Antología.
El Peor Día.
- Hoy va a ser un buen día. – James se había levantado temprano y empezaba a vestirse. – Sin duda hoy es mi día. – Se decía a sí mismo.
- Buenos días Prongs. – Remus ya estaba listo y sonreía. – Veo que hoy estas muy animado.
- ¿Y cómo no estarlo? Hoy es San Valentín.
- Oh, es verdad, lo había olvidado. – Remus no entendía muy bien a donde quería llegar, pero James se le acercó.
- ¿Sabes cuántos chocolates, galletas y besos recibiré hoy? – James se acercó al calendario y le mostró a Remus la fecha bien marcada como si se tratase del calendario de una chica. – Este año pienso ganarle a Pad.
- ¿Ganarle? – El joven de ojos dorados no comprendía muy bien.
- El año pasado le saludaron más chicas a él que a mí. Desde que entramos a Howarts hacemos esto, hasta ahora vamos empatados, pero este año yo ganaré.
- En tus sueños Prongs. – Sirius ya se había despertado y participaba de la conversación. – A menos claro que uses un filtro de amor.
- ¿Ah si? Eso va para ti.
- Se te oye muy confiado. – El moreno terminó de vestirse y se acercó a su amigo. - ¿Apostarías lo que sea a que ganas?
- Lo que sea. – Los ojos de James brillaban decididos.
- Perfecto, entonces el que gane le pedirá algo, lo que sea, al perdedor. ¿Hecho?
- Hecho.
- Hagamos un juramento irrompible con Moony de testigo.
- ¿Desconfías de mi Padfoot?
- ¿Cómo lo digo cortésmente? Pues si.
- De acuerdo.
Y luego de esto, Remus hizo el juramento. Quien perdiera tendría que cumplir o moriría.
El día transcurrió de lo más normal: En el desayuno unas 15 chicas se le acercaron a Sirius. Unas 7 le dieron chocolates, 3 galletas y las otras 5 un beso en la mejilla.
- Estas de suerte Pad. – Remus veía el rostro sonriente de Sirius.
- No es suerte, es encanto natural. – Cogió una galleta y la mordió. – De seguro le gano a ese Prongs.
- Si, bueno, como sea. – Petter miraba alrededor. - ¿Dónde está?
- No ha venido a desayunar. – Remus miraba también alrededor.
Durante el resto del día no vieron a James en ningún lugar. No fue a ninguna clase, no desayunó ni almorzó y no estaba ni en su cuarto ni en la sala común. A la hora de cenar, Remus y Petter estaban más que preocupados.
- Pad, creo que será mejor buscarlo con el mapa.
- ¿Tu crees? Para mi que se esta escondiendo.
- Vamos Sirius, ¿cómo demonios se va a estar escondiendo por tanto tiempo? – Sin duda Remus estaba muy preocupado.
- De acuerdo, vamos.
Los tres comieron rápidamente y subieron casi corriendo las escaleras. Dijeron al unísono la contraseña y entraron en busca del mapa pero no lo hallaron.
- ¡Demonios, ese Prongs! – Dijo un molesto Sirius. – De seguro se llevo él el mapa.
- Separémonos y busquemos en el castillo. – Remus miró su reloj. – En una hora nos vemos aquí con o sin Prongs.
- De acuerdo. – Y se separaron.
Remus fue hacia las mazmorras, Petter recorrería los pasillos y Sirius iría a las torres. Pasaron casi 20 minutos hasta que Sirius llegó a la torre de adivinación, gracias a su transformación en perro negro había llegado hasta la parte superior con una relativa rapidez.
Lo primero que vio fue la ventana abierta. Había una sombra sentada frente a ella.
- ¿Prongs?
El joven de anteojos se volteó y dejó ver su cara llena de besos y algo molesto. – Algo tarde para buscarme, pero en fin.
- ¿Qué te pasó? – El moreno miró su rostro. – ¿Qué demonios te han hecho?
- Arg, una loca de 5to. Se podría decir que me secuestró. Me tuvo encerrado aquí todo el día, de a ratos me daba algo de comer y un beso.
- ¿Por qué no te fuiste?
- La puerta estaba cerrada por fuera, me fue imposible salir, ni siquiera tenía mi varita.
- Vaya. – Sirius se sentó a su lado. – Así que recibiste un super saludo, ¿eh?
- No fastidies, no tienes porqué decirme cuantas te saludaron, lo vi con el mapa. Unas 50, ¿no?
- La verdad fueron 48. – Sirius rió al ver el rostro enojado de su amigo. – No te molestes, vamos Prongs.
- Hoy ha sido el peor día de mi vida… ¿Qué quieres?
- ¿Querer? Si te refieres a la apuesta dala por cancelada, al final ninguno de los 48 saludos merecía mi tiempo. Ninguna de ellas llama mi atención. – Miró a James. – Ninguna sabe besar.
- Si no cumplo voy a morir, pide cualquier tontería.
- ¿Lo que sea? ¿Seguro Prongs?
- Ya ándale, pero rápido que quiero irme de aquí.
El moreno se acercó al oído de James. – Sólo quiero un verdadero beso. – Le susurró.
James enrojeció ante tal petición, pero ¿qué podía hacer? Un juramento irrompible no se quebrantaba.
Miró a Sirius. No sabía que podía hacer, pero el moreno tomó el rostro de su mejor amigo y lo besó. Fue un beso corto pero significativo. James sintió un cosquilleo en todo el cuerpo. Ambos habían besado antes pero nunca con tanto sentimiento.
Ambos regresaron a la sala común justo al mismo tiempo que regresaban Remus y Petter. Dentro de la habitación, James les contó a estos sobre lo del secuestro y que gracias a Sirius había logrado salir, pero no sobre el beso, simplemente era algo que sólo debían saber ellos.
- Pero, ¿y la apuesta? – Preguntó Petter.
- Cancelada.
- Hoy no fue tu día Prongs. – Remus miró a James. – Eso de que te secuestren.
- Nada de eso. – James sonreía. – Hoy ha sido el mejor día de mi vida.
Petter y Remus sólo se miraban sin entender. Había sido el mejor día de su vida, pero nadie tenía porqué enterarse de la razón.
Fin.
N/A: La segunda historia, no Lemon pero algo de Slash . Algo más romanticota, bueno ni tanto U. ¿Por qué le pidió eso? ¿Habrá sido una especie de declaración o simplemente quería un buen beso? Ni yo sé XD.
La segunda pareja de mi antología es SiriusxJames. Bueno, es una amistad de casi toda una vida puede surgir el amor.
Sobre el juramento irrompible si existe. Lo saqué de una lista de hechizos de Harry Potter. En efecto, como dice en el fic: Una tercera persona tiene que ser testigo y si no cumples, mueres.
Nos vemos la próxima semana con una historia más, dejen alguna opción si quieren, estoy sin ideas XD.
Comentarios, sugerencias para los próximos capítulos, quejas dejen un Review.
Tsukimine Watanabe
