-Keitaro se que es doloroso, pero te aseguro que en alguna parte te esta esperando esa persona especial y que estará encantada de recibir un obsequio tuyo. – Respondía Motoko con una vos suave, tierna y a la vez sincera.
(Desde luego que Kei se sintió feliz de las lindas palabras que le dijo Motoko, y a su vez no puedo evitar sonrojarse y sentir como su corazón latía a mil).
-Muchísimas gracias Motoko. – diciendo Kei y devolviéndole la sonrisa a Motoko.
-De nada Kei, para eso son los amigos. – Esto ultimo lo dijo con cierta tristeza que desde luego esa tristeza la guardo para si misma, y poder evitarlo allá fue la que abraso a Kei en esta oportunidad.
(Y con este hermoso abraso el reloj marco las 0:00, y sin mas marcaría el comienzo de una hermosa amista y algo mas).
--Pasaron 2 días de la navidad y quedando tan solo 6 días para el nuevo año.
EN LA RESIDENCIA HINATA
-Hola Motoko. – Saludaba alegremente Kei.
-Ha, hola Keitaro, como estas.- Retribuyendo el saludo al muchacho que cautivo su corazón.
-Bien gracias Motoko, este me preguntaba si mañana quisieras ir y si puedes al cine conmigo.- Poniendo carita de perrito abandonado.
-Ha… - Fue lo único que pudo pronunciar ante la invitación de Kei.
-Esta bien Motoko si no quieres no ay problema.- Con cierta desilusión en su rostro.
-No, no, este quiero decir que acepto tu invitación es que me tomaste por sorpresa.- Poniendo su mano en la nuca y riéndose nerviosamente.
-DE VERDAD, que bueno entonces quedamos mañana a la 14:30Hs, esta bien.- esbozando una gran sonrisa.
-Si Kei de acuerdo mañana a las 14:30Hs. – Acercándose y depositando un tierno beso en su mejilla.
(No hace falta decir que Keitaro se súper sonrojo ante esa muestra de cariño de Motoko).
-Hasta mañana Kei. – Se despidió Motoko y salio a toda marcha.
-Motoko. – Fue lo único que pudo pronunciar Kei.
(Ay dios que me ocurre, por que me siento así… será que en realidad siempre estuve enamorado de motoko, se decía Kei así mismo).
-Bueno Kei despierta, no creo que le gustes a ella. – Y así sin más se dirigió a su cuarto para preparar su ropa para mañana.
-Ay dios me invito a salir, no lo puedo creer, será que estoy entrando en su corazón. – Se decía Motoko.
