Capitulo IV
"Salimos todos a dar una vuelta por Tokio... ¿Por qué no nos alcanzan?"
- ¡Ehhh¿Qué clase de mensaje es este?... ¡Primero me manda a lavar y ahora me abandona! Mala amiga... Ya veras...
- ¿Que dice la nota Misao-san?
- Ah... Ya me había olvidado... Lo siento. Es de Kaoru - dijo la Okashira haciendo pucheros. - Dice que se "fueron a dar una vuelta" - Mientras destruía la nota. - Dice que los alcancemos cuando terminemos.
- Supongo que no nos queda otra que ir tras ellos... - Le contestó Soujiro, que ya comenzaba andar.
Misao se quedo mirándolo por unos segundos. - Quizá esta sea una buena oportunidad para conocernos mejor. Él puede hacerme olvidar al baka de mi Aoshi-sama. ¡MISAO NO BAKA¿Qué estás pensando?... - Tarde. Ya lo había agarrado de la manga. Él se detuvo y volteo a verla.
- ¿Qué sucede Misao-san?
- Ehh... Nada. Es solo que... pensé que... ya que Kaoru y los demás se fueron... y nos dejaron solos... pues... NO ME PARECE JUSTO QUE VALLAMOS TRAS ELLOS - Soltó recordando el enojo de hace unos momentos.
- Entonces - Sonriendo ante la reacción de su compañera. - ¿Qué te parece si nosotros salimos por nuestra cuenta? Podemos ir a la orilla del río y pasar la tarde ahí... Y ahora que lo pienso, podría preparar algo para que comiéramos más tarde.
Eso si que sorprendió a Misao. Jamás espero que su berrinche caprichoso pudiera ponerla en esa situación. Cuando pensó en Aoshi hace unos momentos, no imaginaba a Soujiro como una posibilidad real. Lo miró. Esta vez, lo miro con atención. No era feo, por el contrario, era muy lindo. Quizá no tanto como su Aoshi-sama, pero sonreía. Sonreía de esa manera tan hermosa. Le daba calma, como si todos sus problemas, todas las cosas que en Kyoto solían sacarle el sueño, desaparecieran con solo verlo. En ese instante lo decidió. ÉL seria su plan.
Soujiro, en cambio, no dejó volar su imaginación de esa manera. Como es natural, él solo había pensado en alegrarla. Después de todo, no quería que estuviera triste. Ya la había visto así cuando llegó y después de haberla visto radiante y de buen humor, no quería mas que seguir viéndola brillar. Lo que en ese momento no pensó o no quiso pensar, es hasta que punto dependía esa felicidad de él. Como sea, cualquier indicio de idea en su cabeza desapareció en un instante. Al ver su respuesta.
Ella asintió. - ¡Si! Me encantaría ir al río Sou-chan.
- Y bien, Kenshin¿Qué dices ahora de mi plan? - Dijo Kaoru con una sonrisa perversa.
- Bien Kaoru, creo que está vez lo has hecho. Buen plan
- ¿Verdad que si? Ves Kenshin. Sano si reconoce mi esfuerzo.
- Es cierto Ken, debemos reconocer que la mapache hizo un buen trabajo dejando solos a esos dos. - Dijo Megumi con sus orejas de zorro. - Jojojojo.
- No entiendo qué hacemos todos aquí escondidos.
- Ay Yahiko. Este no es un tema para niños pequeños... ¿Por qué no te vas a jugar?
- No es justo...
- Ya enano. No te quejes.
- ¡A QUIÉN LE DICES ENANO?
- ¡SHHHHHH! Nos van a descubrir. - Dijo Kaoru, antes de que los tres comenzaran una pequeña guerra.
- Son imposibles... - Murmuró Kenshin.
- Idiotas. - Dijo Megumi.
- ¿Nos vamos?
- Si, ya tengo todo listo.
- ¿No quieres que te ayude con algo Sou-chan?
- No, así estoy bien Misao. Mejor salgamos ya o se va a hacer tarde.
- ¡SI!
- Es increíble... No puedo creer que no nos hayan oído.
- Eso es porque mi plan fue perfecto. - Comentó Kaoru orgullosa. - Ahora solo hay que esperar... Ya veras cuando vuelvan por la tarde... Es más, podría hacerles todo un berrinche porque no nos buscaron. Misao se va a poner TAN incomoda. Jejeje (NdlA.: Léase: risa perversa.). ¿ Lo imaginas? Va a ser de lo mejor. Misao se va a poner roja y se va a delatar. Seguro que ya le gusta Soujiro. Mi plan fue TAN perfecto que--
Una vez más, Kaoru se quedó delirando sola. Sano y Yahiko se fueron juntos sin decir nada, luego de murmurar algo que solo ellos entendieron. Megumi dijo algo de sus pacientes y desapareció. Él único que se quedó fue Kenshin. Pero el tampoco la escuchó. Aprovechó el momento para volver a su tarea preferida: lavar la ropa. Eso no pareció afectar a Kaoru que era feliz soñando despierta y vanagloriándose de su plan, aun cuando nadie la escuchara. Parecía inmersa en sus propias fantasías.
Kenshin, en cambio, usó su tiempo libre de gente peleándose, gritando y molestando, para pensar tranquilo. No había combinación mejor que el lavado y una buena meditación.
- Una vez más, creo que esto se está saliendo de control. Aunque tengo que reconocer, que muy a pesar del plan de Kaoru, la iniciativa de esa salida salió de ellos. Solo que nuestra "ausencia" ayudo a que se diera. Tal vez esto si haga feliz a Misao. Cuando llegó ayer parecía tan triste... En cambio hoy, cuando estaba con Soujiro... Su mirada pareció iluminarse. Creo que Soujiro también lo notó, por eso debe haberla invitado a que pasaran la tarde juntos. Me pregunto si él podrá sentir algo por Misao. - Pensaba Kenshin indiferente a la perorata de su mujer, que ya estaba hablando de matrimonios y viajes de bodas otra vez. - Aoshi... Amigo. ¿Qué estará haciendo él ahora? Esta es una situación complicada. Todos ellos son mis amigos. Pero me temo que si esto sigue así alguno va a salir lastimado. Si como yo creo, Aoshi siente algo, aunque sea muy en el fondo, por Misao; él jamás podrá ser feliz. Creo que es hora de que yo también intervenga un poco en esto. Tu debes saber cual es tu situación ahora, Aoshi. Ya no es igual que durante estos años. Misao puede estar empezando a pensar en otro y tu, amigo, debes saber que está vez puedes perderla. Aun estamos a tiempo de que todo salga bien para todos. Mañana voy a mandarte una carta... Espero que eso sea suficiente para hacerte volver a la realidad.
- Dime Sou-chan ¿No es hermoso?
- Claro que si, Misao.
Estaban sentados a la orilla del rió. En esa época del año las plantas estaban en flor y para Misao no había vista más maravillosa. Se sintió tan feliz, como hacía años que no se sentía. Solo cuando por fin había encontrado a Aoshi había sentido esa felicidad. Quizás, muy en el fondo, comenzaba a sentir algo por ese joven atento que parecía siempre dispuesto a ayudar en todo. Y, lo más importante, había estado dispuesto a alegrarle la tarde...
- Sabes, la primera vez que te vi, ayer en el dojo, pensé que Kaoru se había vuelto loca al dejar que tu te quedaras en su casa. Después de todo, no hace mucho nos hubieras matado a todos nosotros a la sola orden de Shishio. - Dijo un poco apenada. - Pero ahora, que empiezo a conocerte creo que si fue una buena idea. Ahora, tu también puedes ser mi amigo. Y eso me alegra mucho ¿sabes?.
- Yo... No sé que decir... - Contestó confundido.
- No hace falta que digas nada. Es un momento perfecto.
Ambos guardaron silencio durante unos minutos que parecieron eternos.
- Yo estaba enamorada de Aoshi¿sabes? Desde que lo conocí lo ame más que a nada. Cuando era pequeña y mis papas murieron el se hizo cargo de mi. Pero luego se fue. Y yo salí tras él. Lo busque por todo Japón. Y cuando por fin lo encontré fui tan feliz. Fue gracias a Himura. Él fue quien me llevó hasta él. Y lo trajo de vuelta luego de la pelea con Shishio. En ese entonces pensé que ya nada podría salir mal. Él estaba de vuelta en casa y eso era todo lo que necesitaba. Pero se internó en el templo a meditar, culpándose por su pasado... Se culpó aun cuando todos lo habían perdonado. Y yo lo esperé. Lo espere pacientemente durante todo este tiempo pero el nunca sonrió... Y yo... yo... Yo me canse de esperar... - Rompió a llorar. Otra vez. Ese recuerdo, todo ese tiempo dedicado a él... para nada, aun la hacía llorar.
Soujiro no dijo nada. La entendía, aun cuando él había pasado por cosas distintas, también había sufrido. Y sabía que algunas penas no se podían solucionar con palabras. Así que la abrazo esperando a que se calmara.
Se siente tan cálido... Exacto como siempre pensé que se sentiría que Aoshi me abrazara. Soujiro es tan lindo... No se como, pero es la primera vez que me siento reconfortada... - Pensaba Misao
Se quedaron así, abrazados, hasta que el sol empezó a ponerse. Entonces Misao levanto la cabeza y lo miró con su sonrisa más radiante.
Es hermosa. – Pensó él.
- Ya estoy mejor... Gracias.
Soujiro, sin siquiera pensarlo comenzó a acercarse.
Acaso... ¿Acaso me va a besar? - Misao estaba sorprendida, pero no dejó de sonreírle y él se sintió seguro de lo que estaba haciendo.
- ¡CIERA LA BOCA! - Grito Sanosuke. - Nos van a escuchar. - Ahora en un susurro.
Pero ya era tarde. La pareja se había separado. Ese grito fue suficiente para romper el hechizo. Y Misao salto enojada, corriendo hacia el bosque, donde, como esperaba, encontró a Sanosuke y a Yahiko, escondidos tras un árbol.
- ¡QUÉ DEMONIOS HACEN USTEDES DOS AQUÍ?
- Pues... Veras... Nosotros... - Comenzaba a explicar Yahiko.
Ahora si que estamos en problemas... - Pensó Sano.
- Kenshin, ya es tarde... ¿No crees que ya deberían haber regresado?
- Kao, por la mañana no sabias como sacarlos de la casa y ahora ya quieres que vuelvan...
- Es que ya casi es de noche... - Contestó algo preocupada.
- Pues creo que ya no hay de que preocuparse... Ahí los tienes... Y creo que tienen una buena historia para contar.
Kaoru levanto la vista y en la puerta del dojo vio a sus cuatro amigos. - No es posible... - Pensó.
Frente a ella se encontraban de izquierda a derecha, un sonriente Soujiro que parecía muy divertido con la situación, una furiosa Misao dispuesta a matar a cualquiera que se atreviera preguntar. Y, por último, Sano y Yahiko, que aun no sabían donde meterse... Comenzaban a temer que a los golpes de Misao pronto se le sumarían los de Kaoru... O lo que es peor... No los alimentaría. En el peor de los casos, hasta podría obligarlos a comer su comida... Y eso... ese sería el peor de los castigos...
Notas de la Autora: Buenas! Les cuento algo de lo que me paso con este capitulo. Ayer, tipo dos de la madrigada, se cayo la conexión... Fue tan angustiante... Como estaba aburrida empece a escribir. Y salio esto. Creo que desde el primer capitulo no me habia vuelto a sentir realizada con lo que escribia. Este capitulo me gusto. Mucho. Y me dio una idea final de que es lo que quiero seguir haciendo con esta historia. Ya ven que Kenshin va a buscar a Aoshi... Ademas sigo siendo feliz con los delirios de Kaoru. Siento que ella junto con Sano y Yahiko, le dieron a esta historia su segunda clasificacion: Humor.
Ademas, ya tengo pensado que es lo que va a pasar en los proximos capitulos y eso me ayuda a dejar los temas mas inconclusos. Por ejemplo la inminente aparición de Aoshi... Y la creciente (ahora si) relacion entre Misao y Soujiro.
Asi que... Soy una escritora feliz... Por lo menos por ahora...
Besos a todas y nos leemos la proxima...
Usa Akagi
