Son of the Serpent
By: Nakuru10
Capitulo II: Atrapada por el enemigo
Trató de correr, de alejarse del lago e ir a avisar a los demás. De entre los árboles se oyó una voz.
"Impedimenta!"
El hechizo le dio de lleno y virginia cayó al suelo No puede ser! pesó desesperada. Si tan solo recordase el contra-hechizo.
"Expeliarmus!" gritó aplastando uno de los Mortífagos contra los árboles. No iban a derrotarla tan fácilmente.
El efecto del hechizo había pasado y pudo moverse nuevamente. Pero los Mortífagos no la dejarían escapar sin dar pelea. Será difícil enfrentarse a veinte Mortífagos ella sola. La tenían rodeada.
"Expeliarmus!"
"Protego!" Bastardos infelices. ¿Qué era lo que querían de ella? Matarla, sin duda. Si es así eran todos unos cobardes. Usar veinte Mortífagos contra una adolescente era muy bajo.
"No te escaparás Weasley" Dijo de pronto una voz que arrastraba las palabras. "Como no pudieron escapar tus estupidos hermanos."
"Valla Lucius" Dijo Virginia incorporándose. El tono sarcástico había vuelto a apoderarse de ella. "Pensé que aun estabas pudriéndote en Azkaban. Aunque así es mejor. Prefiero vengarme por mis propias manos."
"No me hagas reír Weasley." Fue acercándose a Virginia con aire pedante. "No podrías conjurar un Crusiatus, ni aunque tu miserable vida dependiera de ello." Terminó casi escupiendo las palabras en su rostro.
Virginia le dirigió una mirada llena de oído antes de que sus labios pronunciasen la maldición.
"Crucio!"
Malfoy la miró con los ojos completamente abiertos antes de caer de rodillas por el dolor. De la misma forma en que la miraron el resto de los Mortífagos: Atónitos.
Quería verlo de rodillas, verlo gritar de dolor, rogar por piedad. Ver a Lucius Malfoy rebajado a lo que realmente era: nada.
Malfoy se retorcía de dolor en el suelo. El muy bastardo no pediría piedad, era lógico, lo único más grande que su ego era su orgullo. Sin importar lo que hiciera; por un Crucio o un Avada Kedabra Lucius Malfoy moriría esa noche.
Solo había un problema. La maldición le estaba drenando la poca energía que le quedaba. El mareo y las nauseas volvieron a invadir su cuerpo.
¿Por qué tenia que estar embarazada justo ahora?... vamos ¡Solo unos segundos más! pensaba desesperada.
Podía oír el desgarrador grito de Malfoy, sabía que pronto moriría gracias a sus gritos todos en Hogwarts se enterarían de que estaba en problemas; además no quería que sufriera una muerte rápida. Sin mencionar que su cuerpo no soportaría conjurar un Avada Kedabra.
Silencio. El cuerpo inerte de Lucius Malfoy yacía en el piso, el resto de los Mortífagos no habían hecho nada por impedirlo.
¿Ves? Ni siquiera a tus 'compañeros' les importaste. Pensó totalmente cansada, pero satisfecha con la muerte de su enemigo. ¿Dónde están todos¿Por qué no llegan?
Sus piernas ya no aguantaron el peso de su cuerpo. Cayó de rodillas en el suelo. Se apoyó con las manos sin soltar la varita, se rehusaba a que ningún Mortífago la matase. Pero de pronto oyó un hechizo.
"Desmaius!"
De pronto todo su mundo se volvió negro.
Se despertó de pronto, un rayo de luz le daba directo en la cara. Una vista panorámica la hizo conciente de que no estaba en ningún lugar conocido. A su mente volvieron los sucesos de la noche anterior.
"Los Mortífagos!" dijo sobresaltándose.
Rápidamente se bajó de la cama de dosel en la que encontraba. El suelo era frió y hecho de mármol. Se calzó unas pantuflas que había en un costado, y se percató de que no llevaba su uniforme, sino una finísima bata de seda.
No tenía ni la menor idea de donde se encontraba, estaba segura de que alguien la había salvado, pero ¿Quién, y por qué no la había llevado a la enfermería?
O tal vez se encontrase en casa de algún Mortífago. Seguramente estaban molestos por la muerte de Malfoy Padre y esperaban a que ella despertara para darle una muerte aun más dolorosa que la que ella le había dado.
Vamos Virginia. No seas tan drástica oyó decir a alguien en su cabeza.
"¿Quién es usted?" Preguntó con un hilo de voz. No hubo respuesta.
Estaba decidida a salir de ese lugar. Cerca de la puerta vio un sofá en el cual alguien había dejado ropa limpia. Se la puso, para no andar por aquella casa en una bata casi transparente como aquella.
Cuando estuvo lista abrió un poco la puerta, lo suficiente como para poder salir por ella. Se encontró en el extremo de un pasillo enorme repleto de puertas a diestra y siniestra en ninguna parte del interminable pasillo había ventana alguna que le indicase meramente en donde se encontraba. Estaba bastante confundida y se dio la vuelta para observar la puerta de la habitación de la que había salido.
Se trataba de una antigua puerta de caoba realmente elegante con decorados de serpientes hechos en plata por todo el rededor. Observó entonces las demás puertas, todas eran exactamente iguales, incluso las antorchas que estaban sujetas a las paredes tenían grabados de serpientes. La recorrió un escalofrío al imaginarse al pobre del Prof. Lupin entre tanta plata.
"No es momento de pensar en eso" Se dijo con más seguridad de la que realmente sentía.
Lentamente empezó a caminar, algo le decía que si iba al final del pasillo encontraría la salida. A diestra y siniestra nuevas puertas aparecían pero no había ni rastro del final y solo alcanzaba a ver lo que las antorchas le permitían.
De pronto la desesperación la invadió por completo y empezó a correr. Las antorchas se encendían y apagaban a su paso dejándole ver tan solo 5 puertas a la vez de cada lado. Algo de ese lugar le recordaba mucho a las mazmorras de Hogwarts y a su memoria volvió la sonrisa de satisfacción que tenia Snape al verla desmayarse en el mismo centro de su despacho, luego de haberle dicho lo de Bill.
Corrió más a prisa, pero por mucho que se adentraba en las profundidades de aquel laberinto de un solo sentido esperando, al menos, encontrar una puerta justo en frente que le diese paso a la salida, solo se encontraba una y otra vez con la misma Oscuridad inquebrantable.
Se detuvo de pronto al percatarse de que de una de las puertas a su derecha brotaba una extraña luz azulada. Y algo que no había pensado antes la sorprendió. Tal vez la salida no se encontrase al final de aquel pasillo, incluso cabía la posibilidad de que ni siquiera tuviese final alguno; La respuesta era bastante obvia ¿Pero cómo no se había dado cuenta antes? Con paso firme se dirigió hacia la puerta de la cual provenía la extraña luz y extendió la mano hacia el picaporte en forma de serpiente.
Al fin Pensó agotada por la larga carrera.
La emoción la embargo por completo. Podía sentir que había algo realmente importante tras esa puerta. Giró lentamente el picaporte y confirmó que, precisamente, aquella puerta era…
La puerta equivocada.
"Bienvenida seas, Virginia" La saludó un joven de unos 16 años. Piel blanca, cabello negro como la noche. Y unos ojos que ella conocía muy bien, tal vez, demasiado.
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Nakuru: (celebrando) Weeeeee! Ya tengo el 2do. Capitulo!
Nicolás¿Qué hice para merecer esto?
Nakuru: Apostar contra mí! (Arroja muchísimo dinero en el aire)
Nicolás: ¬¬ ya veras…recuperaré mi dinero!
Nakuru: (cantando desafinadamente) Sueeeeeñaaaaaa….!
Jo: Jefa¿Por qué no mejor se concentra en responder los reviews?
Nakuru: (revisando el computador) ¿Los¡Pero si solo me mandaron UNO!
Jo: Vamos jefa, pero es nada…
Nakuru: Es cierto
Nicolás: Con lo mal que escribes me sorprende que alguien halla perdido su tiempo en eso ¬¬
Nakuru: No hagas caso!
belial16: Me encanta que pienses que mi historia es diferente! Gracias XD Para complacerte Tom salió al final de este capitulo…aunque pensaba empezar por el siguiente…. Espero que te halla gustado este capitulo (y q sigas dejando review)
Nicolás: Doblaré mi apuesta! No serás capaz de subir el 3ro.
Nakuru: JA! Eso lo veremos.
Jo: Y para todos aquellos que leen y no dejan review (murmurando)…aunque a veces yo sea una de ellos…RECUERDEN! El botoncito azul que está ahí abajo no muerde!
Todos: Matta Ne!
