FIESTA NAVIDEÑA

Por: ÁngelaMort

CAPITULO2: "EL ENCUENTRO."

Mu se había llevado sin opción alguna a la pesada de Saori (literalmente hablando) hasta el mundo marino. Los demás caballeros se las arreglaron como pudieron.

-¡Pues bueno, si tienen tele pues ahí se ven! –dijo Máscara dispuesto a irse por sí solo,

-Pero Máscara ¿Cómo te piensas ir? -preguntó Afrodita.

-Pues yo se usar la telekinesis y por medio de este puedo teletransportarme ¿Cómo crees tú entonces que me transporto hasta Rozan para maquillar a Shiryu por las mañanas sin que se de cuenta? –respondió el canceriano sin pena algúna.

-¿Así que fuiste tú todo el tiempo? ¡Y Shunrey creyendo que tenía tendencias raras! ¡Maestro! –Shiryu se acusó con Dohko- ¡Dele su lección a Máscara mortal!

-¿Y yo por qué? -preguntó Dohko.

-Porque soy su alumno y debe de defenderme. –Shiryu tenía los ojos llorosos.

-Llorón ¿Saben qué? Yo me pinto, ahí se ven –de repente Máscara con su telekinesis desaparece.

-Pues yo usare mi otra dimensión para poder llegar allá –dicho esto Saga también desaparece.

-¿Ahora como nos iremos? -preguntó preocupado Shura.

-No quiero ir hasta Asgard -refunfuñó Milo- Eso pasa por habernos saltado las clases de Telekinesis.

-De acuerdo, yo los llevo, así que sujétense que ya llegamos –dijo Shion ante la desesperación de los dorados.

Todos de alguna forma se tocaron para así teletransportarse al mundo marino. Mientras tanto, los generales sin opción algúna traían sus gorritos navideños puestos ya que Julián los había amenazado.

-Pero algún día me vengare de Julián -refunfuñó Kanon.

-Lindos sombreros -dijo una voz.

Los generales marinos voltearon y vieron llegar a los guerreros de Asgard. Julián se acercó para saludarlos.

-Gente de Asgard, me alegra que hayan venido a mi cena de navidad... Hilda, luces tan bien. -dijo Julian tan educadamente.

-Gracias, lo mismo digo... por cierto ¿No ha llegado Saori y su manada?... es decir ¿Y sus santos? -preguntó Hilda.

-¿Hablabas de mi? -Preguntó Saori quien la cargaba Mu (para desgracia de él).

-Saori, luces tan... tan... –Hilda la vio de reojo- tan quinceañera... digo, tan bien.

-Lo mismo digo –respondió hipócritamente Athena.

Julián se acercó a Saori y le tomó la mano para besársela- Saori, tan preciosa te ves.

-Julián, muchas gracias por tus halagos.

-¿Cuánto le pesara a Saori ese vestido? –dijo Alberich murmurando hacia sus compañeros.

-Parece pastel de bodas -murmuró Mime.

-De seguro lleva al circo Du Solei debajo de las cien crinolinas -comentó burlón Syd.

En eso van llegando el resto de los santos de Atenea.

-Vaya que si se esmeraron por hacer esta fiesta –dijo viendo a su alrededor el caballero de Tauro.

-¿Y bien, donde están las sirenas? -preguntó insistente Milo.

-Pues ahí veo a una rubia -respondio Aioros refiriéndose a Tethys.

-Pues estamos todos, en un momento se servirá la cena, en la mesa de allá hay ponche y botana -señalo la deidad Marina.

Julián, Hilda y Saori se fueron por su parte dejando a los caballeros de los distintos reinos a solas, todo estaba en un silencio incómodo y solo se miraban unos a otros.

-No se ustedes pero voy por un poco de botana. –Máscara se va.

-Kanon... cuanto tiempo sin verte -comentó friamente Saga a su gemelo.

-Lo mismo digo.

-...-

-...-

-...-

-...-

-¿Y ahora qué? -preguntó Aioros.

Mientras que Camus aun muy molesto se va a sentar a una de las mesas que estaban ahí cerca junto con Milo.

-¡Maestro Camus! –Isaac se acerca al mencionado- cuanto tiempo sin verlo.

-¡Isaac! Lo mismo digo, Pensé que nos habías abandonado -respondio el caballero de Acuario.

-Fue por culpa del Hyoga -respondio casi casi entre lagrimas Isaac.

-Ah pues mucho ojo con Hyoga, se ha vuelto muy travieso.

-No fue mi culpa. Ese día Isaac y yo jugábamos al Titanic. –respondió Hyoga quien estaba cerca de ahí y escuchó la conversación.

-¡Por tu culpa perdí un ojo!

-¡No fue mi culpa! ¡Tu chocaste contra ese pico de hielo!

-Eso lo explica todo –dijo Camus pensativo.

-¿Y se preocupó por mi?

-La verdad no, con Hyoga tenia suficientes problemas.

-¿Acaso no me quiere maestro? –Hyoga tenía los ojos llorosos.

-¿Te respondo lo que quieres oír o la verdad?

-Jajajaja no te quieren –decía burlón Kraken.

-Pues a ti menos, cuando te perdiste mi maestro estaba feliz –atinó a responder el cisne.

-¡Estúpido ganso!

-¡OJO con lo dices!

-¡Repite lo que dijiste! –Hyoga e Isaac estaban a punto de golpearse.

-¡Ya cállense los dos y siéntense que me van a oír, mocosos maleducados! –Camus encendió su cosmos aterrorizando a sus pupilos, claro que no hay que hacer enojar al santo de Acuario por que no es muy sutíl que digamos, sino pregúntenle a Hyoga acerca de esa vez en la casa de Libra- Son unos inmaduros, parecen viejas de vecindad, mírense nada mas peleando, cuando yo era niño... blah blah blah...

En otra mesa estaban sentados Mime, Syd, Bud y Thor.

-Aún no entiendo por que vinimos hasta aquí –dijo Benetash.

-Estos caballeros me inspiran desconfianza –añadió Syd.

-Como que son muy atareados. –dice Bud mientras intenta levantarse de la silla y cae de espaldas.

-No se ustedes pero hace hambre –Thor se agarraba su estómago.

Mientras en otro lado.

-Hola guapo –Tethys no dudó en dirigirse al Santo de Leo.

-Hola –saludó Aioria.

-Oh aquí estás, Aioria –dijo Marín quién llegó al notar el acercamiento y vio de reojo a la sirena- ¿Se te perdió algo?

-Es una lástima, el león ya tiene domador –murmuró Tethys hacía sí.

Mientras que Máscara Mortal estaba tomando ponche, pero discretamente saco una botella de Tonayán (o agregen cualquier licor barato que se les ocurra).

-Este ponche necesita un toque –dicho esto, Cáncer vació toda la botella en el ponche- ¡Listo!

-¿Qué tomas? –preguntó Afrodita quién se acercó junto con Mu.

-Ponche de frutas ¿Quieres?

-Pero como que huele raro ¿No? –añadió Mu.

-¡Nah! –dijo despreocupado Máscara- solo es el ambiente tan húmedo, prueba, realmente está muy bueno, te hace olvidar todos tus problemas.

Mu se sirvió un vaso de ponche así tomándoselo de un solo trago.

-Mmmhh... no esta mal... –dijo el carnero quien miró su vaso.

-Tienes razón... como que quiero un poco más –dijo Afrodita.

-Hola ¿Qué hacen? –llegó Milo.

-¿Qué no estabas con Camus? –preguntó Mu.

-Si, pero ya no quise estar ahí desde que empezó a darles un sermón sobre la hermandad a Hyoga y a Isaac... como sea, quiero ponche –Milo se sirvió un vaso lleno y se lo tomó de golpe- ¡hip!... lo siento, esto esta re bueno, le llevare un poco a Camus.

En eso va llegando Shaka.

-¿Qué toman? –Shaka abrió los ojos- ¿Me dan?

-Claro Barbie... digo Shaka –Máscara le sirve un poco.

El rubio le da un gran trago.

-Esto sabe raro –dijo el rubio.

-Es la... hip... la humedad... –dijo Milo quien ya hablaba raro.

-Milo, no te ves muy bien que digamos –dijo el rubio quién lo vio extrañado.

-¿A que te refieres?

-A nada... –interrumió Máscara- Shaka, tomate ese ponche, pero se tiene que beber de un solo trago, si no lo haces se evapora.

-¿De que hablas? Es absurdo –dijo Mu.

Shaka se lo toma el resto del ponche de un solo trago, a la vez que le empiezan a salir unos leves rubores.

Mientras que Shion y Dohko estaban sentados.

-No se tu Shion, pero yo ya tengo sueño.

-Pero si apenas son las 7 de la noche.

-¿Y eso qué? Ya estoy viejo.

-Dohko, ya eres joven –dijo Shion quién dio un suspiro.

-Ah pues si cierto ¿No? –empieza a toser- como que ya me dio sed –éste aclaró su voz- ¡Shiryu!

Este en menos de un segundo estaba ahí.

-¿Si, maestro? –el dragón llegó ante el llamado.

-¿Me podrías traer un poco de ponche? –dirigiéndose a Shion- ¿Quieres tu?

-No gracias.

Mientras que en la mesa de Camus.

-... y es por eso que Napoleón fracaso y los franceses no pudimos dominar el mundo. Fin.

Hyoga e Isaac solo intercambian miradas.

-Pero maestro ¿Qué tiene que ver eso con nosotros? –preguntó Hyoga.

-¿Qué? ¿No te gustó mi historia? –preguntó un Camus más que enojado.

-A mi si maestro Camus –dijo Isaac.

-Lambiscón. –murmuró el cisne quién se cruzó de brazos.

-¡Camus! –Milo llegó con un vaso de ponche.

-¿Milo? –Camus lo miró de reojo- ¿Estás bien?

-Yo si... mira Camus, te traje un poco de ponche –el escorpión le da el dichoso líquido.

Camus toma el vaso y lo huele desconfiado.

-Huele raro –dijo Camus.

-Nah, es la humedad... hip...

Mientras tanto…

-Sorrento, nos volvemos a ver –Sigfried miró con enojo al general marino.

-Sigfried amigo ¿No me digas que sigues molesto por la bromita de las caras?

-¡Por tu culpa quede en ridículo y soy el hazme reír de todo Asgard!

-No es para tanto... pudo haber sido peor –Siren respondió sin remordimiento.

-¡Me las vas a pagar muy caro y ésta es la oportunidad perfecta!

-¡Socorro! –Sorrento salió huyendo seguido de Sigfried.

-Miren –decía Syd quien señalaba a los susodichos que se correteaban.

-A eso le llamo amistad –añadió Bud.

-Cuanto amor. –decía Thor con un suspiro.

-Es tan romántico –dijo Mime- ¿Pero que dirá Hilda si se entera?

-Le da el patatús, si se entera de que hay alguien en Asgard como Afrodita o Sorrento, se desmaya –dijo Syd.

-Qué dirá la sociedad –dijo Bud con cierto dramatismo.

-¡Que vergüenza! –le siguió su gemelo.

En el lugar del ponche.

-¿Por qué todos están aquí reunidos? –llegó el fénix al ver alboroto.

-No te importa, gallina –le respondió Shaka.

-Le pregunte al cangrejo no a Barbie.

-¡Repite eso!

-¡Ya cállense! –intervino Máscara- Ikki, esto es ponche energético solo para caballeros dorados, eres un mocoso aun para probarlo.

-¿Es ponche? –llegó Shun- ¿No me dan un poquito?

-Oigan necesito ponche para mi maestro –llegó Shiryu al barullo.

-¡Hip! –se escuchó de Afrodita- perdón.

-Yo también quiero un poco –llegó Seiya.

-¡Dame eso! –le arrebata su vaso a Shaka el cual estaba lleno.

-¡Oye gallina al carbón, devuélveme eso! –exclamó Shaka.

-¡Si lo quieres ven por el!–Ikki salió corriendo pero no se da cuenta de que está a punto de chocar contra Sorrento quien era perseguido por Sigfried, para después chocar estrepitosamente salpicando a Sorrendo en la cara y haciendo que bebiera un poco de este menjurge.

-¡Mira lo que hiciste! –exclamó el Fenix al ver que el ponche se había regado.

-¿Yo hice que?

-Se lo merecía Jajajajaja –Sigfried estaba muerto de la risa.

-Hermano ¿Estás bien? –Shun se acercó rápidamente.

-¡Eso te pasa por quitarme mi ponche! –dijo Shaka a lo lejos- ¡KARMA!

-¿Ponche? –Aioros al oír la palabra mágica se acercó al lugar- ¡Yo quiero ponche!

-¡Aioria! ¡Amigo! –dice un Mu sospechosamente mas cariñoso quién se acercó al santo de Sagitario.

-¿Y a este que le picó? –Shura quien venía con el santo de la novena casa vio extrañado al carnero.

-Mu... yo soy Aioros.

-¿Ya reviviviviste? Te había matado el papanatas del patriarca ¿no?

-¡Mu! –se ecuchó a Shion decir a lo lejos.

-Noo usted maestro... hip.. el otro papanatas.

Y hablando del rey de Roma.

-Por cierto –dijo Kanon- ¡Me debes una, Saga!

-Yo no te debo nada, tú fuiste el que se escondió en Cabo Sounion mientras jugábamos a las escondidillas.

-Y me encerraste después, fue ahí cuando toque fondo (literalmente hablando) y además te apoderaste del Santuario.

-Solo me encargue de él por un tiempo, no exageres.

-¡Eres un mal hermano! –Kanon casi se suelta a llorar.

-¡No soy mal hermano! –Saga se lanza contra Kanon y lo empieza a estrangular.

Mientras tanto en el lugar del incidente.

-¿Qué pasa aquí? –Alberich se acercó a curiosear.

-Miren como me dejaron a Sorrento, todo estropeado –dijo Bian.

-¡Ya no volveré a prestar mis cachivaches! –le siguió Eo.

-¡Los estoy oyendo! –exclamó Sorrento.

-Oigan ¿Qué tanto están tomando? –Kaysa se acercó a los dorados.

-Nada –dijo Máscara quién mal disimulando trató de esconder el ponche.

-¿Qué esconden? –llegó Krishta.

Phenril comenzó a olfatear como buen can.

-¡Es ponche! –dijo el lobo.

-¡Oh, es el ponche que yo preparé! –dijo Kaysa ilusionado.

Todos ven con asco sus vasos.

Mientras tanto en la mesa de Acuario.

-Tómalo Camus, te hace olvidar tus problemas –decía Milo.

-Maestro Camus ¿Ya nos podemos ir?

-De acuerdo muchachitos atolondrados, vayan y no hagan travesuras, mucho ojo Isaac.

- …

Hyoga se dio la vuelta y vio que Flare estaba hablando con Hagen, este con una sonrisa malévola se dirigió hacia este e Isaac de metiche también.

-Hola Flare –saludó Hyoga.

-¡Hyoga! –respondió Flare emocionada al ver al susodicho.

-¿Qué haces acá pajarraco? –dijo Hagen furioso al ver a su rival- ¿No ves que estoy charlando con Flare?

-Yo solo vine a saludar yegua mutante.

-¿A quien le llamas yegua mutante?

-Por eso todos te odian Hyoga, eres un creído, vulgar y metiche ganso siberiano. –dijo Isaac metiendo su cuchara a la sopa.

-¿Y tú quien eres? –preguntó Hagen.

-Soy Isaac de kraken, general marino de Poseidón y el hombre que mas detesta al patito feo.

-¿Cuál patito feo? –preguntó molesto el patito feo.

-¡Tú!

En ese momento Hyoga, Isaac y Hagen empezaron a discutir como viejas de vecindad.

-¡Silencio! ¡Que afán de estar siempre peleando! –intervino Flare.

-¡El empezó! –dijeron al unísono el pato, la yegua de ocho patas y el pulpo.

-¡Son peores que las viejas de vecindad, cuando arreglen sus diferencias me buscan! –Flare se va enojada de ahí.

-¡Flare, regresa! –Hyoga y Hagen van tras de ella.

CONTINUARA…

Nota: Cap 2, listo, se lee mejor esta descabellada historia, juro que no me fumé nada.