FIESTA NAVIDEÑA

Por: ÁngelaMort

CAPITULO3: "Las visitas inesperadas"

Todo estaba relativamente "normal" entre los santos. Mientras tanto, las tres deidades estaban platicando mientras tomaban una copa de Champagne.

-Linda Saori ¿Cómo has estado? -preguntó Julián a la susodicha.- ¿Qué cuenta el Santuario?

-Yo muy bien –respondió Saori fríamente- Y pues que mis santos son tan educados y tan buenos caballeros, el Santuario es un lugar tranquilo y pacifico.

-¿No me digas? -preguntó Hilda- pues mis dioses guerreros son aun más educados, pacíficos, ordenados y muy responsables.

-¿Y a ti como te van con tus guerreros, Julián? –preguntó Saori.

-Muy bien, si con decirles que ellos se ofrecieron en ayudarme con los preparativos de la fiesta, son tan modositos.

Los tres guardaron silencio, se lanzaron miradas furtivas y al mismo tiempo se tomaron toda la champagne de su copa de un solo golpe.

Y hablando de tomar...

-Maestro, le traigo su ponche -dijo el dragoncito tan obediente al viejo maestro de libra.

-Gracias Shiryu, ya puedes irte, te llamare si llegara a necesitar otra cosa.

El dragón se fue del lugar regresando al lugar del incidente. Sorrento estaba despatarrado en el piso todo mojado de ponche.

-¡Tu! gallina a la diabla, mira como dejaste a Sorrento, pídele una disculpa -dijo Baian molesto.

-¡Pero si él se atravesó en mi camino! -refunfuñó Ikki.

-Oigan mushashos... ¡hip!... no peleen, es época de dar y recibir... ¡hip! -decía un Mu apenas pudiendo hablar.

-Oigan caballeros de chapa, ¿Qué demonios le echaron al ponche? -pregunto molesto Krishta.

-Nada que ustedes no echaran -respondió Máscara quién se cruzó de brazos.

-Porqué presiento que le echamos algo malo –murmuró Krishta.

-Sepa tu –añadió Kaysa

-"Esto será divertido" -pensó Máscara mientras se le iluminaban los ojos y sonreía tan familiarmente vil- como dice Mu, es época de dar y recibir y no quiero que mis compañeros del otro bando se queden sedientos –Cáncer les sirve ponche a todos.

Mientras tanto cerca de ahí...

-¿Ya viste lo que hiciste patito feo? –exclamó Hagen quién le daba un empujón al susodicho.

-¡Fue tu culpa que Flare se molestara, pony de ocho patas! -respondió Hyoga a su defensa.

-¡De esta si no te salvas copia barata de back street boy! –Hagen estaba a punto de ahorcarlo.

-Jajajaja -empezó a reír Isaac.

-¿Y tú de que te ríes? -preguntó Hagen.

-De que los 2 son muy tontos, pelearse por una chica, que bajo han caído.

-¡Tu cállate! –exclamó Hyoga.

-¡Bolita a Isaac!

Cuando se iban a ir contra de Isaac el ganso y la yegua octadrúpeda...

-¡La cena esta lista! -anunció Julián.

-¡Si, Vamos a comer! ¡Muero por comer mariscos! –dijo un feliz Aioros.

-Joder tío, la verdadera comida es la española -dijo Shura.

-Claro que no, la mejor comida son las carnes asadas que se preparan en Brasil -interrumpió Aldebarán.

-Claro que no, todos saben que los mejores platillos son las pastas que se preparan en Italia -dijo Máscara a la defensa.

-Pero no hay como comer con palillos chinos -todos miraron extraños a Dohko por tal comentario.

Mientras tanto, los guerreros de Asgard se reunieron y se sentaron en la mesa reservada para ellos.

-Ya me quiero ir, esos caballeros Atenienses son tan fastidiosos -comento Syd.

-Y ni que decir de esos generales sardinas -añadió Sigfried.

-Son tan mezquinos -añadió Mime.

-¿Qué estarán planeando? -dijo Phenril- Por que seguro querrán boicotear contra nosotros como la última vez.

En la otra mesa estaban las marinas.

-¿Qué tanto miras, Tethys? -pregunto Eo al ver a su compañera un poco distraída.

-¿No es un encanto? -decía suspirando la rubia.

-¿Quién?

-El chico tan sexy de ahí -dijo señalando a Aioria quien creía no ser visto y se estaba picando la nariz.

-¡Ugh! Es asqueroso.

-Oigan, ¿El ponche este sabe raro no? -dijo Krishta.

-Pues extrañamente a mi se me bajo el mal humor... ¿Será mágico? -preguntó Bian.

-Pues sabe shishistoso -dijo Sorrento con unos rubores en sus mejillas quien sostenía su vacito- Kanon, eres mi mejor amigo.. hip... –este se lanzó contra el ya mencionado.

-Que descarado eres Sorrento –dijo furioso Kanon- ¿Qué le dieron? –preguntó molesto a sus compañeros.

-Nosotros no le dimos nada -se defendió Kaysa.

-Todo fue culpa de los caballeros de Athena –dijo Eo.

-¡Esto es un complót! –añadió Isaac.

-De seguro fue mi hereje hermano Saga, esta complotando en contra de nosotros para hacernos quedar en ridículo –Kanon estaba sacando sus propias conclusiones.

-O el pato a la siberiana, estoy seguro -dijo Isaac.

-Pero esto no se queda así -dijo Kanon.

-¿Qué piensas hacer? –preguntó Bian.

-¡Venganza! –respondió el dragón marino.

Mientras en la mesa de los atenienses.

-Oigan, a todo esto ¿Qué estamos celebrando hoy? -preguntó un ingenuo Seiya.

-¿Pues que no es obvio? -dijo Afrodita.

Seiya solo parpadeó y miró a Afrodita. Mientras tanto, Aioria solo veía a la mesa de los generales marinos y no dejaba de coquetear a Tethys.

-¿A quien tanto ves, Aioria? –preguntó en un tono furioso Marín.

-¿Yo? Yo no veo a nadie -respondió nervioso.

-Grrr... –Marín miró con ojos de pocos amigos al león- voy al tocador Aioria, ahí de ti si haces algo –dijo furiosa- ¿Me acompañas Shaina?

-Claro -respondió la cobra.

Ambas se levantaron y se alejaron del lugar, pero para cuchichear.

-¿Qué te pasa Marín?

-Esa rata de dos patas cree que no me doy cuenta, anda coqueteando con la cabellos de escoba.

-¿Estás segura?

-¡Claro! Ah, Pero no creas que esto se va a quedar así.

Shaka estaba sentado con sus ojos cerrados sosteniendo un vaso de ponche que mascara mortal amablemente le había servido, sin embargo estaba inmóvil, como ido.

-¿Qué le pasa a Shaka? -preguntó Camus extrañado.

-No lo sé, quizás está meditando, tu sabes, con eso del budismo y el nirvana -respondió Dohko.

-Esta en estado de vanidad -añadió Shion.

-Te equivocas, el que está en ese estado es Milo -dijo Shura quien señalaba al mencionado. Milo se estaba viendo en un espejo y mandándose besos a el mismo.

-¿A qué hora van a servir la comida? -dijo un insistente Aioros.

Julián se levantó de su mesa y con una cuchara y una copa hizo un sonido para llamar la atención, pero golpeó tan fuerte la copa que la rompió.

-Ejem... bueno, quiero dirigirles unas palabras a ustedes antes de que sirvan la cena –este aclaró su voz- desde la era de la mitología... blah... blah... blah..

-¡Ay no, ya va a empezar otra vez! -comentó Isaac.

-Cuando habla así, parece diputado -dijo Bian.

Y así 1 hora, 35 minutos con 25 segundos después, Julián estaba por terminar su discurso.

-...y así fue que estamos reunidos aquí para celebrar... ¿Qué celebramos? -preguntó Julián confundido.

-¡La navidad! -dijo Saori furiosa.

-¡Ah si! Eso! ¡Así que vamos a brindar!

Todos tomaron sus copas que tenían en la mesa y de un solo golpe se tomaron el vino.

-Salud. –dijeron apáticos los caballeros.

Mientras en la mesa de las marinas.

-Oigan, miren a Sorrento, no debieron permitirle brindar -dijo Kaysa.

-Si, se pone malacopa -añadió Eo.

-Me recuerda a Julián cuando se pone todo jarra -dijo Kanon.

Todos asintieron negativamente la cabeza.

Y así aparecieron los meseros marinos que no eran otros que los soldados que Kanon había entrenado y estaban sirviendo la cena.

En la mesa de los dorados Aldebarán le sirven carne de res, a Máscara surimi de cangrejo y langosta, a Afrodita filete de pescado, a Mu y Shura barbacoa.

Los mencionados miraron con tristeza y asco sus platos.

-¿Qué les pasa? -preguntó Camus extrañado al ver a sus compañeros así.

-¡Yo no puedo comer esto! -decía Cáncer todo indignado- Sería canibalismo.

-Pobres animalitos -añadió Afrodita.

-¡Esto es una ofensa! -dijo Aldebarán.

-¡Llamare a mi abogado! –exclamó Mu.

-Voy a vomitar –decía un Shura pálido.

-Que extraños -murmuro Camus.

-Es que se están identificando -respondió Aioria.

-Bueno Máscara, a mi me sirvieron romeritos y espagueti, ya que a ti te gusta la pasta y yo quiero los mariscos... -dijo Aioros- pensé que tú...

-¡SI! -respondió Máscara sin dejar de terminar hablar a Aioros mientras le cambiaba el plato de lugar- ¡Eres un tipazo Aioros!

De repente el lugar empezó a oscurecer.

-¿Sienten eso? -preguntó Camus preocupado.

-Si, me duelen las reumas -murmuró Dohko.

-¡No, no eso! –respondió Camus- Lo otro.

-Si, siento un hueco en el estomago. -añadió Aioros.

Camus solo se golpeó la frente.

-En el mar... la vida es mas sabrosa... hip! -cantaba Mu.

-Nunca creí ver a Mu en ese estado etílico -decía Shiryu.

-Que ejemplo le dará a Kiki -comentó Hyoga.

-¿Qué le pasa a Mu? Lo noto extraño –dijo Shion.

-Es la humedad... hip... maestro... –respondió Milo.

-Este cosmos lo conozco –decía Dohko mirando a su alrededor.

De repente se escuchó una voz.

-¡HERMANO YA LLEGUE!

Todos voltean hacia la entrada del lugar y estaba oscuro y solo se veían ojitos rojos en esa parte, de repente va saliendo a la luz un sujeto de cabellos negros.

-¡Ay no! -exclamó Saori.

-¿Hades? -dijo Julián casi en estado de shock.

-¿Tú qué haces aquí? -preguntó Saori molesta.

-Atenea -dijo Hades con cierta repugnancia- vine a ver a mi hermanito "Pose".

-¡Ya te dije que no me digas "Pose"! -exclamó furioso Julián.

-Como sea, traje a algunos guerreros míos -dijo Hades.

De la oscuridad salieron Radamanthys, Aiacos, Basilisk, Balrog, Pandora, Acheron, Hypnos, Thanatos, y algunos otros espectros como Frog, giganto, entre otros no muy importantes.

-Bueno, es navidad y hay que ser compartidos, miren, allá en la mesa de los dorados quedan algunos lugares -dijo Julián.

CONTINUARA...