Luchando por ti

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&&&&& cambio de escena

Su corazón dio un vuelco con dolor, no podía creer lo que escuchaba, según las enfermeras Lin estaba abajo, tal vez era un error, tal vez entendió mal… aquello era demasiado increíble. Volteó hacia las mujeres que hablaban y se acercó con determinación.

- ¿A quién se refieren? –las otras guardaron silencio como si no hubiesen entendido la pregunta- ¿De quién hablan?

- De… de la doctora Lin…

Sin decir más dio media vuelta y se dirigió al elevador bajando así hasta el piso de urgencias, salió del mismo y miró hacia todos lados buscando a alguno de los médicos.

- ¿Y esa sorpresa que vengas por aquí? –le preguntó el jefe del piso.

- Me dijeron que Lin…

- La mujer que trabaja en tu piso… -Sesshomaru permaneció en un silencio tenso y afirmativo- Está en el cubículo tres…

El médico iba a proseguir, pero el hombre de ojos dorados no pudo resistir un segundo más y de inmediato fue a verla, caminó por los pasillos impaciente sosteniendo el aire dentro de sus pulmones. Eternos segundos pasaron hasta que por fin llegó a su destino, temeroso de lo que pudiese encontrar, de verla lastimada se detuvo y entró con cautela, en el interior vio a una joven mujer con los ojos cerrados y la respiración acompasada, su cabello lucía algo despeinado y tenía una marca en su mejilla, alguien la había golpeado. También vio la silueta de un muchacho aparentemente de la edad de ella que le sostenía una mano y la observaba dormir, su expresión era triste, demasiado.

Con pasos lentos se acercó quedando a unos pasos, tenía la necesidad de tocarla, de saber que estaba bien, pero no lo hizo, sino que tomó los papeles donde de su historial y pudo ver que, en efecto, alguien la atacó. Tenía contusiones en todo el cuerpo, pero su vida no corría peligro.

Según el informe, aún faltaban pruebas por hacer y levantar la denuncia puesto que el agresor parecía conocerla, la cerradura de su casa no estaba forzada.

- Disculpe –dijo en voz baja el muchacho- ¿Cuándo va a despertar? –Sesshomaru no le prestó demasiada atención, sólo miró los papeles y calculó el tiempo que tomaría en pasar el efecto del calmante.

- No debe tardar…–murmuró más para sí mismo.

- Gracias… ¿Usted la va a atender ahora?

- ¿Son familiares? –respondió cortante.

- Yo… vine con ella… somos amigos… dijeron que podía permanecer a su lado… está sola…

- ¿Y el imbécil de Naraku?

- ¿Usted la conoce?

- Soy su… -entonces detuvo sus palabras posando su mirada de nuevo en ella ¿Qué eran? En realidad… nada ¿Qué podía responder?

El silencio se hizo un poco largo hasta que entraron dos policías para hablar con Kohaku. Sesshomaru lo vio salir y hasta entonces tuvo el valor para acercarse a Lin, tan frágil e indefensa, no pudo protegerla, lo prometió y falló.

Estaba casi en trance concentrado en ella casi rozando una de sus manos cuando una mano sobre su hombro lo distrajo, volteó y era el mismo hombre que antes le indicó donde se encontraba ella.

- Que no dejen pasar más visitas, me quedaré con ella.

- No es necesario, mi personal puede atenderla, además ese joven parece ser muy cercano a ella.

- Que nadie más entre, no saben si él mismo hizo esto. -Sesshomaru sabía que no era así, algo le indicaba que el culpable era otro hombre pero en esos momentos deseaba estar a solas con ella sin nada ni nadie que lo interrumpiera.

- De acuerdo…

El otro médico no quedó muy convencido, pero de cualquier forma no rompería ninguna regla al hacer lo que su colega le indicaba y sí se evitaría un problema con él.

Kohaku intentó volver con su amiga una vez que terminó de dar su declaración a los policías, pero como no se lo permitieron llamó a su hermana, tal vez a ella sí la dejarían o por lo menos le darían una razón más convincente.

Al cabo de unos minutos Lin abrió los ojos con lentitud acostumbrándose a la luz y sintiendo nuevamente las pequeñas punzadas de las heridas sobre su cuerpo, una a una las fue reconociendo y recordando todas a pesar de que el calmante no la dejaba estar totalmente alerta. Cuando pudo fijar la vista en un unto se dio cuenta de que no estaba sola, Sesshomaru estaba con ella, a su lado muy cerca y sosteniéndole una mano. Inmediatamente los ojos se le llenaron de lágrimas al ver ahí a aquel hombre, lo miró fijamente por unos instantes derramando pocas gotas saladas y luego inesperadamente se giró soltándose de él y cerrando los ojos nuevamente.

El médico la miró hacer eso y no pudo entenderlo ¿Por qué reaccionaba así? Dio la vuelta a la cama y se agachó buscando los ojos de Lin, con suma delicadeza enjugó una de las lágrimas que resbalaba lentamente llena de dolor y pronunció su nombre en un susurro casi imperceptible.

- Lin…

- Quiero estar sola…

- Fue el imbécil de Naraku ¡Él te hizo esto! –pro primera vez su voz se alteró tanto que más de una enfermera acudió para ver que todo estuviese bien.

- No…

- Disculpe, ella tiene que descansar –dijo una enfermera interrumpiendo mientras Lin se cubría el rostro con la sábana.

Sesshomaru la miró una última vez y salió de ahí decidido a encontrar al culpable de aquello.

En la entraba del hospital se topó con dos doctoras que caminaban apresuradas luego de la llamada de Kohaku, sin dudarlo detuvo a una de ellas.

- Kagome, no la dejes sola.

Sin decir más se fue dejando a la doctora bastante confundida. Minutos después ambas entraron con su amiga que parecía dormida pero al sentirlas cerca abrió los ojos ya rojos por tanto llorar. Pasaron algunos minutos y nadie dijo nada, ninguna e las tres tenía palabras apara expresar, hasta que Sango tomó el valor para romper el silencio que imperaba.

- Kohaku me llamó, está afuera…

- Quiero salir de aquí… por favor…

- Tienes que quedarte en observación –le dijo Kagome tomando el expediente.

- Por favor –suplicó una vez más.

- Voy a ver qué puedo hacer. –sonrió y dejó las papeles para salir y buscar al jefe del departamento.

-¿Sabes… sabes quién…

- No, era un extraño… perdí mi bolso y ahí estaban las llaves… -se excusó la chica.

- No puedes regresar ahí, ven a mi casa.

- Gracias…

- Cuando entrábamos tu feje nos…

- ¡No lo quiero ver! –alzó el tono de voz.

- Está bien – entonces dos personas más entraron y se dirigieron a Lin.

- Dicen que quiere irse doctora.

- Sí…

- Tiene que estar en observación y faltan algunos estudios…

- No… no son necesarios… no. Quiero irme, no pueden retenerme. –el médico suspiró derrotado.

- Es cierto, es libre de irse cuando quiera, voy a tramitar su alta. –entonces se retiró.

Pasaron varios minutos hasta que el trámite fue hecho, en todo ese tiempo nadie dijo nada, Lin permanecía con los ojos cerrados tratando de contener la lágrimas que sus amigas pensaron eran producto de la agresión, sin embargo, no era así. Había algo mucho más doloroso entonces pero que no podía decir.

Cuando por fin estaba a punto de salir la dejaron sola para que se vistiera con algo de ropa que Kohaku consiguió en el departamento de su hermana mientras esperaban. Lin se puso de pie con trabajos y se quitó la bata sintiendo el frío del ambiente, poco a poco fue descubriendo en su cuerpo las heridas que tenía, cada una de ellas era dolorosa, pero al final desaparecerían, eran sólo marcas físicas.

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Sesshomaru entró en la oficina luego de que la secretaria se lo permitiera, cerró la puerta con algo de violencia y se acercó precipitadamente hasta el hombre de negocios que aparentaba incredulidad.

- ¿En qué puedo ayudarle? –le dijo extendiendo la mano para saludarlo, Sesshomaru sólo lo miró con desprecio.

- No tienes por qué fingir conmigo, ambos sabemos lo que hiciste y vengo para que pagues por ello. –sin previo avisó dio un fuerte golpe en el rostro del otro hombre, que no por la sorpresa no fue capaz de defenederse.

Pronto los dos se trenzaron en una lucha que Sesshomaru ganaba notablemente, a pesar de que el otro también era bastante fornido. Algunos golpes leves se escucharon en la puerta, la secretaria alarmada erminó por entrar y al encontrarlos así llamó a alguien que los separara. Ya había varias cosas en el suelo y ellos no descargaban su furia. El hombre de los ojos miel de repente lo empujó contra una pared y el golpe dejó al otro algo aturdido, pero lo suficientemente conciente para que sonriera burlonamente, Sesshomaru lo sostuvo por las solapas del saco y lo miró con infinito desrecio.

- No se… qué es lo que usted busca… pero le aseguro joven Sesshomaru que lo único que obtendrá será ir a prisión por esto. –dijo tanteando el hilo de sangre que salía de sus labios.

- No finjas, sabes lo que le hiciste a Lin… maldito infeliz.

- Lamento decirle que hace días que no veo a la RESPETABLE señorita ya que nuestra relación ha terminado por… ciertas conductas impropias de su parte, creo que usted me entiende, pero de igual forma no tengo nada que ver con lo que ella haya dicho. -Sesshomaru sintió que su rabia era mayor que antes y pensó en golpearlo, él sabía la verdad, ahora no había ninguna duda de que ese tipo era el culpable de todo- Pero de cualquier forma, dudo mucho que hable con las autoridades… la señorita sabe que no es lo mejor para nadie.

En ese momento un par de hombres de seguridad entraron y retiraron a Sesshomaru un poco del otro, entonces él le dio una última mirada fría y salió de ahí decidido a llegar al fondo de todo, quisiera o no, Lin debía hablar con él y decirle la verdad.

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- Bueno…

- ¿Cómo está?

- Bien –respondió dudosa Kagome el escuchar a su jefe.

- ¿Ya habló con la policía?

- No…

- Voy al hospital, tiene que hacerlo.

- No, ella ya salió y… Sango y yo nos haremos cargo, gracias por preocuparte.

- ¿En dónde está?

-¿Por qué quieres saberlo? No sabía que te importara tanto…

- Tiene que saber que no está sola… y necesita protección ¿En dónde está?

- No te preocupes… ella está con nosotras. Ahora debo irme.

La mujer desconcertada por el interés de su jefe en Lin terminó la llamada, estando bastante confundida, luego habló con Sango y ni siquiera entre las dos lo supieron. Rato después su amiga les pidió algunas cosas de su departamento, Kagome fue para llevárselas sin saber la gran ayuda que sería para Sesshomaru.

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Dos ojos dorados estaban fijos sobre la puerta del departamento de Lin desde el piso superior, hacía buen rato que estaban ahí, sólo esperando el momento en que alguien apareciera. Eso era algo que él nunca pensó hacer, sólo estar esperando para encontrar a alguien, antes de ella no sabía que se pudiera amar tanto a alguien, cambiar tanto por alguien, ni odiar tanto a alguien… tanto como a sí mismo por no poder protegerla. Escuchó que alguien se acercaba y pronto vio a Kagome entrar, entonces supo que pronto vería a Lin, cómo ansiaba hacerlo.

La chica entró en el departamento con unas llaves que tenía Sango y encendió las luces temerosa de entrar en aquel lugar, sin embargo todo estaba en orden, la sala, el comedor, la cocina, lo único que no concordaba eran dos tazas de café enteras sobre la mesa de centro y otra vacía sobre la del comedor. Le pareció muestra clara de que alguien conocido estuvo ahí. Caminó con la misma lentitud hasta la recámara encontrando ahí el lugar donde ocurrió todo, las sábanas estaban revueltas y arrugadas, inclusive se dibujaban algunas gotas de sangre en ellas. Cerró los ojos con dolor y se apresuró a buscar lo que necesitaba para salir de ahí.

A pocos pasos de la puerta vio el perchero y retiró un abrigo dejando ver un bolso de mujer obviamente con cosas, lo tomó y salió de ahí sin darse cuenta de que alguien la seguía.

Un trayecto no muy largo después entró a otro edificio de departamentos topándose con un Sesshomaru que estacionó su auto detrás.

- ¿Qué haces aquí?

- Tengo que verla.

- ¿Me seguiste?

- Es necesario, yo estuve con ella hasta el amanecer y estaba bien.

- ¿Pasaron la noche juntos? –preguntó asombrada, él sólo asintió y la vio fijamente hasta que ella le hizo una seña para que entrara al departamento.

Sango salía de su habitación donde Lin estaba recostada y se sorprendió bastante al ver a Sesshomaru, pero Kagome la llevó de inmediato a otra habitación para hablar las dos. Entraron y Sango no tardó mucho en desconfiar del hombre de ojos dorados, nadie sabía sobre el tipo de relación que ellos llevaban, en un momento también notó el bolso de Lin.

- ¿Qué tiene el bolso? –preguntó.

- No lo sé, estaba en el perchero y lo tomé.

- Sus llaves… -rápidamente vació el contenido en una cama y descubrió que ahí estaban, Lin mintió antes, entonces ella conocía al agresor pero le temía tanto que prefirió no hablar.- Ella dijo que se las robaron… y que no quería ver a su jefe.

- ¿Crees que…? –preguntó Kagome con dolor.

- Voy con Lin, llama a mi hermano, estaba en su casa tomando un baño. -salió de ahí y entró en otra habitación sin mirar a aquel hombre.- Hola…

- Hola…

- ¿Estás mejor?

- Si… ¿Ya volvió Kagome?

- Si… ella… trajo tus cosas y… tu bolso…

- Y las llaves…

- Sí… ¿Tú lo conoces?

- No tiene sentido… -su voz sonaba temblorosa de nuevo- Sé que no volverá a buscarme nunca. Yo no lo conozco.

- Tu jefe está aquí.

- Sesshomaru…él… no… ya no puedo verlo… nunca… no puedo...

&&&&&

Kagome llamó el hermano menor de su amiga y luego vio por la puerta entreabierta, ella no conocía demasiado a Sesshomaru y lo que sabía de no era muy bueno, pero jamás se imaginó que pudiese hacer algo así. Miró el teléfono todavía entre sus manos y decidió que Inuyasha sería capaz de decirle algo, cualquier ayuda les vendría bien en aquel momento.

- Si…

- Inuyasha.

- ¿Kagome¿Qué sucede¿Estás bien?

- Sí… es… quiero hablar sobre tu hermano… -la mujer le planteó la situación dándole todos los detalles que conocía, que a decir verdad no eran demasiados.

- No sé qué decirte, mi hermano es un maldito y siempre lo he creído capaz de cualquier cosa… pero… no sé… de cualquier forma manténganlo alejado. Y aléjalo de ti también.-gruñó al final.

- Sí… gracias In… -sus palabras fueron detenidas por un clara voz femenina que se escuchó en el fondo. - ¿No estás solo?

- No… -respondió nervioso- Es que…

CoNTiNuaRá...

Hello! Primero, perdón por la tardanza! Sí bueno... fue una semana que quisiera que nunca hubiera pasado, en más de un sentido jeje.. espero no tardarme así otra vez.

Y ahora sí, ojalá que les haya gustado este capi, no esta muy largo pero seguimos igual jeje con el misterio... bueno, algo segun mir nervios.

Muchísimas gracias a todos los ue me han apoyado tanto, leyendo y dejando reviews, me hacen muy muy feliz jaja

Y ahora sí ya por último les pido q si tienen un segundo dejen un comentario, ya saben que se aceptan de todo tipo, porfis