Tengo un par de cosas que decir MUY IMPORTANTES antes de entregar ese capítulo

Primero; pido disculpas por la tan larga tardanza. De ninguna manera planeo hacer de esto una costumbre. Claro que antes no era puntual tampoco, pero tampoco me tardaba dos semanas cada vez. El siguiente capitulo esta si o si para el siguiente martes, y bien hecho.

Segundo; pido tambien disculpas por el capitulo que estoy presentando. No se realmente como calificarlo, se que esta muy pesado para leer y no me sorprenderia ni los culparia si se desaniman a la mitad y no dejan. Mi excusa; tuve que elegir entre malo y peor. Malo: entregar el capitulo como esta. Peor: Reescribirlo y presentarlo dentro de una semana y media mas con un poco de suerte. Así que, elegí malo.

Tercero: Un cilindro RM es un cilindro de resonancia magnética. La resonancia Magnética es un procedimiento parecido a las tomografías, usado especialmente para detectar daños en el cerebro y el sistema nervioso. Son cilindros enormes, a los que entra la persona echada, conectados a una computadora que te dan imágenes reales del cerebro.

Cuarto: La tecnología de la que hablo mas abajo exicte en le realidad, si quieren saber mas al respecto, son libres de preguntar.

Aparte de las disculpas también quiero agradecer a todos mis lectores, sobretodo a los que están dispuestos a leer este capitulo, pese a todo lo que he dicho ya. Y sobretodo quiero agradecer especialmente a los que me dejaron reviews. Mis repuestas llegaran a sus respectivos correos, también a sus cuentas de fanfiction y aquí van los anónimos:

Lady Grayson: Muchisimas gracias por tu review anterior y por leer la historia! me alegra que te haya gustado. Y no te preocupes por leer en el trabajo, yo escribo mientras el profesor esta delante mío diciendo quien sabe que cosa. Espero que el siguiente capitulo no este muy confuso y de verdad, muchas gracias por leer.

Marisa: Mil disculpas por no haber subido el capitulo con anterioridad. Y también muchísimas gracias por el review del capitulo anterior. Estoy respondiendo algunas de tus preguntas aunque no todas. Lo del quien y lo del porque será respondido hasta el final que tampoco no esta muy lejos. Gracias por todo!

Rei Dark Angel: Mil perdones por la tardanza y muchas gracias por tu review del capitulo anterior. Digamos que no explico muchas cosas en este capitulo, pero espero que no este tan mal. Sobre quien esta detrás de todo, no falta mucho para saberlo. Gracias por todo!

Disclaimer: Yu gi Oh! Y todos sus personajes son propiedad de Kazuki Takahashi.

Oda a Mi Mejor Enemigo.

VIta Parte: De las circunstancias que obligaron a Kaiba.

-Hospital de Dominó. 26 de enero.-

-El procedimiento durará solo unos minutos. Por favor no se mueva hasta que no haya terminado.-

La máquina se puso en marcha y Kaiba comenzó a entrar lentamente al cilindro RM. El doctor había dicho que casi había sufrido una conmoción cerebral y no lo decía solo por los supuestos delirios. El omnipresente dolor de cabeza hasta podía considerarse normal, igual que los mareos, pero el médico quería estar seguro; no fuera a ser que le pasara algo al famoso Seto Kaiba en su hospital.

Como sea. A Kaiba no le interesaba del todo. Tenía cosas más grandes en que pensar, como averiguar quien le estaba haciendo pasar todas esas penurias y hacerle pagar por ello. Detestaba que lo trataran como un lisiado, en lo que a el respectaba, el estaba bien. Sólo habían pasado tres horas desde el 'accidente' en el almacén de arte, era de esperar que estuviera adolorido por los golpes.

El que si necesitaba todos los exámenes posibles, era Wheeler. Al momento de entrar a la sala de Resonancia magnética, Wheeler iba de salida y aunque solo lo vio pasar, parecía que había sido masacrado y además estaba positivamente inconsciente.

La máquina dio la señal de que ya había terminado y lentamente Kaiba comenzó a salir. –Bueno Señor Kaiba, creo que eso será todo.- Dijo el médico mirando más a la pantalla de la computadora de la máquina que a su interlocutor. –Analizaremos esto cuidadosamente y le haremos saber de inmediato.-

Kaiba intentó incorporarse pero de inmediato el médico y un ayudante estuvieron a su lado, impidiéndole el movimiento. -¡Oh no, no, no, no señor Kaiba! ¡Usted tiene que estar en la mayor inmovilidad posible! Carlos por favor, carga al señor Kaiba hasta su silla de ruedas.-

Ante esto Kaiba se incorporó tan rápido que no pudieron detenerlo, escandalizado de la sugerencia del doctor. -¡Ni siquiera lo intente! No necesito que me carguen. Ya es bastante con me tengan de un lado para otro en silla de ruedas.-

El doctor dio un suspiro y permitió que su paciente se acomodara por si solo en la mentada silla. Seto Kaiba estaba demostrando ser un paciente difícil y terco. No ayudaba en nada que fuera tan inteligente y que tuviera conocimientos tan avanzados en medicina, sólo para meter la nariz en su trabajo.

Una vez que Kaiba estuvo sentado en la silla de ruedas el doctor dio un suspiro y sujetó las manivelas de la silla para llevar al CEO a su habitación. –Señor Kaiba, usted necesita descanso.- La verdad es que el médico si estaba preocupado. Incluso le había pedido a la policía que dejaran tranquilo a Kaiba mientras estaba hospitalizado, ya que las dosis extra de stress podían ser letales en el estado del CEO. -Olvídese de todo mientras está en el hospital. Dígale a su asistente que se encargue de sus negocios, y esos amigos suyos que vinieron hace un rato, estoy seguro de que podrá contar con ellos.- El doctor vio con extrañeza como las manos del CEO se crispaban como si quisiera ahorcar a alguien.

Si. Yugi y su séquito de porristas habían pasado a darle una visita luego de que Roland se fuera, aprovechando de pasada para preguntar con voces lastimeras que es lo que había pasado con su querido amigo Joey. ¡Cómo detestaba a los ruidosos amiguitos de Yugi! Le hacían desear que fuera cierto eso de que "hay miradas que matan".

En la habitación afortunadamente ya lo esperaba Roland, parado junto a una enfermera. -¡Ah Vaya!- Exclamó el médico dirigiéndose a Roland mientras este mantenía la puerta abierta de la habitación. -Regresó usted.-

-Roland fue a traerme algunos artículos personales.- Aclaró Kaiba con la expresión completamente neutra mientras Roland se aflojaba el cuello de la camisa con nerviosismo.

-Ah bueno. Entonces no hay problema, es que ya es muy tarde y no es el momento adecuado para una visita. Pero puede quedarse un momento si promete que ayudará a su jefe a subir a la camilla y que lo convencerá de que descanse.- Dijo el médico medio en broma medio en serio, mientras que Roland agarraba nerviosamente el maletín en el que traía una laptop y un celular para su jefe camuflados con un montón de ropa interior.-Er... si, bueno...-

Sonriendo con simpatía hacía Roland, el médico palmeó el hombro del CEO y salió sin decir más, mientras detrás de él la enfermera miraba con desaprobación a Roland cuando Kaiba se subió por sí solo a su cama. Roland trató de ignorar a la enfermera. Si tratara de ayudar a su jefe, lo único que conseguiría sería perder su empleo. Su jefe simplemente no entendía razones.

La enfermera conectó una bolsa de suero al brazo de Kaiba, le tomó la presión y la temperatura y luego salió dándole una última mirada fea al asistente que Roland ignoró.

-Hiciste lo que te ordené.- Preguntó Kaiba una vez que su asistente revisó los pasillos y cerró la puerta.

-Si señor, traje lo que me pidió.- Roland colocó en la mesita de noche el maletín para extraer la computadora y el celular. –Y tenemos a lo mejor del personal de seguridad vigilando el hospital.-

-Bien, quiero que me llamen de inmediato ante cualquier movimiento extrañó. ¿entendido?-

-Por supuesto.-

Kaiba se masajeó la sien que no estaba golpeada con los dedos que quedaban libres del yeso. Tenía que admitir que el dolor le estaba haciendo muy difícil concentrarse. –Roland quiero que el equipo de investigación se encargue de algo esta misma noche. Deben ir a la escuela y revisar el edificio donde está el almacén de arte. Busquen huellas del temblor, porque estoy seguro que la policía no lo ha hecho. Y también quiero que busquen excavaciones alrededor de los cimientos del edificio.-

-Pero señor Kaiba, será muy difícil hacer eso de noche...-

-Ya sabes lo que pienso sobre las excusas Roland.-

-Si señor.-

-También quiero que James le eché un vistazo a lo que sea que haya recolectado la policía y me haga un informe lo más pronto posible. Por supuesto la policía no debe enterarse.- Porque sería muy poco conveniente que la policía se enterara que estaban "tomando prestada" su preciosas evidencia.

-Entendido. Ehm...-

-¿Qué pasa?-

-El joven Mokuba ha estado llamando desesperadamente toda la tarde. No se tranquilizó cuando le dije que usted estaba bien.-

Kaiba volvió a masajearse la sien y pensó por un momento. El realmente adoraba a su pequeño hermano, pero por ningún motivo podía dejar que se acercara a algo tan peligroso. –No dejes que venga. Tal vez no le guste estar donde está ahora, pero es mejor que se mantenga alejado hasta que no tenga en claro que es lo que está pasando. Mañana puedes darle el número de éste celular si eso lo tranquiliza.- Lo que sea con tal de mantener seguro Mokuba. –Creo que eso es todo, puedes irte Roland.-

Roland lo observó por un rato, tratando de decidir si sería buena idea contradecir un poco a su jefe y decirle que se lo tomara con calma. El también pensaba que su jefe debería descansar a tan pocas horas del accidente, pero como no sabía que es lo que había pasado realmente no podía saber si aquellas medidas eran necesarias o no. Al final, el podría decir lo que sea y no conseguiría nada. A veces ni Mokuba podía convencer de algo a Seto Kaiba. –Con permiso señor.- Musitó el asistente antes de salir.

Kaiba no le contestó. Estaba muy ocupado encendiendo su computadora para comenzar su investigación. El dolor de cabeza seguí ahí por supuesto, pero tendría que ignorar el dolor y el mareo. No podía perder el tiempo, y tomar analgésicos era inútil.

Cuando la laptop estuvo encendida, comenzó a mover los dedos sobre el teclado digitando una serie de códigos.

Por supuesto tenía una teoría que había estado formulando desde que estuvo en la ambulancia. Ese temblor, aunque nadie le creyera, había ocurrido realmente, pero había ocurrido solo para él y para Wheeler. Nadie más lo había sentido.

Hacer algo así no era imposible, de hecho, existía la tecnología para crear un temblor en una casa o en un edificio, solo que era costoso y difícil de hacer y por supuesto no sería algo que pasara desapercibido. Se trataba simplemente de enviar vibraciones a los cimientos de la construcción, para lo cual había que cavar alrededor de los cimientos para colocar los grandes aparatos, y había que asegurarse que las vibraciones no afectaran construcciones vecinas.

No había otra explicación; alguien tenía que haber creado ese temblor. Pero ¿Quién lo había hecho? ¿Con qué motivo? ¿Matarlo? ¿Incapacitarlo? Habían otras formas más fáciles de hacer eso.

Kaiba no entendía los motivos aún, pero estaba muy seguro que aquel temblor había sido planeado e iba a averiguar por quien. Eran demasiadas coincidencias. El tercer edificio de la escuela, donde estaba el almacén de arte, era el lugar perfecto. No solo era el lugar más alejado de la puerta principal y de la vigilancia, sino que además, las vibraciones creadas allí se sentirían solo en los jardines de atrás y en el edificio contiguo donde estaban los laboratorios y el salón de arte, (si es que habían usado el aparato que Kaiba creía que habían usado) y como a la hora que había ocurrido el accidente no quedaba nadie más que los vigilantes en la escuela... en otras palabras la hora y el lugar eran simplemente demasiado convenientes para ser casualidad.

Pero eso implicaba que su profesora de arte los había castigado a limpiar el almacén con el propósito de que quedaran castigados allí, en el almacén de arte precisamente, hasta muy tarde. Probablemente habían creado algún tipo de distracción para el personal de vigilancia y nadie, excepto él y Wheeler que estaban adentro, se llegó a enterar que había un terremoto llevándose a cabo.

Aún así a Kaiba le parecía un plan demasiado elaborado. Exagerado, muy costoso y con demasiadas variables que podían fallar a último minuto. ¿Quién diablos se iba a dar el trabajo de hacer todo eso? Si querían matarlo sería más fácil poner una bala en su frente y asunto resuelto. ¿Cuál era la intención de esta persona?

Lo más probable era que quisieran matarlo, nada más había que mirar a Wheeler y como había quedado, pero ese era otro problema en su teoría. Él no había estado solo, Wheeler había estado con él. ¿Por qué? ¿Por qué la profesora había insistido en que tenía que cumplir su castigo ese mismo día con Wheeler? ¿Por qué no esperar a que estuviera solo?

Y si habían querido matarlo ¿Por qué seguía vivo? Cierto que el plan estaba muy bien trazado y que el no se lo había visto venir y que no había habido testigos contando con la inconciencia de Wheeler. Todos los estantes se habían caído en el almacén de arte, excepto el que estaba detrás de él y el que estaba junto al que estaba detrás de él. La persona que había planeado todo no se iba a arriesgar a que algo así hiciera fallar todo, y además tampoco Wheeler estaba muerto. Tal vez la intención no era matarlo.

Kaiba no entendía aún. Hasta que Roland no regresara con todo lo que había pedido él no tenía mucho información. Sin embargo eso no quitaba el hecho de que aquel temblor había ocurrido y que nadie excepto él y Wheeler lo habían sufrido; y que la única posibilidad era que alguien había creado aquel terremoto y que la profesora Maho los había castigado a limpiar el almacén con el propósito de atraparlo.

Por ahí comenzó a buscar. Comenzó a investigar todo lo que pudo sobre la vida de su profesora de arte. Dudaba que ella fuera la autora de todo, su maestra no era conocida precisamente por su brillantez, pero el dinero que él tenía era, para muchas personas, suficiente incentivo para olvidar hasta la más sólida de las morales. Kaiba estuvo buscando en su laptop hasta la medianoche, hora en que a la enfermera de turno le tocaba hacer su revisión. Dejó que la enfermera hiciera su trabajo sin comentar en nada y tomó la medicación en silencio, asegurándose en todo momento que ella no viera ni el celular ni el computador.

Cuando ella se fue, Kaiba volvió a lo suyo. Si su cabeza no le doliera tanto, tal vez aquella investigación fuera más rápida. Pero Kaiba tenía que continuar sobretodo porque finalmente había encontrado algo.

Hasta ahora la vida de la profesora había probado ser tan normal que rayaba en lo aburrido, pero pacientemente, o tan pacientemente como pudo, Kaiba revisó el correo de su maestra, buscando conversaciones sospechosas, hasta que por fin se encontró con algo extraño.

Lo primero que le pareció extraño a Kaiba fue el nombre. Era un tipo obviamente de origen francés que le había escrito a la profesora hacía un par de meses atrás diciéndole que era un viejo conocido suyo que estaba de visita en la ciudad. Cuando la profesora preguntó a su supuesto amigo, cómo había conseguido su dirección de correo, él respondió (muy coquetamente por cierto) que "tenía sus medios". Luego ellos siguieron escribiéndose y viéndose, obviamente en camino de establecer un romance, pero eso a Kaiba no le interesaba. Había algo extraño en el tono de escritura del hombre y de inmediato buscó lo que pudo sobre el. ¿Qué encontró? Absolutamente nada. Ni el nombre, ni la edad, ni la ubicación, nada era verdadero. Lo más interesante era que estaba teniendo problemas para accesar a la bandeja de correo del hombre.

Tamborileando con los dedos sobre el teclado Kaiba pensó que sería buena idea usar uno de sus programas especiales, con el inconveniente de que, si era lo que creía que era, descubrirían que estaba removiendo el terreno por información.

Al final decidió hacerlo. No tenía tiempo para jugar y estaba demasiado cansado para tomar una ruta más larga, además que ya era más de la una de la mañana y estaba tipeando con una sola mano.

Cuando logró entrar, fue muy obvio para Kaiba que aquel hombre había creado aquel correo con el único propósito de enviarle mensajes a la profesora. Solo había un mensaje que había sido enviado a una dirección distinta, pensando que tal ver era precisamente lo que estaba buscando lo abrió de inmediato.

Para su sorpresa el mensaje consistía de una lista de nombres. El nombre de Joey Wheeler no estaba sino hasta el final, y junto a los últimos cinco nombres estaban las palabras "(in-progress)" escritos entre paréntesis. Su propio nombre no estaba en la lista.

Kaiba se recostoso sobre su almohada mirando atentamente la pantalla. No sabía qué pensar. Afortunadamente el dolor no iba en aumento y cada vez le molestaba menos. Era muy, muy extraño lo que acababa de encontrar.

¿Quién era toda esa gente? ¿Por qué Wheeler figuraba en esa lista? Frunciendo el ceño escogió un nombre al azahar, "Francis Drift" y procedió a buscar información acerca de la persona.

Lo que encontró, lo dejó lívido.

"Archivos Hospitalarios. Hospital de Domino".

"Nombre: Francis Drift"

"Diagnóstico: Coma ocasionado por traumatismo craneoencefálico."

Luego mas abajo:

"Transferencia a la clínica "Saint Louis" por recomendaciones familiares"

Y mas abajo:

"Fallecido el 26 de noviembre."

Qué casualidad que este Francis Drift estaba en esa extraña lista y también había caído en coma. "Imposible"

Rápidamente tomó otro nombre de la lista y comenzó a buscar.

Jhonatan Marduk

Diagnóstico: Coma causado por hipoxia cerebral...

...transferencia a la clínica "Saint Louis"…

…fallecido el 13 de junio…

Alice Sheldon

Diagnóstico: Coma causado por sobredosis de narcóticos...

...transferencia a la clínica "Saint Louis"…

…fallecida el 17 de agosto…

Eddie Williamson

Diagnóstico: Coma causado por...

Todos los nombres de la lista eran personas que habían caído en coma, todos habían sido transferidos a la clínica Saint Louis y... todos habían muerto allí, excepto aquellos que tenían las palabras (in-progress) al costado. Ellos aún estaban con vida.

Kaiba apartó su laptop para masajearse las sienes. Las ideas corrían en su cabeza a tal velocidad que estaban aumentado su dolor. ¡¿Qué quería decir todo eso! Ahora entendía menos que antes, y eso por si solo ya era una ocurrencia inusual. El mensaje tenía una fecha de dos semanas atrás y Wheeler ya estaba en la lista. Cerrando los ojos Kaiba recordó que en el momento del terremoto, Wheeler gritó y luego se desmayó segundos antes de que el estante de fierro se desplomara sobre él.

¡Si tan solo el maldito dolor de cabeza se detuviera! La enorme mancha morada en su sien derecha comenzaba a palpitarle. Lo que era obvio era que el objetivo no era él, sino Wheeler. Toda aquella historia del temblor fue creada para atrapar a Wheeler. La pregunta era; cómo había terminado él implicado en todo. ¿Por casualidad? Si, seguro.

La habitación a su alrededor comenzó a hacerse borrosa y a dar vueltas. Necesitaba entender. Necesitaba encontrar quién estaba detrás de todo. ¡Pero el dolor de cabeza bajaba y subía y bajaba y subía y no lo dejaba en paz! Igual que las ideas que daban vueltas en su cabeza como la habitación que giraba a su alrededor mientras varios puntitos amarillos aparecían en su delante.

Fue la alarma de la computadora lo que lo trajo de regreso a la realidad. El dolor todavía estaba presente pero menos notorio. El reloj le dijo que se había estado sus buenos veinte minutos en... quién sabe qué. Solo esperaba no haber perdido la conciencia.

Daba igual. Tenía que revisar su computador. Esa alarma le indicaba que había recibido un correo electrónico y juzgando por la hora debía ser importante.

Era James que le enviaba el informe que había pedido. Lo abrió en el acto y comenzó a leerlo atentamente. Había que reconocer que tenía algunos, y solo algunos, empleados eficientes en Kaiba Corp. James había revisado todo lo que la policía había recolectado. Declaraciones, fotos, análisis... lo guardo todo en su computadora y comenzó a revisar cosa por cosa.

Estuvo leyendo cerca de media hora, y cuando hubo terminado Kaiba tomó una decisión. Cerró su laptop, arrancó de su mano el suero que tenía conectado y se bajó de la cama. O intentó bajarse, porque el mundo danzó a su alrededor cuando puso el primer pie en el piso. Luego tomó su ropa, su laptop y salió del cuarto sentado en su silla de ruedas.

Había algo en el informe de James que le había resuelto por lo menos parcialmente una de sus preguntas. A Joey no le iban a hacer nada. Era obvio que no querían levantar sospechas. Probablemente después aparecería alguien que le 'recomendaría' a los familiares de Joey la clínica "Saint Louis" diciendo que allí lo sacarían del coma, y como el infierno esta lleno de bienintencionados, ellos harían caso de la sugerencia.

A él en cambio lo querían muerto de inmediato. Esa había sido la intención al atraparlo con Wheeler en el almacén de arte. ¿Por qué? Podía haber una infinidad de razones, porque era un testigo, por su empresa. No importaba. Iba a adelantárseles.

Iba a desaparecer, saldría del hospital y se encargaría de encontrar a los que habían planeado todo.

Su dolor de cabeza volvió mientras iba por los pasillos del hospital. El guardia que estaba al final del pasillo lo vio, pero como todavía tenía puesta aquella ridícula bata de hospital, solo tuvo que hacer señas de que iba a la estación de enfermeras. El guardia lo miró extrañado pero no se ofreció a ayudar.

Kaiba no fue a la estación de enfermeras. Pasó de frente y entró al cuarto 428.

Tenía que salir del hospital; lo malo era, que iba a tener que llevarse a Wheeler. Ya casi había comprobado que el perdedor de Wheeler no sabía hacer otra cosa que darle problemas.

Dentro del cuarto entró al baño y se cambió de ropa, tarea muy difícil si contamos con que su brazo izquierdo estaba inmovilizado y su muñeca derecha estaba escayolada dejando solo a sus dedos libres del yeso. Además que tenía otros golpes en el cuerpo.

Al salir miró a Wheeler analíticamente. El oxígeno tendría que quedarse, pero el monitor, el suero y la sonda tendrían que irse. Sacaría a Wheeler con la silla de ruedas, porque no iba a cargarlo.

Antes de eso, abrió su laptop para buscar una ruta de salida en la que no fuera descubierto; y por último, si lo descubrían, sobornaría a la persona en cuestión. Unos cuatro o cinco ceros bastaban para hacer cambiar de opinión a la mayoría de la gente.

#´´´´´´#

-Mundo Virtual. Tiempo Actual.-

-Espera ¡¿me sacaste del hospital!- La expresión de Joey era de completa (aunque agradable) sorpresa, sentado un poco inclinado hacia delante, parpadeando un par de veces.

Kaiba apretó los dientes. Era la tercera vez que Wheeler lo interrumpía. –Qué te dije sobre las interrupciones.-

-¡Lo siento, lo siento!- Se apresuró a defender Joey con los brazos en alto. –Es que... ¡Cielos! No se qué decir... Pensé que me detestabas.-

Para Kaiba nada de lo que estaba diciendo Wheeler tenía sentido. –De qué estas hablando. Y por supuesto que te detesto.-

De inmediato la postura relajada de Joey cambió completamente, haciendo una mueca y cruzando los brazos. –Si eso ya lo se. Y no te preocupes que yo tampoco te soporto. Es solo que por un momento en tu historia pensé que te ibas a ir así como así del hospital.-

Francamente el CEO no entendió la súbita molestia del otro. Le tomó más que un par de segundos tratar de entender el tren de pensamientos del rubio, hasta que por fin comprendió. Ah, ya. Joey estaba agradecido. Y es que, el concepto de agradecimiento iba en último lugar en el diccionario de Kaiba.

-Creo que ya te lo expliqué Wheeler. A ti no te iban a hacer nada en ese momento. Si hubieran querido matarte, no hubieran armado todo ese circo. En cambio a mi si me querían muerto. La idea era que quedara inconsciente durante el accidente para después liquidarme. James encontró en el jardín una aguja hipodérmica con rastros de una sustancia lo suficientemente fuerte para matar un caballo en minutos.-

-¡Vaya! ¿Y cómo hicieron para encontrar una aguja en medio del pasto?-

¿Qué clase de pregunta era esa? El CEO se llevó una mano a la frente. Wheeler hacía las preguntas más idiotas que el hubiera escuchado jamás y le estaba comenzando a doler la cabeza.

-Ahh... ¿Kaiba?- La imagen de Kaiba frente a él tenía los ojos cerrados y se estaba tocando la sien izquierda con la mano derecha.

Joey ya había visto hacer eso al CEO un par de veces antes durante su relato. Para Joey ese comportamiento era extraño ya que Kaiba normalmente estaría siempre alerta y siempre desconfiando de todo a su alrededor. Pero Joey ya no se preguntaba si la imagen de Kaiba delante de él era el verdadero Kaiba o no. Si se razonaba bien, Joey no tenía por que creerle, sobretodo porque la historia que le estaba contando era todavía más inverosímil que lo que había vivido en los últimos días. Pero ahora Kaiba estaba ahí, después de haber estado desaparecido por días y le estaba ofreciendo una explicación con algo de lógica, que era algo que nadie más le estaba dando. Digamos que no tenía más opción que asumir que todo era verdad.

-Debo irme.-

La voz de Kaiba sobresaltó a Joey. ¿Qué fue lo que acababa de decir? -¡¿Irte! ¡¿Cómo que irte!- Pero Kaiba se puso de pie sin hacerle caso. –¡Oye espera! ¡No puedes irte! ¡Todavía no me has dicho nada! ¡¡Tienes que explicarme lo del mundo virtual, cómo llegué aquí y cómo hago para salir!-

Pero el CEO no podía quedarse más. Acababa de ver la hora y resulta que se había quedado cerca de dos horas meramente hablando con Wheeler y era verdad que todavía no le había dicho nada útil. Al parecer estaba más laxo de lo que se había dado cuenta. –Ya habrá tiempo después para explicaciones, Wheeler. Y más bien deberías agradecerme porque estoy ocupando la mayor parte de mi tiempo en intentar sacarte de aquí. Sólo no dejes que te atrapen y vivirás.-

-¡Oye espera! ¡¿Qué quisiste decir con eso!- Pero al parecer Kaiba no iba a ofrecerle una respuesta porque había cerrado los ojos y su imagen comenzaba a desvanecerse.

#´´´´´´#

-Oficinas de Kaiba Corp. Tiempo Actual.-

-¿Mokuba no has encontrado nada?-

La pregunta venida de Tristan irritó un poco a Mokuba. –Todavía no.- Respondió tratando de concentrar su atención en lo que estaba haciendo. No es que Yugi y los demás no le agradaran, pero estaba nervioso. Su hermano y Joey ya llevaban desaparecidos más de una semana y ahora que tenía una pista...

-¡Oh no!- yugi Tristan y Tea se arremolinaron en segundos junto a Mokuba para ver la pantalla de la computadora y tratar de ver que había causado la exclamación.

-¿Qué pasó? ¿Qué encontraste?-

-Es tal y cómo lo pensé. Alguien está usando la computadora de uno de los laboratorios secretos de mi hermano.-

Yugi trató de entender las implicaciones de lo que Mokuba acababa de decir. -¿Crees que ellos estén allí?-

-Seto y yo somos los únicos que podemos tener acceso a esas computadoras. Estoy casi seguro, que esa es la razón por la que se lo llevaron.-

-¿Pero por qué se llevaron a Joey?-

-No lo sé Tea. Pero tenemos que ir para allá de inmediato.- Quien sabe cómo habían logrado que su hermano les diera acceso a la computadora.

Solo podía rezar para que ambos estuvieran bien.

#´´´´´´#

-Mundo Virtual. Tiempo Actual.-

La imagen de Kaiba había comenzado a desvanecerse y luego se hizo nítida otra vez. A Joey no le gustó para nada la sombra de alarma que vio cruzar por la mirada de Kaiba, ni su ceño fruncido, ni sus puños apretados.

-Oye Kaiba, ¿qué no tenías que irte?- Tampoco le gustó el tono asustado de su propia voz.

-Lo conexión que utilicé para entrar desapareció.-

-Y eso quiere decir que...-

-Que por ahora, estoy atrapado aquí.-

#´´´´´´#

Notas: Si a Kaiba le duele tanto la cabeza es porque la mía todavía me da vueltas. Notaran que Kaiba se comporta un poco raro en su estancia en el hospital. He visto a bastantes personas luego de un fuerte golpe en la cabeza y he basado en eso mi escritura. Se supone que Seto esta tratando de concentrarse en razonar y encontrar a la persona que lo persigue, pero le resulta muy difícil. Aún asi, no se trata de una conmoción cerebral, sin de una CASI conmoción cerebral, sino el tratamiento sería distinto.

Bien, si han sobrevivido a este capitulo, entonces les tengo que decir que solo faltan tres más. En el siguiente capitulo explicare todo lo del programa de computadora en donde estan Seto y Joey, y Mokuba va a buscar a su hermano. Así que no falta mucho por delante.