Los habitantes de un pequeño pueblo del East Blue llamado Fusha estaban celebrando una fiesta como no se había visto nunca antes en el lugar. El vino, la cerveza, el hidro-miel y la zarzaparrilla corrían a raudales, y el sabroso olor del cerdo rustico asado inundaba el ambiente. Los alegres lugareños bailaban encima de las mesas del "Partys Bar", los hombres se enzarzaban en competiciones de pulsos y las doncellas se mostraban mas descocadas de lo habitual. La razón de tanto jolgorio era la noticia con que se habían levantado aquella mañana: un paisano suyo que se había marchado del pueblo para convertirse en pirata, Monkey D. Luffy, había conseguido que el Gobierno del Mundo recompensara su cabeza con nada mas y nada menos que 250 Millones de Berris. Y claro, había que celebrarlo.
-Que alborotados están todos, ¿Verdad señor Alcalde?- exclamo una mujer de pelo verde oscuro recogido con un pañuelo llamada Makino, mientras servía un té helado a un hombre mayor que lucía un gorro playero y gafas.
-¡Pff! ¡No se como pueden armar tanto escándalo!- contesto irritado Wood Slap, el anciano mandamás de Fusha- ¡Que la cabeza de Luffy tenga un precio tan alto es una vergüenza para nuestro pueblo, panda de necios!- sentencio mirando la octavilla con las recompensas de la banda del Sombrero de Paja que había sobre la mesa, mientras se mesaba intranquilo la perilla.
-Quizás sí, pero...- lo aplaco son suavidad Makino, cogiendo el cartel y leyendo los nombres de los piratas- Roronoa Zoro, Nico Robin, Franky, Sanji, Tony Tony Chopper, Soge King y Nami... Parece que nuestro Luffy ha hecho un buen puñado de amigos, y eso me hace feliz...
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Sujetando el mismo aviso de la Marina, otra mujer, de piel morena con ostentosos tatuajes y el pelo de color fucsia, que vivía en un pueblo al noroeste del East Blue llamado Cocoteros también sonreía.
-¡Caray con mi hermanita!- rió en tono alegre- Parece que las cosas le van bastante bien.
-¡No se de que te alegras, Nojiko!- le reprendió un hombre con bigote y muchas cicatrices, vestido con uniforme de policía de pueblo- ¡Ahora Nami forma parte de una banda de piratas muy buscada! ¡Y encima tiene una recompensa mayor que la que tenía Arlong! ¡Seguro que se ve metida en un montón de problemas!
-¡No seas tan cascarrabias, Genzo!- le critico Nojiko- Fíjate en la cara de Nami en el cartel: esta sonriendo. Seguro que pase lo que pase y este donde este, ella es muy feliz de poder cumplir su sueño...
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Una fuerte ventisca de nieve azotaba el pueblo de Big Horn, en la isla del reino de Cerezo, en Grand Line. Dos personas estaban en una casa tomando unas infusiones de hierbabuena: un hombre grande y fortachón y una vieja vestida con ropa juvenil que estaba vaciando un azucarero entero en su taza. La puerta se abrió de repente, dejando entrar tanto al viento como a un hombre que vociferaba.
-¡Rey Dalton, Rey Dalton! ¿Se ha enterado de la noticia?
-Sí, me llegaron las ordenes de captura directamente a mi oficina- contesto el hombre corpulento. Dalton se dirigió hacia la vieja recostada en la ventana que tenía la mirada perdida en el vasto paisaje blanco del exterior.
-¿No estas contenta, doctora Kureha? Ahora tu reno es muy famoso...
La doctora tomo un sorbo de la humeante bebida que tenía delante y luego miro a través de la ventana hacia el cielo, de donde no dejaban de caer copos de nieve
-Nuestro hijo Chopper ya es un autentico pirata- susurro con una sonrisa- Que feliz debes estar... ¿Verdad, Hiruluk?
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Una chica de largo cabello azul corría a toda prisa por los pasillos del palacio real de Alubarna, capital de Alabasta, dejando tras de si el sonido del tintineo de sus joyas y los encajes de su vestido de seda. Entro chillando y corriendo en la sala del trono y apunto estuvo de caerse de bruces al detenerse en seco.
-¡Papá, papá!- grito emocionada al Rey Cobra que se encontraba charlando con el general Chaka- ¿Has visto? ¡Ofrecen por la banda de Luffy 1000 millones de berris!
-Sí, ya lo he visto, Vivi, hija mía- le contesto el Rey a la Princesa del reino de la arena- Pero la heredera al trono debería mantener la compostura y evitar correr por los pasillos mientras grita de esa manera.
-Sin embargo- añadió sulfurado Chaka- Todavía no entiendo por que se unió a esa mujer cómplice de Crocodile...
-Ya te dije que no era tan mala como parecía- le tranquilizo Cobra. Vivi se marcho corriendo murmurando algo así como "¡Tengo que decírselo a Karu!". El monarca y su general no le reprocharon su estado de excitación y se echaron a reír cuando la heredera de la corona casi atropello a un ama de llaves que estaba entrando en la sala.
-¡Cuánto me alegro, camaradas!- dijo en voz alta para si misma la princesa, con una gran sonrisa en el rostro- ¡Cada vez estáis mas cerca de cumplir vuestros sueños!
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
-¡Oye, cántame otra canción!- le pidió Luffy a Lala, que sin saber muy bien como se había quedado a charlar con el chico del sombrero de paja. El sol brillaba con fuerza sobre el cielo de Cittàbella y la muchacha ya llevaba varias horas junto aquel peligrosísimo bucanero de los mares.
-¿Otra más?- pregunto medio cansada, medio complacida la chiquilla de pelo rosa- Vale, a ver... Hmmm, ¿Cuál te podría tocar...? Quizás la del malvado monstruo marino que obligo a una bella muchacha a capturar para él 100 hadas doradas, bajo la amenaza de que si no le obedecía se comería a toda la gente de su pueblo... Pero cuando ya llevaba 93 el abismático ser de mortal dentadura abrió la jaula, escapándose todas las hadas. Por suerte, cuatro valientes guerreros plantaron cara al malvado y destruyeron su guarida...
-¡Que chachi! ¿Hum? Aunque esa historia me suena de algo- reflexiono Luffy sorprendido, frunciendo el ceño mientras unos oscuros jirones de humo le salían de las orejas.
-¿Eh? ¡No puede ser!- exclamo alterada Lala- Son canciones que compuso mi mamá y que me enseño solo a mi... No la puedes haber escuchado antes...
-Pues si tú lo dices, será verdad- admitió Luffy despreocupadamente- Oye, ¿y tu mamá también es cantante como tú?
A Lala se le ensombreció el rostro. Dirigió la mirada al suelo y se quedo callada unos instantes.
-Mi mamá... Murió hace tres años.
-Oh, vaya, lo siento- se disculpo Luffy. Lala negó con la cabeza.
-No tienes porque. Era una madre estupenda y la quería mucho. A pesar de que me puse muy triste cuando murió se que en el fondo siempre estará conmigo. Lo único que me importa es lograr cumplir su sueño y el mío.
-¿Vuestro sueño? ¿Y cual es?- pregunto muy interesado Luffy. Lala le miro, dudando por un instante si contárselo, ya que todo el mundo que la había escuchado se había burlado de ella. Pero por alguna razón sabía que Luffy no se reiría. Además, pudiera ser que con un poco de suerte...
-Veras... ¿Te has fijado en el chubasquero que llevo puesto?- pregunto Lala.
-Sí- respondió el muchacho mirando al cielo- Es curioso, por que hoy no llueve.
-Es que esta ropa es la típica en el lugar del que provengo. ¿Recuerdas que te dije que vine a Rinascita hace dos años? Pues es porque antes vivía en la isla de Never Sun.
-¿Never Sun? ¿Qué isla es esa?
-Es una isla de clima "Monzonico"- le explico Lala- Allí siempre, siempre, siempre esta lloviendo. Y cuando dijo siempre es siempre. Nunca para de llover, nunca. La gente viste siempre chubasqueros y paraguas. Las calles y edificios están construidos con una gran técnica que evita las inundaciones. De hecho, esa tecnología es exportada a todo el mundo y es lo que sustenta a la población.
-¡Vayaaaa! Una isla donde siempre llueve- se asombro el chico de goma- Ese lugar hubiera sido la pesadilla de alguien que yo me se...
-Sin embargo- prosiguió Lala con su historia- hay una leyenda que explica que una vez hubo una excepción. Es una leyenda olvidada y perdida de Never Sun que mi madre rescato y convirtió en canción, pero como no esta recogida en ninguna recopilación ni antología clásica oficial la gente no la creía y decía que se la había inventado ella. Era la leyenda de "La Canción del Sol".
-¿La Canción del Sol?- pregunto Luffy.
-Así es- asintió Lala, quien continuo con su narración- Esta leyenda explicaba como una vez, en Never Sun, vivió un tirano déspota y malvado que tenía sometida a la población. No contento con asfixiar a los lugareños con impuestos que no podían pagar, el tirano empezó a pedir sacrificios humanos. La elegida para el primer sacrificio fue la Sacerdotisa del Templo de la isla. Cuando ya estaba frente a frente del malvado Rey, apareció de la nada un joven campesino, enamorado en secreto de la sacerdotisa. Este reto al tirano a un combate. Todos lamentaron la desgracia del muchacho, pues aunque el Rey era un loco sediento de sangre, también era el guerrero mas poderoso de la isla. Para sorpresa de todos el campesino se defendió bien, manteniendo un combate igualado con su malvado monarca. Pero el Rey, poco a poco y mediante sucias artimañas, consiguió herir al muchacho y tenerlo acorralado entre la espada y la pared. Ya todo parecía perdido cuando en ese momento la Sacerdotisa que iba a ser sacrificada empezó a cantar una melodiosa oda para animar al joven campesino. Su voz era tan bonita y la canción tan conmovedora que se produjo un milagro: Las nubes de lluvia que cubrían el cielo se dispersaron y en su lugar apareció, por primera vez, el sol, luminoso y radiante. Los cálidos rayos de luz del astro rey inundaron el lugar. Ello infundo nuevos ánimos en el campesino, quien con renovadas fuerzas ataco al malvado tirano y consiguió al fin darle muerte. Tras su victoria, el pueblo entero celebro el fallecimiento del antiguo monarca y corono como su nuevo soberano al campesino que les había llevado la libertad, quien se caso con la Sacerdotisa que le había ayudado. Se dice que cada año, para celebrar la victoria del nuevo Rey, la Reina cantaba la misma canción para que por unos minutos la gente de la isla disfrutara de los rayos del sol... Hasta que la Reina murió, y ya no se hizo nunca mas.
-¡Guaaaauuu, que pasada de historia!- exclamo Luffy asombrado.
-¿A que sí? De todas las que me contaba mi mamá esta era mi preferida- dijo Lala con una repentina mueca risueña en la cara. Luego, se puso mas sería y se mordió el labio, como si no quisiera decir lo que le estaba pasando por la mente.-Mi madre... Se paso la mitad de su vida buscando esa canción pero al final murió antes de encontrarla. Uno de los motivos por los que vine a estudiar música a Rinascita fue precisamente para intentar descubrir algún indicio que me llevase hasta ella...- la chica levanto la vista hacía Luffy, dubitativa, y la aparto sonrojada cuando vio que el capitán pirata no le quitaba ojo de encima. –Mu... Muchas gracias por escucharme hasta el final. Eres el primero al que le cuento todo esto y no se echa a reír.
-¿Por qué tendría que reírme?- se sorprendió el chico de goma.
-No se...-explico Lala- A la gente le suele parecer un cuento de hadas, tonto e imposible...
-¡A mi me parece una historia extraordinaria! ¡No solo la leyenda, si no que tu madre se dedicara en cuerpo y alma a intentar encontrar esa "Canción del Sol"!- aseguro Luffy. Lala lo miro sorprendida y, poco a poco, le empezaron a caer unos grandes lagrimones de los ojos, seguidos de unos mocos bien gordos. Luffy se asusto.
-¿Qué pasa? ¿He dicho algo malo?
-No, n-no, nada de eso- contesto Lala- Es solo que... Ojala mi madre hubiera conocido a alguien como tú. La habría hecho muy feliz. Gracias, Luffy.
-No hay de que...- le respondió Luffy con una dentada sonrisa- Al parecer tienes una historia triste en tu pasado. Te comprendo perfectamente...
-¿Tú también tienes un pasado triste, Luffy?- pregunto Lala sorprendida secándose las lagrimas.
-Sí- respondió el Sombrero de Paja, adoptando un rostro grave y llevándose la mano a la cicatriz que tenia bajo el ojo izquierdo- Veras, esta cicatriz...
-¿Esa cicatriz? ¿Qué pasa con ella...?- inquirió intrigada Lala.
-Esta cicatriz...- musito Luffy con voz muy seria y con la vista perdida en el horizonte- Me le hice yo mismo con un cuchillo para vacilar y fardar ante unos piratas colegas míos...
-...
-...
-¡Eso no tiene nada de pasado triste, tontolabas!- le grito enfadada Lala, aunque al cabo de un segundo estallo a carcajadas, a las que Luffy se unió encantado de la vida. Después de reírse a pleno pulmón un buen rato, el chico de goma le hizo la pregunta que llevaba repitiendo todo el día.
-Oye, ¿Quieres ser nuestro bardo?
-¿Eh? ¿Yo? ¿Bardo en un barco pirata?- reacciono sorprendida Lala, quien no imaginaba una propuesta así.
-¡Claro que sí! Bueno, naturalmente primero iremos a Never Sun para que soluciones ese problema con la lluvia... ¡Seguro que con nuestra ayuda lo consigues!
-¿Qué...? Oh, bueno eso... Lo cierto es que sí que quiero volver a casa, pero...- dijo entre dientes la chiquilla.
-¡Decidido entonces! ¡Partiremos en cuanto nos reunamos con mis compinches!- canturreo muy seguro Luffy.
-Vaya, pues...- Lala no se imaginaba a si misma viajando con unos piratas, pero tenía que reconocer que Luffy era muy simpático, además era la única persona a quien le gustaban sus canciones. Y encima si quería regresar a Never Sun no tendría otra oportunidad mejor, ya que no tenía dinero para pagar el viaje.
-¡Vale, de acuerdo! Pero no te prometo nada, ¿eh? Si veo que vuestro barco es muy peligroso o no me gustan tus compañeros me quedo en Never Sun para siempre...
-¡No te preocupes, te encantaran! ¡Son una risa!- le aseguro Luffy tendiéndole la mano para sellar así el trato. Lala solo se la quedo mirando un segundo...
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
-Oye Chopper, ¿Aun no captas el rastro de Luffy?- pregunto Nami al reno de nariz azul, que estaba en su forma animal olfateando el asfalto de las calles de Cittàbella.
-No, aun no he dado con él- se disculpo Chopper- En esta ciudad hay demasiados olores distintos y muy fuertes como para localizarlo.
-Tú sigue a ver si das con olor a comida...- le animo Sanji.- que seguro que donde haya zampa encontraremos a ese cabeza de chorlito...
Los siete compañeros de Luffy iban caminando tranquilamente por la calle, mirando a ver si encontraban a su capitán. La gente con la que se cruzaban se apartaba rápidamente de su camino, pero de momento habían evitado los altercados o llamar demasiado la atención (en la medida de lo posible, claro).
-¿En serio tenemos que irnos tan pronto?- se lamento Usopp- Yo aun quería estar más tiempo en esta ciudad tan chula. Seguro que podría encontrar a alguien que quisiera hacer un retrato del aguerrido capitán Usopp, el más bravo guerrero de los siete mares...
-No hay nada que hacer, ya oíste lo que dijo el dueño del restaurante- le replico Nami- Al parecer hay un buque de la Marina por aquí cerca. No podemos permanecer en Rinascita mucho tiempo.
-Pero, ¿Y si Luffy aun no ha encontrado un bardo?- pregunto Franky.
-¡Ooooh, eso sería una verdadera tragedia!- contesto Nami en tono sarcástico- ¡Venga, hay que encontrar a ese atolondrado enseguida! ¡Se puede meter en un lío gordo, no solo con la Marina, si no también con esos otros...!
-¿Esos "otros" de los que hablas no ira por mi, por casualidad?- dijo una voz sobre sus cabezas. El grupo alzo la vista y allí la vieron. Subida a una cornisa de un edificio de solo dos plantas estaba Makoto Hatsumi "La Kunoichi", con la ropa sucia y llena de manchas, el pelo despeinado y algún que otro rasguño y arañazo en el rostro.
-¿Otra vez tú?- protesto Zoro con cara de hastío- Mira que eres pesada, niña...
-¡Silencio!- grito ella- ¡No parare hasta conseguir vuestras cabezas! ¡Me vengare por la humillación que me infringisteis en nuestro ultimo combate!
Esto... ¿Ultimo combate? Retrocedamos un par de horas en el tiempo, hasta el primer encuentro entre los piratas del Sombrero de Paja y la miembro de los "10 Cazarecompensas" en el restaurante "La Sartén Ardiente".
-¿Makoto Hatsumi?- pregunto extrañada Nami ante la aparición de la cazarecompensas- No me suena de nada... ¿Tú la conoces Robin?
-No, yo tampoco la conozco.- reconoció Robin- De los "10 Cazarrecompensas" solo conozco el nombre de los llamados "4 Grandes"...
-Ah, entonces esta es una Don Nadie...-bufó decepcionado Zoro.
-¡Basta de chachara!- les interrumpió Makoto un poco sonrojada- ¡Preparaos para recibir vuestro castigo!- dicho esto se saco una bola de la manga y la lanzo a tierra. Antes de que tocara el suelo, Usopp advirtió gritando a sus compañeros:
-¡Es una bomba de humo, cuidado!
El artefacto estallo llenando de una espesa humareda grisácea todo el restaurante. Se hacía difícil respirar y aun mas ver lo que uno tenía ante sus narices
-¡Ja, yo sois míos!- rió triunfante Makoto lanzándose a través del humo hacia sus presas... Solo para tropezar con una cuerda atada entre un pilar y la pata de una mesa que estaba puesta en medio y darse de morros contra el suelo con un sonoro trompazo.
-¡Ouch! ¿Pero qué...?- farfullo confusa la Kunoichi- ¿Pero quien ha puesto esa cuerda ahí en medio?
-¡Ja, ja!- se pavoneo exultante Usopp- ¡Creíste que con un poco de humo podrías cegarme a mi, el gran Capitan Usopp! ¡Pero he sido mas listo que tú! ¡Cuando has tirado la bomba de humo enseguida he atado la cuerda al pilar y a la mesa para que tropezaras!
-¡Será posible!- grito enfadada la cazarecompensas- ¿Cómo he podido caer en un truco tan infantil? ¡Ahora veras!
Empuño en sus manos unas cuantas estrellas ninja y las lanzo en dirección al narizudo artillero, pero Zoro se interpuso, parando en el aire con su espada todos los shurikens que acabaron cayendo al suelo.
-¿Quééé..? ¿Cómo es posible que hayas detenido mi "Lluvia de acero mortal"?- se sorprendió Makoto ante la destreza de Zoro.
-Tampoco es que fuesen demasiado rápidos- respondió el espadachín de pelo verde con un bostezo- Diría que te falta fuerza en el brazo... Mas o menos la misma que te sobra a la hora de bautizar tus ataques...
-¡Ahora veras tú la fuerza que tengo!- dicho esto, la chica ninja se saco del cinto unos palos cortos unidos por una cadena llamados nunchakus. Hizo una serie de movimientos rápidos acompañados de gritos potentes, pasándose el arma de un brazo a otro. En eso estaba cuando un brazo le broto del costado (obra de Robin, naturalmente) y le agarro con fuerza la mano derecha en el momento en que pasaba el nunchaku desde la izquierda. Al no poder cogerlo se dio con uno de los extremos del arma en toda la boca. Se llevo las manos a la cara, aguantándose los gritos de dolor, mientras las piernas le vacilaban un poco.
-Perdona, ha sido sin querer- se disculpo Robin. Makoto, con la cara toda roja (no se sabe muy bien si de la ira o de la vergüenza) pego un fuerte grito y se lanzo hacia ellos de un gran salto, mientras que con cada mano empuñaba un Sai. Usopp le disparo con su tirachinas un proyectil.
-¡Estrella mortal de huevo!
Makoto lo intercepto con un golpe de uno de sus sais, pero el huevo le salpico igualmente la cara, cegándole la visión.
-¿Eh, qué? ¡No veo nad...!- fue lo ultimo que dijo antes de estrellarse contra la estantería de botellas que había tras la barra, quedando tumbada en el suelo e inconsciente bajo una montaña de cascos, toda manchada de distintas bebidas.
-¿No decías que los "10 Cazarecompensas" eran todos peligrosos?- pregunto Franky a Robin con una gigantesca gota de sudor recorriéndole la cabeza.
-Bueno... quizás la chica estaba nerviosa y no fuera su día- aventuro Robin.
-D-disculpen- dijo tímidamente el dueño del restaurante, quien había estado observando escondido toda la escena- ¿Les importaría ir a otra parte a pelear? Es que... Ya me han destrozado bastante el local, y si encima se presenta la marina...
-¿La marina?- pregunto Sanji- ¿Hay marines por aquí?
-S-sí señor- contesto asustado el Barman al cocinero pirata- A-ayer llego un galeón lleno de marines al mando de un Vice-Almirante.
-¡Un Vice-Almirante!- gritó Nami preocupada- ¡Ese es de los gordos! ¡Venga, tenemos que encontrar a Luffy y largarnos de aquí!
Ante la orden de su navegante el resto la siguieron hacia la calle. El ultimo en salir fue Chopper, quien se giro y se disculpo ante el Barman, haciendo una pequeña reverencia.
-Lamentamos el estropicio que hemos causado.
Y dicho esto salió de la "Sarten Ardiente", dejando solos al dueño y a la derrotada cazarecompensas junto a la medía docena de mesas destrozadas, los platos rotos y la cristalería que se esparcía por todo el suelo del local.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Dos horas después Makoto volvía a hacer frente a la banda del Sombrero de Paja. Su mirada ardía de rabia. Desenfundo su "shinobigatana" con la que apunto amenazante al grupo.
-¡Ahora me pagareis con creces lo que me habéis hecho! ¡Preparaos!
-Oye, chata... ¿Por qué no lo dejas?- le sugirió Franky encogiéndose de hombros- No eres rival para nosotros... ¡Vamos, si prácticamente te ha ganado solo Usopp, que tiene delito!
Ante ese comentario (seguido por el murmullo de aprobación generalizado entre los demás piratas) Usopp cayo de rodillas al suelo y una sombría aura le envolvió totalmente. "Menudos compañeros" pensó con tristeza.
-¡Callate, napia metálica!- le espeto furiosa la kunoichi.
-¿EH? ¿Qué me has llamado, so furcia?- dijo Franky cabreado mientras Sanji le sujetaba por un hombro.
-Vamos, vamos, no te enfades- le calmo- Además, esa no es forma de referirse a una dama, por muy enemiga nuestra que sea...
-Lo... Lo que Franky quería decir es...- empezó a decir Chopper en tono conciliador- que tú sola contra nosotros no puedes hacer gran cosa. Lo mejor sería que te retiraras, porque tampoco queremos hacerte daño y...
-¡Cierra el pico, bicho peludo!- le grito enfadada Makoto al reno de nariz azul. Este ultimo se puso a llorar entre los brazos de Robin.
-¡Buuuaah! ¡Snif, snif! ¡Me ha llamado "bicho peludo", buaaaah!
-Ea, ea, ea- le animo la arqueóloga- Venga, no llores... Jo, chica- dijo dirigiéndose a Makoto- desde luego hay que ver lo desalmada que eres...
-¿Y vosotros qué?- contesto la cazarecompensas perdiendo los papeles- ¡Si sois unos piratas terribles que sumáis 1000 millones solo entre vosotros ocho...! ¿Eh?- se sorprendió la muchacha- Uno, dos, tres, cua... Pero si solo sois siete... ¿Dónde esta vuestro capitán, Monkey D. Luffy?
-¿Qué pasa?- pregunto Zoro- ¿Es que crees que podrías vencerle?
-No, eso no- contesto molesta Makoto, incapaz de negar esa verdad- Ya se que es imposible que yo venza a un pirata cuya recompensa es de 250 millones... Eso se lo dejo a "El Inmortal". Pero por lo menos he de acabar con uno de vosotros.
Las palabras de la Kunoichi extrañaron bastante a Robin. Daba la impresión de que su facción, "Los 10 Cazarecompensas", operasen esta vez en conjunto, pero eso era imposible. Lo que de verdad le preocupaba era que la chica había mencionado al mas poderoso de los "4 Grandes", un hombre del que solo había oído rumores. Terribles y sangrientos rumores...
-¡Si quieres acabar con alguien, acaba conmigo!- Salto de repente Sanji, sorprendiendo a propios y extraños.-¡Yo protegeré a mis amadas Nami y Robin de tus tretas ninjas!
-(¿Pero este no era el "gentleman" que presumía de no pelear con mujeres?)- murmuro Usopp al oído de Franky. El cyborg de pelo azul se encogió de hombros.
-¡Pues bien, tú serás el primero cejita mágica!- dijo entusiasmada Makoto, empuñando con fiereza su "shinobigatana" con la mano derecha, mordiendo un "kunai" entre sus dientes y con un Remington M870 (que no tenía nada de ninja) en su mano izquierda.
-Listo pues...-susurro el cocinero de la banda al tiempo que se llevaba un par de dos a la boca y silbaba aguda y prolongadamente. En pocos segundos un fuerte ruido lleno la calle y una turba de doncellas de buena cuna apareció de la nada atropellando a la cazarecompensas. Todas las chicas se agolpaban alrededor de Sanji.-Chicas, chicas, que bien que hayáis acudido a mi llamada... Me sabe mal deciros esto pero tengo que partir de Rinascita antes de que cualquier marine de la armada ponga sus sucias manos encima de mi piel aterciopelada de bucanero.-un murmullo de desconsuelo recorrió a toda la trouppe de "grouppies" que empezaron a llorar a lagrima viva.-Venga, venga, contened el llanto... Mirad, os voy a dar una foto autografiada a cada una, ¿de acuerdo?
-Que ruin- comento Zoro mirando a Sanji.-Se ha deshecho de su adversaria convocando a su legión de seguidoras...
-¿Pero cuando a tenido tiempo de ligarse a tantas chicas si hemos estado todo el rato juntos?- se asombro incrédulo Usopp.
-Todavía te falta mucho para aprender de mi, querido narizón... Además, no acostumbro a golpear a una dama- se disculpo Sanji echando por la boca el humo del cigarrillo que estaba fumando- con lo que algo tenía que hacer para quitarme de encima a la chati-ninja...
Una vez la marabunta de admiradoras se hubo dispersado, Chopper observo a su enemiga tendida en el suelo. Tras un rápido reconocimiento aseguro un pronostico favorable.
-Se pondrá bien.
-Claro que sí- afirmo Sanji- Mis chicas marean, pero no matan...
-Venga, no perdamos mas el tiempo y vayámonos de aquí- apremio Usopp a sus compañeros- Con el escándalo que hemos montado me extraña que aun no hayan aparecido los marines.
-Tienes razón- admitió Nami- ¡Vamos!
Los siete se pusieron en marcha, recorriendo las calles de Cittàbella a toda velocidad intentando no llamar la atención mientras buscaban a Luffy. De repente Chopper olisqueo algo que le llamo la atención y se paro tan repentinamente que casi provoco un choque en cadena con sus compañeros.
-¡Lo encontré! ¡Encontré el olor de Luffy!
-¡Bien hecho Chopper!- le felicito Nami- ¡Llévanos hasta él!
El grupo se adentro por un callejón que daba a una gran plaza al aire libre donde se estaba celebrando una fiesta: Los muros de las casa colindantes estaban decorados con un gusto exquisito, había camareros repartiendo canapés aquí y allá y en un improvisado escenario una pequeña orquestra tocaba canciones de baile, mientras el publico (todos vestidos muy elegantemente) bailaban en parejas. Chopper se detuvo y miro a todos lados intentando encontrar a Luffy.
-Oíd, ¿Vosotros le veis?- pregunto Usopp.
-No, no le veo por ninguna parte- contesto Zoro- ¿Estas seguro de que esta aquí, Chopper?
-Segurísimo- sentencio el reno de nariz azul olfateando el suelo con más vigor incluso- Esta por aquí cerca... Muy cerca- dijo aproximándose a una señora vestida con un traje de fiesta de color rosa chillón que estaba metiendo mano a los canapés de huevas de tiburón cebra y crema de leche de Yak que servían los camareros.
-Disculpe señora- se dirigió educadamente Chopper a ella- ¿Ha visto por aquí a un chico joven que lleva un sombrero de paja?
La señora se giro y se fijo en Chopper. Tras acabar de zamparse los canapés, hablo alegremente y con un tono de voz muy masculino.
-¡Hombre Chopper, que tal! ¿Quieres un canapé? ¡No saben a nada pero son gratis!
El reno y los demás pusieron los ojos como platos al reconocer a su amigo Luffy disfrazado de tal aspecto y no pudieron contener el grito de sorpresa.
-¡Luffy! ¿Pero que haces con esas pintas?
-Naaaa... Ha sido idea de Lala, para que no me metiera en líos- explico Luffy mientras comía a dos carrillos, recordando lo que había pasado 10 minutos antes...
-Oye Capitán, ¿No oyes un ruido muy grande por ahí?- pregunto Lala al chico de goma.
-Pues ahora que lo dices es verdad- contesto este poniendo la oreja. Eran sonidos de pasos, muchos pasos, como si hubiera un desfile o algo. Luffy agacho un momento la cabeza y después la subió muy deprisa, provocando que su cuello se estirara mucho para poder ver por encima de la gente.-¡Goma Goma de Jirafa!- dijo mientras miraba para ver de donde provenía el alboroto.
-¿Qué ves, Capitán?- le pregunto Lala.
-¡Un montón de marines!- contesto Luffy a su vez.
-¿Eeeeh? ¿Marines?- chillo alarmada la pequeña cantante.
-¡Sí!- afirmo Luffy volviendo a la normalidad- Ya se deben haberse enterado que estoy aquí y deben venir a por mi... ¡Pues les espero! ¡Se van a llevar un buena tunda!
-¡No, no lo hagas!- le pidió Lala al borde del sollozo- ¡Rinascita es un lugar pacifico! ¡Hace años que no hay una batalla entre piratas y marines! ¡Si empiezas a pelear, seguro que dañas a gente inocente, o destrozas algún edificio! ¡Y aquí hay muchas obras de arte! ¡Sería un daño y una perdida terrible!
-¿Y entonces que hago?- pregunto Luffy confundido y con cara de tonto...
-Y por eso me veis así- explico Luffy a sus compañeros- Para ocultarme no se le ocurrió otra cosa mejor que disfrazarme de mujer...
-¿Y quien es esa Lala?- le interrogo Nami recelosa.
-Una amiga.- respondió el travestido de goma- Me ha pedido que la espere aquí, que tenía que ir a buscar no se que a la pensión donde se aloja.
-¡No hay tiempo!- le apremio Nami- ¡Tenemos que irnos ya!
-¡No puedo irme!- le corrigió Luffy- Ella tiene mi sombrero de paja... Como con este traje no me lo podía poner se lo deje a ella para que me lo guardara un rato... Tenemos que esperarla...
-Hay que fastidiarse- protesto Zoro, sabiendo que era imposible que Luffy cambiara de opinión. Usopp miro decepcionado a su capitán.
-Desde luego Luffy, no se como no te da vergüenza...
-Oye, pues yo creo que le queda muy bien- le dijo Robin aguantándose la risa.
-Sí, muy bien... Y si tenemos que esperar aquí a esa amiga tuya, Luffy, creo que tendremos que disfrazarnos para no llamar la atención - añadió Nami con una sonrisa maliciosa mirando al resto de hombres de la tripulación. Estos se miraron entre si y luego, como comprendiendo, miraron a Nami y empezaron a negar con la cabeza.
-Ah, no... ¡Ah, no!
Cinco minutos después Usopp, que se tapaba la cara con un abanico y que vestía un elegante traje azul con volantes, rechazo a un caballero con bigote que le había invitado a bailar.
-¿Por qué no has aceptado?- le pregunto Robin- Era bastante apuesto...
-Déjame en paz, ¿Quieres?- contesto Usopp, que estaba igual de deprimido que el resto de componentes masculino de la tripulación... Con la excepción de Luffy y Chopper, que se lo estaban pasando pipa.
-¡Mira que vestido mas chulo me ha puesto Nami!- exclamo emocionado el doctor a Luffy!
-¡Waaa, te queda genial!- le contesto este. Franky hizo ver como que vomitaba. Sin embargo al momento siguiente, los que no estaban de acuerdo con esos disfraces, tuvieron que aceptar la buena idea de la navegante peli-mandarina.
-¿Dónde estáis?-llego gritando a la plaza una furiosa Makoto blandiendo su "shinobigatana"- ¡Dónde estáis, malditos piratas!
-Oh, no, otra vez la pesada esta...- maldijo Zoro.
-¿Pero es que nunca se cansara?- añadió Franky.
Makoto se dirigió como una flecha hacia Zoro. Este, que ya estaba en alerta, puso la mano en el mango de una de sus tres espadas, ocultas bajo su chal de color salmon, listo para desenvainar y responder al ataque de la cazarecompensas. Pero una vez que esta llego a donde se encontraba no le ataco, si no que le hizo una reverencia. Zoro se quedo algo descolocado. "¿Qué pasa, es que acaso ha venido a disculparse?" pensó el espadachín. La kunoichi levanto la cabeza y se dirigió al pirata travestido con suma educación.
-Disculpe señora, ¿No habrá visto pasar por aquí un grupo reducido de piratas?
-Eh, pues no...- comenzó a contestar Zoro con su voz habitual, pero una patada en la espinilla que le propino Nami por detrás le hizo adoptar un tono de voz mas "apropiado" para la situación.-¡Ay! ¡Pues no hija, ya ves tú! ¡No he visto pasar a nadie de aspecto sospechoso!
Makoto probo suerte con un par mas de personas que había en la plaza bailando, incluso se dirigió a hablar con Luffy.
-Señora...
-Señorita, sea usted cortes- le corrigió Luffy, mientras por detrás Chopper y Usopp hacían grandes esfuerzos para no partirse de risa.
-Señorita- se disculpo Makoto- ¿Ha visto pasar por aquí a un grupo de piratas? Son inconfundibles, se trata de la famosa banda del Sombrero de Paja...
-Hmmm- hizo Luffy como si recordara algo- Pues creo que vi alguien así hará unas horas, cerca de una taberna llamada "El Pico del Cuervo"...
-¡Muchas gracias!- le agradeció Makoto, saliendo disparada en dirección contraria de donde se hallaban realmente sus objetivos y perdiéndose de vista entre la multitud.
-Vaya bola le has metido macho...- rió con ganas Usopp.
-¡Eh, que yo no soy como tú! Le he dicho la verdad...-sonrió traviesamente Luffy.
-Es insistente, ¿eh?- suspiro Sanji.
-¿A qué ha sido buena idea disfrazarnos? No nos ha reconocido para nada- dijo Nami en tono alegre.
-Eso es lo que mas me preocupa a mi- intervino Franky con semblante preocupado- ¡Que no nos ha reconocido! Sigh...
-Pero, ¿Quién era?- pregunto Luffy- Por sus pintas no parecía de la marina.
-Era Makoto Hatsumi, "La Kunoichi"- le explico Robin- un miembro de los "10 Cazarecompensas"...
-¿Quéééé? ¡Uno de los "10 Cazarecompensas"!- grito Luffy- ¿Y por que no me avisáis? ¡Yo quería luchar contra ella!
-¡No seas tan burro y baja la voz o harás que nos descubran!- le advirtió Nami- ¡Fíjate en esos que llegan!
Luffy se dio la vuelta y vio como en la plaza entraban dos patrullas de 10 marines cada una. Iban mirando por todos lados y haciendo preguntas a la gente sobre si habían visto a Luffy y a los suyos, esgrimiendo ante todo el mundo los carteles con las caras de los miembros de la tripulación del Sombrero de Paja.
-Disimulad un poco.- sugirió Zoro- Puede que estos no sean tan idiotas como la pesada de antes...
Pero la patrulla marine no pareció reconocer a los piratas del Sombrero de Paja bajo los disfraces de mujer. Estuvieron un rato en la plaza pero pronto dieron de signos de resignación y empezaron marcharse. Los piratas ya suspiraban aliviados cuando Luffy vio a alguien entre los marines que le llamo la atención.
-Chicos, volved al barco- les ordeno a sus compañeros- Yo me quedare aquí a esperar a Lala hasta que me traiga mi sombrero.
-¿Pero qué dices? Es mejor que nos quedemos todos juntos- le contesto Zoro.
-Haced lo que os digo- sentencio Luffy.
-Pe-pero Luffy- intervino confusa Nami- ¿Por qué te pones así de repente?
-Es que tengo que ocuparme de un asunto aquí y ahora- dijo Luffy. Luego, girándose hacia sus amigos, añadió con una gran sonrisa de idiota- ¡No os preocupéis! ¡Solo será un momento!
Acto seguido contemplaron atónitos como se sacaba el vestido de mujer de encima, recuperando su habitual atuendo de camiseta roja y pantalón azul, mientras se lanzaba como un poseso contra los marines, entre los cuales había uno que estaba especialmente decepcionado por no haber encontrado a Luffy.
"La primera vez desde que llegue al Cuartel General en la que me encargan una misión relacionada con Luffy y fallo" pensó el joven y bajito marine de pelo rosa y con gafas. "Con las ganas que tenia de volver a verle".
-¡Eh, vosotros...!- aulló una voz detrás de los marines- ¡Estoy aquííííí...!
Los marines se volvieron sorprendidos hacia la dirección de donde había salido ese grito. En el centro de la plaza, delante de los ojos de todo el mundo, estaba el peligroso pirata conocido mundialmente como "Sombrero de Paja": Monkey D. Luffy. El corsario señalo directamente con el dedo al marine bajito y con gafas.
-¡Cuánto tiempo sin vernos... Coby!- exclamó alegre el chico de goma. A Coby casi se le saltaron las lagrimas al ver a su antiguo amigo.
-¡Luffy!- gritó echándose a correr hacia él. Luffy hizo lo mismo y se acerco dando zancadas hacia el marine.
-¡Coby!
-¡Lu...!- empezó a decir de nuevo Coby, pero se callo cuando Luffy le endiño un puñetazo que lo tiro al suelo. Levantándose dolorido le pidió explicaciones al muchacho.
-¡Ay, ay, ay! ¡Pero Luffy, bueno! ¿A santo de qué me has pegado?
-¿Es que ya no lo recuerdas?- le pregunto Luffy con una gran sonrisa en la cara- ¡Yo soy un pirata y tú un marine! ¡Ahora somos enemigos! ¡Venga, peleemos!
Coby se quedo sorprendido con la reacción de Luffy, pero enseguida comprendió sus intenciones. Un marine no podía ser amigo de un pirata, así que no había tiempo para hacer una fiesta de reencuentro, tan solo podían hacer una cosa: ¡Luchar!
-¡De acuerdo, Luffy, ahora veras!- grito Coby lanzándole un puñetazo a la cara su colega de goma, que hizo que este cayera a tierra. Esto sorprendió mucho a los compañeros marines de Coby, que hasta el momento estaban petrificados del miedo.
-¡Ah, ha conseguido golpear a "Sombrero de Paja"! ¡No puede ser! ¡Que valor!
Luffy, riendo alegremente, se limpio la sangre de la comisura de los labios y se levanto poniéndose en posición de combate.
-Veo que te has vuelto más fuerte- felicito a Coby- ¡Vamos, enséñame que mas puedes hacer!
-¡Por supuesto!- contesto Coby.
-Será divertido darme de puñetes contigo... ¡Que sorpresa que el grupo de marines que ha venido a Rinascita sea el tuyo!
-Oh, bueno- sonrió el joven miembro de la armada. -Pero es que no somos los únicos que hemos venido a esta Isla del Arte, Luffy...
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Desde la proa de un galeón de la Marina, un capitán de navío miraba a través de sus prismáticos la silueta de la isla que tenían ante si. Tenía en la boca tres puros humeantes que emitían un fuerte olor. Su expresión era por lo normal ceñuda y causaba temor y pavor entre su tripulación, pero aquel día le habían oído reír y se mostraba menos huraño que de costumbre. Se paso la mano por su cabello blanco y se dirigió a su primer oficial.
-Brigada, que empiecen a prepararlo todo para atracar en Cittàbella...
-¡A sus ordenes mi capitán!-contesto enérgica una joven espadachina vestida con una cazadora y una vistosa camiseta con estampado floral.-¡Amuro, reducid la marcha a doce nudos! ¡Deraka, que el contramaestre ice la mayor! ¡Lehman, haz señales al puerto para que nos indiquen donde desembarcar!- El corpulento marine sonrió ante la vitalidad que emanaba de su subalterna.
-Ha pasado mucho tiempo, pero muy pronto nos reencontraremos con ellos...
-Sí...-dijo ella mientras apretaba con fuerza la empuñadura de su espada Shigure.- Muy pronto... Tendré mi revancha...
CONTINUARAExtra:
Respuestas a las preguntas del "Trivial" del capítulo anterior:
1- Gracias el favor que le hizo Ace (es decir, el hermano de Luffy) a una niña que le salvo después de caer a un río...
2- Don Quixote do Flamingo, Portgas D. Ace, Buggy el Payaso y Dragón...
Lamento el retraso con este tercer capítulo, pero es que he estado liadillo en el trabajo y, lo mas importante, soy vago de narices... UUU El cuarto procurare subirlo en menos tiempo, lo prometo... ;-)
