Capítulo V
- Dios... Esas mujeres van a matarnos si siguen así.
- Sano tiene razón. ¡Kenshin! Deberías decirle a la busu que nos trate un poco mejor.
- Mira que dejarnos sin comer...
- Yahiko, sabes que si Kaoru-dono te escucha llamándola busu no solo no habrás comido hoy si no que no comerás por el resto de tus días. Y tu Sano, deberías tener más cuidado. Yahiko es un niño, pero tú eres un desastre. Ya dejen de comportarse como crios. - Dijo un enojado, aunque paciente Kenshin.
- Ya... Ni modo.. Quizás aun pueda encontrar abierto al Akabeko. Nos vemos mañana. - Saludó Sano y se fue. No fuera cosa de que aparecieran Kaoru o Misao otra vez y comenzaran a pegarle.
- Yo también me voy... Hoy fue un día muy largo y ya quiero dormir. Hasta mañana Kenshin - Dijo Yahiko, pero cuando miró a Soujiro no supo que decir. Solo hizo un gesto a modo de saludo.
- Hasta mañana Yahiko. - Contestaron los dos espadachines.
Por un momento pareció que ninguno de los dos iba a decir nada, pero Kenshin necesitaba saber que le pasaba a Soujiro.
- ¿Quieres tomar un poco de té?
- Eso estaría bien Himura-san. Me gustaría tomar un poco de té...
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
- ¡DIOS! No lo puedo creer... Dices... dices ¿qué casi te besa?
- Si Kaoru... Estoy segura. Si el par de tarados esos no hubieran aparecido... - Dijo Misao algo entristecida.
- Entonces... ¿Si te pasa algo con él? - Soltó una emocionada Kaoru.
- Pues... No lo sé. De a momentos siento que si... Pero luego, me siento confundida. - Dijo la Okashira, ahora confundida. - Ya dejemos este tema Kaoru. Apenas lo estoy conociendo... El tiempo dirá... Buenas Noches. - dijo ya saliendo de la habitación, rumbo a la suya.
- Supongo que ya no tiene sentido insistir. Pero esto me gusta. Si sigue así pronto se va a enamorar y Soujiro parece corresponderle. Esto es perfecto... Así ya solo es cuestión de tiempo. - Pensó ilusionada la kendoka.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Mientras tanto, los dos espadachines se encontraban tomando té. En silencio. Kenshin parecía no encontrar las palabras adecuadas para hablarle a Soujiro. De repente se sintió como un padre que iba a interrogar al novio de su hija... Esto si que era incomodo. No sabía que decir. Necesitaba saber cuales eran las intenciones de Soujiro, pero no quería ser irrespetuoso haciendo el tipo de preguntas que Kaoru solía hacer y que a él no hacían más que ponerlo nervioso por lo indiscreto.
Soujiro, en cambio, estaba de lo más tranquilo. Sabía que Kenshin quería hablarle de Misao y la incomodidad de su acompañante no hacía más que despertar su buen humor. Le causaba gracia ver al Hitokiri Battosai incomodo por algo tan simple, aunque lo había visto así ya varias veces con su anfitriona, jamás pensó que él pudiera provocar esa incomodidad en Kenshin.
- Supongo que quieres saber que pasó esta tarde¿verdad? - Esto si que divertía a Soujiro.
- Ehh... Si... No es porque quiera perseguirlos ni nada de eso, es solo que Misao ha tenido problemas y de verdad me preocupa. Supongo que has visto lo vivaz que puede ser, pero desde que llegó no ha estado muy bien. Y simplemente no quisiera verla sufrir. - Dijo Kenshin tratando de no sonar como Kaoru lo haría. Esa idea le daba miedo.
- Entiendo. Ella me contó de su historia con Shinomori y veo que sufrió mucho por su culpa. Así que entiendo tu preocupación. Puedes preguntar lo que quieras. Seré sincero. - Le contestó el ex-juppongatana ya más serio para que su compañero supiera que hablaba en serio.
Esa respuesta tomó a Kenshin desprevenido. No imaginaba está situación. Pero de inmediato se repuso y decidió ser sincero el también.
- Sé que apenas se conocen. Pero cuando llegaste no me dijiste que alguna mujer estuviera en tus planes. ¿Es así? Indistintamente de que sea Misao o cualquier otra. ¿Estás pensando en empezar una relación?
- Pues, la verdad es que no lo había pensado. Supongo que ahora tendré que hacerlo. No lo sé... Pero creo que si me enamorara, sea quien fuere la mujer, entonces ella formaría parte de mis planes. Si me pasara lo que te pasó con Kaoru-dono no podría dejarlo pasar. Me gustaría formar una familia... En algún momento...
- Esa mujer¿podría ser Misao? Quiero decir, cuando yo conocí a Kaoru supe que aun cuando nada sucediera entre ella y yo, yo iba a protegerla siempre, hasta que ella me alejara.
- Eso es más difícil. Yo apenas estoy conociendo a Misao. Me parece una persona hermosa. Tiene tanta alegría y tanto amor para dar. Es como un libro abierto, tan expresiva. Pero es una pregunta difícil, porque no quiero decirte algo ahora que puede no ser la verdad finalmente. - Lo pensó por un momento. - En este momento siento que algo me une a ella. No sé que es. Pero sé que hay algo. De todos modos no quiero decirte que me voy a enamorar... Porque podría pasar que ella y yo termináramos siendo amigos.
- Entiendo... Ya no quiero molestarte más con esto... Pero tus palabras me dejan más tranquilo. - Dijo el ex-rurouni con una sonrisa de tranquilidad en el rostro.
- No hay problema. Me alegra que Misao tenga gente que se preocupe por ella como tu... Aunque es una pena que Shinomori no sienta igual. Pero siéntete libre de preguntarme cuando quieras y si no te molesta, yo también quería preguntarte algo. - Al instante Kenshin asintió. - ¿Crees que Shinomori no sienta nada por Misao?
- Pues... Esa también es una pregunta difícil. No lo sé. Él se preocupa por ella, de eso estoy seguro. Pero no sé cuanto es lo que siente y cuanto lo que reprime por sentirse culpable... Aoshi es una persona demasiado complicada... - Contestó mientras se rascaba la cabeza, algo confundido. - Pero es mejor que ya nos vayamos a dormir. Buenas noches. - Dijo dando por finalizada la conversación.
- Gracias, buenas noches a ti también.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
- ¡BUENOS DÍAS! - Gritó Kaoru nomás apareció por la mañana. Ya todos estábamos sentados a la mesa, menos Kenshin.
- Buenos di-- Nadie terminó de responderle, porque ella nos interrumpió... Menudo habito había tomado Kaoru.
- ¿Dónde está Kenshin?
- Aquí. - Le respondió Himura desde atrás. Esa mañana había salido muy temprano otra vez. Cuando me levanté solo quedaban Sou-chan que lavaba en el patio y Yahiko que recién se había levantado. Como Sou-chan estaba ocupado yo había hecho el desayuno y nomás entrar en la cocina ya estaba escuchando la voz de Sano que extrañamente se había levantado temprano. - Seguro que vino temprano porque ayer no cenó... BAKA. - Pensé, pero la voz de Kaoru me devolvió a la realidad, yo también estaba tomando un mal habito; el de perderme en mis pensamientos.
- ¿Dónde estuviste? - Dijo mientras se sentaba.
- Fui a dejar una carta al correo.
- ¿Para quién? - Inquirió Sanosuke con la boca llena.
- Para Aoshi.
Todos lo miramos. Pero nadie estuvo tan sorprendido como yo. - ¿Qué hacia Keshin mandándole una carta a Aoshi? - Pensé.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Más temprano, esa misma mañana Kenshin caminaba camino al correo.
Si todo sale como espero, Aoshi estará aquí en una semana. Debo explicárselo a Kaoru... No tiene sentido que intente ocultar esto. Porque de todos modos todos lo sabrán tarde o temprano. Lo mejor es que me invente una excusa ahora y me ahorre explicaciones incomodas luego. Les diré hoy mismo a todos que lo invité a que viniera unos días al menos, porque nos debíamos la ceremonia del té. Además pronto florecerán los cerezos y Aoshi querrá visitar a unos viejos amigos en esa época. Por eso quise que se sintiera cómodo y acompañado... Una horrorosa explicación Kenshin... Eres un desastre. Pero si lo digo con decisión nadie preguntara más. - Pensaba cuando ya estaba llegando al correo.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
De vuelta en el dojo, Kenshin acababa de terminar con su explicación. Ni Sano, que estaba concentrado más en el desayuno que en la explicación, ni Yahiko que aun era chico, sospecharon nada. Sin embargo Kaoru estaba molesta, ella sabia que había otra razón pero se daba cuenta de que Kenshin no diría más, por lo menos por ahora. Misao quería decir algo, pero había entendido a que se refería Kenshin con "unos viejos amigos" y en el fondo se sentía feliz de que Aoshi viniera... ella también quería visitarlos y solo Aoshi podría llevarla.
El único que aun sonreía era Soujiro que había entendido. Quizá no se lo hubiera dicho la noche anterior, pero el ex-rurouni no estaba seguro de los sentimientos de Aoshi. - Por eso tanta preocupación. - Pensó. - No quiere que nadie salga lastimado. Por eso quiere que Aoshi tenga una nueva oportunidad con Misao. Esto será, por lo menos, divertido... Shinomori ¿qué harás ahora?.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Por la tarde llegó Megumi acompañada de Ayame y Susume que venían a jugar con "Ken-san y Sou-san". A esa hora Kaoru estaba despidiendo a sus alumnos y se alegro de ver a Megumi, que era la única que compartía su plena pasión en el "Plan SM" como lo habían titulado. Misao había salido después del desayuno diciendo que tenia ganas de caminar. Así que nomás termino de saludar, la doctora se fue a hablar con la kendoka.
- ¡Qué? No es posible... Como pudo ser tan idiota invitando a Aoshi
- Es lo mismo que pensé yo. Pero así es como es. - Dijo la mapache mientras le pasaba un humeante té a la zorra
- Tarado. - Masculló antes de beber un poco de su té. - Estuve pensando que podríamos hacer que Misao use unos kimonos...
Insértese aquí, la nueva y excelente ocasión para que las mujeres dejen volar su imaginación en uno de los asuntos oficiales: ROPA.
Ajenos a todo eso Kenshin y Soujiro jugaban con la niñas que adoraban a su nuevo objeto de bromas. Ahora eran dos los que les seguían el juego y eso había hecho que pasaran en aquel dojo más tardes de las habituales. Los dos adultos lejos de molestarse, disfrutaban de esos momentos, ya que eran de los pocos que podían pasar juntos. El resto del tiempo siempre había alguien más a su alrededor.
- ¿Y bien¿Cómo estuvo tu día?
- Bien. Dedicado al lavado...jeje - Se rió el ex-juppongatana. - La idea de invitar a Shinomori es buena, pero no creo que venga.
Eso sorprendió a Kenshin pero al instante entendió que a él no podía ocultarle nada. Ellos eran demasiado parecidos.
- Pues si. - Contestó. - Tienes razón. También lo pensé. Así que es probable que en estos días haga un pequeño vije a Kyoto.
- Supongo que pretendes ver cuanto de real tiene tu teoría.
- Si. Necesito hablar claramente con Aoshi. Si el está decidido voy a hablar con Kaoru. Quisiera que le ofreciera a Misao hacer de si visita algo indefinido. No quisiera que vuelva a Kyoto a hacerse ilusiones falsas...
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Kyoto. La mañana siguiente.
- Buenos días Okon.
- Buen día Omasu. El te está listo. ¿Puedes llevarle esa carta también?
- ¿Carta¿De quién es?
- De Kenshin... - Dijo algo resignada.
- Parece que no todo está tan bien. Kenshin ya mandó a llamar a Aoshi. Era tan obvio. Entonces ya todo se decidirá pronto.
- Eso parece...
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
- Aoshi-san, su té y una carta. - Se los dejo y se fue. Sabía que si Misao no había obtenido respuesta menos la obtendría ella.
Aoshi tomó su té en calma. Luego miró la bandeja. - ¿Una carta? Himura...
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Notas de la Autora: Buenas! La verdad es que tardé más, porque no me mandaron ningún review...Snifffffff... Y yo esperaba recibir al menos uno... Porque estoy medio desorientada con esto y no se para donde ir... por eso está todo medio en el aire otra vez ¿Se notó?
Bueno...Nos leemos la próxima.
Besos a todas.
Usa Akagi
