Un anillo

Epílogo

Abrí los ojos al sentir la luz del sol sobre ellos, percibiendo aquel fuerte brazo rodeando mi cintura, era genial despertar así, en los brazos de ese ser que tanto amaba, y que hacía casi un mes se había transformado en mi esposo, su aroma a bosque y esa extraña sensación de seguridad que me provocaba... ni hablar, estaba absolutamente enamorada de mi esposo

¿Quién hubiera dicho en aquel lejano concilio que terminaría siendo así?

No pude evitar sonreír, mientras besaba el calmo rostro

"Legolas es hora de partir"- le indiqué en un susurro cerca de su oreja

"Mmmhfp"

"Legolas... debemos partir hacia Rohan, al entierro de Theoden"- expliqué ahora sacudiéndolo para que se despierte

"Isil, déjame dormir, tengo sueñito"- me pidió con una cara de cachorrito que casi logra convencerme

"No escuchaste nada de lo que dije cierto?"- el negó con la cara enterrada en la almohada- "Partimos a Rohan- repetí- al entierro de Theoden"

"mmm cierto"- comentó soñoliento sentándose al costado de la cama- "pero antes de eso mi linda esposa no quiere darme mi besito de los buenos días?"

"Tu no tienes cura sabías?"- le indiqué sentándome en sus piernas antes de besarlo

"Aragorn me lo recuerda continuamente"- contesto una vez que sus labios se alejaron de lo míos. Después de cambiarnos bajamos al salón principal en donde se encontraban nuestros amigos y mis padres

Las expresiones taciturnas ocuparon ese día y los siguientes hasta que llegamos al corazón de Rohan, a la sencilla, pero no por eso menos hermosa ciudad de Edoras. Las trompetas nos recibieron con tono triste, traíamos el cuerpo de aquel rey de mirada severa y corazón dulce, Eomer marchaba a la cabeza de la comitiva, sintiendo aquel gran peso sobre sus hombros

Los funerales fueron sencillamente emotivos, aquel pueblo amaba a su rey y aquellas canciones así lo demostraron, la gloria de Theoden fue cantada en muchas canciones, no pude evitar una pequeña sonrisa, murió en la forma que tanto había deseado, en batalla, con la gloria de un guerrero, el mayor de los orgullos de su pueblo

Me dolió recordar la primera vez que lo vi, cuando me insinuó que lo mejor sería que me quedara con Eowen, o su sorpresa al enterarse cual era mi misión. Sentí la mano fuerte de Legolas oprimir la mía intentando reconfortarme, sabía que tenía la mala costumbre de encariñarme rápido con la gente, y el Señor de la Marca no había sido la excepción. Pero para sorpresa de todos pronto nos encontramos celebrando una boda, Faramir y Eowen se desposaron aquel mismo día

"Supongo que llegó la hora de partir"- anunció Legolas unas horas después con una pequeña sonrisa, estaba amaneciendo, y los hobbits y Gandalf partirían rumbo a Rivendel y luego a la Comarca, mientras Gimly y Legolas tomarían rumbo hacia las Cavernas Centellantes y el Bosque de Fangorn – "estas segura que quieres quedarte?"- asentí con la cabeza

"Volveré a Minas Tirith junto a mis padres, prometo alcanzarte en el Bosque Negro"- le indiqué- "quiero aprovechar mis últimos días con ellos, no se cuando los vuelva a ver"

"Supongo que tienes razón, pero voy a extrañar verte al despertar"- susurró con una sonrisa

"Sí, me cambias a mí recién levantada por Gimly, obviamente tu eres el que sale perdiendo"-me burlé mientras me abrazaba con fuerza

"Cuídate durante el viaje si? Y no hagas ninguna locura"- me pidió con tono triste- "En el Bosque hay muchas arañas y lobos"

"Sí, y supongo que todos serán lo suficientemente fuertes como para poder con esta desvalida Valie"- comenté con sarcasmo

"Isil..."- ups, al parecer estaba algo molesto, no pude evitar sonreír- "No importa lo poderosa que seas, no puedo evitar sentir preocupación ante la idea de que te expongas a un peligro"

"No te preocupes, llegaré enterita al bosque"- lo calmé besando sus labios cuando los hobbits se acercaron

"No nos gusta interrumpir pero..."- comenzó Merry

"Veníamos a despedirnos"- explicó Frodo en el instante en que nos volvíamos hacia ellos

"Se me van mis Hobbits!- exclamé abrazándolos- pero no puedo dejarlos ir así como así"- les indiqué con una sonrisa cerrando mi puño en el que ahora resplandecía esa plateada luz- "Frodo y Sam, esta es mi insignia- expliqué arrodillándome para colocárselas- si pasa algo solo deben pensar en mí y tocarla, yo estaré allí en segundos entendieron?"- ambos hobbits sonrieron antes de abrazarme con fuerza

"Eres la mejor Isil"- anunció Frodo con una sonrisa- "te extrañaré"

"Y yo a ti- susurré- Sam cuida a tu amo por mi"

"No te preocupes Isil, yo me encargaré de que el Señor Frodo este bien"

"Gimly tu también ven para acá- llamé al enano que se acercaba junto a Aragorn y Arwen- tu también te ganaste esto, a pesar de lo quejoso"- me burlé viéndolo refunfuñar

"Feh! Yo puedo cuidarme solo Isil!"- opinó

"Sí, también Elrohir y Elladan, pero aún así llevan la insignia- le expliqué, en el instante en que sentí aquellas miradas extrañadas, me voltee para encontrar a Aragorn y Legolas observándome- ohh alguien se puso celoso- reí cerrando nuevamente mi puño para crear aquella insignia- pensaba dártela luego pero mejor termino con esto ahora"- anuncié entregándole la cadena a Aragorn

"eh...- suspiró Legolas perplejo, se veía tan tierno- y yo?"- caminé hasta él con una sonrisa, abrazándolo con fuerza, el me abrazó

"Ya es hora de partir"- susurró Galadriel llegando a nuestro lado, besé a Legolas para luego alejarme, se quedó perplejo

"Te amo"- susurré volteando a verlo, me sonrió, antes de dirigirse al establo junto a Gimly, poco después vi partir a mis amigos en distintas direcciones

"Por qué no le diste a Legolas una insignia?"- preguntó Aragorn a mi lado con extrañeza

"Si tiene mi insignia- le indiqué con una sonrisa traviesa- el punto es que aún no lo sabe"- expliqué

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"Alguien está enfadado..."- canturreó Gimly con tono divertido, sobre aquel caballo, habían dejado Edoras al amanecer, ya estaba llegando el mediodía, y su élfico amigo casi no había hablado- "No te entiendo sabes? Deberías estar disfrutando del viaje, no con semejante cara, tanto te cuesta separarte de tu adorada esposita?"

"No es eso enano- le anunció con tono cortante- y si Isil te escucha referirte a ella de ese modo yo no voy a defenderte"

"Lo mejor será que me comporte, Isil puede tener un carácter de los mil demonios cuando se enfada"- aceptó risueño- "aunque a ti no te fue tan mal y en eso de enfadarla eres el campeón"

"Supongo"- suspiró melancólico

"Hey, elfo, ahora si me cansaste- le espetó molesto- me puedes decir que es lo que te pasa?"

"Gimly tu crees que Isil en verdad me ame?"- preguntó finalmente, el enano abrió los ojos perplejo

"Te diste un golpe muy fuerte en la cabeza o es idea mía?"- inquirió molesto

"Es que ella dio una insignia a cada uno de ustedes- explicó- pero yo no tengo ninguna, tal vez es porque no le importo lo suficiente"- susurró con tristeza alzándose de hombros

"Es cierto no te dio una insignia, pero eso no tiene que significar que no te ame- opinó el hijo de Gloin- si no lo hiciera se hubiera ido con sus padres a las Tierras Imperecederas, al fin y al cabo es una Valie, su lugar está allí, no aquí, pero ella prefirió quedarse porque te ama. No se te ocurrió pensar que tal vez por ser marido y mujer están conectados de una forma especial y no necesitan una estúpida cadenita para ello?"

"Puede que tengas razón, pero de todas formas, me hubiera gustado que ella me lo explicara"- sentenció el príncipe con tristeza

"Si quieres nos volvemos y se lo preguntas"- suspiró Gimly cansado

"No, seguiremos adelante, pero que te parece parar para comer?"- inquirió volteando a ver a su amigo con una falsa sonrisa

"Me parece genial, y de paso nos damos un chapuzón en el río, a ver si eso te pone de mejor humor"- el elfo asintió en silencio, ayudando a bajar a su amigo del lomo de Arod, nadar un rato probablemente lo relajaría.

Comieron en silencio, arrullados por el sonido del agua en aquel tranquilo camino

"Y pensar que la última vez que pisamos este camino estábamos en guerra"- comentó Legolas en un suspiro dejándose llevar por los recuerdos

"Querrás decir que cuando recorrimos media Tierra Media estábamos en guerra"- rió el enano – "nos hicimos un pequeño viajecito, aunque no nos faltarán anécdotas para contarles a nuestros nietos"

"Eso no puedo negarlo, cambié mucho en este último año"- comentó comenzando a desabotonarse la chaqueta

"Por supuesto, saliste del Bosque Negro mujeriego, soltero y con una depresión asombrosa, y vuelves mucho más maduro, casado y algo menos depresivo, aunque tienes que mejorar un poco tu autoestima, pero supongo que ya Isil se encargará de eso"- rió Gimly con ganas

"Muy gracioso"-comentó el príncipe con sarcasmo mientras terminaba de desnudarse- "tu ríe todo lo que quieras, yo voy a darme un chapuzón"- sin más se zambulló en el río, mientras Gimly comenzaba a quitarse su pesada armadura

"Ya veras elfo la paliza que te comes por dejarme atrás!"- amenazó con el puño en alto, corriendo para entrar en el agua, nadando llegó hasta su amigo que se encontraba de pie un poco más allá en un lugar en el que él no llegaba al fondo, se encontraba de espalda, y gracias a ello lo descubrió y no pudo evitar la carcajada, lo había hecho de nuevo, Isil se había salido con la suya tomándole nuevamente el pelo, Legolas querría matarla, no había dudas de ello

"Que te ocurre?"- preguntó Legolas dándose la vuelta al ver a su amigo riendo como loco- "qué es tan gracioso?"

"Nada, solo que si tienes una insignia de Isil"- le indicó entre risas, el elfo lo miró molesto

"Ya no te burles si?"- pidió

"En serio, la tienes, pero hasta ahora no te habías dado cuenta, digamos que Isil se aseguró que no puedas perderla- el príncipe lo miró sin entender- en tu espalda, a la altura del hombro"- el elfo dirigió su vista hacia el lugar señalado, y sus ojos no pudieron creerlo, allí estaba aquella insignia, tatuada en su piel en un imposible color plata

"Algo me dice que voy a quedar viudo por mano propia"- comentó molesto, mientras el enano estalló en carcajadas

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Legolas suspiró feliz, el olor de aquellos conocidos árboles, sus caminos, sus tierras, estaba de nuevo en casa, y se encontraba ansioso de volver a ver a su linda esposa, claro, después de darle un buen sermón sobre cierta marca en la espalda, aunque al fin y al cabo ya se había resignado; los elfos lo vieron llegar sorprendidos, más aún porque venía en el mismo caballo que un enano.

Desmontó y ayudó a su amigo a bajar, para luego dirigirse al interior del palacio, donde aquel elfo de largos cabellos rubios y severa expresión

"Por Eru!- comentó feliz abrazándolo- hijo no puedo creerlo! Linwë estará tan feliz de verte de regreso"

"Si claro padre, porque ella estaría tan feliz de verme..."- indicó el príncipe con sarcasmo- "Permíteme presentarte a mi amigo, Gimly, hijo de Gloin"- el rey contempló a su hijo sorprendido mientras el enano hacia una gran reverencia

"Es un placer conocerlo majestad"- murmuró Gimly, mientras el rey correspondía al saludo

"Al parecer han ocurrido muchas cosas- comentó sonriendo- llegaron justo para el almuerzo"- los amigos sonrieron

"Antes que eso padre... no llegó nadie en mi nombre?"- inquirió Legolas ansioso

"No hijo, nadie extraño llegó"-ante aquella respuesta el príncipe miró a Gimly algo tenso

"Tranquilo- aconsejó el enano- probablemente se halla quedado un poco con sus padres"- el rey los observó sin comprender en el instante en que entraron al comedor

"Guau, llegó el mujeriego más grande del mundo!"- exclamó aquella elfa de cabellos rubios y ojos verdes, como pudo apreciar Gimly era muy hermosa

"Yo también te quiero Linwë"- suspiró el príncipe con una sonrisa traviesa sentándose junto a su padre, frente a aquella elfa

Mientras comían Gimly y Legolas relataron su largo viaje, estaban por servir el postre cuando llegó aquel mensajero

"Majestad- informó- acaba de llegar el cambio de guardia de la frontera sur, al parecer traen un prisionero"- los presentes se pusieron de pie para dirigirse al lugar en que los recién llegados guardias se encontraban.

Legolas sonrió al reconocer el caballo de color dorado y la extraña capa de Lorien, mientras aquella capucha cubría el rostro que tanto ansiaba ver, corrió hasta ella mientras su padre observaba sin comprender

"No pudimos quitarle la capucha y se niega a hablar- explicó el guardia a su príncipe- pero no opuso resistencia"- anunció señalando las cuerdas que le sujetaban las manos

"Créeme nadie puede apresarla a menos que ella así lo quiera"- ni bien el príncipe terminó de decir esto las sogas cayeron de sus manos

"Al parecer los modales no entran en la educación de los habitantes de este bosque- susurró esa voz conocida con tono de burla- sus modales son aún peor que los tuyos!"- el príncipe sonrió, y la bajó tomándola de la cintura, mientras la besaba, sin haberle quitado siquiera la capucha que cubría su rostro

"Quien es ella?"- Le preguntó Thanduril con tono cansado a Gimly, lo que menos quería era tener que lidiar con otro de los enredos de su hijo, el enano rió ante la escena, y anunció con total calma

"Es su esposa, Isilwen"- el rey se quedó perplejo ante aquello, más aún cuando vio a la joven quitarse aquella capucha. Era la elfa más hermosa que jamás hubiera visto, con una sonrisa sincera y grandes e imposibles ojos plata

"Padre- anunció Legolas llegando a su lado junto a la joven- permíteme presentarte a Isilwen, mi esposa"- el rey le tendió la mano aún incrédulo, no era posible... su hijo se había casado!

"Perdón por la demora- explicó la maga con una sonrisa a su esposo- pero mis padres me retuvieron más de la cuenta"

"Ordenaré a los elfos que lleven las cosas a mi cuarto"- anunció Legolas, dejando a Isil sola con su padre y su amigo

"Gimly que tal les fue en su viaje?"- inquirió la joven a lo que el enano comenzó con una larga historia, mientras el rey intentaba asumir que finalmente su hijo había sentado cabeza

"Repítanmelo- interrumpió Thanduril aún algo incrédulo- Legolas se ha casado?"- la joven estallo en una cantarina carcajada asintiendo- "Y no esta embarazada?"- dudó el rey

"No, no lo estoy, creo...- repitió pensativa- no, creo que no- aceptó algo más segura- pero digamos que mi relación con Legolas siempre fue muy extraña"

"Por supuesto, tienes esa mala manía de humillarlo en publico"- recordó Gimly riendo- "Fue muy buena la última Isil, tendrías que haber visto su cara al ver la insignia, y lo deprimido que estaba antes!"

"Gracias Gimly, me hubiera gustado verlo, pero tuve que dejarte ese placer, supongo que yo solo disfrutaré los retos"

"Ya se calmó bastante aunque contigo ya debería irse acostumbrando"- aceptó el enano risueño

"Supongo que en parte es su culpa y espero que no me venga con el tema de la madurez y todo eso, se supone que él es el maduro de la relación, al fin y al cabo yo solo tengo 78 años"

"QUE?"- el rey Thanduril que había permanecido escuchando en silencio se quedó sorprendido- "78 años, por todos los cielos, no eres más que una niña! Legolas!- llamó a su hijo que se acercaba- como es posible que... por todos los cielos esta joven es una niña! Solo tiene 78 años entiendes eso!"

"Sí- anunció el príncipe con total calma- pero si tanto te preocupa sabe que sus padres estuvieron de acuerdo, y que Isil no es cualquier joven, sino la discípula de Gandalf, y participó de la guerra sin un solo rasguño"- el Señor del Bosque abrió los ojos incrédulos ¿aquella muchacha una guerrera? Imposible, a pesar de sus ropas podía ver el delicado y frágil cuerpo, aunque al parecer también iba bien armada

"Majestad- susurro la joven con voz amable- se que soy joven, y en algunas situaciones me comporto en forma algo inmadura, pero jamás he defraudado a Mithrandir, y he debido participar en concilios y decisiones que han afectado a toda la Tierra Media y creo haberme comportado a la altura, soy conciente de que no soy el tipo de esposa que un padre desearía para su hijo, pero lo amo con todas mis fuerzas, y es lo único que me queda, mis padres partieron ya a Aman y el resto de lo que considero mi familia lo hará pronto, lo único que me liga a estas tierras es mi amor por él, tal vez parezca algo inconsciente, pero soy del tipo de personas que dicen las cosas en la cara, y creo que hay cosas que debería saber antes de juzgarme"- Thanduril miró a su hijo sorprendido, Isilwen no había levantado la voz ni cambiado aquel tono dulce, pero podía ver que a pesar de su corta edad la joven tenía carácter, Legolas sonrió y abrazó a su esposa con una sonrisa aún mayor

"Vamos a nuestro cuarto, tenés que darte un baño, estoy seguro que querrás descansar"- le indicó a su esposa con cariño infinito, se despidieron del rey con una reverencia

"No es una elfa común cierto?- preguntó al enano quien sonreía abiertamente y negaba con la cabeza- al menos supongo que con esto Legolas sentará cabeza, aunque espero que no me dé a mí más dolores de los que ya tengo"

"No se preocupe por eso, Isil es una buena chica, fue criada por Galadriel y Gandalf para poder cumplir su misión y hasta hace poco no supo quienes eran sus padres, es muy cariñosa, pero a pesar de sus bromas y ser risueña sabe ser reservada hasta el punto de que después de meses viajando a su lado nos enteramos que era la portadora del anillo blanco, a decir verdad es mucho más madura de lo que aparenta, supongo que es su forma de intentar recuperar la infancia que perdió a causa de la separación de sus padres y los interminables viajes junto a Gandalf"

"Me gustaría conocer esa historia completa"- opinó el rey con una sonrisa, mientras Gimly comenzaba la historia, obviamente omitiendo el detalle que la verdadera familia de la joven eran los Valar

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Caminé por aquel pasillo con calma, podía sentir la presencia de Legolas cerca, pero no podía identificar donde y a decir verdad a pesar de que me había enseñado todo el palacio yo estaba realmente perdida, había pasado la tarde en el dormitorio que a partir de ahora compartiríamos, recobrando fuerzas después del largo viaje. Era la hora de la cena y aburrida, en vez de esperar que Legolas me pasara a buscar para dirigirnos juntos al comedor había decidido salir a buscarlo, grave error, la mayoría de las elfas con las que me había cruzado me miraban con ansias asesinas, y cuchicheaban entre ellas, por lo que oí se había corrido el rumor que la nueva aventura del príncipe era una chica de ojos color plata salida de quien sabe donde

¡Aventura y un cuerno!- pensé molesta, sintiendo la patada de los celos, más le valía a Legolas aclarar esos rumores o terminaría congelando el maldito bosque y es que inconscientemente había producido una gran ventisca y se me estaba haciendo difícil poder calmarla

"Así que era cierto!- me increpó una elfa de cabellos dorados y lindos ojos verdes- el tarado de Legolas no solo trajo a una de sus amiguitas sino que hasta la instaló en su cuarto, no se que esperes o que te halla prometido, pero andá sabiendo que en cuanto se canse de ti te dejará como hizo con tantas otras, no te acostumbres querida, muy pronto estarás fuera de aquí!"- me quedé perpleja ante aquello, sabía que una vez aquí debería encontrarme con exs celosas y problemas de todo tipo, pero no esperaba recibir tales insultos de una completa desconocida

"No se cuanto conozcas a Legolas, pero créeme que ha cambiado, y en todo caso, mis problemas con él los soluciono yo, y nadie más que nosotros puede intervenir en ello"

"Conozco a Legolas mejor que nadie, solo te lo digo por tu bien, él solo lastima a las elfas ingenuas como tu, no quiero hacerte daño, créeme, lo digo para evitártelo"

"Linwë, Isil, las dos chicas que estaba buscando" anunció Legolas a mis espaldas cuando ambas volteamos a verlo, estaba cabreada, en niveles astronómicos, y más le valía arreglar las cosas pronto, porque no estaba dispuesta a tener que escuchar planteos como aquellos- "Linwë antes de que la tortures con tu discurso sobre que soy la peste encarnada y demás, permíteme presentarte a Isilwen, mi..."

"Tu nuevo enredo?"- indicó la tal Linwë con tono sarcástico, en el instante en que aquel viento se arremolinó en el pasillo, Legolas me miró molesto y yo me alcé de hombros, no podía evitarlo aún me costaba controlar mis poderes

"No Linwë, Isil no es ningún enredo, es tu cuñada, mi esposa, Isil, esta experta en echarme errores en cara es mi hermana Linwë, conociéndolas algo me dice que se llevarán a la perfección, ambas tienen la misma manía"

"Fastidiarte?"- pregunté con sarcasmo mirándolo a lo que asintió, vaya, la hermana de Legolas, y yo creyendo que era una de las tantas con las que se había enredado, tenía mis derechos, el nunca me había dicho que tuviera una hermana

"Creo que comenzamos con mal pie- le indiqué con una sonrisa- mi nombre es Isilwen y soy la esposa del tarado que tenés por hermano"

"Tengo una cuñada!"- exclamó finalmente abrazándome con fuerzas para mi sorpresa- por todos los cielos, finalmente, finalmente se te ocurrió sentar cabeza!"- le indicó a Legolas también abrazándolo

"Seee... supongo que tarde o temprano debía hacerlo no?"- aceptó-"ahora ya no irás por los pasillos diciendo pestes de mí y regañándome por como debo comportarme no?"

"Legolas para eso estoy yo"- le indiqué con una sonrisa traviesa, y reconocí aquel sentimiento en lo profundo de sus ojos miedo, mucho miedo- "Llegas a engañarme una sola vez y tendrás un viaje directo a casa de mi tío y créeme que él no será muy amable al enterarse de lo ocurrido"- lo amenacé

"Y que tiene que ver tu tío en todo esto?"- inquirió Linwë con una sonrisa al ver la aterrorizada expresión de su hermano

"Él sabe perfectamente lo que significa"- contesté recordando al tío Mandos, papá me había hablado mucho de él y las ganas que tenía de verme y malcriarme, al fin y al cabo era la primer Valar en nacer en eones, y, aunque no lo supiera hasta hace poco, la consentida de la familia

"Algo me dice que nos llevaremos muy bien"- me indicó Linwë tomándome del brazo, encaminándose al comedor- "Tienen que contarme la historia de cómo se conocieron"- pidió entusiasmada

"Me pregunto si podré sobrevivir a las dos juntas"- exclamó Legolas siguiéndonos con paso cansado

"Que extraño está el clima no?- inquirió Linwë en el momento en que entrábamos al comedor y sentí todas las miradas fijas en mi- hace un momento había un terrible viento"- Legolas ahogó una risita mientras sentía como todos los colores subían a mi rostro

"Supongo que alguien habrá dejado una ventana abierta en el lugar que se encontraban- opinó Gimly saliendo a nuestro rescate- vamos mejor a la mesa tengo un apetito feroz"- anunció entre risas. La comida pasó con calma, pero cuando estábamos por levantarnos llegó aquel mensajero

"Majestades- anunció- un grupo de trasgos y orcos cruzó las fronteras del reino, vienen del este"- Legolas, Gimly y yo nos pusimos de pie en un salto

"Voy a cambiarme y por mis cosas"- indiqué

"Tienes diez minutos y también trae las mías yo prepararé a los soldados"- me indicó, asentí en silencio

"De que hablan!- interrumpió el rey con expresión aterrada- Legolas no permitirás que tu esposa se enfrente a un peligro como ese!"

"Padre, si la dejo aquí te hará la vida realmente imposible- explicó el príncipe con una sonrisa – además Isilwen participó de las batallas de Helm, Pelennor, y Morahmonn, sin siquiera un rasguño- se volteó a ver al soldado- cuantos son los que pasaron el puesto de vigilancia?"

"Unos treinta orcos con sus trasgos"- indicó

"Diez para cada uno"- dijo Legolas como si de lo más natural del mundo se tratara, mientras su padre y hermana nos miraban incrédulos- "en memoria de cacerías más desesperadas"

"Nos falta Aragorn"- recordé entre risas

"Y unos hobbits secuestrados"-acotó Gimly

"Nos sobran horas de sueño..."- bromeó Legolas, volteándose a su padre con aquella hermosa sonrisa- "no es necesario movilizar soldados, nosotros tres nos haremos cargo, quince minutos después y pese a las mil advertencia de que aquello era una locura partimos raudos, en aquellos mismos caballos...

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Estaba amaneciendo en el Bosque y tanto Linwë como su padre habían decidido permanecer en vela con el corazón en un puño, lo que habían hecho esos tres era una locura, y todavía no terminaban de entender como lo habían permitido, insomnes se encontraban sentados en uno de los tantos bancos del jardín de entrada a la ciudad, hasta que pronto oyeron aquella grave y tosca risa, que no podía pertenecer a ningún elfo, se pusieron de pie, mirando los alrededores hasta que reconocieron esas dos siluetas sobre los caballos, suspiraron tranquilos, venían riendo y eso no podía augurar malas noticias

"Admítanlo, los vencí, es sabido que soy la mejor"- comentaba aquella voz femenina

"No lo creo Isil, algo me dice que nos hiciste trampa"- opinaba una voz a la que sin duda identificaron como Legolas

"Soy mejor que tu con el arco"

"sí, pero el hacha es mejor arma que el arco, por lo que se me hace imposible creer que hayas podido vencerme"- la voz de Gimly parecía molesta

"Yo también uso la espada"- indicó esa voz femenina a pocos metros- "ya dejen de buscar excusas, tendrán que pagar"

"Por todos los Valar están a salvo!"- exclamó Linwë abalanzándose sobre su hermano y su apenas conocida cuñada a la que le había tomado cariño

"See, pero hay que ver cuanto nos dura- indicó Legolas con tono cansino- perdimos contra Isil, y eso es malo, muy malo"

"Pedieron?"- preguntó el rey sin comprender

"Una apuesta- explicó la chica sonriente- ahora tendrán que contar la verdadera historia de nuestro viaje sin omitir ninguna de sus trastadas- amenazos- especialmente cierto concurso de arquería"- las orejas de su esposo estaban de un rojo furioso

"Supongo que vamos a tener que contarles la verdadera historia"- aceptó Legolas con una sonrisa- "aunque ahora que lo pienso si no hubiera sido tan idiota en este instante no tendría a mi pequeña princesita"- susurró abrazándola con fuerzas

"La dejaran para mañana- informó Isil acurrucándose en el pecho de su esposo- Legolas yo tengo sueñito"- sin más Legolas la tomó en brazos

"Muy bien princesita, vamos a la cama"- susurró besándola con suavidad, para luego despedirse de los demás, mientras cargaba a su esposa en dirección al dormitorio

"Si que está cambiado"- aceptó Linwë sonriente

"Supongo que ya era hora"- anunció su padre viendo a la feliz pareja alejarse

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Thanduril suspiró sorprendido, aspirando el cálido aire de aquella primavera, las cosas habían cambiado mucho en aquellos treinta años, Legolas después de regresar de la guerra lo ayudaba con las decisiones del reino, Isilwen y su hija se habían hecho muy buenas amigas y sus dos pequeños nietos se había transformado en la luz de sus ojos.

A pesar de los nuevos habitantes del reino, que habían llegado de las ahora abandonadas Rivendel y Caras Galadom, las cosas discurrían con increíble calma

Por no decir lo maravilloso que se veía el bosque de un tiempo a esta parte, cualquier joven humano que lo visitara ahora no podría creer que aquel bosque alguna vez halla sido llamado Bosque Negro, a pesar de la espesura de este la luz parecía filtrarse por todos y cada uno de los rincones, hermosas flores nunca vistas poblaban los lugares más insospechados, y todo tipo de aves y animales poblaban los rincones, aquel antaño tétrico bosque rebozaba de vida, y el rey sabía perfectamente cuando había comenzado

Cuando su hijo regresó de la guerra, o mejor dicho, cuando aquella joven de ojos color plata llegó al reino, varias veces había comentado con su hijo sus sospechas, pero este siempre aludía lo ocurrido al fin de la guerra y la desaparición de los orcos. Pero el rey podía sentirlo, esa extraña y poderosa energía que la rodeaba, no era una elfa común y corriente, Gimly le había dicho que la joven era una maga, de todas formas había algo que no terminaba de cerrar. Se encaminó con calma hacia los jardines, cuando aquel grito de sorpresa lo sacó de sus cavilaciones

En aquel riacho que se unía al río grande un hermoso e imposible barco había aparecido de la nada, se quedó perplejo al reconocer el emblema bordado en las inmensas velas, y el sonido de las trompetas inundó el bosque

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Aquella mañana estaba radiante, sin embargo tenía aquella extraña sensación, la dejé de lado para concentrarme en la pequeña que se alimentaba alegremente de mi pecho mientras su travieso hermano tres años mayor revoloteaba a nuestro alrededor

"Al parecer el pequeño Aldanar está algo inquieto"- me comentó Linwë entrando en la sala de juegos en la que nos encontrábamos

"Y no es el único"- le indiqué- " la pequeña Lótënthil también está inquieta, y yo... tengo una sensación extraña"- en ese mismo instante comenzaron a sonar las trompetas, nos miramos sorprendidas, para apresurarnos hacia la entrada, Linwë cargaba a Aldanar mientras yo hacía lo propio con la niña, una pequeña multitud se había congregado allí, y para mi fastidio nos encontramos con la elfa que menos quería encontrarme en el día

"Serindë ¿ qué es lo que ocurre?"- le preguntó Linwë con una sonrisa, al voltear la elfa me miró con asco y tuve que hacer un gran esfuerzo por no arruinar aquella hermosa mañana de primavera con una tormenta de nieve

Serindë había sido el último de los amoríos de Legolas antes de partir a la guerra, se había creído el cuento de Penélope y como me comentó Linwë tiempo atrás corrió el rumor por todo el pueblo de que se habían comprometido, buen chasco se había dado cuando Legolas llegó casado conmigo, desde entonces se había dedicado a hacerme la vida imposible y habíamos tenido varios choques

"Será mejor que te escondas querida- me indicó con un falso tono de simpatía- los Señores de los Valar han venido a visitar nuestro reino y no sería bueno que vieran la imitación de princesa que tenemos"- la miré perpleja, ellos estaban aquí!

"no puedo creerlo!"- exclamé sonriendo, demasiado feliz como para contestar el veneno que la elfa me había destinado- "ten a la niña"- le indiqué a una de las elfas que se encargaba de la limpieza y se encontraba a mi lado, sin más eché a correr con todas mis fuerzas, tomé por aquel sendero y reconocí el gran barco, el Rey Thanduril permanecía solo de pié frente a la inmensa rampa que habían desplegado y esas conocidas figuras comenzaban a descender por ella

"Papá!"- grité con fuerza antes de pasar junto a Thanduril corriendo para lanzarme con todas mis fuerzas al cuello de mi padre quien me abrazó sonriendo

"Te extrañé mucho pequeña!"- me indicó una vez que lo solté

"Mamá!- exclamé abrazándola con fuerza, se sentía tan bonito estar junto a ellos- tenía ganas de verlos!"

"Nosotros también te extrañamos Isilwen- contestó mi madre con aquella voz melódica que solo ella poseía- pero me parece que lo mejor será que bajemos"- me indicó señalando a la multitud que se había formado en el lugar que nos miraban sorprendidos

Linwë se encontraba junto a Thanduril que ahora cargaba a Lótënthil, y pude ver a Legolas abriéndose paso entre la multitud

"Ups...- comenté sintiendo como toda mi sangre se concentraba en mi rostro- supongo que deberían saber que ellos creen que soy una elfa- les anuncié a mis padres que asintieron en silencio- vengan les presentaré a la familia de Legolas y a sus nietos"

"Me estas diciendo que esos pequeños tan adorables son mi nietos?"- inquirió mi padre con una sonrisa, asentí con la cabeza mientras comenzamos a bajar por la rampa en el instante en que Legolas tomaba a Aldanar de los brazos de su hermana

Una vez que nos encontramos frente a ellos me mordí el labio, como se presenta a unos padres como esos? Decidí optar por lo más clásico

"Mamá, papá, ellos son el rey Thanduril y la princesa Linwë, el padre y la hermana de Legolas"- se saludaron con una cortes inclinación de cabeza- Thanduril, Linwë, ellos son mis padres Manwë y Elbereth"- bien creo que esa expresión no la había visto ni siquiera el día que se enteraron que Legolas finalmente se había casado, era pura e incontenible sorpresa- "y antes de que comiencen las deducciones y demás, sí soy una Valie", ambos me miraron alzando una ceja, esperaba que no creyeran que les estaba tomando el pelo, al fin y al cabo mis bromas siempre se habían limitado a Legolas

"No crees que deberías habérselo dicho de una forma más sutil?"- comentó el elfo en mi oído, afortunadamente mi madre cortó aquel tenso e incrédulo silencio

"Así que estas preciosas criaturitas son nuestros nietos"- murmuró mi madre con una sonrisa acercándose a la niña que milagrosamente aún permanecía en brazos de Thanduril

"Esa es la niña de la familia Lótënthil- explicó Legolas pasándole el varón a un más que entusiasmado abuelo- y este es Aldanar, pequeño estos son tus abuelos- le explicó al niño que parecía nervioso en los brazos del Vala – recuerdas que te hablamos sobre ellos"- el niño asintió con la cabecita

"Mawë!- exclamó abrazando a su abuelo dejándolo un mar de babas, y luego extendiendo sus brazos señaló- Bereth!"

"por Eru, creo que me desmayaré aquí mismo"- me susurró mi madre acercándose a Aldanar- "son una ternura"

"Espere a ver como corre desnudo por los pasillos y no opinará lo mismo mi Señora"- indicó Linwë recobrando finalmente el habla- "Me parece que esa es una de las manías que heredó del padre"- no pude evitar reír con ganas, a pesar de haber solucionado sus diferencias hace años, como buenos hermanos que eran aquellos dos no podían dejar de ponerse en ridículo mutuamente, obviamente yo siempre apoyaba a Linwë

"Creo que estamos olvidando algo- advirtió mi padre con tono serio- la nuestra no es solo una visita de placer- explicó- pero sería mejor hablarlo en privado"- explicó señalando la multitud

"Bien y que explicación les damos?"- preguntó Thanduril temeroso

"La verdad, que mis padres vinieron a visitarnos"- anuncié intentando parecer lo más calmada posible.

Nos abrimos paso hasta el castillo donde nos dirigimos hacia una íntima sala , luego de ubicarnos mi padre comenzó

"Isilwen, como dije antes esta no es solo una visita de cortesía, los tiempos se acaban y sabes a la perfección que haz prolongado tu estadía en Arda más de lo necesario, incluso de lo permitido"- asentí en silencio, sabía que aquel día llegaría, pero había estado intentando posponerlo la mayor cantidad de tiempo posible, yo no pertenecía a esas tierras, mi lugar era Amán, y el permanecer en la Tierra Media mucho más tiempo podría provocar grandes daños

"Mi niña, estamos en la Edad de los Hombres, los elfos ya han partido en gran numero y en los próximos años partirán los que quedan, sabes que no puedes permanecer aquí por más tiempo"- Intentó explicarme mi madre, aunque aquello ya lo sabía

"No se preocupen que no voy a poner resistencia- les expliqué con una triste sonrisa- no quiero irme, pero me doy cuenta que aquí lo único que hago es prolongar una agonía, este bosque se hubiera abandonado hace mucho si mi poder no lo hubiera mantenido"

"Pero... -intentó quejarse Linwë, pero ante mi expresión supo que no había discusiones- entonces te irás?"- preguntó con tristeza, asentí en silencio

"Debemos irnos- anunció Legolas con voz dulce poniendo su mano sobre la de su hermana para calmarla- el lugar de Isilwen es Aman, y tarde o temprano todos cruzaremos el mar"

"Tu no estas obligado a venir"- anuncié sabiendo cuanto amaba su tierra

"Cuando nos casamos esa noche en Minas Tirith unimos nuestros destinos, tu aceptaste permanecer aquí por mí, como yo sabía que en algún momento debería dejar mis tierras por ti, no dudé entonces y no voy a hacerlo ahora"- me indicó con una sonrisa besando mi frente

"Muy bien, partiremos mañana al atardecer"- anunció mi padre mientras Thanduril nos contemplaba con expresión triste

"Ya me había acostumbrado a sus locuras"- anunció Thanduril aquella tarde con un abrazo antes de subir a aquel barco

"No se retracen mucho más, los tiempos se acortan"- le advirtió mi padre antes de alejarnos. Vi aquella costa alejarse a gran velocidad, dejé mi cabeza caer sobre el fuerte pecho de Legolas que me abrazaba por la espalda

"no te preocupes menel, todo estará bien"- me tranquilizó besando mis labios mientras los pequeños se dedicaban a jugar con sus encantados abuelos y yo intentaba no pensar en la nueva vida que nos esperaba

Bien, como verán el epilogo es bastante largo, y es que se me hizo terriblemente dificil terminar esta historia, la más larga que escribí hasta ahora, para todos los que pedían una trilogía lamento defraudarlos, pero como pueden revisar en mi bio tengo otros proyectos pendientes, pero tengo pensado escribir algunos one-shot de tanto en tanto, que narren distintos momentos de la vida de Isil y Legolas en el Bosque, antes de partir, mil gracias por el apoyo de todos los que leyeron esta historia, y especialmente por lo que pasé la semana pasada, gracias a todos por su aguante, espero que hayan disfrutado con este monstruo que salió de mi insana cabecita. Espero que me dejen sus comentarios, gracias por acompañarme en esto, disfruten este epílogo y espero nos leamos pronto!

Ahhh me olvidaba, cualquiera que guste agregarme en el msn para no perder contacto puede hacerlo, conocí a mucha gente genial escribiendo este fic, y eso es algo por lo que tengo que agradecer, dicho esto, mil gracias a todos, nos leemos!