Un anillo
Capítulo 33: Decisiones
Legolas caminaba por aquel jardín incrédulo¿cómo había sido capaz de enamorarse de la hija de Manwë? Por Eru ni siquiera era digno de besar la tierra que ella pisaba! Ese no era su lugar, ella pertenecía a las tierras imperecederas. Debió haberlo sospechado, ella era demasiado perfecta como para estar a su alcance
Recordó entonces lo que había hablado con Gandalf aquella mañana en Ithilien, ahora todo tenía sentido, ese era el motivo por el que Isilwen cada vez que cargaba a Isilwen la notaba más ligera
"Esta comenzando a manifestar su esencia- le había explicado el mago- volviéndose cada vez aún más etérea"- obviamente no había entendido nada, es que jamás habría podido imaginar algo como aquello, se encaminó a las afueras de la ciudad, viendo aquel majestuoso barco llegando desde el mar, el mismo barco que se encargaría de alejarla de su lado
¿Cómo Eru había permitido que aquello pasara? Como era posible que por amor se pudiera sufrir tanto? Como había podido equivocarse tanto¿quien era él para atreverse siquiera a dirigirle la palabra?
Pero... aún así no podía arrancarla de su corazón, sintió sus ojos enrojecerse y por primera vez lloró, lloró como no lo había hecho nunca, trepado en aquel árbol, fuera de las murallas de la ciudad lloró sus dolores, sus angustias, sus recuerdos, su amor, jamás creyó tener tantas cosas en su interior, y sin siquiera ser consiente aquella canción salió de sus labios
"Cuanto
vacío hay en esta habitación,
tanta pasión
colgada en la pared.
Cuanta dulzura diluyéndose en el
tiempo,
tantos otoños contigo y sin ti, solo.
Millones
de hojas cayendo en tu cuerpo,
otoños de llanto goteando en
tu piel.
Iluminada y eterna, enfurecida y tranquila,
sobre
una alfombra de hierba
ibas volando dormida.
un imposible
silencio enmudeciendo mi vida
con una lágrima tuya y una
lágrima mía.
Iluminada y eterna, enfurecida y
tranquila
sobre una alfombra de hierba
ibas volando
dormida.
Con una estrella fugaz te confundí la otra noche
y
te pedí tres deseos
mientras duraba tu luz
déjame
llorar.
Déjame llorar, por ti.
Déjame
llorar.
Cuanta nostalgia durmiendo en el desván,
he
declarado mi vida en soledad.
Hago canciones de amor que nunca
olvido,
pues sobre nubes de otoño las escribo,
solo.
Millones de hojas cayendo en tu cuerpo,
otoños de
llanto goteando en tu piel...
Iluminada y eterna, enfurecida y
tranquila,
sobre una alfombra de hierba
ibas volando
dormida.
un imposible silencio enmudeciendo mi vida
con una
lágrima tuya y una lágrima mía.
Iluminada y
eterna, enfurecida y tranquila
sobre una alfombra de hierba
ibas
volando dormida.
Con una estrella fugaz te confundí la otra
noche
y te pedí tres deseos
mientras duraba tu
luz
déjame llorar.
Déjame llorar, por ti.
Déjame
llorar."
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"Gandalf dime que estas bromeando"- rogué, mordiéndome nerviosamente el labio, el negó con la cabeza- "Eru! Esto no puede ser posible"
"Estaba escrito que el niño que naciera en Valinor el mismo día en que el único saliera a la luz sería el encargado de enfrentar a Sauron"- me explicó el mago Blanco con una triste sonrisa- "tus padres te desearon durante mucho tiempo pequeña, y les costó aceptar el destino que Eru te había impuesto, más aún que teniendo en cuenta que, al criarte fuera de las tierras imperecederas tus poderes tardarían en manifestarse, fue por eso que te dieron aquel anillo"
"O sea que no era el poder de Melian el que estuve utilizando todo este tiempo?"- inquirí incrédula
"Sí había poder de Melian en él, pero su único propósito era ayudar a despertar los tuyos, cuando tu poder como Valie despertó plenamente el anillo se deshizo"- explicó Gandalf con calma- "después de tantos años de espera finalmente volverás con ellos a tu hogar"
"Hogar?- pregunté sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas- ellos serán mis padres, pero no puedo llamar hogar a un lugar que abandoné antes de cumplir el año- anuncié- este es mi hogar"- sin más me alejé de allí, en dirección a mi cuarto, pero pronto descubrí que no podía permanecer allí, los recuerdos de la noche anterior palpitaban en mi mente confundiéndome aún más
Me dirigí a la biblioteca, donde estaba segura que nadie me buscaría, no quería irme, no ahora que sabía que él me amaba, pero a la vez mis padres...
Una lágrima surcó mi rostro, la primera de muchas de esa terrible mañana ¿dónde estaría Legolas? Lo necesitaba tanto en ese instante... pero sabía que la noticia lo había shockeado tanto o más que a mí ¿qué pensaría de lo ocurrido¿sería capaz de amarme a pesar de esto?
Me dejé guiar por el llanto, no quería sentir, no quería pensar. En ese mismo instante un magnífico barco blanco y plata llegó al puerto, podía verlo desde mi lugar era realmente asombroso, en las enormes velas reconocí aquel escudo, una hermosa águila llevaba una brillante estrella
Me dejé llevar sin ser del todo consiente hasta el embarcadero, donde aquel estandarte de seda bordado en mithril resplandecía, una pasarela había sido desplegada y dos imponentes figuras comenzaban a descender por ella
Así vi por primera vez a mis padres, envueltos en esa maravillosa luz que solo ellos poseían, eran abrumadoramente hermosos, y no pude evitar sentirme cohibida, me sentí pequeña, infinitamente insignificante ante su grandeza
Mi madre llevaba los dorados cabellos sueltos, adornados con una plateada corona, sus rasgos eran delicados, elegantemente finos, y su piel blanca como la más pura de las nieves, pero sus ojos, fueron esos los que más me maravillaron, y por primera vez pude comprender lo que mis amigos decían sobre los míos, sus ojos eran color plata, como el brillo de aquellas estrellas que ella misma había creado. Su expresión era la más dulce que pudiera recordar nunca, tan llena de sentimientos que no podía terminar de definir
Mi padre en cambio parecía algo más serio, su elegante y severo rostro así me lo mostraban, su piel era algo más oscura, al igual que su cabello, lacio y profundamente negro que yo había heredado, aquellos ojos oscuros me demostraron gran sabiduría, junto con una sencillez y un cariño absoluto.
Sentí mis ojos llenarse de lágrimas en el instante en que mis amigos llegaron a mi lado, poco después los brazos de mi madre me rodeaban, mientras su cabeza caía sobre mi hombro y pude sentir sus lágrimas
"Mi pequeña!- susurró entre lágrimas- aún recuerdo cuando eras un pequeño bultito entre mis brazos"- No tuve palabras para contestar aquello, eran mis padres, los que tanto había ansiado conocer, ellos estaban tan feliz de verme y lo único que pude hacer fue maldecirme mentalmente por lamentar que Legolas no estuviera a mi lado en ese momento.
"Mi pequeña es una jovencita muy hermosa"- murmuró mi padre sonriendo- "Has hecho un magnífico trabajo Olorín"- susurró mirando a Gandalf que se encontraba a pocos metros, mientras yo intentaba ahogar una carcajada
Estaba del todo conciente de que no era una persona fácil, tenía un carácter fuerte, y una personalidad aún más, era muy independiente en comparación a otras féminas, y mis travesuras y ocurrencias distaban bastante de la actitud que cabe esperar de una Valie, aún así era una niña, una pequeña entre los elfos, y aún más entre los Valar, pero a la vez era una mujer en la práctica. Me gustaría saber como intentarían lidiar conmigo mis padres y cuanto tiempo tardarían en darse por vencidos, Gandalf había desistido hace mucho...
Finalmente y después de un rato de lágrimas y presentaciones Aragorn invitó a los Señores de Valinor a su "humilde" morada, cosa en la que insistí esperanzada, deseando encontrar allí a Legolas, pero mis ojos comprobaron lo que mi corazón ya sabía, él no estaba ahí, él estaba sufriendo, y por mucho que me esforzara no podía sentirlo.
"Así que esta es la comunidad del anillo-anunció mi padre- pero falta alguien no es así, de alguien más hablaban nuestras profecías"
"Boromir murió"- explicó Aragorn con dificultad- "y Legolas..."- lo miré, no terminó la frase, cosa que agradecí
"No tenemos noticias de él desde esta mañana"- explicó Gandalf dando por acabado el tema, eso sería algo que debería hablar con ellos a solas, aunque no encontraba la forma
"Bien, me gustaría conocerlo antes de partir, cosa que haremos esta tarde, sin embargo, me gustaría regalaros algo por lo que habéis hecho por toda Arda"- explicó Manwë
"No tenemos otra forma de agradecer los peligros al que os habéis expuesto en forma voluntaria- continuó mi madre en el instante en que aquella caja apareció en sus manos- no los conocemos lo suficiente, pero esperamos que estos regalos sean de vuestro agrado"
"No tenemos palabras para agradecer las atenciones de los Señores de los Valar, grande es nuestra dicha al conoceros, ese es ya suficiente regalo"- anunció el enano dejando a más de uno sorprendido
"Es sorprendente oír tales palabras, aún más viniendo de un enano!- explicó mi padre con una sonrisa- bendecido seas Gimly Hijo de Gloin! Tu y todas tus empresas"- el pobre de Gimly no hizo más que enrojecerse hasta la punta de la oreja y hacer grandes reverencias mientras agradecía emocionado
"El primero y más importante de los regalos es que todos, serán bienvenidos en las tierras imperecederas, si deciden partir, con excepción de tuya Elessar- explicó Varda- puesto que tu destino está ligado al de los hombres"- Aragorn asintió sonriendo, por mucho que había intentado evitarlo finalmente había debido tomar su lugar, y conocía a la perfección cual era su destino
Entre halagos, regalos y agradecimientos pasó el mediodía y parte de la tarde, el tiempo pasaba y a pesar de la alegría de estar finalmente con mis padres, no terminaba de sentirme satisfecha, me faltaba algo para estar totalmente feliz, y yo sabía perfectamente bien que o quien era
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Legolas vio a la distancia el barco, el maldito barco que se llevaría lo único que en verdad le importaba, el único motivo que tenía para continuar con vida era ella, y ahora era para él totalmente imposible, no la merecía, él simple y sencillamente era un elfo, sí un príncipe entre los elfos, pero su pasado era un asco.
Maldijo el día en que sus ojos se habían encontrado, maldijo el haber probado el néctar sagrado de sus labios, la tersura de piel, maldijo lo ocurrido la noche anterior, los maldijo por enamorarlo cada instante, por grabarla aún más fuerte en su corazón, por recordarle aún más que a pesar de todo ella era algo inalcanzable
Su destino estaba sellado: soledad, eso era lo único que comprendía, no podría amar a nadie más, a Tinwel la había querido, la había querido lo suficiente como para confundirse, como para sentirse miserable al saber que era de otro, pero con Isil... aún no entendía como le quedaban fuerzas para respirar, estaba seguro que allí acabaría su vida, ya no le importaba absolutamente nada, tenía solo una opción, la soledad. La misma soledad que Galadriel le había mostrado en su espejo, fue entonces cuando recordó las palabras de la dama Blanca
"pase lo que pase no dejes que ella se vaya, esa será la única forma de que ambos sean felices, no la resignes, lucha por ella, pues muchas dificultades quedan en su camino, Isilwen es mucho más importante de lo que ella misma supone"- recordó, Galadriel sabía lo que les esperaba, conocía los corazones de ambos, y la verdadera naturaleza de Isil desde el principio sería posible acaso...?
Era cierto, la amaba y no debía dejarla ir, si ella lo había aceptado, si a pesar de todo ella lo amaba ¿por qué debía preocuparse inventando nuevos problemas? No quería perderla, no debía perderla, si la amaba ¿por qué hacerlo? Suspiró con pesadez antes de encaminarse de regreso a la ciudad, estaba decidido, se enfrentaría al mismísimo Manwë de ser necesario pero no la perdería
Estaba atardeciendo, debía apresurarse, pues el ocaso era la hora señalada para la partida de los barcos a Valinor, se sintió correr por las calles de la ciudad de forma casi inconsciente, debía llegar hasta ella, debía decirle que la amaba, que no podría vivir sin ella
El inmenso barco parecía cada vez más cerca, se esforzó aún más llegando hasta el lugar en que se encontraban sus amigos en el instante en que Isilwen caminaba por aquella rampa
"Isil!"- gritó con todas sus fuerzas, la chica se dio vuelta con una triste sonrisa, con la que terminó de disipar sus dudas, ella no quería irse, y él haría lo imposible para que no lo hiciera- "Isil te casarías conmigo?"- preguntó finalmente sintiendo aquel extraño nudo en el estómago, el tiempo pareció detenerse, en el instante en que ella lo observaba sorprendida, sin más la joven volteó y comenzó a descender en silencio
Legolas sintió como todos sus músculos se relajaban de inmediato, sintiendo ese bonito latido en su corazón
"Eres tan idiota como para no saber la respuesta?- inquirió la chica con una sonrisa traviesa que lo volvió loco, antes de besar con suavidad sus labios- pero idiota y todo sos el elfo que yo elegí"- el príncipe acarició con ternura su mejilla, hasta que Isil se volteó nerviosa hacia sus padres- "Lo siento, pero aún no volveré con ustedes, mi lugar es este, si me consideraron lo suficientemente madura y adulta como para enfrentar mi destino, les pido que también lo hagan para respetar mi decisión"
"Quien eres?"- le preguntó quien supuso era Manwë
"Legolas Hojaverde"- anunció algo cohibido ante aquella profunda mirada
"Quien es el príncipe del Bosque Negro para privarme de mi hija?"- inquirió con frialdad
"Nadie, mi Señor, yo solo soy un simple elfo que ama a su hija más que su propia vida"- explicó con simpleza, viendo como Manwë volteaba a ver a su esposa, quien sonreía con lágrimas en los ojos
"Qué preparen las cosas- ordenó el Señor de los Valar con voz profunda- al parecer debemos quedarnos a una boda"- ante aquellas palabras agradeció a Eru mientras el aire regresaba a sus pulmones
"Gracias!"- gritó feliz Isil antes de colgarse del cuello del Vala- "te dije que eres el mejor padre del mundo?"- preguntó traviesa
"No- rió su padre- pero podría malacostumbrarme"- los presentes no pudieron evitar reír ante aquello
"ya era hora elfo!"- le indicó Gimly pegándole una patada en el tobillo, junto a los demás que se acercaban a felicitarlos
"Legolas!- lo llamó Manwë- creo que no necesitas saber lo que te ocurrirá si mi pequeñita llega a sufrir no?"- el elfo asintió
"Y yo que creía que mi mayor problema sería Gandalf..." comentó ladeando la cabeza, a lo que los demás rieron con ganas
"Supongo que ya que Isilwen no vendrá con nosotros lo mejor será que nos quedemos un tiempo con ella no?"- opinó Elbereth sonriente junto a su hija, a lo que su esposo aceptó con la cabeza
"Y bien ¿cuándo será la boda?"- preguntó entusiasmada Galadriel comenzando a pensar en los preparativos
"Por qué no esta misma noche?"- preguntó Legolas sonriendo a la joven
"Me parece genial"- aceptó mientras los demás los miraban sorprendidos
"Pero Legolas y tu padre, tu familia y ..."
"Lo entenderán"- indicó el príncipe sonriendo- "Nos casaremos esta noche"
"Definitivamente – suspiró cansadamente Aragorn- ustedes dos no tienen cura"
A la memoria de Claudia
Bien, este es el último capi, solo queda el epílogo, se que prometí actualizar ayer, pero se me hizo imposible, debido a la muerte de mi tia, a quien dedico este capítulo, y es muy importante para mí, va a ser algo dificil para mí superarlo. ESpero disfruten este capi, y me dejen sus comentarios, en verdad me subirían bastante los ánimos, ni hablar, hasta la próxima semana, cuando pondré el epílogo, saludos a todos
