Por poco y no entrego éste capítulo. No en serio, me he sentido tan enferma estos días que estuve a punto de abandonar, pero eso no hubiera sido legal e mi parte. Así que entrego esto tarde, a la apurada (para variar) y todavía peor escrito que los anteriores.

Qué puedo decir realmente más que gracias por su paciencia, gracias por leer el capítulo anterior, y gracias para los que estén dispuestos a leer éste.

Cómo siempre agradecimientos especiales a los que me han dejado reviews.

Shingryu Inazuma: ¡Cielos! Yo también espero que aún sigas con vida. En serio no fue mi intención hacerte eso. Además¡Mira! Seto ya está en la escena y no se va a ir de nuevo, lo prometo. Mas bien, gracias por tomarle tanta importancia a la historia. Espero que te siga gustando. Y gracias por leer!

Kaede Sakuragi:¡Que bueno que te pareciera tan divertido! Sobretodo porque la idea original fue hacer una comedia, pero no me resultó y al final cambie el género de toda la historia. Es que no puedo escribir algo gracioso ni para salvar mi vida. También me alegra que te guste la historia hasta ahora. Cuando me recupere de mi amigdalitis tendré más fuerzas para escribir. Ah y gracias por leer!

Marisa: De verdad te gustó el capitulo? Estoy tratando de mantener la emoción, pero desafortunadamente para mi, pero afortunadamente para ustedes ya casi llega el momento de las explicaciones y se que es algo que nadie se imagina. Espero que el nuevo capitulo te guste, y con respecto a los queridos hermanos Kaiba, no te preocupes, que en realidad ellos están bien. Muchas gracias por leer!

Miguel: Querido Miguel, has acertado en una y solo una de tus afirmaciones... pero no te voy a decir cual. (jojojo) Pero de que has acertado has acertado. Me alegra que te guste tanto la historia¿Te la leíste de un tirón? Me hace muy feliz saber que tengo ávidos lectores del otro lado de la pantalla. Lamentablemente la calidad de mi escritura no es regular y tampoco es tan cierto eso de que respeto la historia original de Yu gi Oh, ya que se supone que esto va después de Ciudad Batallas y después de ciudad Batallas Kaiba se va a América, en cambio aquí Kaiba sigue yendo a la escuela con los demás. Pero aparte de eso, espero estar haciendo la historia lo mas interesante que pueda. Ah y con respecto a tu pregunta del principio, creo que puedes leer tranquilo. ¡Gracias por tu review y por leer mi historia, me has dado mucho animo!

Lady Amaltea: Joey esta hasta el cuello de problemas. Y se le vienen mas. ¡Y ahora si vemos a Seto! Aunque yo hubiese querido que el capitulo quedara mas emocionante. Y sí, veras que es muy bueno que Joey se haya encontrado a Mokuba. Siendo el hermano, era realmente el único que podia ayudar al pobre rubio. Espero que te siga gustando la historia y ¡muchas gracias por leer!

Indira: ¡Qué bueno que te haya gustado! Me das ánimo para seguir escribiendo. Espero para la próxima no demorarme tanto con las actualizaciones, y aunque me demore siempre habrá una por cada semana. ¡Muchas gracias por leer!

DarkNight: ¡Vaya me has enviado otro review! Parece que te ha gustado la historia. ¿Voy mejorando? Yo esperaba que si, pero éste capítulo lo he escrito entre toses y dolor y no se creo que me he comido varios detalles. Y si, a Joey se le vienen muchos problemas, y no, ya veras despues porque Mokuba no esta con su hermano. (jejeje) Espero que sigas leyendo. Gracias!

Y ahora si, vamos con el capitulo.

Disclaimer: Yu gi Oh! Y todos sus personajes son propiedad de Kazuki Takahashi.

Oda a Mi Mejor Enemigo.

IVta Parte: De cuando ocurrió algo que Joey creía imposible; se alegró de ver a Kaiba.

-Disculpe¿Nos conocemos?-

¿Alguna vez se han sentido como un globo desinflado¿no¿Nunca has sentido como que estás corriendo y corriendo en una pesadilla, buscando una salida, y luego cuando la encuentras y llegas a ella, se cierra en tu cara?

Joey quiso gritar: "¡Sí¡Por supuesto que nos conocemos¿qué no lo recuerdas?" Pero no lo hizo porque, bueno, era evidente que Mokuba no lo recordaba.

Por supuesto que estaba aliviado de ver a Mokuba y de saber que estaba bien y que lo que fuera que le había pasado a su hermano Kaiba no le había pasado a él. Pero Mokuba no lo recordaba y eso lo hacía sentir entre muchas cosas... triste.

-Err... Pues... supongo que no. Pero sí conozco a tu hermano.- El muchacho ya lo había estado mirando con recelo, pero ahora definitivamente Joey notó cómo se alejaba imperceptiblemente hacía atrás. Parecía que a este chico le advertían constantemente de los peligros de hablar con extraños. Era increíble pensar que ahora Joey era un extraño para Mokuba.

-Lo siento pero yo no tengo hermanos. Se debe haber equivocado de persona.- Su miedo se hizo casi palpable cuando Joey intentó acercarse con un gesto amigable.

-¿Estás seguro?- Después de todo, Mokuba podría estar intentando encubrir a su hermano. –Yo conozco a un chico que se llama... Seto. Es alto y tiene un hermano que se llama Mokuba y es igual a ti...- Pero por cada paso que daba hacía adelante, Mokuba daba uno hacía atrás, cada vez más y más asustado, hasta que finalmente salió corriendo.

-¡No se de qué me habla!- Fue lo que alcanzó a gritar antes de darse la vuelta.

Muy bien, había ocurrido algo que Joey creía imposible. Estaba todavía MAS sorprendido y confundido que antes.

#´´´´´´#

Joey despertó varías horas mas tarde en el mismo refugio en el que había dormido la noche anterior. Sacó el reloj de pulsera de su bolsillo y se dio cuenta que había dormido tanto que ya casi era hora de salida en la escuela. O sea que era el momento perfecto para su almuerzo, que ese día consistiría en un sándwich porque no le alcanzaba para más.

Intentó verse decente antes de salir a la luz del día, pero era un caso perdido. De todos modos el señor que le vendió el sándwich ni lo miró siquiera. Es solo que no quería tener tanta pinta de acechador, sobretodo ahora que el título le quedaba de perilla.

Estaba siguiendo a Mokuba porque, bueno, Joey realmente no sabía qué más podía hacer. Además tal vez Kaiba no era su mejor amigo pero sí había una cosa de la que estaba seguro; para Kaiba lo más valioso en todo el mundo era su hermano y haría simplemente lo que fuera por él. Quizá por eso Joey tenía la extraña seguridad de que si se quedaba con Mokuba, tal vez podría encontrar a Kaiba.

Pero lo que había visto hasta el momento no había sido nada bueno.

Lo había seguido desde poco después que Mokuba saliera corriendo, sintiéndose bastante ridículo por cierto de estar siguiendo a un niño de doce años, y había descubierto que Mokuba tenía un trabajo que consistía en comprar los víveres del día para un restaurante, además de hacer otros pequeños encargos.

Joey sabía por experiencia propia lo pesado que podía llegar a ser tener un trabajo antes de la escuela. Lo que lo sorprendió definitivamente fue saber que Mokuba no solo trabajaba en aquel restaurante, sino que también vivía allí. Tratando de parecer lo menos sospechoso posible les había preguntado a los dueños y ellos le contaron que después de huir del orfanato le habían permitido a Mokuba vivir allí a cambio de trabajo. La rara actitud de Mokuba quedó explicada cuando ellos le dijeron que supuestamente Mokuba tenía que tener mucho cuidado si no quería que lo encontraran los del orfanato. También era bastante obvio que si eso sucedía los dueños del restaurante no lo ayudarían porque no querían tener problemas. Joey se preguntó que tan malo podía ser aquel lugar para que Mokuba saliera huyendo.

En realidad nunca lo había analizado. Obviamente si Gozaburo Kaiba era el 'padre adoptivo' de Mokuba y su hermano, eso significaba que ellos eran huérfanos. El había sido separado de su madre y su hermana cuando eran pequeños, pero ¿cómo se sentiría no tener a nadie? ni un padre, ni una madre, nadie. Y por la manera en que se comportaba Kaiba... Mejor no pensaba en eso. Estaba empezando a simpatizar con el tipo y eso no podía ser bueno, ni normal. Aunque era gracioso que solo pudiera congeniar con Kaiba estando éste ausente.

Escuchó la campana que indicaba el fin de las clases, vagamente recordando que tenía que salir de aquel atolladero si quería recuperar su vida normal, y se decidió a cruzar la calle hacía la escuela. Suficiente de andarse escondiendo como si fuera a cometer un rapto, tal vez ahora podría intentar una conversación decente con Mokuba, allí donde supuestamente estaría seguro con tantas personas alrededor, aunque no tenía idea de que es lo que le iba a preguntar ya que Mokuba no recordaba nada de su hermano, ni de su vida como un Kaiba. Cualquier cosa serviría realmente, estaba desesperado.

No habían pasado ni cinco minutos desde que sonara la campana cuando lo vio salir, corriendo, su maletín en una mano, mirando hacía atrás de vez en cuando.

Joey conocía esa expresión: 'Presa huyendo del cazador', y antes de que Joey pudiera dar un paso hacía el chico, vio salir a los cazadores, tres niños de doce años superdesarrollados con caras de matones entrenados. Mokuba estaba en problemas.

Joey ni se dio la molestia de seguirlos, más bien, dio la vuelta y sonriendo como loco fue por el otro lado a donde sabía que acorralarían a Mokuba: el callejón más cercano. Él se sabía todas las tácticas de los matones, ya que alguna vez había sido uno, y no le fue nada difícil ubicar el lugar ya que su instinto le señalaba el camino perfectamente.

Llegó justo cuando los tres chicos tenían acorralado a Mokuba contra una pared. -...muy descortés de tu parte salir corriendo de esa manera.- Decía el mas alto, en tonos sarcásticos y superiores, sosteniendo al pobre Mokuba de las solapas del uniforme.

-¿Acaso olvidaste que teníamos negocios pendientes?-

-¡Pero si yo no tengo dinero!- Sonó la voz asustada de Mokuba.

-Si claro, es la misma excusa que nos dan todo el tiempo.-

-Oigan¿Por qué no se meten con alguien de su tamaño?- Intervino Joey, ajustándose la capa de superhéroe al llegar.

-¿Y tú quien eres?- Preguntó el más grande volteando a verlo.

-Suéltalo.-

-Mira amigo, quién quiera que seas, esto no es asunto tuyo, el chico nos debe dinero.-

-¡No es cierto, yo no les debo nada!- Gritó Mokuba tratando de zafarse del agarre del otro chico.

-Tu cállate.-

-¡Miren ya me cansaron, suéltenlo de una vez o si no...!-

-¡O si no qué!- Contestó el chico más grande soltando a Mokuba para enfrentar a Joey. Fue uno de sus compañeros quien le puso la mano en el hombro para calmarlo. -Mira, mejor dejémoslo así.- Le dijo a su compañero mientras miraba a Joey de arriba abajo. –podemos cobrarle al chico mañana. Estamos muy cerca de la escuela, y si hacemos mucho escándalo vendrá un maestro.-

-No le tengo miedo a los maestros.- Contestó el chico más grande casi como por reflejo.

-Pero nos arruinarán el negocio.-

Joey sonrió para sí. Estos chicos no eran nada importante, él ya sabía que no iba a ser necesario hacer mucho para que dejaran a Mokuba en paz. Una pandilla verdaderamente peligrosa, con la que hubiera que pelear, no habría estado intentando sacarle dinero a Mokuba en primer lugar. Esas pandillas tienen otras fuentes de dinero muy lejanas y con mayores cifras que lo que un niño carga en el bolsillo.

El más grande que a todas luces era el líder se lo pensó bien, antes de formar una sonrisa torcida. -Sí, tienes razón podemos dejarlo para mañana. Vamonos.- los chicos se fueron pasando junto a Joey chocándole el hombro no sin antes gritar: –Más te vale que tengas el dinero chico.- Como última advertencia.

En cuanto estuvieron lo bastante lejos Joey se acerco a ver a Mokuba. –Oye ¿Estás bien?- Preguntó, arrodillándose para revisar que Mokuba no estuviera herido.

-Si, estoy bien.- Mokuba miró extrañado el rostro de preocupación de Joey. Por supuesto recordaba al tipo como el sujeto que se le acercó en la mañana, pero ¿Qué ya no había quedado claro que no se conocían? –¿Por qué me ayudaste?- Preguntó sintiéndose sospechoso. Que tal si era alguien de aquel lugar...

-No te preocupes, no vengo del orfanato.- Le aseguró Joey sonriendo de manera tranquilizadora y ayudándolo a pararse y después trató de no reírse de la expresión que puso Mokuba, sus ojos grandes y redondos por la sorpresa.

-¿Cómo supiste de...!-

-Me lo contaron los dueños del restaurante en el que trabajas.- Respondió Joey perdiendo todo rastro de sonrisa al igual que Mokuba que cerró los puños y miró al suelo.

-Ya veo. Es bueno saber que uno tiene personas con las que se puede contar.- Joey entendía la cólera de Mokuba y también sintió pena. Los dueños del restaurante, que tenían mucho dinero que perder por estar escondiendo a un niño, y que no tenían ningún lazo sentimental con Mokuba, no lo ayudarían si lo necesitaba. Sin Kaiba, Mokuba estaba solo y sin nadie que lo protegiera. Joey no quería ni pensar en cómo sería si fuera él el que desapareciera. Probablemente muy pocas personas lo extrañarían pero ¿Qué pasaría con Serenity? Su querida hermana que sabía que siempre podía contar con él para protegerla. ¿Qué pasaría con Serenity si no tuvieran padre ni madre y Joey desapareciera de pronto en la nada¿Qué pasaría con su hermanita, completamente sola en el mundo...?

-Oye¿y tu por qué le estabas haciendo preguntas de mi a los dueños del restaurante?-

-¿Ah?-

-Ahora que recuerdo, tú estabas buscando a alguien ¿no? Creo que me confundiste con esa persona. Pero aún así¿Por qué andabas haciendo preguntas sobre mi? Creí que ya había quedado aclarado que yo no soy la persona que buscas.-

Joey se tardó unos segundos en registrar lo que Mokuba le estaba diciendo. Había estado un poco perdido en sus pensamientos. –Ahh si. No, es que yo estoy buscando a una persona que tiene un hermano que se llama Mokuba y que tiene el cabello negro y largo.-

-Pero yo no tengo hermanos.-

-Pero podrías haberlo estado encubriendo.-

Mokuba alzó una ceja ante lo que Joey le estaba diciendo. –Supongo que eso lo explica. De todos modos, gracias por ayudarme, pero ya debería estar en el trabajo.-

-Te acompaño.- Se apresuró a decir Joey, mordiéndose la lengua después por la forma en que había sonado. Había sonado como un... acechador. –Ya sabes.- intentó arreglarlo. –Por si alguno de esos chicos todavía anda por ahí.-

Mokuba, que ya había caminado fuera del callejón volteó a mirarlo con recelo. –Además...- Añadió Joey rápidamente. –Yo voy por el mismo camino de todos modos. Me estoy quedando cerca de donde está el restaurante...-

Mokuba miró a toda la gente que estaba en la calle. "¿Se atrevería este tipo a hacerme algo con tantas personas mirando?" -¿Qué es lo que quieres en realidad? Por ayudarme y todo eso.-

-¿Eh¿Por qué tendría que querer algo?-

-Todas las personas tienen un motivo para lo que hacen.- Joey parpadeó recordando que una vez Kaiba había dicho esa misma frase. Una vez que Yugi se había 'atrevido' a hacerle un favor.

Joey frunció el ceño. En estas extrañas circunstancias Mokuba se había vuelto tan desconfiado como Kaiba, y eso no podía ser bueno. –Si hubiera querido algo, hubiera esperado a que esos chicos te golpearan y luego simplemente habría pasado a recoger los restos. ¿no crees?- Sin querer su tono había sonado bastante enojado y el rubio se asombro de la rapidez en el cambio de expresión del chico.

-Esta bien, lo siento.-

Comenzaron a caminar y Joey pensó para sí que tampoco era bueno poder convencer a Mokuba tan rápido. Lo había hecho sentir culpable solo con un poco de enojo y habían personas que podrían aprovecharse de algo así.

-Oye, no me has dicho cómo te llamas.-

-Joey.- Contestó el rubio bastante alegre de que la caminata no iba a ser en silencio. Además ahora que lo recordaba, él estaba haciendo todo eso para poder hablar con Mokuba y tratar de encontrar algo sobre Kaiba. Un momento¿significaba eso qué después de todo sí tenía un motivo ulterior para ayudar a Mokuba? Nah, aún con Kaiba en el escenario Joey hubiera corrido a ayudar a Mokuba si éste lo necesitara.

-¿No fuiste a la escuela hoy?- Preguntó Mokuba señalando la ropa de Joey que naturalmente, no era el uniforme de escuela que estaban usando los demás chicos de la edad de Joey a esa hora. –Te fuiste de pinta hoy ¿verdad?-

–No¿cómo crees?- Respondió Joey moviendo los brazos nerviosamente. -O bueno... si, técnicamente si. Pero es que tenía que buscar a esta persona o si no, no podré regresar a la escuela.-

Mokuba sonrió. Joey era bastante gracioso, sobretodo su manera de gesticular. Había pasado por varias expresiones rápidamente, aunque ahora había vuelto a ponerse serio.

–¿Era muy malo?- Preguntó Joey.

-¿eh?-

-El orfanato, no debe haber sido un lugar muy agradable para que huyeras.-

Mokuba también se puso serio. Ésta persona le estaba haciendo preguntas extrañas, pero se veía amigable y de pronto tenía ganas de contarle. –No es que fuera un mal lugar. Nos daban comida y ropa, pero era un lugar injusto. Los chicos mayores podían quitarte la comida en las narices de los encargados y nadie decía nada. Habían meses en que habían menos alimentos y ropa y siempre coincidían con los meses de los cumpleaños de los encargados. Si te enfermabas, tenías que estar en el suelo revolcándote de dolor y fiebre para que te atendieran, o si no, no te creían, y auque en la escuela aprendieras las lecciones rápidamente tenías que esperar a que toooda la clase aprendiera también para pasar a otra cosa.-

Joey no pudo evitar arquear una ceja. –Pero afuera las cosas también son injustas. Y tienes que trabajar y estudiar a la vez y esconderte. Y de todas maneras los chicos te persiguen y te quitan las cosas.-

-Si, pero por lo menos afuera tengo la oportunidad de que alguien me escuche y me crea, y puedo tomar mis propias decisiones y ser el dueño de mi vida.-

Joey parpadeó un tanto sorprendido. Eso también sonó como algo que Kaiba había dicho alguna vez. Tal vez esas cosas tenían que ver con la genética. –¿No tenías familiares con los qué quedarte?- Preguntó, viendo como el chico fruncía el ceño.

-No.- Contestó secamente y en un tono tan... oscuro que Joey se arrepintió de haber preguntado.

-Lo siento.-

Mokuba trató de sonreírle demostrando que estaba bien. –No los sientas. No es como si tú tuvieras la culpa.-

Joey tragó en seco.

'-...¡desearía que desaparecieras de la faz de la tierra!-'

Una horrible culpa se posó en sus entrañas. Si Kaiba estuviera allí, Mokuba no tendría que estar pasando por nada de eso. Si Kaiba estuviera allí, Gozaburo no podría llevar a cabo sus planes. El supuestamente era el culpable de todo aquel caos y por primera vez en su vida Joey deseó con toda su alma que Kaiba apareciera, o su vida continuaría siendo esa extraña y fea pesadilla.

De pronto una sirena sonó bastante cerca y Joey se congeló en el sitio.

-¿Sucede algo?- Preguntó Mokuba al ver la cara que había puesto Joey.

-Pues...- "Tranquilízate Joey" Se dijo internamente. "Hay muchos crímenes en la ciudad, no necesariamente tienen que estarte buscando a ti."

Más sirenas sonaron y se sentían varios autos corriendo a toda velocidad haciendo un enorme escándalo. De pronto algunos de esos autos entraron en su rango de visión cuando pasaron por algunos calles delante de donde estaban parados.

-Ah, es el logo de Kaiba Corp.- Dijo Mokuba despreocupadamente. -¿A quién estarán buscando?-

-¿QUÉ¡¿El logo de Kaiba Corp.!- Esos sí que lo estaban buscando a él. –Mokuba lo siento pero tengo que correr.-

-¡No, espera!- Gritó Mokuba sujetando fuertemente de un brazo a Joey, pero su agarre se aflojó considerablemente cuando un helicóptero apareció en el aire, con su característico sonido de aspas y luego alguien gritó por un megáfono. "Objetivo en el sector A6556B. Mide 1,65 metros. Raza asiática con rasgos caucásicos. Cabello rubio, complexión media..."

A Mokuba se le cayó la quijada. -¿Te están buscando a ti!- Su respuesta fue la expresión horrorizada de Joey que miraba el helicóptero con ojos incrédulos. Seguramente alguien del sector lo había reconocido y había dado la alarma. -¡Por el amor de Dios¡¡¿No creen que esto es un poco EXAGERADO!-

-¡Joey no grites¡Los atraerás!- Exclamó Mokuba alarmado, mirando al grupo de hombres armados que se bajaban de los autos. En cualquier momento verían a Joey, si es que el helicóptero no lo había ubicado aún. De pronto se le ocurrió una idea. –Ven, creo que sé donde puedes ocultarte.-

Joey no se movió. -¿Vas a ayudarme?- Preguntó, abriendo mucho los ojos.

-Tu, me ayudaste también ¿recuerdas?- Y dicho esto volvió a jalar el brazo del rubio y comenzó a correr en dirección contraria a los autos con Joey firmemente sujeto. -¿Por qué te persiguen?- Le preguntó mientras corrían.

-Me acusan de poner una bomba en Kaiba Corp.- Mokuba se detuvo abruptamente para voltear a mirar a Joey con la boca abierta. –¡Oye, yo no hice nada de eso!- Exclamó Joey defensivamente.

Mokuba le dio una media sonrisa. –Ya lo sé. Nada más hay que verte la cara.- Dijo y lo volvió a jalar para seguir corriendo.

-Ahh... ¿eso fue un insulto?- Mokuba iba a contestar pero fue interrumpido por una sirena que sonaba peligrosamente cerca, como en la calle paralela. Segundos después varios hombres armados aparecían por la esquina justo delante de ellos. –¡ALLÍ!- Gritó uno de ellos.

-¡Por el otro lado!- Gritó Mokuba dando la vuelta haciendo que un muy asustado Joey lo siguiera.

-¡Esto es demasiado!- Murmuraba Joey mientras corrían, seguros de que aquellos tipos los perseguían.

Corrieron por varios minutos hasta que por fin al dar vuelta a una esquina parecía que sus perseguidores se habían quedado muy atrás. –¡Aquí... nos separaremos!- Exclamó Mokuba con la respiración entrecortada por la carrera. Dio algunas respiraciones y continuó. –Yo iré por el otro lado para distraerlos, tu sigue de frente, unas cuadras más adelante hay un almacén abandonado. Puedes esconderte allí, hay muchas habitaciones adentro, y si no, hay una salida trasera. Por lo menos tendrás suficiente tiempo para huir si te buscan.-

Antes de que Mokuba saliera corriendo Joey lo sujetó por un brazo. –Muchas gracias.- Le dijo suavemente.

-Agradéceme cuando estés a salvo.- Contestó Mokuba con una sonrisa antes de correr.

Joey echó a correr en la dirección que Mokuba le había indicado, pensando que aunque tenía la memoria modificada, Mokuba seguía siendo la persona que él conocía.

Joey corrió a toda velocidad y no se detuvo hasta que no estuvo frente al almacén. Cuando lo vio, Joey casi se tropieza de la impresión. Se detuvo a mirar el almacén con ojos sorprendidos y la quijada en el suelo. Tal vea Mokuba no lo sabía., pero lo había enviado directamente a lo que anteriormente era el laboratorio secreto de Kaiba. Cierto ahora se veía vacío y abandonado como una almacén olvidado. Pero era el mismo lugar al que Mokuba los había traído a Yugi, a Tristan y a él cuando Kaiba fue raptado pro los Cinco Grandes en el mundo Virtual.

¡Por Dios¡Eso era¡Mokuba lo había traído allí hacía tiempo para salvar a Kaiba! Y ahora lo había vuelto a traer, tal vez inconscientemente, al mismo lugar. ¡Ése era el laboratorio especial de Kaiba! Allí seguramente encontraría lo que estaba buscando.

La puerta del lugar estaba floja, y Joey la abrió con manos temblorosas. Olvidándose por completo de que lo estaban persiguiendo se concentró en recordar donde estaban anteriormente los portales virtuales que habían usado aquella vez.

El lugar estaba oscuro, y tres de las puertas que Joey abrió se cayeron por la corrosión del agua que se filtrada por algún lado. Las paredes no tenían pintura, y había tanto polvo que Joey tenía que respirar usando la manga de su chaqueta. Algo chocó con su pierna y luego Joey sintió el chillido distintivo de los roedores. El lugar parecía abandonado de años, pero Joey sabía que apenas la semana pasada era un lugar moderno, lleno de tecnología y nada podría convencerlo de lo contrario. Esto que estaba viendo, el lugar en tan mal estado, no eran mas que mentiras del padrastro de Kaiba.

Finalmente Joey encontró la puerta, la puerta donde habían estado los portales virtuales que habían usado la vez anterior. "Aquí mi hermano guarda todos sus secretos" Había dicho Mokuba en aquella ocasión. Allí Kaiba gestaba todas sus ideas. Algo de Kaiba tenía que haber quedado allí.

Sin embargo Joey dudó en abrir. Apoyó su frente en la puerta sin atreverse a dar la vuelta a la manivela. Ya se había golpeado la cara contra la pared muchas veces en ésta búsqueda. Varias veces la salida se le había cerrado en la cara. ¡Ni siquiera tenía una idea real de lo que estaba buscando¡Ni siquiera sabía porque lo estaba buscando¡Kaiba ni siquiera era su amigo! Podría haber seguido con su vida si hubiera querido, pero aunque lo detestaba todo estaba patas arriba con Kaiba ausente.

Y además... '-...¡desearía que desaparecieras de la faz de la tierra!-' se sentía culpable.

Horriblemente culpable, por desear que desapareciera.

Tomó la perilla. Si era el culpable de la desaparición de Kaiba, tenía que hacer algo, y sino lo era, de todos modos Kaiba era un ser humano y él era el único que sabía lo que había ocurrido y tenía que hacer algo. Aunque el bastardo jamás le diera las gracias.

Abrió la puerta de un solo movimiento.

Una luz cegadora emanaba del cuarto y Joey se cubrió los ojos con una mano. Extrañado, trató de mirar por entre los dedos, sin creerse del todo lo que estaba pasado. Lo que veía era un espacio en blanco. Sin piso, sin techo. En blanco.

Cerró los ojos con fuerza cuando el brillo de la luz aumentó. Se frotó los ojos fuertemente con el dorso de la mano notando a través de sus párpados que la luz disminuía.

Volvió a abrir los ojos parpadeando rápido, y lo que vio...

Era la misma habitación que el había visto cuando vino con Mokuba y Yugi. La misma habitación con los portales virtuales; y en medio de la habitación parado como si nada, vestido como siempre con una gabardina, estaba nada más y nada menos que Seto Kaiba.

-¡Kaiba!- Gritó Joey abriendo la boca enormemente y de inmediatamente su expresión se volvió una sonrisa. ¡Era Kaiba¡¡ERA KAIBA¡¡Y estaba bien¡¡Estaba intacto¡¡Estaba libre¡¡No tenía nada de que sentirse culpable!

Un momento... ¡Kaiba estaba ahí¿Pero qué demonios...? -¡Kaiba, no puedo creerlo¡¡¿Estuviste aquí todo el tiempo!- Se le acercó a zancadas totalmente furioso y con el puño en alto dispuesto a golpearlo. -¿Tienes idea de lo que me hiciste pasar MALDITO BASTARDO!- Le tiró un golpe directo a la cara que Kaiba no esquivó, pero el alma casi se le sale cuando su puño atravesó a Kaiba como si fuera aire.

-¡WHAAA¡¡¡E-eres un f-fantasma!-

Pero el Seto Kaiba delante de él rodó los ojos en un gesto exasperado. –Sólo alguien como tú Wheeler creería en fantasmas.-

-N-no eres... ¿Quién eres?-

-Sí soy Seto Kaiba, tonto.- Volvió a decir Kaiba volviendo a hacer otro gesto exasperado. –Auque mi cuerpo no está aquí en éste momento. Lo que estás viendo delante de ti es una imagen virtual que estoy transmitiendo para ti en tiempo real.-

Joey miró la imagen delante de él sin saber qué pensar realmente. Sonaba cómo Kaiba de eso no había duda, pero entonces... –Entonces ¿Tu padrastro realmente logró atraprte en el mundo virtual?-

Kaiba volvió a hacer por tercera vez aquel gesto impaciente. –No tarado. Yo no soy el que está atrapado. TÚ eres el que está atrapado realmente.-

-...¿Qué?-

#´´´´´´#

Notas de Autor: 'Culpable' es la palabra de este capitulo. No me quedo, ni lejanamente de lo que quería. De todos modos, espero que no este tan mal. Para los que quieran seguir, tenemos varias explicaciones para el siguiente capitulo, pero ahí no quedara la historia.