Estimados lectores, empiezo haciendo lo que hago en cada capítulo. Pedir disculpas por mi tardanza. Y lo peor es que estuve apunto de no entregar este capítulo debido a un cambio en mi horario habitual, ya que las vacaciones no existen en mi diccionario gracias a las constantes huelgas de mi universidad.

Pero bueno, ya lo escribí, y si tengo un poco de suerte, para el final de éste capítulo no le quedara a nadie muchas dudas importantes. Sé que los he mareado con los dos capítulos pasados, pero si les sirve de consuelo, piensen que el pobre de Joey está peor.

Antes de continuar, quisiera agradecer infinitamente a todas las personas que me han seguido hasta acá con "Oda a Mi Mejor Enemigo". A todos los que lo leen, a todos los que han soportado mis errores y mis tardanzas y están dispuestos a leer hasta el final y sobretodo infinitos agradecimientos a las personas que me dejan reviews.

Para Rei Dark Angel: Querida Rei, muchísimas gracias por leer mi historia! Me encantan y me emociona que te esté gustando y que te fascinara el capítulo anterior, porque eso quiere decir que no te mareé... mucho. En fin me encanta torturar a Joey y por eso escogí lo que estoy segura debe ser unos de sus topicos favoritos (nótese el sarcasmo). La tecnología. En fin, quizás sea buena con el y lo deje tranquila al final de esta historia. Quizás.

Muchas gracias por darte tiempo de escribirme!

And now...

Disclaimer: Yu gi Oh! Y todos sus personajes son propiedad de Kazuki Takahashi.

Oda a Mi Mejor Enemigo.

VIIIva Parte: Sobre la Diosa de la Suerte.

Cuando Seto Kaiba abrió los ojos, lo primero de lo que fue consciente fue la sensación de las bandas metálicas alrededor de sus brazos y piernas. Incluso había presión sobre su mano izquierda que estaba enyesada. "¿Pero qué...!" Sus ojos se abrieron enormemente cuando comprendió lo que eso significaba.

Atrapado. Inmovilizado. Habían conseguido encontrarlo, a pesar de todas las medidas que había tomado para que no lo hicieran, y ahora estaba preso. ¿Pero de quién¿Quién había sido tan astuto para encontrarlo? De inmediato la mente de Kaiba intentó razonar. ¿Dónde estaba? Necesitaba saber para pensar en un método para derrotar al enemigo. Movió sus ojos con suma rapidez antes de enfocarlos en la persona que le hablaba.

Estaba en donde debía estar; su laboratorio, sólo que estaba echado en la camilla donde normalmente estaba Wheeler. ¿Qué era lo último que recordaba?

Recordaba estar en el mundo virtual, hablándole por horas a Wheeler, quedar atrapado dentro del mundo virtual y luego viajar en helicóptero hasta donde debía estar su laboratorio para hacer una nueva conexión y poder salir. Llegaron hasta el lugar con Wheeler y en ese momento hizo la conexión y salió.

Y ahora se encontraba atado.

-Veo que ya despertaste Seto.- Kaiba volteó a su derecha, moviendo la cabeza que era lo único que todavía le quedaba libre. Wheeler estaba donde lo había dejado, en uno de los simuladores del portal virtual. Pero había una extraña mujer junto a la computadora. -¿Quién demonios eres?- Le preguntó en su voz más peligrosa demostrando que aún atado no se sentía intimidado. -¿Cómo entraste en mi laboratorio?-

Pero la mujer no solo pareció poco afectada por el timbre de su voz, sino que movió la cabeza en aparente diversión. –Típico de ti Seto. Lo primero que te interesa saber es cómo logré sobrepasar tu excelente barrera de seguridad¿no es así?-

El CEO entornó los ojos. -Tu debes ser la persona que intentó asesinarme ¿No es verdad¡Contesta!-

Ella se acercó hasta él en actitud burlona. –Tu sistema de seguridad es muy bueno Seto.- Dijo ella sin contestar. –Pero yo no me molesté en intentar entrar por mi cuenta. He estado intentado encontrarte por días, pero aunque debo confesar que fue difícil encontrarte, fuiste bastante predecible. Todo lo que tuve que hacer fue mantener vigilado a tu pequeño hermano.-

La mujer no se sorprendió cuando Kaiba intentó levantarse furioso ante la mención de su hermano. –¡Si le has hecho algo a Mokuba...!-

-Calma.- Replicó ella todavía burlona. –No le he hecho nada a él. Pero tu le hubieras

dejado por lo menos un mensaje diciéndole que ibas a hacer. El pobre niño te ha estado buscando como loco pensando que te habían raptado. Y me sorprendió su inteligencia, porque logró encontrarte.-

Kaiba entornó los ojos pensando lo peor. –Viene para acá en estos momentos. Esta tarde el descubrió actividad dentro del laboratorio y de inmediato hizo una conexión con la computadora principal de aquí. Pobre Mokuba. Apuesto a que no sabe que yo estaba conectada a su computadora, ni que aproveché su conexión para entrar al sistema de seguridad y desarmarlo. Tu hermano me ayudo mucho.- Ahora el CEO estaba furioso. ¿Cómo se atrevía esta mujer a utilizar así a su hermano?

-¿Qué es lo que quieres?- Le preguntó. Luego algo de lo que ella había dicho encajó en su mente. -¿Desde cuándo estas aquí?-

-Desde hace horas.- Contestó ella acercándose aún más. -¿Por qué crees que no podías salir? Fui yo la que te lo estaba impidiendo. Pero al final, te lo permití, para poder poner en práctica algo que encontré en tu computadora. Ah por cierto. Modifiqué tu sistema de seguridad, espero que no te moleste.- Luego con la mayor soltura alargó una mano y tocó experimentalmente el hematoma que Kaiba tenía en la sien, enviando múltiples vibraciones a toda la cabeza del CEO que no pudo evitar hacer un gesto de dolor. –Eres demasiado terco Seto.- Dijo ella y casi le salió en tono de riña. –Tu debes saber que con un golpe tan grave como el que recibiste no puedes recibir stress. Estás muy mal¿Te has esforzado demasiado en tu búsqueda de respuestas, en tratar de encontrarme y de saber quién era yo. ¿Cuantas noches llevas sin dormir? Apuesto a que los dolores de cabeza no te dejan ni pensar con claridad.-

Kaiba apartó su cabeza de la mano de ella con el ceño fruncido. -¡A ti, no te incumbe lo que yo haga!-

-Pero a ti si debería importante. Si hubieras estado en mejor estado, hubieras podido encontrarme. Pero en lugar de eso, yo te encontré a ti.- Kaiba apretó los dientes. –Claro que, si no hubiese sido por mi, no estarías en este estado.- Contesto ella alegremente.

Kaiba apretó los puños, y luego hizo el intento de relajarse. Tenía que pensar, debía haber algo que pudiera hacer. No iba a morir a manos de esa loca.

-En fin.- Prosiguió ella metiendo una mano en el bolsillo de su mandil y sacando un rollo de cinta que usaría para amordazar al CEO. –Mis planes han cambiado desde que entré y vi que habías logrado entrar al sistema que yo creí era impenetrable. Con una uña comenzó a buscar la punta de la cinta. –Es más, en estos momentos Joey esta en la versión virtual de tu laboratorio con una versión virtual de ti, que lo ayudará a salir del mundo virtual.-

Eso realmente sorprendió a Kaiba. -¿Cómo dices?- ¿Esta mujer iba a ayudar a Joey a salir del mundo virtual en donde ella misma lo había puesto? -¿Cómo vas a lograr eso?- Después de todo, él había estado días intentando averiguarlo.

-No te sorprendas Seto.- Respondió la mujer encontrando la punta de la cinta y jalándola. –Yo cree, el mundo en el que está Joey, y aunque ni yo misma podría entrar por mi cuenta, tengo algunos códigos que tu no.- Cortó un trozo de cinta y se dispuso a colocarlo sobre la boca del CEO. –Tengo muchas cosas que hablar con Joey y no quiero que interrumpas.- Le explicó cuando el se apartó de la ofensiva cinta.

-¡Espera!- Ella se detuvo un momento levantando una ceja inquisitiva. –Llevamos días jugando al gato y al ratón. Tu intentaste matarme y planeabas usar a Wheeler de alguna manera. ¿Por qué ahora de pronto quieres ayudarlo?- La mujer sonrió maliciosamente y finalmente le puso la cinta a Kaiba callándolo definitivamente. Ese era definitivamente uno de los momentos más humillantes de la vida del CEO.

-Porque necesito respuestas.- Contestó ella alejándose. –Vi el código de terminación que escribiste y quiero ponerlo a prueba. Si funciona, significa que necesito rescribir mi programa. Por otro lado el chip está en el cerebro, y quiero saber si hay algún tipo de daño en el cuerpo d Joey. Que se yo, algún tipo de parálisis o que no pueda hablar. Eso podría ayudarme a mejorar mi sistema.

Kaiba la siguió con la vista. Él también necesitaba respuestas. No podía ser que estuviera acabado, debía haber alguna forma de revertir la situación en la que estaba. Al voltear vio a Wheeler, quién después de todo si estaba sirviendo como conejillo de indias como el mismo lo había puesto. Y para mala suerte de él estaba despertando.

#´´´´´´#

-Bienvenido joven Wheeler.- Joey dio un respingo y abrió los ojos, buscando la fuente de la voz. Quien quiera que fuera no era alguien que el conocía.

Haciendo sonar sus tacones una mujer (De unos cuarenta años, el cabello atado en un moño y un mandil blanco sobre la ropa, como los científicos locos de las películas) caminó lentamente hacía él. Definitivamente no sabía quién era, pero su sonrisa torcida no le daba ninguna confianza. -¿Quién es usted!- Joey preguntó y su voz salió ronca y pequeña. No pudo evitar retroceder imperceptiblemente, solo por reflejo.

Aún tenía mil vendas sobre el cuerpo, aún sentía los músculos pesados y aún estaba en bata. Definitivamente vulnerable y... ¿Dónde estaba¿Quién era esa mujer? Comenzó a voltear frenéticamente a todos lados. ¡Se suponía qué tenía que haber salido del mundo virtual¿Lo había logrado? O tal vez no había estado hablando con el verdadero Seto Kaiba. ¿Y dónde estaba Kaiba? –¿Buscas a Seto?- Preguntó la mujer prácticamente leyendo su mente. Luego ella dio un par de pasos al costado quitándose de su rango de visión.

Joey dio otro respingo cuando su pregunta fue resuelta. Kaiba también estaba allí, echado en una camilla rodeada de aparatos de hospital. –No te preocupes. Seto está bien.- Le dijo la mujer, respondiendo a la cara que había puesto Joey cuando vio al CEO.

-¿Bien¿A eso le llama bien¡Ni siquiera puede moverse!- ¡Kaiba estaba atado y amordazado¡Y se veía enfermo! Estaba a más de un metro de distancia y Joey aún podía distinguir la hinchazón en su sien derecha, las ojeras, el yeso en la mano, la piel blanco grisácea. ¡Kaiba definitivamente no estaba bien! Y lo estaba mirando con una enorme intensidad, como si le tratara de transmitir con los ojos un mensaje que dijera "¡Corre!" o "¡Huye! O ¡Haz algo!" Oh si, a Joey le encantaría seguir cualquier sugerencia excepto que a.- Su cuerpo no le obedecía. b.- no tenía idea de que hacer y c.- ¡ni siquiera entendía la situación!

Joey todavía miraba a Kaiba fijamente cuando sintió que la mujer se inclinaba sobre el. ¿En qué momento se había acercado tanto? -Tu tampoco puedes moverte¿verdad Joey?- Volteó hacía ella sorprendido. –No deberías preocuparte tanto por Seto. Si él no está tan bien es por su propia culpa. En cambio tú... dime ¿Puedes mover tus piernas?- Joey apretó los dientes ¡Por supuesto que no podía! Sí, había sido un esfuerzo titánico lograr sentarse. Con los puños apretados, Joey concentró de nuevo todas sus fuerzas en mover una de sus piernas, la que no tenía yeso y apenas si conseguía levantarla. ¡Maldición! Levantarse de donde estaba fuera de cuestión, correr era simplemente imposible. –No te esfuerces.- Le dijo la mujer en un tono irritantemente amable. -Tenías doce huesos rotos después del accidente y auque has estado en inmovilidad total por nueve días no esperes estar completamente curado.-

Ella le estaba sonriendo y el se sentía horriblemente frustrado. –Todavía no me dice quién es. ¿Y por qué tiene a Kaiba atado?- Replicó, intentando sonar amenazador. Aunque ya había logrado sacar algunas cosas en claro. Si lo que Kaiba le había contado hacía algunas horas era verdad, y uno de los estantes le había caído encima, entonces Joey se encontraba en el mundo real. Y obviamente esta mujer era la culpable de todos sus problemas.

Para su mayor confusión ella comenzó a reírse y le tomó un brazo para comenzar a inspeccionarlo como haría un médico. -¡Responda!- Gritó histérico cuando vio que la mujer lo ignoraba. Justo cuando Joey terminó de gritar una alarma comenzó a sonar en toda la habitación y luces rojas comenzaron a encenderse intermitentemente. -¿Pero que...?-

-No te preocupes Joey, sólo es la alarma de seguridad.- Le dijo la mujer mirando las titilantes luces rojas y soltando su brazo. –Parece que tus amigos por fin han llegado para rescatarte.-

-¿Qué¿¿Mis amigos¿Se refiere a Yugi y los demás?-

Ella asintió, torciendo de nuevo su sonrisa y volteando hacía Kaiba. –Y también me refiero a Mokuba.- Joey vio como el CEO se tensaba visiblemente ante la mención del nombre de su hermano. Le estaba enviando a la mujer una mirada de puro odio, y parecía querer liberarse para correr hacía ella y ahorcarla. ¿Acaso no era bueno que sus amigos hubieran venido por ellos?

-Pero no guarden esperanzas de que ellos los salven.- Continuó la mujer aún con su sonrisa torcida. -Es más, rueguen porque pronto se desanimen de venir hasta aquí, ya que con las modificaciones que le he hecho al sistema de seguridad, si ellos se acercan demasiado, morirán.–

#´´´´´´#

Las luces roja y el sonido de la alarma llenaron el interior del helicóptero. –¡Maniobras evasivas!- Gritó Roland moviendo bruscamente el timón, haciendo oscilar el helicóptero y sacando un grito de todos sus pasajeros. Pero el giro fue justo a tiempo para evitar que una serie de destellos rojos impactaran contra ellos.

-¿Qué está pasando!-

-¡Nos disparan!-

Izquierda. Derecha. Arriba. El helicóptero hacía lo posible para no ser alcanzado por los misiles que venían a una enorme velocidad y con muy buena puntería.

-¡Sujétense fuerte!- Gritaba Yugi mientras los demás trataban de no caerse. Algo los golpeó con fuerza de pronto haciendo que Tea soltara su agarre y gritara. Tristan y Yugi la sujetaron. -¿Estás bien!- Ella asintió.

-¡Es el sistema de seguridad del laboratorio de mi hermano!- Gritaba Mokuba tratando de no caerse ni soltar los controles. -¡Quién quiera que esté adentro, no solo ha activado el sistema de defensa sino que también lo ha modificado para que nos atacara con armas reales!-

-¡Joven Kaiba!- Exclamó Roland haciendo un nuevo giro en el timón. –¡No podemos acercarnos¡Será mejor que salgamos fuera del rango del sistema de defensa!-

-¡No¡Hay un loco maniático en el laboratorio de mi hermano¡Si retrocedemos hasta salir del rango del radar tardaremos demasiado¡Y no conozco otro camino para entrar!- Exclamó Mokuba apretando los puños y los dientes con furia. ¿qué podían hacer?

-¿Qué tal si saltamos!- Sugirió Tristan, gritando para hacerse escuchar por encima de todo el ruido.

-¡No servirá de nada! También hay un sistema que impide que alguien se acerque caminando. Seremos atacados de todos modos.- Mokuba se mordió el labio con nerviosismo. –Creo... creo que lo mejor será retroceder.-

-¡No!- Exclamo Tea. –¡Joey y Kaiba están en peligro¡No podemos perder más tiempo!-

Mokuba miró a los demás aún mordiéndose el labio. ¿Qué podían hacer? Su hermano había diseñado aquel sistema para proteger sus secretos. Pero el sistema solo serviría para asustar y como advertencia, no para realmente atacar a quien intentara acercarse.

Nuevamente algo los golpeó y con mucho más fuerza, ésta vez haciendo que todos gritaran en especial Tea. Fue entonces que Mokuba miró a Roland y éste entendiendo el mensaje tomó con fuerza los controles y dio un giro.

-¡Espera!- Gritó Yugi acercándose a los controles tratando de no caerse en el oscilante helicóptero.

-¡Nos caeremos si nos quedamos aquí!- Gritó Roland a modo de explicación mientras hacía girar el timón, hasta que las manos de Yugi lo detuvieron en la acción. –No. Podemos llegar.- La seguridad con que dijo las palabras hicieron que Roland y Mokuba se le quedaran mirando. –Tu hermano construyo ese sistema de seguridad¿cierto Mokuba?- El niño asintió viendo la expresión segura en el rostro de Yugi quien, súbitamente ya no tenía las mismas facciones inocentes, sino que se veían más marcadas y agudas. Sobretodo los ojos habían cambiado y tenían una mirada muy diferente, con brillos rojizos y llenos de una especie de sabiduría. Ese no era el mismo Yugi.

-Creo que tengo una idea.-

#´´´´´´#

Las luces de emergencia ya habían dejado de brillar dentro del laboratorio y el sonido de la alarma se había callado, pero Joey seguía con la boca abierta. ¿Dijo que sus amigos podían morir?

El colmo fue cuando, con otra extraña sonrisa, la mujer volvió a tomar su brazo para examinarlo. -¡Basta ya¡Qué cree que está haciendo!- Exclamó, apartando su brazo violentamente del agarre de la mujer. -¡No puede tratarnos así¡Ni siquiera entiendo que es lo que quiere!- Olvidando por completo que no podía moverse correctamente, tomo un brazo de la mujer para empujarla y trató de levantarse haciendo equilibrio en sus dos piernas. -¡Y ni se le ocurra intentar dañar a mis amigos, o si no...- Pero la amenaza perdió todo su efecto cuando las piernas de Joey no pudieron sostenerle y cayó de nuevo pesadamente y con mucho dolor.

Por lo menos, por un momento logró sorprenderla con su actitud, pero la verdad era que ella no estaba interesada. Tenía otras cosas de que ocuparse. –Ya veo, el principal daño está en las piernas. Supongo que eso debe significar algo. No lo sé, supongo que tendré que investigarlo después. Por ahora podemos considerar el experimento concluido.-

-¿Experimento?- A Joey no le gustó esa palabra. Aunque Kaiba había dicho algo al respecto... -¿Qué es lo que quiere decir?-

Ella sonrió ante su pregunta y se inclinó sobre él torciendo más su sonrisa al acercarse. –Eres el primero de todos mis objetos de experimentación con el que puedo hablar. - Fue lo que ella dijo apoyándose ligeramente sobre la superficie en la que Joey estaba. Joey frunció el ceño ¿Objeto de experimentación? -Respóndeme por favor¿Cómo fue que notaste que no se trataba del mundo real¿Qué crees que ocurrió para que Seto Kaiba fuera borrado del programa que con tanto cuidado creé?-

Joey volvió a quedar anonadado por la pregunta. ¿Pero que...? -¡No, espere!- Exclamó al reaccionar. –Es usted quien debe responder mis preguntas, no al revés. Cómo por ejemplo ¿quién es usted¿y por qué nos tiene prisioneros?- Dijo molesto. Esto no estaba yendo a ningún lado.

La mujer asintió viéndolo seriamente. –Entonces hagamos un trato. Yo te contaré y tu me responderás.- Joey levantó las cejas extrañado. ¿Le estaba haciendo una oferta? –Es que ES importante. He estado haciendo estos experimentos durante años y aún no puedo encontrar la clave.

Mi objetivo es, crear un programa que imite el mundo real tan perfectamente que la persona no note que se encuentra en un mundo virtual. Incluso para activar el programa lo he hecho en condiciones que la persona no se de cuenta. Por ejemplo en tu caso. Un temblor. Se supone que un estante te cayo encima, pero tu no diste cuenta gracias a mi programa. Otra persona por ejemplo iba conduciendo contra una pared. En su mente logró dar la vuelta en el último minuto, pero en la realidad se estrelló y quedó inconsciente. Cosas casuales.-

Joey entrecerró los ojos. También Kaiba le había dicho algo por el estilo. Que todas esas personas que habían caído en coma además de él, habían estado en "accidentes." –Para que la policía no se de cuenta.- Musitó él, asqueado con la idea.

La mujer asintió. –No sería conveniente tener a la policía detrás de uno.- Joey apretó los dientes.

-Pero al principio.- Continuó la mujer. –Tuve muchos errores. Las personas se daban cuenta muy pronto que no era el mundo real. Ocurrían cosas inusuales. Personas que desaparecían, lugares que cambiaban. Cuando la persona se da cuenta que hay algo raro, la seguridad del programa se activa y atrapan a la persona para dejarla en la inconsciencia de nuevo y poder reiniciar el sistema. Pero ha habido personas en las que el sistema ha tenido que reiniciarse más de treinta veces.

Con el tiempo fui mejorando el programa hasta que llegué a pensar que tenía el error reparado. Pero tú, y la última muchacha con la que trabajé lograron darse cuenta que había algo anormal. Obviamente hay otro error en el programa. Pero no logró identificarlo.

Por eso es tan importante que me respondas; porque eres el único con el que he podido hablar hasta ahora.-

Joey no entendió o no quiso entender lo que ella implicaba, aunque Kaiba ya se lo había dicho. Todas las personas que habían caído en coma además de él, habían muerto. ¿Q-qué quiere decir?- La mujer miró a Joey seriamente, parecía ponderar si sería conveniente seguir hablando.

A un metro de distancia Kaiba escuchaba atentamente. –Verás.- Continuó ella. –Tengo un segundo objetivo y es hacer un programa con el sistema de seguridad más poderoso que existe. Eso también lo he ido mejorando con el tiempo.

En teoría, ni siquiera yo debería ser capaz de entrar al sistema de la computadora y he hecho ya varias pruebas, pero...- Y aquí ella miró a Kaiba astutamente.

-Estuve muy impresionada cuando llegué a este laboratorio y me encontré con que Seto había logrado bloquear toda la indestructible seguridad de mis sistema. Te colocó en uno de estos simuladores virtuales y con eso y usando simple lógica de computadora, logró hackear el pequeño chip insertado en tu cerebro Joey.- Joey también miró a Kaiba. Si, eso también ya lo sabía, solo que con más complicaciones.

-Y no solo eso. Seto también tuvo la idea de escribir un código de terminación de videojuegos que desconectó definitivamente mi programa. Muy astuto.

Así que, como verás Joey, eres el único que ha logrado salir del mundo que yo cree. Normalmente para obtener los datos, tengo que extraer manualmente el chip de mis objetos de experimentación. Para eso cree mi propia clínica "Saint Louis" donde los contritos parientes llevaban a sus comatosos familiares por voluntad propia.- A Joey le recorrió un escalofrío. Kaiba le había dicho que para extraer el chip, había que abrir el cerebro hasta la parte más profunda. Probablemente así es como morían los "objetos de experimentación" de esta mujer.

¡Cielos! De pronto se sentía terriblemente agradecido con Kaiba, por sacarlo del hospital y todo eso. Le iba a mandar tarjetas de agradecimiento diarias a partir de la fecha. Si es que lograban salir de ésta, claro está.

-Y ahora responderé tu pregunta.- Joey volvió a la realidad al escuchar la voz de la mujer irrumpir sus pensamientos. Ella se había erguido y miraba a Joey con expresión seria. -¿Qué por qué los tengo prisioneros? Obviamente porque son un caso especial. Ninguno de los dos debería estar aquí.- Dijo con voz enojada. –Tú Joey, no deberías haber salido del mundo virtual. Y tú Seto, deberías haber muerto hace nueve días.- Acusó ella volteando hacía Kaiba, quién entrecerró los ojos peligrosamente.

-No sé si lo sepas Seto, pero todo el dinero de tu empresa me pertenecía antes. Pero hasta ahora no te he guardado ningún rencor por poseer lo que era mío.- Explicó ella con bastante tranquilidad mientras que Kaiba adquiría una expresión de confusión. –Sin embargo ahora yo necesito ese dinero para continuar con mi investigación, ya que mis fondos se han terminado.-

-No es fácil asesinarte Seto. Se que ha habido más de quince intentos de asesinato desde que asumiste la presidencia de Kaiba Corp. Intentos de envenenamiento, balas desde el techo de un edificio. Nada ha funcionado. Siempre hay alguno de tus guardaespaldas cerca para interponerse con la bala. Y tu eres tan desconfiado. Los sistemas de seguridad de tu casa y de tu empresa son los mejores, ni siquiera se puede cortar los frenos de una de tus limosinas. Así que, qué podía hacer para matarte.- Joey miró a Kaiba impresionado. Quince intentos de asesinato. Kaiba no podría ni comer tranquilo. ¿Cómo hacía para ir a la escuela¿Cómo hacía para vivir así? Con razón siempre andaba de mal modo.

Pero Kaiba no parecía pensar lo mismo. Estaba mirando con desdén a la mujer, casi retándola, pese a que se encontraba inmovilizado y amordazado. Algo que la hizo reír brevemente. –Como verás Seto, tuve que crear un plan original. Y se me ocurrió crear un temblor o un terremoto y hundirte debajo, y además utilizaría el mismo método para activar el sistema que ya estaba dentro de Joey y así mataba dos pájaros de un tiro. Mi plan era perfecto. Si no te mataba uno de esos estantes, por lo menos te dejaría inconsciente e indefenso para que yo pudiera acabarte.

No sé cómo es que sigues aquí realmente. Yo estaba en el otro edificio y vi como dos de los estantes no cayeron. Tu estabas junto a uno de ellos y te salvaste, llamaste a una ambulancia, y con lo rápido que se mueve la gente tratándose de Seto Kaiba tuve que darle preferencia a limpiar todo rastro de evidencia que me relacionara con el hecho.

Pensé en ir al hospital de noche. Logré burlar a algunos de tus guardias y tuve que matar a otros y mira que ya no soy precisamente joven. Pero no sirvió de nada. Ya no estabas en el hospital ni Joey tampoco.

Por eso ya no voy a matarte Seto. Ahora mismo no hay nada que evite que me adueñe de tu empresa, por eso, en lugar de matarte, perfeccionaré mi programa y luego te usaré como objeto de experimentación. Si puedo engañarte a ti, habré alcanzado mi objetivo.

Y en cuanto a ti Joey...- Joey se sobresaltó cuando ella volvió a dirigirse a él. Había estado hablando tanto tiempo de Kaiba que casi pudo olvidar que el también estaba metido en el saco. –De ti Joey, lo que necesito son datos. Por eso te dejé salir del mundo virtual. Así que ahora que ya respondí tu pregunta debes responderme. Te diste cuenta que había algo anormal porque Seto Kaiba desapareció de tu mundo. ¿Por qué crees que eso sucedió?-

¿Acaso de verdad esa mujer pensaba que le iba a responder? Si iba a utilizar lo que le dijera para seguir experimentando con la gente, no le diría ni la hora. -¡Está completamente loca¡No tengo ni la menor idea de cómo fue que sucedió! Y si lo supiera¿acaso cree que voy a colaborar para que siga jugando así con las gente¡Ha matado a todas esas personas y planea matar más y estoy seguro que antes de morir todos ellos deben haber sufrido el mismo infierno que yo¡Olvídelo, no le diré nada!- Porque en realidad sí sabía. El había deseado que Kaiba despareciera justo antes de entrar al mundo virtual. El ya había deseado muchas veces antes que Kaiba desapareciera, que se largara, no volver a verlo nunca, porque era un cretino que siempre lo insultaba y lo consideraba inferior. Pero Kaiba era un cretino al que podía comprender bastante bien, y su deseo que desapareciera no era de corazón. Excepto esa vez que había estado muy dolido y muy frustrado y le había pasado todo lo malo del mundo. Esa vez si había deseado que Kaiba desapareciera pero no de la tierra. Sólo... que despareciera, para no sentirse humillado. Jamás pensó que le pesaría tanto haber dicho esas palabras.

-No deberías pensar así.- Contestó la mujer con tranquilidad una vez que Joey hubo dejado de gritar. –Lo que hago puede ser beneficioso para muchas personas. Muchos de mis objetos de experimentación aún están vivos. Sólo que sin un cuerpo.

Solo es necesario el programa que yo creé, para hacer creer a la persona que sigue viviendo en el mundo normal, cuando en realidad sus cuerpos están enterrados en los cementerios. Mi programa les hace creer que ven oyen y sólo es necesario que sus mentes sigan recibiendo oxígeno en mi laboratorio.-

Joey abrió la boca horrorizado. ¡Eso era tétrico, inhumano! Y el estaba consciente que su nombre también estaba en la lista de "objetos de experimentación". Necesitaba hallar la forma de escapar -¿Y eso es benéfico!- Continuó gritando. -¡Les está robando sus vidas¡Encerrándolos en un mundo virtual¿Qué clase de persona querría hacer algo así? –

La mujer simplemente le alzó una ceja. –Veo que no voy a obtener nada de ti. Sólo he perdido mi tiempo.-

Lo siguiente que supo Joey fue que ella estaba apuntando un revolver a su frente, en un movimiento tan rápido que Joey no lo registro hasta que no estuvo frente a frente con el cañón de la pistola. -No espero que entiendas mis motivos.- Dijo ella con voz grave, sin bajar el arma. -Pero lo que hago no es ninguna crueldad ya que el programa está diseñado para que la persona no se de cuenta que está en un mundo virtual.

El cuerpo de mi hijo quedó inservible después de un accidente, y su padre encerró su mente en un mundo virtual donde ha estado completamente solo todos estos años.

No puedo recuperar su cuerpo, pero sí su mente, y puedo crear un mundo donde mi hijo y yo vivamos juntos otra vez, y donde seamos felices. Si no puedes ayudarme a cumplir eso Joey, entonces, no me sirves.- Joey la miraba con absoluto horror. Ella quitó el seguro del arma y movió su índice sobre el gatillo. –Aunque, quizás aún puedas servirme. Puedo intentar hacer que vuelvas al mundo virtual y experimentar un poco más. O puedo matarte. Hm. Que indecisión, no se que hacer.-

#´´´´´´#

Notas de autor: Y bueno, solo queda un capítulo más. ¿Qué creen que pase¿Me habré olvidado de poner algo en este capítulo? Si aún les quedan dudas, háganmelas llegar por favor.