Sirena

Cap. 7

-¡¡Draco Malfoy! ¡¡Ven aquí ahora mismo! –Una mujer de uno 40 y muchos años estaba parada en la sala de Draco Malfoy, con cara de estar bastante enojada.

-¿Madre? ¿Qué haces aquí? –preguntó Draco, mirando con extrañeza a su madre.

-¡¿Qué significa eso de que Ashley esta embarazada!

-Significa que tu querida hija se acostó con un tipo y fue lo suficiente irresponsable como para no usar protección.

-¡Sé eso! –exclamó Narcisa Malfoy, irritada-. Pero… ¡Tú eres su hermano mayor! ¡Se supone que debes cuidarla!

-¡No tengo tiempo para saber con exactitud lo que hace Ashley, madre! ¡¡Tengo mi vida propia!

-¿En serio? ¡Pues no lo parece! ¿Por qué sigue desnudo tu dedo anular, ah? ¡Nunca creí que Ashley sea la primera en darme nietos, Draco! Deberías sentar cabeza y casarte de una buena vez… ¿Qué paso con la hija de los Parkinson, ah? Es linda, de buena familia…

-E insoportable. ¡No la aguanto! ¡No podría estar cinco minutos con ella sin volverme loco!

-¡No hay manera de razonar contigo! ¿Cuándo aprenderás que es por tu bien?

-¡Cuando en verdad lo sea!

-¡Ya! ¡¡En un mes quiero verte comprometido, Draco! ¡Y es una orden! ¡Si no, te casare yo misma!

-¡Tu ya no me das or…! –Pero ya Narcisa se había ido-. ¡Por Dios! ¡¡Ya soy mayor! Si piensa que me dará ordenes esta muy equivocada.

-¿Quién te dio ordenes? –Preguntó Ginny, que había aparecido en la chimenea.

-¡Ginny! –Dijo Draco acercándosele para darle un beso-. ¿Te gustó mi regalo?

-Es realmente hermoso, Draco. Muchas gracias –dijo Ginny sonriendo.

-Me alegro que te haya gustado –dijo Draco, besándola de nuevo.

Siguió besándola hasta llegar al sofá, donde cayeron pesadamente. Draco puso las manos en las piernas de la pelirroja, mientras Ginny le acariciaba la espalda. Sus lenguas se acariciaban con pasión, mientras Draco subía una mano por la blusa de Ginny.

El rubio descendió sus besos por el cuello de la pelirroja, y gimió cuando Draco llego a su escote. A esta altura Ginny ya tenía la blusa remangada hasta arriba del ombligo y Draco no tenia camisa.

-¡¡Para eso existen los cuartos! –exclamó Ashley, q estaba parada frente al sofá.

-Inoportuna… -murmuró Draco mientras se ponía la camisa y Ginny se acomodaba la blusa, roja de vergüenza.

-¡¿No pudiste aguantar en decirle a mamá que estoy embarazada! ¡¡Fue a pelearme a mi apartamento! ¡¡¡Ya me tiene prometido!

-Primero: Yo no le dije nada. Segundo: A mi también vino a pelearme… ¡Y yo no tuve nada que ver! Y tercero: ¡Deberías casarte!

-¡No me quiero casar! ¡¡Eres un imbecil, Draco! ¡¡¡Un estúpido! ¡¡¡¡No te aguanto!

-¿Por qué me dices eso? –preguntó Draco con el entrecejo fruncido.

-Porque, ya que tu no le dijiste a mamá lo de mi embarazo, con alguien me tenia q desahogar. Yo mejor me voy, se que ustedes están locos por continuar lo que estaban haciendo… -dicho esto se fue.

Ginny seguía roja recostada en el sillón y mirando lo que sea menos a Draco.

-¿Ginny…?

-Yo… Creo que esto ha pasado muy rápido, Draco –Dijo en un susurro.

-¿Acaso no… Te gustó?

-Ss… Si me gustó… Pero yo… Yo creo que es muy pronto…

-Ya… -dijo dándole la espalda.

-Draco, no te enojes… -dijo Ginny abrazándola por la espalda-. Yo quiero mi primera vez sea especial… Con alguien especial…

-¿Eres virgen? –preguntó Draco, volteándose bastante sorprendido.

Ginny se sonrojo.

-¿Con quien iba a dejar de ser virgen, Draco? –Dijo Ginny mirando a Draco como si estuviera loco-. ¿Con un tiburón? ¡Ah, no! Mejor con un delfín… O tal vez un calamar –dijo sarcástica.

-Pero antes de que te convirtieras en sirena debiste tener 19 o 18 años… No es común que una chica de esa edad sea virgen.

-¡¿Acaso crees que todas las chicas dejan de ser virgen a los quince! Con las que tú te juntas, tal vez…

-Bueno, ya… Entonces guárdate hasta que llegue el momento y el hombre especial –Dijo Draco "algo" enojado-. Y como obviamente este no es el momento especial ni yo soy el hombre especial, mejor me voy.

-¡Pero tu…! –comenzó a decir Ginny, pero Draco ya había desaparecido-… si eres mi hombre especial…

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-¿Se enojó por que no te quisiste acostar con el? –Preguntó Hermione.

-Bueno… Le dije que quería esperar el momento y el hombre especial…

-Eso suena como si no hubieses encontrado al hombre especial… Se sintió menospreciado…

-¡Le iba a decir que el era el hombre especial, pero se fue! Creo que ya no me quiere ver…

-Los hombres son muy sensibles con respecto a eso, Ginny… Creo que seria buena idea buscarlo y decirle que él es tu hombre especial… Que solo tenía que esperar el momento adecuado… ¡Y debe entender que el momento adecuado no es exactamente en un sofá!

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Ginny se encontraba en el trabajo de Draco. Era un edificio bastante elegante, y muy grande.

-¿Si? ¿Qué desea? –preguntó la recepcionista.

-Quisiera ver a Draco Malfoy.

-¿Al Señor Malfoy? –Preguntó la recepcionista, mirando a Ginny con burla-. Para ver al Señor Malfoy debe hacer cita con por lo menos tres meses de anticipación. Así que por favor, váyase.

-A mi me atenderá.

-¿Qué le hace pensar eso?

-Por favor, avísele que estoy aquí. Estoy segura de que me atenderá.

-Usted parece no entender fácil. Mire lo que haremos: Yo le avisare a la secretaria personal del Señor Malfoy que usted esta aquí. A ver si se va más rápido –Dijo la recepcionista, agarrando un teléfono. Ginny se sorprendió bastante de que en la empresa de Malfoy hubiese teléfonos-. Aquí hay una Srta. Que quiere ver al Sr. Malfoy… No, no tiene cita… Ya le dije, no quiere entender, ¡Dice que el Sr. Malfoy la atenderá sin cita!... ¿Cuál es su nombre? –preguntó a Ginny.

-Ginevra Weasley.

-Ginevra Weasley… ¡Estoy aburrida!... ¿Qué le avisaras? ¡Perderás tu empleo!... ¡Ah! Cierto. Lo había olvidado. Pero te pondrás caliente… ¿Qué no te importa?... ¡Ah, claro! Tu querido Jonh te mantiene… Bueno, avísale, pero atente a las consecuencias –dijo en tono de advertencia-. Le va a avisar, pobre… Perderá su empleo –Le dijo a Ginny-. ¡¿Cómo! –Volvió a hablar por el teléfono-. ¿No habrás oído mal?... Bueno, esta bien –Y trancó-. No puedo creerlo… Srta. Weasley, suba al último piso… La Secretaria del Sr. Malfoy la estará esperando para guiarla.

Ginny miró a la recepcionista con superioridad y se dirigió a los ascensores. Marcó el numero 40 y esperó su destino. Al llegar, una mujer muy elegante la guió hasta un pasillo bastante largo y sin salida.

-Camine hasta la pared de fondo y mencione la palabra que esta en este sobre –dijo la mujer, entregándole un sobre perfectamente sellado.

Ginny siguió las indicaciones, y cuando mencionó la palabra que estaba escrita en el sobre apareció un muy elegante ascensor frente a ella, al cual entro. Inmediatamente entró el ascensor comenzó a subir. Cuando se abrieron las puertas, Ginny puso apreciar la tremenda oficina de Draco. Era extremadamente grande, con cristales de paredes. Muy bien ambientado. Al fondo estaba Draco, mirándola atentamente tras un escritorio.

-¿A que viniste? –Preguntó Draco.

-Tenemos que hablar –Respondió Ginny, acercándose.

Draco le indicó que se sentara, pero Ginny se quedo parada frente a su escritorio.

-Draco… Yo… He de confesar que me gustas… Me gustas mucho, pero esto tiene que terminar.

Notas de la Autora: ¡Hola! Jejejeje, cortito el capi, pero necesario. Espero que les haya gustado. No tengo mucho tiempo debido a que son las una de la madrugada y tengo que levantarme temprano.

Muchas gracias a: IgniPaulina GryffindorKarkinos, Yose-Malfoy-Felton, Laura MelissaMinakuna Tachimotomaritza chan, andy, mayreni, amsp14Flopy-BlackCoNnY-BFabisaSailor Alluminem SirenTonks moonlight, fiosol, Hitomi FeltonPilika-LastHopeAiko Granger

En verdad aprecio sus comentarios. Sigan dejando. Y esas setenta personas que no me dejan sus opiniones… ¿Por qué no lo hacen? ¡Nada les cuesta darle a Go y escribir un "Me gusto", "No me gusto"!

Bueno, cuidense mucho. ¡Bye!