Sé muy bien que dentro de mí hay un ser con vida, una criatura necesitada de cuidados y sobre todo de amor. Pero¿Qué sé yo del amor? El amor se me fue, se fue dejándome arrumbada en el suelo, y eso, metódicamente hablando, por que fue después de los golpes de Tai que quedé en el piso. Pero también quedé allí, con temor, con todo dentro de mí destrozado al haber escuchado como Matt me abandonaba, y un tono de resentimiento, rabia y dolor lo dominaba. A mí también me dolía, y en el alma, completamente. Mi hijo crecería sin un padre, sin saber que su padre es una persona maravillosa, el hombre que más he amado en mi vida. Y no me queda más que llorar sin que él sepa, sin que siquiera recuerde como aquella noche fuimos fervientes esclavos de la pasión. ¿Y que más da? Y es que enserio no me queda nada más, no tengo sueños, no tengo metas, incluso siento como si no tuviera un corazón, como si mi alma hubiera escapado y estuviese ahora rondando cerca de él, suplicándole con ojos llorosos que regresara a mi lado. Sin él… ya no puedo vivir, aunque exista otra vida dentro de mí… estoy escasa de… vida propia. Ni siquiera mi hijo me mantiene en pie, necesito de él para ser feliz, para salir de esta oscuridad que me está consumiendo. No quiero seguir viviendo así. Pero eso es lo que pasa por jugar con alguien, eso pasa, y ahora me lamento. Quisiera… nunca haber conocido a ninguno de los dos, ahora ser sólo Sora, sin haberlos tenido en mi vida, ser independiente.

O más bien… quisiera o estar con Matt… o morir.

Ah, el timbre. Siempre que escucho el timbre o el teléfono me lleno de unas ansias locas, imagino que es Matt, que llega a pedirme perdón, que me da la mano, me besa y me dice que todo estará bien. Pero a pesar de que lo imagine con tanta frecuencia, creo que debo resignarme, los sueños nunca se hacen realidad.

Esta vez, al acercarme la puerta después de escuchar timbrazos, lo hago con desgano, sé que no será él, que jamás volverá a hablarme, que no verá ni por mí, ni por su hijo. Y en realidad no sé si el verlo me alegraría, o me destrozaría aún más.

Me quedo frente a la puerta, siento un estremecimiento. Me llevo las manos a la cara y empiezo a llorar, quisiera poder evitarlo, pero las lágrimas simplemente brotan de mis enervados ojos. No duermo bien, y lloro continuamente, esto no es vida.

Terminé abriendo la puerta, y me encontré con el rostro alegre de mi amiga Mimi; en cuestión de segundos su peculiar expresión de alegría fue sustituida por una de asombro y preocupación. Me arrodillé, volví a llevarme las manos a la cara, sin aliento, llorando como loca, sin consuelo completamente…

-¡Sora¿Qué pasa¿Qué tienes? – Me toma entre sus brazos, mis lamentos continuaban, y ella simplemente me abrazaba, se escuchaba completamente preocupada.

-Es fácil preguntar – ni volteé a verla, siempre me ha dado vergüenza que me vean llorar, aún siendo gente realmente cercana a mí, mis ojos fácilmente se enrojecían e hinchaban.

-Igual de fácil que responder, anda, levántate – me recogió, y me quitó las manos de la cara, al verme no se aguantó el llanto, me abrazó y sentí la humedad de sus lágrimas corriendo por mi brazo - ¿Pero qué te hicieron? – Me llevó hacia el sillón, buscando que le contase lo que pasaba, pero… los sollozos me lo impidieron. Fue hasta unos minutos después que pude tranquilizarme un poco, gracias a un vaso de agua y la confianza que me inspiraba Mimi. Es decir, llevamos muchos años de amistad, ha sido de las pocas personas que me ha visto llorar.

-Es… una historia un poco larga. Desde que no nos hemos visto, pues… han pasado muchas cosas. Tú sabes que Tai me engañaba – asintió con la cabeza, e hizo un gesto de asco, me supongo que lo hizo por que mencioné a Tai – Después de eso, iba a bares, sólo por divertirme, entonces… conocí a un muchacho, algún tiempo estuvimos saliendo, sin que terminara con Tai. El día que iba a terminar con Tai, llegó… pues, él, y hubo un conflicto. Los dos se fueron, y me sacaron de sus vidas.

-¡Pero en que lío te metiste¿Has tratado de localizar a… cómo se llama?

-Es Matt Ishida… ¿Le conoces?

-La verdad no. No cambies el tema. En fin¿Le has localizado?

-No, ni siquiera lo he intentado, soy demasiado orgullosa.

-Pero lo amas¿No? En el amor no debe existir el orgullo.

-Sí, como no tienes una idea. Y… - hubo un breve silencio, pero me era difícil decirle sobre mi embarazo – lo peor es que estoy embarazada.

-¿Peor¡No! No pienses así, tu hijo no es un error, es fruto de tu amor y el de Matt…

-…El cuál ya no existe. Jamás volverá, por haber sido tan estúpida, lo arruiné. Alejé de mí al único hombre que he amado con todo mi ser… ni siquiera con Tai me había sentido así. Pero¡mírame, Mimi¡Soy un desastre! No puedo dormir por que temo soñar con él, y despertar llorando. No salgo de aquí por que no quisiera verle, siento que me trataría mal, que se alejaría, que me miraría con odio, y le tengo miedo a eso. A veces… no puedo ni comer. No puedo levantarme por la agonía. Estoy cansada de todo esto.

-¿Cómo puedes vivir así? – Colocó su frágil y temblorosa mano sobre mi hombro.

-Eso mismo me pregunto yo – mi llanto continuó. Mimi se acercó más a mí y me abrazó, sentí calidez viniendo de su abrazo, sentía que me apoyaba, pero no sabía siquiera definir de qué forma.

-Tienes que salir adelante, por ti y por tu hijo. No debes estar así, entiende, esta no es una forma sana de vivir.

-Quisiera poder entender, pero parece que se llevó todo de mí, hasta mi conciencia.

-¡No digas estupideces¡Ahora mismo le llamas! Antes de eso, dime… ¿Hace cuánto que pasó eso?

-Dos meses…

-Aún es tiempo, llámalo.

No podía evitar estos sentimientos, y es por que sé que la única culpable he sido yo. Siempre la culpa la he tenido yo, en todo. Fui yo quién años atrás hizo que la abuela se fuera de casa por mi conducta grosera e impertinente. Fui yo quién hizo que mamá llorara miles de veces. En todo soy un asco, no nací para hacer las cosas bien en absoluto. Cuando creí que era alguien importante, era cuando lo tenía a él junto a mí, por que él me hacía sentir perfecta.

Me dispuse a tomar el teléfono, tratando de reprimir mi tono de angustia y desesperación, oprimiendo mis ojos con fuerza, evitando que las lágrimas resurgieran.

Oprimo los números de su teléfono…

-¿Sí? – Escucho su voz, quedándome completamente pasmada, sin palabras. Sentimientos mezclados, amor y dolor. Felicidad y confusión.

-Eh, hola… - Fue todo lo que pude decir. Temía su respuesta.

-¿Quién habla? – Eso es… tenía que olvidar mi voz. Sabía que me había olvidado por completo, que no vale la pena para él ni pensar en mí, me odia y no quiere saber más de mí, y lo entiendo completamente… está dolido… o quizás sólo me tiene rencor.

-Uh, soy… soy Sora. Supongo que me recuerdas.

-Te dije bien claro que no quería saber de ti.

-Pero Matt…

-Pero nada, vete a joder a otro, a mí ya me lastimaste mucho

-¡No, Matt¡Tienes que escucharme, por favor! Yo… te amo, te lo juro… - No pude contener las lágrimas, y empecé a llorar nuevamente.

-Demonios, deja de estarme rogando, ya déjame en paz, sal de mi vida¿quieres? Adiós – Colgó. ¿Ahora qué? No puedo seguir rogándole… no sé que voy a hacer ya.

MATT POV

Por más que te duela, déjala. Por más que te ruegue, trátala mal –aunque te duela aún más-. Por más que te pida una oportunidad, opónsela. Por más que te diga que te ama, ignórala. Si todo esto no funciona… regresa a ella. En algún tiempo me acostumbraré, y la olvidaré, aunque siempre de alguna forma recordaré lo bien que me hizo sentir. Tengo que parecer duro, firme, frío, indiferente frente a ella. ¿Cuántas veces he pensado en buscarla, decirle que no importa nada, que formemos una familia y que todo vuelva a estar como antes. Pero, sencillamente, no puedo volver a confiar tan fácilmente. Hago todo esto por salud mental, y emocional, propia, al menos. No sé que hacer si algún día llego a verla, si continuar con el acto de indiferente y protervo, o besarla, y decirle lo mucho que la amo, aún después de lo que pasó. Y, en fin, se supone que no es bueno tener rencores, pero tampoco seré lo suficientemente estúpido para llegar sonriendo como si nada hubiese pasado, y abrazarla. No, no es fácil.

También estoy conciente que está esperando un hijo mío, que es culpa de los dos, no simplemente mía ni de ella. Tengo que hacerme cargo de él, como el hombre que soy. Pero di mi palabra.

Quizás sólo deba encargarme de él, y a ella olvidarla.

------- (Semanas después) -------

Me dedico enteramente a mi trabajo, a la música, aunque desgraciadamente algunas de mis canciones me recuerdan a ella. Llevo muchas veces evitando llamarle, por que, sinceramente, he necesitado hablarle, he necesitado de ella. Soy un estúpido, estoy completamente CONCIENTE de mi necesidad, y me lo niego una y otra vez.

El teléfono. Temo contestar, que sea ella, y tenga que hablarle de mala manera, cuando quisiera decirle todo lo que siento en verdad por ella.

-Buenas tardes, - una voz femenina, con un tonillo de desesperación, y su voz chillona; algo demasiado insoportable - ¿Podría comunicarme con el señor Ishida, Matt, por favor?

-Él habla. ¿Qué se le ofrece? –

-Le hablamos desde el hospital local de Odaiba. Urge su presencia aquí, su esposa está teniendo problemas prematuros en su embarazo. – Congelado, seguí sosteniendo el teléfono, apenas y pude tragar saliva.

-Disculpe usted, pero no soy casado – Y de nuevo mi horrible actitud-

-Usted es Matt Ishida, por lo que me da a entender. La señorita Sora Takenouchi está teniendo los ya mencionados problemas prematuros, ella me dijo que le llamase. ¿Contaremos con su presencia? – A pesar de su tonito desagradable, y algo quisquilloso me sorprendió la forma en que me hablaba, de forma solemne.

-Ah, sí, si iré – se despidió de mí, y me fui. Espero que no sea una broma para llamar mi atención.

Subo a mi auto, y con prisa voy manejando, pensando, pensando y pensando. Preguntándome que he de hacer, si voy a ceder, o si he de seguir siendo un completo patán. Brindarle mi apoyo a ella y a mi hijo, o sólo a él. No sé, creo que aclararé mis dudas al verla de nuevo.

Entro, y pregunto por ella, en urgencias dicen que está. Llego a la sala de espera. Sólo hay una persona ahí, una chica de cabello castaño y largo, que sentada se queda viendo el piso, con sus ojos hundidos en lágrimas. Levanta la mirada, y se me queda observando.

-Tú. ¿Eres Matt Ishida? – Por un momento me pregunté si era la que me había llamado, igual tenía una voz chillona, pero no creo que sea una enfermera. En fin. - ¿Sí o no¡Contesta! – Se exasperó.

-Sí, yo soy… Tú... – no me dejó ni terminar mi pregunta, pues no fue ni a los dos segundos de haber respondido que ya me había dado una bofetada. - ¿Qué te pasa!

-Soy… no te importa mi nombre, lo que debe importarte es que soy la mejor amiga de la mujer a la que destrozaste, que está ahí dentro debatiendo entre la vida y la muerte. Que el no comer le causó muchos problemas, al igual que los estúpidos antidepresivos que tomaba mientras se repetía lo mucho que amaba a un tal Matt que le había roto el corazón; que no quería tener al hijo de ese idiota al que aún amaba, por que no quería conservar ningún recuerdo suyo, por que lloraría siempre. Que… que… - rompió en llanto y me miró con furia - ¡Que por su culpa había tratado de terminar con su vida sin que ella lo supiera! De una forma lenta y dolorosa, la estúpida depresión. Tú no sabes lo que es presenciar que una de las personas que más quieres en este mundo se esté muriendo de dolor. Pero será eso por que no creo que la quieras.

-¡Tú no sabes, tú no opines! – me quedé mudo ante sus palabras, no supe que decirle.

-¡Eres un idiota¡Yo sé muchísimo más que tú! Yo he estado con ella todo este tiempo, tratando de sacarla adelante, todo por su hijo, por TU hijo. ¡Ahora ve a lo que llegó por tu culpa!

-¿Por MI culpa? Sabrás que ella fue quién me engañó.

-Lo sé, pero quizás tú no quisiste entender que ella te amaba, que seguía con el otro estúpido por compromiso. Te lo dijo, te lo dijo bien claro y no quisiste escucharla.

-¡A ti nunca te han roto el corazón, seguro!

-Por favor… guarden silencio – Llegó una doctora, nos disculpamos con la mirada, mientras que ella se iba acercando más a mí. - ¿Matt Ishida?

-Para servirle…

-¿Es usted el padre… del… producto? – Odiaba esa forma de expresarse… el 'producto', no es un producto, es un ser vivo. Pero ya que, no quiero comenzar otra discusión.

-Sí, yo soy.

-Verá, - me llevó al pasillo, supongo que me llevaría al cuarto donde estaba Sora – Esto es algo complicado. El producto… está afectado, más que nada por que su esposa ingirió muchos antidepresivos, sabrá usted que es una droga, con todo el efecto de la droga, ella dejó de comer. Y el producto quedó en un estado muy grave. Ahora mismo están haciendo lo posible por salvarlos a los dos, pero tal vez sea difícil que los dos se salven. La decisión es suya¿debe vivir el producto o ella? – me miró fijo. Y yo… no supe que contestarle. Tuve ganas de llorar, pero me contuve, no quería mostrar debilidad en ese momento.

-Esto… yo. Es muy difícil para mí.

-Lo entiendo.

-No, no trate de decir que lo entiende. Uh, yo… yo elijo que salven la vida de Sora. Lo dejo en sus manos. –

Me fui. Y lloré, como no lloraba desde ayer. Por que ella me hace llorar.


¡Hola mis niños y niñas (creo que más niñas que niños pero en fin… jaja como somos de sentimentales las mujeres que leemos cosas así xD)! Cieeeeelos, por fin hice un capitulo más largo :), jaja, después de tantas súplicas. Pues, espero que les guste hasta ahora, y también el hecho de que haya hecho la mitad del capitulo desde el punto de vista de Matt, creo que también es importante que sepan como se siente él, aunque, claro, es sólo ficción, jaja, no importa. El siguiente capitulo también tendrá mucho sobre lo que piensa Matt, por que, uh, Sora está inconsciente o.o Oh, que mala soy. Uhm, quería agradecerles por sus reviews, me alegran mucho! Espero que siga así, xD!

Por cierto, tal vez de nuevo me tarde un poco en publicar, es que ando en proceso de cambiarme de casa (No quiero! T.T) en fin, ya veré…

Ahora sólo díganme si les agradó la longitud del fic, u.u jajaja, si no, ya me las arreglaré! ;)

Y recuerden, Sorato 4 ever:D

Lúthien, Ale-chan o como quieran, como les sea más fácil:P