--Una rosa negra--
Estamos en la fachada de la casa de Katsushiko, si mal no recuerdo. Se ve bastante normal, y no hay ningún indicio evidente de alguna batalla o algo por el estilo.
-Seguro que es el lugar? - pregunta Kuwabara confundido, rascándose la nuca con la mano mientras mira alrededor, inspeccionando la casa.
-Aquí es - replica Hiei lacónicamente, aunque también parece un poco intrigado por la falta de anormalidades. Unas colegialas pasan a nuestro lado, miran a Hiei y lo señalan, riendo mientras comentan algo como que es un empollón (jeje, creo que es guapo en castellano). El demonio frunce el entrecejo mientras las mira marcharse y le da un pisotón a Kuwabara, que las saluda al tiempo que sonríe tontamente.
-Ayyy! pedazo de...!
-Mm. Ya me siento mejor - comenta Hiei con una pequeña sonrisa, como quien no quiere la cosa -
entremos - ordena, mientras de un salto se brinca la reja frontal.
-Parece que nunca le enseñaron lo que es el "allanamiento de morada" - refunfuña el pelirrojo, cuyo pie aún se dilata con el dolor del golpe.
-Dudo que en el Makai se preocupen por esas cosas. Yo sólo pensaría en matar o morir - admito, pero ambos lo seguimos de un salto.
-Bonito jardín - comenta Kuwabara, dando un vistazo - seguramente a Kurama le gusta... ayyy! y eso por qué fue! - le grita enfadado al demonio de pelo negro, que acaba de propinarle un puntapié en la espinilla.
-No sabía que necesitaba una razón para golpearte - responde Hiei en tono sarcástico, con cara de inocente.
-Hey! vean esto... - exclamo, agachándome a la altura del pasto - nunca había visto una planta así...
Ambos se aproximan hasta donde estoy, y se quedan boquiabiertos por lo que ven. Estamos frente a una mata no más alta que mi cintura, con unas hojas mitad verdes mitad plateadas; y unas enormes y exuberantes flores color morado que la cubren casi por completo.
-Esta planta no puede ser de la Tierra... - comento, confundido. Hiei se encuclilla con la mirada afilada, comenzando a examinar más de cerca la planta.
-Kurama - anuncia, poniéndose de pie y sin dirigirse a nadie en particular.
-Crees que esta planta es suya? - pregunto, mirándolo.
-Estoy seguro - replica el youkai, mirando hacia el poniente, donde ya se oculta el sol; dejando tras de sí una estela dorada.
-Cómo lo sabes? - inquiere Kuwabara, receloso. De verdad que ya perdí las esperanzas de que algún día estos dos comiencen a llevarse no tan mal; ni siquiera bien, un poco de cordialidad entre ellos no les haría daño.
-Estúpido.
-Nani! - mi amigo aprieta los puños y mira amenazadoramente a Hiei. Ahí van otra vez...
-Es lo más obvio del mundo - continúa Hiei, con un dejo de impaciencia - a quién más conoces que pueda hacer algo así?
El pelirrojo se limita fruncir el entrecejo, como gesto claro de que sabe que Hiei tiene razón; pero ambos continuán mirándose con odio.
-Además... esta casa es de la chica ningen - añade Hiei, mirando de reojo la fachada - seguramente ese tonto dejó un "vigilante invisible" aquí. Se toma demasiadas molestias.
-Qué quieres decir con "vigilante invisible"? - pregunta Kuwabara - yo no veo ningún...
Deja la frase sin terminar, no sé si porque se ha dado cuenta de que lo que Hiei quería decir, o porque ya notó que, de todas formas, no podría haber visto a ningún vigilante invisible. El demonio de fuego suspira y le mira fijamente.
-Qué quieres ahora?
-Sólo tengo una pregunta para ti... - el joven sonríe maquiavélicamente, dando la impresión de estar mirando a su nueva presa. Kuwabara traga saliva inconscientemente, sosteniéndole la mirada.
-2 más 2 es...? - mi amigo y yo nos caemos al piso de la impresión, ya que ambos esperábamos algo mucho más serio! XD
-Tonto! para qué me haces una pregunta tan estúpida! - grita Kuwabara, poniéndose de pie.
-Sólo quería asegurarme de que habías terminado la primaria - responde Hiei con una sonrisa. Acto seguido salta y desaparece de nuestra vista.
-Hiei! a dónde vas? - exclamo, corriendo hacia el poste de luz donde se encuentra de pie ahora.
-Los encontré - murmura el chico, sonriendo satisfecho. Comienza a saltar de un lado a otro, dirigiéndose hacia los muelles. No muy seguro de si me hablaba a mí o no, decido seguirlo.
-Hey, Urameshi! - exclama Kuwabara, antes de correr.
-Qué pasa? si no nos damos prisa, no lo alcanzaremos!
-Mira eso! las flores de esa planta tan extraña se han puesto de color negro... - giro un segundo hacia donde señala mi amigo, comprobando que lo que dice es verdad. Las hermosas flores moradas han comenzado a teñirse de un negro azabache - qué significará?
-No lo sé, pero... una rosa negra no puede ser un buen presagio... vamos! no tenemos tiempo para preocuparnos por algo como eso! - el detective da un último vistazo a las flores, niega con la cabeza y comienza a seguirme.
-Cuidado! - grita Keiko, echándose a un lado junto con Katy. Cuando la polvareda que levantaron se despeja, observo la silueta de un monstruo enorme aparecer tras ella.
-Jejeje, tú debes ser la chica a la que busca el jefe - dice la horrible criatura, mostrando unos afilados dientes. Antes de poder reaccionar, ya sostiene a Katy con una de sus garras, y la aprieta firmemente.
-Suéltame, monstruo horrible! - grita la pobre chica, debatiéndose en sus manos - yo no te conozco!
no tengo nada que ver contigo!
-Katy! - grita Keiko, impotente como yo de poder hacer algo.
-Ahhh... pero tenemos un amigo en común, no lo sabes?
-Deja de balbucear y suéltame maldito! no te da vergüenza atacar a 3 chicas indefensas!
-Jajajaja! qué graciosa eres... te suena conocido el nombre de Suichi Minamino? - la cara de Katy cambia de mostrar una gran ira y desprecio a estar asustada y profundamente sorprendida.
-Suichi...? - repite con voz débil.
-Ya nos vamos entendiendo - a continuación el demonio la presiona con una de sus uñas y ella pierde el conocimiento.
-No! Katy! bájala criatura repugnante! - grito con fuerza y desesperación. Saco un bat de baseball de mi bolso y corro hacia él, aunque sé que probablemente no servirá de nada.
-Espera, Botán! - advierte Keiko.
-Tengo que hacer algo Keiko! no podemos quedarnos de brazos cruzados!
-Ja! el plan original era sólo raptar a esta niña, pero ya que tienen tantas ganas de molestar, supongo que no estará mal llevármelas también. Puede que nos sirvan de algo.
Dicho esto, el monstruo camina en dirección a nosotras, tratando de atraparnos.
-Shimata! (maldición) cuidado, Keiko!
-Botán! - "Dónde estás Yusuke?"
-Mm?
-Qué sucede Urameshi? por qué te detienes?
-Tengo un mal presentimiento.
-Qué dices?
-Algo me dice que Keiko y Botán están en dificultades...
-Nani! oh, no... pero no podemos hacer nada ahora. Estamos muy lejos de ellas y ya casi llegamos a los muelles.
-Tienes razón. Espero que estén bien. Hay que acabar rápido con esto para poder ir con ellas.
-Hai!
Justo cuando tengo el plan perfecto para escapar de esta horrible bóveda, escucho pasos que
descienden hacia mí. Pasan pocos segundos antes de ver aparecer una figura bajando las escaleras.
Demonios! qué mala suerte! parece que mi escape tendrá que esperar un poco más.
-Vaya, vaya, parece que ya despertó el rehén - lentamente giro mis ojos hacia él, lanzándole la mirada más despectiva de
que soy capaz, sin poder replicar nada debido a la cinta que cubre mi boca. Ya había vuelto a enderezar la silla, es decir,
imaginen qué daño haría a mi imagen si me dejara ver ante el villano en un posición tan ridícula! cómo lo logré? mm... agilidad
natural de youko supongo... y mucha suerte también U
-No me mires así Kurama... después de todo no te he hecho nada... aún - al parecer consideró que había dicho un chiste muy bueno, pues soltó una carcajada que retumbó en el reducido salón como un trueno. Me pregunto si a cada villano le entregarán algo así como una "Enciclopedia de cosas estúpidas para decirle a sus prisioneros" puesto que, en mis numerosos encuentros con chicos malos, nunca he podido hallar a uno que no lo haga.
-Ya, te crees muy listo eh? pero yo sé que en el fondo estás muerto de miedo, muchachito - sostengo su mirada con una desprecio aún mayor reflejándose en mis ojos color esmeralda. Logrando el efecto deseado, el tipo lanza un gruñido y me quita la cinta de un tirón, irritando ligeramente mi piel y cubriéndola de un color rojo. Admito que eso sí me dolió, pero me conformé con lanzar un "Ay" inexpresivo.
Mil perdones, estoy olvidando describir al sujeto en cuestión, ne? veamos... tiene aproximadamente mi estatura, unos incisivos extremadamente grandes (aún tratándose de un monstruo), un cabello largo, sucio y desgreñado; ojos púrpura sin pupila y cuerpo velludo rojo cubierto con taparrabos.
-Mira bien muchachito, que si el jefe no nos hubiera ordenado explícitamente no tocarte, ahora mismo me llevaba un trozo de ti.
-Sin ofender, pero eso de muchachito no me queda, dado que soy al menos 1000 años más antiguo que tú - aclaro con una sonrisa despectiva, hey chicas,
sé que estoy muy bien conservado, pero no olviden que he sido un youko por siglos!
-Arrgg! - ruge el demonio como toda respuesta - a ver si eres tan valiente cuando tengas el cadáver de tu amiga entre tus manos, maldito youko.
Vale, eso sí me hizo enojar!
-Si les ha tocado un solo cabello...! - murmuro con los dientes apretados.
-Ahh, ya estamos verdad? parece que don perfecto sí tiene un punto débil - se complace el demonio, pasando su asquerosa lengua por sus labios.
Como habréis supuesto ya, trato de mantener la cabeza fría y aprovechar que el youkai está descuidado para tramar un plan, y adivinen qué? sip, ya tengo uno. Sólo espero que funcione. Los colmillos y garras de este monstruo lucen bastante resistentes, lo suficiente para cortar unas gruesas cadenas hechas del mejor acero del Makai¿me seguís? Simplemente debo hacerlo enfadar, y tengo la ligera impresión de que no será muy difícil. Justo en ese momento, la puerta se abre estrepitosamente, mostrando a la persona que menos esperaba ver.
-Hiei! - exclamo con asombro, otro demonio parecido a mi anfitrión empuja dentro al pequeño demonio, quien está atado igual que yo. Asombrado, me pregunto qué clase de ser pudo haber capturado a Hiei con tal facilidad.
-Cuídalo bien - gruñe el segundo demonio, a lo que el otro responde con un asentimiento.
-Parece que tenemos otro amiguito para cenar - bromea nuestro guardia, soltando una ronca risotada.
Aunque estoy ansioso de preguntarle a Hiei qué ha pasado, lo primordial es escapar de este sitio. Aprovechando una momentánea
distracción del monstruo, utilizo una planta mágica para tocar discretamente el tobillo de Hiei, quien está desmayado. Al contacto, abre poco a poco
los ojos, hasta que su mirada desconcertada topa con mi rostro.
-Kurama! - exclama sorprendido.
-Así que al fin has despertado, eh? bien, así podré torturarlos juntos - comenta maliciosamente el enemigo. Tengo la sensación de que Hiei y yo le lanzamos miradas igual de frías, sin responder - ja! lástima que no puedan herirme con sus miradas, verdad?
Otro chiste estúpido, Kami-sama, ya no!
-Ya estarías muerto - añadió Hiei, con su mismo tono sacarcástico.
-En cambio tu sentido del humor sí que podría matarme. Creo que no soportaré una broma más - respondo con una sonrisa irónica.
El youkai de fuego me dirige una sonrisa divertida, siempre me ha dicho que necesito ser más "malo" con mis enemigos... y con Kuwabara.
-Ja, ja, ja... veo que son un par de comediantes. Ya veremos si la tortura les resulta tan graciosa... - una voz lo llama desde arriba y se ausenta unos momentos.
-Más vale que no intenten nada mientras no estoy... de todas formas no podrían salir de aquí con vida.
-Acaso no confías en nosotros? qué desilusión... - masculla Hiei, y puedo advertir cómo su ira se va incrementando.
-Hiei... - susurro una vez que estamos solos - cómo te atraparon?
-Es una larga historia - contesta mi amigo evasivamente - qué tal te encuentras?
-Yo estoy bien, y tú? - él encoge los hombros con indiferencia.
-Nada grave - sonrío alegremente ante su humildad.
-De qué están hechas tus cadenas? - pregunto, poniéndome serio - es muy raro que no puedas romperlas.
-Ya lo intenté, sea lo que sea nunca lo había visto antes.
-Escucha, tengo un plan para salir de aquí, pero necesito de tu ayuda... - luego de contárselo, él sonríe confiadamente.
-Es pan comido - justo entonces regresa nuestro captor.
-Bien, parece que han sido buenos chicos.
-Ahora, Hiei! insúltalo!
-Eres horrible, feo, gordo, tu cara me recuerda una verruga de los Gusanos de pantano, hueles igual que las fosas putrefactas del Makai... - comienza a decir Hiei, sin ningún esfuerzo aparente y con mirada neutral. El demonio se queda paralizado unos segundos, al parecer es más información de la que su cerebro puede procesar. Cuando Hiei se detiene para tomar aire, el guardia finalmente se abalanza sobre él.
-No sólo eso - me apresuro a decir - también eres estúpido, débil, tonto, ignorante, imbécil, ridículo... - justo como lo esperaba, él se detiene en seco al escucharme.
-Pero qué has dicho! - aulla con los ojos desorbitados, está realmente furioso.
Eso es! vamos, concéntrate... qué más dice Hiei?
-Am, y además eres un enfermo, despreciable y repugnante... - añado, mientras me exprimo el cerebro en busca de insultos. Me alegro de pasar tanto tiempo con Hiei, no hubiera podido lograrlo sin él. Aunque las palabras suenan extrañamente diferentes en mi garganta, como si no tuvieran sentido. El efecto es satisfactorio, y el demonio corre ahora hacia mí, olvidadas ya las órdenes y listo para despedazarme con sus garras y colmillos.
1, 2, 3... inclino la silla en el ángulo exacto, haciendo que el monstruo tropiece y caiga.
Todo concluye en medio segundo, un aullido y luego el golpe y el rechinar de las cadenas. Silencio. Descubro que estoy agitado y noto algunas gotas de sudor
en mi frente, si no lo hubiera hecho justo en ese momento... un mechón pelirrojo junto a mis pies me recuerda lo cerca que estuvo eso. Aparto las cadenas, destruidas
gracias al choque con las garras del demonio, a quien dejo bien atado con una planta.
-Seguro que resistirá? - pregunta Hiei, mirando al inconsciente enemigo atado, mientras lo desato.
-No te preocupes, es una planta muy resistente - respondo con una sonrisa.
-Eso fue muy arriesgado - comenta Hiei al acercarnos a la puerta.
-Jejeje, eso creo... al parecer Yusuke es una mala influencia para mí.
-Mm - el niño prohibido mira al suelo, y veo en su expresión una cierta preocupación.
-Qué pasa? - pregunto suavemente. Él suspira y no me responde. Sé que detesta parecer vulnerable ante cualquiera, pero pensé que conmigo era un poco diferente.
-Vamos Hiei, puedo ver tu preocupación ardiendo como fuego a través de tus ojos.
-De verdad que no entiendo de dónde sacas esas frases - replica con una pequeña sonrisa. Él parece más tranquilo, así que no insisto.
-Te ha cortado el pelo - musita mi amigo súbitamente, mirando mi flequillo. Suelto una risilla.
-Eso parece. Debo hacer un viaje a la peluquería en cuanto regrese - ambos revisamos el corredor antes de deslizarnos fuera de la habitación.
-Hiei, dónde están Yusuke y Kuwabara?
-Como el lugar era demasiado amplio, nos separamos.
-Y Katy? - pregunto súbitamente, luchando para que mi voz no tiemble.
-...
-Hiei? - pregunto alarmado.
-Escucha Kurama, cuando llegamos...
"Cuando los 3 llegamos al edificio, cada quien tomó un camino distinto; yo hacia la izquierda, Kuwabara a la derecha y Yusuke
por detrás. Nada más entrar varios demonios se precipitaron hacia mí, acabé con todos en poco tiempo, no eran nada, sólo un poco de basura.
Sin embargo todo se tornó misteriosamente silencioso, por lo que alerté al máximo mis sentidos. Sentí tu youki cerca de mí, pero cuando llegué a la puerta...
Varias bombas de humo se accionaron mientras sonaba una especie de molesta alarma, mas para mi sorpresa nadie apareció. Ni un alma a la vista. Así que giré el pomo de la puerta y esperé a ver qué pasaba. El resultado fue que cayó una red gigantesca encima de mí, hecho del mismo maldito material que estas cadenas.
-Por qué no la esquivaste? - pregunté, a sabiendas de que mi amigo es extremadamente veloz.
-Ese gas... - murmuró Hiei, sufriendo un acceso de tos - era gas lacrimogéno.
Eso explica el por qué estaba inconsciente, digo para mis adentros.
-Estás bien? - él asiente sin decir nada, cruzando los brazos.
-Hiei... me sorprende que hayas actuado tan impulsivamente, no debiste abrir esa puerta sin analizar bien la situación - murmuro con el ceño un poco fruncido. El demonio curva ligeramente sus delgadas cejas negras y se da la vuelta.
-Quería verte... - masculla con voz apenas audible.
"Estaba preocupado por mí", comprendo, esbozando una tierna sonrisa. Poso una mano en su hombro y susurro.
-Estoy bien. Pero, qué hay de Katy? - para mi sorpresa, el youkai se da la vuelta y me mira fijamente.
-Kurama, tómate con calma lo que voy a decir - me dice con expresión seria.
-Hiei, puedes confiar en mí, me conoces mejor que nadie. Cuéntamelo - respondo pacientemente.
Él suspira y cierra los ojos un segundo, para después continuar:
-Katsushiko está...
Un escalofrío me recorre la espalda, pero por qué...? Él parece notar mi nerviosismo.
-Ella...
-Kurama! Hiei! así que aquí estaban - exclama nuestro líder, corriendo hasta nosotros. Se detiene unos segundos para recobrar el aliento y nos mira.
-Qué bien! no los hallaba por ningún lado...
-Dónde está Kuwabara? - interrumpe Hiei.
-No sé... ahora que lo dices, venía detrás de mí hace un momento.
-Seguramente se perdió - gruñe el youkai de fuego.
-Pero si sólo hay un pasillo... - explica Yusuke.
-Y tu punto es? - pregunta Hiei arqueando una ceja.
-Yusuke, vieron a Katsushiko? - pregunto impacientemente, sin poder contenerme.
-Kurama... ella...
-Hemos estado muy solicitados el día de hoy - ruge una voz a nuestras espaldas.
"Ahora qué?"
Al darnos la vuelta contemplamos a otro demonio, que sigue la misma pauta que los demás: grande, feo y estúpido. Sin embargo, percibo al instante que sus poderes son un poco mayores que los de sus antecesores. -Y tú quién eres? - pregunta Hiei con evidente fastidio.
-Vamos, eso qué importa! saltémonos el diálogo y luchemos de una vez - dice Yusuke, saboreando de antemano la pelea.
Esta vez coincido con nuestro amigo, quien ya está en guardia.
-Bah, siempre es lo mismo contigo - sentencia Hiei, divertido.
Empieza el encuentro. Yusuke lanza una serie de puñetazos, aparentemente probando la fuerza del oponente... éste sonríe y detiene su brazo con facilidad. El chico se suelta de un tirón, molesto y embiste de nuevo. El youkai sólo evade sus golpes, mientras sus ojos violeta se vuelven cada vez más brillantes...
-Va a disparar! - comprendo de súbito, diciéndolo en voz alta.
-Qué? - exclama Yusuke. Pero ya es muy tarde. El olor de su ropa calcinada llena el lugar, pero afortunada el detective está ileso, y molesto también evidentemente.
-No hay muchos que puedan hacer eso... - Yusuke arranca los restos de su camisa - lo de los rayos es un truco nuevo, debo admitirlo. Pero... - y a continuación su mirada centellea.
-Ésa camisa me la dio Keiko, ya me hiciste enfadar maldito! - el aludido se queda plantado, impertérrito.
-Tú lo quisiste... reigun! - la energía espitirual desintegra al espíritu, dejando cenizas en su lugar.
-Nunca los entenderé... por qué no hiciste eso desde un principio? - pregunta Hiei.
-Eso ya no importa... - corto la discusión - por favor díganme...
-Kurama, Hiei, Yusuke! - nuevamente me veo interrumpido por la llegada de un colega, esta vez se trata de Kuwabara, quien parece haber perdido la mitad de sus pantalones y sus zapatos.
-Por fin... te alcancé... maldito Urameshi... qué no escuchabas cuando te llamé!
-Cálmate, lo importante es que llegaste - ríe optimista el susodicho.
-Demonios ¬¬ te tomas todo a la ligera. Ah, Kurama! se me había olvidado... toma.
-Mm? - dirijo mi atención hacia la palma abierta del pelirrojo, quien sostiene una flor muy familiar.
-Kuwabara! de dónde sacaste eso? - pregunto sorprendido.
-La tomé de tu jardín - la sostengo cuidadosamente, pero ya no es como la recuerdo...
-Es... negra! - exclamo, atónito.
-Sí, vaya cosa más rara... antes era púrpura...
-Qué con eso? - inquiere el youkai de fuego con indiferencia, mirándome.
-Estás pálido, Kurama...! te sientes mal? - puedo sentir las miradas de todos clavarse en mí, mientras un sudor frío baña mi piel.
-Katy... entonces ella está... agonizando? - es como si el tiempo se congelara por unos instantes.
De repente me asalta un recuerdo, y registro lentamente mis bolsillos...
-Ya no está!
-Te importaría explicarnos lo que pasa? - gruñe mi malhumorado amigo.
-Yo... coloqué una planta muy especial en casa de Katy, sólo por si algo como esto sucedía... es una especie de "indicador" que empieza a oscurecerse cuando la vida de su "protegido" está extinguiéndose.
"Acabándose, terminando... como la de..." guardo silencio unos momentos, pero mis amigos no pueden evitar mirarme con impaciencia.
-Yo llevaba una flor igual a ésta conmigo, para así saber siempre si ella estaba bien. Y ahora...
Se me quiebra un poco la voz, pero comprendo que no es tiempo de debilidades. Si aún hay una posiblilidad.
por pequeña que sea...
-Tengo que encontrarla - decido finalmente, cerrando firmemente el puño.
-Es lo que queríamos decirte Kurama. Ya... sabemos dónde está - murmura el pelinegro agachando la mirada.
-Díganme dónde - respondo inmutable, mirándolo a los ojos. Ya no interesa el cómo.
-Pero es que...! - reclama el más alto de nosotros, mirándonos a Yusuke y a mí alternativamente. El tercer detective del Reikai alza una mano, ordenándole que no continúe.
-No hay tiempo para esto - declaro firmemente, pues cada segundo que pasa es precioso.
-Díganselo de una maldita vez - opina Hiei, apoyándose de brazos cruzados en la pared.
"Qué tan grave puede ser para que ni siquiera Hiei me lo haya dicho abiertamente?"
-Está bien - asiente Yusuke, frunce levemente el ceño - estos tipos tienen a Botán en la vieja torre de vigilancia abandonada, a Keiko en los túneles subterráneos por donde solía pasar el metro y a Katy en la fábrica de explosivos que se derrumbó hace poco.
-Así que capturaron también a Botán y a Keiko - bajo un poco la vista, pensando con rapidez - seguramente es una distracción estratégica, ya que esos 3 puntos quedan en extremos opuestos de la ciudad.
-Claro! buscan que nos separemos - comprende Kuwabara, haciendo gala de su astucia.
-Lo tenían todo muy bien planeado... - gruñe Yusuke con los dientes apretados - pero nosotros no...
-Nosotros haremos exactamente lo que ellos quieren - declaro, pasando mi profunda mirada por todos ellos.
-Nani! - exclaman ambos humanos a la vez, el demonio se contenta con exhalar un conocido "Hm".
-Kurama, sé que estás preocupado, pero no te precipites... - argumenta mi amigo Yusuke, sorprendiéndose al ser él quien me aconseja a mí sobre prudencia.
-No hay otra solución - rebato, negando suavemente con la cabeza - piénsenlo... no podemos dejar a las chicas solas con esos monstruos, verdad? pero no tenemos el tiempo suficiente para buscar ayuda... mientras tanto cada segundo que pasa, la vida de Katy peligra más - explico, usando mi tono de voz más persuasivo. Los 3 guardan silencio, admitiendo la validez de mis argumentos.
-Esto es lo que haremos - continúo, sonriendo levemente - Yusuke irá a rescatar a Keiko, mientras Kuwabara y Hiei van por Botán... - como era de esperarse, esta parte del plan no gustó a más de una persona.
-Estás de broma - negó Kuwabara.
-Estás loco - afirmó Hiei. Ambos me miraban con fijeza, y parecieron coincidir en algo por primera vez.
-Yo no puedo trabajar con él! - exclaman al unísono, señalándose el uno al otro.
-Chicos... ya no hay tiempo. Háganlo esta vez. Sólo esta vez - ambos quedan en silencio, no muy convencidos - aunque Kuwabara es muy fuerte, es obvio que él tendrá más dificultades si va solo... - Hiei le dedica una sonrisa burlona al enorme pelirrojo, quien está que echa humo.
-Y además - prosigo con la misma voz amable y calmada - Hiei tiene el ánimo muy fogoso, es normal que pueda olvidarse del objetivo central al estar peleando - esta vez es el turno de Kuwabara de dirigirle una sonrisa triunfante a su contrincante.
-Así que como verán, necesito que ambos se ayuden en esta misión.
-Bien - acepta al fin Kuwabara, pero cabe mencionar que no saltaba de alegría.
-Como sea - declara el koorime, cruzando sus fuertes brazos con indiferencia - pero no me culpes si acabo matándolo a él también - y esboza una sonrisa, como si la idea no le desagrada del todo.
-En tus sueños, enano!
-Perfecto. Entonces todo está arreglado - Yusuke y yo nos sonreímos mutuamente.
-Estás seguro que quieres ir tú solo a rescatar a la chica? - pregunta Yusuke, ligeramente preocupado.
-Sí, es lo mejor - afirmo, pero he aquí una pequeña mentira. En realidad deseaba ir yo solo. Para vengarme del bastardo que había hecho esto. Seguro que el jefe estaría en la fábrica, podía apostarlo. Y entonces, si las cosas lo ameritaban... sonrío con cierta crueldad, sintiendo que es más mi parte demoniaca quien influye en esta decisión.
-Adiós - sonrío, contemplando a mis 3 compañeros una última vez - que tengan suerte.
-Jajaja, nosotros no la necesitaremos! - afirma alegremente Kuwabara, levantando el puño en el aire.
-Sí que la necesitaremos - suspira el youkai de fuego en voz baja. Río suavemente junto con Yusuke.
-Nos vemos Kurama, y... - posa una mano en mi hombro - ten cuidado - añade con una sonrisa irónica.
-Siempre lo hago - aseguro, dando media vuelta y levantando una mano en señal de despedida.
Desde luego, estaba consciente de que mi parte era la más importante y la más riesgosa. Una fábrica de explosivos, eh?
no cabía duda de por qué quien estuviera detrás de todo esto había elegido ese lugar. Yusuke estaba en lo cierto, debo
tener especial cuidado. Mientras me dirijo hacia el lugar, saco un momento la rosa. Aproximadamente la mitad ya está
cubierta de un negro penetrante. Demonios! me digo, acelerando el paso.
"Este es el lugar" pienso, mientras instintivamente analizo la fachada del edificio. Solía ser un edificio de dos plantas, hecho de ladrillo; pero después del accidente, se derrumbó la mitad de la planta superior. Los cristales rotos y la total desolación del lugar parecen ser un funesto saludo. La fábrica se encuentra en obra negra, advierto, mientras de un puntapié hecho abajo la puerta principal. Adentro todo está en sombras. Mientras mis ojos se acostumbran a la poca iluminación, distingo algunas presencias no humanas a mi alrededor, no puedo evitar sonreír.
-Veo que ya saben que estoy aquí. Y yo sé que están ahí, así que salgan de una vez - como lobos, me rodean 5 figuras acechantes.
-No tengo intención de pelear con ustedes. Sólo mataré a su jefe y me llevaré a la chica. Después me iré.
-Jajaja, aún piensas que saldrás con vida de ésta? - pregunta una voz profunda, a mi derecha.
-Sí - respondo lacónicamente, esquivando los 10 brazos que empiezan a atacarme al mismo tiempo. No puedo reprimir un profundo suspiro, al tiempo que doy un gran salto para situarme encima de sus cabezas.
-Si lo quieren de esa forma... - zash, mi látigo corta 5 veces la penumbra. Crack, el sonido de 5 cabezas tocando el suelo. Desvanezco mi poderoso látigo con un ademán y me aclaro la garganta.
-Vas a salir ya? - pregunto en voz alta, las paredes repiten y aumentan el sonido - o tendré que ir a buscarte?
Predeciblemente, nadie me responde. Solo el silencio y yo. Frunzo el entrecejo, estoy comenzando a enfadarme de verdad. Y eso es muy peligroso.
-Si crees que perderé el tiempo buscándote, estás muy equivocado - exclamo, haciendo aparecer en mi mano una planta brillante - o sales ahora... o moriremos todos juntos - esto último lo digo casi en susurro, pero estoy seguro de que me escucha.
-Y arriesgarte a perder a tu amiga? no creo que seas capaz - por fin una voz rasposa y maligna me responde, el sonido proviene probablemente de la planta superior, justo a un lado de la derruida escalera.
-Eso es lo que tú planeabas hacer, o me equivoco? - replico, sin retroceder ni un ápice - o si no por qué elegir un lugar como éste?
Un sonido ronco sucede a mis palabras, un gorgoteo, una patética imitación de risa humana.
-Eres muy divertido, Kurama - admite mi enemigo, cayendo con un golpe seco frente a mí. Ahora puedo verlo con claridad, dos alas sin plumas se extienden a su espalda, mientras que él posee unas orejas puntiagudas y un cuerpo como de mi estatura, sólo que mucho más robusto. Está envuelto con una lustrosa capa negra.
-Ah, ya sé lo que estás pensando, pero creéme: soy mucho más que un simple youkai murciélago.
-Comencemos - advierto, poniéndome en guardia.
-No me vencerás tan fácil - replica en otro ronco susurro, lanzándose contra mí. Es una pelea ardua, pues admito que éste oponente es más fuerte que los anteriores. Blando mi látigo a diestra y siniestra, guiándome más por el olfalto que por la vista. Él dispara una especie de rayo sónico, que conforme lo esquivo va destruyendo lo poco que queda del lugar. Temo que éste pueda derrumbarse de un momento a otro con un estruendo. Decido arriesgarme lanzando a mi carnívora nocturna, pero me asombro al ver que el youkai la hace añicos con su propio látigo.
-Vamos Kurama! no me subestimes... creí que esto sería más interesante. Dejemos de jugar al escondite. Una batalla frente a frente - propone mi enemigo, plantándose a escasos metros de mí.
-Cómo es que sabes mi nombre? - pregunto con voz lúgubre, adoptando una posición defensiva.
-Ése es mi pequeño secreto... pero sólo digamos que todo empieza y termina con tus sueños, Kurama. La maldición de los Sueños de Muerte, recuerdas? - pregunta, sonriendo con cierta ironía. Un sentimiento helado me recorre el pecho.
-Tú sabes sobre la maldición? - otro retumbar de una risa ronca y profunda, haciendo que el miedo se clave más hondo en mi corazón.
-Pues claro. Diría que sé incluso más que tú sobre ella, pero basta de charla. Tú tampoco quieres entretenerte, o me equivoco? ya sabrás que tu amiga está muriendo lentamente, o no habrías elegido un plan tan arriesgado - Entorno la mirada con frustración, no tengo forma de saber qué tan rápido el negro va consumiendo a mi flor. Ya no tengo más tiempo. Es hora de usar mi última jugada.
Lentamente y con discreción, saco una vez más mi brillante planta, que ilumina con resplandor mortecino mi alrededor. La contemplo fijamente, preparándome para lo que está a punto de suceder. Pero la decisión ya está tomada, no habrá marcha atrás. Levanto mis ojos esmeralda hasta clavarlos fijamente en mi adversario. Podrá él advertir la absoluta determinación y amenaza que se cierne sobre ambos? No hay amargura, no hay arrepentimiento. "No, todo sea por salvar a Katy" repito para mis adentros. Finalmente mi adversario parece presentir el peligro, y pasa saliva, mirándome astuta y desconfiadamente.
-Qué vas a hacer? no pensarás cumplir tu amenaza, verdad? o acaso planeas matarnos a los 3?
"Ya no hay tiempo" urge mi mente. "Todo sea por ti, Katy" ésta última frase me da el valor que necesitaba.
-Sólo morirán 2 hoy - aseguro, estrujando con fuerza el interior de mi mano derecha. Una luz cegadora envuelve todo mi entorno, seguida de una fuerte explosión. Puedo sentir cómo mi cuerpo es repelido con súbita fuerza, hasta estrellarse contra una superficie sólida. Escucho un último y desgarrador grito frente a mí, pero ya no puedo ver más... me siento tan cansado... mientras voy perdiendo la consciencia, un último pensamiento acude a mi mente, repitiéndose una y otra vez con asombrosa claridad.
"Ya está a salvo. He cumplido mi misión".
Pero luego, de pronto, un sobresalto me saca de éste delicioso estado de tranquilidad y calidez. "Hiei" dice mi mente. "Hiei!" repite mi corazón, cobrando
vida súbitamente. Ah, sí! mi pequeño youkai de fuego, cómo podría olvidarle, justo al final? Es un amargo consuelo visualizarle ahora, pero la felicidad llena
mi perverso y egoísta corazón. No puedes morir así, sin haberle visto sólo una vez más. Sin haberle dicho... tantas cosas... sonrío, eso hubiera sido tan
recofortante! ver esos ojos rojos como el atardecer, justo antes de sumirme en la inconsciencia.
Escuchar el sonido de su voz llamándome una última vez. "Pero ya es demasiado tarde" me digo, sintiendo cómo se relaja mi cuerpo,
el lento zumbido de mi corazón y el suave movimiento de mi respiración. Pero mi alma continúa, insistente, hasta el final.
Verle una vez más... tan sólo una. Y, por fin, oscuridad.
Fin del capítulo 6.
Ohayou! bien, bien, ya saben que no hay excusas para mi retraso. Les ofrezco mis sinceras disculpas, pero a cambio espero que hayan disfrutado de este episodio; que salió mucho más largo que los otros, si no me equivoco. Ahora por favor, no quieran matarme XD que aún está lejos el final... y cómo podría continuar la historia sin su protagonista? XD Jejejeje, una vez más, gracias a todos quienes leyeron Shinigami Dreams o dejaron sus valiosos comentarios! Arigatou!
See u en el prox cap. I will be a otaku forever! Happy Sagara
