¡Hola! ¿qué tal habéis pasado la semana? Espero que bien jejejejejejeje

Esto… todos los personajes que utilizo aquí son propiedad de JK Rowling, de la Warner y de cualquiera que haya comprado los derechos (por enésima vez yo no lo he hecho…)

¡Y aquí está el último capítulo! Espero que os guste el desenlace :-) ¡Muchas gracias a todos por apoyarme! ¡Nos vemos en otra historia!

¡Agur!

Por fin llegó el último día del curso. Muchos de los alumnos estaban preparando el atuendo que iban a llevar a la ceremonia de graduación. Esperaban ansiosos ese momento desde hacía unos... siete años. Era la primera vez en la historia del colegio que todos los alumnos estaban totalmente despiertos a las seis en punto de la mañana. Aprovechaban para bañarse, aplicar algún que otro hechizo sobre su ropa para dejarla completamente a su gusto, disfrutar de la última pelea de almohadas o simplemente mirar por la ventana intentando mejorar el estado de ánimo.

¿Por qué estás así? ¡Hoy es el último día!

Pero... es que no os veré hasta el final del verano...

Justo cuando entremos los tres en la academia de aurores. No te preocupes tres meses pasan rápido...

Eso es demasiado tiempo sin veros Ron...

¿Demasiado tiempo sin vernos a Hermione y a mí? – se acercó sigilosamente a su amigo por la espalda - ¿o demasiado tiempo sin ver a Hermione?

Ya sabes a lo que me refiero – tartamudeó nervioso.

Sí, sí... como ella misma dijo... ¿a qué estás esperando? ¿a que cumpla ciento cincuenta años? A esa edad ya no le quedarán ni esos pelos que suele llevar ¿eh?

No te metas con ella Ron... – le amenazó mirándole de frente.

Vale, vale... pero sólo porque eres el mago más poderoso del colegio – rió.

Ja ja ja

¡Venga! Baja ahora mismo a la sala y espérala... cuando baje le dices que te encantaría ser su acompañante en esta noche tan especial para ella – levantó una ceja con picardía.

¿Tú crees que querrá?

Hombre... no ha encontrado pareja... – respondió vagamente al sentarse en la cama.

¿Cómo sabes tú eso? ¿ha hablado contigo?

Eh... no exactamente... Verás... es que... yo...

Tú qué Ron...

Yo... me enteré, por casualidad por supuesto, de que había un par de chicos interesados en nuestra amiga y... – Harry abrió desmesuradamente los ojos – tal vez les hiciera cambiar de opinión – terminó bajando la mirada.

¿Sólo un par?

Bueno, está bien... confesaré... eran siete.

¿Siete? ¿Has alejado a siete chicos?

Sí... yo... lo siento pero es que quería que fuese contigo... – levantó la vista y se encontró con que su amigo se había sentado a su lado con un gesto ausente.

Entiendo... tú has alejado a siete chicos para que no la inviten al baile – comenzó a contar levantando los dedos – y yo he hecho lo mismo con cinco más...

¿Qué?

Pues eso... que he alejado a cinco chicos...

Somos los peores amigos del mundo... cuando se entere Hermione nos va a sacar del colegio a maldiciones...

No tiene que enterarse ¿no?

¿A qué te refieres?

¿Se lo vas a contar tú? Porque te aseguro que yo no...

¡Es cierto! Bueno, pues ¡baja ya de una vez!

¿Te importa que primero me cambie de ropa? Más que nada es para que no me vea con estas pintas – señaló la camisa y los pantalones cortos que llevaba puestos; estaban en verano y hacía tanto calor que casi hubiesen podido cenar calamar gigante cocido.

No creo que le importe mucho... ¡estás muy sexy! – rió.

Ronald Billius Weasly… ¿es eso una proposición? – caminó al baño con ropa nueva.

¡Ni loco compito con Hermione por ti! ¿qué clase de suicida crees que soy?

Al otro lado en el dormitorio de las chicas de séptimo había dos integrantes del mismo que intentaban por todos los medios despertar a la tercera que se negaba a abrir los ojos.

¿Estará dormida de verdad?

Supongo que sí ¿no? ¿por qué iba a fingir?

¿Por qué no ha conseguido pasar la prueba y no quiere contarnos su secreto por ejemplo? – preguntó Parvati poniendo los ojos en blanco; pasar tanto tiempo con alguien hace que se te peguen algunos gestos... una pena que no funcione también para el estudio.

Claro... puede ser eso...

Va a ser que sí... ¡ayúdame a sacarla de aquí! – la castaña se había deslizado lentamente hasta el final del colchón.

Alguna vez tendrás que levantarte Hermione Jane Granger y nosotras seguiremos aquí hasta que eso ocurra así que… ¿para qué retrasar lo inevitable? – le informó Lavender mientras la movía de un lado a otro.

¡Ya está bien! – salió de entre las sábanas – Sólo pido un poco de tranquilidad para dormir… ¿eso es un pecado?

Dos cosas – Parvati se sentó delante de ella – la primera es que sabemos que estás despierta hace por lo menos dos horas y la segunda es que… sabes perfectamente que no nos vamos a ir hasta que sepamos si has superado la prueba o no.

¿Vosotras lo habéis hecho? – les preguntó a ambas; para su fastidio ambas asintieron.

Lo mío fue bastante fácil pero aburrido – le informó Lavender – Luna se empeñó en que tenía que escribir un artículo para el Quisquilloso y que su padre lo publicase… escribí sobre un animal mitad caballito de mar mitad águila que pasaba medio año en el mar y el otro en el cielo – sonrió. Hermione se maldecía internamente por no haberse sentado al lado de la rubia.

Y yo… bueno… tuve que preguntarle a Seamus si quería venir a la graduación conmigo… - sonrió Parvati.

¿Y eso era un reto? – preguntó la castaña.

¡Claro que lo era! – reclamó su compañera indignada - ¡Me dio mucha vergüenza hacerlo! Por cierto Lavender… ya hablaremos del tema… - la amenazó.

En realidad no fue una prueba del todo… - le informó su amiga – porque yo sabía que Seamus quería ir contigo – sonrió.

¡Qué buena amiga eres! – ambas se abrazaron; Hermione tuvo unas ganas irrefrenables de salir de allí - ¿Y tú lo conseguiste? – ahora toda la atención de sus compañeras de dormitorio se centraban en ella.

¿Yo? Pues… claro que lo conseguí – tartamudeó no muy segura - ¿qué os pensabais?

Ah… vale – respondió Parvati – Como tardabas tanto en levantarte pensamos que no lo habías conseguido y que no nos querías contar ese secretito tuyo… por cierto… ¿qué te mando hacer la pelirroja? – sonrió.

Sacar un excelente en pociones – dijo como si cualquier cosa.

Esa pequeña pecosa se va a enterar de lo que significa poner un reto – masculló Lavender.

Tranquila… te puedo asegurar que está totalmente enterada – sonrió Parvati con malicia.

¿Qué le dijiste que hiciese?

Lo averiguaremos hoy – rompió en carcajadas.

A veces me dais miedo chicas – la castaña se levantó lentamente - ¿sabéis una cosa? – ambas esperaron impacientes la noticia – resulta que estoy completamente en… - carraspeó ruidosamente para poder enmascarar la palabra "enamorada" que iba a salir de sus labios.

¿Qué has dicho? no te hemos oído…

Emocionada… he dicho emocionada… ya sabéis… por el discurso de hoy – sonrió tímidamente.

Yo también lo estaría – siguió Lavender – y menos mal que has superado la prueba si no… imagínate que lo sueltas en medio del discurso ¿eh?

Sí… qué mal ¿no? – sonrió con tristeza. Hace unos segundos había estado a punto de decirles a sus amigas su secreto. Bueno, tal vez podría controlarse como lo hizo antes ¿no? Estaría completamente pendiente de lo que salía de su boca; sobre todo durante el discurso de esa misma noche.

Por cierto Hermione ¿con quién vas a ir a la Graduación? – preguntó Parvati desde el baño - ¿te ha invitado alguien?

No… - ¡se había olvidado de que tenía que ir con alguien! ¿y ahora qué iba a hacer?

Bueno, puedes pedirle a Harry que vaya contigo – le informó Lavender – me he enterado de que no se lo ha pedido a nadie todavía…

Que raro ¿no? Cualquier chica querría ir con él… - respondió Parvati - ¿Verdad Hermione? ¿Hermione? – pero no obtuvo respuesta puesto que ella ya había salido de la habitación rumbo a la sala común sin oír nada de lo que habían dicho sus compañeras.

¡Hermione! – gritó Harry antes de que la aludida saliese en pijama de la sala en busca de un acompañante.

¿Quién? – justo antes de salir se había parado por el grito - ¿Harry? – se dio la vuelta para ver a su amigo que le sonreía.

¿A quién esperabas eh? ¿dónde vas con esa pinta?

¿Con qué pinta? – se miró para descubrir que aún llevaba puestos los pantalones cortos y la camisola del pijama. De repente toda la sangre se le subió a las mejillas – No me había dado cuenta…

No te preocupes… seguro que a muchos no les importaría verte así… - se iba a acercar pero prefirió esperar un poco más alejado de ella por si acaso se le ocurría alguna brillante idea a su instinto… ver así a la chica que te gusta es demasiado para cualquiera… y más para un adolescente.

Gracias… creo – ella se acercó - ¿Sabes Harry? Te quiero… - ¡no! Estúpido cerebro no me puedes hacer esto… piensa Hermione… ¡piensa rápido! ¿Por qué me mira así?

¿Me quieres? – repitió tontamente al tiempo que se acercaba a ella.

¡Te quiero preguntar una cosa! – soltó en el último momento haciendo que su amigo se quedase anclado en el sitio.

¿Y qué es? – preguntó bastante desilusionado.

¿Vienes conmigo a la Graduación? – tendría que haberle preguntado otra cosa… es muy peligroso mezclar un hechizo que te hace revelar tu más escondido secreto con el chico que te gusta cuando él es protagonista ¿no?

Eh… - estaba a punto de comenzar a dar saltos de alegría pero decidió que era mejor contenerse… sólo hasta la noche claro - Claro que te acompaño – sonrió intentando no parecer embobado; hay que decir que le costó mucho más de lo que pensaba.

Gracias – sonrió y, en un impulso, le besó en la mejilla – te quiero – le susurró.

¿Qué? - ¿le había vuelto a decir que le quería? ¿o había oído mal?

Te quiero agradecer que me acompañes incluyendo tu nombre en el discurso de esta noche ¿puedo? - ¡Merlín! Si esto seguía así acabaría tirándose de los pelos.

Por supuesto – no sabía muy bien que pensar… su amiga estaba muy rara – no hacia falta que me pidieses permiso para eso…

Por si acaso – sonrió - ¿me esperas para ir al Gran Comedor?

Por supuesto – la vio desaparecer por las escaleras.

Está muy rara ¿no? – Ron bajó las escaleras – tal vez sean los nervios de esta noche…

Supongo que sí – Harry se encogió de hombros.

Tranquilo campeón… ya verás que antes de que acabe la noche ella te besará – sonrió intentando alegrar a su amigo.

Espero que sí – respondió el moreno mientras fijaba la vista en la chimenea.

Harry… ¿cuáles son tus intenciones con Hermione eh? – el pelirrojo se había puesto enfrente de él – porque como no sean honestas… ¡te las verás conmigo! – le amenazó con el puño.

No cuela Ronald… recuerda que no me das miedo…

Pues coló con los siete tíos esos…

¡Estoy lista! – Hermione volvió a aparecer al pie de las escaleras totalmente preparada.

¡Por fin! Pensé que moriría de hambre…

Qué exagerado eres Ron… - la castaña le miró de reojo - ¿Sabes una cosa? – en el momento más inesperado soltaba esa pregunta.

¿Qué? – ella se acercó al oído de su amigo.

Pues que estoy completamente en… - se calló de repente - ¡otra vez no! – gritó sin darse cuenta de que casi deja sordo a su amigo pelirrojo.

¡Hermione! ¿estás loca o qué? Casi me dejas sordo – comenzó a masajear la zona intentando quitar ese agudo zumbido que había dejado el grito de su amiga.

¡Sólo era una broma Ron! – se alejó corriendo de allí.

Definitivamente está loca – Harry no respondió, sólo se quedó mirando cómo se alejaba su amiga a toda prisa.

La próxima vez lo suelto… ¡tengo que decírselo a alguien o me volveré completamente loca!

Demasiado tarde Granger… - Draco pasó por su lado.

Qué gracioso… Por cierto… ¿qué tal tu estómago? – le sonrió cuando él se dio la vuelta para contestarle.

Mejor que tu cara…

Será idiota… - no podía arriesgarse a decirle nada más por si acaso se le escapaba su "secreto".

Vuelve a decir eso hurón y te convierto en algo repugnante – Harry había llegado a la altura de su amiga – aunque me costará encontrar algo más asqueroso que tú.

No sé a qué te refieres cara rajada… sólo tienes que mirarte al espejo – se encogió de hombros con una sonrisa triunfante.

¡Vaya! Nunca pensé que una ameba tuviese esa capacidad de reacción – Hermione se interpuso entre ambos antes de que su amigo le hechizase – así que… si tuvieses la amabilidad de dejarnos pasar… ¡espera! Se me olvidaba que tú no sabes lo que significa eso… - sonrió.

¡Qué bonito! La pareja anormal perfecta… el cara rajada y la sangre sucia…

Tienes razón… por si no lo sabías estoy locamente enamorada de Harry – y ahí va la declaración.

Sí ya claro… déjame en paz Granger – Draco desapareció entre las puertas del comedor.

¿Qué? – estaba completamente alucinada, acababa de decir su mayor secreto y ¿no le creían? Eso era indignante ¡se iba a enterar!

Gracias Hermione – su amigo, sin saberlo, había hecho que se detuviese antes de ir donde cierto rubito y gritarle que era cierto que estaba completamente enamorada del chico-que-vivió.

¿Eh? ¡Ah! De nada… - le miró y estaba totalmente colorado - ¿tienes fiebre? – preguntó con preocupación.

No tranquila… es que me impresionó lo de dijiste – sonrió acercándose a ella.

¿Lo de que estoy enamorada de ti? – la segunda vez que lo confiesa – había que callarle ¿no? – sonrió rogando por sonar convincente.

Sí, claro… - Harry bajó la mirada.

¡Has hecho bien Hermione! – Ron se unió a sus dos amigos para evitar que ella se diese cuenta de la repentina tristeza de su amigo moreno – Y ahora… ¡a desayunar! – se sentaron en la mesa.

Buenos días Ginny – le saludó la castaña cuando se sentó frente a ella.

Buenos días – susurró la pelirroja sin levantar la vista del plato.

¿Te pasa algo? – preguntó preocupada; su amiga estaba más pálida de lo normal.

Yo… - seguía sin levantar la mirada.

Espera – Hermione se acercó a donde estaba su amiga y se sentó a su lado - ¿qué te pasa? – bajó la cabeza hasta encontrarse con la cara de su amiga que curiosamente estaba completamente roja.

La prueba… yo… - tartamudeaba.

¿No has realizado la prueba?

Sí… la he hecho… ese es el problema

¿En qué consistía? – por primera vez en toda la conversación la pelirroja la miró. Pareció pensárselo mucho pero, al final, decidió contárselo. Se acercó a su oído para susurrárselo.

Parvati me dijo que debía escribirle una carta de amor a Snape y firmarla con mi nombre…

¿En serio? – gritó en medio del comedor. Su amiga intentó por todos los medios hacerla callar – Pero bueno… - susurró en tono de reproche - ¿qué es eso tan malo que no quieres que sepa la gente eh?

Pues que… yo… bueno… no quiero que nadie sepa que estoy saliendo con Neville a escondidas…

Eso no es tan malo Ginny…

Eso díselo a él; tiene mucho miedo de la reacción de Ron y me hizo prometer guardar lo nuestro en secreto.

¡Vaya! Que fastidio… - desvió su mirada a la mesa de los profesores donde Snape miraba su plato con ansias asesinas - ¿y qué ha pasado?

Pues… que me mandó a su despacho y me soltó un discurso para decirme que una alumna y un profesor no podían tener esa clase de relaciones – reprimió una sonrisa – lo siento… es que fue muy cómico…

Pero no ha pasado nada más ¿no?

No, pero ahora no me atrevo a mirarle a la cara

Mejor así te ahorras el verlo cada día – sonrió su amiga intentando levantarle la moral – Creo que deberíamos vengarnos de Lavender y Parvati ¿no crees?

Sí… tengo todo el día para pensar en algo – sonrió con maldad - ¿y tú conseguiste hacer la prueba?

No – respondió con amargura.

Siento no haberlo explicado mejor… - se disculpó.

No hay problema… ya está hecho ¿no?

¿Cuál es ese secreto que no quieres que nadie sepa? – le preguntó con curiosidad.

Pues… - ya que ella se había sincerado ahora era su turno – que estoy enamorada de Harry – le susurró.

¿Qué? – ahora el turno de gritar era de Ginny haciendo por segunda vez que todos las mirasen con curiosidad – Perdón – sonrió y se acercó a su amiga - ¿y yo te dije que tendrías que salir con él? Qué metedura de pata… normal que pensases que me refería a una cita…

Bueno, por ahora no ha pasado nada – suspiró ella – sólo se lo he soltado al hurón pero pensó que sólo estaba siguiéndole la corriente… no sabes lo difícil que es no confesarlo todo…

Tú tranquila… sólo tienes que aguantar hasta esta noche ¿no? Después el estúpido hechizo se termina – sonrió para animar a su amiga.

Espero que sí… pero… es que… el discurso de esta noche… ¡y además Harry es mi pareja!

Sí que te pones retos hija… Bueno, cuando termines de desayunar nos vamos las dos a la sala de los menesteres y desaparecemos durante todo el día ¿vale?

Está bien

¿Os pasa algo? – preguntó Harry preocupado – No hacéis más que dar gritos por ahí…

No, es que hemos decidido irnos a la sala de los menesteres para poder prepararnos bien – sonrió Ginny – eso es todo.

¿Os vais a meter todo el día ahí? ¿Tanto tiempo necesitáis para poneros guapas? – preguntó casi divertido Ron.

Ronald no tientes a tu suerte… - le amenazó la castaña.

¿No vais a comer? – preguntó Harry.

Dobby nos dará algo seguro – contestó Hermione.

Bueno, basta de explicaciones ¡nos vamos! ¡hasta la noche! – ambas se levantaron a la vez.

¡Ginny! – la voz de Luna hicieron que se detuviesen - ¿Puedo ir con vosotras?

Claro – respondió Hermione – oye ¿conseguiste lo que te dije? – preguntó cuando se alejaron del comedor.

La verdad es que no – respondió con toda la tranquilidad del mundo.

¿No te preocupa tener que decir tu mayor secreto a todo el mundo? – preguntó asombrada la pelirroja.

No… porque no tengo secretos – zanjó la conversación.

Bien… preparémonos para esta noche – suspiró Hermione después de encerrarse en el cuarto de los menesteres.

¿No tardan mucho? – preguntó Harry; llevaban media hora esperando.

Si note hubieses empeñado en bajar tan pronto no me estarías preguntando cada dos minutos si tardan o no mucho… - respondía aburrido el pelirrojo.

Perdona… sólo estoy nervioso… eso es todo… no sé cómo se lo voy a decir…

Vale, vale… sólo déjate llevar

Ron, si me dejo llevar la besaré nada más entre por la puerta

Entonces… ¡controla tus hormonas durante unas horas!

Qué gracioso… por cierto ¿con quién vas tú?

Con Luna – susurró totalmente rojo.

¡Qué romántico! – rió su amigo

Por lo menos yo le dije que me gustaba – se levantó del sillón.

Eso es un golpe bajo…

¡Hola chicos! – Ginny apareció por la puerta - ¿Qué tal estoy?

Estás preciosa – le respondió Neville adelantándose a sus dos amigos.

Gracias - sonrió la pelirroja totalmente colorada.

¿Nos vamos? – preguntó haciendo caso omiso al rechinar de dientes de Ron.

Por supuesto – ambos desaparecieron por el retrato.

Será posible… - refunfuñó Ron – cómo le pase algo… ¡me lo cargo!

Deja de hacer que eres un asesino en serie… - le cortó aburrido – sabes que Neville nunca le haría daño…

Vale, vale… ¿cuándo viene Hermione? – el retrato volvió a abrirse para ver la cabeza de Luna que se asomaba - ¿No vais a salir?

Pensábamos que ibais a entrar vosotras – contestó Ron - ¿cómo has entrado?

Hermione me dijo la contraseña… quería darte una sorpresa – sonrió apareciendo completamente.

Pues lo has conseguido – sonrió embobado el pelirrojo mientras se acercaba a su acompañante - ¿Nos vamos?

Claro – ambos desaparecieron.

Y me dejan solo – murmuró Harry.

Harry James Potter ¿No vas a salir? ¿te da vergüenza que te vea vestido con túnica de gala? He de decirte que estabas muy guapo en cuarto – sonrió.

¿Sí? – Salió de la sala y lo que vio le dejó sin palabras – Hermione… estás preciosa… - casi babeó encima de ella.

Gracias – rió – eres muy amable…

No tiene nada que ver con la amabilidad… es la verdad.

Será mejor que vayamos al comedor – le cortó antes de lanzarse a abrazarle y besarle como una loca.

Antes de comenzar con la celebración – Dumbledore se había levantado haciendo callar a todos los alumnos que se revolvían nerviosos en sus sillas – tengo el inmenso honor de presentar no sólo a la alumna más brillante de todos los que han pasado por aquí durante cien años, sino a una chica que dejaría a un lado todo por ayudar a cualquier persona… sea amiga o enemiga. Alguien que personifica la comprensión, la sabiduría, la amistad y la lealtad – todas las mesas, a excepción de Slythering por supuesto, comenzaron a aplaudir – veo que saben a quién me refiero – sonrió – Aquí tienen a Hermione Jane Granger, premio anual – la mencionada se acercó con timidez – Felicidades – la abrazó como un padre abrazaría a su hija – Mucha suerte – se alejó dejándola frente al atril.

Menuda presentación – sintió que estaba totalmente roja. Al instante se oyeron silbidos y aplausos de la mesa de Gryffindor; sobre todo de parte de uno de sus integrantes – Bueno, hoy terminamos un ciclo muy importante en nuestras vidas – comenzó a leer el discurso – durante todos estos años hemos aprendido no sólo cómo utilizar y respetar la magia, si no a vivir. A distinguir lo que está bien de lo que está mal… a cumplir reglas… - en ese momento del discurso soltó una carcajada – aunque yo no sea la más indicada para hablar de este punto – muchos asintieron sonrientes – a ser más tolerantes con los que nos rodean… En fin… hemos aprendido que en este mundo nada es lo que parece. Durante este tiempo hemos encontrado amigos insustituibles, enemigos acérrimos e incluso, por que no, el amor. Por mi parte he aprendido que no sólo es suficiente saber al dedillo la teoría, también es necesario aprender de experiencias. Y tengo que decir que la mejor de todas ha sido convivir con cada uno de vosotros. Aunque alguno no me recuerde dentro de algunos años… os puedo asegurar que siempre guardaréis un sitio en mi corazón. Tanto vosotros estudiantes – se giró hasta quedar frente al profesorado – como vosotros – toda la mesa sonrió a excepción de cierto profesor que únicamente gruñó por lo bajo – Y lo último que me queda por decir es… ¡A disfrutar del banquete y del baile! – gritó con alegría haciendo que todos los alumnos, sin excepción, aplaudiesen - ¡Ah! Se me olvidaba… - Ginny y Luna se miraron entre si alarmadas; sabían que había terminado el discurso… lo habían oído como unas trescientas veces ese mismo día – Quiero deciros que ¡estoy completamente enamorada de Harry James Potter! – en ese momento sólo se oía silencio. El mencionado en el discurso estaba estático en el sitio sin saber exactamente qué decir. Los demás miraban a uno y a otro como si se tratase de un partido de tenis. En el momento que las neuronas de Hermione se dieron cuenta de lo que había dicho se quedó paralizada por el miedo; no podía creer que al final lo hubiese dicho. Todo este tiempo encerrada para no contarlo ¡y ahora lo dice delante de todo el mundo! No podía levantar la mirada. Exactamente no quería encontrarse con unos ojos verdes que seguramente ahora la estarían mirando con comprensión buscando una excusa.

¿A qué esperas idiota? – preguntó Ron dándole un codazo a Harry que parecía haberse quedado totalmente petrificado – si la chica a la que quiero me dice que está enamorada de mi no me quedo como un idiota ¡reacciona!

¿Qué? – de repente todos los integrantes de la mesa comenzaron a dar golpes en la mesa – Tienes razón – se levantó y se encaminó al atrio donde su "amiga" no dejaba de mirarse los zapatos. Una vez allí se puso delante de todo el colegio – Eh… - Hermione retrocedió un poco al ver que él estaba allí a su lado – Esto… - comenzó a tartamudear - ¡qué demonios! – si ella había sido tan valiente de decirlo él no se iba a quedar atrás… además tenía la certeza de que era totalmente correspondido - ¡Yo también estoy completamente enamorado de Hermione Jane Granger! – toda la sala explotó en aplausos y silbidos; hay que reseñar que tanto la mesa de las serpientes como el jefe de la casa les miraron fastidiados porque no podían comenzar a degustar la comida que tenían delante.

¿De verdad? – consiguió farfullar la castaña mientras se acercaba a él.

¿Quieres que lo vuelva a gritar? – le sonrió – Claro que es cierto… llevo casi toda la semana intentando decírtelo – se acercó más a ella.

Entonces… ¿Qué hacemos ahora? Todo el mundo nos está mirando… - se refugió en los brazos de Harry ocultando su cara.

¿Qué te parece si nos besamos? – ella levantó la cara – sería un buen comienzo ¿no?

¿Bueno? Excelente diría yo – y ahí, frente a todos los demás alumnos, se besaron apasionadamente.

¡Ya está bien! – gritó Harry cuando se separó de ella a desgana todo hay que decirlo - ¡Todos a comer! – y ambos desaparecieron en busca de algo más de intimidad – Hermione – la paró justo debajo del árbol donde tantas veces habían estado hablando - ¿puedo preguntarte una cosa?

Lo que quieras – sonrió haciendo que a él le fallasen las rodillas.

Sé que tal vez no sea el mejor chico de todos los que hay por ahí pero… ¿te gustaría ser mi novia? – la miró a los ojos.

Bueno… déjame pensarlo – hizo ademán de estar pensándolo seriamente - ¡Claro que sí tonto! – le abrazó.

Menuda contestación… - fingió estar molesto.

Prefieres un ¡sí cariño mío!

Casi que prefiero lo de tonto – ambos rieron.

Vale – le abrazó más fuerte – te quiero tonto – susurró sobre sus labios.

Yo también te quiero sabelotodo – sonrió y se volvieron a besar.