Holasss a todos!!!!!! Que tal, como han estado? Bueno, discúlpenme por la tardanza, es que tuve muxasss tareas, pero aki estoy con otro chappy! Espero que les guste!

Ahora, quiero agradecer de manera muy especial a dos lindas personas que fueron super lindas por dejarme un rewievcito :

Estrella solitaria : gracias muximas gracias por tu reiwev!!!!!!!! Eres la mejor, y te dedico este fic solo a ti!!!!

Anastasia Black de Malfoy : gracias, de verdad por tu rewiev!! Te kiero un montón! ¿Q está interesante? Gracias , me das mas ganas para continuarlo, y para agradecértelo, este capítulo también te lo dedico a ti!!!!!

Cuídense muxxxooooo

LetticeEvansPotter

"Nunca me parecí a mis hermanas. Ellas siempre fueron las más lindas, las más inteligentes, las más populares. Para mi padre fueron su orgullo (hasta que Andrómeda perdió la razón y se metió con un asqueroso muggle) , sus nenitas, y yo era simplemente yo.

Nací un 21 de marzo de 1963, cuando el mundo mágico recién se recuperaba de la funesta época que trajo consigo Gridlow , uno de los magos oscuros más poderosos de la época.

Mi nacimiento ocurrió exactamente a medianoche, entre el 21 y el 22, por lo que puedo decir que soy una "Lai-ming", Amanecer en chino, de la primavera. Fui la luz que iluminó el trágico matrimonio de mis padres.

Mi madre me contó, años más tarde, que la mujer que la ayudó en el parto, al sacarme de su vientre, lanzó el grito al cielo y mi madre pensó que había nacido deforme o algo; pero al tenerme en sus brazos, al verme por primera vez., comprendió el significado de ese grito. Yo era ( y eso sí, era, porque ahora ya no queda ni vestigio de lo que fui) la bebé más hermosa que había visto. Y no lo decía solo por ser mi madre. Muchas personas se lo confirmaron. Yo era lisa, algo morena, de cabello negro y un par de ojos color noche. Quizás son lo único que conservo de aquella primera etapa.

Mi primer año fue feliz, muy feliz : fui la primera sobrina, nieta e hija. ¡Imagínate! Literalmente, cada uno de la familia Black me mimaba y me adoraba. Luego de muchos años, sólo uno lo haría.

No recuerdo mucho de ese tiempo dorado, lo que sí se con seguridad es que fue en ese año que empecé a verlo por primera vez, pero no le tomé mucha importancia.

Desafortunadamente, la gloria poco me duró : mi hermana Narcissa nació casi año y medio después de mi y... bueno, si conmigo la matrona lanzó un grito con Narcissa lanzó dos, agregando, además, la frase que muchas veces sería recordada en los almuerzos familiares: la criatura más hermosa nacida desde los tiempo del pecado original. Y es que ella era...blanca, rubia, de ojos fríos y celestes, como una muñeca de porcelana. Exactamente lo contrario a mi.

Con su llegada, mi lugar de nieta e hija única quedaron totalmente desechados : desde el día en que se le ocurrió instalarse en el vientre de mi madre, hasta que asomó la cabeza en este mundo y durante los años siguientes, fue siempre ella la primera. Clásicas las frasecitas : " Narcissa, está pequeña, hay que enseñarle" " Chicha se portó bien, hay que premiarla", "La muñequita quiero esto, hay que comprarle", y así seguían, y seguían...

Durante los dos años siguiente fue mimada y servida como yo nuca lo fui. Y nadie se fijaba en mí. Nadie se preocupaba porque yo no sintiera celos.

Alos dos años la situación fue totalmente inaguantable. Yo contaba apenas con cuatro años y la soledad me agobiaba. La noche que nació Andrómeda, yo estaba desesperada : había llorado, gritado, pataleado, intentando que alguien ,aunque fuese el elfo doméstico me hiciese caso, pero no fue así. Así que huí.

Salí desesperada del enorme castillo que era mi casa, y corrí como no lo había hecho nunca, ni cuando el tío Alphard (que luego fue desterrado de la familia) me perseguía jugando a las encantadas.

Seguí corriendo, el aire contra mi entonces pequeño rostro, la lluvia mojando mis cabellos y lágrimas de rabia resbalando por mis mejillas.

No sé por cuanto corrí : pero recuerdo que el cansancio me llevó a refugiarme bajo un árbol. Al sentarme, abracé mis rodillas y empecé a llorar. Y fue entonces que sentí que alguien me estaba acariciando la cabeza; levanté la cabeza para saber quien era y ...entonces lo vi. Tan lindo e inocente, ahí en cuclillas junto a mi acariciándome el pelo era...algo enternecedor. Nunca había sentido tanta ternura. Pero en esa época yo no estaba acostumbrada a las muestras de cariño, me enseñaron que toda muestra de amor era signo de debilidad, por lo que al sentir ese candor en tan pequeño gesto, me asusté y me aparté dejando en el aire la pequeña manito de niño.

-¿Ken eres y como ochas tocarme? Por chi no lo chabes, choy una Bla´.-le dije, tratando de hacerme entender con mi reducido lenguaje e intentando dar un tono altivo a mi voz.

-Buenoooooooo.....yo choy...alguen...que kere saber poqué tabas llorando.- respondió con una de esas sonrisas que con el tiempos serían legendarias.

-¿Y echo ti ha di importa´?

-Chí, poqué kero a-a-yu-yu-darte

Tengo que admitirlo : no confié en seguida en ese pequeño niño, pero sentía las desesperadas ganas de que alguien se preocupara por mí, que me hiciera caso. Me sequé las lágrimas, se sorbí los mocos y me preparé para contarle mi pequeña vida.

-Choy Bellatrix Bla´, tengo cuatro años y tambié tengo doch hermanachs, bueno, una tá naciendo hoy, pero nadie me hache cacho, por lo que me fui de mi cachita- concluí, tratando de seguir con mi falsa dignidad.

El pequeño niño me observó durante unos momentos. Luego, se echó a reír, eso me enfureció más que nada en el mundo: yo le había confesado todo y él se reía de mi. Tuve muchas ganas de golpearlo, pero mi madre me había dicho que las niñitas tenían que portarse bien, muy educaditas y creo que la única que siguió esa orden es Narcissa.

-¿Poqué te riech? ¿Te tas burlando de mich?-dije, totalmente indignada.

-Jajaja, n-n-o, e-es q-u-e , jajajajjajajajaja...! – y siguió riéndose un buen rato, hasta que poco a poco fue calmándose.

-Ech que me río poqué tas chelocha

-¿Y que con echo?

-Ech que a mi me pacha echatamente lo michmo- respondió, con un deje de tristeza que él trató de disimular.

-¿También a tich nadiech te ache cacho?

-Chi, ech que tengo un hermanoch, y papa y mamá lo keren mmmmach a él. Ellosch dicheron echo.- concluyó, alzando los hombros.

Lo miré durante un rato, luego volteé la cabeza. Así que yo no era la única desgraciada en ese mundo... ese pensamiento me dio una gran idea, que con el tiempo habría de marcar mi vida.

-Oyech- empecé a hablar- ¿keres ser mi amiito?

-¿Lo diches en cherio?- respondió, un poco asombrado

-Chi, ¿esch que nadie te pidió scher shu amiito?

-Nop

-Entonchessss...¿keres?

-¡Claro que chí! –dijo, muy emocionado, y tomándome de la mano, me dio un abrazo muy grande.

Decir que me sentí bien en ese momento es poco ; me sentí...feliz , muy feliz, extremadamente feliz. Tenía un amigo, y quería compartir todo con él.

Sin embargo, en medio de toda esa felicidad, también tenía un peso sobre mis hombros: había escapado de casa, y (aunque era muy improbable) alguien me estaría buscando. Si no regresaba, se me armaría una buena. Así que me desprendí con tristeza de los brazos de mi nuevo amigo, diciéndole:

-Tengo que volver a casa.

-Chi, está bien, yo también tengo que volver a la mía.- respondió, un poco triste- pero nos podemos encontrar aquí mañana.- Yo no esperé que me lo repitiera; le dije inmediatamente que sí, y me despedí con un ligero abrazo, no estaba acostumbrada a eso, pero con el tiempo aprendería.

Regresé a mi casa un poco más feliz. Y, exactamente como había pensado, nadie había notado mi ausencia, por lo que subí a mi cuarto, y ahí me quedé impaciente, esperando que ya fuera el día siguiente.

¡Ah! Y como era de esperar: mi madre tuvo una niña, Andrómeda, de cabello caoba y ojos grises, que a pesar de ser el orgullo de mis padres, fue luego desterrada cuando se enamoró de un sangresucia llamado Ted."

Firmado

Bellatrix Lestrange