Disclaimer los personajes no son míos y no gano nada con esto, lo hago por divertirme
SPOLIERS SEXTO LIBRO
Laura abrió lentamente los ojos, ligeramente molesta por la luz exterior que se colaba a través de las ventanas. Intentó enfocar la habitación que la rodeaba para poder saber así donde se encontraba. Su mente recordaba la lucha que había tenido lugar en la antigua mansión de los Potter, recordaba el olor a carne quemada se sustituyó al cuerpo del Lord Oscuro y después, sintió cansancio mucho cansancio. Se despejó bruscamente y le sonrío a la mujer que la miraba emocionada desde un lado de su cama.
- Mamá- susurró Laura antes de perderse en su abrazo.
- Me has tenido tan preocupada- le dijo su madre llorando.
- Lo siento- fue la única palabra que escapó de los labios de su hija.-Pero era mi deber.
Elga recorrió con sus manos el rostro de su hija dibujando cada línea del mismo con una caricia, queriendo comprobar que era ella realmente que seguía estando allí. Laura intentó seguir hablando pero su madre la interrumpió poniendo las manos sobre sus labios.
- Tu padre llegará ahora, junto con los Granger, los padres de Hermione- le explicó dulcemente.- Ya habrá tiempo de explicaciones.
- ¿Vendrá sólo?- le preguntó Laura visiblemente preocupada.
- No, creo que ya va siendo hora de que todos enfrentemos la verdad- le dijo su madre.
Laura se levantó de la cama lentamente y se dirigió hacia la ducha. Su madre se despidió de ella y le dijo que la esperaría en el gran comedor junto con su marido. Laura se demoró más de la cuenta bajo el agua, la tibieza de la misma la relajaba. Sabía que debía enfrentar los sucesos de los últimos años, no sólo su último año con Potter y compañía, y sus encuentros con su marido sino también los secretos que había mantenido. El recuerdo de Severus llegó doloroso a su mente y por un momento deseó que todo aquello fuera una mala pesadilla. Cerró los ojos fuertemente y permitió que las lágrimas se mezclaran con el agua que recorría su rostro. Salió poco después, aún ligeramente débil pero con la intención de hacer ver al mundo que su vida seguía adelante. Sonrió al observar su ropa perfectamente colocada en los cajones de la habitación y se preguntó cuantas veces la habría colocado su madre con la única intención de distraerse en las noches de vela ante su hija. Laura tomó unos pantalones vaqueros y una camiseta negra, quería estar informal, quería sentirse ella misma por unos momentos.
Abrió la puerta lentamente para encontrarse con tres jóvenes que se echaban sobre ella abrazándola.
- Creo que nuestra joven gryffindor no está aún recuperada, sed cuidadosos con ella- dijo una voz que Laura creyó no volver a oír.
- ¿Albus? – preguntó insegura.
- Mi niña...- susurró el director mientras la abrazaba.
Laura se aferró a él intentando verificar si realmente abrazaba a un fantasma o no.
- Tenías razón con lo del fénix...El fénix renace de sus ceniza- empezó Ron- y nosotros te ayudamos a averiguarlo.
- Ya les pedí perdón a ellos por este último año pero ahora te lo pido a ti- le dijo mirándola fijamente a los ojos- Siento haberte hecho responsable de muchas cosas que yo mismo desconocía. Siento haberos causado este sufrimiento.
- Pero pudiste confiar en nosotros- intentó decir Laura.
Albus sonrió recordando que esas habían sido las mismas palabras de los tres jóvenes allí presentes.
-No, cuanta menos gente lo supiera era mejor, sobre todo para Severus- continuó Albus- Debíamos hacer creer que Severus estaba de su parte, sería un aliado valioso para nosotros y un enemigo poderoso para ellos. Además yo debía renacer de mis cenizas de algún modo. Estaba demasiado débil para continuar. A parte no sabíamos si funcionaría.
Albus observó entonces a Laura que luchaba por no llorar, el recuerdo de Severus era doloroso.
- Entendí al vagar por mis recuerdos que yo era el último Horcrux de Voldemort- le explicó Albus- Y que ahora que la maldición del anillo estaba actuando sobre mí, el trozo de alma también me estaba debilitando. No podía continuar.
Todos lo miraban en silencio sopesando sus palabras, imaginando por un momento los sentimientos de Albus al saberse portador de un trozo de alma de Tom Riddle.
-Entendí que mi muerte era la solución a muchos problemas. Severus recuperaría la confianza del Lord, y cumpliría su voto inquebrantable- siguió el director mientras se recostaba sobre el marco de la puerta visiblemente cansado-Sabía que nadie ejecutaría el hechizo mortal, sólo Severus sería capaz de hacerlo. Aún así se opuso al mismo y tuve que convencerlo con mi posible renacimiento como fénix, algo que ni yo mismo sabía si funcionaría.
- Pero lo hizo- concluyó Laura.
- Si lo hizo, pero sigo estando muy débil. Recuperé alguna de mis fuerzas, pero aún así mi edad y la batalla no ayudaron.
Los ojos de Albus se anegaron de lágrimas cuando Laura se acercó a él y lo abrazó tiernamente besándolo en la frente. La joven se giró entonces también con lágrimas en los ojos y miró fijamente a los chicos.
- Pero realmente ¿quién nos salvó?- preguntó analizando los sucesos mentalmente- Harry y yo estábamos prácticamente muertos, yo había ralentizado nuestras funciones vitales.
- Severus, os salvó Severus al despertar- empezó a explicar Albus- cuando abrió los ojos, vio el sitio donde debería estar el Lord y vuestros dos cuerpos prácticamente sin vida así que se apareció a las afueras del colegio.
Laura miraba a Albus como si este fuera un sueño, ella recordaba la imagen de Severus sobre el suelo, de Severus muerto. Harry se acercó a ella y posó su mano sobre el brazo de Laura obligándole a mirarlo.
- Eso era lo que te decía en el campo de batalla- le dijo suavemente- Severus no estaba muerto, estaba dormido. No pude matarlo, lo entendí allí cuando al apuntarlo con mi varita él sólo repetía:"Cierra tu mente Potter, cierra tu mente". No intentó defenderse, estaba preparado para morir si con ello conseguía que venciéramos a Voldemort.
Laura abrazó al joven y le agradeció al oído todo lo que había hecho.
-Entendí que siempre había estado de nuestra parte, que de algún modo su actitud fue la que me ayudó a seguir adelante- continuó Harry desahogándose- Siempre estuvo ahí, y yo lo sabía. Mi corazón sabía que pasara lo que pasara él estaba cerca para protegerme, por eso me dolió lo que yo creía era el asesinato de Albus. Porque no sólo había matado a mi mentor- dijo mirando al viejo director- Sino que él también había desaparecido de mi vida, y por un momento me sentí tremendamente sólo.
Albus interrumpió el torrente de emociones que se estaban liberando en aquella habitación.
- Creo que deberíamos bajar, tu padre y los Granger están a punto de llegar- dijo Albus -Arthur los está recibiendo pero creo que es sensato que el director de la escuela lo haga también. Además todo esto es demasiado largo para explicarlo aquí y ahora.
Albus se adelantó con Hermione y Ron. Harry se quedó rezagado con Laura.
- Gracias Harry. Por lo menos sé que le has dado a Severus una nueva oportunidad, quizás pueda aprovecharla- le dijo sonriendo.
- A Severus y a ti ¿supongo?- preguntó Harry.
- No, a Severus. Tuvimos nuestro tiempo y lo aprovechamos, pero ahora cada uno debe seguir su camino. Narcisa¿está bien?- cambió repentinamente.
- Si, ha tenido un niño precioso- le explicó Harry sorprendido por el cambio de tema.
- Ves ahora tiene una familia a la que cuidar, Narcisa, su hijo y Draco al que también le hace falta- sonrió entre lágrimas Laura.
-Espera, creo que no te sigo. Es normal que Severus eché una mano a Narcisa, al fin y al cabo es un gran amigo de la familia. Pero supongo que tendrá que ser Draco el que se encargue de su madre y el pequeño Lucius- le dijo Harry.
- ¿Lucius?
- La verdad es que es igual que su padre, bueno es un Malfoy. Pelo rubio, ojos grises...-empezó Harry.
- Pero¿el hijo de Narcisa no es de Severus?- preguntó Laura.
Harry la miró sorprendido, pero entonces su mente empezó a rebobinar los sucesos de este último año. Las incesantes preguntas a Carlos sobre Severus y Narcisa, los silencios al hablar de la rubia señora Malfoy incluso su desprecio al explicarle la boda de Albus con una Black. Harry sonrió, sabía como se sentía Laura, estaba celosa como él lo estuvo de Dean Thomas el año anterior cuando salía con Ginny.
- No, te puedo asegurar que no. Yo he despertado anoche y la verdad solo he visto a los Weasly, a Hermione, a Albus y a ti. Pero debo decir que he conocido a Lucius en brazos de la señora Weasly, que está encantada con ensayar con él para el nieto que Bill y Fleur traen en camino. Todos dicen que su nacimiento es una ilusión para Narcisa, el recuerdo de un hombre que no está.
Laura sopesó por un momento las palabras de Harry y se preguntó si realmente detrás de ese estirado matrimonio podía haber algo de amor. Volvió a sentir el dolor que sintió al pensar que el hijo era de Severus, y por un momento una débil sonrisa de tristeza se apoderó de ella.
Harry la frenó poco antes de entrar en el gran comedor.
- Gracias por todo- le dijo- Sabes que seremos la atracción del momento cuando atravesemos esas puertas.
- Te sorprenderá saber que quizás haya alguien que nos quite protagonismo- sonrió pícaramente- Y quizás... obtengas la respuesta que tanto esperabas.
Harry la miró desconfiado, y sonriente pero no dijo nada. Los dos se miraron una vez más como queriendo comprobar que era real todo lo que les estaba sucediendo. Laura se paró enfrente de la puerta y esperó a que Harry se pusiera a su lado, ambos empezaron a andar a la vez. Fueron conscientes de todas la miradas fijas en ellos, Narcisa con el pequeño Lucius en brazos y Draco a su lado, Minerva que sonreía abiertamente al lado de Albus, los Weasly al completo, incluida una risueña Ginny que devoraba a Harry con la mirada, Luna y Neville, Severus, Remus y Tonks, Carlos y Fernando ligeramente recuperados de sus heridas y como no, el profesorado superviviente de Hogwarts.
Al fondo el ministro hablaba animadamente con los Granger y los McGrant. El silencio que se instaló en el comedor los interrumpió y se giraron para observar a dos de los héroes del mundo mágico. James intentó sonreír a su hija pero en ese momento un pequeñajo de unos seis años con una larga melena negra y unos profundos ojos negros salió corriendo de entre sus piernas hacia Laura.
- Mamá, mamá- gritó abalanzándose sobre ella.
Laura no lo pensó un momento y tomándolo entre sus brazos lo elevó del suelo y lo abrazó fuertemente. Durante un minuto, nadie dijo nada y madre e hijo disfrutaron de la mutua compañía, susurrándose al oído infinidad de te quieros, besándose mil y una veces y disfrutando de nuevo del aroma del otro.
Laura se giró hacia Harry sonriéndole, y este le devolvió la sonrisa mientras acariciaba el pelo del recién llegado.
- Sr. Potter le presento a mi hijo Severus- dijo Laura formalmente.
Sev extendió entonces su pequeña mano y la entrechocó con la de Harry que lo miraba sonriendo.
- Encantado de conocerle- dijo Harry tan serio como Laura.
- Igualmente- respondió el niño.
Harry comenzó a reír abiertamente.
- Misterio resuelto- señaló lo suficientemente alto para ser oído no sólo por Ron y Hermione, sino también por todo los allí reunidos.
Los dos prefectos de Gryffindor se unieron a sus risas junto con la propia Laura, Carlos y Fernando.
- Y pensar que Ron y yo pensábamos que tenías un novio- le dijo Harry consciente de que todos los oídos estaban puestos en ellos.
Laura miró entonces a Fernando y Carlos y tras reír entre ellos se torno visiblemente seria.
- No por favor- contestó Laura con una evidente cara de horror- Hay cosas que me superarían.
- Veis, como era algo más importante- intervino Hermione acercándose a ellos.
-Es que desaparecías todas las tardes- se defendió Ron.
-Porque recogía al pequeño en la escuela, lo llevaba a casa, le daba la merienda y le ayudaba a hacer los deberes y si tenía tiempo aún jugaba con él- sonrió el padre de Laura que se acercaba lentamente a su hija.
James llegó a su altura y sin mediar ni una palabra engulló a su hija y su nieto en un fuerte abrazo sin poder evitar unas lágrimas rebeldes saliendo de sus ojos.
- Yo también estoy aquí- intentó decir el pequeño Severus al ser engullido por los brazos de su abuelo.
- Bien creo que debemos dejar a las familias para que hablen en la intimidad- interrumpió Albus el abrazo-Señores Granger perdonen que no me haya presentado antes pero no quise interrumpir a nuestro ministro. Los señores McGrant ya me conocen. Soy el director de la escuela, Albus Dumbledore.- dijo mientras les extendía a los padres de Hermione su mano.
- ¿Pero no estaba muerto?- susurró Severus hijo aún en brazos de su madre.
Ella lo miró seriamente obligándolo a callarse para posteriormente rehuir la mirada de su padre que se mostraba francamente sorprendido.
- El señor Filch – continuó Albus señalando al viejo conserje y sonriendo aún tras la interrupción del pequeño- Le indicará donde pueden encontrar unas salas para charlar cómodamente. Tómense el tiempo que consideren oportuno.
Hermione salió acompañada de sus padres, que la abrazaban como si temieran perderla, mientras Laura hacía lo propio con sus padres y su hijo en brazos. Nadie dijo nada hasta que llegaron a la sala que Filch les mostró. Sólo Severus o Sev como le llamaba su familia tomó asiento en uno de los cómodos sofás que decoraban la estancia, los adultos permanecieron de pie y visiblemente tensos.
- Bien- comenzó James- Creo que mi paciencia tiene un límite. Te conocí hace 27 años, te amé desde el primer momento que te vi y crié a tu hija como si fuera mía, porque así es como te siento Laura como uno de mis hijos. Intenté darte la mejor educación posible a pesar de tu rebeldía y descubrí que el mundo que nosotros teníamos no estaba hecho para ti.
- Papá yo...-intentó disculparse Laura.
- No, déjame seguir.-la interrumpió su padre- Acepté a los 11 años que eras una bruja y que debías tener una educación distinta, y te mandamos a este internado. Supe que tu madre sabía más que lo que decía pero callé, supuse que su silencio sería por algo- continuó mirando ahora a su esposa -Al poco de cumplir los 17 años viniste a casa, me dijiste que en este mundo eras mayor de edad y que te ibas a casar con Severus un hombre 15 años mayor que tú.
Su padre levantó la mano para evitar ser interrumpido.
- Se presentó en nuestra casa con Albus el director de la escuela y de verdad aquella tarde me ganó y aunque creí que mi hija era demasiado joven para casarse pensé que era afortunada de tener un hombre como él- continuó emocionado- Por si fuera poco tu madre me confiesa que ella también es bruja, y me cuenta la verdadera historia que se escondía tras su vida.
James acarició ahora el rostro de su esposa que lloraba visiblemente.
- Pero acepté, tu madre me hacía feliz, tú eras feliz con Severus que más podía pedir. Puede que nunca me amara como amó a tu padre pero para mi era suficiente despertar cada mañana con ella al lado. Tras tres años te presentas en casa, sola- le dijo su padre mirándola fijamente a los ojos-no pregunté, pero supuse que había problemas, supuse que algo no marchaba bien... un mes después nos confiesas que estás embarazada pero te niegas a decírselo a tu marido y tu madre te apoya en ello. Nunca supe porque lo hiciste, ni porque tu madre lo permitió y te apoyé porque pensé que eras mi hija y era lo que debía hacer.
Sev se levantó ahora del asiento y agarró la mano a su madre observando con miedo el tenso rostro de su abuelo. Este observó la reacción de su nieto y se agachó para cogerlo en el colo.
- Tuviste a Sev y te fuiste a aquella escuela en Bulgaria con él, dejándolo en casa sólo cuando te ausentabas de la escuela por largos períodos de tiempo. Volviste y te instalaste en Inglaterra, fui consciente que tanto tu madre como tú teníais un método de viaje distinto de los nuestros. Porque, hay que reconocer que tu hijo nunca estuvo solo a pesar de tu habilidad para tener siempre algo que hacer.
- Polvos flu abuelo-le respondió Severus- a través de la chimenea.
James sacudió la cabeza y sonrió.
- Esto me supera. Últimamente tus ausencias eran más habituales y finalmente Severus se quedó con nosotros a pasar el verano, un verano que se extendió algo más de un año.- miró un momento por la ventana que iluminaba la estancia- Pensé que tenías otro hombre, que habías reconstruido tu vida y que Sev era un problema en vuestra relación, y me parecía mal que pospusieras a tu hijo frente a ello. Pero no, mi hija estaba luchando en una guerra. En una guerra en la que estuvo apunto de perder la vida. ¿Puede imaginar mi cara cuando tu madre me dijo que estabas herida y que venía para aquí¿Lo puede imaginar?
Laura lloraba copiosamente consciente del daño que le había hecho no sólo a su padre, sino también a su madre y a su hijo.
- No podía deciros que estaba haciendo realmente, a mamá le pedí que confiara en mí y lo hizo. Sev no merecía el mundo que quedaría si Voldemort ganaba, merecía un mundo mejor- explicó Laura.
- Aunque por ello tuviera que perder a su madre- concluyó su padre.
- Si, a pesar de ello.- contestó escuetamente Laura- Ninguno de vosotros debía saber nada, sólo si yo no volvía. Lo que no sé...- empezó mirando a su madre.
- ¿Crees por un momento que te hubiera mandado a este mundo sin preocuparme de ti?- se rió Elga ante la suposición de su hija-¿Lo hubieras hecho tú con Sev? Cuando te llegó la carta me puse en contacto con una vieja amiga Molly y ella me puso en contacto de nuevo con Minerva. Nunca contó mi secreto y nunca dijo quien eras realmente, siempre cuido de ti y me mantuvo informada durante estos años, incluidos estos últimos. Sabía que estabas metida en algo con Albus- dijo mucho más seria ahora- Y ella se temía que fuera algo peligroso, supe que la guerra estaba apunto de estallar y el día que lo hizo me avisó. Tú habías venido a casa el día anterior y estabas muy rara... La avisé y ella me avisó a mí.
- Fue y es como una madre mágica para mi- respondió a su madre mientras le acariciaba el rostro- La ironía fue que realmente y legalmente es mi madre, mi madre política.
Ahora si que sorprendió a sus padres, tanto Elga como James se miraron sorprendidos.
- Albus y Minerva son los padres de Severus- les dijo Laura soltando la bomba – Me enteré hace unos meses más o menos, realmente fue cuando lo reconocieron.
- Espera, el muerto se supone que es el padre de Severus junto con la señora seria del moño- resumió James.
- Si, pero no estaba muerto, o si pero...-Laura sonrió- eso si te superaría.
- Entonces...- comenzó su madre mirando a Sev que sonreía abiertamente.
- Son mis abuelos.
Elga miró a su hija con un visible enojo.
- No lo sabía, de verdad y cuando lo supe. Todo era demasiado complicado- concluyó.
- Vale, pero Severus es tu marido- continuó su padre- Eso aún lo tenemos claro.
- Él tiene otra.
Su madre rompió a reír en ese momento mientras James y Laura la miraban.
-Narcisa Malfoy supongo- continuó sin esperar la respuestas de su hija- Fue un plan bien orquestado, Severus quería alejarte de él, pensó que sería peligroso que permanecieras a su lado, cuando todos decían que el Lord volvería. No tenía fuerzas para alejarte y sabía que mientras tú pensarás que te amaba nunca te irías. Así que Narcisa, una buena amiga suya de la infancia le ayudó.
- Por Merlín! Carlos tenía razón- dijo Laura.
- Seguramente. Juntos te hicieron creer que tenían un idilio y tu orgullo te llevó a abandonarlo.- continuó su madre- Minerva me lo contó y tanto ella como yo creímos que si estabas hundida, yo como madre intervendría y te contaría la verdad, pero cuando me dijiste que estabas embarazada pensé que quizás todo era más complicado y que siendo Severus un mortifago podía ser peligroso. No quería perderte a ti ni al pequeño, por eso no dije nada. Pensé que quizás volveríais a tener una oportunidad.
- Espera ¿qué es un mortifago?- preguntó James.
-Un... también te supera papá.
Su madre sonrió, sabía que había estado a punto de explicar el error de Severus y con el, el supuesto asesinato de Albus a manos de Severus y tanto madre como hija sabían que eso sería demasiado para James. Elga fue hacia la puerta mientras los demás la miraban sorprendidos. Abrió la misma y sonrió al conserje que estaba sentado en una cómoda silla esperando que los invitados tuvieran a bien finalizar.
- Señor Filch podría avisar a Minerva, Albus y Severus de que vengan un momento- le pidió sin dejar de sonreír.
- ¿Al profesor Snape también señora?- preguntó asombrado el conserje.
- Si, al profesor Snape también.
Elga entró en la sala sin mediar palabra con los allí presentes, incluso su nieto que la adoraba mostraba una extraña sensación de miedo. La puerta se abrió lentamente y los Albus, Minerva y Severus entraron en la habitación. Severus cerró la puerta a sus espaldas, los tres se habían sorprendido de ver al pequeño Severus correteando por le comedor de Hogwarts y se habían reunido para enfocar todos los sucesos. La llamada de Filch los asombró, aunque Severus insistió que el divorcio era quizá el tema principal de esa charla, mientras Minerva y Albus sonreían abiertamente. Ahora miraba fijamente a Laura y a su pequeño que observaba todo con creciente interés.
- Bien y ahora que ya estamos todos- comenzó Elga- ¿Crees Albus que podíamos tomar algo?
-¿Qué te parece unas tazas de té?- comentó el director sonriendo a su consuegra.
- Yo prefiero unos caramelos de limón, si alguien tiene.- dijo el niño por lo bajo.
En aquel momento todo rompieron a reír, sorprendiendo a Sev. Albus echó mano de su túnica y sacó un paquete entero.
-Menos mal que alguien heredó tú constumbre Albus- comentó Laura.
Sev se acercó a Albus y tomó unos cuantos de la bolsa.
- Gracias abuelo.
Albus abrió sus brazos y lo cobijó en ellos, disfrutando de la calidez de ese pequeño cuerpo contra el suyo. Laura se había desplazado hacia la puerta y había molestado de nuevo a Filch que gruñendo abandonó su asiento. Sev se dirigió entonces a su recién conocida abuela y también se perdió en su abrazo. Posteriormente se tensó y miró fijamente para su padre, este lo miraba entre serio y divertido. Laura le propinó un golpe en las costillas y Severus se agachó el pequeño corrió entonces hacia él y se hundió en sus brazos. No necesitó nada más para saber que su hijo lo aceptaba que de algún modo incomprensible para él, Laura había mantenido siempre la llama de su padre en el corazón del niño. La puerta se abrió lentamente y Harry entró, sorprendiéndose de la entrañable estampa familiar.
- Ahora si estamos todos – dijo Laura pasando una mano por el hombro de Harry.
Harry sonrió abiertamente, observando como los demás también le devolvían la sonrisa, y por primera vez en mucho tiempo notó que estaba en familia.
La mañana transcurrió de modo agradable para los allí reunidos y juntos pusieron en común muchos de los sucesos acaecidos durante el último año. Albus volvió a reiterarse en sus disculpas por el dolor causado, y tanto Harry como Laura tuvieron a bien hacer un resumen lo más breve posible de sus experiencias. Severus intervino en varias ocasiones dando su punto de vista sobre como la intervención de Laura y Harry era sentida en el seno de los mortifagos sin saber muy bien de donde venían esos ataques. Nadie quiso recordar la batalla final, y solamente se hicieron breves menciones a Neville y Luna, así como a la final intervención de los Malfoy sorprendiendo a todos con la elección de su lealtad. Laura no podía evitar sentirse preocupada por su destino, ambos portaban la marca de los fieles de Voldemort y habían utilizado magia negra para sobrevivir. Albus le aseguró que el ministerio estaba al tanto y estudiaría su caso de un modo que esperaba fuera favorable para ambos.
James se perdió en algunos momentos de las narraciones pero intuyó que todo lo que allí se contaba era más importante de lo que él pudiera llegar a entender y que crear interrupciones estaría de más. Sev por su parte se convirtió en la atracción del momento y a la habitual atención de sus abuelos Elga y James se sumó también la de Albus y Minerva, Harry y su propio padre. Laura le riñó en un par de ocasiones pero se ganó la mirada reprobatoria de los demás.
Albus se levantó de pronto de su asiento y sonriendo a todos regaló de nuevo un caramelo de limón a su nieto mientras le guiñaba un ojo a Laura.
- Sr. McGrant- dijo mirando a su consuegro.
- James por favor, en familia sobran las formalidades- le respondió el padre de Laura.
-¿le gustaría conocer el colegio?- preguntó sin dejar de sonreír.
- Estaría encantado.
- ¿Puedo ir?- preguntó emocionado el pequeño Severus.
- Claro- le respondió Albus mientras lo cogía en el colo rompiendo así la imagen de fragilidad que representaba el siempre anciano director.
- Me gustaría recordar viejos tiempos- añadió Elga uniéndose a la excursión mientras se agarraba a su consuegra.
- Fuiste una buena alumna- respondió esta.
Harry observó como Albus le guiñaba un ojo también a él.
- Ron y Hermione me esperan para pasar el día con Ginny, Luna y Neville- añadió saliendo por la puerta.
Laura sacudió la cabeza intuyendo lo que su familia estaba haciendo. Miró a Severus que también esbozaba una débil sonrisa ante la retirada de todos los demás. Laura se dirigió entonces hacía la ventana, sabía que había llegado el momento de aclarar muchos puntos, Severus se acercó a ella y tomándola suavemente por los hombros la obligó a girarse y mirarlo fijamente. Laura reunió el coraje que le faltaba e intentó hablar, Severus puso uno de sus dedos sobre sus labios impidiéndole hablar. La tomó suavemente de la mano y tiró de ella. Laura no sabía que quería pero guiada por una confianza ciega en ese hombre lo siguió. Caminaron por los pasillos de Hogwarts y se dirigieron a las escaleras principales. Severus comenzó a ascender y Laura tras él, unas voces en el rellano del primer piso los frenó. Laura observó a Fernando y Carlos acercándose hacia ellos. No lo dudó ni un instante y soltando la mano de su esposo avanzó hacia ellos perdiéndose en su abrazo. Carlos seguía conservando su mano izquierda totalmente inservible, y se podía observar en el mismo un ligero cansancio. Fernando por su parte acusaba una leve cojera. Carlos abrazó a Severus como los dos buenos amigos que eran y Fernando también saludó efusivamente al ex-jefe de su casa.
-Íbamos hacia el gran comedor¿si queréis acompañarnos?- preguntó el joven slytherin.
Carlos le sonrió dulcemente y le acarició la mano.
- Creo que nuestros amigos tienen otros planes.
Fernando enrojeció violentamente lo que produjo una clara risa en los otros tres. Se despidieron y Severus volvió a tomar la mano de Laura. Subieron al segundo piso y Laura se envaró ante la puerta perfectamente cerrada que se extendía ante ella. Severus notó el enfriamiento de la joven y la abrazó, susurró un hechizo y la puerta se abrió.
Ahora fue la joven la que despertó de su letargo y entró en la habitación, su mano empezó a recorrer los muebles que se extendían a su alrededor.
- Nuestra habitación- susurró por lo bajo. –Todo está igual que como cuando me fui.
- La abandoné al día siguiente de tu partida- le respondió su marido- Había conseguido mi objetivo y esto era muy doloroso para mí.
Laura se giró enfrentando a su marido, sabía que lo amaba, pero no podía vivir con la duda por mucho que quisiera, necesitaba respuestas y si no se las daba ella seguiría su camino.
- ¿Por qué?- preguntó sin reparo.
- Porqué era peligroso. Cuando éramos jóvenes Lucius y yo nos unimos al Señor Oscuro, al principio todo iba bien, o bueno todo lo bien que podía ir.- comenzó a explicar Severus mientras se frotaba inconscientemente el brazo- El Señor Oscuro pronto pidió a Lucius que entregara no sólo a Narcisa a la causa sino también a Draco. Narcisa fue marcada aquella misma noche, era eso o morir. Y Lucius no estaba dispuesto a que Narcisa muriera. No sé cuando ni como pero ambos llegaron a amarse, a encontrar algo en un matrimonio que sus padres le obligaron a tener – Severus continuó respirando profundamente- Cuando tú te casaste conmigo, sabía que si él volvía debía alejarme de ti, serías llamada a unirte a los mortifagos y... te conocía lo suficiente como para saber que te negarías y eso te llevaría a la muerte.
- Pero, pudiste preguntarme- le dijo.
- Nunca te hubieras ido de mi lado, tú lo sabes y yo también. Narcisa me ayudó es una buena amiga. Te la ganaste el primer día que la trataste con todo el cariño que eres capaz de mostrar y... no quería que pasaras por lo que pasó ella.
Laura se llevó las manos al rostro y se sentó en el sofá que tantas veces habían compartido.
- Pensé que me olvidarías y que serías feliz con otro- continuó Severus- Ahora doy por bien hecho lo que hice, no podría haber sobrevivido si sabía que tú y Severus estabais en peligro. Hiciste bien en ocultármelo, hubiera sido más vulnerable ante el Señor Oscuro.
-Mi hijo vivió sin padre y sin abuelos durante años – le dijo Laura- Y ahora me siento culpable de haberlo ocultado.
- Hiciste lo correcto, por ti, por nosotros por el niño- siguió Severus acercándose a ella y elevándola para mirarla fijamente a los ojos- Tuvo una madre maravillosa y dos abuelos que se encargaron de darle todo el amor que necesitaba, y si no me equivoco tus hermanos también estuvieron ahí siempre para él. Ahora estamos aquí y si tú nos lo permites seguiremos estando ahí tanto tiempo como la vida esté dispuesta a permitírnoslo.
Laura lo miró sonriendo entre lágrimas y se abrazó a él.
- Dime una cosa- le preguntó Severus temeroso- Dime que lo que compartimos en tu casa era verdad, dime que todavía me amas como yo te amo.
Laura levantó el rostro y clavó sus ojos en los de su marido perdiéndose en sus ónices negros. No le contestó solamente se elevó como aquel primer día en la casa de sus padres y posó sus labios sobre los de Severus. El estoico profesor no se hizo esperar y respondió al beso de su esposa con una ternura y pasión muy poco comunes en él. Fue empujando lentamente a su esposa hacia la cama, sin dejar en ningún momento de besarla sin dejar de recorrer su cuerpo con sus manos. Sabía como elevarla al cielo, como hacerla gritar debajo de él su propia necesidad. Laura tampoco estaba quieta y de una manera hábil comenzó a desvestir a su aún marido. Severus ahogó un leve gemido cuando notó las manos de su esposa rozando su pecho, acariciando cada centímetro de su piel expuesta.
Ambos eran un todo, un cuerpo y un alma que se rozaban, se tocaban, se sentían. Laura echó su rostro hacia atrás proporcionándole a Severus un clara visión de su cuello, el estoico profesor no necesitó nada más y atacó esa parte de la anatomía de la joven obteniendo de ella ligeros jadeos. Acometió entonces su oreja, lamiendo una y otra vez el lóbulo de la misma. Laura sonreía entre suspiros disfrutando una y otra vez de las atenciones de su marido. Severus continuó descendiendo por el cuerpo de Laura recreándose en los pezones de la misma, lamiéndolos, mordiéndolos poniéndolos tan duros como creía imposible. Elevó la vista mientras hacia descender una de sus manos hacia la braga de Laura, esta suspiró al notar el contacto de los dedos de Severus en la proximidad de su feminidad y abrió los ojos para descubrir dos ónices negras que la miraban con una pasión mal contenida. Ambos se perdieron un momento en la mirada del otro sin permitir que sus manos perdieran por ello la habilidad que les caracterizaba. Severus le guiñó disimuladamente un ojo y Laura entendió la petición de su marido, todavía eran capaces de entenderse sin palabras. Se levantó lentamente y se tumbó de lado de manera inversa a Severus, se miraron una vez más... Severus llevó entonces su boca a la parte más excitante de la anatomía de Laura mientras la joven hacia lo propio con el prominente miembro de su marido. La sucesión de jadeos se hizo interminable, ambos disfrutaban de manera inequívoca de ambas partes, la de satisfacer a su pareja y la de ser satisfechos por ella. Severus observó como Laura empezaba a temblar ligeramente y sus jadeos se hacían más continuos y prolongados, él mismo mantenía una dura lucha con sus propios deseos de finalizar. Separó su boca del clítoris de su esposa, y la separó a ella con verdaderos esfuerzos también de su masculinidad. Laura mostró una leve señal de enojo ante la falta de contacto.
Severus la colocó entonces a cuatro patas y la penetró desde atrás, introduciéndose en ella de una manera casi frenética. Comenzó a moverse dentro de ella, buscando la salida a una desesperada necesidad de Laura. Laura respondió a sí mismo, moviéndose al compás de las propias caderas de su esposo, buscando la culminación de su pasión, buscando todo y algo más. Severus desplazó sus manos hacia los pechos de su esposa, masajeándolos, deteniéndose en sus pezones, adoraba esta postura ya que le proporcionaba una total accesibilidad a Laura... Su mano siguió descendiendo hasta llegar al clítoris de Laura y comenzó a acariciarlo suavemente. Notó como el cuerpo de su esposa recibía esta intrusión con agradecimiento jadeando aún más intensamente e incrementando el ritmo casi de manera demencial. Severus supo que no aguantaría mucho más, aumentó el ritmo de sus caricias en el cuerpo de Laura y esta alcanzó un orgasmo tan salvaje como deseado, Severus notó la contracción de los músculos vaginales de su mujer y se vino en el interior de ella.
Se miraron una vez más y con un leve hechizo limpiador ambos se tumbaron en la cama dispuestos a descansar.
- Severus- rompió el silencio Laura- Te amaba más de lo que soy capaz de expresar con palabras pero ese amor no mermó en ninguna medida el enorme sufrimiento que me hiciste pasar.
Severus la volteó tiernamente observándola fijamente.
- Lo siento, sé que aunque te pida mil y una veces perdón no va a recuperar el tiempo que perdimos, no me va a permitir hacerte olvidar todo- continuó el estoico profesor perdido en sus propios sentimientos-Pero te juro que intentaré por todos los medios hacerte feliz, seré el marido y padre que no habéis tenido y haré que cada minuto de tu vida no te arrepientas de darme otra oportunidad.
Laura no contestó simplemente esta perdida en sus propias deliberaciones. Sabía que amaba a ese hombre más que a nada en este mundo, era el padre de su hijo, y de una manera casi demencial había mantenido la confianza en él a pesar de que él ya la había perdido para el mundo. Pero también sabía que no podía vivir con la duda de no saberse amada, no podía fingir cada día estar a gusto sino era consciente del profundo amor de su marido. Severus observó el leve rastro de preocupación que cruzaba a Laura y se preguntó que estaría pensando, cuales eran sus sentimientos hacia él. Tenía claro que lo amaba pero no sabía si ese amor podía vencer todo el mal que pudo haber causado. Quizás en algún lugar de su corazón, Severus creía que Laura sería más feliz con otro hombre, que encontraría el amor en brazos de alguien más joven y sin un pasado como el suyo a sus espaldas. Siempre lo pensó y el hecho de encontrarla años después sola hizo nacer en él una leve esperanza. Volvió a mirarla.
- El hijo de Narcisa… ¿es tuyo?- preguntó insegura la joven sin saber si quería oír la posible respuesta.
- No lo es, es de Lucius. Ellos se veían en Azkaban, se amaba. Creo que fue el mejor regalo que el presumido de Malfoy pudo dejar a su esposa- le contestó Severus tristemente- No sé como pudiste pensar que era mio.
- Porque tú me hiciste pensar que ella te importaba más de lo normal- le respondió Laura.
- Sé que te hice daño- dijo sin ni siquiera pensarlo- Entenderé que quieras dejarme, ahora sabes que el divorcio es totalmente accesible en nuestra relación, mi pasado te ayudaría en gran medida a conseguirlo. Encontrarías un hombre que te haría feliz como tantas veces te tengo dicho.
Laura intentó interrumpirlo, pero Severus dispuesto a desnudad su alma no se lo permitió.
-Sólo permite seguir viendo a Sev, hasta ahora tú eras mi meta, mi camino para seguir, siempre pensé que si nos librábamos del Señor Oscuro tendría una nueva oportunidad contigo- continuó con lágrimas en los ojos- Tuve que simular que mataba a mi propio padre y abandonar a mi madre a su suerte, fue muy duro para todos. Ahora tienen una nueva ilusión, Sev es para nosotros una nueva ilusión, no te pido que te quedes conmigo si no quieres hacerlo. No puedo obligarte a perdonarme, no pudo obligarte a amarme, no puedo obligarte a nada... pero quiero que sepas que te amo. Simple y llanamente te amo.
Laura lo miró enternecida por las palabras de su esposo, nunca pensó que nadie pudiera describir de ese modo sus sentimientos, nunca pensó que alguien pudiera llegar a amarla de una manera tan reverencial. Sabía que Severus no mentía que intentaría hacer de cada segundo a su lado un segundo para recordar. Además como podía ella ahora que lo amaba tan intensamente buscar consuelo en otros brazos.
- Te amo Severus, más que a mi misma- le dijo mirándolo a los ojos y reflejando en ellos todo el amor que podía- Te amo y no podría vivir la vida sin otro hombre que no fueses tú.
Severus la miró sonriendo entre lágrimas y se acercó lentamente a su esposa. Los labios de ambos se juntaron en un beso culminación de todos los sentimientos puestos en juego. La virilidad de Severus comenzó a crecer y Laura sonrió.
- Creo que deberíamos vestirnos y bajar al comedor- le insinuó Laura sonriendo pícaramente.
- Pues yo creo que una parte de mi anatomía no está de acuerdo con esa decisión- le contestó Severus riendo.
-Severus, tenemos un hijo, y hay que encargarse de él- intentó razonar Laura al notar las manos de su esposo recorriendo y acariciando su cuerpo.
-Nuestro hijo está perfectamente cuidado por cuatro abuelos, es más creo que hay poco niño para mucho abuelo- y mientras le sonría seductoramente añadió- Deberíamos intentar entretenerlos un poco más, creo que proporcionales un par de nietos más no estaría de más.
- No me importa intentarlo- le respondió Laura ya totalmente predispuesta a las atenciones de Severus-Es una actividad muy placentera.
Severus rió abiertamente antes de comenzar a besar a su esposa. Sabían que Sev estaba en buenas manos y nadie los echaría de menos en el comedor. Sabían que el mundo les otorgaba otra oportunidad y ellos estaban dispuestos a dársela.
Reviews:
Hoy me vais a permitir contestar a los mismos de manera general y no personalmente, es debido a que la mayoría de vosotros teniaís las mismas dudas, los mismos deseos. A estas altura ya habeis descubierto el secreto que mantenía oculto Laura y como preguntó acertadamente uno de vosotros, LAura se enteró estando ya sola, y pensó que era más fácil para todos. No fui capaz de matar a Severus del mismo modo que me cuesta entender la muerte del director, así que para mi ambos tienen una segunda oportunidad.
Espero que a lo largo de la historia no os hayais sentido defraudados y que la resolución de los misterios principales no os deje un mal sabor de boca. Tras este capítulo solo queda un epílogo que colgaré la semana que viene.
Pero prometo no abandonaros por ahora, recuerdo que cuando acabe mi primera historia, muchos me pedisteis un Hermione/Severus, estoy en ello, aunque tengo la ligera impresión de que no es una historia muy allá, es que me cuesta escribir sobre ellos, aunque me guste leer otros fanfics.
Gracias a todos los que me habeis leído, a los que me criticasteis y a los que no, os agradezco vuestro apoyo.
Espero las crítica a este capítulo.
Saludos
