Disclaimer: El mismo que los anteriores capítulos.

Nota: Voy tratar de separar lo de Francia y lo que pasa en Londres. Así que espero de verdad que no se confundan, todo sucede alternativamente en el mismo dia.

Título: Secretos.

Perdido sin ti...

Perdido sin ti...

Quédate en cada noche y suéñame en la luna

Ámame por las calles perdidas de mi vida

Bésame poco a poco no sea que me muera

Vive con este loco perdido que te quiere

Harry había pasado la noche durmiendo en el sofá de la sala en Grimmauld Place, Ron no estaba, seguro había regresado a la cabaña a ver a Luna y a las chicas. Realmente extrañaba a su castaña amiga, no solo por el hecho de saber que siempre estaría para él, sino por todo lo que ella dedicaba, su tiempo, todo. Antes podía pensar que era una sobreprotección de Hermione, ahora sabía que detrás de todo, era el gran cariño y amor que ella tenía por él. Y aunque eso era una pauta para descubrir sus sentimientos, no estaba muy convencido de lograr curarla.

Miró por encima del sofá, las voces de algunos integrantes de la Orden parecían discutir, se talló ligeramente los ojos y salió de la sala, encontró a Moody discutir con el ex-jefe de aurores.

-Moody no hubo rastro de nada -bufó Kingsley Shacklebolt.

-¡Harry! Ya despertaste -exclamó Molly acercándose a él.

-Lo siento ¿Que pasa?- preguntó sentándose a un lado de los hombres.

-Le estaba explicando a Alastor, que no hemos encontrado nada que diga que el Señor Oscuro tiene que ver con este ataque -Harry vio como una taza humeante se posaba frente a él.

-Me pueden decir -carraspeó -Por que sigan llamando a Voldemort por el Señor Oscuro -varios de los integrantes miraron a Harry estupefactos, Tonks que estaba recargada en la pared sonrió -Estoy cansado de escucharlos decir el señor esto, y aquello, son adultos... -

-Harry tiene razón -el moreno se sobresaltó, en el umbral de la entrada, Albus Dumbledore le miraba.

-Bien- aceptó de mala gana Kingsley -Iré a ver algunas cosas cerca y por cierto Harry, Remus mandó a Hedwig, pero le pedimos que esperara, se puso un poco violenta -Harry agradeció con lo que parecía un amago de sonrisa. Miraba aún a Dumbledore.

-Molly ¿Donde esta Ron?-la mujer le miró.

-Ron fue con Luna -Harry asintió y tomó un sorbo de la taza, se puso en pie. Varios de los que estaban en la cocina se miraron extrañados por el comportamiento de Harry hacia el mago.

-Podemos hablar Harry-se detuvo en seco.

-¿Que quiere? Va a realizar otra reunión a mis espaldas, el que no haya querido venir a esta casa-

-Entiendo tu furia Harry, son cosas que pasan... -el moreno se contuvo de sacar su varita y hechizar al mago.

-¡¿Que pasan! No pasan Dumbledore, no se porque tengo la sospecha que sabe más de lo que me dice -Dumbledore le miro fijamente. Harry pudo notar que el mago, le miraba con algo de tristeza y eso le hizo dudar, se tranquilizó un poco.

-Harry... Voldemort necesita a ese pequeño para regresar por última vez -

-No entiendo... -

-Voldemort a perdido todas sus batallas contigo, yo mismo he dejado un poco de poder sobre ti y es hora que yo pelee contra él -la cara de Harry se contorsione visiblemente en sorpresa.

-¿Usted? ¿Por que?-el anciano se acercó a Harry y depositó su mano sobre su hombro.

-Lo entenderás, por el momento, no creo saber donde está el pequeño ni quien se lo llevó, pero todo indica que hace tiempo me revelaron esto - los ojos verdes de Harry miraron al anciano -Se que quieres recuperarlo y lo harás -

No le dio tiempo de replicar, pero aquellas palabras habían sonado más a otra cosa, revolvió sus cabellos y miró su reloj, iría a ver a Remus y después a su Hermione.

Miraba fijamente y con los labios curvos en una sonrisa a la mujer frente a él. Todo había salido como quería, el señor le felicitaría y entonces podría comenzar a dar su ya empezaba venganza.

-Recibiste alguna noticia de esa sangre sucia - preguntó la mujer con los ojos chispeantes de satisfacción.

-No te desesperes Pansy, todo a su tiempo -prendió un cigarro y aspiro varias veces, soltó el humo y señalo hacia lo que parecía un hermoso búho negro internarse en la habitación. Se puso frente a él extendiendo así su pata, tomo el pergamino del animal y este voló hacia la pechera.

Soltó una carcajada que incluso hizo temblar al búho, Pansy miraba con satisfacción.

-Muerta y con amigos-rió extendiéndole a Pansy el pergamino, ella rió divertida.

-Pobre Malfoy y el que esperaba a su sangre sucia, para vivir felices y tener hijos- rió más fuertemente, él la miró, recordando así a Cho, ¿porque no había contestado sus llamados?

-Manda a decirle a Peter que prepare al Señor, esto tiene que elaborarse con anticipación -la mujer asintió saliendo de la habitación.

El apagó el cigarro y se puso en pie para dirigirse hacia la hermosa capa negra que colgaba a un lado de la puerta, salió con ella con la única finalidad de encontrarla, era ella solo para él y en ese momento necesitaba tenerla cerca.

Cuando el frío comenzó a calerle abrió los ojos, sus costillas dolían y estaba seguro que de su labio colgaba un hilillo de sangre, sus manos estaban adoloridas y no podía moverlas, estaba en una posición en la que su cuerpo reclamaba dolor, una brisa le hizo levantar la mirada y algo se movió entre las sombras.

-Por fin despertaste -susurró la voz.

-¿Vaya ahora secuestran aurores? Están mejorando- contestó mordazmente.

-¡Crucio!- su cuerpo se estremeció al punto de sentir que sus huesos se fundían -No seas Idiota- Draco curvó una sonrisa.

-No sabía Parkinson que eres una buena mortífaga -

-Vaya eres excelente Malfoy, demasiado diría yo -se descubrió el rostro.

-No me digas que esto es porque no quise respetar el trato de nuestros padres -un brillo peligroso asomó en los ojos de la joven.

-En realidad sí, tal vez es venganza ¿Como pudiste enamorarte de una Sangre Sucia? ¡Tú! El Odio a esos asquerosos... -

-Serpientes- terminó Draco y la joven levantó la varita.

-No te pases de listo Malfoy, podrías pedir piedad y reconsideraría la opción... -

-¡Nunca! Lo sabes bien Parkinson, prefiero que me mates a tener que vivir con alguien como tú -

-¿En serio?- se acercó a él rozando la punta de su varita en el cuello -Podría hacerlo sí... pero lo haré solo cuando el cuerpo de tu amada llegue y lo veas sin vida- los ojos de Draco se desorbitaron, sintiendo algo extraño en el pecho.

-¡¡Mientes! ¡Asquerosa!-

-¡¡Crucio! ¡¡Crucio!- El cuerpo de Draco convulsionó fuertemente, sintió que la vida estaba a punto de abandonarlo, era un dolor inimaginable ¿Acaso ella estaba...? negó mentalmente. -¿Qué pasa Draco?- musitó con desdén -Ni tú madre me sirvió para manipularte, ni aún bajo la maldición imperius -el rubio levanto la mirada hacia ella. Pansy sonrió con satisfacción -Y el pobrecito Draco que odiaba a su madre, yo la manipulé porque el nuevo señor se levantará más fuerte -se agachó para tomar su mentón -Eres tan patético que a pesar de todo... puedo darte una oportunidad -

-Prefiero morir antes de estar contigo- musitó con pocas fuerzas, el cuerpo le temblaba.

-Como quieras Malfoy -apuntó su varita y sonrió -¡Crucio!- Draco entrecerró los ojos ahogando un gritó de dolor. Pero lo que no iba a pensar es que ese dolor se transmitiera a través de sus pensamientos a alguien que sin duda ocupaba su último aliento de vida.

-Perdóname Samantha... - su cuerpo se estremeció cayendo de nuevo al piso.

-¡Vamos Malfoy! Suplica por tu vida, eres tan idiota cuando estabas en el colegio... -gruñó la joven -¡Pide por tu vida!-

-¡¡Nunca!- la joven soltó una risa macabra.

-Lastima que aún haya planes para ti, sino estarías muerto -dio media vuelta dejándolo adolorido y cerrando la puerta tras de sí, cerró lentamente los puños, el lugar era demasiado frío y se sentía extraño, ¿Estaría ella muerta? no podía ser cierto. Estaba seguro que ella estaba bien, no sabía porque presentía aquello, tal vez porque, un recuerdo llegó a su mente.

Se encontraba estudiando algunos hechizos protectores, cuando una lechuza parda irrumpió en su apartamento, la conocía bien.

-Hola Win ¿Traes algo para mí?-la lechuza le mordisqueo amigablemente el dedo, mientras desprendía la nota. No era de ella, pero sin duda tenía su nombre. Y le citaba a su casa.

No tenía nada que hacer y por eso, dejó de estudiar para viajar por la ciudad hacia la casa, no le llevó más de 30 minutos estar frente a la mansión y entrar, la elfina le condujo directamente al patio, donde la tía de Samantha, enferma le saludaba.

-Eres el único capaz de cuidarla, ella te necesita -Draco miró a la mujer -Has un traslador y ponlo en el cobertizo, algún día te lo agradecerá - y no supo porque pero lo hizo.

Abrió ligeramente los ojos y respiró fuertemente, el cuerpo le temblaba, lentamente tanteo la distancia de las cadenas y se puso un poco de pie, no reconocía el lugar, era frío y cubierto de roca, podía escuchar un sonido que no sabía si ya lo había escuchado, pero otro que provenía del pasillo. Lo poco que se acercó, pudo distinguir el sollozo de alguien, agudizo su oído, para deducir que no era más que de un pequeño. ¿En donde estoy, varias voces comenzaron a subir de tono y regresó de nuevo al piso, pretendiendo estar desmayado, la puerta se abrió ligeramente y el entreabrió sus ojos para ver el gran pasillo y algo que hizo que su cuerpo se estremeciera.

-¡Goyle!-chilló la voz de otro hombre. Draco levanto un poco la cabeza para ver a Goyle dirigirse al otro hombre.

-¿Que pasa?- gruñó ruidosamente a su compañero.

-Parece que el niño esta temblando ¿No deberías traerle una manta?-el robusto hombre rió.

-Si y también tráele una taza de chocolate ¡¡Es un prisionero y no creo que le quede mucho tiempo!- el otro hombre delgado y al parecer joven asintió. Vio el cuerpo de Goyle cerrar su puerta con fuerza y alejarse. El corazón de Draco se sobresalto ¿Un niño? ¿En ese sitio?

-¿Que quieren con un niño?-murmuró para sí, pero entonces un recuerdo cayó como una cubeta de agua fría. El hijo de Lupin.

Remus había pasado la noche en la habitación de Belem, se veía pálida y parecía incluso que no respiraba, sentía ganas de llorar y buscar a esos hombres y matarlos uno a uno, sintió su cuerpo temblar. Decidió salir de la habitación y se sorprendió al ver a Harry llegar.

-¿Como estas?-pregunto el muchacho acercándose a él -¿Que han dicho?-

-Que esta como en trance, creen que el accidente la puso así -Remus se dejó caer pesadamente en el piso. Harry se hincó a su lado.

-Vamos Remus, estará bien... -los ojos dorados del hombre repararon en Harry.

-¿Supiste de Sirius? Dime Harry ¿Sabes donde esta mi hijo? ¿Verdad?- Harry tomó un poco de aire, la mirada de Remus estaba matizada de un tono diferente, por un momento creyó ver en él, el lobo que callaba la mayor parte del tiempo y que solo en luna llena salía a flote, aunque solo se quedará agazapado y en silencio en alguna habitación.

-Escúchame bien Remus -el hombre le vio -No encontramos nada que nos diera una pista, pero te prometí encontrarlo y... -Remus se levantó bruscamente.

-¡¡NO SIRVE DE NADA! QUIERO A MI HIJO -Harry tanteo su varita, varias personas que pasaban se detuvieron.

-Remus, tranquilízate por favor -suplicó el muchacho, el hombre se llevo las manos a la cara y sollozo, cayendo lentamente al piso, Harry le abrazó dulcemente -El también es mi familia Remus, pero Belem también te necesita- Levanto suavemente al hombre y lo sentó en una de las sillas del pasillo.

-Fue mi culpa... si hubiese ido con ellos, si... -Harry miró a Remus y saco su varita sin que este se diera cuenta.

-Perdóname Remus -el hombre levanto la mirada. Pero antes que dijera algo, Harry le hechizo.

Un medimago se acercó a él y lo vio.

-¿Es usted familiar?- Harry asintió -Ya veo ¿Y?- preguntó viendo el cuerpo inmóvil de Remus.

-Digamos que tuvo un colapso nervioso ¿Podría?- el hombre asintió. Y con su varita llevo a Remus a la habitación más cercana. El sin embargo entro a la habitación de Belem. Estaba ahí dormida, el color de su piel estaba claro y parecía estar tan tranquila como si estuviera... se acercó a ella, la apreciaba casi como una tía, recuerda el primer encuentro que tuvieron, Remus hablaba tanto de ella, que había pedido conocerla y el licántropo no se había negado.

Había sido el día más maravilloso de su vida, ella era tan perfecta para Remus, era sencilla, pero sobretodo veía las miradas furtivas que le dirigía a Remus cuando hablaba, la forma de hablar de él, era lo que Harry veía en Hermione. Se preocupa por él. Y el encuentro había sido tan extraño.

-Hola, ¿Como estas?-preguntó sentándose frente a ella y acarició ligeramente su mano, era extraño.

-Lo siento... señor, pero le trajimos la ropa y algunas pertenencias -inquirió una sanadora, depositando la bolsa en una mesita cercana a Harry.

-Gracias -contestó Harry. La mujer asintió y salió del lugar. Harry miró el contenido de la bolsa, eran algunos papeles, se separo de Belem para tomar algo que llamo su atención, era pequeño y brillaba, abrió la bolsa y sacó aquel metal brillante, que no era más que un anillo. Nunca lo había visto, al menos no recuerda que Remus le comentará sobre algún presente, hurgó en la bolsa y sacó una pequeña cajita que sin duda le parecía demasiado sospechosa, miró con detenimiento el anillo y lo vio. Fue extraño, ver a contraluz que algo se reflejaba en él, una especie de escudo, miró a Belem sin comprender muy bien, pero guardó el anillo en su pantalón. -Estarás bien... y Sirius también -susurró débilmente al tiempo que acariciaba su mano y se despedía de ella.

No necesitaba deducir que ese pequeño objeto, no había sido regalo de Remus, tal vez alguien más estaba al tanto de ellos. Necesitaba hablar con alguien que le entendiera, no Ron, alguien que no le conociera lo suficiente y que fuera bueno en lo que hacía, a pesar de sentir cierto retorcijón en el estomago por la incomodidad de saber que esa persona no era otra que Malfoy.

Además ¿Que no había quedado Malfoy en buscarlo? Nunca en toda su vida, pensó necesitar de la opinión de Malfoy y si se lo hubiesen dicho años atrás, seguro hechizaría a esa persona, pero no iba a negar que la platica que habían tenido le sonó parecida. Si bien Draco no perdía su forma de ser (que ya era mucho decir) en el fondo (y muy en el fondo) sabía que algo en él había cambiado.

Pero ¿Como buscar a alguien que no conoces? Como podría llegar a la casa de Malfoy sino estaba conciente de su dirección, pero era auror y podía alegar que necesitaba su dirección para alguna interrogación, frunció ligeramente el ceño, comenzaba a dudar realmente si el ser auror era su verdadera vocación.

No tardo en llegar al ministerio y pedir la dirección, todo su departamento estaba buscando pistas, algunos de sus compañeros tenían fotos del centro y de esa extraña marca que estaba puesta, un joven que conocía muy poco se acercó a él.

-Señor, hemos revisado el lugar y necesitamos la autorización para hacer preguntas - Harry miró con desgano al muchacho.

-Bien, hagan eso y denme el reporte en la oficina -el muchacho asintió.

Entro a su oficina y se dejo caer pesadamente en el asiento, no tardo ni varios segundos, cuando su secretaria entraba con una hoja en su mano.

-¿Se siente bien?-preguntó al dejarle el documento frente a él, Harry respiró con cierta dificultad y asintió. La joven salió del lugar. Cerró sus ojos en un acto de cansancio y tomó la hoja para abrirlos y leer la dirección. Que rapidez había cuando se trataba de ser él. Miró hacia la puerta con ese dejo de pensar que todo lo que pasaba no era más que un producto de su mente, que definitivamente se estaba volviendo loco.

"Sabes que no es así" le dijo la voz de su conciencia y sonrió con cierta nostalgia. Y de paso necesitaba a Hermione más que nunca. Se llevo la mano al bolsillo y saco la pequeña sortija, si necesitaba actuar, era tiempo de empezar a unir todo las partes del rompecabezas y de traer a Hermione de vuelta. Porque la necesitaba como el aire que respiraba y sin duda, no quería ver a su amiga como solo su amiga, no quería ser ese extraño y definitivamente no necesitaba enamorarse de Jane porque eran exactamente la misma persona y porque Hermione era su vida.

Se levantó con energías renovadas, era tiempo de que Harry James Potter actuara como lo que era, un Gryffindor y un excelente auror, salió de la oficina, la joven le sonrió y el devolvió el gesto. Si, era hora de que dejará de dudar de lo que hacia, era hora de que pusiera en practica esos años en la academia.

Francia

Abrió ligeramente los ojos, notando el brillo de la mañana colarse por la habitación, se sentía muy bien, estaba descansada y tenía mucho por hacer, el día apenas comenzaba para lo que haría. Sus ojos se centraron en el techo del lugar, ahora le parecía más frío que nunca. Sintió el abrir de la puerta y levantó ligeramente la mirada para ver a Albert sonreírle.

-Lo siento... no quise -pero Samantha negó con la cabeza -¿Tienes hambre?-preguntó, la joven sonrió -Bien, te veo en la cocina -inquirió cerrando la puerta. Samantha se levantó y se cubrió con la sabana.

Olía bien, el aroma del café matutino era lo que ella más amaba y el olor a comida era realmente exquisito, sonrió divertida al oír el gruñido de su estomago, reclamándole por algo de comida, vio a Albert sirviendo en una taza el líquido negro y lo puso frente a él.

-¿Despertó Arianna?-preguntó sentándose en frente de la taza humeante.

-Anoche, esta cansada y la deje dormir más tiempo, esta mejor -Samantha sonrió por aquello y tomo la taza entre sus manos, era reconfortante sentir el calor colarse por sus manos.

-Tengo malas noticias -la joven le vio -Como tengo costumbre de leer el periódico por la mañana y además, me mandaron del departamento la siguiente nota - el saco un pequeño pergamino de su pantalón. Samantha dudo en tomarlo, estaba segura que no era algo bueno, sin embargo lo tomó. Sus orbes cafés se centraron en la impecable letra de su ex-superior. Era extraño.

Auror Albert River:

Por motivos de desaparición por parte de los aurores: Draco Malfoy y Samantha Lavat, manifiesto que el departamento quedará a manos suyas y de su compañera Arianna Goodrem. También quiero tenerle al tanto de la posible razón por la desaparición de la Señorita Lavat, pido de antemano que investigue el suceso que pasó en la mansión Lavat. Ya que al parecer hubo tres muertes. Agradezco su inmediata respuesta.

Ex-Jefe de la Academia y Departamento de Aurors.

Curvó una sonrisa y notó la mirada del chico.

-No le veo la gracia a esto -inquirió posando sus orbes en ella.

-¡Es grandioso! Aunque no entiendo... -el chico le miró mucho más confundido.

-¿Grandioso? A que te refieres exactamente con eso de que es grandioso, creen que estás desaparecida y Malfoy también -la castaña levantó la mirada y sonrió.

-¿No lo ves? Eso quiere decir que no sabían que tú y Aris estaban conmigo -

-En eso tienes razón... ¿Pero que haremos?- Samantha pareció meditarlo, tomó la azúcar, vertió dos cucharaditas y un poco de leche, revolvió y cuando sintió el líquido atravesar su garganta respondió.

-Bien, Albert contestarás y dirás que te harás personalmente cargo de esto, irás a reconocer mi cuerpo -el chico la iba a interrumpir pero ella le hizo callar con una ademán -Se que parece una locura, pero así podrás darme el tiempo suficiente hasta que se den cuenta.

-¡Un momento! Y que diré de los otros - la joven cerró un momento los ojos.

-Eso si no sé, no sé porque hay tres cuerpos... tengo la ligera sospecha que la elfina los puso -Sam tomó un panecillo y lo llevo a su boca. Albert miró con el ceño fruncido.

-Bien, entonces diré que son mortífagos -

-¡¡No! No puedes decir que lo son, déjalo como amigos y que aún no son reconocidos - dio otro mordisco y vio fijamente a Albert. Tenía que contarle al menos un poco de lo que pasaba. Tomó un poco de aire y le miró -¿Has escuchado algo sobre los oráculos?-

-Un poco si ¿Que tiene que ver eso?- la joven dio otro sorbo al contenido de su taza.

-Ayer en la mansión algo me fue revelado, algo que como te dije no supe interpretar hasta hoy o al menos tengo la ligera sospecha- Albert le mira atento y ella solo aspiro una bocanada de aire.

-Algo menciono la elfina... -

-Bien Albert, tengo la ligera sospecha que soy una especie de oráculo, puedo predecir el futuro en algunos aspectos y modificarlo -el joven abrió la boca ligeramente.

-¿Que tú que? Estas diciendo que... puedes ver el futuro ¿Como una adivinadora?- ella meneó su cabeza de izquierda a derecha.

-En realidad creo que tengo el don de detener el tiempo, es algo así como una tarea que me fue asignada... -

-Es-spera, espera... no te entiendo. ¿El tiempo? -Samantha frunció ligeramente el ceño ¿Como explicarle a su compañero?

-Alguna vez has leído sobre el tiempo, sobre que es -el chico meneo la cabeza.

-Pues se que es algo que existe, pero de que puedas controlarlo, me suena cómico. En serio Sam, no juegues con eso -

-¡¡Yo no juego con nada! -

-Mira Sam, tal vez anoche te afecto lo de la mansión, pero decir que tienes el don de modificar el tiempo, no es creíble -Albert giró para servirse un poco de desayuno y Sam, suspiró resignada, dio un sorbo más.

-Debes creerme, no estoy loca. Ni siquiera tengo las ganas de inventar algo así -el chico se giró para verla.

-Digamos que te creo. ¿En que te ayudará eso? Y ¿A que te refieres con tarea?-

-Pues me explicaron que el tiempo se encargaba de escoger un portador... -

-En realidad, eso es una leyenda -Albert y Sam se giraron para ver a Aris sonreírles.

-¡¿Qué!-preguntaron ambos.

-Una vez leí, acerca del tiempo y es curioso porque lo hice en esta casa -los ojos de Sam se detuvieron en ella acusadoramente -Si, cuando Draco y yo estuvimos juntos y me refiero a que fuera mi tutor, no ha otra cosa.

-¿Entonces? Quieres decir... -inquirió Albert. Aris miró a ambos y se colocó a un lado de ella. Tomó el suficiente aire para comenzar a contarle a ambos aquel recuerdo.

-Draco y yo habíamos terminado de entrenar y como todo caballero me invito a tomar un poco de agua, así que cuando entre y me senté en uno de los sillones vi un libro entreabierto, era un poco mediano y las hojas parecían estar tan dañadas, como si solo se hubiese encargado de leer.

-¿Entonces? ¿Es cierto?-Albert miró a Sam y luego a Aris.

-Exactamente que decía el libro Aris-

-Bueno el libro decía algo sobre una leyenda, ya sabes que los cuentos o leyendas se inician por amor o algo absurdo. Así que según recuerdo se decía que el tiempo un ser indescriptible pero que existe. Dueño de las horas, minutos terminó bajo los encantos de un mortal corriente… un muggle sin poderes mágicos y según recuerdo, decidió dejar la maldición a los hijos de este muggle como castigo, aunque muchos de ellos lo usaron para profetizar y otros para cambiar las cosas – Aris tomó un vaso de agua y dio un ligero sorbo, para mirar a los chicos – Y en tu caso un don.

-No puedo creerlo –susurró débilmente el chico, mientras miraba a Samantha –Siempre creía que eras algo extrañada- la castaña frunció ligeramente el ceño.

-Pues gracias –inquirió sarcásticamente – Entonces ¿me creen?-su amiga colocó una mano en su hombro y sonrió.

-Yo siempre creó en ti – el muchacho miró dudoso para luego sonreírle.

-Y yo también ex-jefa – Samantha sonrió y miro a ambos.

Era tiempo de que ella comenzará a resolver su destino. Era momento que decidiera entre lo correcto y lo que debería hacer, apretó con fuerza el pequeño collar que colgaba de su cuello. Sonrió con satisfacción al ver a sus dos compañeros y amigos. Y algo dentro de ella, algo que nacía de su pecho y viajaba por todo su cuerpo, le hacía sentir bien, completa. No hacia falta que Draco estuviera a su lado, abría el suficiente tiempo para enfrentarlo y para encontrarlo.

Continuará…

Notas de autor: WoW tan rápido actualicé, ni yo me lo creo. Bueno prometí no caps largos y no revueltos, además que ya no distanciare lo de Francia porque ya todo ocurre en Londres. Y los siguientes puntos importantes.

Primero: Si lo notan ahora no publique nada de canciones, quise terminar un capítulo no clave. Me refiero a que aquí trate de juntar las hebras de la historia que no tenían coherencia como el anillo de Belem.

Segundo: Cuando recién me leía de nuevo la historia, me di cuenta de varios fallos que yo misma cometí y que espero que nadie los haya notado, si fue así una gran disculpa. (En relación HHR, HS, HHR y DS)

Tercero: La historia a partir del capítulo siguiente viene más melosa. Me refiero parte Lemmon (No tan explicito) pero sip, viene también revelaciones de muchas cosas y como también se acerca el final ya viene por fin la batalla final.

El capítulo siguiente se llama: Cicatrices es un capítulo muy corto todo recurrente en Francia.

Luego viene el capítulo 19 que se llama Borrando el amor.

Ahora lo que más me gusta hacer jiji. Contestarles los reviews.

Monik: Niña. Gracias por seguirme y yo que pensé que nadie seguiría. Muchas gracias, espero este capítulo no sea tan oO fuera de lo que llevo. Pero ya estoy en la recta final.

Amps14: ¿Ana? Sigues aquí. Me alegra de sobremanera que aún me leas, con historias como las tuyas, nunca pensé tenerte entre mis lectoras y agradezco de corazón que sigas leyéndome : Aio casi llora : al leer tu review, espero no confundir más la historia. El caso de Sam se explica en los siguientes capítulos, pero aquí doy más la idea. En grandes rasgos tiene la capacidad de cambiar el tiempo e interferir en el. Sam y Draco. Bueno no sé, hay muchas cosas que aún no termino.

Sis Belem: No se que decirte. Yo adoro lo que escribes y me alegra aún más que te siga gustando lo que escribo. Realmente eres un gran apoyo. Espero pronto puedas visitarme D ya sabes que mi casa te tiene las puertas abiertas.

Holanda: Bueno antes que nada. Muchas gracias. Y pues aún ¬¬ insisto que ese club no merece estar ahí jeje. Bueno eso del falló en actualizar siempre me pasa, mis bloqueos fueron más constantes y muchos me preguntaron si tardaba tanto ¿Entonces porque escribía song-fics? Lo único que respondí coherentemente es que cuando escucho una canción siempre surge una historia, cuando escribo Bea, se que existe una historia y es difícil volver a tomar las riendas, pero espero no ser más tediosa y tajar de una vez todo. Ya se acerca el final y espero seguir teniéndote de lectora.

Nyssia: Con tenerte de nuevo en la lectura me haces muy feliz. Pero una pregunta ¿Cuándo actualizas? Ya quiero leer más de tu fic. Ya quiero ver más Godric y Rowena. Espero te guste capítulo y pueda leer pronto de tu fic, porque muero por la actualización.

Muchas gracias a los que siguen soportándome xDD.

Spoiler: Cicatrices.

No parecía ser cierto, el viento golpeaba con suavidad sus cabellos castaños. Hacia apenas unos meses que había dejado Londres y ahora estaba en la estación londinense, sintiendo de pronto que alguien la miraba. No necesito sacar su varita para darse cuenta que era alguien conocido.

-Acompáñeme por favor-susurró la voz, mientras ella sonría.

De nuevo en Londres pensó y acomodo su cabello hacia atrás con elegancia.