A la mañana siguiente, Hiei ya se había ido. No se despidió, pero eso ya no me molestaba; supuse que simplemente era "tímido.
Al parecer, se tomó muy en serio eso de irse a primera hora. Luego de ir al colegio, quedé de verme con Yusuke y los demás en
el parque, para analizar la situación.
-Hola! qué hay, Kurama?
-Konichiwa - los saludo a todos, sonriendo.
-Ya estás más alegre, ne Kurama? - pregunta Keiko, quien trae su largo pelo amarrado en una trenza.
-Hai! gomen, no quería preocuparte.
-Ah, no es nada - repone ella, sonriendo - todos hemos estado tristes alguna vez, es natural. Hasta tú, Kurama.
-Cierto.
-Bueno, bueno, vamos a trabajar - propone Kuwabara, eligiendo una silla en el café cercano.
-Es verdad, no debemos perder el tiempo - concuerda Yusuke, sentándose a su lado.
-Mira quién habla de perder el tiempo - comenta Keiko, despectivamente.
-Mujeres... siempre se están quejando por algo!
-Es porque ustedes siempre nos dan razones ¬¬
-En fin... ya sabe algo Koenma, Botán? - pregunto, mirando a la peliazul.
-Lo siento, todavía no - todos suspiramos a la vez, desanimados.
-Al menos tampoco hay noticias malas - dice Yusuke.
-Urameshi, tú jamás te preocupas por nada, verdad? - comenta el pelirrojo.
-Me preocupa estar en forma - responde el detective, todos lo miramos boquiabiertos - para poder pelear! - termina de explicar el chico.
-Ya me esperaba algo así...
-Um... todavía no nos han tomado la orden, qué raro, no? - observa Botán.
-Sí... la vez pasada nos atendieron en seguida, y eso que había mucha gente - miramos a nuestro alrededor, donde muchas de las mesas de plástico están vacías.
-Aquí es donde trabaja ella, verdad? - pregunta mi amigo de pelo negro - dices que su nombre es Katy?
-Katsushiko, en realidad - respondo, asintiendo - y sí, trabaja aquí.
-Es una pena que no podamos vigilarla por las mañanas - dice Yusuke, tamborileando con sus dedos sobre la mesa - yo por mí me volaría la escuela encantado, pero... - la mirada asesina que le dirige Keiko lo dice todo.
-Ni se te ocurra, Yusuke! - exclama la castaña, lanzando chispas por los ojos.
-Pero, Keiko! es para salvar una vida! cómo puedes ser tan desconsiderada? - se defiende él.
-No me salgas con tus cuentos chinos! de por sí tus calificaciones salieron bajísimas el mes pasado...
-Calma, calma U - bajo mis manos suavemente, pues temo que la adolescente se incendie de un momento a otro.
-No hay ningún mesero a la vista - dice Kuwabara, observando a otros de los clientes que también mueven la cabeza de un lado a otro para pedir su orden.
-Iré a investigar - decido yo, levantándome.
-Quieres que te acompañemos? - propone Yusuke.
-No es necesario, te lo agradezco - distraídamente paseo la vista por la mesa, donde una enfurecida Keiko lo sigue mirando con ojos asesinos - bueno... podrías acompañarme, Yusuke? solo por si acaso U
-Disculpen - susurro al llegar al mostrador, donde hay varios jóvenes reunidos, enzarzados en una discusión - pasa algo malo?
-Oh, no! no se preocupe señor, en seguida los atenderán! - responde nerviosamente uno de los muchachos, dando un respingo. Mi compañero parece satisfecho con su respuesta, por lo que da media vuelta y camina de regreso a la mesa. Sin embargo, yo no estoy tan seguro... la sonrisa falsa y los ojos asustados del joven me dicen que algo no va bien.
-Vienes, Kurama?
-Hai! en un segundo, adelántate - contesto.
-Ok!
-Le... le puedo ayudar en algo? - pregunta el adolescente.
-Mm... no habrás visto a Katy?
-Katy! - exclama, sobresaltado.
-Sí - respondo, arqueando las cejas, sorprendido por su reacción - Katsushiko, trabaja aquí.
-Ah... no, ella no está aquí...
-Le pasó algo malo? - pregunto, inquieto. A cada momento, la actitud del muchacho me parece más sospechosa. Los demás me miran con recelo.
-Es usted... su familiar?
-No, soy su amigo - digo muy alarmado. Si están preguntando por sus familiares, ésa no puede ser una buena señal.
-Es que... ella no vino a trabajar hoy. Nos pareció muy extraño, porque ella nunca antes había faltado; pero cuando llamamos a su casa, nadie nos contestó... - mi corazón da un vuelco al escuchar esas palabras... pero, entonces por qué...?
-Creemos que está enferma, probablemente no hay de qué preocuparse - comenta tranquilizador, poniendo una mano en mi hombro.
-Pero entonces, por qué se ven tan agitados? - señalo con la cabeza a sus compañeros - es decir, no quiero ser entrometido, pero si hay algo en lo que pueda ayudar...
-Ah, bien... la verdad es que... sí estamos un poco angustiados - me indica que me acerque con un gesto de la mano, por lo que agacho la cabeza de forma confidencial - ayer, después de que se fue, unos tipos raros vinieron a preguntar por ella. Les dijimos que no estaba, y se molestaron mucho, aunque... no sé. Me dieron la impresión de que... no pertenecían a este mundo.
Qué? el corazón me da un salto. Ok, si antes había empezado a preocuparme, ahora estaba totalmente angustiado.
-Suena extraño, lo sé - se disculpó el muchacho - es decir, no digo que fueran fantasmas, pero... había algo fuera de lugar en ellos.
"No eran humanos" comprendí, asintiendo, para darle a entender al mesero que no creo que esté loco.
-Arigatou - respondo - si saben algo de ella, por favor díganle que quisiera hablarle. Mi nombre es Suichi Minamino.
-De acuerdo - asiente el muchacho, tomando nota mental de ello - no se angustie. Ella aparecerá - lo miro un segundo, y percibo algo perturbador en su sonrisa, pero el muchacho está bastante perturbado! así que no le doy importancia.
-Gomen Kurama, el mesero ya pasó por aquí - explica Kuwabara, quien está a punto de darle un mordisco gigante a su hamburguesa.
-No hay problema - contesto, pues ya no tengo apetito.
-Y... viste a tu novia, Kurama? - pregunta Yusuke, pícaramente.
-No, ella... ah, qué, mi novia! - exclamo, dándome cuenta del comentario.
-Jajajaja, ya es oficial? - inquiere Kuwabara.
-Esperen! yo... - sin quererlo, mi cara se pone roja. -Jajajajajaja!
PAF! Keiko los golpea a ambos con un periódico enrrollado (no me pregunten, yo tampoco sé dónde lo sacó O.o.
Provocando que dejen de reír y se froten la cabeza en el lugar del golpe, doloridos.
-Ayayayayay... no tenías por qué hacer eso - reclama Yusuke, con una lágrima pasajera de dolor en el rostro.
-Par de inmaduros - replica Keiko - y a ustedes qué les importa si Kurama es novio de la mesera?
...aparecen gotitas en mi frente.
-Ah, gomen! es decir...
-Gracias, déjalo así U - respondo, poniéndome serio - muchachos... quién vio a Katy por última vez?
-Mm... ayer le tocaba a Kuwabara, si mal no recuerdo - responde Yusuke, con un dedo en la barbilla.
-Sí, ayer vi cómo regresó a su casa alrededor de las 10 p.m.
-Y, no viste... a nadie siguiéndola?
-Iie (no) - dice, sorprendido - por qué lo dices?
-El chico de la cafetería me dijo... que anoche unos tipos vinieron a preguntar por ella - explico - y hoy no vino a trabajar.
-Qué? entonces, tú crees que ya sea muy tarde...? - niego enérgicamente con la cabeza, agitando mi espléndida melena pelirroja y dejando un dejo de aroma de rosas en el aire.
-No, eso no pasará - los muchachos me miran y sonríen, asintiendo.
-Bueno, debo irme - anuncio, poniéndome de pie - nos vemos luego! nn
-Hey, a dónde vas? - exclama el pelirrojo.
-A practicar un poco de jardinería - respondo, sonriendo ante su cara de desconcierto.
-Realmente es un chico misterioso, eh? - comenta Yusuke, sarcásticamente.
Al saltar de edificio en edificio, camino de la casa de Katy, tengo la extraña sensación de que si volteo a los lados en cualquier momento descubriré a Hiei haciéndome compañía desde los techos vecinos, ya que ésta es su forma favorita de desplazarse. No está mal, aunque yo prefiero caminar... a menos que tenga prisa, claro, como en este momento. Sonrío y siento una sensación cálida en el pecho.
Finalmente, salto al suelo frente a la puerta de su casa. Toco el timbre y espero pacientemente a que sus pasos resuenen por el pasillo.
nada. Con un escalofrío, vuelvo a apretar el botón, moviendo el pie nerviosamente. Ok, un intento más, uno más y si no hay respuesta tumbas
la puerta; me digo a mí mismo. "Y qué tal si está en peligro en este justo momento? qué tal si es demasiado tarde?". Me preparo para entrar, cuando
escucho sus pisadas que se acercan a la puerta. Un segundo después aparece su rostro tras ella.
-Sí? ah, Suichi! - exclama, sonriente - qué te trae por aquí?
-Fui a visitarte al trabajo - respondo, inmesamente aliviado al verla sana y salva - pero me dijeron que no habías ido, así que decidí visitarte...
-Estabas preocupado por mí, eh? - concluye Katy, sonriendo burlonamente.
-Bien... un poco - admito, ligeramente sonrojado.
-Qué lindo eres, Suichi pero no había de qué preocuparse! simplemente pesqué un resfriado, y como no he pagado la cuenta de teléfono,
no pude llamar.
-Entiendo - respondo, notando en efecto que su voz se oye congestionada.
-Pero me alegra que hayas venido a visitarme - comenta con una sonrisa radiante.
-H-hai U
-Quieres un té? - propone ella.
-Seguro! - afirmo, pensando que ya que estoy aquí, no es mala idea quedarse un rato.
-Pasa - invita la muchacha, adelantándose.
-Gracias - cuando la pierdo de vista, me agacho cerca de donde cayó mi semilla, quien ya se ha convertido en un pequeño arbusto. Sonrío y acaricio distraídamente sus hojas - así que por eso no me avisaste - susurro en voz baja.
-Vamos, pasa! - llama ella desde adentro.
-Sí! - respondo, incorporándome - es una bonita casa - comento, quitándome los zapatos.
-Gracias! mis padres... ellos me dejaron esta casa - susurra, con voz triste y agachando la mirada.
-Ellos... ya no están aquí? - pregunto, afligido.
-Murieron hace años - responde ella, encogiendo los hombros - mi madre cuando yo nací y mi padre... ah! gomen nasai! no era mi intención aburrirte con esto ni tampoco quiero convertirlo en una sesión de lágrimas.
Niego con la cabeza, sintiendo respeto y comprensión por su dolor. Mi padre también había muerto, pero me pregunté qué hubiera sido de mí si mi querida madre hubiera muerto al nacer yo. "En primer lugar, no estarías aquí" razoné.
-Azúcar?
-Yep! te lo agradezco nn
Tras una agradable velada, decidí retirarme, al ver parpadear en mi reloj las 10:30 pm en una luz verde. Katy estaba perfectamente,
además de tener una ligera gripe, por lo que me tranquilicé. También había revisado automáticamente su casa: la sala y la cocina estaban
conectadas por una puerta, y muy limpias. Tenía varios muebles como sillas, sillones y una mesita de madera; el piso también era de madera,
y había un empapelado de sakuras (flores de cerezos) en las paredes. Unas escaleras conectan con el piso superior, donde asumo que debe estar
su alcoba y el baño.
-Hora de irme, lamento las molestias!
-Siempre es un placer verte, Suichi ven cuando quieras!
-Arigatou
-Oh, ya es tardísimo! tu madre debe estar preocupada...
-No te preocupes. La llamaré y le diré que voy en camino; la pobre ya debe estar acostumbrada a mis retrasos, jeje nnU
-Ok! buenas noches Suichi, y... gracias por preocuparte nn
-Buenas noches, Katy! y no hay de qué, a fin de cuentas, somos amigos, o no?
-Sip!
-Nos vemos, cuídate!
-Claro! verás que mañana estaré como nueva - responde ella, pensando que hablo únicamente de su resfriado...
-Hai - afirmo, un poco triste. Salgo de la casa, y saco mi celular para telefonear a casa, marco el número mientras tarareo una tonada. Escucho los timbres y de pronto una voz femenina conocida que dice:
-Diga? casa de la familia Minamino - abro los labios para contestarle, pero las palabras jamás salen de mi boca; pues un duro golpe en la cabeza atrofia mis sentidos y solo puedo sentir cómo me desplomo lentamente, como en cámara lenta, mientras mi visión se oscurece y la misma voz grita:
-Suichi, eres tú? estás bien? Suichi!
-Alguno de ustedes ha visto a Kurama? - pregunto. Todos niegan con la cabeza al mismo tiempo.
-Lo que me temía.
-Por qué lo dices, Urameshi? - pregunta Kuwabara, intrigado.
-Su madre me llamó anoche, parece que no llegó a su casa.
-Qué? - exclaman todos, tan alto que casi me dejan sordo.
-No griten! - grito con todas mis fuerzas.
-Ok,ok, entendido! - replica Keiko, tapando sus oídos con las manos.
-Cómo que no llegó a su casa? podrías explicárnoslo?
-Hai. Como decía, la señora Minamino me llamó esta mañana muy preocupada, ya que Kurama no regresó anoche ni se comunicó con ella.
-No crees que... - mi amigo pelirrojo pone una cara pensativa, se sonroja y niega con la cabeza.
-Qué pasa? - inquiere Botán, mirándolo con curiosidad - en qué piensas?
-Recuerdan... recuerdan lo que Kurama nos dijo ayer? quizá fue a visitar a esa chica - empezó Kuwabara despacio.
-Y? ve al grano, hombre! - lo insto yo.
-Bueno, sólo que quizá... pasó la noche allí, no creen? - sus palabras tardan unos segundos en viajar hasta mi cerebro, donde las proceso unos instantes. De pronto, escupo el café que estoy tomando.
-Qué cosa!
-Kiaaaaaaaaaaa! - grita Keiko, cubriéndose los ojos, muy apenada.
-N-no querrás decir que Kurama y Katy... verdad? - pregunta Botán con voz débil, congelada.
-Jajajajajajaja! no puedo creerlo... tan decente que se veía Kurama! - exclamo, divertido.
-Yusuke! - grita la castaña, con el rostro hirviendo, estampándome su mano en la cara - él no sería capaz! Kurama no es así!
-Ella tiene razón; piénsenlo chicos, conociendo a Kurama, creen que haría algo así? sin siquiera molestarse en llamar a su madre? - observa Botán.
Nuestro momento de broma terminó, Kurama realmente ama a su madre, y se preocupa por ella sobremanera. Si lo considero seriamente, es totalmente absurdo que haya hecho algo así.
-Es verdad, lo sentimos - se disculpa Kuwabara, arrepentido.
-El punto es qué vamos a hacer ahora - indico, impaciente. Los demás guardan silencio, sumergidos en sus pensamientos.
-Hay que encontrarlo - digo en voz alta, como para animarme a mí mismo. Me pongo de pie.
-Cómo lo vas a hacer, Yusuke? - pregunta Keiko. Medito la respuesta, dado que como es mi costumbre aún no tengo lo que podríamos llamar un plan hecho y derecho. "Quizá sí soy un poquito impulsivo".
-No lo sé. Pero si nos quedamos aquí sentados, no vamos a solucionar nada.
-Es cierto; si seguimos sin hacer nada, me voy a volver loco - Kuwabara se para también y pone una mano en mi hombro - andando!
-Hai!
-Yusuke... - llama Keiko con voz tímida, antes de que partamos - ten cuidado.
Levanto el pulgar en señal afirmativa mientras sonrío, y a continuación me lanzo hacia la calle, corriendo a toda velocidad. A mi derecha va Kuwabara, procurando seguir mi paso. Al llegar a un viejo roble, tengo el presentimiento de que nos vigilan, por lo que me detengo de repente y miro hacia la copa. Kuwabara se sorprende al ver que me paro repentinamente y por accidente patina y choca contra un poste al tratar de frenar.
-Así que eras tú - saludo, al hombrecillo vestido de negro que está sentado en la rama.
-Hn - responde él, bajando de un salto.
-Escuchaste toda nuestra conversación en el parque, verdad? - pregunto sonriente. Hiei me mira indiferente, con las manos en los bolsillos.
-Entonces ya estás enterado - comento, un poco triste.
Mientras tanto, Kuwabara se levanta con esfuerzo, ahora luciendo un chichón con forma de limón en la cabeza.
-Ayayay... qué te piensas, Urameshi! por qué te detienes tan repentinamente? Hiei! - exclama el muchacho, al advertir la presencia de nuestro compañero.
-Dónde piensas comenzar, detective? - replica el youkai, con ironía, haciendo caso omiso de mi amigo.
-Esperaba que se me ocurriera algo en el camino - respondo, con algo de desfachatez, lo admito. Al oír esto Kuwabara, vuelve a resbalar y se levanta enojadísimo conmigo.
-Eres idiota o qué te pasa! así que solo me tenías corriendo sin sentido... - gruñe, levantándome por el cuello de mi chaqueta. Hiei me mira con enfado también; entonces comprendo que la pérdida de Kurama le afecta mucho a él también, tomando en cuenta que es con el que mejor se lleva de todos nosotros. Aunque él no quiera admitirlo.
-Pero ya que estás aquí, podrías darnos alguna idea - sugiero, ignorando sus ardientes miradas de odio - tarde o temprano teníamos que encontrar alguna pista - me justifico, mirando al pelirrojo, quien me suelta bruscamente.
-Son unos idiotas - se limita a responder Hiei, y comienza a saltar de árbol en árbol una vez más, aunque no lo suficientemente rápido para que lo perdamos de vista, por lo que deduzco que quiere que lo sigamos.
-Debe estar muy preocupado - admito yo, mirando su silueta oscura como una sombra, que se desvanece aquí y aparece allá como una mancha entre los árboles - para querer trabajar en equipo.
-Hum? - Kuwabara me mira sin comprender.
-Nada. Vámonos! - exclamo, saltando muy alto y deprisa yo también, siguiendo la dirección que tomó el demonio - ya casi puedo saborear la siguiente batalla - me regocijo, sonriendo con placer ante la expectativa de otro combate emocionante.
Cuando Yusuke y Kuwabara nos dejaron, Keiko y yo permanecimos inmóviles un momento, mirando cómo se alejaban hasta desaparecer en la distancia.
-Creo que debemos irnos también - sugiero, mirando a mi amiga.
-Hai - concuerda la chica castaña, cerrando los ojos como tomando una decisión - no ha encontrado nada Koenma, Botán?
-Lo siento - respondo, un poco incómoda al saber que en el Reika no estamos siendo de mucha utilidad, por no decir de ninguna.
Y eso me molesta, ya que Kurama me cae muy bien y la muchacha que está en peligro es apenas de nuestra edad. Sería una
crueldad morir tan joven.
-No te preocupes, Botán - dice Keiko, colocando una mano en mi hombro y lanzándome una mirada comprensiva - ya verás que todo saldrá bien
-Sí, tienes razón nn arigatou, amiga!
-Vamos, una taza de té nos ayudará a aclarar la mente - antes de que ambas nos levantemos completamente, una chica corre hacia nosotras, con expresión preocupada.
-Esperen... esperen, por favor - pide la adolescente, recuperando el aliento.
-Te podemos ayudar en algo? - pregunta Keiko, al verla muy pálida.
-Ustedes... son amigas de Suichi, verdad?
-Sí, así es - respondo, observándola atentamente - lo conoces? - ella asiente fervientemente con la cabeza.
-Aguarda... tú eres Katy! verdad? - exclama la castaña, reconociéndola.
-Sí - responde ella, sorprendida - cómo lo sabes?
-Kurama nos habla mucho de ti - contesta mi amiga, mirándola con ternura. Katy pone cara de desconcierto, y pasa la vista de una a otra. Al fin comprendo lo que sucede.
-Ah, Suichi, quiso decir! - exclamo, riendo nerviosa - verdad, Keiko? ¬¬
-Oh, sí, claro! U gomen nasai... es un apodo que le pusimos.
-Ah, sí? y qué significa? - pregunta ella muy animada.
-Bien...pues...
-Cuidado! - grita la adolescente de ojos cafés, señalando algo detrás de Katy.
-Dónde vamos? - pregunta Kuwabara, luego de un tiempo de seguirnos a Hiei y a mí en silencio - suponiendo que nos dirigimos a algún lado, claro ¬¬
-Ya te dije que lo sentía! - reclamo, ofendido - eso pregúntaselo a Hiei, él es quien nos guía.
-Oye enano! adónde nos llevas?
-No molestes - gruñe el koorime.
-Óyeme! no crees que merezco un poco de respeto por tu parte!
-Ah! desde luego! - exclamo, deteniéndome sobre un tejado.
-En serio? - preguntan desconcertados mis amigos, mirándome.
-Conozco este lugar! vamos a casa de esa chica, no? a buscar pistas.
-Así es - replica Hiei, dándome la espalda - aquí fue donde vi por última vez a Kurama.
-Por lo que vamos a buscar si dejó algún rastro - comprende el pelirrojo.
-Un momento... estabas vigilando a Kurama? - pregunto, sorprendido. El youkai parece incómodo por mi pregunta.
-No es tu asunto.
-Por qué? - pregunto de nuevo, sin comprender.
-Y qué si lo hacía? - me espeta Hiei, molesto - el punto es que ahí desapareció y necesitamos encontrarlo.
-No viste de casualidad quién se lo llevó? - inquiere Kuwabara.
-Si lo supiera, crees que los estaría usando a ustedes? - responde Hiei.
-Qué quieres decir con que nos usas! - exclama Kuwabara, molesto.
-Mono idiota - replica Hiei, sonriendo - bien, andando, detectives.
"Realmente se preocupa por Kurama" pienso, mientras los sigo de techo en techo. "Tal vez esos dos sean algo más que amigos" razono, sonriendo.
Abro los ojos lentamente, todo está borroso a mi alrededor, por lo que parpadeo algunas veces para aclarar mi visión. Siento un dolor terrible en mi cabeza, pero al tratar de sostenerla con mis manos, descubro que estoy atado por cadenas gruesas. "Qué demonios..." pero al tratar de decirlo en voz alta, descubro otra desagradable sorpresa. "Genial, así que también me tienen amordazado".
Me siento inusualmente agotado, pero trato de concentrarme y hacer lo que hago mejor: analizar la situación y elaborar un plan en base a ella. Veamos: estoy en una silla en el rincón de una habitación oscura, con olor a alcohol, por lo que deduzco que es una bodega de vinos. Hay pasos en el piso superior, probablemente de mis captores, aunque no estoy seguro.
De pronto una duda me asalta, y si yo no soy el único rehén? y si también tienen a Katy? estábamos delante de su casa, por lo que habría sido muy fácil entrar y llevársela... inquieto, reviso la habitación, encontrando que la única salida es una puerta al fondo del cuarto, justo del otro lado de donde estoy yo. Cuánto tiempo ha pasado? alarmado, comprendo que bien pudieron ser horas, días o tal vez más... Si tan solo estuviera atado con cuerdas en lugar de cadenas, las cortaría en un santiamén con mi látigo de rosa. Simplemente activaría una de las semillas de mi cabellera y en un parpadeo estaría libre. Si fueran cuerdas, claro. Trato de balancearme hacia adelante, para alcanzar la puerta, y termino cayéndome de espaldas. Con mi bien proporcionado cuerpo pegado al frío concreto y un agudo dolor en el cráneo, miro al techo d la habitación; no muy seguro de si esto me ha ayudado en algo. He hecho mucho ruido, por lo que espero escuchar pisadas que bajen hacia aquí, pero el frío silencio es todo lo que envuelve la atmósfera a mi alrededor.
Qué hacer... qué hacer...la pregunta da vueltas en mi cerebro, y casi puedo sentirla rebotar en las paredes de mi cabeza, como una bola de
ping-pong. Me pregunto dónde estarán Yusuke, Hiei y los otros... se habrán dado cuenta ya de mi desaparición? "Seguramente. Quizá Shiori
les avisó". Un estremecimiento me recorre al pensar en mi madre, si alguien está sufriendo, seguramente es ella. Debe estarse imaginando cosas
terribles, como que me secuestraron o algo así... "Y no estaría en lo cierto?" Suspiro, ese no es el punto! no puedo regresar a casa y decirle... bien,
decirle la verdad. Me muerdo la lengua sin querer, tener que mentirle a mi madre sobre casi todo me hace daño, y seguro que a ella igual. "Pero no
la lastimaría más saber la verdad? la pura verdad?" Mi boca se tuerce levemente en una triste sonrisa, bajo la cinta; si algo no puedo permitir es que
le hagan daño a la gente a la que amo.
Frunzo el entrecejo, luchando inúltimente por liberarme de mis ataduras. "Vamos, debe haber algo mejor que puedas hacer". Entonces me llega la idea,
tan brillante y simple que no puedo entender cómo no se me ha ocurrido antes... "Claro, si no hay una salida, tendré que hacer una..."
Fin del cap. 5
Bueno, Kurama está secuestrado jejeje, pero al menos no lo han torturado o mutilado ne? jejeje, sip yo y mi lado optimista ¬¬ en fin! en el sig. cap. se complicarán de verdad las cosas así q my apologizes x adelantado... no me maten nnU jejejeje! ciao!
Gracias a Shalimar Kurts Hanverheit, Kuro-chan y Yue-kun y a todos los que leen Shinigami Dreams x sus comentarios! al primero q deje un review le dedico el cap. jejeje XD
Y mis disculpas y agradecimientos a Kei-kugodgy un amigo y fan d verdad... que da tirones de oreja muy fuertes jejeje! no te preocupes, ya llevo un
buen cacho del sig. cap. de Ranma y será más largo que los anteiores, ok?
I will be a otaku forever!
Happy Sagara
