Capítulo VI

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Por la tarde, cuando ya no quedaban muchos clientes en el Aoiya, Aoshi regresó del templo. Desde la ventana de la cocina, tanto Omasu como Okon lo vieron llegar. Al instante ellas se miraron entre sí y antes de que nadie pudiera notarlo, la primera ya había echado a correr.

- ¿Qué decía la carta Aoshi-san¿Algún problema? - Dijo la ninja aun agitada. - No quiero ser irrespetuosa pero usted nunca regresa tan temprano y espero que no--

- No pasa nada en Tokio. - Le contestó Aoshi, siempre impasible.

Eso desilusionó a Omasu que esperaba que le anunciara su partida. Pero no fue así...

- Parece que Aoshi va a necesitar de mucho más que una carta para salir del Aoiya. - Comentó la ninja ya de vuelta en la cocina. Ella y Okon ya estaban haciendo la cena y aprovecharon el momento para hablar de la llegada de la esperada carta desde Tokio.

- Es increíble. Hubiera jurado que Himura le invitaría a pasar una temporada allí. - Le contestó Okon.

- No te desilusiones. Estoy segura de que así fue. Pero ya sabemos como es Aoshi. Apuesto lo que quieras a que Himura vendrá cuando vea que no llega. - Dijo una ilusionada Omasu.

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Mas temprano, ese mismo día.

- Misao-dono. - La llamó Soujiro.

- ¿Eh?... ¡Ah, Soujiro, dime... - Contestó la ninja.

- Quería saber si le gustaría salir hoy otra vez. Como hace unos días.

- ¡Claro que si! Eso me encantaría. Pero ya deja de tratarme de usted. Dime solo Misao.

- Bien, entonces voy a preparar algo para com--

- ¡NO!... - Él la miró sorprendido. - Quiero decir, no te preocupes. Está vez me toca a mí. - Dijo una sonriente Misao.

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- Bien Kenshin, ya deje pasar un día y no pienso esperar más. Ahora mismo me dices porque invitaste Aoshi.

Kenshin estaba en una situación complicada. Sabía que esto podía pasar, pero no podía explicarle a Kaoru sus verdaderos motivos. Desde que anuncio el asunto de la carta venía evitando esta conversación, pero evidentemente ya no podría esquivarla. A menos que...

- ¡Kaoru¡Himura! Menos mal que los encuentro. ¿Interrumpo algo? - Dijo Misao entrando en la sala.

- Claro que no, Misao-dono. - Se apresuró a contestar el ex-Hitokiri.

- Bien, entonces quería decirles que Soujiro y yo saldremos un rato. - Y salió corriendo. La verdad es que la posibilidad de que Kaoru empezara con las preguntas otra vez le aterraba. Además quería que todo fuera normal esa tarde.

- ¡Ya ves! Misao está contenta ahora y tu lo único que haces es preocuparla con esa estúpida invitación. - Dijo uno enojada Kaoru. Misao la había dejado con las palabras en la boca pero al menos podía descargarse con Kenshin. Ya luego hablaría con Misao.

Kenshin no dijo nada. Esperaba que las cosas siguieran su curso y temía que, tal y como previno Soujiro, él mismo tuviera que ir a buscar a Aoshi. Veía que nada de lo que habló con Soujiro había hecho diferencias.

Y así pasaron los días. Pronto las salidas de Misao y Soujiro se hicieron mas frecuentes, lo que no sorprendió a Kenshin que ya se lo esperaba. También suponía que nada sabría de Aoshi y así había sido. Tal y como lo había previsto el joven rurouni, Aoshi no dio señal de vida. Misao tampoco preguntó nada, aunque para sus adentros se hizo miles de cuestionamientos, de eso solo se enteraron sus amigos cuanto todo hubo acabado. Y si no hubiera sido porque otra cosa ocupó toda su atención Kaoru se hubiera preocupado porque su amiga no le dijera nada. Pero para ese entonces, Kenshin y Kaoru entraron en su primer gran crisis. Kaoru se enojó porque él siguió negándose a dar explicaciones y Kenshin se refugió nuevamente en el lavado, labor que quedo temporalmente desocupada dado que ahora Soujiro pasaba más tiempo con Misao que en la casa. Fue un mes largo y tedioso para todos, salvo para Misao y Soujiro que parecían sacados de otra historia. Ellos pasaron el mes prácticamente indistintos a todo a su alrededor. Casi no estaban en el dojo porque habían hecho de la orilla del rió su lugar más frecuente. Tanto fue así, que Kaoru se encontró a sí misma yendo a buscar a su amiga al rió como si se tratara de otra habitación de la casa.

Sanosuke emprendió lo que él denomino "un viaje de descanso", que era más bien un viaje de escape porque Kaoru estaba pasando una de esas etapas donde no soportaba ni a su sombra. Y como ya nadie quedaba que le prestara un poco de atención, Yahiko partió con el también.

Susume y Ayame dejaron paulatinamente sus visitas al dojo porque entendieron que sin Soujiro y con un Kenshin completamente ausente no había nada allí que pudiera entretenerlas. Megumi también aprovechó esa etapa. Decidió que era el momento perfecto para emprender un viaje. Y cumplida la primera semana apareció en el dojo anunciando su partida. Quería viajar a Alemania para aprender las nuevas técnicas de la medicina.

Así que para finales de mes el dojo estaba casi vació. El carácter de Kaoru se puso aun más agrio. No podía entender como era que Kenshin se hubiese entregado al mutismo de esa manera. Ella se pasaba los días entre la cocina y entrenar a sus estudiantes. Normalmente hubiese sido desastroso, pero como ni Misao ni Soujiro comían en casa no padecieron de su comida. Kenshin no se vio afectado porque había decidido no hablarle a su mujer hasta que fuera más madura. Y pronto Kaoru desistió con la cocina también. Avocada solo al entrenamiento, dejó que su carácter se pusiera más intratable de lo que se creía posible.

Para finales de mes Kenshin también anunció su partida. Soujiro fue el único que entendió lo que estaba pasando y por esa misma razón el también partió. Pero eso no pareció afectar a Misao que se negó a hablar con Kaoru de nada de lo que pasaba con Soujiro. En cambio, se entrego por completo a la tarea de reanimar a su amiga. Pasaron solas en el dojo todo el mes de febrero y eso fue suficiente para calmar el animo de la kendoka.

Para los primeros días de Marzo llegaron unos renovados Sanosuke y Yahiko, que se alegraron de ver que los ánimos se habían calmado. Increíblemente pasaron una excelente quincena, durante la cual casi no hubo peleas fuertes ente ellos. Cada uno realizaba sus tareas, es decir: Kaoru trabajaba copiosamente, para no preocuparse por Kenshin que aun seguía sin dar señales de vida; Misao se dedicó completamente a ayudar en las labores de la casa y a tranquilizar a su amiga. Pasó toda la quincena explicándole que Soujiro había ido con Kenshin y que nada podía pasarles. Sanosuke no hizo nada, que es, en idioma de él, estar ocupado todo el día con cosas importantes y Yahiko se quedó en el dojo lo más tranquilo que le fue posible; inspirado por la renovada Misao empezó a entender que no podía volver loca a la mujer que lo cuidaba y se comportó como todo un adolescente normal.

Pero toda esa paz comenzó a desvanecerse con la llegada de la segunda mitad de marzo, Kaoru empezaba a perder el control de sí misma. Sin embargo ya no hubo necesidad de mucho más esfuerzos de parte de Misao para cuidarla, porque el 23 de Marzo apareció en la puerta del dojo el grupo más disparejo jamás imaginado.

Kenshin y Soujiro habían regresado y trajeron con ellos a las nuevas visitas, Shinomori Aoshi y Seijuro Hiko.

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Notas de la Autora:Bueno, esto salió de mi cabeza asi derepente asi que casi ni lo revise. Y mil perdones por no decir más...pero me tengo que ira bañar.

Besos.

yoshi: Que puedo decir...a mi me encanta que te encante.

sakura waters: Review incompleto? Si lo que ibas a decir es que queres ver que pasa...pues, yo tambien quiero ver que pasa.

skaevan: GRACIAS! que lindo quie pienses que este desastre escribe bien...Besos

alexandra shinomori: jejejee...tomando mi bache...si puede ser que se lo merezca.

Emina-chan: gracias y perdon por no hacer más largo el capitulo...pero es que no podia llenarlo de cosas sin sentido y me parece que asi esta bien...

gabyhyatt: Bueno, ahora veremos que pasa con Aoshi...jejejee

ceres: Gracias...Me encanta que les guste. Y todabia sigo sin saber bien que hacer con esta historia...

Milly: gracias...y perdon por la tardanza...

Saludos a todos y nos leemos la proxima.

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