Nota: Pues sí, conforme fui arreglando el fic modifiqué algunas cosas que no concordaban entre demás expresiones redundantes, espero no noten esas diferencias para quienes ya habían leído esta descabellada historia sin sentido.
FIESTA NAVIDEÑA
Por: ÁngelaMort
CAPITULO 5: "DISPARATES NAVIDEÑOS"
Todo en el mundo marino no iba de lo mejor, además de que Hades había llegado de pura gorra y con su cola para acabarla de amolar, los caballeros entre ellos comploteaban, Mu, Shaka y Milo ya estaban hasta las chanclas, para colmo de males Artemisa llega de improvisación.
Mientras tanto, Aioros, Shura, Mu, Shaka, Sorrento, Camus y Milo estaban sentados en la mesa de los dorados.
-Jajajaja 'cushara' jajajaja que palabra tan más... tan mas shishistosa –decía un Mu mas simple que de costumbre.
-Jajajaja 'Cushara', a quién se le habrá ocurrido semejante cosa Jajaja -le seguía Shaka.
-Jajajaja... hip... ¿Saben compadres?... ustedes no son como creía que eran... -decía Sorrento todo sentimental.
-Dios, estos tres están más graves de lo que pensé -murmuró Camus.
De repente va llegando Máscara Mortal con su ponche aun milagrosamente lleno (el cual en vez de ponche, parece una mala copia de aguas locas).
-Aioros, aquí está tu ponche, Shura, anda tomate uno –decía mas cariñosamente sospechoso que de lo acostumbrado.
-Joder tío, como que ese ponche tiene algo malo - decía un Shura desconfiado.
-¿Pero por que lo dices? –preguntó Máscara con carita de inocencia.
Entonces Shaka comenzó a sacudir su larga cabellera hasta que de repente cayó al piso y comenzó a reir.
Shura solo se le quedó viendo a Máscara.
-Eso no prueba nada, tú sabes que de por si Shaka está medio dañado del cerebro. A los budistas les pasa seguido –acató Cáncer.
-¡No soy budista... hip!... soy Buda! -refunfuño el rubio quien se asomó y se recargó en la mesa.
-Si, lo que digas... –dijo Máscara quién le dio por su lado- ahora Shura... ¿Te lo vas a tomar o no?
-Este ponche esta bueno –decía Aioros quien ya se había tomado su vaso- bueno Shura, si no quieres tu ponche, pues venga pa acá –Aioros le quita su vaso y se lo toma todo.
-¡Oye! ¡Ese era mi ponche! –reclamó Shura.
-Era, el que se fue a la villa, perdió su silla -comentó divertido el caballero de la novena casa.
-Eso no es justo –le arrebata el vaso vació- Máscara, sírveme ponche.
Máscara le sirve, y Shura se lo toma de un trago.
-¡Hip!.. perdón... –dijo el Capriocorniano
Mientras en otro lado, los guerreros de Asgard estaban molestos por lo que Marín tan amablemente les habían informado.
-¿Entonces eso fue lo que dijo Aioria? -preguntó molesto Sigfried.
-Así como lo oyen, ya saben cómo es un Leo de presumido, egocéntrico y bocón -respondió Marín.
-Ya se las verá, lo voy a hacer caer, lo voy... -pero Sigfried de nuevo tropezó cayendo de cara al piso.
-Vamos Sigfried, no seas payaso –decía Alberich quien lo ayudo a levantarse.
-Vamos a darle su merecido al creído de Aioria -refunfuño Mime.
-¡Yo si le doy! -añadió Syd.
Los dioses guerreros se acercaron hechos una furia hacia Aioria quien estaba con Tethys.
-¿Se les perdió algo? –preguntó tranquilamente Aioria.
-¿Con que muy creidito no? -preguntó molesto Alberich.
-¿Crees que no somos tan lindos para conseguir novia no? -refunfuño Mime.
-Ahora veras gato pulgoso... ¡Bolita a Aioria! -grito Sigfried.
-¿Qué demonios les pasa? -Aioria estaba confundido.
-¡Están locos! -exclamó Tethys.
Los guerreros presentes se lanzaron en contra de Aioria, mientras que Marín a lo lejos solo estaba botada de la risa.
-Vaya que eres vengativa Marín, no conocía esa parte oscura de ti –decía una Shaina sorprendida.
-Te dije que me las iba a pagar, claro, tengo formas de hacerlo sin ensuciarme las manos –decía con una sonrisa placentera.
Mientras tanto, el resto de los caballeros se percataron de aquella riña y fueron al lugar del incidente.
-¿Pero que les pasa? –preguntó Camus.
-¡Ya basta! ¡Dejen de golpear al gato! –exclamó Afrodita.
-Nunca vi tanta unión entre los guerreros –decía Máscara mortal con un suspiro- Y miren, Phenril le mordió la pierna a... ¿De quien es esa pierna? –preguntó extrañado.
-¡Phenril, esa pierna es mía! –exclamó Sigfried molesto- ¡Ahora me tendré que vacunar de nuevo contra la rabia!
-¡Pues ya estuvo! –exclamaron Aldebarán y Thor quien sin mucho esfuerzo los separaron.
Aioria se ocultó detrás de Camus todo espantado.
-¡Aléjenme de esos locos!
-Ahora ¿qué demonios les pasa? ¿Por qué pelean así? –refunfuñó Krishta.
-Guerreros de Asgard y el Santuario tenían que ser -decía Isaac.
-¿Qué dijiste? –exclamaron molestos Hyoga y Hagen.
-¡SILENCIO! -dijo Camus- ahora, expliquen que está pasando aquí.
-Todo fue culpa de Aioria –refunfuño Mime.
-Es un creído, estuvo hablando mal de nosotros los guerreros de Asgard -añadió Syd.
-Dijo que éramos unos perdedores y que por eso nunca conseguíamos novia -le siguió Bud.
-Nos discriminan por ser güeritos –dijo un triste Mime.
-Y por eso se está burlando de que Hilda coqueteaba con Hades, y Flare prefiriera a Hyoga en vez de a Hagen -prosiguió Sigfried.
-¿EN SERIO FLARE ME PREFIERE A MI? –preguntó emocionado el ganso.
-Claro que no, tremendo pajarraco quien lo va a querer -respondió Hagen.
-¡Ya estuvo bueno! -dijo Saga quien también había llegado ahí- ¿Es cierto eso Aioria? ¿Qué tienes que decir a tu defensa?
-¡Yo no dije nada! Esto es abuso de autoridad, yo solo platicaba tan a gusto con la linda Tethys cuando... –pero el león no termino lo que estaba diciendo ya que alguien lo interrumpió.
-¿Así que admites que coqueteabas con la cabellos de escoba eh? -refunfuño Marín quien se acercó al incidente.
-Ay Aioria, eres un mujeriego –dijo Aioros quien había llegado al lugar- Engañar así a mi cuñadita.
-Gatito parrandero -le siguió Shura.
-Pero por que hacer feliz a una, si puedes hacer felices a las dos... hip... –añadió Milo quien también había llegado al incidente.
-¡USTEDES CÁLLENSE! –refunfuñó Aioria- Yo no coqueteaba con nadie, deberás mi vida –decía hacia Marín.
-¿Sabes qué? Hasta aquí llegamos, haz lo que quieras –dijo molesta para después darse la vuelta e irse del lugar.
-¡No, amorcito, no es lo que pensabas! –Aioria fue detrás de ella.
-Que raros –decía Saga.
-Ni que lo digas -respondió Camus.
Mientras tanto, cerca de ahí.
-¡Osea, Hello! No entiendo porque demonios vinimos a este lugar -murmuraba Odysseus.
-Si, osea, cero que ver con estos guarros –decía Thesseus- ¿Qué me dices de esta cosa? Esta del nabo! -decía señalando a Kaysa quien paso junto a él.
-Manténganse juntos, se nos pueden subir las pulgas- dijo Odysseus.
-¡Oye! –exclamó Alberich quien los logro escuchar- ¡Phenril parecerá lo que quieran, pero no tiene pulgas!
Los tres ángeles se alejaron de ahí buscando en donde sentarse y llegaron a donde estaba Shaka, Mu y Sorrento quienes solo vieron extrañados a los tres ya mencionados, Mu, Shaka y Sorrento se quedaron callados también viéndolos, cuando no aguantaron más y se empezaron a reír.
-¿Y a estos que les pasa? –preguntó Thesseus.
De repente va llegando Marín a la misma mesa toda hecha un energúmeno y vio que había un vaso de ponche sin dueño, Marín de un trago se lo tomó y respiró hondo tratando de mantener la calma.
-¿Hermana? –dijo Ikarus sorprendido.
-No molestes... ¿Dónde estará Máscara con el maldito ponche? –decía refunfuñando, pero vio que el vaso de Shaka estaba lleno y se lo quito.
-Oshe!... hip!... ese ponshe era mío -exclamó el rubio.
-¡Era, así que cállate! –Marín se tomó el ponche y comenzó a llorar.
-¿Esa es tu hermana? –preguntó Thesseus.
-Parece que esta enojada -respondió Odysseus.
-¿Tú crees? -respondió Ikarus.
-Todos los... hip... los hombres son iguales... –dijo Marín ya medio jarra.
-No es cierto... no todos son iguales –murmuró Mu.
-Mu tiene razón, si no, mira a Afrodita... -le siguió Shaka.
-¿Qué insinuas clon barato de Buda? –exclamó Afrodita indignado.
Mientras en otro lado...
-¿Ya vieron? –preguntó Esfinge quien señalaba a los tres ángeles de Artemisa- ¿Esos quienes son?
-¿No los conocen? –pregunto Shun quien extrañamente se estaba llevando bien con los espectros (¿Será por que el fue alguna vez hades? Sabrá Dios)
-Nel pastel, ¿Qué, son famosos? -preguntó Aiacos con mucha naturalidad.
-Son los Ángeles de Artemisa, Odysseus, Thesseus e Ikarus -respondió Shun.
Mientras cerca de Ahí. Dohko y Shion estaban observando todo lo que ocurría sin embargo no les dio mucha importancia.
-La juventud de hoy, tan alocada como siempre -murmuró Dohko.
-Si... y mira, ahí esta Kanon –decía señalando al susodicho- ¡Kanon, ven acá! –lo llamó y este se acercó- ¡Cuanto tiempo sin verte!
-Maestro, pensé que no se acordaría de mi.
-Pues todos los días le veo la cara a tu hermano... además desde ese día no te volvimos a ver por el santuario, Saga me dijo que jugaban a las escondidillas y que eras experto escondiéndote -dijo Shion.
-Imagínate tu, trece años después te llegamos a encontrar –añadió Dohko.
-Pensé que nos habías abandonado -dijo Shion.
-Maestro ¿Acaso no me buscó después de no aparecer por muchos años? -preguntó un decepcionado Kanon.
-La verdad no, me dio mucha flojera, además después de librarnos de ti, me tome unas vacaciones y Saga se apodero del santuario.
Saga a lo lejos vio que su gemelo hablaba con Shion y este de metiche se acercó.
-Saga ¿Tú qué haces aquí? –preguntó molesto Kanon.
-¿Yo? Nada, vengo nomás a saludar al patriarca y al viejo maestro... rejuvenecido de libra... Hola patriarca y joven maestro de Libra.
-Órale, ustedes dos si que se parecen, no hay duda de que son hermanos -dijo Dohko.
Saga y Kanon solo intercambiaron miradas.
-Como sea, voy al baño. Los dejo solos para que platiquen a gusto –decía Shion- vamos Dohko.
-Claro -dicho esto, ambos se fueron de ahí.
Los gemelos solo se miraron y estaban callados.
-¿Ya me vas a pedir disculpas después de la bromita de encerrarme en Cabo Sounion? -preguntó Kanon molesto.
-¿PERDÓN? ¿Tanta humedad te hizo daño o qué? –preguntó Saga.
-¡Es lo menos que deberías hacer, eres un mal hermano! –reclamó Kanon.
-¡Ya te dije que no soy un mal hermano! –respondió Saga el cual poco a poco los ojos se le empezaron a poner rojos y el cabello se le volvía albino y su voz cambiaba a una mas grave.
-¡NO USES TU VOCEZOTA CON MIGO SAGA! –reclamó Kanon.
-¡Yo uso mi vocezota cuando quiera! –cuando Saga estaba apunto de lanzarse contra Kanon.
-Mas vale ahí corrió que ahí quedo... ¡SOCORRO! –Kanon corrió huyendo seguido por Saga y sus cabellos mas blancos que de costumbre.
-¡VEN AQUÍ KANON, NO SEAS COBARDE! -refunfuñó Saga.
Mientras tanto...
-¡Órale, Saga esta usando su vocezota! –decía Aioros.
-Nunca pude comprender el como le hacia -murmuro Shura.
-No hay nada que un poco de aguardiente no ayude –comentó Máscara.
-¿Y tú como sabes? -pregunto Aioros.
-Por Dios, Saga ha sido mi vecino durante los últimos 13 años... –decía muy natural- y eso que no sabes lo de las muñecas inflables de Aioria.
Mientras las deidades...
-Una tremenda sorpresa tu vi... hip!.. visita, Artemisa -dijo Saori.
-Pues estaba en la luna, además ya no soportaba a Apolo.
-Solo falta que venga Abel –dijo Hilda.
-O la odiosa de Eris. -murmuro Saori.
-O el que me hace la competencia en el negocio, Lucifer -refunfuñó Hades.
-¡Que la boca se les haga chicharrón! –exclamó Julián- si con soportarlos a ustedes es más que suficiente –pensó en voz alta.
-¿Qué dijiste? –preguntó furiosa Saori.
-Que eres... hip!... la mas hermosa, linda Saori.
-Ya lo sabia.
A CONTINUACION ESCENAS QUE PUEDAN O NO APARECER EN EL SIGUIENTE CAPITULO...
-¡Muere Inuyasha! -gritaba Kikyou mientras lanzaba una flecha al ya mencionado en el corazón.
-¡Oh por dios! La flecha cayó en mi corazon! Miroku, Sango, Shippou, Kagome deben de destruir a la patriarca Kikyou y atravesar las 12 casas –decía un malherido Inuyasha.
-Esto no tiene ningún sentido –dijo Miroku.
-¿Por qué siento que esto ya había pasado? –pregunto Shun quien extrañamente apareció ahí.
-Sepa tu -respondió Seiya.
-Creo que a la autora se le acabaron las ideas -dijo Hyoga.
CONTINUARA...
