Luchando por ti

Acotaciones:

- diálogos

" " pensamientos

&&&&& cambio de escena

Los autos pasaban en el crucero a gran velocidad cada vez más cerca frente a él, soltó el acelerador y pisó el freno casi a fondo, el motor disminuyó las revoluciones y cambió la velocidad, soltó un poco el freno y luego lo presionó de nuevo. Había algo de tierra en el pavimento que pisó e hizo girar el auto un poco, lo siguiente que escuchó fue un golpe contra la barrera de contención y un neumático que reventó estrepitosamente, otros autos se frenaron pero las colisiones fueron inevitables.

Tiempo después en el sitio predominaban las sirenas y el caos vial, las grúas empezaban a llegar y algunas ambulancias atendían a los heridos que por fortuna no eran muchos ni de gravedad. Un hombre de ojos miel estaba sentado en una ambulancia mientras curaban algunos rasguños que tenía, una vez que terminaron él quiso irse pero no se lo permitieron debido a que no se veía bien, parecía ausente y estaba notablemente mareado.

- Tiene que ir con nosotros, señor.

- Claro que no- respondió indiferente –Estoy bien.

Se puso de pie ocultando que le costaba caminar y alejándose, después de caminar trabajosamente un par de cuadras para alejarse del caos tomó un taxi en dirección a casa de Lin.

Inuyasha no había parado de caminar en círculos preguntándose el por qué de la actitud de Kagome y desde luego sin atreverse a llamar, sentía que su espíritu se consumía poco a poco por la impotencia y la furia contra sí mismo. Buscando una respuesta para sus dudas llamó a Kikyo, quizás ella supiese algo.

- Kikyo…

- Hola… lamento lo de ayer… no sé…

- No importa –la interrumpió. – ¿Nadie llamó por teléfono cuando estabas aquí?

- Hubo una llamada, pero creo que no fue en buen momento… y sin querer descolgamos el teléfono. – Inuyasha no supo qué responder, ahora había una explicación, Kagome sabía lo de la noche anterior. Su corazón empezó a latir apresurado y algunas gotas de sudor colmaron su frente al instante. -¿Inuyasha Sigues ahí?

- S… sí… voy a… salir algunos días… encárgate de todo por favor…

- ¿Por qué¿Cuándo te vas?

- Ahora mismo –sin darle tiempo para reaccionar terminó la llamada y salió del departamento con dirección al aeropuerto y con la esperanza de recuperar a la mujer que amaba.

El taxi se detuvo en los departamentos y Sesshomaru bajó con algo de trabajo, caminó por los escalones pesadamente y con la visión algo turbada. Luego de un par de pisos encontró la puerta que buscaba y llamó sin mucha fuerza, Lin la abrió y lo vio algo diferente de lo usual.

- Pasa… ¿Te encuentras bien?... –le dijo desconcertada.

- Sí. –respondió apenas mientras entraba directamente a sentarse desganado en un sofá, de inmediato cerró las ojos.

- ¿Qué sucede? – ahora sonaba bastante alarmada y ponía una mano sobre su frente pero no sintió que hubiese fiebre.

- Nada. Quédate aquí. –la tomó de la mano.

- No estás bien ¿Qué pasó?... Deberíamos ir a un hospital para aná…

- No –la interrumpió- Sólo quédate aquí.

Así lo hizo, ambos permanecieron en esa forma por largo rato, algunas horas, él dormía apacible y ella lo miraba preocupada revisando las heridas que estaban a la vista y preguntándose cómo fueron hechas. Ese tiempo fue eterno para Lin, no sabía si hacía lo correcto o qué debía hacer, qué estaba sucediendo.

Lo vio abrir los ojos pesadamente y sostuvo su mano con más fuerza. Sesshomaru miró a su alrededor y no pudo evitar sonreír casi imperceptible para voltear a verla.

- ¿Estás mejor?

- Estoy bien.

- ¿Qué pasó?

- Nada importante.

- Claro que sí… estás herido. –él frunció un poco el seño recordando que era cierto.

- Un pequeño accidente en el auto, sólo eso.

- Debemos ir a un hospital, tal vez no estás bien, uno nunca sabe, además recibiste un golpe que te dio sueño, vamos –casi le ordenó intentando hacer que se pusiera de pie.

- No, no fue eso… al contrario.

- Algo malo pasa y no me voy a sentar a esperar a que empeore –lo dejó ahí y fue hasta el botiquín donde guardaba jeringas. Al regresar lo miró decidida, con nunca antes y sin pedirle permiso le sujetó el brazo para tomarle una muestra de sangre.

- Espera –le dijo en tono casi imperativo- No lo hagas, no tiene sentido, quien lo haya hecho seguramente no dejó rastros.

- Quieres decir que… -un nudo en la garganta casi le impidió seguir hablando- ¿Naraku? Pero cómo…

- No sé, no hay que sacar conclusiones, no te preocupes. Ahora lo que sigue es ir a la policía para denunciarlo por lo que sabemos que hizo… ¿De acuerdo? -Lin agachó la mirada por unos momentos y luego asintió en un profundo suspiro de resignación.

Cuando el trabajo disminuyó un poco Kagome fue al baño para refrescarse y quitarse la sensación de cansancio de encima. Se miró en el espejo e intentó sonreír pero no pudo, sólo se quedó así con expresión vacía por largo rato con los ojos húmedos pero sin derramar lágrimas, tal vez ya no tenía más. De repente las piernas le fallaron un poco y se recargó en los lavamanos para no caer, el dolor clavado en su pecho cada vez le hacía más difícil respirar cuando alguien la llamó para atender a alguien. Una vez más ocultó su dolor y salió para continuar con una vida que en esos momentos no tenía mucho sentido.

Lin y Sesshomaru salieron de las instalaciones de la policía luego de varias horas de trámites y esperar a un agente en especial, al final, hicieron la denuncia sin saber que más de una de las personas que laboraban ahí tenían claras instrucciones no hacer ningún procedimiento real.

Al llegar al departamento de Sesshomaru, Lin se sorprendió bastante, esteraba un lugar demasiado sobrio y hasta solitario, pero se encontró con algo completamente diferente, era un sitio contemporáneo decorado casi profesionalmente en diversos tonos que combinaban a la perfección.

- Vaya…

- ¿Te gusta?

- Claro…

- ¿Tanto para quedarte aquí hasta mañana? –al tiempo en que hablaba deslizó ambas manos por su cintura en forma bastante sugerente. Ella no pudo evitar sonrojarse y voltear hacia arriba para mirar sus labios que como siempre la atrajeron irresistiblemente hasta que consiguieron rozarse.

Pronto se encontraron a sí mismos abrazados continuando con la prolongada caricia, sólo suaves e inocentes roces, casi como un juego de niños que experimentan por primera vez una dosis de pasión.

Al separarse Lin lo tomó de la mano empezando a caminar por todo el lugar sin saber a dónde iba, abrió cada puerta y examinó cada rincón con él detrás mirándola sin contemplar su alrededor, algunas veces ella era más que todo, sólo podía mirarla y olvidar lo que los rodeaba. Por fin terminaron en la habitación principal, un sitio igual o más perfecto que los otros. Ella lo miró riendo con inocencia e ingenuidad, sin embargo sus actos demostraron lo contrario. Lo tomó de ambas manos para recostarlo en la cama, después lo miró un instante para después posarse encima del fuerte cuerpo del hombre que esperaba algo ansioso por tenerla de nuevo consigo.

Empezaron besarse con ternura y sutileza disfrutando y sintiendo el momento al máximo en todos los aspectos posibles. Las manos de Lin se arrastraron un poco hasta los botones de su camisa que desabrochó uno a uno mirándolo a los ojos detenidamente, llegó al último y lo desató, para poder besar su pecho libremente con la misma lentitud de antes.

De repente el sonido de un celular la detuvo en seco, pero Sesshomaru la tomó por sorpresa besándola en los labios dándole a entender que nada era más importante que ella en ese momento. Lin respondió la caricia mientras a escondidas buscó y encontró sutilmente el teléfono de su pareja, entonces se alejó sonriendo traviesa, miró casi sin querer el identificador "Kagura" y lo abrió (N/A: era de los celulares que se doblan), él negó con la cabeza y atendió la llamada, ella siempre se salía con la suya.

- Sesshomaru.

- ¿Qué quieres? –respondió sentándose algo molesto en el borde de la cama.

- No te pongas así, sólo buscaba saber cómo estabas luego del accidente.

- ¿Cómo lo supiste?

- Lo vi en televisión. – entonces guardó silencio por unos momentos en los que su mente recorrió un par de sucesos, empezando por el hecho de que Kagura no solía mirar televisión desde que la conocía hacía ya bastante tiempo, además el encuentro en su oficina tenía algo extraño.

FLASHBACK

- Ha pasado algo de tiempo. ¿No me extrañas? Estoy segura de que te aburres demasiado con esa niña.

- No pierdas tu tiempo.

- No lo hago, sólo quiero que sepas que me importas y que te quiero conmigo. Además sé que también te importo.

- Es mejor que te vayas. –le dijo cortante a Kagura, ella algo indignada se acercó a la puerta y la abrió.

- Volveremos a vernos, lo juro.

FIN DEL FLASHBACK

"Ella no tenía razón de saber lo de Lin, nunca se lo dije, no se lo he dicho a nadie… sólo que Kagome… no lo creo. Algo más hay aquí, las cosas no se van a quedar así."

- ¿Sigues ahí? –preguntó la mujer del otro lado de la línea. Al mismo tiempo Sesshomaru escuchó el teléfono de Lin sonar.

- Necesito hablar contigo. Nos vemos mañana al medio día en donde siempre.

- Como quieras –respondió casi burlona.

- Nos vemos. –terminó la llamada sólo para escuchar algo que decía su pareja con voz demasiado seria.

- La mudanza… es cierto… no, no la necesito ya… no para hoy… pero pronto, sí, los planes siguen, sólo lo pospuse algunos días. Sé que no es fácil porque es mucha distancia pero yo lo llamaré para confirmar el día. -colgó el teléfono y miró a un Sesshomaru con el seño fruncido.

- ¿La mudanza? –le preguntó al fin con el semblante algo ensombrecido.

- Sí, eran ellos… creo que iré a verlos mañana que vayas a ver a Kagura. –se puso de pie y se quedó así dándole la espalda por unos momentos, luego dio un par de pasos antes de ser alcanzada por él, que la detuvo por los hombros.

- ¿Por qué crees que…

- ¿Qué vas a ver a Kagura? –preguntó interrumpiéndolo con una sonrisa irónica, él la miró fijamente a los ojos con una apariencia más seria de lo normal. – Porque necesitas hablar con ella, yo sólo planeo mi tiempo para dejarte libre de hacer lo que necesites. –Sesshomaru intentaba encontrar palabras para deshacer aquello de una forma apropiada, jamás espero que fuese tan celosa, que se pusiera así por una tontería. Ella dio un paso más y lego lo miró detenidamente- Voy a tomar un baño, esperaba que vinieras conmigo… es tu casa.

Se alzó en las puntas y besó sus labios tranquila y reteniendo la sonrisa traviesa que amenazaba con asomarse luego de su pequeña jugarreta. De repente él entendió todo y no le agradó haber caído en su juego, la tomó por sorpresa y la cargó hasta la regadera dejándola dentro y cerrando la puerta corrediza, ella sólo reía y lo llamaba pidiendo que abriera pero no intentaba hacerlo, unos instantes después él entró pero sin nada encima, la rodeó por la cintura con un brazo mientras con el otro alcanzaba las llaves para abrirlas.

El agua todavía sin templar empezó a caer sólo sobre ella que aún estaba vestida, un leve grito de sorpresa es escapó de sus labios mientras se aferraba a él.

- No… por favor no… -pidió riendo todavía pero era demasiado tarde, nadie le tendía una trampa así a Sesshomaru y salía victorioso.

Un par de minutos pasaron hasta que ella se vio completamente empapada y llena de besos que él en ningún momento dejó de darle. Entonces ella misma quiso quitarse el ligero suéter que traía pero él la detuvo y lo hizo tomándose el tiempo necesario para observarla con un ligero vestido empapado que se adhería a su cuerpo y dejaba ver su ropa interior también algo transparente.

Una leve sonrisa se dibujó en los labios de Sesshomaru mientras la tomaba de la mano para sacarla del camino del agua. Ya teniéndola así deslizó sus manos para quitarle la ropa poco a poco rozando cada centímetro de su cuerpo para provocarla, sin embargo él era hipnotizado por la tersa piel húmeda que se erizaba al contacto con sus manos.

Ya teniéndola completamente desnuda delante de sí, el joven hombre no pudo evitar la reacción que provocaba en su ser. El resto del baño que tomaron fue algo tumultuoso, cada beso y cada caricia los acercaba más a perder el control de sus acciones, sobre todo cuando los últimos rastros de espuma se derramaron en el suelo. Lin lo acorraló con cortos pasos en una esquina y lo rodeó con ambos brazos aparentando ir más allá, sin embargo sólo cerró las llaves del agua y salió de la ducha seguida por un Sesshomaru no dispuesto a dejarla hacer su voluntad. Antes de que pudiese ponerse la toalla la cargó en brazos y la llevó hasta la cama recostándola con suavidad. Fue directamente a su cuello dejando plantados algunos besos en un cálido camino hasta su escote, se detuvo entonces a besar sus formas femeninas con delicadeza, las cubrió completas de ósculos húmedos. Un tenue suspiro escapó de los labios de la chica inundada cada vez más por un profundo cosquilleo en todo el cuerpo.

En los siguientes momentos Lin trató de hacer algo, defenderse de alguna forma pero le fue imposible, ahora estaba completamente a merced de Sesshomaru, de lo que él deseara y dispusiera para ella. Sin prisas ni nada que lo detuviera le hizo el amor con ternura y paciencia, minuto a minuto con miles de caricias dulces no sólo en su cuerpo, sino también por cada centímetro de su alma.

Kagome estaba en su departamento sentada en el comedor con un plato en frente pero no lo tocaba, no tenía hambre ni ganas de hacer nada, ni siquiera de existir. Suspiró cansada de tanto pensar, su cabeza dolía y el cuerpo le pesaba más que nunca, tal vez durmiendo un poco descansaría y no estaría recordando a Inuyasha, ni el amor que le tenía y el dolor de haberlo perdido de esa forma, ahora su única idea era la de no haber ido con él, era su culpa, ella lo dejó, lo abandonó y por eso sucedió aquello. Cien veces se repitió que no era cierto, que no fe su responsabilidad "Él en verdad no me amaba…" pero prefería sentirse culpable de la ruptura antes que considerar la otra posibilidad.

Sonó el timbre y algo molesta decidió ignorarlo, pero un segundo timbrazo pareció despertarla de su letargo y hacerla caminar hasta la puerta. Giró la perilla sin fijarse quién estaba del otro lado, al mirar su corazón dio un vuelco y el aire en sus pulmones se negó a salir, ahí estaba, el objeto de su dolor, Inuyasha.

Él la miraba fijamente a los ojos buscando algo de la Kagome que conocía, algo de su alegría y fortaleza, sin embargo sólo notó tristeza, ella ya no era la misma chica alegre que había dejado.

- Kagome…

- Inuyasha… qué…

- ¿Podemos hablar?

CoNTiNuaRá...

Hello! Aquí estoy nuevamente espero que haya quedado bien el capítulo... jeje bueno en lo personal me gustó sólo que aún tengo la duda de qué asará con Aome e Inu pero bueno eso ya se verá.

Ahora sí, muchas gracias por todo su apoyo, me hacen muy feliz de verdad me dan muchísimos ánimos, sobre todo en esots días que parecen interminables.

Bueno ya me despido deseándoles un muy feliz año nuevo, que se la pasen súper bien y que todo lo que quieren para el 2006 se haga realidad.

PD

Si tienen un minuto les pido un review, porfis ya saben cualquier tipo de comentarios son bien recibidos