Todos los personajes aquí presentes son del maestro Tolkien
y los tomamos prestados para divertirlos.Por favor, no pierdan el
tiempo en demandas
Capítulo 10: La Fiesta
Las cosas nunca habían estado tan bien en Formenos. Los hijos de Feanor estaban muy contentos de ver a sus padres juntos de nuevo. Nerdanel y Curufinwe, por algún extraño motivo se levantaban de muy buen humor cada día. Maedhros quiso mejorar los lazos con las demás casas de los Eldar y principalmente celebrar la nueva amistad con la Dama Blanca, por lo que decidió organizar una fiesta.
Las invitaciones empezaron a ser enviadas pocos días después. En toda Valinor se comentaba la inesperada celebración. Aún así algunos elfos, en su mayoría Teleri, se mostraban reacios.
-¿Y si es alguna trampa de Feanaro para terminar de consumar su venganza?- se preguntaban.
Thranduil estaba decidido a no asistir.Pero Legolas no iba a darse por vencido tan fácilmente.
-¡Mira padre¡Por él tengo cabello de nuevo¡Por él dejaste de ser un enano¡El señor Feanaro se merece todo nuestro respeto y debemos agradecerle todo lo que ha hecho!- gritaba Legolas furioso-Sería una descortesía no asistir a su fiesta.
-¡Nadie le pidió que hiciera nada!-replicó Thranduil.
-¡Está bien¡No vayas! Pero le pediré a Gimli que te haga compañía. Probablemente te diviertas con él tanto como Thingol con los enanos de Nogrod-exclamó Hojaverde.
Su padre palideció ante estas palabras y no le quedó más remedio que aceptar.
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En casa de Elrond, los gemelos discutían sobre las vestimentas que se pondrían.
-Gracias a Eru, la abuela no está para decirnos que usar- comentó Elladan.
-Con eso de que ahora, es la sobrina favorita del señor Curufinwe, no deja de ir a tomar el té- se burló Elrohir.
-Recuerdas cuando nos hizo ponernos aquellos vestidos- dijo Elladan con cara de asco.
-¿Los del estampado de flores¡Francamente espantoso! -se estremeció Elrohir, ante el simple recuerdo de esos trajes.
-Por fin ¿que te pondrás?-preguntó su gemelo.
-El azul- respondió Elrohir, señalando una hermosa túnica azul marino, con hilos de plata en el cuello.
-¡Ese era el que yo quería!- saltó su hermano.
-¡Iremos igual¡De nuevo!- resopló Elrohir.
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Por fin había llegado el día de la gran fiesta.Formenos presentaba un aspecto totalmente festivo.De los árboles colgaban lámparas de mithril que Celebrimbor había labrado, se escuchaban los cánticos de Maglor y Legolas que animaban el ambiente. Muchas mesas se habían dispuesto en los jardines, alrededor de las fuentes que rezumaban agua.
En la entrada principal Amrod y Amras recibían a los diversos invitados, pero con especial esmeros a las invitadas solteras.
-Buenas noches mis bellas damas- saludó Amrod a un par de elfas.
-Espero que se encuentren bien, aunque con ese aspecto no lo dudo- les sonrió coquetamente Amras.
Las hermosas elfas soltaron risas nerviosas y se sonrojaron. Entretanto los gemelos sintieron que unas manos se cerraban sobres sus hombros.
-Ustedes, par de casanovas, están impidiendo el paso- escucharon la voz de Feanor, divertido.
-¡PADRE! –exclamaron los dos. Feanor se reía a carcajadas.
-¡Pasen, por favor!- se apresuraron a decir los gemelos.
Cuando hubieron llegado todos los invitados, la celebración dio inicio. Manwe, sentado con los demás Valar en sus sitiales de honor, se aclaró la garganta y dijo:
-Ahora que todos hemos olvidado nuestras diferencias pasadas, queda decir una cosa¡A divertirse!
La música comenzó a sonar nuevamente. Muchos bailarines se acercaron al amplio espacio que se había reservado como pista de baile. Para sorpresa de muchos, se veían a los Noldor y Teleri juntos, disfrutando.
Elladan, Elrohir y Legolas se encontraban muy animados, cerca de la mesa de las bebidas, con una copa en la mano. Misteriosamente varias de las fuentes que contenían las bebidas estaban considerablemente vacías.
Más allá, Aredhel y Maedhros bailaban muy juntos y emocionados. Eol y Maeglin estaban en una esquina. El elfo oscuro no dejaba de murmurar y observar a Ar-Feiniel con cara de enojo, mientras que su hijo no le quitaba el ojo de encima a Idril, a quien Tuor tenía abrazada. Eol no soportó más ver a la que había sido su esposa con otro, por lo que se acercó a la pareja.
-Aredhel ¿te gustaría bailar conmigo?- preguntó cínicamente.
-¿Te atreves siquiera a dirigirme la palabra?- preguntó ella, completamente atónita.
-Mmm…será que debo recordarte que una lanza arrojada por tu mano envió a cierta persona a Mandos-dijo Maedhros mordazmente.
-¡Tú no te metas!- bramó Eol.
-Espera se me olvidaba decirte que los que roban a las hijas de los Noldor, en esta caso tú querida Aredhel, y las desposan sin dote o autorización no ganan parentesco con nosotros- dijo lentamente Maedhros.
Eol se marchó, sin decir nada. Aredhel miraba a su primo con ojos brillantes. Nerdanel y Feanor, que aparecieron tomados de la mano y las ropas en desorden, vieron a su hijo con orgullo.
Era tanta la paz, que Elrond y Celebrían estaban muy acaramelados, ante las caras de desconcierto de sus hijos. Celeborn y Galadriel conversaban animadamente(a la elfa ya no le habían vuelto a dar arranques de locura). Celebrimbor, que al parecer ya no prestaba atención a la Dama Blanca, platicaba con una bella elfa Vanyar llamada Erubadhriel.
Sin embargo, no todos se estaban divirtiendo, como Amarie, que llevaba cerca de una hora tratando de llamar la atención de Finrod Felagund. El elfo haciendo gala de una gran indiferencia, la ignoraba por completo.
Al cabo de un rato, los siete hijos de Feanor (Maedhros del brazo con Aredhel) le hacían señas a Legolas, Elladan y Elrohir para que se acercaran. Ellos los siguieron tambaleantes.
-¡Hip! Señor Feanaro, mis amigos y yo nos preguntábamos…¡hip!..hace un rato…como es que usted… ¡hip!...logró encontrar la cura…-inquirió bien borracho Hojaverde.
Feanor lo miró sumamente divertido.
- Elemental, mi querido Legolas. Yo supe quién lo hizo.
-¿CÓMO?-exclamaron todos.
-¿Quién lo hizo, papá? –preguntó Curufin.
Feanor frunció el entrecejo.
-Pues quien más que el maldito traidor, asesino de Morgoth.
-¿QUÉ!- gritaron todos.
Curufinwe sacó el pequeño frasquito que le hubieron entregado los hijos de Elrond.
- Al parecer el idiota no ha perdido el hábito de marcar sus cosas. Aún recuerdo cuando nos visitó aquí, su capa de viaje traía escrito Melkor por todas partes. Miren con esto-y les tendió algunos cristales que el había hecho, con los que las cosas se veían más grandes.
Uno a uno, observaron de cerca el frasquito. En la parte de abajo, una leyenda en letras pequeñísimas, rezaba: Propiedad de Melkor. ¡Muahahaha!
-Y sabiendo como piensa él, fue fácil encontrar el remedio- sonrió orgulloso, ante las caras de asombro.
- Debo admitir una cosa,…¡hip!... Señor Feanaro, como ya dije antes… ¡hip!…usted es el elfo más asombroso que haya existido… ¡hip!-le dijo Legolas, que a pesar de la embriaguez, no dejaba de elogiar a Feanor.
-Gracias hijo-le respondió el Noldo, con una palmada en el hombro.
Una vez aclarado todo, se dispusieron a seguir disfrutando. Elladan y Elrohir, aparecieron en media pista, con una vara larga de plata, que cada uno sostenía por los extremos.
- ¡Atención todos! Queremos enseñarles un baile que aprendimos en Rohan. Se llama El Limbo- anunció Elladan - Es muy divertido. Mientras bajamos la vara al son de la música, deben ir pasando bajo ella- explicó Elrohir.
Legolas se aprestó a tocar una especie de tambores mientras Maglor usaba el cuerno. Una fila se formó rápidamente, para sorpresa de los presentes, Celegorm, Curufin y Caranthir fueron los primeros en bailar, moviendo tropicalmente los hombros, los demás los imitaron (Maedhros aún acompañado por Aredhel), hasta los Valar se apuntaron al nuevo y extravagante baile.
Nadie pudo negar que a partir de allí, los días en Valinor fueron más dichosos.
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Tan grande fue la fiesta que hasta al Vacío Intemporal llegaron los acordes de la música, donde dos personajes discutían.
-¡TÚ Y TU MALDITA MANÍA DE PONERLE TU NOMBRE A LAS COSAS!-bramó Sauron, quien tras la destrucción del Anillo Único, en vez de llegar a los desiertos baldíos, fue a parar misteriosamente al Vacío Intemporal.
-¡Cállate, lo único que en verdad lamento es haber perdido a mi cerdito alado, a quien envié con el frasquito a Valinor. Era mi mascota, mi mejor amigo, lo creé con lo poco que quedó de mis poderes. ¿Y que le pasó¡Esos caníbales se lo comieron!- se lamentó Morgoth.
-¡Hey! Si mal no recuerdo, por seguir a un cerdo alado, vine a dar aquí – recordó Sauron-¡FUISTE TÚ, MALDITO PEDAZO DE Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!
-¡Me sentía solo!- se defendió.
-¿Para que querías que viniera¿Para vernos fracasar otra vez?- replicó Sauron.
-No te preocupes. Ya pensaré en algo ¡Este no es el fin¡Muahahahaha!
Fin
¡Ya está terminado nuestro primer fic! Muchas gracias Beledien por estar ahí siempre, y por tus maravillosos reviews. Disculpa nuestra actitud con respecto a Amarie, pero es que esta elfa nos cae como……bueno, imagínate nada más ¿Atreverse a dejar solo a un Noldo, y no uno cualquiera, sino a Finrod? Pero aclaramos que como Feanor, no hay ninguno. Aunque Maedhros es uno de nuestros favoritos.
¡Vivan Feanor y los buenos feanorianos!
