DISCLAIMER: NADA ES MÍO! Uno se siente insignificante cuando se da cuenta de eso… debo comenzar a trabajar para hacer algo con esa triste realidad… Ah! Y la idea tras el título y.. uhm… la idea tras el regalo de Navidad que nuestro antagonista le da a Anna la pido prestada de DarkTaoAngel, así que no… no es mía tampoco!
RADIO SHOW
Capítulo Veinte: Diez Rosas
Yoh sonrió mientras conducía al grupo que acababa de llegar a lo largo del pasillo, la mitad de su mente en la conversación animada que tenían los chicos con él y la otra mitad en la persona que rondaba los pasillos del estudio con, seguramente, la única meta de arruinar su relación con Anna.
¿Cómo la vida daba tantas vueltas¿qué no se mareaba nunca?
¿Qué NUNCA se quedaba quieta por unos segundos, digamos, para hacerles la existencia más fácil a los demás?
Yoh suspiró distraídamente evitando a un tropel de personas que se le abalanzaban en un intento de acercarse al grupo; Skoop Somebody era uno de sus favoritos pero siempre encontraba la reacción de los maquillistas y fans un tanto excesiva. Pegándose a la pared y dándoles a los asustados chicos una sonrisa en forma de disculpa, se escurrió rápidamente por entre la multitud hasta llegar al hangar principal. Allí, Yoh no pudo evitar que un mudo '¡aw!' se formara en sus labios al ver el trabajo terminado de los ingenieros y escenógrafos: El escenario estaba cubierto por una tela negra donde múltiples focos creaban la ilusión de un cielo estrellado, plataformas en forma de planetas colgaban del techo donde los coristas y bailarines harían sus rutinas y el suelo parecía la misma superficie de la luna.
Jamás dejarían de sorprenderlo.
Yoh se movió lentamente a lo largo del escenario, mirando cada uno de los detalles y dejando que su atención divagara con la anticipación del espectáculo de este año, cuidadoso en batallar los pensamientos sobre la pelea con Hao y de dejarlos lo más enterrados posible entre los comentarios banales que aparecía y desaparecían en su cabeza.
El escenario está mejor este año... me pregunto cuándo me harán caso y dejarán que las naranjas tomen el protagonismo que se merecen... ¿esa no era Yonekura Chihiro?... ¿qué estará haciendo Anna?... ¿tendrá hambre?... espero que no me asesine por tardarme tanto, aunque tal vez ni note que estoy divagando por el hangar... ¿estará sola, porque la dejé con Hikaru... espero que no se encuentre con Hao... ¡No! Deja de pensar en él, no lo vale... ¿y si se encuentra con él¡Concéntrate!; los focos de la izquierda están un poco desalineados... Anna está conmigo, no con él pero ¿qué si ellos se encuentran y él la convence para que se vayan juntos?...
¿Será eso lo que ella en verdad desea?...
"Are kanaa(1)" Metiendo su mano izquierda en uno de sus bolsillos y dejando la otra libre para saludar a los técnicos del escenario que de vez en cuando lo miraban, Yoh respiró hondo al darse cuenta que su último pensamiento había salido en voz alta; no valía de nada intentar esquivar el tema, estaba preocupado por la presencia de Hao, no sabía de lo que él sería capaz, no sabía si él cumpliría sus amenazas. Mirando por encima de su hombro observó con una sonrisa como la cabeza de Jeanne se veía rebotar de emoción mientras un altavoz anunciaba los cincos minutos restantes antes de que el show comenzara. Dando media vuelta, el chico saludó pro última vez a los hombres y mujeres que se afanaban por tener todo bajo control antes de ir hasta sus amigos con pasos lentos.
Anna...
"¡Listo!" exclamó Yoh, sorprendiéndose a sí mismo por su capacidad de imprimirle ánimos que en realidad no sentía a su voz. Manta corría de un lado para otro hablando con el dueño del espectáculo deteniéndose momentáneamente para dedicarle un gesto de agradecimiento con su mano desocupada para luego alejarse con el empresario.
"¿Están todos en su puesto¿ningún cantante escapista este año?" preguntó Ryu despidiéndose de Amidamaru quién comenzaba a dirigirse a la cabina de sonido.
"Ninguno"
"¿Escapista?" preguntó Anna arqueando una ceja y mirando extrañada a Yoh y a los demás.
"Sí. Hay algunos que son nuevos en espectáculos tan grandes y los pobres entran en pánico; no pueden con la presión y fingen ir al baño... basta decir que con tantas chicas alocadas rodeando el hangar en búsqueda de una celebridad incauta no es una acción muy inteligente" explicó tranquilamente Hikaru.
Anna hizo una mueca de disgusto "¿En verdad?" preguntó dubitativa que alguien tuviese tan poca dignidad para agredir a alguien por su firma.
"Por desgracia" aseguró Yoh dejándose caer en la silla que estaba a su lado mientras un altavoz anunciaba y recordaba con pesar cuando el guitarrista de Do as Infinity había tenido que regresar corriendo a donde los guardias de seguridad a causa de fans con problemas con su ropa íntima "Pero no son muy graves, por lo general los encontramos cubiertos de pintalabios, pero enteros" agregó al último, guiñando uno de sus ojos castaños a Anna que se movió incómoda en su silla mientras las luces de los bastidores comenzaban a disminuir su intensidad.
Anna observó por el rabillo del ojo como Yoh, a diferencia de los demás, parecía tener su mente en cualquier otra parte que no era el espectáculo: sus ojos parecía lejanos, el brillo reemplazado por una especie de velo de emociones que por más que se esforzó, la abogada no pudo discernir con total claridad. Con los codos apoyados en sus piernas y su cara sostenida por sus dos manos, Yoh daba la sensación de estar cansado, derrotado por alguna circunstancia de la cual ella no era partícipe.
Inconscientemente, Anna frunció el ceño mientras estudiaba las sombras que formaban los mechones de cabello castaño sobre el rostro de Yoh, deslizando su vista hasta sus hombros que se movían rítmicamente con cada respiración. Chasqueando la lengua y volteando antes de que alguien más se diera cuenta que estaba observando a Yoh con tanta intensidad, la abogada buscó a tientas la mano del chico y le dio un leve tirón, atrayendo su atención.
Sobresaltado, Yoh dio la vuelta y al observar como Anna tenía su atención al parecer anclada sobre el escenario, bajó la vista en búsqueda de lo que lo había sacado de sus pensamientos: los dedos de Anna peleaban contra los suyos juguetonamente, tratando de sacarlos de su posición meditabunda. Sonriendo a pesar de sí mismo, Yoh apresó el dedo índice que había comenzado a darle leves golpes con el suyo propio, maravillándose ante el control de Anna, que había logrado mantener toda su atención sobre la cantante principal de Zard, invitada de honor para abrir la función.
En silencio los dos batallaron, los dedos de Anna siempre encontrando la forma de colocarse sobre los de Yoh y manter una marcada victoria en cada asalto. Intentando inútilmente quitar su mano de debajo de la de la abogada, el chico elevó su mirada hasta el rostro de Anna, encontrándose inmediatamente, con sus ojos onix que sonreían por ella.
"¿Estás mejor?" preguntó la chica, sacando cuidadosamente de su voz cualquier nota de preocupación y dejándola tan neutra como fuera humanamente posible.
"¿Eh?" preguntó distraídamente Yoh, sacudiendo la cabeza para devolver su atención a las palabras de su compañera.
"Estabas molesto por algo, así que pregunté que si después de toda esta tontería..." Anna lo miró, permitiendo que una sonrisa de superioridad se abriera paso por entre sus facciones "... para la que eres muy malo..." agregó de forma pícara antes de volver a su tono formal "... te había hecho sentir mejor. Y no me hagas repetirlo nuevamente Asakura, o te va a doler"
Yoh apartó rápidamente la mano de debajo de la de Anna, fingiendo que retrocedía unos pasos para asegurar la integridad de su cuerpo, enseriándose después de unos segundos.
Se había dado cuenta. Debió haber sabido que a ella nada se le escapaba. Suspirando y encogiéndose de hombros, Yoh se sentó nuevamente y miró al escenario donde los últimos acordes de la guitarra resonaban en el aire "No me pasaba nada"
Anna bufó de incredulidad, cruzándose de brazos "Claro. Dime, o pagarás las consecuencias" dijo en el tono que le había proporcionado la victoria en cada uno de los interrogatorios en el juzgado.
El chico giró ligeramente la cabeza hacia Anna, jugueteando con sus dedos índices mientras lo hacía "Es sólo que..."
Yoh se detuvo, los aplausos de las personas ahogándose en su mar de incertidumbre. Las palabras de Hao le pesaban en su conciencia y la mirada que le daba Anna parecía perforarlo, examinarlo detenidamente hasta dar con ellas. Frases sueltas pendían como una guillotina sobre el silencio que parecía haber envuelto a ambos. Abriendo la boca y tomando una bocanada de aire, Yoh articuló una pregunta, pero las palabras parecían quedarse atascadas en su garganta, demasiado asustadas por salir.
Mirando detenidamente al chico en espera de una respuesta, Anna no podía más que preocuparse de lo que le fuera a decir. Su mente, entrando sin permiso en pánico, comenzó a hacer desfilar por su conciencia recuerdos varios, la mayoría, pertenecientes a la noche en que Hao y ella había roto cualquier lazo. Mordisqueando su labio inferior con creciente preocupación, se regañó a sí misma por pensar en su ex prometido en estos momentos, un punzada dolorosa haciendo acto de presencia en su corazón.
¿Por qué Hao, justo en ése momento?
"Anna... yo..." Yoh se esforzó por disminuir la velocidad de sus pensamientos y tratar de al menos sacar uno en claro. Decidiendo al último instante, Yoh miró de lleno en los ojos de Anna y tomó su mano en la penumbra entrelazando sus dedos "Anna ¿estás contenta?" preguntó, observando como el brillo de la confusión acudía a los ojos de la abogada, para ser suprimido inmediatamente.
"¿Qué?" volvió a preguntar la chica, saliendo de sus propios pensamientos enloquecidos por la actitud extraña de Yoh.
"Que si estás contenta ahora, estando aquí, con mis amigos..." Conmigo, completó en silencio Yoh, sintiéndose derrotado al no poder por primera vez decir lo que realmente quería.
Anna lo miró, extrañada por la pregunta que parecía tan poco apropiada. Incómoda, apartó la mirada mientras un rubor carmesí cubría sus mejillas "Que pregunta tan tonta" respondió mientras sentía cómo los dedos del chico apretaban con algo más de fuerza los suyos, haciendo que su anillo le oprimiera dolorosamente.
Yoh observó a su alrededor, escuchando la evasiva de Anna y sintiéndola como una llamada a viva voz para que Hao viniera y le diera aquella sonrisa socarrona, repitiendo una y otra vez las palabras que parecía oprimir su corazón. Respirando hondo para calmarse, relajó la presión que tenía sobre la mano de Anna al mismo tiempo que usaba su mano libre para buscar el mentón de la chica y hacerla voltear para verla "No, no es tonta, pero está bien si no me quieres responder, en realidad no hace falta... era sólo que..."
'"Si me da la gana ir tras de ella tengo todos mis derechos de hacerlo"'
'"Anna es mía"'
'"¿No crees que ella está contigo por mí?"'
"... Quería decirte que para mí es importante que estés feliz. Siempre. No importa haciendo qué o con quién, con tal de que te pueda ver sonreír"
Ambos no daban crédito a sus oídos: si bien Anna sabía del instinto detallista de Yoh, no sabía que su vena romántica tuviese la tendencia de salir a la luz en ocasiones tan poco propicias como está, y menos dejarla a ella, Anna Kyouyama sin palabras, movida hasta tal punto que lo único que podía hacer era ver a Yoh mientras su parte racional la regañaba por la forma tan ridícula en que estaba reaccionando. Yoh por su parte, no sólo no le había dicho el motivo real detrás de sus palabras, sino que no sentía ningún remordimiento por haberle dicho eso a Anna, ya que sabía era la verdad: él podría contentarse de ver su sonrisa de lejos, aún si fuese para otra persona.
Súbitamente, la tonada de la canción que interpretaba Yui al igual que el constante murmullo tras de cámaras volvió a adquirir volumen, trayendo consigo el peso de la realidad para los dos. Obligándose a navegar por entre sus pensamientos, Anna clavó su mirada en Yoh, arqueando una ceja "¿Por qué me dices todo esto?"
Yoh le sonrió, la primera que Anna le había visto desde que llegasen que poseía el brillo alegre usual en él "Porque es verdad y porque... en realidad no tengo nada que demostrar" dijo en un murmullo "Además, no importa cuántas veces alguien te lo diga, pero siempre es tan especial como la primera vez, así que aquí va: aishiteru(2), Anna" terminó el chico, inclinándose rápidamente y depositando un beso en la mejilla de Anna.
"Ehm..." Ambos se voltearon al oír la voz de Chocolove que se estaba aclarando la garganta para hacerles saber que se encontraba allí, parado tras ellos y con un camarógrafo que miraba nerviosamente hacia otra parte "Disculpa si interrumpo pero el deber te llama, yo sólo hago de recepcionista. Yoh, es tú turno de subir allí arriba y presentar a shirogumi"
"Ah, ya voy" dijo Yoh mientras se levantaba.
"Yoh"
El chico volteó para ver a Anna levantándose a su vez, observándolo con una mirada indescifrable "¿Sí?"
"Ya vuelvo, pero quiero que en cuanto yo regrese tú estés aquí, hay algo que te quiero decir" exclamó la abogada por sobre el tumulto de los aplausos antes de soltarse de la mano del chico y dirigirse a los pasillos del hangar, mirando por sobre el hombro como Yoh se volvía a hablar con el camarógrafo, quien hacía señas a unos papeles que llevaba en las manos y luego al grupo que se suponía debía presentar.
¿Qué había sido todo eso?
¿Por qué Yoh le había dicho todas esas cosas?
¿Por qué ella no había podido responder a una pregunta que, sin dejar de parecerle tonta, era tan fácil?
¿Por qué había tantos malditos cables en todos lados?
Anna miró con veneno a uno de los susodichos cables que serpenteaban por el suelo y se interponían entre ella y el pasillo en el que suponía debían estar los baños. Caminó con cuidado mientras las últimas palabras animadas de Yoh, amplificadas por el micrófono, llegaban a sus oídos, seguidas inmediatamente por el estruendo del bajo de Homemade Kazoku que se hacía oír a través de todo el hangar.
Había sido una pregunta tan tonta. Una pregunta que ella misma se hacía cada noche antes de dormir, suspirando contentamente después de encontrar su respuesta, dejando que el sueño se apoderara de ella mientras desdibujaba las sombras de la habitación, sonriendo, aunque fuese la más pequeña de las sonrisas, cada vez que sentía como por su mano corría el cosquilleo que permanecía aún horas después de que la mano de Yoh hubiese dejado allí su caricia.
Era una simple pregunta, un hecho al que ella le había dejado de temer hace semanas, o hace días, no podía saberlo con seguridad.
Felicidad.
Anna preguntó a uno de los hombres de seguridad, extendidos por todo el lugar y este apuntó amablemente hacia el final del pasillo, donde le aseguro que se encontraban los baños de mujeres. Asintiendo agradecida, trotó en la dirección indicada, abriendo rápidamente la puerta y entrando en uno de los cubículos.
Era un derecho que ella había pensado no debía tener; ¿por qué, si no, no había sentido aquél 'éxtasis' que acompaña siempre un momento de verdadera felicidad? De pequeña, las continuas peleas de sus padres la hacían sentir culpable, la hacían sentir como que cada buen momento que pasaba con su padre opacaba otro que pudiese tener con su madre. En la escuela, su determinación en ser siempre la mejor, todos los ojos y todas las expectativas sobre ella, le habían hecho estar siempre sola, contando con ella misma para lograrlo todo. En la universidad fue cuando creyó que era su momento de ser feliz, pero todo había terminado como de costumbre: con sus manos vacía, aquella ilusión de contento desvanecida entre sus dedos. Saliendo del cubículo, Anna procuró que todo estuviese en orden y se dirigió a un lavabo, abriendo la llave del agua y dejando que esta corriera por entre sus manos, observando como formaba burbujas a su paso. Haciendo un mohín de censura, cerró la llave y buscó un papel en donde secarse, encontrándolo en un dispensador y pasándolo entre sus dedos.
Pero ahora, no se sentía como una ilusión. Eso era todo lo que ella podía sacar en claro, meditando en la penumbra de su habitación acerca de la pregunta que le rehuía incluso a la inconsciencia del sueño.
No.
Desde aquel día en la tienda de antigüedades, llevando un corazón roto y sangrante, hecho mil pedazos, Anna había encontrando que la felicidad parecía haberse materializado en la única forma que ahora le parecía concebible: la forma de una media luna, hermosa, que le sonreía por debajo de dos ojos castaños.
Yoh.
Por cursi que pareciese, Anna encontraba ahora el nombre del chico inmediatamente asociado al sentimiento de dulce contento, de júbilo por verlo. Él, que con sus conceptos tan extraños a lo que era ella, a sus metas tan inconcebibles para su lógica, había logrado ir reuniendo pieza por pieza aquel corazón que ella consideraba perdido para siempre. Él, que no la abrazaba y el decía cosas al oído, sino que la abrazaba y le hablaba con el corazón, con un silencio transparente.
Anna se detuvo camino a la papelera y vio su reflejo, sus mejillas enrojecidas por sus propios pensamientos. Botando el papel, volvió al lavamanos y miró largamente a su reflejo, pensando el por qué del comportamiento de ambos esa noche.
Yoh parecía inseguro de sí mismo, lo cual no era común en él. Cuando llegó, pudo notarlo, en su manera de moverse, de reír, como en sus ojos se escondía la ansiedad, el temor. Al verlo preguntar de improvisto si ella era feliz, pudo notar como su mirada destilaba resignación para al final de la conversación entremezclarse con un brillo, una llama que ella nunca había visto en ningún par de ojos que la miraran.
No era amor, era algo más grande.
No era pasión, era algo más profundo.
No era respeto, era algo más íntimo.
Anna se estremeció al recordarlo: aquellos ojos castaños y todo lo que estaban escritos en ellos, sentimientos para los que ella no tenían una palabra.
Hao también parecía estar presente en sus pensamientos esa noche. No sabía por qué, pero el hecho de que su memoria lo hubiese traído a colación tan de repente y bajo esas circunstancias no le daba buena espina, pero el haber oído tanto miedo e inseguridad en una persona tan parecida a él había tenido el mismo efecto que una máquina del tiempo, llevándola a aquella noche en donde todo había acabado.
En aquellas noches de insomnio, Anna también había pensado en él. Por algo se dice que el primer amor no se olvida. Hao había sido Hao, y ella había tenido que admitir que si había estado complacida con los años como 'pareja perfecta' aquello no había llegado a tener el mismo impacto sobre ella que las semanas que había pasado con Yoh: era el karma, único e infalible.
Saliendo del baño, Anna regresó a la realidad traída de súbito por el sonido de una batería siendo golpeada sin compasión a lo lejos. Caminando distraída por entre el pasillo desierto, había comenzado a reparar en el gruñir de su estómago al tiempo que escuchaba las bisagras de una puerta entreabierta crujir. Dándose vuelta, Anna miró a sus espaldas, pero no vio a nadie, así que simplemente siguió caminando preguntándose dónde estaría la tan renombrada mesa de bocadillos de la cual Yoh y sus compañeros había hablado tan animadamente.
Nunca sabría a qué conclusión habría llegado.
En medio de sus pensamientos, sintió como unos dedos se cerraban súbitamente sobre su muñeca, empujándola violentamente hacia una de las tantas puertas que adornaban el pasillo, al tiempo que sentía cómo otra mano evitaba como un grito de sorpresa saliera de sus labios. Al tiempo que Anna se veía introducida por la fuerza en la habitación, sintió la respiración agitada de la otra persona contra su espalda, mientras que este la apretaba contra sí para cerrar la puerta con el sonoro 'click' del seguro al correrse.
Se quedaron donde estaban por unos segundos, la abogada recuperando el aliento perdido y evaluando su situación, a la vez que encontraba el subir y bajar del torso contra su espalda como un factor de distracción; podía sentir también el corazón de la otra persona bombear a toda prisa, siguiendo un compás diferente del suyo propio que también parecía tener una alocada carrera por devolver el pulso de Anna a la normalidad.
¿Y este qué demonios se cree?, se preguntó la abogada al momento que recuperaba su capacidad de respuesta. Subiendo de súbito su brazo hacia el de su atacante, se dispuso a hacerle ver las luces del Nirvana por su atrevimiento cuando sintió la mano que cubría su boca deslizarse con una suave caricia hasta que ambos brazos cayeron y se vio libre. Sin pensárselo dos veces, la chica se dio la media vuelta para encararse con la otra persona.
"Lo siento, pero estoy cansado y la imaginación no la tengo particularmente activa" dijo Hao, su voz áspera por el esfuerzo, rodeando la cintura de Anna con sus brazos al momento que ella se dio la vuelta para evitar que pudiese romper la cercanía.
"Tú" dijo la abogada después de unos momentos, su voz cubierta de hielo "Suéltame"
"Verás... no puedo. Sé lo difícil que te pones cuando no quieres hablar así que creo que te mantendré seguramente secuestrada en este camerino hasta que me oigas" comentó Hao, sin que su sonrisa lograse aplacar la seriedad en su mirada.
Esto está mal, pensó desesperada Anna, tratando de desembarazarse de los brazos que la mantenían prisionera. "¿Qué haces aquí?" soltó repentinamente, subiendo la mirada para clavarla en los ojos castaños de su captor.
"Vaya, vaya, es la segunda vez que me preguntan lo mismo. Pero veo que tu cara de sorpresa es real así que consideraré que es pura coincidencia"
"No me vengas con tus comentarios inteligentes"
"Entonces no me vengas con preguntas tontas" atajó Hao, dando una ligera sacudida al cuerpo de Anna para aumentar su cercanía, sus ojos recorriendo cada línea de su rostro en un modo hambriento que comenzaba a incomodar a la chica "Sabes bien que desde hace años trabajo en este festival¿o qué¿ya te olvidaste de mi, de lo que hacía?" preguntó él mientras recorría con una mano el costado de Anna y la subía lentamente hacia su rostro, llegando por último a su cabello y para juguetear con el, su otra mano hundiendo sus dedos en la abogada para impedir que escapara.
"¡Déjame!" profirió la chica, apartando de un manotazo la mano con la que Hao acariciaba su cabello, y mirándolo con todo el odio que le era posible transmitirle "Me permito decirte que tus dotes de 'Romeo' están cayendo en desuso, yo no llamaría a esto un secuestro muy romántico que se diga" dijo mirando desafiante a Hao mientras evitaba un exclamación de dolor al sentir como los dedos se le clavaban más en la cintura "Y NO. No me he olvidado que trabajabas aquí, pero pensé que asistir como tal al evento estaba por debajo de tu cargo como presidente, como tantas veces me repetiste, así que no, no esperaba verte aquí"
"¿No esperabas?" Hao reacomodó a Anna en sus brazos, esta vez sosteniéndola por los hombros "¿O simplemente no querías que esto sucediese? Porque al idiota que te sigue día y noche tampoco pareció agradarle mucho mi presencia" comentó él en el tono más casual que podía articular.
Anna lo miró largamente, una expresión de odio intenso y sorpresa fundiéndose en su ceño fruncido "¿Yoh?" dijo lentamente, anudando los cabos sueltos que el extraño comportamiento del chico le había dado con lo que le decía Hao "¿Él te vio?"
Observando con creciente interés a Anna, que parecía debatirse entre el desconcierto y la repulsión, Hao no pudo evitar echarse a reír "¿Qué él no se dignó a decirte nada? Yo que tú... esos lazos de sinceridad dónde quedaron Annita"
La susodicha, trató de dar un paso hacia atrás, encarando nuevamente a Hao "No, no me dijo, pero ¿tú qué derechos tienes de hablar de 'lazos de sinceridad'?" preguntó, su voz amarga con reproche "¿Qué quieres conmigo?"
Hao frunció a su vez el ceño mientras soltaba a Anna de un empujón y veía cómo esta retrocedía un paso o dos para evitar caer, pero se mantuvo parada frente a él, viéndolo con la cabeza erguida.
¿Qué estaba haciendo¿cómo qué clase de persona se estaba comportando, trayendo a Anna a la fuerza a un camerino¿era acaso esto el 'momento perfecto' que él estaba buscando para hablar con ella?
¿Lo era?
Con cuidado de ocultar sus intenciones y manteniendo lo que sabía era una pose pensativa, Hao observó detenidamente a Anna, tratando de memorizar con toda exactitud cada parte de ella: vio su cabello rubio despeinado, cada mechón desordenadamente formando ángulos extraños sobre sus hombros, acariciándolos mientras caían en cascada sobre ellos. Vio sus ojos negros, tan profundos como una noche sin estrellas devolviéndole la mirada, orgullosos, tan de ella. Sus cejas, dos delicados arcos que caían en picada sobre sus párpados que se cerraban intermitentemente con furiosa velocidad. Sus mejillas estabas sonrosadas por el disgusto mientras sus labios rosa, ligeramente abiertos por el desconcierto y el disgusto, parecían invitarlo a sumergirse en ellos y explorar sus profundidades. Paso su vista, por el arco de su cuello, sus músculos tensos aún bajo el cuello de tortuga negro que los cubría. Siguió el movimiento agitado de su pecho mientras subía y bajaba, en rápida sucesión, sus manos que asomaban por entre las mangas, pálidas y frágiles como las de una muñeca de porcelana; las delicadas curvas de sus piernas y la forma en que su espalda se arqueaba en un intento de parecer más alta de lo que en realidad era.
La necesitaba.
El sentimiento que lo invadía no obedecía a ningún impulso carnal, sino al más profundo sentimiento de amor que estremecía su corazón cada vez que la veía. Era como alguien que se ahogaba en aguas turbulentas y veía desesperado como su única tabla de salvación se alejaba cada vez más por entre el mar embravecido.
La extrañaba.
Al diablo con su orgullo, que de nada le había servido hasta ahora.
Fingiendo respirar hondo, suprimiendo el deseo de acariciar sus mejillas para devolver a su lugar un mechón rebelde de cabello, Hao optó por aspirar el aroma de Anna, tan propio de ella, y dejó que este calmase su agitación "Quiero hablar contigo" dijo después de unos segundos, asegurándose de mantener su voz firme en todo momento.
"¿De qué¿De qué podrías hablar conmigo? Yo creí que después de la fiesta de Navidad no quedaba nada de qué hablar entre los dos"
"Estás equivocada Anna" dijo él, casi en un murmullo "Tenemos mucho de qué hablar. Mi intención no fue nunca que la fiesta de Navidad fuese la última vez que nos viésemos. Hay cosas por aclarar"
Anna miró detenidamente a Hao, intentando ver sus ojos cubiertos por sombras; discernir algo en ellos que le diera una pista de lo que él intentaba hacer, un atisbo de una explicación. Sin lograrlo, respiró hondo y se cruzó de brazos, ahogando el instinto que le decía que lo mejor era huir son mirar atrás "No me hagas perder más tiempo. Habla"
Hao abrió la boca para decir algo, pero las palabras se perdieron. Miles de ideas de lo que debía decirle a Anna y no había podido: lo que sentía por ella, lo que nunca había dejado de sentir por ella, lo que ella sentía por él, lo que ella podría sentir aún por él. Cerrando los ojos en un intento de sortear mejor sus pensamientos, una imagen recurrió a su mente con tanta fuerza que hizo que inconscientemente cerrase sus manos en puños: Anna, su Anna, tomada de manos con Yoh, mirándolo de una forma que él mismo no recordaba nunca haber recibido de ella y una pregunta salió, involuntariamente de sus labios, revestida por la calma fingida del odio y la indignación "¿Por qué?"
Anna tuvo que utilizar todo su auto control para no hacer una mohín ante el tono de voz que utilizaba Hao "¿Por qué qué?" repreguntó, tratando de averiguar de qué hablaba.
"¿Por qué él!" profirió de repente extendiendo los brazos a lo largo para enfatizar "¿Qué tienes con él¿qué ves en él?... no, no, déjame rehacer esa pregunta para que no me des ninguna de tus respuesta capciosas¿por qué no me ves a mí así¡Qué no ves en mí!"
Anna se quedó petrificada ante la sucesión de preguntas de Hao. Viendo que ella no pensaba responder, él aprovechó para terminar de decir todo aquello que venía rumiando desde hace casi un mes "¿No sientes nada por mí¡Déjame adivinar Anna, dame al menos este placer de adivinar que pasa por tu cabeza: no, tú eres la gran abogada, fría, que siente que es tan independiente, tan superior ¿para qué extrañarme? Apuesto a que ya no sientes nada por mí porque viste en ése, en Yoh a alguien que es TAN bueno, tan correcto, todo lo que tú soñaste¿verdad¡¿y yo qué¿no importa que a pesar de todo lo que te pude decir aquella vez cuando me encaraste, o cuando volví a tu departamento con toda la intención de pedir disculpas pero terminé haciendo todo lo contrario, no importa que en realidad yo me esté muriendo por dentro¿no te importa que lleve noches sin dormir porque no me puedo terminar de acostumbrarme a acostarme por las noches sin tener su maldito aroma en la almohada de al lado?" Hao tomó aire bruscamente y se paseó por la habitación sin prestarle atención a la mirada atónita que le daba Anna "Porque si de algo sirve, te lo voy a decir: te amo. Así de estúpido como suena, 'una frase tonta' como dirías tú, es la verdad, y no hay ego que la opaque. No soporto verte con otra persona porque no es que seas mía, es que esto..." llevó una mano a su pecho señalando a donde su corazón latía "es tuyo" Hao esperó, deteniendo su caminar por la habitación para ver la reacción de Anna que seguía viéndolo desde el centro de la habitación. Observando como esta no daba muestras de que le importase, dejó caer su mano y terminó de acortar la distancia que había entre los dos, aprovechando el momento de estupefacción de la abogada para atraerla en un abrazo "¿Qué más quieres de mí?" le susurró con su voz quebrada de emoción, sintiendo como ella lentamente comenzaba a devolver su abrazo.
Anna devolvió el brazo de Hao, sintiendo momentáneamente como un escalofrío recorría su columna. Nunca, en todos sus años juntos, él había hablado de sus sentimientos de una manera tan abierta. Jamás le había dicho nada por el estilo, y el hecho de oírlas en un camerino oscuro, meses después de que rompieran como pareja despertaba más de un sentimiento que Anna no terminaba de entender. Cuidadosamente, deshizo el abrazo y se alejó un paso, respirando hondo "Hao... entiéndeme. No se trata de lo que yo quiera ahora de ti, sino de lo que pude haber querido de ti" Sintiéndolo moverse incómodo en el lugar, Anna se obligó a calmarse y a aplacar un poco más el tono de su voz "Ya no somos niños de secundaria, ni tampoco somos los mismos que se encontraban en el callejón detrás de la universidad. Ya no somos lo mismo que fuimos hace un año. Esto que me acabas de preguntar... ¿qué quieres que te diga? No puedes hacer que una flor marchita vuelva a ser tan bella como cuando estaba en flor"
Hao dio un paso atrás mientras el significado de las palabras de Anna entraban en su mente "¿Qué quieres decir con eso? Tú sabes que eso no es verdad: si la cuidas con el suficiente esmero podría volver a florecer y..."
"No" Anna respiró hondo y por puro instinto apartó unos mechones de cabello castaño que cubrían los ojos de Hao "Ese fue el problema; no hubo etapa de 'cuidados intensivos'. Hao, lo que yo sentí por ti... era muy fuerte, más de lo que yo misma pude haber pensado en un primer momento: yo también te quise, por más cliché que suene eso. Llegué a imaginarme como la esposa perfecta, contigo, pero al final de todo no era sino la ilusión de un sueño: ni tú ni yo éramos realmente felices, el hecho de que hayas accedido a darte el lujo de esa 'travesura', como en su momento tú la llamaste, significaba que ya la reacción química entre los dos había desaparecido"
La mirada de Hao se ensombreció "Todo esto me lo dices por él¿verdad?"
Anna se encogió casi imperceptiblemente de hombros "Él no es un pronombre personal; su nombre es Yoh, se aprecia que te dirijas a él por su nombre" la abogada pasó por alto la forma en que los dedos de la mano de Hao que aún se mantenían rodeando ligeramente su cintura se crisparan ante la nota de anhelo que ella misma notó en su voz al decir el nombre de Yoh "Y... hasta cierto punto... sí, es su culpa. Pero te prohibo que lo culpes, después de todo¿recuerdas? 'para bailar tango hacen falta dos'. Yoh es alguien que no tiene cabida en nuestros problemas, porque son eso: nuestros"
"Pero bien que logró colarse" comentó Hao con sarcasmo
"Una habilidad que tiene" dijo ella a su vez, recordando con aprecio las múltiples veces que él se había aparecido en su vida cuando ella pensaba no necesitarlo.
Hao se estremeció ante el alud de sentimientos indescifrables que notaba en la voz de Anna¿había hablado ella así alguna vez de él? Aún en la penumbra de la habitación, pudo ver como aquellos ojos que él se había acostumbrado a llamar 'una noche sin estrellas' comenzaban a brillar; un brillo no de una adolescente ilusionada por un primer amor, sino uno más apagado, más maduro... más real.
¿Él la amaba?
Sí.
¿Yoh se la merecía?
No.
Anna... ¿era todo esto por él mismo o por ella?
Ella. Siempre ha sido por ella.
"¿Eres feliz?" preguntó por lo bajo Hao, mirando a los ojos de la mujer por la que su corazón clamaba en ese momento.
Tomada por sorpresa, Anna lo miró y por un momento pensó ver a Yoh moviéndose en la profundidad de sus ojos: había sido la misma pregunta, en menos de dos horas.
Casualidades.
Sin temor, sabiendo de antemano la respuesta, levantó el mentón y asintió fuertemente, segura de sí misma y esperando muy en el fondo no lastimar a la persona que tenía delante "Sí"
"Ya veo. Entonces... ¿sólo estoy haciendo el ridículo aquí contigo¿me estoy comportando como uno de esos muñequitos de torta que protagonizan tus telenovelas verdad?" preguntó Hao sintiendo como la respuesta de Anna desgarraba su alma, pero intentando sonreír a pesar de todo.
"Básicamente, pero bueno, la protagonista siempre se hace la idiota y termina perdonando al muñequito de torta y siendo 'buenos amigos' con él. Sigue así y quién sabe" respondió Anna con una sonrisa que pronto desapareció al ver la mirada pesarosa que le dedicaba Hao.
"Lo siento, pero ser sólo tu amigo no está realmente dentro de mis planes: no me podría acostumbrar... pero ¿me puedo llevar un premio de consolación al menos?" preguntó sin esperar la respuesta, inclinándose y haciendo rozar sus labios contra los de Anna.
"No vuelvas a hacer eso" dijo la abogada, clavando una mirada molesta en los ojos de Hao.
"Esta bien, pero no me voy de aquí tan fácil"
Hao se retiró a una de las mesas de maquillaje donde lo esperaba una pequeña caja, envuelta cuidadosamente en papel de regalo rojo adornada con un lazo dorado. Nuevamente, sin esperar ningún gesto de Anna, la tomó y se la dio, quedándose plantado frente a ella. Mirándolo dubitativamente, ella procedió a inspeccionar el regalo "Espero que no sea un kit de fuegos artificiales para celebrar el año nuevo, porque eso ya me lo habías regalado antes"
Hao rió de buena gana, recordando aquella Navidad y como Anna se había negado a hablarle por una semana "No, tuve más 'tacto' esta vez. Ábrelo"
Con cuidado, la abogada procedió a quitar el papel, encontrando en su interior una caja de madera laqueada con el dibujo de un rosa blanca de nácar en la tapa; al quitarla descubrió nueve botones de rosas rojas y una rosa de origami(3) colocadas cuidadosamente sobre papel de seda blanco "Rosas, lograste acordarte" murmuró Anna, observando con cuidado el trabajo que había puesto en la flor de papel.
"Sí..."
"¿Qué significa todo esto?"
Hao miró la caja y sonrió ante lo cursi que iban a sonar sus palabras y casi podía ver la mirada que le iba a dar a Anna, pero aún así procedió a explicarle "Son diez rosas en total y servirán para recordarte que mi amor por ti durará hasta que las diez rosas se marchiten" Hao disfrutó un momento de los ojos onix de Anna mientras lo examinaban y con cuidado alargó su brazo para tomar la rosa de papel "Es decir, es eterno"
"Cualquier parecido con mi metáfora de las flores y el amor es pura coincidencia, supongo" comentó Anna, recurriendo al sarcasmo al no encontrar palabras para el gesto.
"Puede ser, he escuchado por allí que las coincidencias no existen. Ja ne, Anna" y con un último adiós con su mano derecha, Hao abrió la puerta y caminó por el pasillo dejando a la chica dentro de la habitación mirando a la caja.
'Pura coincidencia'
Dejándose caer al suelo, Anna se quedó sentada mientras respiraba profundamente y sentía como dos lágrimas se abrían paso por sus mejillas al tiempo que sentía que un peso se levantaba de sus hombros.
'"¿Estás contenta?"'
Sí lo estaba.
Poniéndose de pie y tomando su regalo, Anna salió al pasillo deteniéndose un momento para parpadear y escudarse de las luces brillantes, el rumor de una canción sonando en la distancia. Encaminándose hacia donde el escenario estaba observó cómo Megumi Hayashibara participaba por el akagumi. Apretando la caja contra su pecho, se dirigió hacia la multitud en donde podía ver la figura de Ryu agitando sus brazos en el aire, a su vez, siendo copiado por Chocolove y por unas mangas verdes, que parecían ser de Hikaru. Recorriendo el último tramo observó como todos rodeaban a Yoh que se paró de un salto una vez que la vio.
"¡Anna!" Yoh corrió por entre los camarógrafos, casi desnucándose al tiempo que se tropezaba con un cable hasta alcanzarla, líneas de preocupación recorriendo su frente "¿Estás bien? Dijiste que ya volvías y han pasado casi dos horas y yo no sabía si ir a buscarte o..."
"Estoy bien, estoy entera y estoy... contigo"
Yoh miró extrañado a Anna al oír la última parte antes de sonreírle "Ah..."
Ambos se acercaron al grupo y ocuparon los mismos puestos que tenían antes, ocupándose en ver el resto del espectáculo. Poco a poco, la oscuridad del anochecer fue cambiando mientras el cielo se volvía más claro y las tres de la mañana indicaba la hora de designar al ganador que resultó, previsiblemente como Yoh había dicho, shirogumi. Entre el alboroto de las felicitaciones por el año nuevo y una 'cena' especial que había preparado la televisora para todos los participantes el gran hangar que servía de epicentro para el gran espectáculo de Año Nuevo comenzó a cerrar sus puertas mientras las personas se despedían con calurosos deseos para el año que comenzaba y con la promesa de que darían todo lo que estuviese en su poder para que el próximo show fuera aún más grande.
La madrugada encontró a Anna y a Yoh caminando silenciosamente por entre las calles de Tookyoo, evitando a los pocos transeúntes que salían con sus kimonos festivos para el hatsumode(4) en los templos cercanos. En la comodidad del silencio en el que se había visto envueltos, ambos recargaban el peso de sus cuerpos soñolientos contra el otro hasta que se hallaron a la entrada del parque en donde se podían ver de algunas familias con sus hijos, lanzando fuegos artificiales.
"Ne Anna... ¿quieres dar un paseo?" preguntó súbitamente Yoh, levantando su cabeza de la de Anna para observar mejor a los niños que correteaban.
Anna levantó también su cabeza del lugar donde descansaba, el hombro de Yoh, y vio con ojos semi cerrados por el sueño a Yoh con cara asesina "¿Ahora?"
"Hai" le susurró el chico, guiándola con cuidado entre las personas, encontrándose en el camino a otras parejas que también paseaban en búsqueda de un lugar solitario.
"Si tú lo dices..."
Yoh la condujo hasta el centro del lugar y ambos se recostaron en un árbol el cual Anna no tardó en reconocer como aquél que les había dado su sombra el día en que habían coincidido no hace más de un mes. Sorprendida ante la capacidad de Yoh de recordar un lugar así, se acercó más al chico mientras alzaba su vista hacia la luna que aún brillaba en lo más alto del firmamento.
"Feliz Año Nuevo, Anna" le susurro Yoh al oído mientras buscaba a tientas la mano de la chica y la apretaba contra la suya propia "Tienes frío" dijo obteniendo un murmullo de parte de Anna "¿Qué?"
"Te dije que sí, pero que no importa, estoy bien"
"Anna... en cuanto a lo que te pregunté allá en el hangar..."
Anna sintió su atención regresar en cuanto recordó que aún le debía una respuesta a Yoh. Incorporándose perezosamente, y recogiendo sus piernas hasta tenerlas dobladas bajo su cuerpo, miró a Yoh, el brillo de la luna dándole la sensación de que él no estaba allí y no era sino una ilusión "Te debo una respuesta, pero antes tengo una pregunta que hacerte"
Yoh la miró, temiendo la pregunta a pesar de saber cuál era. Escudriñando a través de la oscuridad la cartera de Anna donde sabía de antemano que aguardaba la caja con la que le había visto llegar en el show, Yoh asintió "¿Cuál?"
Siguió la mirada del chico vio que estaba posada en su cartera: el lugar donde estaba la caja "¿Por qué no me dijiste que Hao estaba allí¿por qué no me dijiste que te habáis encontrado con él?"
"Anna yo..." Sin embargo esta lo cortó apretando su mano contra la de ella.
"¿Por qué me preguntaste si era feliz y luego me dices que aunque me vaya con otra persona tú estarías contento por mí?"
Yoh no pudo evitar sonreír ante lo difícil de las múltiples preguntas que le hacía Anna. Respirando profundo se preparó para decir lo primero que le venía a la mente, sin miedos a lo que pudiese pasar "Porque sí Anna. Porque es la verdad. Porque si tu felicidad no es a mi lado, sino al lado de Hao, o de cualquier otra persona yo la aceptaría, porque eso es lo más importante para mí. Tú eres lo más importante para mí; porque no importa lo que yo te pueda ofrecer, tú siempre te merecerás más"
"Anna, sé que sonará tonto que lo diga, pero no te dije que Hao estaba allí... no lo sé yo mismo. Pensé que si te lo decía te ibas a preocupar y no quiero eso. Cuando te conocí... fue extraño, pero sentí como si la meta que había perseguido toda mi vida estuviese a mi lado, comprando un CD, y que la podía alcanzar. La primera vez que te vi sonreír me sentí completo, mientras que cuando te veo triste siento que mi alma se parte en mil pedazos y que con gusto puedo dártelos, si con eso puedo reparar el daño que alguien más te ha hecho. Porque te amo Anna, porque no sólo me gustas ni que eres mi mundo sino porque eres todo lo que yo puedo llegar a ser, porque siento que estamos... hechos el uno para el otro" terminó Yoh bajando la mirada hasta posarla en sus manos entrelazadas.
Anna sintió cómo si todas las piezas del rompecabezas de su vida se hubiesen terminado de unir: todas al fin encajaban a la perfección. Se sentía llorar y reír.
No lo amaba, él era su vida misma.
No lo deseaba, era intrínseco a ella.
"Aishiteru... zutto Yoh no baka(5)" le susurró Anna, inclinándose hasta colocar su cabeza en la curva de su cuello "No soy buena con todo esto pero... estoy completa, aquí contigo y sí. Soy muy feliz. Tú eres diferente a todo lo que me imaginaba: yo esperaba ser la esposa perfecta y respetable, con un esposo perfecto y también respetable, pero llegaste tú y diste una vuelta de trescientos sesenta a mi vida y no te puedo estar más agradecida. Eres todo, desde los más pequeños detalles hasta estos discursos románticos que logran lo que muy pocos han conseguido; dejarme sin palabras. Eres la excepción a la regla de mi vida y por eso... Ureshii da(6)"
Yoh se quedó allí, estupefacto, escuchando cada palabra de Anna y atesorándola, sintiendo como su corazón daba cabriolas mientras esta subía la mirada y sus ojos se encontraron.
Sus vidas estaban unidas por un fino lazo rojo; invencible, pequeño, y de ellos.
Cerrando la distancia entre lo dos, Yoh se inclinó hasta posar sus labios sobre los de Anna, sintiendo cómo ella respondía al beso y sus alientos se mezclaban como pequeñas volutas de humo en la noche helada de invierno, los cuerpos de ambos acercándose aún más el uno al otro, sintiendo como un corriente eléctrica recorría sus columnas y ambos se perdían, sus esencias volviéndose una, juntándose al igual que lo hacían lo primeros rayos del amanecer con el cielo oscuro de la noche.
YATTA!
Kami, que capítulo más terrible pero... les JURO que fue lo mejor que me dio mi musa y Morfeo (quien me reclamo: este capítulo me tuvo despierta hasta como las 2:15 a.m.).
Y aquí está, el final de los finales (para los que ustedes, mi querido público, se habrá dado cuenta soy pésima!). Nunca creí que este fic llegaría tan lejos y... –Patricia mira como Ren y Horo cargan por encima de su cabeza una gran pancarta roja con las letras 'NOTICIA DE ÚLTIMA HORA' estampadas en un intenso amarillo de carretera, a la vez que Manta le entrega un papel escrito a computadora y firmado por todo el elenco e Yoh y Hao le dicen que lo lea—A ver...
'Es por decisión unánime y de todos, incluso de la que lee esto y sabemos que no lo sabe, pero ella también está deacuerdo, que haremos un epílogo para el fic de Radio Show, en vista de los que nos leen y soportan a Patricia se lo merecen. Eso y muchos chocolates que ella ha dejado de dar'
0.o
--Patricia se voltean para gritarles improperios a su elenco, subrayando su necesidad de saber quién había redactado semejante párrafo tan horrible hasta que se da cuenta del silencio sepulcral de la audiencia-- Ehm... no me vean así... es la idea del grupo, pero ustedes tienen la última palabra, si quieren el epílogo (donde está el personaje misterioso MUAHAHAHAHAHA) no más mándennos reviews gritando a viva voz su amor por nosotros!
WEEEE!
Ejem, volviendo a la cordura... tocan las notas! Hay pocas esta vez, así que... AHÍ TE VOY!
1) 'Are kanaa' sería la expresión en japonés para 'será eso?'
2) 'Aishiteru' jojojo! La confesión! 'aishiteru' es el verbo 'amar' en japonés: traducción 'te amo' .-
3) 'Origami' es el arte de doblar el papel en diferentes formas (particularmente soy terrible, ni qué decir, las rosas jamás me salen'. En español es más conocido como 'papiroflexia'
4) 'Hatsumode' es la primera visita que se le hace al templo, siguiendo la tradición shintoísta, para pedir tus deseos para el año nuevo. Se supone que se hace después de las doce y es una costumbre muy de esta pareja de tortolitos .
5) 'Aishiteru... zutto, Yoh no baka'... Anna siempre TAN sensible! Literalmente es 'te amo, Yoh tonto' a que no suena cuchi?
6) 'Ureshii da' se traduce como 'Estoy feliz' (no les sueña a Droopey?)
Y bien, hasta aquí llegamos; una vez más UN MILLÓNSOSOSOSOTE de gracias por todo el apoyo! No creo merecer que tantas personas bellas se hayan fijado en este fic, pero qué les puedo decir además que ustedes son mi mundo. También pido GRANDES disculpas por la espera de casi un mes, pero todo se me ha acumulado horriblemente y la musa ridícula mía no me llegó si no hasta ahora!
Ja mata ne, minna! Aquí SayanP, cambio y fuera!
P.S.1: Todos los maravillosos músicos que se utilizaron en este ficSkoop Somebody, Zard, Yui, Do As Infinity, Megumi Hayashibara) no son míos, y sus derechos son de las casa disqueras que los promocionan y de los talentos musicales que todos tienen! NO ME DEMANDEN! TT.TT no estoy pidiendo comisión!
P.S.2:Tengo ya un conjunto de oneshots sobre Mankin listos que pronto postearé en así que si algún alma caritativa que haya llegado hasta aquí abajo quiere leerlos y dejar sus comentarios... BIENVENIDOS! .-
