Capítulo 2: El comienzo de todo.
Esos ojos suyos me tienen completamente hipnotizada, estamos así durante varios minutos, perdidos en esa mirada. Hasta que al final salgo del aturdimiento y decido dirigirme a él.
- Pro… profesor Snape – susurro algo avergonzada.
- Señorita Granger – responde él. Volvemos a estar un minuto cayados, hasta que me dispongo a volver a romper el hielo.
- Y… Yo quería disculparme por mi comportamiento del otro día – digo mientras me levanto – Ya sabe… el asunto del comedor… – añado sin mirarle a la cara.
Volvemos a un silencio incómodo, que esta vez es roto por él mientras se acerca a mí. Cada paso que da, cada metro que está más cerca de mí, mi pulso y respiración se van agitando más y más.
- No es necesario disculparse, usted tiene razón, yo… yo me he portado como un estúpido con usted desde que entró a Hogwarts… Yo… – Intenta seguir.
- Shh, no hace falta que siga disculpándose – le interrumpo yo acercándome un poco más a él – solo… si no es mucho pedir me gustaría que dejara de tratar como si fuera una aberración de la naturaleza. Como usted sabrá yo no pedí ser bruja, ni siquiera me imaginaba que lo fuera, yo no pedí estar aquí.
Él no sabe que decir, lo veo en sus ojos, esos profundos ojos negros que tanto he despreciado siempre, pero por los que ahora siento tanto respeto y admiración. ¿Cómo puede cambiar mi opinión de una persona de manera tan radical y en tan poco tiempo? Yo no lo sé, solo sé que eso ha pasado. Le admiro tanto… su trabajo para la Orden, esa forma de arriesgar su vida por los demás, sin duda toda culpa de su pasado ha sido ya expiada con creces.
Seguimos mirándonos, ambos sabemos que esa es una situación bastante comprometedora entre una alumna y un profesor, pero ninguno de los dos dice nada, hasta que él abre la boca como para decir algo y, acto seguido, la vuelve a cerrar como si se arrepintiera de lo que iba a decir.
- Tocas muy bien – dice al fin. Yo, simplemente, sonrío.
- Gracias, mi madre me enseñó cuando era pequeña – digo por fin; él sigue en silencio, por lo que decido seguir hablando – hace tiempo que llevo buscado por el castillo un buen sitio para tocar, y hasta el momento solo he encontrado este, el sitio es magnífico, pero el piano podría ser mejor…
- Mi piano es muy superior a ese, si quiere algún día puede tocarlo…
Otra vez silencio, pero este ya no es tenso, aunque si bastante inquieto. ¿Severus Snape acaba de proponerme una cita o son imaginaciones mías? Debe ser lo segundo, aunque él parece tan sorprendido como yo por lo que ha dicho.
- Quiero decir, puedo traérselo aquí, yo hace tiempo que no lo uso y sería un desperdicio que se desafinara.
Eso ya era algo más típico de un Slytherin, ahí ya hay beneficio personal, pero entonces… ¿Por qué dijo lo primero?
Ese día no pasó nada más ente el profesor y yo, él se despidió tras "ofrecerme" el piano, quedándome yo en la sala sola tocando.
A partir de ese momento la hostilidad entre nosotros desapareció. En las clases y era cortés, se podía decir que incluso amable, todos estaban asombrados con su nueva actitud hacia mí, pero no me importa demasiado lo que dicen. Varios días después me lo encontré en un pasillo, a solas, ambos paramos, él venía de la biblioteca y yo iba hacia allí. Yo no sabía que decir, pero gracias a dios él sí.
- Esta mañana mandé que colocaran mi piano en el ático de la torre oeste.
- Muchas gracias profesor – digo yo ilusionada – ¿Qué piano es?
- Ya lo verá cuando vaya – responde él con una sonrisa misteriosa.
- Anda… dígamelo – vuelvo a decir con cara de cachorrito abandonado.
- No – simplemente responde él.
- Bueno, pues entonces acompáñeme a verlo – y sin pensarlo mucho le agarro de una mano y empiezo a tirar de él para llevarlo a la sala.
Varios minutos después algo en mi cerebro se conecta y llega hasta mí la sorprendente realidad… ¡Le estoy llevando de la mano! Y más sorprendente aún… ¡Él no ha puesto resistencia! Jejeje, aunque me he dado cuenta de ello no he quitado mi mano, con lo que cuando llegamos a la sala seguimos cogidos de la mano, y solo se la suelto por el asombro que me produce ver su magnífico piano, ante mi tengo un Steinway Grand Piano negro, modelo 'Professional Model 1098' (N/A: yo no tengo ni idea de pianos, encontré este en google y dicen que es bueno). Lentamente me acerco hasta él y paso una de mis manos por las suaves teclas.
- Wow¿esta belleza de piano es tuya?
- Sí – responde.
- Wow – vuelvo a exclamar.
- Sabe señorita Granger, tiene usted cara de niño con zapatos nuevos – dice él divertido por mi expresión.
- Hermione, llámeme Hermione – no se por qué pero estoy deseando saber como se escucha mi nombre pronunciado por sus labios – Nunca me ha gustado tratar a la gente por su apellido, y menos que me traten a mí así.
Él me sonríe, y yo me derrito al saber que esa sonrisa es solo para mí.
- Muy bien… Hermione – todo mi mundo se sacude… me tiemblan las piernas, el corazón se me dispara, la respiración se me acelera… Severus Snape acaba de decir mi nombre con su voz increíblemente sexy, y suena tan bien…
- ¿Tocarás para mí? – Le pregunto yo cuando consigo volver a dominar mi voz.
- Solo si tú tocas conmigo – responde.
- ¿Un dúo? Pero yo no conozco ningún dúo… – Explico yo (N/A: Esta parte también está inspirada en Sentido y Sensibilidad, pero termina mejor… XD. Por cierto, tengo unas ganas de ver la nueva adaptación de Orgullo y Prejuicio…).
- Pero teniendo en cuenta lo buena estudiante que eres supongo que si te doy la partitura si podrás¿no?
- Claro… profesor – respondí remarcando la última palabra.
- Muy bien entonces – dice él, y con un movimiento de varita aparece la partitura sobre el piano – Siéntate – me dice y señala el banquillo que hay frente al piano, una vez que me he sentado él se coloca justo a mi lado – Bien, empecemos… – Y empieza él a tocar.
Cuando llega mi entrada empiezo a tocar junto a él, es una sensación maravillosa, los dos ahí, compartiendo una canción, compartiendo un momento. Una vez que la canción acaba él me mira y me dice…
- Ves como si lo has hecho bien… – Dice.
- Lo sé profesor – contesto yo arrogante.
- Cuando estemos solos, si quieres, puedes llamarme Severus – me dice él con una sonrisa en sus labios.
Yo solo sonrío y asiento con la cabeza ¿Qué está pasando¿Por qué es tan amable de repente¿Está intentando compensar lo sucedido durante los últimos seis años? "Cuando estemos solos" ¿Eso quiere decir que a partir de ahora vamos a vernos mucho a solas?
Todos estos pensamiento hacen que me sienta bien, confundida pero bien. Y lo que verdaderamente me tiene confundida es su cercanía, ninguno de los dos se ha movido, seguimos sentados el uno junto al otro, aunque ahora él me está mirando.
¿Qué hacer en un momento como este¿Dar rienda suelta a mis deseos o actuar correctamente? Justo en ese momento recuerdo mi cambio, el querer ser alguien diferente, y decido hacer lo más inesperado… Extiendo mi mano y le quito un mechón de pelo de delante de la cara, colocándoselo detrás de la oreja, tras esto le digo…
- Como quieras… Severus – digo.
Él se queda de piedra, sus ojos están clavados en los míos, y en ellos veo la confusión, la sorpresa, pero también veo algo más.
¿Qué es ese extraño brillo que hay en sus ojos?
Ambos seguimos mirándonos, nuestras miradas siguen clavadas y parece que el tiempo se congela, y ninguno de los dos nos damos cuenta del bonito espectáculo que hay tras la ventana colocada frente a ellos. El sol se está poniendo y empiezan a aparecer pequeñas estrellas en el cielo cada vez más oscuro. Es una vista de ensueño, pero ninguno de los dos nos percatamos de ello, para nosotros la verdadera ilusión está en los ojos que estamos mirando.
Lentamente vamos acercándonos, nuestras caras, nuestros cuerpos, poco a poco la distancia va desapareciendo. Primero sus brazos se posan en mi cintura, atrayéndome más hacia él, después mis brazos se rodean sus hombros y mis manos se posan en su cuello, acariciándolo, revolviéndole el pelo que antes traté de colocar. Todo esto sucede mientras seguimos mirándonos a los ojos, mientras miro esos ojos, esos profundos ojos negros que tanto admiro, que tanto amo.
Por fin la distancia desaparece, sus labios acarician los míos de manera suave, gentil, mientras mis labios se mueven a su compás, dejándole ver lo mucho que me importa. Según va pasando el tiempo el beso va cambiando, se va profundizando, hasta que por fin nos separamos, aunque solo para tomar aire, ya que nos volvemos a fundir en un segundo beso, muy parecido al primero.
Perezosamente volvemos a separarnos, él me mira, yo le miro, y ambos sonreímos.
- ¿Qué es lo que estamos haciendo Severus? – Le pregunto yo.
- No lo sé – me responde – Pero es lo mejor que he hecho en la vida.
Y sin nada más que decir volvemos a unirnos en un, esta vez apasionado, beso.
»-(¯v´¯)-» «-(¯v´¯)-« »-(¯v´¯)-» «-(¯v´¯)-« »-(¯v´¯)-» «-(¯v´¯)-«
Hola mis queridas lectoras (y lectores si hay algún chico), muchas gracias a todas por el apoyo, tal y como pedisteis voy a hacer una historia en vez de dejarlo en One-Short, ya tengo varias ideas para el capítulo tres, pero no he empezado a escribirlo y seguramente tarde en ponerlo algo más que este, ya que tengo otra historia de la que ocuparme, no puedo olvidarme de mi muy querida Mi complicada historia de amor. Como podéis comprobar la el capítulo es algo más corto que el anterior, lo siento pero tenía que cortarlo ahí.
Quiero dar las gracias por el apoyo a tercy-S-S--cloe, a Junea, a MarisolBlack, a mis queridísimas Cris (NaYaDe-NiNfA), Kary (bb-te-amo) y Nacha (Lady Lathenia), a Ana María (amsp14) y a Mia Azakura.
Os quiere
Lara
