Tocaron a la puerta. Ya sabiendo quien era, acomodé un poco mi cabello y me vi en el espejo. Abrí la puerta. Le recibí con un abrazo. Me dio unas flores… ¿Cómo debía reaccionar? Una sonrisita, lo típico. Y me contestó igual. Le invité a pasar, pero él tomó las flores y las puso sobre la mesa, y rápidamente me tomó del brazo y me llevó afuera.

¿Eh? – Le miré confundida - ¿Por qué no pasaste?

Pues… - Mirándome fijamente, sonrió, como siempre – Dije que íbamos a salir¿O no? No a quedarnos acá.

Nadie dijo que nos íbamos a quedar ahí – Solté una risilla – Solo quería que pasaras.

Bueno, ya que. Ahora… quiero llevarte a un lugar que seguro te va a gustar – Guiñó un ojo.

Seguimos caminando. El clima estaba perfecto para un día como este... ¿Día como este? Eh, sí, es tan solo un día normal. Nos dirigimos a un restaurante de apariencia grata. Al entrar, había un piano. Y tan solo lo miré.

Siéntate – me dijo apuntando al banquillo del piano, y sonriéndome como siempre.

¿Eh? Pero…

Anda, por favor – me lo dijo casi suplicando.

Esto… está bien.

Al sentarme y ver el piano no pude evitar comenzar a tocar una pieza conocida, pero al mismo tiempo, complicada. Una pieza hermosa. Y varia gente se fue reuniendo para escuchar. Sentí una mano en mi hombro. Era Matt alentándome a seguir tocando. Y al terminar… todos me miraron sonriendo. Y un instante después, todos empezaron a aplaudir, los de alrededor del piano, y los que estaban en las mesas. Matt ahora colocó sus dos manos en mis hombros y acercó su cabeza a la mía.

Entre los aplausos, y las sonrisas de la gente fuimos a sentarnos a una mesa lejana al piano. El mesero trajo la carta y me elogió sobre lo sucedido. Le sonreí. Dejó la carta y se fue. Miré a Matt, quien me sonreía cálidamente.

Y tú… ¿Cómo supiste que yo sabía tocar el piano?

Por tu recital. Hace… unos… tres años. – Le miré. Y no me dijo nada más. Y no le pregunté nada más pues nuestra conversación fue interrumpida por el mismo mesero. Y al irse él, no supe que decir. Y simplemente me quedé pensando. Volteé a ver a mi compañero. Había notado la noche anterior que es muy guapo. Pero ahora lo veía aún mejor, con la luz del día, el reflejo de sus ojos, y su sonrisa. Pero… lo del recital me asombró… - ¿Qué piensas?

En… lo que dijiste del recital… - Hubo un pequeño silencio.

¿Quieres que te diga todo… todo? – Asentí. Alejó su vaso de agua. Me miró. – Bien. Mi papá era socio del tuyo. Takenouchi. El nos invitó al recital. Presumiendo que su joven hija de tan solo catorce años tocaría en él. No creí que fuera algo excepcional, no le di mucha importancia. De hecho, fui a la fuerza. El piano nunca fue una de mis pasiones¿sabes? – Suspiró. Tomó un poco de agua y aclaró su garganta. – Fuimos viendo a cada uno de los pianistas. Me aburrí, puras señoras aburridas que no tenían nada de especial con piezas que ya todos conocían y sabían tocar. Bueno, bueno, en mi caso no es así. Luego, anunciaron a una niña de catorce años que tocaría una pieza excepcional. Mi padre me pidió que prestara atención... la hija de uno de sus socios y grandes amigos estaba a punto de tocar. No le iba a desobedecer. Y ya, molesto, según yo, iba a ver. Pero… al ver a la niña tocando creo que no le presté atención a la melodía, si no a su mirada, y a todo de ella. Estaba sorprendido.

Uhm… - miré para abajo asombrada por su forma de hablar. – Que explicación… tan detallada.

Eso no es nada, incluso recuerdo que llevabas un vestido negro y largo. – Rió dejándome con duda.

¡Oyeee! – Exclamé - ¿Cómo sé que no eres un detective privado, eh?

Bah, no, no lo soy. ¿O acaso no confías en mí? – Guiñó un ojo. Tomó su vaso con su mano derecha y lo posicionó cerca de su cara. Y sólo puedo decir… que se veía… muy bien.

Claro que si – Le sonreí. Y no fue fingido esta vez. Segundos después llegó el mesero a preguntar lo que queríamos.

La tarde se pasó rápido. Hablando de estupideces. Pero, sinceramente nunca lo había pasado tan bien al estar solamente en un restaurante. Y con alguien que apenas había conocido, más que nada. Después de eso nos fuimos simplemente a caminar, y nada más. Me llevó a casa, y me despedí de él. Y me dijo que después me llamaba.

… Shock. Todo ese tiempo… uhm… si, actué como debía… alegre e interesada en él, pero… lo malo es que… lo sentí. ¡Toda es felicidad la sentí cuando no debería! Mierda. Lo peor siempre va a ser… que no puedo dejar de amar a Tai en cierta forma. Hemos compartido mucho. Y aún con eso que pasó algo siento por él. Que basura. Tengo que… dejar de pensar. Siendo apenas las ocho de la noche no tenía sueño, pero en verdad, simplemente tenía que dejar de pensar en todo esto. Me recosté, y me puse a ver televisión, ya no había nada mejor que hacer.

Tocaron el timbre.

Ah, Tai – Sonrisa (y ésta si fue fingida) – Pasa.

Gracias… No te había visto desde hace tiempo. ¿Cómo has estado?

No me quejo, en verdad. ¿Tú¿Qué has hecho?

Pues, uh, nada… solo… salir… fui… a… una conferencia.

Ah, ya veo. ¿Conociste a alguien? – ¡Si! Tenía que salir esa pregunta.

¿Conocer a alguien? – Se puso nervioso y lo noté en su voz – No, para nada. ¿Para qué quiero conocer a alguien? Solo me importas tú.

Me alegro. – No sabía que decirle. Me acerqué a él, rodeé su cuello con mis brazos y le besé. Que hipócrita soy. Pero más él, que respondió al beso.

Le invité a tomar un poco, para ver si tomado confesaba de su jueguito con mujeres. Pero al invitarle a tomar, la verdad es que no pude evitar yo ponerme a tomar también. Error.

Inconciencia.

Me despierto. Argh, con un dolor horrible de cabeza¿Por qué no me aguante? Muevo un poco mi cabeza, y ahí lo veo a él, a un lado de mí. Y para mi sorpresa, los dos sin ropa. ¡Mierda! Si dijo algo sobre su otra pareja yo ni en cuenta.

…..

Varias veces durante el día me encontré pensando en Matt. Que basura… ¿Por qué? No es como tenía que suceder….


Hooola mi gente muchas gracias por los reviews! Espero que les esté gustando. Siiiganle xD.

Lúthien