(Y sin más Keitaro y Motoko disfrutaron de una hermosa película pero principalmente de su mutua compañía).

-Kei estuvo hermosa la película muchas gracias por invitarme. – Tomando a Kei de la mano.

-De nada Motoko me alegro que te allá gustado.- Algo apenado ya que Motoko sujetaba su mano.

(Y así pasaron unos minutos sin decir una sola palabra, hasta que Motoko interrumpió el silencio).

-Kei como sabes solo faltan dos días para año nuevo y me preguntaba… si te gustaría acompañarme al parque y celebrarlo conmigo. – A esta altura la cara de Motoko parecía un semáforo de lo rojo que se encontraba.

-SIII, Motoko me encantaría. – Esbozando una enorme sonrisa.

(Sin percatarse del tiempo ya habían llegado a la entrada de la residencia, y con tan solo una mirada se despidieron y entraron cada uno en su cuarto a recordar la hermosa tarde que compartieron los dos).

(Y en un abrir y cerrar los ojos llego el día en el que sus vidas cambiarían).

-AY, dios que Keitaro no me rechacé. – Se decía Motoko con cierta preocupación.

-Motoko por favor permíteme entrar en tu corazón.- Pronunciaba Kei en forma de ruego.

(Mientra tanto con las chicas Hinata).

-Hey chicas se dieron cuenta que Keitaro y Motoko están, he, mmm, como decirlo mas unidos.- Comentaba Kaolla.

-Pues no me extrañaría que hoy en la noche se declaren.- Pronunciaba Kitzune con un tono picaresco.

-Espero que tengas razón Kitzune, mi sempai se merece ser feliz.- Decía la dulce Shinobu con un dejo de tristeza y felicidad en su voz.

(Cuando uno ama realmente al otro solo desea su felicidad aunque eso signifique su mas profunda tristeza).

-No este no, no, no, AYYY no se que ponerme. – Bufaba Motoko al no poder encontrar que ponerse para Kei.

(Con Keitaro)

-Mmm, espero que le guste este collar que le compre. – Se decía Kei mentalmente mientras se dirigía hacia la residencia.

(Pero el destino se ensaño con Kei, es que venia tan embobado en el obsequio y en que palabras utilizaría para declarársele a Motoko que no se dio cuenta que el semáforo estaba en verde cuando empezó a cruzar la calle, pero fue demasiado tarda cuando lo noto ya un automóvil que circulaba a alta velocidad lo había embestido y haciendo que Kei volara lejos y cayera en el frió asfaltó y que a su ves se cubría de un manto rojo).

(En la residencia).

-MOTOKO, MOTOKO. – Se escuchaba que Shinobu gritaba.