Sé que dije que pondría Lemon en este capitulo.. pero.. no estoy lista para ello.. U perdón
El beso continuó, no sé por cuanto tiempo seguimos con eso. Pero de un momento a otro nos fuimos levantando del sillón, ni siquiera lo sentí, estaba completamente concentrada en lo que el beso provocaba en mí. Él seguía acariciando mi cintura de singular forma, y yo le abrazaba y de igual forma le acariciaba. No sabía como mostrarle lo que sentía, el beso ni siquiera llegaba a demostrarle como me sentía en ese momento. Siento que… le amo. Y mucho en verdad.
Dejamos de besarnos un momento, teníamos que recuperar aire, nos miramos, mi frente contra la suya… y nos sonreímos. Jamás me había sentido así, ni siquiera con el primer beso que di. Esto es como de otro mundo, es algo que creí que jamás sentiría, pero ahora es tan real, y no puedo evitar sonreír, es lo mejor, simplemente… lo mejor que me ha sucedido. Parece sacado de un cuento de hadas, el príncipe azul que llega a salvar a la princesa, en este caso… de la soledad y el dolor.
Nos dirigimos a mi habitación mirándonos tan tiernamente, que parecía que empezarían a revolotear las estrellas en el cielo en ese instante por tanto amor que desbordamos. Abrimos la puerta, y asentimos con la cabeza, estábamos decididos, esta noche tendríamos que hacerlo. Sabíamos que no llevábamos tanto de conocernos, pero que no por eso esperaríamos a unirnos de una vez. Tan poco tiempo de conocernos teníamos pero ya estábamos seguros de nuestros sentimientos, los cuales son tan puros. Todo esto estaba pasando rápida, pero puedo admitir que estaba segura, que jamás había estado tan segura, que lo amo.
Estaba preparada para ello, todo tenía que salir perfecto. Pero él se sentó en la cama, y se quedó callado. Me puse nerviosa, me pregunté por un instante si ya no querría compartir este momento conmigo. Me senté junto a él.
-¿Qué sucede? Si hace un momento estaba todo tan bien…
-Siento que no puedo hacerlo, no estoy seguro de mí mismo – juntó sus manos y las apoyó sobre sus piernas, no me volteó a ver.
-Pero, Matt… ¿Por qué la inseguridad? Sabes lo que siento por ti, no debe haber inseguridades. ¿O tienes alguna duda?
-No es eso. Es que yo… aún no he tenido relaciones. No sé que deba hacer. – Su respuesta me inquietó, y hasta dudé sobre eso, es decir, es Matt… ¿Cómo es que Matt jamás ha tenido sexo? Siendo un chico tan guapo. Bueno, ya le he conocido mejor, y no es verdaderamente como se muestra, se muestra un como un galán que anda coqueteando con todas, que les paga bebidas para acostarse con ellas.
-Ah, yo… bueno, te digo lo mismo que hace un rato, sólo déjate llevar por el momento.
-¿Tú has tenido sexo antes?
-Yo sí. Con un ex-novio, pero no entremos en detalles¿Sí? Pensemos en este momento – Ah, sí, ex-novio, vil mentira… si aún no he terminado con él. Soy una perra. Pero que más da, él me hace lo mismo.
No quise decirle más, comencé un nuevo y más cándido beso, al que respondió enseguida. Nos paramos de la cama, y una vez más, no sentí como sucedió, pero de un momento a otro ya me estaba desabrochando la blusa y sentándome en la cama. Hubo una pausa para tomar aire y una vez más mirarnos. Decidí quitarme la ropa por mi propia cuenta, aunque él ya había comenzado a quitarme la blusa; me quité los pantalones, y me miró sonrojado. Era de esperarse, su primera vez. Siguió él quitándose la ropa. Pude ver su cuerpo, su abdomen cabalmente marcado… el cual acaricié. Se bajó el pantalón. En ese momento sentí que nada podría salir mal, suspiré a mis adentros y lo miré una vez más, deseando cada vez más que estuviéramos más juntos en cuerpo y alma.
-Es que me da mucha vergüenza… Sora… esto, ya no sé que hacer. – se tapó la cara con la mano. Me pareció bastante tierno…
Le besé, tendría que olvidar de alguna forma, y perder esa vergüenza que le provocaba no seguir desvistiéndose. Sólo sentí que mientras nos besábamos su respiración iba agitándose más, y que me desabrochó por detrás el sostén, y tomé la confianza de quitarme las bragas. Supuse que sería un paso difícil para él. Noté que él al darse cuenta de lo que hice repitió el acto, a lo que quedamos los dos completamente estupefactos, avergonzados. Él me miraba con inseguridad, sé lo que siente, la primera vez no es fácil.
-No te preocupes, Matt… no pasa nada. Verás que esta experiencia te agradará, o al menos espero poder hacer eso… esto agrandará nuestro amor. Verás que sí. – Le sonreí, creando seguridad en él.
Colocó una de sus manos sobre mi busto izquierdo, con notoria timidez. Quería comenzar de una vez con esto, pero íbamos a un paso bastante lento, y no me pasaba por la mente que hacer para incitarle a que… llegáramos ya a hacer lo que debíamos. Comencé a dibujar con mis dedos sobre su bien marcado abdomen, él se estremeció, y me abrazó, jamás había abrazado estando desnuda… más bien, a Tai nunca le abracé en estas condiciones. Pero que tonterías digo… no puedo estar comparando a esa basura de Tai con él, no le llega ni a los talones. La cosa iba demasiado lenta, no lograba que hubiera más… acción, por así decirlo. Intenté de nuevo lo del masaje en el cuello y con unos cuantos besos, y creo que funcionó, sentí como rápidamente me empujaba hacía atrás.
Lo jalé hacia la cama, quité las sabanas, no sabía como empezar, no era una experta en esto, ni me había leído el kamasutra ni mucho menos. Y con un novato como él en esto resultará aún más difícil, pero que más da, si es con alguien tan maravilloso como él.
Sentí las hormonas revoloteando dentro de mí, una ansiedad loca que me mataba, y al mirar sus ojos sentía ternura, una ternura inexplicablemente hermosa.
Y sí, pasamos al otro nivel… fue un poco difícil que cediera.
-Matt… estos días, yo tampoco he dejado de pensar en ti. Eres el hombre de mi vida, lo que jamás imaginé, llegaste cuando más necesitaba de alguien, no sabes lo agradecida que estoy de que tú seas ese alguien que esté conmigo ahora. Te amo. – Sí, hasta yo me sorprendí por lo dicho, pero era lo que sentía, en verdad sentía eso por él, no podía pensar en nada más, sólo en él.
-Sora, no sé que decirte en este momento. Ahora mismo no puedo pensar en nada más mas que en que hacer, y que se me quite la vergüenza, y que… me estás haciendo el hombre más feliz del mundo, y yo también te amo mucho… - me dio un beso en la mejilla. Un beso en la mejilla no es lo adecuado mientras se tiene sexo, pero a mi me pareció completamente dulce y encantador. Matt es lo mejor que me ha sucedido. Es amoroso, comprensivo, tierno, y todos los sinónimos de esas palabras.
Seguimos besándonos, abrazándonos y tocando cada parte de nuestro cuerpo sin pudor. Con esas palabras sellamos la dulzura, y en nuestras almas penetró la lujuria, y un calor excitantemente placentero que unía nuestros dos cuerpos.
-¡Perdón¡Perdón! – Gritó mirándome. – Te… estoy lastimando. No es mi intención.
-Pero, Matt – me reí, fue algo raro reírse en ese momento, por cierto – Si, da un poco de dolor al principio, pero es normal. Y todo esto sucede por placer… no hay por que pedir perdón.
Y seguido de eso, él me tomó del mentón y me besó. Su lengua recorría mi boca con gran exasperación. La noche siguió, y nuestro amor más frutos dio.
Fue maravilloso.
-Buenos días… - me volteó a ver, estaba despeinado, una mecha de cabello en su ojo, un aspecto bastante sugestivo. Me tenía entre sus brazos, así habíamos dormido, con razón esta vez no había tenido pesadillas. Fue una de las mejores noches que había tenido en toda mi vida. Matt fue tomando más confianza e hizo cosas que no me imaginé que haría.
-Buenos días, Matt – Le sonreí – Uh, no sé que decirte, en verdad… me haces muy feliz. Gracias, tú sabes, por lo de anoche. Fue… maravilloso.
-Lo que sea por ti. Eres… lo mejor, Sora. Lo mejor que existe. Gracias por mi primera experiencia, jamás imaginé que sería con una mujer tan bella como tú. Tan pura como tú. Y¿Sabes? Al mirarte siento que eres la mujer más leal que existe, que eres fiel, y que jamás me apuñalarás por la espalda. – me abrazó aún más… y me quedé pasmada ante tales comentarios – Sé que serías incapaz de hacerme algo, pues anoche me mostraste que el amor existe, y que el amor que existe entre los dos es algo que nadie puede destruir.
-Te amo
No supe que más decirle. En verdad, me quedé estupefacta. Tai… me atormenta su recuerdo. Carajo, Matt se puede enterar y… no lo quiero lastimar, no, ya no. Él ya es parte de mí, y lo amo, no quería llegar a amarlo… ¿Por qué tenía que llegar a esto? No se supone que debía pasar. No quiero lastimarlo. No se merece esto.
¡Bravo, Sora! Un hurra por tu estupidez¿Ahora que demonios harás? Has quedado entre dos hombres. ¿Cómo se te ha ocurrido? Y ya tuviste sexo con Matt. A la mierda, esto complica más las cosas.
-Sora¿podemos… salir en serio?
¿Ahora que le contesto¿Qué hacer? Sí, estoy segura de que le amo. Pero no quiero terminar lastimándole. Aunque tal vez lo haga más rechazándole.
-Claro que si, Matt – me besó, y esta vez fue un beso dulce.
Creo
que no me merezco a alguien como él. Cuando se de cuenta se
partirá en dos.
Pero hey… no tiene por que darse cuenta.
