Luchando por ti
Acotaciones:
- diálogos
" " pensamientos
&&&&& cambio de escena
Lin recibía la visita de su pareja para almorzar en su casa, eso era algo bastante común ya que excepto por las fiestas y eventos de negocios a los que asistían más bien pasaban el tiempo a solas. Al principio las conversaciones versaron entre lo cotidiano y el incidente en el hospital, cosa que pareció enfadar mucho al hombre.
- No deberías dejar que hiciera eso, sabes que puedes colocarte en el lugar que quieras. –le dijo refiriéndose a que con sus influencias podría hacerlo.
- Gracias, pero es ahí donde quiero estar para demostrarle que no soy lo que él cree, para que sepa que no es omnipotente… -contestó con voz alegre como siempre haciendo que sus palabras mostraran intenciones inocentes.
- Como quieras –sonrió y luego hubo una pausa- Mañana hay una fiesta a la que debemos asistir.
- Así que eso es… -dijo mirando una caja de regalo que había en su sala y que no le había dejado abrir antes.
- Sí, me gustaría que lo usaras mañana… - se puso de pie y la tomó de la mano para conducirla hasta el presente. Ella lo abrió y descubrió un vestido rojo bastante entallado con un escote pronunciado en la espalda.
- Es… impresionante… -en realidad no le gustaba mucho vestirse así pero no fue capaz de decirlo, nunca lo hacía.
- Te verás increíble…
Las últimas palabras las susurró es su oído mientras comenzada a besarlo para después pasar a sus labios e inmiscuir las manos en sus ropas, ella sólo se dejó llevar por algo que, al igual que lo demás en su relación, era más por costumbre que por verdaderos deseos de hacerlo.
Rato después estaba recostada dormitando entre los brazos del mismo hombre cuando sonó el teléfono y resultó ser su amiga Sango.
- Entonces estás suspendida…
- Sí pero no quise dejarme de él…
- Jaja… siempre con ese carácter, por lo menos tuviste suerte, dicen que a muchos los ha despedido por mucho menos que eso, tal vez le caes bien.
- Jaja –rió de buena gana – lo dudo mucho.
- Oye antes de que se me olvide, el domingo hay una reunión en mi casa, sólo para chicas. ¿Vienes?
- Claro me encantaría
- Y con suerte te topas a mi hermano.
- Sango… -la regañó moviéndose un poco para que su pareja no escuchara el nombre del muchacho que bien conocía.
- Lo sé, tienes novio, pero igual no me cae bien… como sea, nos vemos el domingo.
- Sí, nos vemos.
Terminaron la llamada y de inmediato el que descansaba a su lado la haló hacia sí posesivamente, si ese hombre tenía un defecto era ese, ser demasiado posesivo.
-¿Vas a salir con tu amiga? –le dijo besando su cuello.
- Sí, reunión sólo para chicas.
- Entonces no me preocupo por el niño…
- Jaja no, no lo voy a ver, eres muy celoso…
- Sabes que le interesas. –ya no la estaba besando, sin embargo la mantenía entre sus brazos.
- Y él es sólo mi amigo. – le dio un rápido beso en los labios y se puso de pie.- Voy a tomar una ducha.
Él la miró alejarse y entrar al baño cerrando la puerta, se vistió y empezó a hacer llamadas desde su celular, del tipo que no hacía enfrente de Lin.
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La noche siguiente se realizaba un gran fiesta en una de las mansiones más imponentes de Tokio, el motivo eran algunas nuevas relaciones establecidas entre comerciantes. Los anfitriones eran una pareja bien establecida, Inutashou e Isayoi, ellos eran grandes personajes entre los empresarios de Japón ya que era su costumbre hacer toda clase de eventos a los que asistían no sólo los más ricos del país sino también los dos hijos del hombre, dándole así un toque familiar que no necesariamente poseía.
Kagome entró al salón y buscó con la mirada a una persona en especial a quien no tardó en encontrar y pronto se saludaron con un beso en los labios.
- Llegas tarde…
- Lo siento, me quedé cuidando a un paciente.
- Sólo por eso te perdono –le dijo Inuyasha entre besos.
- Tus padres –interrumpió ella al sentirse apenada por la mirada de los progenitores del chico.
- Vamos… no me he acercado a saludar –la tomó de la mano y se acercaron
- ¿Te peleaste con tu padre?
- No… te estaba esperando –Kagome se sonrojó pero no tuvo oportunidad de decir nada ya que se encontraban muy cerca de la otra pareja.
- Padre –lo saludó dándole la mano –Madre –le dio un beso en la mejilla, luego su novia hizo lo mismo.
- Nos alegra que hayas venido, hija –dijo la mujer mayor.
- Es un honor estar aquí.
Los cuatro entablaron una conversación que no pudo ser muy larga debido a que otros invitados se acercaron también. La joven pareja se retiró hacia uno de los patios traseros para tener algo de privacidad, si bien también ahí había personas no eran tantas como en el interior.
Caminaron un rato tomados de la mano conversando de cualquier cosa sin importancia, de repente el verse por fin sin nadie alrededor decidieron sentarse abrazados en el pasto a tocar temas más importantes, a expresarse con palabras cualquier cosa y hasta a tener una pequeña desavenencia que no podía faltar nunca en su relación de casi un año. Después de todo cualquier momento era bueno pero aquellos rodeados por una atmósfera fresca y apacible eran los mejores.
- Entonces qué va a pasar cuando termines los asuntos con la tabacalera…
- No sé, pero seguramente mi padre me va a asignar un negocio de los que acaba de hacer…
- Y si no… -su voz sonaba algo temerosa de la respuesta pues sabía que a Inutashiou no le importaría mandarlo al extranjero.
- Feh! Te preocupas demasiado –la regañó intentando ocultar el miedo propio y compartido, sin embargo no logró hacerlo, ella lo abrazó y se refugió en su pecho.
- Inuyasha, prométeme algo… dime que siempre, sin importar en dónde estés, vas a pasar conmigo los días como éste, por favor prométeme que cada año vamos a estar juntos por lo menos este día.
- Qué tonta eres… si siempre vamos a estar juntos…-besó su cabello aspirando su aroma inconfundible- Kagome…te lo prometo….
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Dentro de la casa los invitados conversaban como era común en esos eventos, de repente alguien atrajo sus miradas, un hombre de cabellos castaños que era bien conocido entre empresarios y negociantes. Algunos dudaron en acercarse, porque si bien le rendían tributo, el sujeto no era del agrado de muchos.
A quienes frecuentaban los eventos como ese no se les hizo extraño verlo entrar del brazo de una mujer joven que no parecía en lo absoluto ir con él, ella se veía como una chica honesta y hasta inocente. La pareja saludó a todos aquellos que lo hicieron, después de un rato se toparon con alguien que definitivamente Lin no esperaba ver.
- Kagome… -exclamó algo sorprendida pero observando más bien a su acompañante.
- Lin… pero… qué sorpresa –ella también miraba más al otro hombre – Él es mi novio, Inuyasha... -el aludido los saludó a ambos y antes de que pudiesen decir otra cosa las dudas empezaron a aclararse para todos.
- Entonces es usted el hijo del señor Inutashio, su hijo menor, claro está, ya que no creo que el joven Sesshomaru asista a reuniones como ésta. –todos pero en especial Lin lo miraron extrañamente.
- Feh! Sí soy su hijo menor y si mi hermano viene no me importa, ahora con su permiso. –jaló algo de la mano a Kagome para llevarla a toro sitio y conversar mientras Lin no preguntó más pero esperaba que lo que suponía no fuese verdad, aunque con el parecido entre ese joven y su jefe, era poco probable que se equivocara.
- ¿Quién es él? No me agrada. -le dijo Kagome a su navio una vez estuvieron lejos de los demás.
- A mi tampoco, es un hombre con el que mi padre acaba de iniciar negocios muy importantes. Oye, por cierto…. ¿Conoces a la que lo acompaña?
- Trabaja conmigo… -dijo no muy convencida- Pero no entiendo cómo es que lo conoce… y menos cómo vienen juntos.
- La conoció cuando era estudiante…
- Jaja… Inuyasha ¿Cómo lo sabes?
- Feh! No te burles… es un rumor, me habían dicho que la novia de ese tipo era una estudiante de medicina… –así continuaron conversando sobre la pareja que se había quedado en el interior, al parecer las cosas con ese hombre no eran tan sencillas.
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Lin caminaba como siempre del brazo de su pareja cuando sin darse cuenta vio materializado su temor. No supo cómo terminaron topándose al que era su jefe, ahora un hombre con smoking negro, muy diferente al blanco del hospital, sin embargo su apariencia era igual imperturbable. De la mano llevaba a una mujer casi de su edad con cabello negro y ojos rojos a la que presentó como su prometida, Kagura.
Entre los otros tres entablaron una conversación superficial mientras la más chica sólo paseaba sus ojos de un lado a otro nerviosa ¿Por qué la incomodaba aquél sujeto? Tal vez por el incidente, tal vez por la sensación de autoritarismo que emanaba; como fuese se sentía muy intimidada por las fugaces y casi imperceptibles miradas que le daba entre palabra y palabra, ella sólo terminó por agachar la visa al suelo discretamente.
- ¿Qué sucede? –la preguntó su novio al verla nerviosa luego del último encuentro.
- Nada… es… nada…
- Entiendo que no te agrade ese hombre luego del incidente del otro día… -¿Cómo lo sabía? Ella jamás mencionó el nombre de su jefe… algunas cosas de ese hombre la desconcertaban bastante.
- Sí… no… no lo sé. Ya no importa, mejor cambiemos de tema, por favor.
La noche transcurrió sin más sobresaltos y el único inconveniente que hubo fueron los penetrantes ojos miel clavados a la distancia en Lin. Ella en realidad no lo notó pero su acompañante sí lo hizo y no le agradó en lo más mínimo
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Al mediodía siguiente la misma chica iba caminando muy cerca de la entrada a un edificio de departamentos bastante lujoso, ya en la puerta estaba a punto de tocar el timbre cundo una mano en su hombro y una conocida voz la interrumpieron para saludarla, se trataba de Kohaku, después de todo sí se lo había topado.
- ¿Vienes a ver a mi hermana?
- Sí –sonrió contenta de ver a su amigo.
- Ven, pasa –los dos entraron y tomaron el ascensor juntos, los hermanos vivían en el mismo edificio y aunque no se trataba del mismo piso el chico decidió acompañarla hasta la puerta que buscaba. Sin embargo cuando llegaron en lugar de buscar entrar, se quedaron un buen rato de pie sólo hablando, definitivamente el muchacho de pecas tenía una conexión especial con ella, algo que por desgracia confundía con amor.
Finalmente la otra invitada de ese día llegó interrumpiéndolos sin querer. Las dos muchachas entraron y el chico regresó a sus actividades bastante contento por su suerte de ese día. Por su parte en el interior del lugar las preguntas no se hicieron esperar para Lin.
- No sabía que tienes novio… -dijo Kagome tratando de indagar.
- Sí, tenemos juntos poco más de dos años
- Vaya…
- Jaja… estás sorprendida… sí, creo que yo también lo estaría. Es de esas cosas curiosas del destino.
- Disculpa que te lo diga otra vez –estas últimas dos palabras de Sango sonaron un poco más marcadas- Pero eso no es el destino, es tu necedad de estar con ese Naraku que te lleva tantos años –Lin rió
- Creo que nunca te voy a convencer de lo que hago… -Kagome sólo escuchó alarmada, sin embargo apenas conocía a su nueva compañera y no consideró prudente decir algunas cosas.
Algunas horas pasaron y las tres encontraron muchas cosas de las cuales hablar y qué hacer, las dos chicas con novio se conocieron bastante gracias Sango que ya para el atardecer les contó algo que hacía tiempo le sucedía pero hasta el momento evitó darle importancia.
- Ha un enfermero… que no deja de insistir…
FLASH BACK
- Entonces doctora… esta vez sí va a aceptar mi invitación.
- No entiendo para qué insistes Miroku, ya te dije que no, además puedes pedírselo a cualquiera como siempre lo haces.
- Pero mi querida Sango sabes que con quien en verdad quiero estar es contigo…
- Sí, y eso mismo se lo dices a todas, ahora si me disculpas…
- Pero no crea que me daré por vencido tan fácilmente.
FIN DEL FHASHBACK
-Y eso hace el amigo de Inuyasha todos los días… con todas –un dejo de melancolía se escuchó en su voz.
- Sango… -Kagome no pudo decir nada ya que conocía perfectamente al chico que ella misma presentó a su novio casi cinco años atrás, luego de que también la invitara a salir y lo rechazara.
- Si no te sientes segura con él es mejor que sigas así –señaló Lin haciendo uso de todo su raciocinio.
- Sí, lo sé… es sólo que… por eso no me gustan ese tipo de hombres, siempre parecen sinceros. En fin… espero que ya haya entendido…
Luego de eso cambiaron de tema a pesar de que las dos amigas sabían que el comentario sobre el enfermero no fue sólo hecho al aire.
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Al cabo de unos días Lin regresó al hospital para encontrarse con una gran sorpresa, fue llamada a la oficina de Sesshomaru para recibir nuevas instrucciones. Entró con cuidado y bastante nerviosa.
- Desde hoy, permanecerás conmigo cada vez que haga una ronda o atienda a un paciente. Tal vez así aprendas cómo hacerlo y a respetar la autoridad. Te veré en al cubículo (N/A: se les dice cubículos? Habitaciones?... Ni idea) tres en una hora. -ella salió de ahí apenas asintiendo para evitar mostrar o decir algo de lo que sentía.
"No lo entiendo, si tanto me odia por qué me quiere trabajando a su lado… increíble, seguramente quiere que lo rete… o que haga sólo su voluntad… no entiendo cómo podría alguien querer estar con él… es tan insoportable… pero no voy a dejar que haga su voluntad"
El momento de empezar juntos se llegó y Lin estaba decidida a demostrarle muchas cosas a su jefe así que permaneció atenta a cualquier signo o movimiento, creía que las preguntas abundarían pero no fue así, al contrario, con todos los pacientes no fue necesario que dijera nada y cuando intentaba hacerlo Sesshomaru se encargaba de interrumpir sin que nadie más que ella lo notara.
Si no pensaba hacerla equivocarse o algo más, entonces para qué le hacía eso… era bastante extraño, tanto como para ella como para todos los demás que observaban curiosos cada escena que podían sin que él se diera cuenta.
Al cabo de ver a muchos pacientes, más de los que ella pensaba se podían atender al mismo tiempo, la hizo seguirlo hasta su oficina y antes de entrar se detuvo y le dijo que les diera seguimiento a todos ellos el resto del turno, antes de salir irían juntos nuevamente.
- Y ten cuidado de cometer una sola falla… -le advirtió para desaparecer tras la puerta.
Las siguientes horas fueron muy difíciles para Lin, iba y venía revisando a cada uno de los pacientes, por fortuna no hubo nada fuera de la rutina, sin embargo para la siguiente ronda que haría con él todavía no estaba lista del todo y empezó a ponerse nerviosa ¿Por qué ese hombre la ponía nerviosa?
La visita a los pacientes fue observada por todos que iban y venían sólo para eso y cada vez que pasaban era lo mismo, Lin dando explicaciones precisas y detalladas y él sólo escuchando sin decir una palabra, así terminaron el turno y de nuevo fue requerida por Sesshomaru.
- Mañana será lo mismo, te aconsejo que llegues antes para que prepares el reporte de los pacientes, y que lo hagas mejor que hoy.
La pobre chica salió de ahí con el peso del mundo sobre sus hombros, de nuevo estaba frustrada y todo era culpa del sujeto amargado que tenía por jefe. Ese día fue directamente a su casa a descansar y a atender sus pendientes cancelando una cita con su pareja, en estos momentos su prioridad era hacer las cosas bien.
Estaba en su habitación terminando de ponerse la pijama ya con la cama lista para recostarse cuando el sonido de la puerta abrirse la hizo suspirar más por enfado que por otra cosa, unos instantes después el hombre de la cita cancelada la abrazaba por la espalda.
- Qué sorpresa…
- No podía dejar de verte hoy…
- Tengo que dormir algo…
- No me dirás que te molesta mi presencia…
- Claro que no – "Igual no deberías estar aquí" .
CoNTiNuaRá...
Hello! Pimero darles mil gracias a todas por estar leyendo éso y por su gran aceptación, les aseguro que voy adar mi mejor esfuerzo :D
Sé que ahora tal vez haya dudas, pero en sí el fic tiene ese formato de incertidumbre. En cuanto al novio de Lin pues... lo siento, sé que es medio raro pero igual era necesario... Ahora no me queda más que pedirles 10 segundos de su tiempo para que dejen un review, la crítica esla mejor forma de mejorar.
Mil gracias byes!
PD: grx Catita x lo de la compu, sé que no hace falta que te diga que tienes razón.
