y Hermione...?- preguntó sin acabar la frase.
- Si, están juntos- le respondió Harry sonriendo.
Harry se dirigió entonces a la estantería y tomó un libro que había dejado sin acabar el otro día. Lo abrió cuidadosamente por la página apropiada y se sentó en el sofá al lado de Laura sumergiéndose en la lectura.
- A veces creo que todo esto no va a servir de nada-dijo Harry de pronto.
Laura cerró de nuevo su libro y girándose lentamente se colocó mirando al joven gryffindor.
- Es normal, yo también tengo la sensación de que todo se nos está escapando de las manos- la voz de Laura sonaba extrañamente derrotada.
- Antes, pasara lo que pasara siempre estaba Albus- le explicó Harry con los ojos llenos de lágrimas.- No importaba lo mal que fuera todo, siempre aparecía en algún momento para solucionar las cosas. Incluso tras su muerte, te dejó a ti para ayudarnos.
- Harry sigo estando aquí- le respondió Laura ahora mirando más fijamente a un al joven.
-Hace semanas que no estás aquí- le dijo Harry- Por lo menos no mentalmente, desde tu visita al ministerio no eres la misma y Ron tampoco y lo demás acusamos vuestras perdidas.
Harry tenía la vista fija en el fuego, le avergonzaba reconocer su dependencia de otras personas, su necesidad de ellos, pero estos últimos días se había sentido extrañamente sólo. Ron estaba callado y silencioso, acompañado de Hermione, que por algún motivo que Harry no llegaba a entender asumía los silencios de su novio con verdadera paciencia. Laura por su parte vagaba por la casa, silenciosa, callada. Los jóvenes sabían que había ocurrido algo el día que fue al ministerio, pero de manera análoga a lo que pasaba con sus salidas por las tardes los tres prefirieron guardar silencio.
- Lo siento, pero no puedo evitar que existan sucesos que me superen- le dijo Laura.
Harry asintió vagamente sin querer presionar más a la joven. Laura lo miró de nuevo, sorprendiéndose de la capacidad del joven para asumir los reveses de su propia existencia. Su mente se movió entonces a la velocidad de la luz, evaluando y sopesando la situación que se traía entre manos, su nueva situación familiar, los últimos sucesos.
-Harry- dijo mientras echaba un hechizo insonorizador sobre la biblioteca- Yo también llevo una carga sobre mi, yo también intento encontrar respuestas a preguntas que ni siquiera sé como plantearme .Intento tomar las decisiones que creo correctas pero sobre todo necesito que alguien me comprenda, esto está siendo demasiado difícil para mí.
Harry la miró sorprendido pero no dijo nada, solamente dejó que Laura se sincerara, que lograra poner en orden sus ideas a través de su confesión.
- Un matrimonio concertado suena horrible a los oídos de cualquiera- comenzó Laura- Pues hazte una idea de como puede llegar a sonar a los oídos de los implicados. Era una gryffindor Harry, un león, odiado por una serpiente como el profesor Snape, y si algo recuerdo de mis años en el colegio es su frialdad y su sarcasmo.
Harry asintió levemente sabiendo a lo que se refería la joven.
- Lloré amargamente durante varias noches por el destino que me había tocado vivir, hasta que me di de cuenta que eso no solucionaría nada- la voz de Laura sonaba lejana como perdida en sus propios recuerdos- El primer día de mi matrimonio fue el primer día de tres años maravillosos Harry.- le sonrió observando la cara de sorpresa de Harry- Conocí a un Severus distinto al que había conocido hasta entonces y me enamoré profundamente de él.
- Podía estar fingiendo- intentó razonar Harry.
-Podía y puede, pero yo no pude entonces luchar contra el amor que sentía por él como no puedo luchar ahora- le respondió derrotada- Sigo tan enamorada de él como entonces. No me preguntes porque pero... me enseñó a amar, Harry, a sentir, me lo enseñó todo y de algún modo inexplicable para mi, creo que ese es el auténtico Severus, el verdadero hombre que esconde bajos sus tétricas capas negras.
- Mató a Albus- la acusó Harry- ¿Lo has olvidado?
- No, no es algo que pueda olvidar fácilmente- Laura cerró los ojos intentando evitar la lágrimas que pugnaban por salir- Pero no creo que él sea un asesino... no.
- Pues yo si lo creo- la voz de Harry era dura, fría- Lo vi matar a Albus, lo vi humillarme durante años. Y tú...- una idea cruzó fugaz por la mente del joven-, lo has estado viendo durante estos meses ¿verdad?
Laura miró a Harry, sintiendo sobre ella su acusadora mirada, no tenía sentido engañarlo, no cuando esta guerra se iba a basar en la confianza, en saber que siempre habría alguien al otro lado. Laura sonrió tristemente. Miró a Harry y por un momento, su contrato matrimonial pasó por su mente, y fue sincera con él, del mismo modo que ella hubiera querido que fueran sinceros con ella. Le contó su encuentro en Ermised, su encuentro en el funeral de Percy y su reciente visita al ministerio.
Harry escuchaba impasible a Laura, su mente intentaba asimilar todo lo que la joven le contaba pero por momentos creía estar en medio de un sueño del que despertaría tan pronto como pudiera abrir los ojos. Se negaba a aceptar la realidad de lo que le estaba contando y creía que al acabar Laura lo miraría y tras sonreír alegremente le diría que todo era una broma.
- Mató a su propio padre- fue el susurro asombrado de Harry- Igual que Voldemort, fue capaz de matar a su propio padre.
Laura agachó la cabeza avergonzada, como si hubiera sido ella misma la autora de tal atrocidad. No tenía fuerzas, no podía luchar contra lo evidente, ella misma había visto a Severus levantar la varita aquella noche, pronunciar el hechizo y acabar con Albus de una manera fría y calculada. Pero algo en su interior se negaba a creer que eso hubiera pasado o simplemente que hubiera pasado tal y como ella lo recordaba. Era como si su mente le intentara decir que había algo más que se les escapaba.
- Arthur duda de la culpabilidad de Severus, y yo también- Laura intentó parecer lo más tranquila posible- No lo sé, que Severus matara a Albus era impensable para mi, que matara Albus siendo este su padre me resulta increíble.
- Lo viste, igual que lo vi yo- le respondió Harry levantándose del sofá y acercándose a ella- ¿Qué quieres decirme¿Qué el ministerio piensa que soy un mentiroso?
-No, Arthur no es Fudge, Harry, te conoce bien, sabe que no mientes. Además está mi propio testimonio- dijo Laura intentando sosegar a Harry-Pero, por un momento párate a pensar en si tiene sentido todo esto.
- No, no lo tiene, pero con Snape nada tiene sentido- Harry seguía extrañamente agresivo, aunque su voz era ahora más conciliadora.- En primero me protegió de un ataque de Quirrel y en tercero lo volvió a hacer cuando Remus se convirtió en Hombre Lobo. Pero después es inhumano, frío, calculador... No lo entiendo- continuó Harry calmándose poco a poco.
Laura asintió antes los comentarios de Harry, a ella misma le costaba entender la extraña actitud de Severus.
- Severus y yo compartimos buenos momentos con Minerva y Albus, ahora empiezo a entender muchas cosas- sonrió Laura aludiendo a la ascendencia de su marido- Pero la relación entre Severus y el director, siempre fue distinta, había respeto mucho respeto, pero... era distinta Harry, no sabría explicarlo, pero era como si ambos supieran lo que pensara el otro sin necesidad de decirlo.
- Creo entender como te sientes, pero yo no puedo evitar ver a Snape como el bastardo que conocí. – Harry intentaba ser lo más franco posible tanto como ella lo era con él- Y no prometo que si lo veo no intentaré matarlo.
Laura sonrió tristemente, comprendiendo las palabras de Harry.
- Lo sé- fue lo único que dijo.
- ¿Y que le parece que el "celebre" Harry Potter viva en lo que debía ser su casa?´- preguntó Harry.
- No lo sé, por su forma de hablar creo que no lo sabe- le dijo Laura- Yo no tengo intención de explicárselo.
- Pero... Beatrix y Narcisa te vieron en Grimmaund Place- le dijo Harry.
- Beatrix no me conoce, cuando Severus y yo contrajimos matrimonio ella estaba en Azkaban de donde no debería haber salido- le explicó Laura- Y no creo que Severus lleve una foto mía con él. Y Narcisa, tengo la impresión de que no va a decir quien soy. Además, ellas me vieron a mí, Nagini me vio a mí, pero nadie os vio a vosotros. Puede que yo estuviera sola.
Harry sonrió asombrándose de la habilidad de esa mujer para hilvanar los sucesos y sacar en la mayoría de los casos resoluciones acertadas. Harry se acercó a ella, y la abrazó. Por mucho que esa mujer fuera la esposa del bastardo profesor de pociones, Harry si confiaba en ella.
- Sabrás ser realista cuando le cuentes esto a tus compañeros- le dijo Laura.
- ¿Qué te hace pensar que se lo diré a Ron y Hermione?- le preguntó Harry inocentemente.
Laura no respondió simplemente movió la cabeza mientras se reía dándole a entender que sabía y comprendía que Ron y Hermione acabarían estando al tanto de todo.
- Una cosa más, Laura- le dijo Harry de repente- No me lo has contado todo¿verdad?
- Señor Potter- dijo usando la misma entonación de voz que Severus usaba en sus clases- ¿Y quien no guarda secretos? Es parte del encanto de las personas, su propio misterio.
- Y esos secretos tiene algo que ver con que desaparezcas todas las tardes si no me equivoco- insinuó Harry inocentemente.
- Ah! Eso también es otro secreto Potter- Laura rió ante la sorpresa de Harry- Una cosa más...- le dijo poniéndose muy seria- No sabemos cuanto tiempo tenemos, marzo se está acabando y... puede que Voldemort se cansé de esperar por ti. Vamos a intentar acabar con los dos trozos de alma que tenemos. No quiero heroicidades Potter, ni tuyas ni de tus amiguitos. Eres tú el que debe llegar al final, y así será.
- Pero... – Harry intentó razonar.
- No, no hay peros que valgan. Os quiero lejos de esta biblioteca el próximo fin de semana. Pase, lo que pase, no os quiero ver aquí. No importa lo que oigáis, lo que sintáis, os quiero lejos. – continuó diciendo mientras agarraba a Harry por los hombros.
Harry asintió, sabía que Laura estaba siendo tajante y la conocía demasiado para saber que no cambiaría de opinión. Intentó sacar de su mente la sensación de angustia que le producía el hecho de que pudiera pasar algo, y sabía que Laura tenía razón al decirle que era él el que debía llegar al final. Harry se despidió de nuevo de ella, era casi la hora de la cena, habían pasado más de tres horas hablando y seguramente sus amigos se estarían preguntando donde estaba. Bajó las escaleras lentamente, todavía asimilando todo lo que Laura le había contado y de algún modo se rió pensando en la cara que pondría Ron cuando se enterara de que Laura había estado con Snape. Sonriendo enfiló el pasillo que lo llevaba a sus habitaciones. Sabía que podía confiar en sus amigos, sabía que estos nunca lo traicionarían, pero hoy había sentido como Laura se abría a él porque confiaba en él, hoy no quería contarles lo de Laura o por lo menos todos los secretos de Laura.
La semana acabó demasiado rápido para los jóvenes, que esperaban nerviosos la llegada del fin de semana. La joven intentó también por todos los medios ocultar su nerviosismo pero no podía, por su mente pasaba una y otra vez la imagen de la mano de Albus tras intentar destruir el anillo y se preguntaba si Carlos sería capaz de lograr su objetivo sin morir en el intento. Pero sus temores no pudieron detenerse, igual que el tiempo se sucede sin que nada, ni nadie pueda pararlo.
Los jóvenes se despertaron nerviosos el sábado, se habían levantado temprano aquella mañana, pero aún así fueron conscientes de que eran los últimos habitantes de la casa en abandonar el agradable calor del lecho. Observaron el nervioso pasear de Fernando en el largo pasillo que llevaba a la biblioteca, y Harry se preguntó donde estaría Laura en esos momentos. La mañana pasó demasiado despacio para los jóvenes y la tarde se les echó encima como si nada estuviera pasando. Harry y Ron intentaron matar el tiempo jugando al ajedrez, incluso Hermione se unió a ellos en el snap explosivo, pero ninguno podía evitar que su mente vagara por los sucesos que tenían lugar en la biblioteca.
Hermione se levantó por enésima vez de su asiento, y se acercó a la ventana. Miró de nuevo hacia fuera, intentado buscar en el bello paisaje un ápice de la tranquilidad y paz que se le negaban dentro. Ron se levantó también, y abrazándola por detrás la recostó contra su pecho. La respiración de la joven era más agitada de lo normal y en sus ojos asomaban unas tímidas lágrimas.
Harry se sentía fuera de lugar en aquel gran comedor, pero sabía que no hoy no podía refugiarse en otra parte de la casa. Además, se sentía extrañamente sólo, y aunque solamente fuera por propio egoísmo no estaba dispuesto a permitirles la intimidad que buscaban. Se levantó y se acercó a sus dos amigos que lo miraron preocupados. Sabían que el joven cargaba sobre sus hombros un peso mayor que el de cualquier joven de su edad y aún así siempre tenía tiempo para una sonrisa, un gesto... Los tres se quedaron silenciosos observando el lejano anochecer. La noche caía sobre la casa, triste y oscura. A lo lejos, una línea rojiza rompía el perfecto cuadro unicolor que el cielo dibujaba aquella noche.
Ninguno tenía fuerzas para hablar, y se limitaban a disfrutar de la mutua compañía. De repente un frío gélido se instaló en la sala. Los tres gryffindors se miraron asustados. Sus bocas emitían un vaho espeso y blanquecino como si estuvieran en el exterior una fría noche de invierno. Hermione se abrazó a si misma mientras hundía su rostro en el cuello de Ron buscando un calor que también allí se le negaba. Harry intentaba hablar, quería saber que sucedía, pero su cerebro estaba embotado, era como si el frío estuviera también ralentizando sus funciones. Intentó estirar su mano y tocar con ellas a sus amigos, se sentía como en el expresso de Hogwarts el día del ataque del dementor. Su mano se movía lentamente, y cuando alcanzó un trozo de la piel de su amigo comprobó que esta estaba tan fría como la de un muerto. Asustado la apartó bruscamente, mirando fijamente a sus dos compañeros.
Un grito aterrador cruzó entonces la sala, Hermione se soltó bruscamente de Ron y hundió su rostro entre sus manos, Harry por instinto se acercó corriendo a la puerta del comedor, buscando el modo de ascender a la planta superior, el fuerte brazo de su amigo lo frenó. De repente, tan rápido como el frío se había instalado en la habitación, tan rápido desapareció. El calor del hogar volvió a instalarse en el salón como si nada hubiera pasado, y la leña que de manera mágica había dejado de arder comenzó a crepitar de nuevo repartiendo una agradable temperatura a los jóvenes.
Los tres se miraron sorprendidos, y gritaron levemente cuando oyeron un ruido de aparición a sus espaldas. Krouch el elfo doméstico los miró sonriente.
- La señora dice que todo ha salido bien, que no se preocupen- les comunicó como si hicieran eso todos los días- La cena se servirá en quince minutos, mañana ella misma desayunará con ustedes.
Ninguno de los jóvenes tuvo fuerzas para preguntar nada más, solamente Harry asintió levemente al elfo que desapareció rápidamente. Los tres sabían que hasta el día siguiente no encontrarían respuestas.
Los jóvenes tardaron en conciliar el sueño y sus rostros al día siguiente eran un claro ejemplo de ello. Los tres mostraban unas claras ojeras y estaban nerviosos y preocupados. Laura ya los esperaba en el comedor con una de sus amplias sonrisas. Harry la observó fijamente y pudo percibir en ella desasosiego, cansancio e incluso miedo, se preguntó mentalmente que habría ocurrido anoche en la biblioteca.
-Buenos días chicos¿qué tal estáis?- les preguntó como si nada.
- ¿Qué como estamos?- Hermione soltó de golpe la tensión que acumulaba desde la noche anterior- No sé como estamos, tuvimos que matar el tiempo como pudimos, comimos solos y después, fue horrible, el frío era tan intenso que no podíamos respirar y tú simplemente mandas un elfo para decir que estáis bien.
Laura no interrumpió en ningún momento a la joven prefecta, sabía que necesitaba tranquilizarse y estallar de la forma que lo había hecho era una de las mejores soluciones para ello. La miró fijamente observando sus reacciones, la joven ya más tranquila comenzaba a ser consciente de sus actos y a avergonzarse por ello.
- Tienes razón, es egoísta de mi parte preguntaros esto- le respondió Laura en tono conciliador.
Les indicó con un movimiento de su mano que tomaran asiento en la mesa y los tres gryffindors así lo hicieron.
- Carlos se encerró en la biblioteca poco después del amanecer. Fernando permaneció en el pasillo, tal y como lo visteis cuando bajasteis a desayunar. Yo me refugié en mi habitación- comenzó a explicar Laura- El tiempo se nos hizo tan largo a nosotros como a vosotros o incluso más.
La voz de Laura se hacía más lenta según les iba narrando los sucesos del día anterior, y en sus ojos se instalaba un leve halo de tristeza.
- No sé que pasó dentro durante horas, y es algo que no quiero averiguar- continuó Laura-Pero el frío que se instaló en la casa, nos asustó y nos puso sobreaviso. Tanto Fernando como yo rompimos la promesa de no intervenir y entramos en la biblioteca.
Laura se quedó callada, era como si estuviera luchando contra sus propios fantasmas para continuar.
- No os puedo describir lo que vi allí porque ni yo misma sé lo que vi. Carlos era rodeado por una especie de halo de color verdoso que provenía de los dos objetos colocados sobre la mesa- les dijo Laura- Carlos mantenía su varita en alto en su mano izquierda mientras susurraba una desconocidas palabras. Su frente estaba repleta de perlas de sudor y su voz se quebraba por momentos. Fernando y yo nos miramos y supimos que Carlos no ganaría sólo esa batalla.
- Así que interrumpisteis su hechizo- le dijo Harry.
-No, realmente no interrumpimos el hechizo, Carlos estaba tan sumergido en el proceso que no fue consciente de nuestra presencia- les explicaba Laura- Simplemente le cedimos nuestro poder, canalizamos nuestra magia para que se uniera a la de él y pudiera así vencer las almas de Voldemort encerradas en los objetos.
- Y las vencisteis- dijo Ron sonriendo.
- Si, dos menos que si sumamos a las tres que ya habían desaparecido dejan solamente dos almas vivas. La que conserva en sí mismo el propio Lord y la que está escondida en el último horcrux, el horcrux que desconocemos- concluyó abatida Laura.
- ¿Y cómo está Carlos?- preguntó Hermione visiblemente preocupada.
- Recuperándose. Agotó parte de su magia por lo que necesitará algunas semanas para recuperarse. Por lo menos tuvo la sensatez de usar su mano izquierda para intentar liberar y matar las almas de Voldemort.- Laura continuaba con su explicación- No creo que la recupere, pero él siempre fue más rápido con la derecha- intentó sonreír Laura.
- ¿Ha perdido la mano?- preguntó Harry.
- Tiene el mismo aspecto que la de Albus, aunque según Carlos en este caso la maldición que los protegía no la atacará más, simplemente es el resultado de la aplicación de magia oscura.
Laura estaba aún visiblemente afectada y los jóvenes no querían presionarla más.
- Pero... ¿se recuperará?- le dijo Hermione.-Por favor, no intentes engañarnos.
-Si, con descanso recuperará. Su mano, eso es caso aparte.
Los tres jóvenes asintieron levemente.
- Escuchad, hemos dado un paso más ya queda menos, cuando nos queramos dar de cuenta todo esto habrá acabado y nosotros estaremos aquí sentados recordando todo esto como una mala pesadilla- sonrió Laura- Ahora me voy a encargar de Carlos, y después también necesito descansar.
Laura abandonó el comedor con la mirada de los chicos tras ella y preguntándose que sería lo siguiente que deberían enfrentar. Pasó el día descansando y relevando a Fernando en el constante cuidado de Carlos. El slytherin había temido perderlo de nuevo, y se negaba a abandonar la habitación pero también era consciente de que necesitaba descansar y accedió ante la insistencia de la joven.
Laura bajó tarde a cenar aquella noche, sabía que los chicos ya debían estar en sus habitaciones, así que se desplazó a la cocina donde los serviciales elfos le prepararon una frugal cena. Subió a su cuarto deseando encontrar esta noche el descanso que se le estaba negando últimamente. Pasó una vez más por la habitación de Carlos para comprobar que este dormía perfectamente, mientras Fernando sentado en un sofá próximo a la cama velaba por sus sueños.
Recorrió el pasillo que llevaba a su dormitorio y se tensó poco antes de entrar en la misma. Sus instintos le decían que algo no encajaba aquella noche. Giró lentamente el pomo de su puerta y la abrió despacio conteniendo la respiración. Sus pasos no resonaron esta vez en el eco del pasillo, entró en la habitación y respirando profundamente cerró de nuevo la puerta.
-Buenas noches profesor Snape, no esperaba encontrarlo en casa esta noche- saludó Laura sin ni siquiera mirar a su marido.
Reviews:
Replika: Me alegra saber que que haya puesto a Severus como hijo de Minerva y Albus no os parezca mal en general a ninguno puesto que es una modificación sobre la idea original y eso siempre puede molestar un poco. Sobre lo de alejar a Laura lo irás viendo a lo largo de los demás capítulos pero los hombres siempre son un poco raros en cuanto a los sentimientos.
Amsp14: Yo también espero que la gente no sea homofóbica pero en este mundo hay de todo... la muerte de Albus no solo tiene un cariz oscuro en el fic yo creo que en el libro de Rowlling también. Las cláusulas no muy importantes, solo una... que le hará a Laura preguntarse muchas cosas.
NessaSnape5:Me alegro que te guste que Arthur sea nuevo ministro, me gustan tanto los Weasly que pensé en resarcirlos de algún modo. Laura no va con su hermano realmente a ningún sitio, va ella sola, lo que si su hermano sabe a donde va e incluso a veces se van allí.
Winter: Severus tomó poción multijugos en el entierro pero en su caso no creo que se el único cargo que tendría para ir a Azkaban. Lo de actualizar , realmente empiezo a publicar cuando ya tengo varios capítulos escritos lo que me permite tener tiempo de seguir escribiendo.
Opheliadakker: realmente severus es el mejor.
Kalid: la cita de Laura se revelará a su debido tiempo como todo... también los chicos hablan sobre ello pero pocas ideas tienen.
Khye: Lo de los años no lo tengo muy claro, yo creo que ahora debe sobre 100 más o menos y minerva 70 quítale sobre 40 que debe tener Severus... pero no lo tengo claro e algo que Rowling debería explicarnos. Piensa que la camara de los secretos se abrió hace más o menos 50 años y Albus parecía tener sobre 60 más o menos.
MaluSnapeRickman: Lo de Albus y Minerva padre de Severus era para variar la historia y hacerla un poco distinta.
Gracias por seguirme leyendo y Feliz Año nuevo a tods.
Saludos
