DISCLAIMER: Nada chicos... si pasa algún día no dudaré en avisar...


RADIO SHOW

Capítulo Dieciocho: Question(1)

Anna suspiró casi imperceptiblemente ante el bulto que la esperaba inocente frente a ella en la cama.

Las apariencias engañan.

Mirando de reojo su reloj de pulsera, cambió de posición y se sentó sobre la colcha con las piernas cruzadas, extendiendo las manos y tomando el objeto de su atención, pasando de forma crítica sus dedos por su superficie: todo parecía estar bien pero por alguna razón, su mente era había decidido ser un ente por sí sólo y disfrutaba haciéndola ver errores donde no los había.

Anna Kyouyama, la abogada, la temida por todos los chicos del supermercado estaba positivamente aterrorizada; el peso de la angustia acomodado en la boca de su estómago.

Tragando en seco y ligeramente satisfecha, tomó cuidadosamente el papel de regalo que estaba extendido a su lado derecho y comenzó su tarea de envolver el regalo. Desde que podía recordar, las manualidades no sólo había sido su fuerte, sino una forma de botar estrés; en días de examen de la universidad, su familia entera habían acabado todos con una nueva manta para su cama y algunos afortunados había terminado con bufandas nuevas.

Eso sí, jamás nadie había sabido quién las enviaba.

Peleando con la cinta adhesiva por unos instantes, la abogada volvió a levantar el pequeño bulto delante de sus ojos, antes de fruncir el ceño y respirar con resignación.

Si no le gusta… haré que le guste, se dijo, determinada a dejar que su mal genio le permitiese sobrevivir la velada.


Yoh se encogió de hombros resignado mientras a un lado de la sala, Hikaru le miraba molesta mientras él correteaba por la sala "Yoh, si no te quedas tranquilo le vas a abrir un hueco al piso" comentó la chica, apartándose de la televisión y volteándose para señalar de forma acusadora a las marcas de unos pies que recorrían la estancia.

"Gomen(1)" se disculpó Yoh llevándose una mano a sus audífonos que colgaban peligrosamente de cuello. Reacomodándolos cuidadosamente, Yoh se sentó al lado de Hikaru mientras lanzaba miradas fugaces a su reloj de pared.

7:00 p.m.

"Deja de sufrir. Te falta media hora para comenzar a arreglarte" le dijo Hikaru a lo que el chico suspiró y apoyó sus codos sobre la mesa, mirando hacia el infinito.

Bufando de incredulidad, la chica se le acercó y le dio unos leves golpecitos en la espalda, en un vano intento de aplacar los nervios de su amigo; era todo un acontecimiento ver a Yoh Asakura, famoso por su temple de acero y por su forma tan olímpica de ignorar la presión, en un estado de angustia tan crítico "¡Esto es verdaderamente único!" exclamó repentinamente, haciendo saltar ligeramente a su compañero.

"¿Qué? Las Navidades son todos los años… así que no es muy 'único'…" comenzó él señalando vagamente al árbol navideño que decoraba el lugar.

"No" replicó Hikaru volteando los ojos "¿Quién hubiese dicho que tú estarías así alguna vez¡y por una chica¡estás creciendo ante mis ojos!" agregó en tono melodramático, obteniendo por respuesta que Yoh se sonrojara y le sonriera por primera vez desde que se había despertado.


Anna se dio la vuelta ligeramente y se comenzó a inspeccionar desde todos los ángulos posibles, al tiempo que aplacaba compulsivamente las pequeñas arrugas que aparecía en su falda. Dándose el visto bueno, decidió que lo mejor era aclarar sus ideas caminó a la sala donde, dejando de lado toda prudencia, se tiró sobre su sillón favorito mientras jugueteaba nerviosa con sus manos, mientras una vocecilla le susurraba todos los presagios negativos que pudiesen ocurrir esa noche.

Y para su desgracia, era muchos escenarios.

Cruzando los brazos con terca decisión, la abogada intentó distraerse mientras veía a su alrededor: el árbol de Navidad a un lado del sofá, danzando al ritmo de las luces que lo adornaban con sobria elegancia, el olor a pino lograba tranquilizarla, los muebles todos estaba repartidos por las estancia, en un intento de darle más espacio. Sintiéndose caer en un repentino estupor, Anna levantó ligeramente la cabeza y miró hacia la ventana, en la cual se podía ver cómo las luces de la ciudad comenzaban a cobrar vida. Sacudiendo la cabeza en un intento de alejar el sueño, se levantó y se dirigió a su ventanal, abriendo de par en par las láminas de vidrios y dejando que el aire congelado la despertase por completo. Alzando su mirada al cielo vio como las nubes plomizas, delineadas por la luz dorada del atardecer, recorrían sus infinidades con envidiable calma.

"Va a nevar" susurró Anna mientras cerraba los ojos y la brisa desordenaba su cabello.

Apoyándose sobre el riel de acero y sintiendo como un escalofrío le recorría la espalda, Anna dejó que los últimos rastros de nerviosismo fueran entumecidos por el frío mientras revisaba desinteresada las calles, observando cómo las personas corrían de tienda en tienda en búsqueda de regalos de última hora, de vez en cuando coincidiendo con amigos y familiares en su alocada carrera. Descansando su cabeza en una de sus manos, Anna vio como dos distintivas cabelleras azules salían de su edificio y comenzaban a caminar rumbo al parque, al tiempo que ellos también se encontraban con alguien y lo saludaban. Siguiendo desinteresadamente a la figura con la que se habían encontrado los hermanos Usui, Anna comenzó a fruncir el ceño mientras miraba al reloj de su muñeca.

8:15 p.m.

Estaba tarde.

Apartándose de la ventana y cerrándola, Anna comenzó a caminar de una lado para otro mientras uno de los escenarios que le había dado vuelta a la cabeza los últimos diez minutos cobraba fuerza a cada paso¿Y si no venía¿si, después de todo, el haberlo invitado le había dado la oportunidad de oro para burlarse de ella?

¿Se habrá olvidado?

Anna se mordió el labio, y redoblando su velocidad, mientras flexionaba inconscientemente su mano izquierda.

Si llega a ocurrir alguna de esas opciones lo asesino. No habrá hueco en la tierra lo suficientemente profundo para que no lo encuentre, se prometió a si misma, desviándose hacia la puerta. Una vez que se halló plantada frente a ella, Anna la abrió, escudriñando en la penumbra del pasillo.

Nada.

Sintiéndose enfurecer, no sólo por su comportamiento de niña de primaria, sino ante el poco sentido de responsabilidad de Yoh, Anna regresó a su departamento y se dirigió a la cocina, pasando por alto las bandejas cuidadosamente cubiertas que estaban desplegadas a lo largo de la mesa. En su lugar, abrió el refrigerador, tomó un vaso de agua fría y se lo tomó lo más despacio que podía.

Anna cerró lo ojos, mientras sentía el contacto del hielo contra sus labios: estaba sobre actuando. Yoh hasta ahora no le había dado ninguna razón para desconfiar de él y allí estaba ella, pensando en las mejores torturas medievales y haciendo todo un drama por nada. Procurando someter sus inseguridades, colocó el vaso de vuelta dentro del refrigerador y cerró la puerta, dando media vuelta y caminando los pocos pasos que la separaban de la despensa. Una vez allí se colocó en puntillas y trató de divisar sus galletas favoritas… Con poco éxito.

Maldiciendo su falta de estatura, Anna intentó levantarse un poco más cuando sintió como unos brazos rodeaban su cintura y la levantaban del suelo con facilidad. Volteándose sorprendida, observó como Yoh le sonreía mientras acomodaba el peso de ambos.

"¿Pero qué demonios…?" preguntó mientras intentaba zafarse de los brazos de Yoh, con el orgullo demasiado abatido para quedarse en esa posición tan vergonzosa.

"Ne, Anna, no te muevas tanto…" dijo el chico mientras intentaba controlar a la abogada y mantener el equilibrio al mismo tiempo, pero con un último empujón de Anna, los dos sintieron la inevitable llamada de la gravedad y cayeron al suelo, Yoh sosteniendo cuidadosamente a la chica entre sus brazos.

"¡Pero que piensas que haces! Exclamó Anna, sintiéndose sonrojar ante la posición tan vergonzosa en la que se encontraba y bajando la mirada para asegurarse de que su falda cubría todo lo que tenía que cubrir "¡Yoh no baka!" exclamó una última vez, volteándose para encarar a Yoh.

"Ehm…" vaciló el chico mientras trataba de ver qué era lo que mantenía su pie atrapado. Una vez que lo hubo desenredado de debajo del pie de Anna, subió la mirada para enfrentarse a la chica.

Yoh sintió como la sangre se agolpaba en sus mejillas en cuanto vio los ojos azabaches de Anna a escasos centímetros de los suyos. Así de cerca como estaban, el chico observó como ella luchaba en vano contra su agarre mientras se sonrojaba ligeramente, e instintivamente terminó de cerrar la distancia presionando suavemente sus labios contra los de ella, sintiéndola sobresaltarse al contacto inesperado.

Anna cerró los ojos y se dejó llevar por Yoh. ¿Por qué había estado tan nerviosa, no podía recordarlo, mientras sentía el calor que emanaba del cuerpo de Yoh. Separándose el chico sonrió al ver a Anna mirando tímidamente hacia otro lado "Te atrapé" le dijo juguetonamente Yoh mientras se levantaba y la ayudaba a levantarse también.

"No me digas" respondió Anna mientras recogía del suelo el empaque de galletas que se había despeñado con ellos. Encogiéndose de hombros al sentir como el contenido ahora más parecía polvo, lo devolvió al estante y se volvió a Yoh, sus brazos cruzados y la mirada impasiva "Explícate. Ahora" ordenó, sintiendo que no podía permanecer demasiado tiempo molesta con él.

"La puerta estaba abierta" respondió sinceramente Yoh, señalando hacia la puerta, como en un intento de echarle la culpa.

¿La dejé abierta?... y yo me felicito de tener 'nervios de acero', pensó Anna mientras arqueaba una ceja y recordaba que en su ataque de histeria había olvidado las reglas básicas de seguridad y no la había cerrado "¿Y eso te da derecho a entrar así como así?" preguntó en un último intento de salvaguardar su orgullo.

"¿Tal vez?" intentó el chico poniendo cara de pollito mojado "¡Pensé que era una invitación!" agregó "Y en cuanto a lo de… uhm… ahora" Ambos miraron hacia el suelo momentáneamente, asegurándose de que hablaban de lo mismo "Pensé que necesitabas algo de ayuda" explicó mientras se llevaba una mano detrás de la cabeza.

"No la necesitaba, pude haber alcanzado lo que quería sin ayuda alguna" respondió Anna mientras levantaba orgullosa la cabeza y se retiraba a la sala, Yoh detrás de ella.

"Soo ka"

Al salir, el silencio hizo acto de presencia entre los dos mientras Anna recordaba la puerta. Cambiando de dirección y dejando a Yoh mirando a los adornos que cubrían la mesa de centro, Anna se dirigió a la puerta y la cerró mientras fruncía el ceño, como obligándole a decir algo de su manera tan pobre de sobrellevar las situaciones difíciles. Dándose media vuelta, se recostó sobre la puerta mientras escudriñaba en la penumbra a Yoh: estaba sentado en el suelo enmoquetado mirando en todas direcciones mientras apreciaba la sala, su cabello castaño caía suelto sobre sus hombros con varios mechones cayendo sobre su rostro y ocultando parcialmente sus ojos mientras se inclinaba ligeramente al sacarse su abrigo.

Yoh se sintió observado y dejó de pelear con la manga de su abrigo por unos instantes para ver a Anna, que lo observaba desde la puerta: sus ojos parecían emitir un brillo hipnótico en la oscuridad e Yoh sonrió al ver como ella se comenzaba a sonrojar ligeramente mientras pretendía examinar la pared.

"¿Qué miras?" preguntó la chica mientras se alejaba casualmente de la puerta y se acercaba a su sillón.

"Ehm…" titubeó Yoh tratando de recordar los consejos de casamentera que se había empeñado en darle Hikaru antes de salir. Llevándose un dedo a la barbilla, Yoh ponderó por unos segundos si Anna era el tipo de personas que quedaban complacidas con algún comentario sacado de una telenovela antes de decidir que era mejor no averiguarlo "Me aseguraba de que no te hubieses escapado" dijo al final riendo ante la expresión exasperada que le daba Anna mientras procedía a sentar en el sillón.

"Es mi casa, no se supone que sea yo la que escape" agregó la abogada mirando al techo satisfecha con su cometario malvado. Al no obtener respuesta o alguna frase del chico, se volteó para encontrarlo observándola con un expresión de falsa ofensa en el rostro y sus brazos cruzados "¿Qué?" preguntó un poco más fuerte de lo que hubiese querido.

"¿Por qué te sientas allá tan lejos? Hace frío y se supone que es una noche para los dos" le respondió Yoh, inclinándose para tomar la mano de Anna mientras que su mano libre le daba pequeños golpecitos al piso "¡Sentémonos juntos!"

Sorprendida por la sugerencia de Yoh, Anna se dejó arrastrar al piso y se sentó al lado de Yoh: el chico realmente había venido para estar con ella, no por la comida gratis como su mente le había hecho pensar en las horas de pánico. Sintiendo la calidez que emanaba del chico, Anna se relajó y rodeó sus rodillas con sus brazos, apoyando su barbilla en ellas, saboreando el silencio que había entre los dos; era como si las palabras fuesen a arruinar el momento.

Esto está bien, me puedo acostumbrar, pensó Anna mientras se comenzaba a inclinar sobre el hombro del Yoh imperceptiblemente.

"¿Y bien?" preguntó el chico sonriéndole dándose la vuelta repentinamente y haciendo que Anna casi cayera al vacío.

¿Anna, qué la vida no te ha enseñado a no arruinar las cosas comentando acerca de ellas? Se regañó a sí misma mientras se agarraba del borde del sofá en un intento de recuperar el equilibrio "¿Y bien?"

"¿Qué hacemos?" volvió a preguntar Yoh con una mirada vagamente acusadora "¿No tienes nada preparado¡pero si eres la anfitriona!"

"Baka¡esto no es ninguna fiesta!" exclamó Anna mientras pisaba el pie del chico "Y no soy ninguna anfitriona. Si tan aburrido estás inventa tú algo"

Yoh se acarició su pie lastimado mientras miraba pensativamente al techo. No estaba aburrido, en lo absoluto, pero en principio había pensado que Anna era la que estaba aburrida, por eso había preguntado si tenía algo en mente que hacer… aunque la pregunta no hubiese salido exactamente como él había esperado.

Piensa, se dijo así mismo, mientras miraba en todas direcciones en espera que algún tipo de cartel le indicara qué hacer, topándose la mirada molesta de Anna de vez en cuando. Acorralado, Yoh recordó algo que podía serle útil… si Anna participaba "¿Quieres jugar?" preguntó, volteando a ver a la abogada, una chispa traviesa bailando en sus ojos castaños.

"¿'Jugar'?" repitió Anna mientras arqueaba una ceja y buscaba el sentido de aquellas palabras en los ojos de borrego que le hacía Yoh.

"¡Sí! Podíamos jugar a… algo" respondió vagamente. ¿Por qué Anna me ve tan feo?, se preguntó para sus adentros al ver la cara de pocos amigos de la chica.

"¿'Jugar' como en qué sentido?"

"Ehm… puede ser un juego hablado… somos dos, así que un juego más interactivo no tiene chiste, se necesitarían más personas… y las sillas, y la música" comentó Yoh mientras se alejaba un poco de Anna. ¿Qué dije?

"¡Hentai!" exclamó Anna, años de relación en pareja con Hao y sus comentarios irónicos dando vueltas en su cabeza y enredando el sentido de las palabras de Yoh.

"¡Qué dije!" repitió en voz alta el chico mientras veía como la abogada se alzaba a toda su altura, congelándolo en el lugar "¡Si no quieres jugar está bien!... o ¿no te gusta el juego de las preguntas y respuestas¿o tal vez es la versión de 'verdad o castigo'¡Anna no me mates!" exclamó el chico, levantándose también y dispuesto a correr por su vida, aunque fuese escaleras abajo.

"¿Verdad o castigo¿a eso te referías?" preguntó la chica cayendo nuevamente al piso e indicándole a él que era seguro hacerlo también.

"Mo… mochiron(2)¿qué pensabas que era?" preguntó él mientras se arrodillaba nuevamente.

Anna sintió que si la tierra no se habría bajo sus pies en ese momento ella misma se encargaría de hacerlo. Ruborizándose y sacudiendo la cabeza para liberarse de sus pensamientos y del hecho que los había considerado durante unas fracciones de segundo, obligó a sus facciones a arreglarse nuevamente en su actitud de 'estoy-en-neutro-nada-me-importa' aunque siguió encontrando intensamente difícil el ver a Yoh a los ojos "Nada que te importe…" Por ahora… ¡Demonios Kyouyama¡Concéntrate! "¿Qué sugieres que juguemos entonces? Preguntó casualmente viendo con gran curiosidad una mancha en la alfombra.

Al oír que Anna estaba considerando su opinión, Yoh se dedicó a terminar de convencerla "Bueno… ¡es fácil y divertido! Podemos preguntarnos cosas el uno del otro. Como veo que no te gusta la parte de 'verdad o castigo' podemos… uhm… hacer un…" Yoh buscó la palabra correcta "Un 'pacto' de que vamos a ser completamente sinceros, no importa lo que preguntemos"

Anna entrecerró los ojos, ponderando la sugerencia del chico: sería interesante saber sus secretos más vergonzosos y si él preguntaba algo que no debía ella siempre podía callar cualquier de sus preguntas. Parece razonable y me dará algo para chantajearlo si es necesario, pensó Anna malévolamente "Muy bien, suena interesante. ¿Pero el supuesto 'pacto' se debe hacer seriamente, podemos escribirlo o…"

"No hará falta" dijo Yoh, dando la vuelta para quedar sentado cara a cara con Anna. Acercándose un poco más, se llevó una mano al corazón "Prometo que voy a ser completamente sincero" dijo mientras hacía uso de su cara más angelical "¡Listo, tu turno"

"Como sea. Prometo ser sincera" dijo rápidamente mientras volteaba los ojos "Pero hay que cerrar el 'pacto' de alguna manera para asegurarnos de que cada uno lo va a cumplir"

Con una sonrisa y teniéndolo todo planeado, Yoh se inclinó a Anna y la besó en los labios rápidamente. Enderezándose sonrió al ver cómo Anna trataba de regañarlo, aunque las palabras parecía perdidas en alguna parte de su garganta "Todo en su lugar entonces"

"Pero…" intentó nuevamente Anna, sintiéndose en deuda consigo misma y tratando de ponerse brava ante la audacia del chico.

"Confío en ti" dijo tajantemente Yoh. Anna, suspirando y encogiéndose ligeramente de hombros, se levantó y caminó hasta la cocina, buscó dos latas de chocolate caliente, las colocó sobre la mesa y se dejó caer frente a Yoh.

"Y yo en ti" Admitió, dándose cuenta al mismo tiempo que no había lugar a dudas: Confiaba ciegamente en el chico que le sonreía mientras tomaba la lata que le correspondía a ella, la abría y luego procedía a hacer lo mismo con la suya. Anna, estás perdida, se sentenció "Yo comienzo"

"¡Hai!"

"¿Dónde naciste?" preguntó, tomando un sorbo de su bebida.

"Izumo. Es muy bonito por allá, el clima el templado todo el año. Mi turno. ¿Dónde naciste?" preguntó Yoh riendo ante la mirada que le daba Anna.

"Muy original. Aomori. ¿Algún familiar tuyo cultiva naranjas?" preguntó la chica en un intento de llegar al fondo de la pasión del chico por la susodicha fruta.

"¡No!" contestó Yoh mientras reía y la observaba extrañado "Aunque sería genial si alguno lo hiciera… tal vez le pida a mi papá que comience a hacerlo… ¿Hobbie?"

Anna se movió incómoda "Ver telenovelas" contestó, sintiendo que no podía mentirle a Yoh "¿Algún objeto entrañable de la niñez con el que duermas?"

"Uhm… mis audífonos. Ningún peluche, lo prometo" agregó el chico, sabiendo el interés que ocultaba la pregunta 'inocente' "¿Y tú?"

"Ninguno ¿'De la niñez'?" repitió pensativa la chica, sorteando cuidadosamente las ideas de su próxima pregunta "¿Quién te los dio?"

"Mi papá" respondió Yoh jugueteando con la lata, sintiéndose como el contenido se bamboleaba ligeramente en su interior "Eran suyos y me los dio en mi tercer cumpleaños(3) porque unos días antes me había escuchado discutir con mi abuelo porque a él no le gustaba oír música en la casa. ¿Tienes hermanos?"

"No" respondió secamente la abogada "La misma pregunta"

"Sí, tengo un hermano, pero vive en América. Nunca nos vemos, en realidad" Anna se llevó el chocolate caliente a los labios sin saber qué más hacer: sentía de de pronto el contenido de la charla perdía ligereza y que se hundían cada vez más en lo personal "¿Tus padres?" preguntó el chico casualmente, como si no hubiesen hablado de nada más que un tipo de sushi.

"Divorciados" respondió Anna con la intención de dejar la respuesta lo más impersonal posible; sin embargo, el silencio que Yoh le ofrecía le dio el terrible impulso de terminar como más propiedad la respuesta. Sintiéndose vencida, suspiro "Mi madre todavía vive en Aomori y mi padre no tengo idea de dónde está en estos momentos. ¿Mascotas?" preguntó secamente Anna en un intento de aligerar la conversación.

"Tenía un gato cuando era pequeño" respondió Yoh mientras sus ojos se volvían distantes por un momento "¿Color favorito?"

"Rojo" Anna cambió de posición al sentir el cambio en el ambiente "¿Déjame adivinar que el tuyo es naranja?"

"Eso no es una pregunta" reclamó Yoh, frunciendo ligeramente el ceño.

"Sí lo era, pero lo tuyo no es una respuesta"

"¡Adivinaste! Es anaranjado" Yoh miró preocupado el cambio de actitud de Anna y se acercó un poco más "¿Quieres hablar de algo?"

La chica lo miró y muy a pesar suyo, sonrió ante la expresión preocupada que le estaba dando Yoh "No. Esa fue una pregunta fácil"

"Me lo temía" contestó Yoh "Sigue siendo tu turno"

"Ya que estamos con las preguntas sencillas…" Anna dejó la frase quedar suspendida en el aire mientras miraba a Yoh con repentina severidad "¿Quieres estar verdaderamente aquí?"

A diferencia de lo que Anna estaba esperando, la sonrisa de Yoh nunca dejó su rostro. Sorprendida de la actitud tan despreocupada con la que estaba tomando su pregunta, Anna iba a regañarlo cuando él tomó una de sus manos, en sus ojos un brillo indescifrable parecía iluminar toda la habitación "Tengo que decir la verdad: una pacto es un pacto" Sin titubear, Yoh se acercó a ella hasta envolverla en un abrazo "Hai"

Ambos se quedaron así unos momentos más hasta que Yoh se comenzó a separar mientras veía al reloj que estaba encima de la televisión y sonreía "Muy bien, mi turno de preguntar ¿Puedes ver el reloj y decir qué hora es?"

Anna arqueó una ceja ante la pregunta y se volteó "Las diez y quince" respondió mientras hacía girar sobre la mesa su lata vacía "Mi turno ¿por qué haces preguntas que destruyen la atmósfera y me hacen querer golpearte hasta que sepas lo que es el sentido común en una cita?" preguntó la abogada un poco desilusionada de que Yoh hubiese roto el encanto del momento.

Yoh sonrió ligeramente al notar la amenaza en la voz de una chica "Bien…. Buena pregunta. Soy nuevo en esto y… te veías cansada" respondió Yoh suavemente señalando vagamente a Anna "Y es Navidad y se supone que tenemos que quedarnos hasta media noche, pero no creí que soportaríamos tanto tiempo despiertos"

Anna quedó impresionada ante el hecho de que Yoh fuese lo suficientemente observador para darse cuenta; era cierto, ella no había dormido en toda la noche. Sonriendo, se levantó para recostarse del mueble y mirar a Yoh desde una posición un poco más cómoda.

Ya que se dio cuenta no hay que actuar más, pensó, derrumbándose sobre el sofá "Muy observador…" comenzó Anna cuando Yoh la interrumpió.

"Me toca. Anna ¿quieres recibir tu regalo ya?" preguntó Yoh mientras acercaba su abrigo y palpaba en uno de los bolsillos para asegurarse de que estuviese allí el regalo.

Dándose media vuelta de modo que quedase boca abajo, la abogada vio estupefacta como Yoh sacaba un pequeño sobre de su abrigo seguido poco después por un empaque cuadrado, envuelto con torpeza. Riendo por lo bajo, Anna no pudo resistir el impulso de alargar su brazo y de retirar uno de los mechones de cabello que cubría los ojos de Yoh "Seguro¿toda esa cinta adhesiva presumo que es de adorno?(4)" preguntó sin poder apartar la malicia de su voz al tiempo que sentía como el chico levantaba la mano y atrapaba la suya, sus dedos entrelazándose.

"¡Claro¿se ve muy moderno así verdad?" preguntó el chico tímidamente, riendo tímidamente mientras apreciaba mejor su triste obra de 'arte' postmoderno para luego dársela a Anna "Feliz Navidad"

La abogada tomó ambos objetos entre sus manos con torpeza. No había duda de que Yoh había llegado al mundo con el solo propósito de sorprenderla: ella no se había esperado que él le diera nada por Navidad. Sus dedos recorrieron la superficie del papel antes de comenzar a abrir el envoltorio del paquete lentamente, como inseguros de lo que encontrarían dentro. Después de unos minutos de forcejeo frustrante con los numerosos metros de cinta adhesiva y de regañar a Yoh por su exceso, pudo al fin deslizar una mano por uno de los costados para sentir una superficie plana. Sacando el objeto, un brillo de reconocimiento pasó por la mirada de Anna mientras examinaba atónita el CD de Awaya Ringo que estaba en sus manos; el mismo que había estado por comprar el día que había conocido a Yoh en la tienda de antigüedades "Esto es…" intentó decir mientras intercambiaba miradas entre el CD e Yoh, que le sonreía expectante desde el suelo.

"Ese día te vi agarrando el CD pero no lo compraste. Siempre pensé que te volvería a ver y pensé en comprártelo, para dártelo" explicó él, haciendo un ademán con la mano para restarle importancia "Nunca pensé que te lo daría en estas circunstancia… pero no está mal"

Anna abrió la pequeña caja y sacó el booklet(5). Mientras lo ojeaba se dio cuenta de que la última hoja estaba en blanco y era de un material diferente al resto de las páginas. Intrigada, observó los kanji que recorrían con elegancia el margen derecho "Kami…" exclamó al reconocer su nombre escrito al principio, seguido de unas palabras y la firma de la cantante "¿Cómo rayos conseguiste esto?" preguntó mientras veía incrédula al chico que la miraba a su vez petulante.

"Tengo mis conexiones" dijo con aire superior.

"¿Fue Oyamada verdad?"

"Sí, le pedí el favor para ti" suspiró Yoh al ver que Anna lo había descubierto "Abre el otro, es sí es completamente de mi para ti"

Segura de que no podía sorprenderse más de lo que estaba, Anna rasgó el sobre lo más delicadamente que pudo para encontrar un pequeño rectángulo dentro. Agarrándolo y estudiando la superficie de plástico, Anna reconoció que era una de las entradas al festival de Año Nuevo. Rindiéndose, Anna enterró la cabeza entre sus brazos "¿Y esto cómo lo conseguiste?"

Yoh se esforzó por entender lo que Anna le decía desde la protección de sus brazos y sonrió a pesar de sí mismo "En la estación se celebra todos los años un concurso que ofrece una entrada para que alguien me acompañe al festival y vea a los cantantes y demás. Digamos que tú enviaste una carta sin darte cuenta y que salió por ella sola sin que yo la estuviese buscando en la bolsa esta mañana antes del concurso" dijo el chico despreocupado.

"Eso es trampa" dijo Anna, levantando la cabeza y mirando a Yoh; no era una acusación, de hecho ella estaba asombrada de lo que él había hecho por ella.

"No ¡es suerte!" exclamó levantándose y desplomándose en el sofá al lado de Anna.

"Bien, ahora pregunto yo ¿quieres tu regalo?"

Yoh arqueó una ceja y sonrió tal como lo haría un niño pequeño que ve por primera vez a Santa Claus "¿He sido lo suficientemente bueno?"

Anna rió y le dio unos golpecitos reconfortantes en el hombro mientras se levantaba para ir a su cuarto "Tal vez"

Sintiendo cómo Yoh la seguía con la mirada, Anna trató de esquivar los muebles siendo la única fuente de luz el árbol Navideño. Una vez en su habitación, se dirigió a su cama y la tanteó hasta conseguir el regalo de Yoh. Apretándolo contra su pecho, se devolvió a la sala.

Mala idea. Debí haberle comprado una cesta de naranjas, pero noooo, yo tenía que ir con mi estúpida idea de hacer semejante cosa… pensó la chica mientras salía de su cuarto y observaba la figura de Yoh que se recortaba contra el ventanal. Extrañada, Anna caminó hacia él y se puso a su lado, observando las calles desiertas juntos. Respirando hondo y sin llegar a voltearse, Anna extendió el regalo de modo que quedase frente a él "Toma"

Yoh se volteó y tomó de las manos el regalo: se sentía suave y aún en la oscuridad pudo ver cómo, a diferencia del suyo, estaba envuelto de forma impecable. Sin poder dejar de sonreír, abrió el regalo y sintió cómo en su mano caía pesadamente un sweater tejido hábilmente, con el único motivo de una naranja en la espalda. Entrelazado entre los hilos, Yoh podía oler el aroma característico de Anna.

Nunca nadie había hecho algo así por él.

Seguro, había recibido buenos regalos, pero nadie nunca se había tomado la molestia de tomar parte de su tiempo y realmente hacer el regalo.

Pero Anna lo había hecho.

Por él.

Abriendo repentinamente la ventana de par en par, Yoh se puso el sweater y se acercó a Anna, tomándola por la cintura y rodeándola para mantenerla lo más cerca de él posible. Sintiéndola moverse para cerrar la ventana, Yoh descansó su cabeza sobre la de ella "Déjala así. Tengo que estrenarlo¿no?" murmuró, sintiendo inmediatamente como ella dejaba de moverse y en cambio apoyaba sus brazos sobre los de él, que descansaban en su cintura "Arigatoo" le susurró, acercándose a su oído.

"Feliz Navidad" susurró ella mientras sentía como los de Yoh se reacomodaban para protegerla mejor del frío. Ambos se quedaron allí, observando como los copos de nieve revoloteaban como majestuosas mariposas blancas a su alrededor mientras el viento jugueteaba con sus cabellos.


Hola!

Tengo que decir que tengo una buena y una mala noticia: la buena es que terminé el capítulo…

Bueno… debo decir que eso fue… interesante por decir lo menos…

En realidad, y aquí me confieso .- jamás había escrito nada de romance que fuera tan directo! Nunca había escrito fluff en mi vida! Así que si ven pequeños horrores de redacción como que la palabra 'mirada' se repite… esta pareja es difícil y yo soy mala con esto! ; .;

Bueno a la notas gente!

1) 'Question' en inglés quiere decir 'pregunta'… bastante acorde ne?

2) 'Mochiron' en japonés es como decir 'seguro!' o 'por supuesto!' es bastante informal .-

3) Pues yo no sé si Yoh recibió a esta edad los audífonos pero sí sé que se lo dio tío Mikihisa, aunque yo sólo hago conclusiones en realidad… si alguien sabe cuándo los recibió en realidad pues… podríamos sentar a sacar conclusiones .-

4) Es un chiste a mis expensas! Jojo! Quién haya leído mi oneshot de Yubiwa sabrá que allí también puse una situación parecida con lo de la cinta adhesiva… si no lo han leído… qué esperan para hacerlo! No pienso dar spoilers ..

Bien, como siempre mis lectores tienen siempre la útlima palabra así que me dicen qué tal todo esto…

Bien... aquí va la mala noticia: A algún 'genio' de se le ocurrió prohibir que los autores respondan a los reviews en el fic, y he oído casos de gente que ha sido 'castigada' por el staff por hacer esto, así que es mejor prevenir que lamentar. Quiero dar a entender que me parece una norma bastante tonta, ya que una de las mejores cosas de esta página era el hecho de que podías interactuar con todas aquellas personas que dedicaron parte de su tiempo a enviarte sus comentarios... pero me limito. A saber por qué inventaron esa regla idiota.

Para aquellas personas que tienen cuenta en no se preocupen, les haré llegar sus respuestas a por e-mail porque me nievo ROTUDAMENTE a dejar de hablar con ustedes. Para aquellas personas que dan reviewa anónimos pero que me dejan sus mails pues lo mismo, esperen su respuesta también. Para aquellas personas que me dieron un review sin dejar su mail (Verito.S, Vale, DaRk NeOn y Kamimura) quiero decirles que siento toda esta inconveniencia y que les agradezco con toda mi alma el apoyo; si me dejan sus mails en los próx. reviews (que por suerte no dejarán de mandar ; . ; ) estén seguras de que les daré las respuestas por este caítulo... ya veré yo cómo le invento...

Bueno bueno, si me pongo pesada será todo su culpa por tan maravillosos reviews que siempre logran subir mis ánimos! GRACIAS! No puedo decir cuánto significa para mi sus palabras, sus comentarios y sugerencias .-: el MUNDO Y MÁS ALLÁ! Esto está por terminar, pero procuraré dar mi 130 para que quede perfecto (o lo más cerca) en estos capítulos finales! Ja mata! Minna, aishiteru!