Holasssss a todos!!!! Cómo están? Disculpen mucho el no haber actulizado antes, es que este bimestre ha sido demasiado duro, gracias a Diosito, ahora estoy de vacaciones! Espero poder subir otros dos capítulos esta semana.
Anastasia Black de Malfoy/ Kitty Bellatrix de Malfoy : a ver, nena, explícame que no me entero. Eres Anastasia y Kitty al mismo tiempo o que pasó? Bueno, independientemente de si te has cambiado el nick ( eso supongo) aquí tienes el terecer capítulo. Espero que te guste y deja un reiwcito!Y tines razón SIRIUS AND BELLA´S RULES! o
Agus y Moony: (lindo nick) : holas, baby, como estas? Muchísimas gracias por tu rewiev, espero que este capítulo te guste y me dejes otros rewievcitos! Ah, por cierto ahora estoy enfrascada en la lectura de tu fic: "big sauron" o algo así. Porque no lo continuas? Está graciosísimo!
Bueno, ahora todooooooosssss se me cuidan muxo, y djen rewiev!
Los quiere
LetticeEvansPotter
"Al día siguiente acudí debajo del árbol donde la noche anterior encontré a un amigo. Bueno...en ese entonces era mi amigo. Pero esto no viene al caso.
No me costó mucho salir de mi casa; mis padres estaban DEMASIADO ocupados con Andrómeda y la familia con Narcissa, no recuerdo muy bien, pero parece que le había entrado un ataque de celos...ellas nunca se llevaron bien.
Me senté a esperar. Una, dos, tres horas...hubo un momento en que desesperé y pensé que lo de anoche había sido un sueño. Pero no. De pronto, como quien no quiere la cosa, apareció este niño, con su magnífica sonrisa llena de huequitos.
-Ola
-Olas – dije- ¿poqué llegaste tarde?
-Esh que no me acordaba donde habíamosh quedao.
En el caso de otra persona, habría optado por gritarle y hacer la pataleta del siglo, pero ¿cómo enojarse con esa figurita delante de mí? Solo pude sonreír. Pasamos todo el día jugando, a cualquier cosa, desde carreras hasta quien lanzaba más piedras en el lago. Fue, con diferencia, uno de los mejores días de mi vida. Al final, extenuados, nos sentamos en el mojado pasto y esperamos a que se metiera el sol en el horizonte. Los colores que éste generaba, teñía todo el jardín/bosque de magníficos tonos naranjas y rojos. Suspiré. Estaba muy cansada, y me sorprendió de sobremanera cuando este chiquillo apoyó su azulada cabecita en mis piernas.
-Y...¿al final tenesh una hermanitash o hemrnaitosh?
Yo, que me había quedado completamente helada, sacudí la cabeza tratando de entender de que me estaba hablando.
-Ah! Ahora tengo docsh hermanash.
-¿ Y tu eres la mayor?
-Sip
-Mmmmmm...-y se quedó como reflexionando antes de decir – yo tambén.
El viento, que antes parecía inexistente, empezó a solar por entre las copas de los árboles...y por entre mis cabellos. De repente, el niño que se había acomodado deliberadamente en mis piernas, susurró:
-Te...kero.
Esa fue la primera de muchas veces que diría esas palabras, aunque con el tiempo, se convertirían en un "te amo".
No imaginan la sorpresa enorme que me produjeron esas palabras: no las había escuchado casi nunca en mi casa...no supe que hacer. Pero ya estaba refrescando, y ya era hora de que volviera a casa.
-Esteeeee.....-dije tratando de que dejara mis piernas libres- ya me tengo que ir.
El niño se incorporó con mucha calma, se levantó y quitándose la modorra volteó hacia mi y me dijo:
-No tienes que responder nada aún. (siempre creí que ese niño estaba demasiado avanzado para su edad) y dándome un beso en la mejilla, desapareció corriendo.
Bueno, ¿ cómo describir los años siguientes de mi vida? Fui educada en casa por una institutriz, Evander Juvenal, una griega muy seria y firme, pero siempre atenta para cualquier cosa que yo necesitara. Sí, yo la quise mucho. Además, era una excelente profesora, tenía un método muy raro de enseñanza, pero que me ha servido a través de todos estos años: cuando yo le hacía una pregunta, esa magnífica profesora no me respondía, si no que me indicaba el camino para encontrar la respuesta. Eso, me ha ayudado a no esperar que las cosas se resuelvan para mi, si no yo a resolverlas. Por eso, será que mis ideas y planes como mortífaga han siempre funcionado.
Debido a las clases con la señorita Juvenal, mis espacios se reducían a mi casa (si es que ese enorme castillo de paredes frías podía llamarse casa) a las reuniones sociales que tenía mi padre, a las tiendas donde me llevaba mi madre y a los diferentes viajes que debíamos realizar "para que conozcamos el mundo". Mi infancia y niñez estuvieron marcados por los celos y las rabietas de mis hermanas. Ah, pero eso sí, nuca me faltó lo material. En esta etapa, también se inició mi amor por las artes oscuras. Y como no amarlas, ¿si son las primeras palabras que les enseñan a los niños de mi familia? ¿ Cómo no saber de ellas, si mi padre me leía conjuros y pociones oscuras en vez de los cuentos de brujas y hadas que mi madre le contaba a mi hermanas? Y es que yo, por ser la mayor, estaba destinada a aprender sus más oscuros secretos.
Ja! Y es que temblarías de miedo si te contara los más reconditos y enfermos secretos de mi familia. Nadie, ni ellos mismos, los conocen más que yo.
Mis encuentros con mi amigo del árbol eran muy ajenos a todos esto. Claro, que él por pertenecer a una familia igual de importante que la mía, debía cumplir con las mismas o con más obligaciones. Y es que era como él había dicho "somos los mayores, por eso tenemos más obligaciones".
A lo largo de los años, nos empezamos a ver no solo debajo del árbol, sino también en eventos sociales: nuestros padres eran hermanos, y nuestras madres, amigas. Imagina si no nos íbamos a ver! En esas ocasiones, venían cientos de personas que yo ni conocía, y como siempre estaba junto a la puerta, me decían:
-Oh, pero que chiquilla más mona! Es tu hija, Uther (refiriéndose a mi padre, por supuesto)? Es igualita a Oriana ( mi madre), pero tiene tus ojos. De adulta, esta chiquilla va a romper corazones! Cómo te llamas, corazón?-decía una señora vestida de blanco, rubia y de ojos negros.
-Bellatrix Black, señora.- Y hacía una pequeña reverencia.
-¡Pero que cosa más dulce! ¡Qué educada! Ojalá yo lograra que mi Aylwin fuese así...
Me acuerdo de esa señora: era Lucretia Crévecoeur, viuda de Catullus Malfoy, y madre de dos horribles criaturas : Aylwin y Lucius Malfoy. Irónico, ya que años después Aylwin se convertiría en mi mejor amiga, y Lucius en mi cuñado.
Y ya ves, mi vida era una continua fiesta y aburrimiento, hasta que llegó el maravillosos día en que llegó la carta para ir a Hogwarts. Decir que fui feliz, es poco: me emocioné. ¡Por fin me iría de aquel monótono lugar! Apenas la lechuza dejó la carta en mis manos, y cuando terminé de leerla, me disparé hacia el árbol de mi jardín, para comunicarle esta maravillosa noticia a mi amigo. Contaba entonces, con once años."
Firmado
Bellatrix Lestrange
