-Kurama! hey, Kurama- alguien me sacude de un hombro - no es buen momento para quedarse dormido!
Esa voz...
-Yusuke?
-El mismo. Hombre, no cre� que te fueras a dormir durante tu propia boda!
-Perdona, yo... - un segundo...mi qué- qué... qué es lo que acabas de decir?
-Pues que te nos casas, tío! Jajajaja, parece que te has puesto nervioso.
-Yo voy... a casarme? pero... pero... - abro mucho los ojos, sorprendido y hasta un poco asustado.
-Oigan ustedes! van a moverse o qué? la misa está a punto de... - Kuwabara sale de la iglesia y me sonríe.
-Mira, si es el novio! aunque te ves pálido, Kurama. No te habrás enfermado o sí!
-Pero, pero... - esto no está bien, no puede estar bien!
-Jajaja, ningún enfermo! es que nuestro amigo estaba tomando una siesta - responde Yusuke.
-Nani! (qué?) es cierto- el pelirrojo clava su descorcentada mirada en mí.
-Yo...
-Aunque con lo aburrido que es esto, no me sorprende... deberían dejar a un lado el protocolo y pasar directo a los besos, no crees- el muchacho sonríe picaronamente.
-Pero, pero... yo no puedo casarme- finalmente logro expresar mis pensamientos con palabras.
-Vamos Kurama, no bromees! ahora nos vas a decir que se te ha olvidado la boda, jajaja!
-S�, no nos tomes el pelo- ambos chicos comienzan a reír a la par. Me siento un poco avergonzado;
qué pasa si esto es de verdad y olvidé mi propia boda? cómo pude haberlo hecho?
-Jejeje - río de forma insegura, esperando a que ambos paren.
-Entonces supongo que esto no es un sueño...
-Un sueño! jajajaja - al escuchar mi murmullo, los dos vuelven a reír aún más fuerte.
-Qué imaginación tienes, Kurama... - comenta Yusuke, con lágrimas en los ojos de tanto reír.
Esbozo una pequeña sonrisa.
-Y... dónde está la novia? aún no llega- pregunta Yusuke súbitamente.
-Ah, debe estar por allí. Ya sabes que es costumbre que sea la última en entrar a la iglesia.
-La novia...- Kami-sama, es verdad! si voy a casarme entonces debo habérselo pedido a alguien!
-Claro, no esperabas casarte tú solo o sí- comenta Yusuke.
-Vaya que te envidio, Kurama... tu chica es preciosa- dice el pelirrojo con un suspiro.
-Te diría que ya te llegará el turno amigo, pero tratándose de ti... - Yusuke pone los ojos en blanco y suspira - no quiero darte falsas esperanzas...
-Urameshi! qué estás insinuando- Kuwabara lo levanta en el aire un momento, luego lo baja y se sacude el polvo de su smokin - ya saldaremos cuentas después de la boda. Además... - sonríe mientras sus ojos arden - esta vez pienso atrapar el ramo!
-Pues tendrás que competir con nosotras - la nueva voz proviene de detrás del enorme pelirrojo, y pertenece a Keiko, una chica de pelo y ojos castaños, quien esta vez viste un vestido largo color verde olivo - ne, Botán?
-Hai! ténlo por seguro- responde Botán, apareciendo a su lado. Ella trae su largo pelo azul recogido en una coleta, pero esta vez lo trae rizado; y luce un vestido igual al de Keiko.
-Sugoi... (genial) - murmura Yusuke.
-Qué elegante, Kurama- exclama Keiko juntando las manos.
-Si! nunca te habíamos visto tan guapo - concuerda Botán. Creo que me sonrojo al escucharlas.
A lo que ambas chicas ríen juntas. Entonces se me ocurre observarme; traigo puesto un traje blanco
inmaculado, la camisa, el pantalón y el saco son blancos. Pero la corbata es roja y los zapatos oscuros.
-Bien, vayamos al altar- proponen las chicas, por lo que me veo arrastrado hacia el altar, mirando nerviosamente
la entrada de la iglesia. "De verdad, la joven de mis sueños entrará en cualquier momento por ella?" No recuerdo
que me gustase ninguna muchacha, y menos haber tenido citas con una, pero si voy a casarme... Entonces la veo:
hay alguien que va acercándose a la larga alfombra roja que cubre el pasillo.
Es una muchacha mediana de pelo negro, con un vestido largo y blanco, que sostiene un ramo de rosas rojas. Pero trae cubierto el rostro con un velo. Ansío ver su cara y descubrir quién es; en las butacas, veo a mi madre derramando lágrimas de felicidad, junto a mi padre y mi hermano, que parecen muy felices. Finalmente, la novia llega a mi lado.
Siento las manos de Yusuke y Kuwabara en mi hombro mientras el sacerdote inicia la ceremonia. Asombrado, escucho todos los juramentos salir de mi boca, sin que haya memorizado ninguno. Por fin, y con gran exaltación, levanto con cuidado el velo que cubre el rostro de la muchacha. Tiene una cara hermosa, sus ojos son azules como el mar profundo, y trae los ojos bellamente pintados, sus labios me sonríen... entonces, caigo en la cuenta de que no la conozco, nunca la he visto!
No... pero no puede ser que me esté casando con una extraña! es una tontería. Aún aturdido, me quedo quieto viendo sus labios aproximarse a los míos, cuando...
-Ahhh- de repente ella grita muy fuerte, sus ojos se abren llenos de terror, y se lleva una mano al vientre.
-Oh Dios mío... - es entonces cuando lo veo, rojo, su vestido blanco está manchado de color rojo.
-Sangre... - lo digo tan bajito que apenas y puedo oírme - sangre! todo... está lleno de...
Creo que estoy mareado, la cabeza me da vueltas y siento cómo me tambaleo.
-Un... médico - mi voz sigue débil, ella se desploma en el piso - que alguien traiga un médico!
Aterrorizado, veo cómo su cuerpo se convulsiona, sangrando cada vez más; empapando la alfombra y su vestido. Todos a mi alrededor entran en pánico, oigo gente que corre y grita, pero no les presto atención.
-A...ayúdame... - ella suplica, mientras me hinco a su lado. De pronto, su cuerpo explota; es como si algo lo hubiera reventado
en pedazos, dejando en el piso tan solo un charco del rojo líquido y... las flores. No puedo creerlo, es como si estuviera perdiendo
la razón. Escucho el salpicar de la sangre contra mi rostro cuando ella desaparece... Oh Dios... oh Señor... Creo que empiezo a llorar,
y la sala está en silencio, no hay más que el eco de mis sollozos en la oscuridad.
A dónde se han ido todos? sangre... no hay más que eso... todo manchado de sangre. No lo soporto, respiro profundamente y después solo escucho mi grito desesperado...
-Por qué?
Jadeo. Estoy sentado en mi cama, empapado en sudor. Me tiento rápidamente el rostro, aliviado el ver que no hay sangre.
-Un sueño... todo fue un estúpido...
-Una pesadilla, dirás - responde con tono burlón una figura, al pie de mi cama.
-Quién... quién es- pregunto, rechazando el tono temeroso de mi voz.
-El hada de los pelos, desde luego - comenta sarcásticamente - pues quién crees tú?
El hada de los pelos? claro, eso lo explica todo. Solo conozco a una persona que diría algo como eso.
-Hiei- ya lo recuerdo. El koorime me había visitado anoche para tener un lugar donde dormir mientras investigaba en busca de demonios que hubieran pasado ilegalmente al ningenkai. Eso decía él, pero si me preguntan a mí, diría que también tuvo algo que ver el helado de choco-chips que le obsequio cada vez que viene.
-Sí. Y si ya no tienes más deseos de gritar, me gustaría que me dejaras dormir - comenta, volviendo a acostarse en su bolsa de dormir.
-Claro... perdona... - intento sonreír, pero la pesadilla aún pesa sobre mi cabeza... era tan real...
-No te disculpes - responde Hiei con fastidio - supongo que eso es parte de tu naturaleza ningen, no- asiento con la cabeza, mirando a un punto fijo frente a mí, sin ver tan siquiera los adornos de la pared. Otra vez, ése odioso sueño... por qué tenía que soñarlo todas las noches? por qué me atormentaba? "Y justo cuando estoy en semana de exámenes" sonrío con ironía. Como si eso fuera lo peor de todo...
Y además, ahora acabo de hacer el ridículo frente a Hiei...
-Y... qué clase de sueño era ése, que te despertaste gritando- murmura el pequeño demonio. Tiene la espalda vuelta hacia mí, por lo que no puedo distinguir su rostro.
-Ah, nada, nada... - contesto, quitándole importancia - ya sabes, una tontería ningen (humana).
-Mm... en todo el tiempo que te conozco, jamás te había visto actuar de esa manera.
-Qué?
-Dabas vueltas en la cama - explicó Hiei, mirándome de reojo - gemías y sudabas mucho.
-Oh bueno... en realidad ya no lo recuerdo jejeje, debió haber sido... tú sabes, un examen muy difícil o algo así - trato de convencerlo con una sonrisa. Si tan solo fuera cierto... si pudiera olvidar un segundo la cara de esa chica, su grito... las paredes teñidas de sangre...
-No me lo digas si no quieres - contestó Hiei, arropándose mejor - pero me tomas por tonto si piensas que no sé distinguir cuando me mientes. Y acabas de hacerlo, Kurama.
-Tienes razón... - suspiro, recordando que estoy tratando con un ser muy astuto - gomen... (disculpa).
Pasan unos minutos en silencio. Miro el reloj del buró para descubrir que son las 3 am en punto; supongo que si no me duermo ahora, no podré contestar mi examen correctamente. Pero tengo miedo de hacerlo... temo dormir y volver a soñar con... frustrado, me siento en la cama y aprieto las sábanas. Kami-sama, hace cuánto que empezó todo esto? un mes... sí, ya va un mes completo de insomnios si mal no recuerdo.
Y ahora tengo estas horribles ojeras... me froto los ojos, sabiendo que arruinan totalmente el maravilloso verde de mis ojos.
-Kurama... qué es lo que soñaste- su voz me toma desprevenido, dado que creí que estaba dormido desde hace tiempo. Sonrío un poquito, feliz de
saber que Hiei se preocupa por mí.
-Dado que al parecer la curiosidad no te deja dormir - él gruñe al escuchar esas palabras - te contaré: sueño que voy a casarme y todos los chicos están ahí,
Yusuke, Kuwabara, Keiko, Botán... pero yo no recuerdo nada sobre la boda y no conozco a la novia. Entonces, al llegar al altar, ella grita muy fuerte y comienza
a sangrar; luego todos desaparecen y su cuerpo se desintegra, dejándome solo llorando, mientras que todo se llena de sangre.
Aguardo esperando su sentencia, mirando fijamente su perfil impasible.
-No tiene sentido - dice al fin, cerrando sus ojos carmesíes - si tú no conoces a la chica y ella no es atacada en ningún momento por nadie, no puede ser una premonición.
-Quizás es solo una pesadilla - concluye, acostándose - una de las muchas tonterías humanas, como siempre he dicho - sonrío y afirmo, tumbándome en la cama.
-Es verdad, bueno, muy buenas noches Hiei - le digo, arropándome - y disculpa que haya arruinado tu noche.
-Ya deja de disculparte - murmura él, adormilado - y Kurama... - añade por último.
-Sí?
-No te preocupes más por esos sueños - me agacho y lo miro atónito un instante, pero parece que él ya está en brazos de Morfeo. Sonrío de verdad por primera vez esa noche y murmuro: "Hai" (sí) mientras suavemente apoyo mi cabeza en la almohada, mucho más tranquilo que antes.
Fin del cap. 1
Em... bien, supongo que quedó un poquito...sangriento XD y puede que muy confuso tmb jejeje, pero todo se aclarará más en el sig. cap. "La maldición" donde se explica por qué Kurama tiene esos sueños (pobrecito, va a sufrir T.T).
Bueno, pues cuidaos! gracias x haber leído Shinigami Dreams, hasta la próxima!
I will be a otaku forever! )
Happy Sagara :)
